Re: Lobos en piel de corderos [Privado]

por **Brent Lewis** Mar Oct 20, 2015 11:32 pm

En todo el mundo la vida se trataba de saber como moverte, como saber usar a otros y emplearlos para tu propio beneficio. Al Duque esas cosas se le daban bastante bien cuando de verdad quería conseguir algo, sin embargo, la mayor parte del tiempo se la pasaba distraído en sus propios fines, sin pensar nunca en lo que los suyos esperaban de él. Brent era consciente de que no todo se manejaba de una manera adecuada ni congruente, pero en ese mundo les tocaba vivir y debían adaptarse o morir. Pensando de esa manera fue como empleo su encanto con la joven que se llevo lejos del grupo que se le aglomero en un inicio y justo siguiendo esa misma línea de pensamiento fue que la dejo para ir a ver a quien había estado esperando.

Bendito fuera el mundo por permitirle encontrar al quizás único compañero de charlas decentes en todo aquel lugar lleno de inservibles. La sonrisa de Alaric le hizo sentir bien recibido, sabía que de no ser de esa manera le sería tan evidente como si él mismo se hiciera un desaire así que sus pasos le acercaron mucho más a aquel hombre. La mirada de Brent fue a los que parecían ser los compañeros del Bourgeois; al menos dos hombres que se mantenían pegados a una dama como si fuesen su mismísima sombra; sin poder ocultar entonces la diversión que eso le causaba, se rió de manera bastante audible antes de volver a mirar a Alaric y escucharle hablar.

Peligro. Eso era lo que estaba buscando que pudieran ser ambos si es que se daba la sociedad que Brent estaba planeando formar con aquel hombre.
– ¿No es usual que te busquen? – soltó una carcajada – No trates de engañarme que todo mundo sabe que era de los hombres más desgraciadamente perseguidos por las solteras de París – aseguró aquello antes de dirigir nuevamente la mirada a la mujer que acompañaba Alaric y quien ahora lanzaba una mirada de pocos amigos a Brent – Shhh… que no ves que las paredes oyen – respondió a la pregunta de aquella manera, haciendo que a la mujer se le enrojeciera el cuello y las orejas de la molestia que le generaba lo que el duque decía. No fue sino hasta que la mujer se giro a charla con alguien más que Brent se dispuso a responder – Hieres mis inexistentes sentimientos diciéndome gran duque – señalo antes de volver a reírse y suspirar después de ello – A París me trajo el que la familia tuviera negocios aquí – una mueca de fastidio apareció en su rostro – y aunque no es aburrido, me hace falta encontrar algo de diversión, gente que molestar y fiestas que arruinar con mi sagrada presencia – menciono con burla – de hecho pensé que te gustaría entrar en mis planes pero veo que prefieres estar cuidando mujeres horrendas – su voz fue lo suficientemente audible como para que la mujer volviera la mirada al menos un segundo y al toparse con la del duque, Brent le lanzó un beso y le guiño el ojo antes de comenzar a reírse nuevamente.

por **Alaric Bourgeois** Mar Dic 22, 2015 1:41 pm

Siempre resultaba interesante cuando dos opuestos se encontraban en un punto común y quizás aún más interesantes eran los motivos porque lo hacían. Alaric raramente se encontraría en un lugar como aquel mientras que Brent estaba casi obligado por su posición social y las expectativas que siempre giraban en torno a las personas sobresalientes e importantes de la sociedad, a la que todos miraban en espera de un error minimo y absurdo que convertir en el chisme entre pastelitos y tazas de te. Como vestían, que decían, incluso las miradas mas sutiles se volvían fuente de murmullos entre las damas, aunque a Brent no parecía importarle lo que tuvieran que decir todos aquellos, fueran la plebe o al alta alcurnia de la ciudad y por eso mismo le caía bien al cazador; a ambos les importaban bien pocos las reglas establecidas y cada uno las rompía a sus maneras, con sus propios estilos y métodos y por ello, pese a saberse fastidiado por el comentario altanero dirigido a la mujer que se suponía cuidaba aquella noche, no pudo evitar sonreir de forma prepotente –Pero hasta donde se, tu no eres mujer ¿O si? – desvió los ojos hacia donde los dirigía su tan tranquilo compañero y se encontró con la furibunda mirada de la Gran Dama quien enseguida tomo un peligroso color tomate que encendió su rostro por completo tanto así, que Alaric hubiera jurado que mas que la vergüenza de haber sido atrapada oyendo conversaciones ajenas, la mujer se habría ahogado con un bocadillo…por andar escuchando conversaciones ajenas.

Al final la vergüenza si podía matar, mira tú.

Sin borrar la sonrisa del rostro observo a los otros dos guardaespaldas que también les miraban y les hiso un gesto para que que se la llevasen antes de que le diera una embolia del puro disgusto o peor, armase un griterío como bien sabían hacer las mujeres cuando algo no les agradaba -Si se pone a berrear, informo que te pasare la factura– advirtió, casi riendo con la idea de ver al Gran Duque siendo perseguido por la señora y su parasol; que era una señora de respetar!
-Pues no te quedara otra que beber para olvidar tamaño dolor – respondió con evidente sarcasmo y aprovechando a recorrer con la mirada el lugar en busca del preciado elemento vital que por supuesto, no estaba demasiado lejos o escondido. Señalo con la cabeza hacia la mesa objetivo para continuar la charla mientras avanzaban – No quisiera arruinarte la diversion de verte sin mi compañía cuando te metas en mas problemas de los que sepas contar – sonrio- ¿Tienes planes? Vaya, los milagros de navidad existen – se rio por unos segundos hasta caer en silencio al notar la forma fija en la que los miraba el motivo de sus risas. La mujer cerro el abanico con fuerza y cuadro los hombros mientras Alaric tomaba aire y exhalaba rezo para que algún dios piadoso le diera fuerzas

-Veo que los caballeritos se están divirtiendo en la fiesta – sonrio de forma falsa como si lo hubiese hecho cualquier serpiente y con una voz tan aguda que aprecia una ratita hablando –pero parece que su amigo me cree tonta, Burgois, o no sabe explicarse con sus comentarios tan ruines ¿algo en particular que desee decirme Mr…?- el golpeteo del abanico contra uno de sus costados revelaba lo enfadada que estaba, asi mismo que se hubiera presentado que le encantaba ser el centro de atencion. Alaric por su parte tomo la sabia decisión de simplemente llevarse la copa a los labios y dar un largo sorbo que escondía una sonrisa maliciosa

por **Brent Lewis** Miér Mar 16, 2016 10:34 pm

Los encuentros verdaderamente divertidos en reuniones como aquella resultaban casi tan imposibles como el hallar un oasis en el desierto, pero Brent lo había encontrado todo a base de perseverar y buscar con detenimiento. Alaric debía ser pues, el único otro invitado en aquella reunión que le importara poco hacer el ridículo o decir lo que pensará, y para demostrarlo fue que respondió de manera bastante acertada a los comentarios del Duque. Una risotada salió entonces de los labios de Brent, una tan escandalosa que varias personas se giraron a observar que era tan divertido como para generar una respuesta de aquel tipo, todo para encontrarse simplemente con dos hombres que charlaban de manera aparentemente común.
– Pero puede que te busque en nombre de alguna conocida – enarco la ceja – ya sabes que yo soy muy buena persona y siempre estoy dispuesto a ayudar al prójimo – mintió de manera descarada. Lewis no era para nada una buena persona y mucho menos estaba dispuesto a ayudar sin esperar algo a cambio de sus intervenciones.

La mujer que antes hubiera sido el “centro” de las atenciones del Burgois no dejaba de observar con molestia a Brent, siendo justo el momento en que Alaric se giraba a observarla cuando por fin, decidía dejar de escuchar parte de las conversaciones ajenas y centrar su atención en otra cosa. Con expresión sorprendida Lewis levanto las manos de manera inocente.
– No tengo idea de a que te refieres, yo no he hecho nada como para merecer el cobro de alguna factura – su tono era casi el de un hombre verdaderamente ofendido, algo que no engaño a su compañero de charla quien opto porque ahogar las penas con bebidas sería lo más apropiado – Beberé solo para hacerte compañía – dirigió una mirada fugaz a la mujer que nuevamente prestaba más atención a la charla de los jóvenes que a alguna otra cosa – y por el pesar que me causa la situación en la que te encuentras metido – siguiendo la mirada de su amigo, Brent comenzó a caminar hasta la mesa de destino – ¿Meterme? Claro que no querido amigo, nos meteremos – una sonrisa divertida le fue dirigida a su acompañante en el crimen. Con cuidado su mano fue entonces a tomar una de las copas, la que por poco se le cae al escuchar de nuevo los comentarios de Alaric – El milagro es que tenga planes que te incluyan – con mirada analítica recorrió a Burgois de arriba abajo – porque material para la aventura no tienes y eso ya lo comprobé hoy – la mirada de ambos fue entonces a la horrenda compañera con quien el cazador estaba destinado a pasar la noche – te gustan las cosas feas y aburridas – el descaro de sus comentarios y actuaciones llevo a que la dama decidiera aparecer entonces ante ambos.

En un intento de la dama por poner al Duque en su lugar soltó una serie de comentarios que hubieran hecho mejor dentro de su cabeza.
–Brent Lewis – se presentó antes de comenzar a escupir su veneno en dirección a aquella despreciable criatura – y no… – movió la cabeza en negativa sin apartar la mirada de la mujer – no la creo tonta, al menos ya no – sonrió observando como es que ella parecía relajarse un poco, como si el que Lewis admitiera eso le diera el triunfo definitivo – ahora estoy seguro de que lo es – sus ojos se mantuvieron fijos en el rostro de la fémina, el que comenzó a adquirir un tono rojizo mientras que los ojos demostraban una ira creciente en aquel interior – y sí, hay algo que quiero decirle – se tomó el tiempo para beber de la copa que ya tenía en la mano – su presencia es un verdadero fastidio, es usted la mujer más molesta de esta velada así que déjenos charlar en paz y vaya a ver si existe alguien en la fiesta que la tolere – sabía que el expresarse así le llevaría a ser parte de las habladurías del día siguiente, pero eso no le importaba. Quería tiempo a solas para expresarle sus planes a Alaric y aquella mujer, solo estorbaba.

por **Alaric Bourgeois** Dom Jun 05, 2016 3:44 pm

Pese a que Brent era un duque (o conde, no es que el cazador entendiese demasiado de la realeza) tenía la noble y bien apreciada característica de no exhibir las costumbres y modos de las personas de la corte que Burgeois no encontraba paciencia para soportar, como bien se comprobaba ya con su supuesta protegida a la que procuraba simplemente ignorar o bien, alejar de la situación a diferencia. No era el caso del duque quien no se esforzaba en medir sus palabras para con ella ni hacer comentarios políticamente correctos para agradar a nadie que no pudiera usar en su beneficio, como un peón en un juego de ajedrez pero ¿era mas valioso el alfil que la torre? Socialmente la mujer estaba muy por encima del cazador, económicamente también y mientras Alaric observaba el rostro enrojecido de la mujer, pensó que lo único que los separa era la enorme indiferencia que el sentía hacia el resto de la raza humana. No le importaba las acusaciones ni las habladurías, cosa que la mujer no podía dejar evidentemente y eso era en cierto modo respetable pues si algo le molestaba, debía actuar pero… ¿Por qué demonios tenía que tener la voz tan aguda? Un jadeo sorprendido escapo de los labios femeninos y la mujer miro furibunda al duque, por supuesto que reconocía su nombre –siendo la chismosa que era- y no se atrevería de recriminarlo aún mas en público sabiendo quien era y en que posición se encontraba pero estaba muy, muy lejos de olvidar su nombre y sus palabras despectivas –Es usted un…un Rufian– siseo –que no traerá nada más que desgracias y vergüenza a su familia– abrió y cerro el abanico con tanta fuerza que un chasquido resonó lo suficientemente alto para ser oído, incluso por encima de toda el sonido de la fiesta –y sepa que volveré, para reírme cuando llegue el momento– dicho esto, observo por última vez al cazador con la misma mirada y se giro con fuerza, retomando el camino de regreso con pasos rígidos y coléricos

-Bueno, eso fue interesante…- comento Alaric tras un largo silencio, dejando la copa de lado y sonriendo ante la noción de que estaba libre de tener que proteger y procurar por la señora el resto de la noche –Mantenme informado si es que contrata una bruja para maldecirte. Son mis casos favoritos…eso y además de que siempre es divertido ver a las personas pasando por una racha de mala suerte– Se rio para si mismo pensando en toda la clase de tonterías que podían acontecer solamente de aquello y, pese a que sabía que las brujas podían hacer mucho mas daño que aquel y que una mujer despechada como la Gran Dama era peligrosa… no creía que escalara mas. O bueno, ojala que no lo hiciera

-Ah, eso me recuerda– dijo de pronto, volviéndose ligeramente mas serio pese a que no tomaba las palabras del duque a mal, raramente lo hacia porque raramente comprendía a las personas –y lo que decían- en su totalidad –Señorito Lewis– dijo evitando la risa –yo vivo por y para la aventura; por eso soy cazador… es solamente que tengo la mala fortuna de encontrarme con cosas feas y aburridas de tanto en tanto, gajes de mi, y de tu, oficio pero hasta que las grandes empresas las manejen hermosas doncellas y no señoras amargadas– estiro la ultima silaba, dejando entrevisto que no creía que eso jamas pasara o que si iba a pasar, tardaría mucho tiempo. Mas tiempo del que él creía vivir - mejor me vas contando tu plan para esta noche ¿o es que me toca ser la mente maestra tambien?– y si era asi, iban por mal camino. Alaric Burgeois no se caracterizaba particularmente por las “brillantes” ideas

por **Brent Lewis** Mar Ago 16, 2016 11:34 pm

Una vez escupido su veneno en contra de la molesta mujer que no le dejaba tener una charla decente con Alaric, Brent solo debió esperar unos pocos segundos para escucharla nuevamente. Aquella horrenda mujer era de las que no se iban sin dar batalla o ser quienes tuvieran la ultima palabra, algo en lo que el Duque estaba dispuesto a ceder. Sus pensamientos ya habían sido expresados y no tenía ni tiempo ni ganas de continuar con aquella tontería. Las palabras femeninas resonaron en el salón, palabras que hicieron que Lewis la mirase como si fuera una gran enemiga. El Duque de los Países Bajos tenía bastante en claro que no era como su padre y que nunca llegaría a serlo, pese a que ambos se ganaran el mismo titulo. Las miradas siempre estaban sobre Lewis, esperando porque siguiera los mismos pasos que su padre y si bien no decepcionaba cuando se trataba de actuar con seriedad, la mayor parte del tiempo, Brent no parecía ser ni una cuarta parte de lo que era su progenitor. Sus ojos siguieron con atención la figura de la mujer que se alejaba en la multitud, mientras que las miradas que se mantuvieron curiosas ante el espectáculo brindado comenzaban a abandonar a los caballeros y a la dama.

Un suspiro salió de sus labios cuando el silenció que reino después de la partida de la mujer fue roto por Alaric. Brent debía recomponerse, recordarse a si mismo que estaba en París para demostrar quien era de verdad y que contrario a lo que la desagradable mujer que ya no podía ver dijera, él no fracasaría.
– Tienes un gusto pésimo para elegir mujeres interesantes – soltó con solemnidad antes de volver a mostrar una sonrisa divertida en su rostro, esa que era tan característica de él – Yo personalmente prefiero otra clase de compañías femeninas – giro entonces el rostro para observar a una dama de vestido verde oscuro que le dedico una sonrisa tímida – Unas que sean menos habladoras y más dóciles – aseguró antes de volver la mirada a su compañero de charla, separando sus ojos de la joven – Y no me agradan para nada tus buenos deseos para mi – tomó lo que quedaba en su copa – Si esa mujer busca una bruja para maldecirme el único que sacara algo bueno serás tú cuando te contrate – sus palabras parecían preocupadas pero en realidad, a Brent le parecería sumamente divertido ser lo suficientemente molesto como para que alguien llamará a una bruja. No se imaginaba que clase de ego debería tener la mujer que usara esos trucos tan bajos contra él, pero la verdad es que se moría ver a una hacerlo.

Finalizado el asunto con la desagradable compañía de Bourgeois, la falsa seriedad inundo a ambos caballeros y mientras que Lewis escuchaba las palabras de su amigo, trataba de contener la risa ante el cambio radical en el tono de la platica, ese que él empleo también.
– Bueno, me llena de gozo hacerle saber que nuestro cometido no incluye ninguna clase de mujer y que espero que satisfaga sus expectativas de aventura Señorito Bourgeois – una ligera sonrisa apareció en sus labios antes de que la seriedad inundara nuevamente su rostro – Me complace hacerle saber también que el plan es bastante simple por ahora – hizo una pausa – Necesito conocer gente aquí en París, gente que pueda ayudarme a lograr ciertas metas personales que me he impuesto – el ganar poder y reputación era una de tantas cosas – así como también necesitare de sus servicios como cazador, ya sabe que suelo atraer deseos, personas y cosas no muy positivas – suspiro con fingido pesar – ¿Qué he hecho para merecer este cruel destino? Eso es lo que siempre me pregunto – y tras decir esas palabras, la seriedad le abandono por completo, comenzando a reir.

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