Solo somos comprendidos por los nuestros [Privado]

por **Rylan Cerny** Miér Ago 19, 2015 11:23 pm

Loreena le implanto con su presencia la duda sobre el verdadero paradero de Monicke. Cierto era que aunque la cambiante era libre, Rylan en un inicio no se mantenía en paz si no sabia donde se encontraba o que hacía; y ya para el momento donde la bruja irrumpía y metía sus ideas raras en Rylan, él ya tenía la suficiente confianza en la alemana como para creer que salía a sitios sin importancia y que pronto regresaría. El problema fue que la duda se quedo en su mente y conforme las horas pasaban, la preocupación crecía. El gitano espero a que pasara exactamente un día sin noticia alguna de Monicke antes de tomar la decisión de volver a la vieja costumbre de buscarla.

Para el momento en que el gitano abandono su carpa, se encontraba preocupado de verdad por lo que podría haberle sucedido a la cambiante impertinente que tenía por compañera, aunque más que la preocupación, se encontraba furioso de haber confiado tanto en alguien evidentemente tan torpe e inútil como para no lograr regresar a donde pertenecía. En su andar maldecía entre dientes una y otra vez, frustrado al saber que había desperdiciado todo un día esperando a la cambiante y aprovechaba además para ir formulando un nuevo plan de entrenamiento mucho más severo de lo que antes hubiera sido para la alemana y solo antes de salir del campamento, se detuvo. Era poco probable que ella se hubiera quedado en el campamento pero no era imposible, en un momento pensó en la probabilidad de que Monicke se quedara en la carpa de alguien más, por ejemplo que se quedara a pasar la noche con Deméter. Con la posibilidad de que la alemana no se hubiese ido lejos, dio media vuelta y se encamino en dirección a donde solía ver más regularmente a la gitana de las serpientes, únicamente para darse cuenta de que ella tampoco se encontraba en su sitio usual. ¿Qué pasaba con todas las mujeres cercanas a él? Todas desaparecidas de la vista del gitano, quien nuevamente se sumergió en la impotencia.

Se mantuvo entonces inmóvil, observando a un lado y otro, sin estar seguro de si debía salir o no en busca de Monicke. Su sentido común le decía que antes de aventurarse a las calles parisinas debía estar completamente seguro de que ella no se encontraba en el campamento y fue por eso que su mirada fue en automático al primero de los suyos que pasaba cerca y cosa poco común en él, hablo.
– Oye… – su manera de entablar conversaciones con otros no dejaba de ser muy burda, parecía ser que sin importar que su circulo de conocidos se ampliara, Rylan siempre sería un inútil para expresarse debidamente y hacerse entender; como muestra de eso fueron sus siguientes palabras, las que una vez que salieron de sus labios le hicieron sentir como un completo tonto – Dime ¿Has visto a una joven? – Claro que todo mundo veía jóvenes todos los días y si es que quería encontrar a la cambiante debía comenzar a ser más especifico y no simplemente soltar cualquier cosa que le viniera a la mente, aun así, espero que su manera burda y un tanto exigente de preguntar no terminara por espantar a quien podía ser una ayuda para que diera con la alemana.

por **Aishe Barrul** Vie Ago 28, 2015 11:56 am

Los días en París, a veces tan fríos y otros mas tan solitarios, pero nunca iguales; esa era la maravilla del campamento gitano, que a pesar de siempre tener el manto del cielo estrellado cobijando sus pasos o el astro rey acariciando sus pieles, todo parecía verse tan distinto a la realidad de las calles parisinas, con aquellos empedrados y esas luminarias que quitaban la vista y el brillo natural sobre ellos.

Había terminado una sesión de lectura de cartas a una señora regordeta de alcurnia que acudió a escondidas a una tienda justo afuera del campamento, no quería ser reconocida ¿quien querría ser reconocido dentro del campamento gitano? los parisinos y todas las demás personas ajenas a esa naturaleza, solían repudiar la presencia de los gitanos, pero no así de sus servicios, los cuales todos los que podían pagar habían utilizado por lo menos una vez, algo que Aishe no lograba entender por completo ¿porque maldecir al verlos pero ir corriendo para que les realizaran algún servicio? algo completamente risorio.

La gitana tomó sus cosas guardando las cartas en una pequeña caja de madera grabada delicadamente con diseños florales, tomó la pequeña bolsa de terciopelo negro que contenía la paga por sus servicios y se lo amarró a la cadera colocándose después una ligera capa para cubrir su cuerpo del frío. Sus pasos ligeros sobre la hierba húmeda a causa del frío la llevaban directo a su carpa cuando una voz masculina llegó a sus oídos; detuvo su camino y giró entonces el rostro hacia aquel que reconocía como uno de los propios.

-¿A una joven? - ladeó un poco la cabeza mirando a aquel gitano -Si... todos los días cuando me miro al espejo - aquello pretendía ser una respuesta sarcástica pero sin el tono ácido, más bien jovial y cálido, pero tratando de Aishe quien prefería no hablar ni entablar amistades fáciles solo solo como una respuesta sincera en un tono modulado y calmo; le dedicó una sonrisa y volvió su mirada al frente para continuar con su camino.

por **Rylan Cerny** Jue Sep 17, 2015 12:28 am

¿Por qué había confiado tanto en Monicke? ¿Qué había hecho la cambiante para convencerle de que era capaz de estar sola por París? Si bien era cierto que todo el entrenamiento dado por Rylan había sido seguido al pie de la letra por la cambiante, ahora era evidente que no fue suficiente todo lo que el gitano hizo para garantizar que la alemana supiera como regresar al lugar que debía considerar su casa y eso lo frustraba; además que la posibilidad de que algo le hubiera pasado a la mujer le taladraba la mente y lo hacía justo con la voz de la fastidiosa bruja que respondía al nombre de Loreena. Quizás ese hecho fuera también lo que le empujo a salir en busca de la alemana y terminar hablando con la primer persona que se cruzo por su camino.

La gitana a quien detenía le miro unos segundos antes de contestar.
– Sí, una joven – respondió él ante la duda que surgía en la mente femenina y aunque Rylan era consciente de que su pregunta no fue formulada de la mejor manera posible; la respuesta que recibió le hizo quedarse sin palabras durante unos segundos, pues era en momentos como aquel, cuando menos quería toparse con gente que no le fuera de ayuda que terminaba aparentemente por toparse justamente con esa clase de personas – ¡NO! – respondió con evidente frustración en la voz y antes de que la gitana siguiera su camino, Rylan termino por ponerse justo frente a ella – Tu no entiendes, necesito encontrar a una joven, no a cualquier joven sino a una en especifico – si bien él no gustaba de entablar conversaciones con nadie, en esas circunstancias era necesario que hiciera un esfuerzo por darse a entender correctamente, pedir las cosas de manera cortes y no ser el típico bruto que solía – Ella debe estar perdida, no es de por aquí y además, es ciega – sus ojos miraban fijamente los de la gitana aquella – Me es indispensable encontrarla, así que si has visto a una chica que pareciera desorientada sería importante para mi que me dijeras – No quería llegar al extremo de pedir las cosas de favor, algo que poquísimas veces en la vida él hacía; pero aquella era una situación de vida o muerte, aunque la mujer con quien hablara no lo creyera de esa manera. De hecho, ¿Quién sabía lo que ella pensara? Podía pensar que Rylan estaba loco, que era un ladrón que buscaba a una mujer rica para robarle o incluso que su desespero se debía a que mantenía a Monicke en contra de su voluntad en el campamento; la realidad no podía ser más diferente que todo aquello, pero cuando se son almas tan solitarias como aquel par de gitanos, cualquier cosa podía llegar a la mente.

por **Aishe Barrul** Lun Sep 28, 2015 6:26 pm

La voz firme de aquel chico la hizo detenerse, probablemente hubiera continuado su camino, probablemente lo hubiera ignorado y no sería raro, así era ella, no respondía a exigencias, hacía oídos sordos a palabras necias y aquella actitud rozaba en la necedad, no por que la pregunta en si fuera necia o por que se lo hubiera preguntado muchas veces, si no por que la pregunta en si no decía nada ¿una chica? si, hay millones de chicas en París, por lo tanto, aquello no llamaba la atención de Aishe para detener su camino.

Entonces ¿por que lo hizo? ¿por que paró en seco y giró nuevamente el rostro? Aishe era una persona muy perceptiva, no por el hecho de ser gitana, no, esto venía de nacimiento, de raíz Persa, tenía la capacidad de distinguir los sentimientos de las personas, conocerlas con tan solo escucharlas... o al menos conocer sus intenciones, eso fue lo que la hizo detenerse, la voz de real preocupación y angustia con la que el chico le habló.

-Tienes razón, no te entiendo, pero tampoco es como que estés siendo demasiado específico - le contestó cruzando los brazos sobre el pecho y le miró directamente, poco a poco su actitud defensiva se fue perdiendo, y es que pudo ver como el ceño de aquel muchacho se fruncía, como la mirada se tornaba melancólica, perdida, la voz temblaba al final de cada sílaba; Aishe no podía sostener esa actitud tan hosca e imparcial, menos aún cuando escucho que la chica en cuestión era ciega.

-A ver... - los brazos ya no estaban cruzados sobre el pecho, ahora descansaban holgadas a los lados de su cadera; alzó una mano para pedirle tiempo, silencio para recapitular -¿En qué momento creíste que sería buena idea dejarla ir sola? - alzó una ceja, él no le había dicho eso, pero ella era bastante intuitiva por que estaría tan preocupado ¿si no pensara que era su culpa?. Dio unos pasos hacia él dejando solamente unos cuantos centímetros entre ellos, extendió sus manos hacia él con las palmas hacia arriba -¿Sabes hacer esto? - no todos los gitanos sabían como provocar premoniciones, por que no todos podían tenerlas, lo bueno es que Aishe, a pesar de no ser gitana de nacimiento, tenía ese algo que le permitía tenerlas, motivo por el cual la lectura de cartas, hojas de té y posos de café eran tan asertivas.

por **Rylan Cerny** Jue Oct 15, 2015 9:23 pm

Solía ser sumamente grosero la mayor parte del tiempo y aunque en los últimos tiempos trataba de calmarse, no podía mantenerse en paz sabiendo que la cambiante estaba sola y sin protección, motivo que le llevaba a reaccionar de una manera nada adecuada y mucho más grosera que en otras ocasiones.

Con un sentimiento de inutilidad, optaba por darse por vencido en buscar ayuda en aquella gitana, quien sin embargo se giro y le miro nuevamente antes de responder a Rylan.
– No sé como explicarme, necesito encontrarla y eso es lo único que tengo claro ahora – respondió con sinceridad a la joven además de que lo hacía un tanto más tranquilo que antes; nadie tenía la culpa de que hubiera maltratado tanto a Monicke como para que probablemente ella decidiera escapar y de no ser ese el caso, tampoco tenían los demás la culpa de que ella se perdiera o fuera capturada por inquisidores – Ni siquiera sé como es que ha podido salir y perderse – sus ojos fueron a la gitana aquella que ahora parecía más interesada en auxiliarle, algo que evidentemente Rylan sabría apreciar a su muy peculiar manera.

Cuando ella levanto la mano, el gitano permaneció en silencio. Las nuevas palabras de la gitana le hicieron fruncir el ceño pues la pregunta que le era hecha implicaba que Rylan respondiera con total sinceridad y seguramente ella pensaría lo que todos, que era demasiado exigente y malo con la cambiante.
– No la deje ir por su cuenta, ella ni siquiera suele salir mucho porque siempre le digo que no lo haga y aunque últimamente era mucho más cuidadosa al andar por el campamento, creo que no había aprendido aun lo suficiente – respondió omitiendo la mayor parte de los aspectos negativos sobre su personalidad y su trato para con Monicke. Sus ojos se abrieron más de lo usual al ver a la gitana tan cerca de él aunque rápidamente fueron a las manos de la fémina – He visto a algunos hacerlo, así que creo que debo poner las manos sobre las tuyas – en muchas ocasiones veía a otros hacer esas cosas, pero Rylan no poseía aquellos dones, por lo que simplemente pasaba de largo en esas cosas y si bien hubiera preferido no darle las manos a aquella gitana igual coloco sus manos en las ajenas. Total que era lo peor que podía suceder, que ella se diera cuenta de la personalidad basura que poseía, eso seguramente ya era evidente – Y gracias… – susurró por lo bajo, después de todo, era la única aparentemente dispuesta a ayudarlo.

por **Aishe Barrul** Miér Ene 06, 2016 12:44 pm

Una mueca ligera, amago de una sonrisa, se dibujó sobre sus labios, no podía sonreír abiertamente, mas por que no quería que aquel extraño se tomara a mal ese gesto, ella no pretendía hacerlo creer que se burlaba de su situación, pero si quería ser empática, lograr que confiara un poco en ella... las relaciones humanas no eran su fuerte, no había nada mejor que la relación con la naturaleza, tan fácil y neutra.

Se mordió el labio inferior y desvió la mirada a las manos ajenas que se colocaban sobre las propias; respiró profundo y cerro los ojos... La mayoría de nosotros tenemos experiencias premonitorias, una sensación de algo que va a ocurrir en un grado u otro, hay muchos otros casos en que solo se experimenta en algunas ocasiones, que los más escépticos lo atribuyen a las coincidencias; sin embargo, cuando una premonición es muy fuerte, el experimentador no tiene ninguna duda de lo que va a suceder. La mayoría de nosotros no somos plenamente conscientes de las premoniciones, pero hay otras personas que son más sensibles a este tipo de sentimientos, son los llamados sensibles o psíquicos -mismo rubro en el que varios gitanos entran- este sentimiento también se amplifica entre parientes cercanos, donde el vínculo psíquico parece ser más fuerte.

Las premoniciones puede ser tan sutiles como unas sensaciones tan abrumadoras que puede afectar a tu rutina diaria y te impide concentrarte en otras cosas, los sueños son también una entrada al plano astral, sin la existencia del espacio y tiempo.

En el plano astral, sobre todo si nos encontramos en un estado lúcido, se pueden ver los eventos del pasado o del futuro, para aquellos que no acceden al plano lúcido, el sueño puede parecer situaciones sin sentido, pero para algunas personas con facilidad para acceder al plano lúcido los sueños pueden profetizar eventos del futuro. Aishe había aprendido a canalizar aquel don, a veces solo eran pedazos, otras veces tiras completas de imágenes.

Frunció el ceño y presionó ligeramente las manos del gitano, una mujer, de cabello castaño claro, mirada perdida, un olor peculiar -los labios de la morena se movían, susurrando lo que veía- el sonido de la calle parisina, de las luminarias refulgiendo a su alrededor, sus manos suaves y tersas acariciando el vacío frente a ella, una sombra detrás y... un escalofrío le recorrió el cuerpo.

La gitana abrió los ojos de golpe y soltó las manos del joven -Ella se vale por si sola, lo bueno de su condición - desvió la mirada, como gitanos podían sentir cuando una persona era un ser diferente, incluso en premoniciones -Había alguien mas, una presencia femenina, detrás de ella, diferente, alguien que manipula a los muertos y que... no te tiene tanto aprecio- ladeó la cabeza y enarcó una ceja mirándolo confundida -Ella también la busca - terminó por decir, no sabía si eso era bueno o malo, pero cumplía con el cometido de informarle, ayudarle en cierta forma.

-Esto son solo pedazos, tú eres muy cercano a la cambiante ¿no es así? - ya no había necesidad de que no nombrara a la muchacha por lo que era -Pero lo que se percibe no es lo mismo por ser tú el salvo conducto y no algo que es de ella - alzó los hombros queriendo justificar la falta de respuestas.

por **Rylan Cerny** Miér Feb 24, 2016 7:25 pm

Aquella gitana que sujetaba sus manos era la única esperanza que parecía tener. Rylan no confiaba mucho en otros, al menos no lo hacía antes, pero desde que nuevas personas hubieran llegado a su vida, muchas cosas cambiaron, cosas que él creyó imposibles pero que gracias a quienes ahora le rodeaban, sucedían.

Observando entonces el rostro de la joven aquella, Rylan no paraba de cuestionarse ¿Qué era lo que veía? ¿Cómo es que funcionaban aquellas habilidades fuera de lo común en los de su clase? El gitano no era del todo ajeno a aquellas habilidades, sin embargo las premoniciones, eran un campo completamente desconocido para él. Pese a la ignorancia que poseía sobre aquella habilidad, el gitano se mantuvo dispuesto y abierto a ella, algo que según escuchó era bueno para que todo fluyera de una manera más natural y sobre todo, se ampliaran las visiones.

De un momento a otro, vio en el rostro ajeno algo que llamo su atención. Las manos femeninas apretaron las suyas y segundos después, notó como un escalofrío recorría el cuerpo femenino. En el instante en que los ojos de ella se abrieron y se encontraron con los del gitano, él no pudo mantenerse más en silencio.
– ¿Estas bien? ¿Has visto algo? – cualquier cosa le serviría, no importaba lo más sencillo que fuera el dato que le diera aquella gitana, mientras dijera algo.

Con suma atención escucho lo que le decía la mujer. Una sonrisa se asomo a sus labios al escuchar que podía valerse por ella misma. La cambiante había decidido luchar por su vida y eso era algo dentro de todo lo malo, bueno. Cuando se menciono a la presencia que manejaba a los muertos, no necesito pensar demasiado. Loreena se preocupaba tanto por la cambiante como él mismo y aunque no se llevaran del todo bien, Rylan estaba aprendiendo a apreciarla.
– Pedazos son suficientes – aseguró a la joven – y no creo que seamos tan cercanos; simplemente compañeros de vida por una situación inesperada – soltó aquello con naturalidad antes de observar a otro lado y rascarse la nuca – Puedo comprender eso pero estaba desesperado por encontrarla así que al menos me has relajado un poco – volvió a observar a la gitana – Me has dicho lo suficiente como para mantenerme calma y esperar – La cambiante no llevaba realmente mucho tiempo fuera como para que él se preocupara de más y quizás lo mejor era tomarse todo con calma.

Olvidando al menos durante un momento su preocupación, se enfoco en la mujer que tan amablemente se había dispuesto a ayudarle.
– ¿Interrumpí tu camino? Lo lamento ¿Necesitas ayuda en algo? Cualquier cosa para compensar tu tiempo – prácticamente ella fue obligada a ayudarle y como Rylan no quería sentirse una carga para nadie, planeaba ayudarla a ella en lo pudiera para compensar su arrebato de momentos atrás – Por cierto, mi nombre es Rylan. ¿Cuál es el tuyo?

por **Aishe Barrul** Dom Abr 17, 2016 10:08 pm

Una ligera sonrisa se asomó por los labios de la morena ¿cuanto tiempo llevaba de haber dominado este arte? ver pedazos del pasado, el presente o el futuro de alguien era algo difícil, mas aún intentar hacer que los pedazos se vieran como una película corrida pero sin sonido, lo había logrado, pero no estaba muy segura de si debería decirle todo o no.

-Eso los hace cercanos, créeme, las lineas entre ustedes son estrechas... así no te hayas dado cuenta aún - sentenció, ella no solo tenía premoniciones, también era capaz de leer auras y de observar la relación que estas tenían con otras, no era algo que le gustara hacer, mas alla de las adivinaciones que usaba para obtener dinero bien habido, pero Rylan era uno de los suyos, así lo conociera o no, y eso la obligaba a ayudarle con gusto.

Ladeó la cabeza un poco, ¿como negaba cercanía, si a leguas se notaba la sincera preocupación? aquello la hizo sonreír ampliamente, le agradaba notar como aun existía ese sentimiento de unión entre los humanos y no solo el egoísmo que últimamente había conocido, también la hizo cuestionarse si algún día, para ella habría alguien que la pensara con tan ahínco.

La pregunta dirigida a ella la sacó de su estado y la hizo sobresaltarse un poco, no había notado que se había quedado con la mirada fija en el muchacho -¿Eh? no, no, no te preocupes, justo terminaba de trabajar - trabajar aquello le sonó extraño ¿eso era lo que hacía? por definición, brindar un servicio y obtener una remuneración era un trabajo, pero a veces no lo sentía como tal cuando explotaba sus dones para satisfacción ajena -Aishe - concluyó dedicándole una sonrisa, no era dada a socializar de esa manera, pero dadas las circunstancias, no podía solamente alejarse, además, acababa de entrometerse en los recuerdos y futuro de aquel joven, era lo menos que le debía.

Se mordió el labio ligeramente y después hablo por fin -Escucha, se que estas mas calmado pero... ¿quieres que te ayude a buscarla? - no se sentía comprometida, mas bien, sentía que se lo debía a aquella cambiante que ni siquiera conocía.

por **Rylan Cerny** Sáb Abr 23, 2016 12:49 am

En cierta parte de su mente, a Rylan le parecía sorprendente que Monicke y él fueran cercanos. El gitano y la cambiante se habían unido por razones de supervivencia, aunque más bien, Rylan la obligo a aferrarse a la vida, a darse la oportunidad de iniciar un nuevo camino aunque claro, aquello no lo hizo solamente por la cambiante. Él estuvo buscando mucho tiempo un motivo para sentar cabeza, para volverse un habitante de algún lugar y no simplemente un alma errante, ese era el motivo por el que se aferró a Monicke con una intensidad sin igual; en ella, esperó encontrar su propia salvación, su propio camino y aunque las cosas no siempre les fueron sencillas, el gitano aprendió gracias a ella a ceder un poco, a permitirse entablar relaciones con otros y sobre todo, a creer que existía algo en él que no estaba tan echado a perder. Claro que también podía ser que pensará que actuaba diferente solo cuando estaba cerca de Monicke o de aquellos que como la gitana que estaba con él en esos momentos, mostraban su amabilidad. Rylan después de todo, gustaba de ayudar a los menos afortunados y por eso agradecía que hicieran lo mismo con él, todo aunque él negara esos aspectos de su personalidad.
– Puede que sea como dices – se encogió de hombros – quizás necesito prestar más atención o algo así.

Saber pues que Monicke se encontraba bien le tranquilizo. Su trabajo rindió frutos, sus enseñanzas no cayeron en saco roto con la cambiante y quizás era momento de dejarla ir. Así que evitando pensar demasiado en la cambiante, centro se atención en la mujer frente a él, a quien interrogo de manera algo inesperada y burda, algo sumamente típico de él.
– ¿En qué trabajas? – cuestionaba aquello porque para él la palabra trabajo se refería a hacer trucos en los que pudiera sencillamente estafar a las personas ricas, obteniendo de ellas dinero suficiente como para sobrevivir el día a día, sin embargo para otros de los suyos existían maneras más honestad de sobrevivir.

Aishe, nombre con que se presentaba la fémina, sonrió a Rylan, quien esperaba por pagar la deuda que creía tener con la gitana. Observando con atención a la fémina, notó la manera en que ella se mordía el labio en un gesto que él fue incapaz de comprender y que le costo mucho más interpretar al escuchar lo que tenía para decirle.
– ¿Estas dispuesta a ayudarme? – la sorpresa en su voz se hizo completamente evidente, pues él aún creía que todas las personas actuaban de tal o cual manera para obtener algo a cambio; Rylan pese a haber cambiado un poco, aún vivía sacando provecho de las situaciones y de las personas, motivo por el cual, no podía creer que alguien a quien interrumpiera en su andar, se encontrara aún con la disposición de ayudarle – Si es así, podemos comenzar a buscarla en las calles cercanas – La calma volvía a su voz lentamente, así como esa manera tan peculiar que tenía de tratar a los demás, solo que en Aishe, ya confiaba un poco.

Rylan observó de un lado a otro antes de mover su mano para llamar a la morena y ponerse en marcha, buscando la salida de aquel mar de carpas y puestecillos que era el área de gitanos, sitio donde era evidente que no se encontraba ya la cambiante, pues de ser así, alguien la hubiera reconocido o Lorenna dado con ella muy pronto; además de que él se paseo por tantas partes de aquel lugar como le fue posible sin obtener resultados, así que lo mejor, era continuar la búsqueda en otro lugar.
– Supongo que ya has visto como es la persona a la que busco – mencionó, pues de no estar ella completamente segura de la apariencia de la cambiante, él tendría que describírsela o mostrársela quizás haciendo uso de las habilidades de Aishe.

por **Aishe Barrul** Jue Jun 16, 2016 10:07 pm

Martya le había inculcado la ayuda al prójimo -No importa si ellos no te dan nada a cambio, mientras no intenten hacerte caer, siempre extiende tu mano amiga hacia ellos - Aishe no era de las personas mas sociables del campamento, al menos no si no había música de por medio, los sonidos melodiosos producidos por cualquier instrumento, la transformaban completamente.

Pero ahora, el caso no involucraba música, no supo si fue el timbre de voz de Rylan, o la mirada casi perdida con gritos de ayuda, las orbes castañas resultaron ser de lo mas expresivas, algo que captó la atención de la morena de inmediato.

La pregunta la tomó desprevenida, fue entonces cuando fue consciente de que durante los últimos minutos, solo había estado mirándolo -¿Trabajo? - tardó un poco en comprender -¡Claro! eso... es que... bueno, no se si se le pude llamar de esa forma - se mordió el labio inferior llevándose la diestra detrás e la nuca -Leo la fortuna, al menos así le llaman mis clientes, lo único que hago es tener premoniciones y adornarlas para ellos - se encogió de hombros mirando al suelo avergonzada -Ya sé, es tanto como mentir y robar, pero juro que lo que les digo es lo mas cercano a la lo que vi, simplemente lo modifico para poder ser escuchado por ellos, la gente de cuna no toma muy bien las malas noticias - suspiró y volvió a mirarlo -A parte de eso, bailo en el circo cada dos fines de semana - su rostro se iluminó, eso era algo que amaba hacer.

No pudo evitar soltar una risa ligera, no pretendía burlarse de él, pero de alguna manera, le causaba gracia la manera en como se sorprendía, casi como un niño pequeño que observa las cosas por primera vez -¡Claro! - el entusiasmo en su voz fue notorio -Si me lo permites, dos personas cubren mas terreno que una sola - le sonrió con esperanza, no lo conocía pero quería eliminar la angustia de su pecho.

-Mmmmm quizá, podamos empezar en el último lugar donde la vista - dio un paso hacia él -Ya sé, ya lo has hecho, pero quizá perdiste de vista algo que podría resaltar si lo miras nuevamente - se notaba confiada en lo que decía, y real mente lo estaba, les costaría trabajo dar con la cambiante pero estaba segura que mientras Rylan continuara teniendo esos sentimientos ocultos hacia ella, lo harían. Asintió ante su pregunta -Así es, es muy bonita - dijo sin mirarlo, no quería incomodarlo.

Comenzaron a caminar, alejándose un poco de las tiendas y acercándose mas a las carrozas viejas que hacían las veces de casas -¿Hace cuanto la conoces? y... bueno ¿cómo fue que la conociste? - si bien estaba consciente de la existencia de estos seres, le sorprendía la cercanía entre uno de esa clase y uno de los propios.

por **Rylan Cerny** Vie Oct 07, 2016 11:32 pm

Rylan observó con cierta sorpresa a Aishe, quien decía que lo que hacía no era algo que pudiera tomarse como trabajo. ¿Estaba bromeando? Rylan creía que si, después de todo él se dedicaba enteramente a robar, a tener algo para vivir el día a día, mientras que ella se ganaba los francos de una manera que se consideraba honesta. La gente le daba dinero a cambio de profecías, él solo lo arrancaba de sus manos.
– No creo que eso pueda considerarse mentir o robar, menos si como me has dicho, dices lo que ves en tus premoniciones. Yo creo que tu les ayudas, aunque no siempre acepten las malas noticias – aseguro esperando que ella no se comparase más con alguien como él, un vil ladrón, un abusador de los demás, un bruto como Loreena solía llamarle. La sonrisa que ella le dedico hizo que Rylan sonriera un poco en respuesta – ¿Y te gusta bailar en el circo? ¿Por qué no lo haces en las calles? Podrías dar espectáculos más continuamente – sugirió, pues ya había visto a varios gitanos mostrar su arte de manera callejera y a lo que sabía, era algo que dejaba buenas ganancias.

Se encontraba sinceramente sorprendido por la amabilidad de aquella gitana, que ya sin necesidad de ayudarlo se ofrecía a hacerlo.
– Por supuesto que te lo permitiré, no tengo motivos para negarme – de hecho a la única que le negaba todo cuanto podía era a Loreena, porque a su ver, la bruja era demasiado molesta y resultaba más un estorbo que una ayuda.

Las sugerencia de Aishe por buscar nuevamente cerca de su carpa le pareció lógica, era eso o que ahora que se encontraba más tranquilo podía pensar de una manera más clara y ver (como ella decía) cosas que paso por alto.
– La última vez que la vi fue en mi carpa – sentenció girando sobre sus pasos – esta por acá, es de las más alejadas del campamento – comentó mientras que iniciaba la andanza, misma que detuvo un segundo al escuchar a la gitana asegurarle que Monicke era muy bonita – Lo es y también es muy fuerte – aseguró antes de sonreír de manera ligera y reanudar su andanza.

Pasaban cerca de varias carrozas cuando la curiosidad de la morena que andaba a su lado fue expresada.
– Bueno, tendrá cerca de un año que llevó conociéndola – respondió haciendo memoria, recordando aquel día en que planeaba dejar París para siempre, aquel día en que la vio por primera vez, al borde de la muerte. Evocar aquel recuerdo nunca le había sido tan complicado como ese día. Imaginar una vez más a Monicke tendida en la arena, respirando con dificultad y deseando morir le provoco una opresión en el pecho. Rylan había sido tan cruel con ella. – La encontré en la playa, estaba herida – mencionó con voz un tanto ausente – podría decirse que la salve – miro a Aishe – o quizás la maldije… ya no lo sé.

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