AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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I know places|| Catalina de Aragón
2 participantes
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I know places|| Catalina de Aragón
La mujer no respondió a su comentario pero no le dio demasiada importancia. Quizá algún mal recuerdo hubiese cruzado su mente. Se dedicó a observar cómo la lluvia disminuía lentamente, aún seguía cayendo pero dentro de unos minutos estaba segura de que acabaría.
─Es una clase de amor muy diferente─ dijo simplemente. Era cierto, ella quería mucho a su Narcisse pero sabía que era muy diferente. Narcisse había hablado innumerables veces de su amor a su difunto esposo y no se asemejaba a lo que recibía de ella.
Quería preguntar por los otros dos pisos pero era mejor no hablar de ello. Si no le decía nada era porque no deseaba comentarselo. Asintió, era un trabajo. ¿Por qué se iba a negar a aceptarlo? Era cierto que acababa de conocerla y no sabía muy bien como era. Lo mismo se trataba de una psicópata. Si esa era la verdadera naturaleza de Catalina, ya se las apañaría para salir de allí sin ningún solo rasguño. En peores se habría visto envueltas.
─Por cierto, ya que voy a trabajar para usted. Creo que debería decirle mi auténtico nombre. Me llamo Golnar─ era lo justo, al menos así sabía que trataba ahora con la mujer que solía ser durante el día. Aquella noche ya no le apetecía ser Saphir.
Solo cinco minutos. Eso no era un recorrido muy largo. Se deshizo de su abrigo y se lo tendió a la joven. Era hora de que volviese a su dueña y ella pudiera . Podría utilizar su capucha para no mojarse en caso de que tuvieran que salir de aquel refugio que habían encontrado.
─Por favor, guíeme─ le dijo dispuesta a salir ya de una vez de allí. Daba igual si se mojaba, era un riesgo que debería correr.
─Es una clase de amor muy diferente─ dijo simplemente. Era cierto, ella quería mucho a su Narcisse pero sabía que era muy diferente. Narcisse había hablado innumerables veces de su amor a su difunto esposo y no se asemejaba a lo que recibía de ella.
Quería preguntar por los otros dos pisos pero era mejor no hablar de ello. Si no le decía nada era porque no deseaba comentarselo. Asintió, era un trabajo. ¿Por qué se iba a negar a aceptarlo? Era cierto que acababa de conocerla y no sabía muy bien como era. Lo mismo se trataba de una psicópata. Si esa era la verdadera naturaleza de Catalina, ya se las apañaría para salir de allí sin ningún solo rasguño. En peores se habría visto envueltas.
─Por cierto, ya que voy a trabajar para usted. Creo que debería decirle mi auténtico nombre. Me llamo Golnar─ era lo justo, al menos así sabía que trataba ahora con la mujer que solía ser durante el día. Aquella noche ya no le apetecía ser Saphir.
Solo cinco minutos. Eso no era un recorrido muy largo. Se deshizo de su abrigo y se lo tendió a la joven. Era hora de que volviese a su dueña y ella pudiera . Podría utilizar su capucha para no mojarse en caso de que tuvieran que salir de aquel refugio que habían encontrado.
─Por favor, guíeme─ le dijo dispuesta a salir ya de una vez de allí. Daba igual si se mojaba, era un riesgo que debería correr.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: I know places|| Catalina de Aragón
Dejé el tema de su convivencia. Si algún día quería hablar de ello simplemente lo haría y mientras tanto había muchos más temas que tratar, muchos más modos de conocerse y saber como era la otra persona.
Se quitó mí abrigo y me lo alargó. Lo tomé de nuevo por uno de los lados, quedando bastante lejos de sus manos, evitando de nuevo cualquier tipo de roce. Me lo puse encima y sentí el nuevo aroma que tenía. Ya no olía a mí perfume, ni a mí aroma corporal. Olía a aquella dama, al aroma de su perfume, al matiz característico que desprende la piel de cada persona, todos diferentes. Lo aspiré y lo interioricé. Gracias a mis sentidos seguramente podría encontrarla a menos que cambiará drásticamente de olor. Después de esto, sonreí y comencé a caminar.
- Por aquí, por favor - le dije mientras indicaba la calle contigua, fuera del refugio de los portales.
Al tomar ese camino, el paisaje cambió drásticamente. Lo que antes era una zona residencial y comercial bastante céntrica. Pasó a ser únicamente residencial. A ambos lados de la calle había casas familiares individuales, de 2 plantas y con bastantes años a las espaldas. Las farolas estaban apagadas en su mayoría y la oscuridad imperaba rota por el destello de una luna que se escurría entre la nubes.
- Curioso nombre. No lo había escuchado antes - la respondí cuando reveló el verdadero - ¿Cómo prefiere que trate con usted? - me daba igual como llamarla. Pero, el hecho de decidir uno u otro declararía cual era la vida que prefería.
Un par de minutos más y giré a la izquierda internandome en un paseo empedrado bordeado por un jardín bastante muerto debido a la época del año. Al final, una puerta de madera vieja con un león de hierro devorando la bola que hacia las funciones de timbre.
Saqué la cadena que rodeaba mi cuello y de la cual pendían dos llaves. Con la primera, un poquito más grande, giré en la cerradura y la puerta cedió. Al igual que yo cedí el paso a mi acompañante.
- Pasé por favor - le indiqué - Tenga cuidado con los marcos, tienen astillas, no se vaya a pinchar - unas velas casi apagadas por el uso de toda la noche daban luz a una entrada con un taquillón y una puerta al fondo entreabierta.
Se quitó mí abrigo y me lo alargó. Lo tomé de nuevo por uno de los lados, quedando bastante lejos de sus manos, evitando de nuevo cualquier tipo de roce. Me lo puse encima y sentí el nuevo aroma que tenía. Ya no olía a mí perfume, ni a mí aroma corporal. Olía a aquella dama, al aroma de su perfume, al matiz característico que desprende la piel de cada persona, todos diferentes. Lo aspiré y lo interioricé. Gracias a mis sentidos seguramente podría encontrarla a menos que cambiará drásticamente de olor. Después de esto, sonreí y comencé a caminar.
- Por aquí, por favor - le dije mientras indicaba la calle contigua, fuera del refugio de los portales.
Al tomar ese camino, el paisaje cambió drásticamente. Lo que antes era una zona residencial y comercial bastante céntrica. Pasó a ser únicamente residencial. A ambos lados de la calle había casas familiares individuales, de 2 plantas y con bastantes años a las espaldas. Las farolas estaban apagadas en su mayoría y la oscuridad imperaba rota por el destello de una luna que se escurría entre la nubes.
- Curioso nombre. No lo había escuchado antes - la respondí cuando reveló el verdadero - ¿Cómo prefiere que trate con usted? - me daba igual como llamarla. Pero, el hecho de decidir uno u otro declararía cual era la vida que prefería.
Un par de minutos más y giré a la izquierda internandome en un paseo empedrado bordeado por un jardín bastante muerto debido a la época del año. Al final, una puerta de madera vieja con un león de hierro devorando la bola que hacia las funciones de timbre.
Saqué la cadena que rodeaba mi cuello y de la cual pendían dos llaves. Con la primera, un poquito más grande, giré en la cerradura y la puerta cedió. Al igual que yo cedí el paso a mi acompañante.
- Pasé por favor - le indiqué - Tenga cuidado con los marcos, tienen astillas, no se vaya a pinchar - unas velas casi apagadas por el uso de toda la noche daban luz a una entrada con un taquillón y una puerta al fondo entreabierta.
Catalina De Aragón- Vampiro Clase Media
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
La siguió por las calles mientras el paisaje iba cambiando. De pronto ya estaban en una zona simplemente residenciales. Las casas que se extendían a ambos lados eran ya antiguas pero guardaban su encanto. Golnar estaba maravillada, vivir por allí debía de ser un auténtico placer. No sabía cómo la tratarían los vecinos pero seguro que no se podía quejar. Aunque bueno, quizá se estaba imaginando cómo era el lugar pues sus ojos no vislumbraba demasiado bien el sitio.
─Me lo puso mi... segunda madre─ era un término muy raro pero no podía llamarla de otra manera. Cuando estaba con ella a solas, la llamaba madre a secas. Pero Narcisse siempre decía que no debía despreciar sus orígenes─Prefiero que me llame Golnar.─ aunque si lo pensaba bien, ese tampoco era su verdadero nombre. Ya a penas recordaba el nombre que le había puesto sus verdaderos padres y tampoco su apellido. Lo cierto era que no le importaba.
Se fijó en todos los detalles cuando llegaron por fin a la casa de Catalina. No se pasó por alto el hecho que llevaba la llave colgada en el cuello. Se preguntó para qué serviría la segunda llave. La curiosidad acabaría un día con ella. Siempre estaba pendiente a todo lo que la rodeaba. Entraron y Golnar se quedó impresionada. Tenía una especie de recibidor y todo. Ella, al entrar a su propia casa, ya veía directamente casi todas las habitaciones.
─¿Le importa si dejo la capa aquí?─ supuso que le enseñaría la planta que tendría que limpiar─. Está un poco mojada y no quiero que gotee─ esperó su confirmación para poder quitársela.
─Me lo puso mi... segunda madre─ era un término muy raro pero no podía llamarla de otra manera. Cuando estaba con ella a solas, la llamaba madre a secas. Pero Narcisse siempre decía que no debía despreciar sus orígenes─Prefiero que me llame Golnar.─ aunque si lo pensaba bien, ese tampoco era su verdadero nombre. Ya a penas recordaba el nombre que le había puesto sus verdaderos padres y tampoco su apellido. Lo cierto era que no le importaba.
Se fijó en todos los detalles cuando llegaron por fin a la casa de Catalina. No se pasó por alto el hecho que llevaba la llave colgada en el cuello. Se preguntó para qué serviría la segunda llave. La curiosidad acabaría un día con ella. Siempre estaba pendiente a todo lo que la rodeaba. Entraron y Golnar se quedó impresionada. Tenía una especie de recibidor y todo. Ella, al entrar a su propia casa, ya veía directamente casi todas las habitaciones.
─¿Le importa si dejo la capa aquí?─ supuso que le enseñaría la planta que tendría que limpiar─. Está un poco mojada y no quiero que gotee─ esperó su confirmación para poder quitársela.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Localización : En algún lugar del mundo
Re: I know places|| Catalina de Aragón
- ¿Su segunda madre? - pregunté inconscientemente cuando terminó de decirlo - No me responda, seguro que es complicado - seguí diciendo - Todas las historias de familia lo son - hice una pausa - Si yo le contará la mía... - dejé las palabras en el aire - Quizás en algún otro momento, más tranquilas - concluí con una sonrisa.
Realmente era prácticamente imposible contársela en aquel momento. Era una historia de otra época, había que embellecerla mucho para que pareciera de la actual. Además, sería una historia con una protagonista: mi madre. Mi padre jamás supo de mi existencia más allá que en mi momento de engendramiento, cuando vertía su semilla en el interior de mi progenitora.
Prefirió Golnar, algo que me gustó. Era difícil no caer en el tópico de preferir ser anónimo, de buscar no ser conocida más allá de la labor nocturna que se ejerce. Aquella mujer era prostituta si, pero antes que nada era persona y, su trabajo, nunca eclipsaría lo que era.
Vi la sorpresa en los ojos de la dama y me pregunté como sería su casa si aquella muestra pobre de un hogar llegaba a llamar su atención. Cerré la puerta tras de ella y el silencio lo llenó de nuevo todo. Eso y un olor a cerrado.
- Cuelguela ahí - le indiqué señalándole un perchero oculto en una esquina apenas visible con la tenue luz - No se preocupe, sólo es agua - mi sonrisa en aquella penumbra se tornaba más tétrica, aunque nunca perdía su belleza. Entre mis labios se vieron un par de incisivos blancos como la cal.
Empujé la primera puerta y la habitación que encontramos a continuación era bastante más grande. Tenía una mesa central rodeada por sillones y un reloj de pared que sonaba constantemente. En las paredes había cuadros de paisajes, algunos completos, otros poco más que esbozos en blanco y negro. unas grandes cortinas oscuras colgaban del techo y tapaban las ventanas, si es que las había.
- Este es el salón principal - le indiqué.
Además de aquel mobiliario, había 3 puertas más. Me dirigí a la derecha y entré. La habitación no disponía más que de una silla, un espejo y un recipiente para llenar con agua. De nuevo, las mismas cortinas echadas.
- Me he mudado hace poco y todo está aún por preparar - la dije.
Salí de nuevo por el salón principal y crucé la otra puerta. Tuve que encender las velas pues la habitación estaba completamente a oscuras y, la luz reveló una cocina bastante antigua y poco usada. Estaba perfectamente recogida pero con bastante polvo.
- Y esto es la cocina - la dije después de dejar que la mirara unos minutos - Estas tres habitaciones, añadiendo la entrada será su cometido - le expliqué mientras volvíamos a la sala principal, sin hacer ninguna mención a la habitación que quedaba tras la tercera puerta - ¿Alguna pregunta?
Realmente era prácticamente imposible contársela en aquel momento. Era una historia de otra época, había que embellecerla mucho para que pareciera de la actual. Además, sería una historia con una protagonista: mi madre. Mi padre jamás supo de mi existencia más allá que en mi momento de engendramiento, cuando vertía su semilla en el interior de mi progenitora.
Prefirió Golnar, algo que me gustó. Era difícil no caer en el tópico de preferir ser anónimo, de buscar no ser conocida más allá de la labor nocturna que se ejerce. Aquella mujer era prostituta si, pero antes que nada era persona y, su trabajo, nunca eclipsaría lo que era.
Vi la sorpresa en los ojos de la dama y me pregunté como sería su casa si aquella muestra pobre de un hogar llegaba a llamar su atención. Cerré la puerta tras de ella y el silencio lo llenó de nuevo todo. Eso y un olor a cerrado.
- Cuelguela ahí - le indiqué señalándole un perchero oculto en una esquina apenas visible con la tenue luz - No se preocupe, sólo es agua - mi sonrisa en aquella penumbra se tornaba más tétrica, aunque nunca perdía su belleza. Entre mis labios se vieron un par de incisivos blancos como la cal.
Empujé la primera puerta y la habitación que encontramos a continuación era bastante más grande. Tenía una mesa central rodeada por sillones y un reloj de pared que sonaba constantemente. En las paredes había cuadros de paisajes, algunos completos, otros poco más que esbozos en blanco y negro. unas grandes cortinas oscuras colgaban del techo y tapaban las ventanas, si es que las había.
- Este es el salón principal - le indiqué.
Además de aquel mobiliario, había 3 puertas más. Me dirigí a la derecha y entré. La habitación no disponía más que de una silla, un espejo y un recipiente para llenar con agua. De nuevo, las mismas cortinas echadas.
- Me he mudado hace poco y todo está aún por preparar - la dije.
Salí de nuevo por el salón principal y crucé la otra puerta. Tuve que encender las velas pues la habitación estaba completamente a oscuras y, la luz reveló una cocina bastante antigua y poco usada. Estaba perfectamente recogida pero con bastante polvo.
- Y esto es la cocina - la dije después de dejar que la mirara unos minutos - Estas tres habitaciones, añadiendo la entrada será su cometido - le expliqué mientras volvíamos a la sala principal, sin hacer ninguna mención a la habitación que quedaba tras la tercera puerta - ¿Alguna pregunta?
Catalina De Aragón- Vampiro Clase Media
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
Abrió la boca para responder a su pregunta pero ella misma le dijo que no hacía falta que respondiera así que se limitó a asentir. Era cierto que era complicado y largo de explicar. Bueno, siempre podría hacer un leve resumen pero quizá en otro momento mejor.
Se quitó la capa cuando tuvo su consentimiento. Podía ser solo agua pero si se pisaba dejarían unas huellas horribles por toda la casa. Había que tener cuidado con esas cosas. La siguió y entraron en la primera habitación. Era acogedora y había unos cuantos cuadros colgados, le hubiese gustado acercarse a observarlos cada uno detenidamente pero ya tendría más tiempo para ello.
No dijo nada hasta que llegaron a la cocina. Tenía que simplemente fijarse en todo y no olvidarse de lo que le dijese. Se extrañó de que solo tuviera que limpiar eso. Parecía bastante sencillo. Había una tercera puerta a la que no había entrado pero seguro que Catalina no quería verla por allí. Debía acordarse de las puertas que había entrado, no quería estropearlo todo el primer día. Ella podía tener sus secretos y ocultar lo que le placiese. Golnar no era quién para criticar ni para pedir explicaciones de lo que había en esa tercera habitación. ¿Si tenía curiosidad? Por supuesto, pero eso no quitaba que tuviera que despojar de su privacidad a Catalina. Aprovechó la pregunta que le hizo para despejar toda duda de su mente.
─Supongo que estas tres habitaciones son las únicas a las que se me permitirá entrar─ era muy extraño que la cocina estuviera bastante polvorienta. Era lo primero que se limpiaba al mudarse, al fin y al cabo la utilizaría varias veces al día. Lo que le llevó a preguntarse si es que la mujer comía siempre fuera─Creo que lo tengo todo bastante claro. Si no tiene ninguna norma más, me parece estupendo empezar cuando me lo ordene.
Se quitó la capa cuando tuvo su consentimiento. Podía ser solo agua pero si se pisaba dejarían unas huellas horribles por toda la casa. Había que tener cuidado con esas cosas. La siguió y entraron en la primera habitación. Era acogedora y había unos cuantos cuadros colgados, le hubiese gustado acercarse a observarlos cada uno detenidamente pero ya tendría más tiempo para ello.
No dijo nada hasta que llegaron a la cocina. Tenía que simplemente fijarse en todo y no olvidarse de lo que le dijese. Se extrañó de que solo tuviera que limpiar eso. Parecía bastante sencillo. Había una tercera puerta a la que no había entrado pero seguro que Catalina no quería verla por allí. Debía acordarse de las puertas que había entrado, no quería estropearlo todo el primer día. Ella podía tener sus secretos y ocultar lo que le placiese. Golnar no era quién para criticar ni para pedir explicaciones de lo que había en esa tercera habitación. ¿Si tenía curiosidad? Por supuesto, pero eso no quitaba que tuviera que despojar de su privacidad a Catalina. Aprovechó la pregunta que le hizo para despejar toda duda de su mente.
─Supongo que estas tres habitaciones son las únicas a las que se me permitirá entrar─ era muy extraño que la cocina estuviera bastante polvorienta. Era lo primero que se limpiaba al mudarse, al fin y al cabo la utilizaría varias veces al día. Lo que le llevó a preguntarse si es que la mujer comía siempre fuera─Creo que lo tengo todo bastante claro. Si no tiene ninguna norma más, me parece estupendo empezar cuando me lo ordene.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
Resultaba evidente que la falta de uso llamaría su atención. Normalmente todas esas instancias serían de uso común y diario. Sin embargo, parecían abandonadas
, sin trabajo alguno. Aún así no preguntó en ningún momento, no hasta que le di pie a hablar.
Su pregunta era razonable pero no, aún no había terminado y lo que vendría a continuación superaba en rareza a todo lo que acababa de ver.
- Exacto, esto es su competencia - en referente a su pregunta acerca de lo que abarcaba su función - No, aún no hemos terminado. Ahora te diré mis reglas - le expliqué - Puede que algunas te resulten extrañas pero, te aconsejo que las siga al pie de la letra, no admitiré que se vulneren ¿Entedido? - sabía que quizás con eso, lo único que iba a hacer era empujarla a saltárselas: "No hay peor manera de prohibir algo que prohibiéndolo". Alguien me lo dijo una vez.
Caminé unos pasos y dejé que una de mis manos se posara sobre la mesa que dominaba la sala. Mientras, no dejaba de mirarla, estudiándola.
- Esa puerta de allí, está prohibida - le dije indicando la puerta que no había abierto - No me gustaría que entrarás, no es necesario - quería sonar como una recomendación pero parecía más bien una amenaza - Debes hacer tus labores por el día, intentando que sea lo más cercano al mediodía posible - de ese modo evitaría cualquier interacción peligrosa nada más levantarme al ocaso - Nunca de noche - recalqué.
Agobiada por el hecho de que se pudiera cruzar esa puerta, caminé hasta ella y giré el picaporte: estaba abierta. Vovi a cerrarla y, con la otra llave que llevaba al cuello, la cerré dándole 3 vueltas a la cerradura.
Luego volví hasta ella y la sonreí.
- Puedes venir cuando quieras para hacer lo que te he pedido. Dejarás una nota como que has venido y yo tendré preparada la paga para la próxima vez que vuelvas.
Si, era raro, pero era lo mejor.
- Es muy probable que no nos veamos casi nunca, soy una persona que pasa mucho tiempo fuera de casa y normalmente no estoy aquí. Si en algún momento necesitó prescindir de tus servicios, te lo haré saber. Si no, siempre podrás seguir viniendo- esperé a ver que tenía que decir sentido aquello.
, sin trabajo alguno. Aún así no preguntó en ningún momento, no hasta que le di pie a hablar.
Su pregunta era razonable pero no, aún no había terminado y lo que vendría a continuación superaba en rareza a todo lo que acababa de ver.
- Exacto, esto es su competencia - en referente a su pregunta acerca de lo que abarcaba su función - No, aún no hemos terminado. Ahora te diré mis reglas - le expliqué - Puede que algunas te resulten extrañas pero, te aconsejo que las siga al pie de la letra, no admitiré que se vulneren ¿Entedido? - sabía que quizás con eso, lo único que iba a hacer era empujarla a saltárselas: "No hay peor manera de prohibir algo que prohibiéndolo". Alguien me lo dijo una vez.
Caminé unos pasos y dejé que una de mis manos se posara sobre la mesa que dominaba la sala. Mientras, no dejaba de mirarla, estudiándola.
- Esa puerta de allí, está prohibida - le dije indicando la puerta que no había abierto - No me gustaría que entrarás, no es necesario - quería sonar como una recomendación pero parecía más bien una amenaza - Debes hacer tus labores por el día, intentando que sea lo más cercano al mediodía posible - de ese modo evitaría cualquier interacción peligrosa nada más levantarme al ocaso - Nunca de noche - recalqué.
Agobiada por el hecho de que se pudiera cruzar esa puerta, caminé hasta ella y giré el picaporte: estaba abierta. Vovi a cerrarla y, con la otra llave que llevaba al cuello, la cerré dándole 3 vueltas a la cerradura.
Luego volví hasta ella y la sonreí.
- Puedes venir cuando quieras para hacer lo que te he pedido. Dejarás una nota como que has venido y yo tendré preparada la paga para la próxima vez que vuelvas.
Si, era raro, pero era lo mejor.
- Es muy probable que no nos veamos casi nunca, soy una persona que pasa mucho tiempo fuera de casa y normalmente no estoy aquí. Si en algún momento necesitó prescindir de tus servicios, te lo haré saber. Si no, siempre podrás seguir viniendo- esperé a ver que tenía que decir sentido aquello.
Catalina De Aragón- Vampiro Clase Media
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
Esperaba cualquier clase de normas por su parte. Por desgracia, los ricos se podían permitir ser curiosos, ella no. Era un trabajo, no podía echarlo a perder por culpa de la curiosidad. Aunque sabía que acabaría cayendo en la trampa. Lo prohibido siempre sabía mejor y ese era un sentimiento que no se podía eliminar por más que pudiera.
─¿Quiere decir que tengo que acabar antes del mediodía?─ había que resolver cualquier duda, no quería estropearlo todo a la primera.
Observó cómo se acercó a la puerta y comprobaba si estaba abierta. Así era, Golnar se estiró un poco para intentar vislumbrar algo pero el hueco era demasiado pequeño y duró abierto unos segundos. Vio cómo con la otra llave cerraba la puerta, girándola tres veces.
Asintió ante sus normas. Le podría resultar extraño pero prefería no contradecir nada de lo que decía. Ella era la que mandaba, era la que le había ofrecido el trabajo así que acataría sus normas.
─¿Cómo entraré a la casa?─ preguntó al saber que no se verían los días que ella estuviera limpiando la casa─¿Le parece bien si vengo una vez a la semana? Podemos poner un día fijo y así me tendrá más controlada─ era algo que le vendría bien a las dos. Así, ambas sabrían cuándo venía─. Aunque el primer día que venga tendré que trabajar duro, la cocina esta bastante abandonada─ añadió como un mero dato al recordar cómo había visto el lugar.
─¿Quiere decir que tengo que acabar antes del mediodía?─ había que resolver cualquier duda, no quería estropearlo todo a la primera.
Observó cómo se acercó a la puerta y comprobaba si estaba abierta. Así era, Golnar se estiró un poco para intentar vislumbrar algo pero el hueco era demasiado pequeño y duró abierto unos segundos. Vio cómo con la otra llave cerraba la puerta, girándola tres veces.
Asintió ante sus normas. Le podría resultar extraño pero prefería no contradecir nada de lo que decía. Ella era la que mandaba, era la que le había ofrecido el trabajo así que acataría sus normas.
─¿Cómo entraré a la casa?─ preguntó al saber que no se verían los días que ella estuviera limpiando la casa─¿Le parece bien si vengo una vez a la semana? Podemos poner un día fijo y así me tendrá más controlada─ era algo que le vendría bien a las dos. Así, ambas sabrían cuándo venía─. Aunque el primer día que venga tendré que trabajar duro, la cocina esta bastante abandonada─ añadió como un mero dato al recordar cómo había visto el lugar.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
- No - negué ante su pregunta - Me refería a que vinieras más o menos a esas horas. De ese modo no perturbarás mi sueño y estarás más tranquila para llevar a cabo tus tareas - le respondí intentando aclararlo todo un poco más - Siempre que sea posible.
Cuando me pregunta como entrar en casa, camino hasta el recibidor y abro el armario que hay allí. Extraigo una llave como la que había usado para abrir la puerta principal y vuelvo a donde esta Golnar. Por un momento estoy a nada de estirar el brazo para ofrecérsela en la mano. Luego finalmente dejó la misma sobre la mesa, cercana a ella.
- Con esa llave podrás entrar y salir. Por favor cierra bien cuando salgas para evitar que nadie más entre - luego pensé que en el fondo le estaba ofreciendo una ayuda eventual - Si encuentras algo mejor, o simplemente te cansas. Deja la llave junto a la nota y daré por hecho que dejas el trabajo.
- ¿Es necesario que la controle? - la pregunté un poco en tono de broma - Creó que no harás nada malo con lo que te estoy ofreciendo así que no te controlaré. Además, los resultados suelen ser visibles - le dije dándola un voto de confianza - Venga cuando te sea más fácil y cómodo.
Luego me disculpé por el estado de la cocina.
- Puede hacerlo en dos días si lo prefieres - la dije - No suelo usarla demasiado pero al menos me gustaría que luciera limpia.
Al terminar esa frase sonó un ruido en el techo. Algo así como un arañazo que se iba moviendo lentamente. Automáticamente levanté la cabeza identificándolo. Me quede unos segundos pensativa y miré de nuevo a Golnar con una media sonrisa.
- Es lo que tienen las casas antiguas. Las ratas se hacen con el control de todo - le dije a modo de explicación - Disculpame un momento.
Caminé de nuevo hasta la puerta prohibida y la giré las tres vueltas. Luego me interne en la oscuridad.
Cuando me pregunta como entrar en casa, camino hasta el recibidor y abro el armario que hay allí. Extraigo una llave como la que había usado para abrir la puerta principal y vuelvo a donde esta Golnar. Por un momento estoy a nada de estirar el brazo para ofrecérsela en la mano. Luego finalmente dejó la misma sobre la mesa, cercana a ella.
- Con esa llave podrás entrar y salir. Por favor cierra bien cuando salgas para evitar que nadie más entre - luego pensé que en el fondo le estaba ofreciendo una ayuda eventual - Si encuentras algo mejor, o simplemente te cansas. Deja la llave junto a la nota y daré por hecho que dejas el trabajo.
- ¿Es necesario que la controle? - la pregunté un poco en tono de broma - Creó que no harás nada malo con lo que te estoy ofreciendo así que no te controlaré. Además, los resultados suelen ser visibles - le dije dándola un voto de confianza - Venga cuando te sea más fácil y cómodo.
Luego me disculpé por el estado de la cocina.
- Puede hacerlo en dos días si lo prefieres - la dije - No suelo usarla demasiado pero al menos me gustaría que luciera limpia.
Al terminar esa frase sonó un ruido en el techo. Algo así como un arañazo que se iba moviendo lentamente. Automáticamente levanté la cabeza identificándolo. Me quede unos segundos pensativa y miré de nuevo a Golnar con una media sonrisa.
- Es lo que tienen las casas antiguas. Las ratas se hacen con el control de todo - le dije a modo de explicación - Disculpame un momento.
Caminé de nuevo hasta la puerta prohibida y la giré las tres vueltas. Luego me interne en la oscuridad.
Catalina De Aragón- Vampiro Clase Media
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
Asintió y lo anotó mentalmente. Venir sobre las doce, eso era sencillo. La siguió con la mirada mientras se alejaba de ella y, cuando volvió traía con ella una llave que le entregó. Ahora sí podía entrar en la casa con más facilidad y sin despertar a nadie. Solo esperaba no hacer demasiado ruido a la hora de limpiar.
Suponía que Catalina regresaba muy tarde a casa y necesitaba hasta más adentrado el mediodía para recuperar las fuerzas perdidas. Se preguntó en ese instante qué clase de sitios frecuentaba y por qué salidas nocturnas que acababan hasta tarde. Claro que solo era suposiciones suyas.
─Bueno─ se encogió de hombros─Era para coger una rutina, ya sabe para seguir siempre los mismos patrones. Así que vendré al menos una vez a la semana para limpiar. Si veo que la cocina me da problemas el primer día, volveré al día siguiente para acabar la tarea─ al fin y al cabo tenía una llave para entrar cuando le apeteciese y estaba segura que no desobedecía ninguna norma impuesta.
Escuchó aquel ruido en el techo y alzó sus ojos con una extraña mueca en el rostro. ¿Qué era eso? Como si le hubiera leído la mente, Catalina le respondió y ella le sonrió. ¿Ratas? Era imposible que fueran eso. De todas maneras, no quiso indagar más pero un escalofrío recorrió su espalda. La mujer se dirigió hacia la puerta que tenía prohibida y se internó en ella.
Golnar esperó. Se acercó a los cuadros y los apreció mientras su mente no dejaba de darle vueltas al sonido que había oído. Cuanto más tiempo pasaba con aquella mujer, más misteriosa se volvía. Más preguntas sin respuesta se formulaban en su cabeza. Dedicó unos segundos a cada cuadro, el arte era una gran pasión y le encantaba ver cómo habían realizado el dibujo. Aunque no se atrevió a acercarse demasiado, simplemente los contempló desde una distancia prudente. "¿A dónde habrá ido?" se preguntaba una y otra vez mientras fingía estar absorta mirando los cuadros.
Suponía que Catalina regresaba muy tarde a casa y necesitaba hasta más adentrado el mediodía para recuperar las fuerzas perdidas. Se preguntó en ese instante qué clase de sitios frecuentaba y por qué salidas nocturnas que acababan hasta tarde. Claro que solo era suposiciones suyas.
─Bueno─ se encogió de hombros─Era para coger una rutina, ya sabe para seguir siempre los mismos patrones. Así que vendré al menos una vez a la semana para limpiar. Si veo que la cocina me da problemas el primer día, volveré al día siguiente para acabar la tarea─ al fin y al cabo tenía una llave para entrar cuando le apeteciese y estaba segura que no desobedecía ninguna norma impuesta.
Escuchó aquel ruido en el techo y alzó sus ojos con una extraña mueca en el rostro. ¿Qué era eso? Como si le hubiera leído la mente, Catalina le respondió y ella le sonrió. ¿Ratas? Era imposible que fueran eso. De todas maneras, no quiso indagar más pero un escalofrío recorrió su espalda. La mujer se dirigió hacia la puerta que tenía prohibida y se internó en ella.
Golnar esperó. Se acercó a los cuadros y los apreció mientras su mente no dejaba de darle vueltas al sonido que había oído. Cuanto más tiempo pasaba con aquella mujer, más misteriosa se volvía. Más preguntas sin respuesta se formulaban en su cabeza. Dedicó unos segundos a cada cuadro, el arte era una gran pasión y le encantaba ver cómo habían realizado el dibujo. Aunque no se atrevió a acercarse demasiado, simplemente los contempló desde una distancia prudente. "¿A dónde habrá ido?" se preguntaba una y otra vez mientras fingía estar absorta mirando los cuadros.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
El pasillo estaba oscuro pero no era necesario que diera ninguna luz para llegar hasta arriba: lo conocía como la palma de mi mano. Conforme ascendía, el sonido del rascar se hacía más fuerte, más claro. Aquella noche no esperaba tener compañía y no había preparado la casa para ello, había demasiados cabos sueltos.
Cuando llegué hasta arriba abrí la puerta de un empujón. El interior aún tenía algo de luz de un par de velas que agonizaban en la esquina de la misma. En el suelo, un joven de unos 20 años, se arrastraba por el suelo a duras penas. Tenía el cuello herido por el que aún brotaba algo de sangre y la camisa blanca totalmente manchada. Su rostro estaba pálido a causa de la falta de sangre y tenía aún los tobillos atados de haber estado bocabajo, por lo que sólo se podía arrastrar con las manos.
Al verme, sus ojos se abrieron más y luchó por moverse hacia atrás, por desandar el camino andado, por poner mayor distancia entre él y yo. Pero era difícil y pronto estaba con mis pies delante de su cabeza. Sus manos lucharon por tocar mis zapatos y di un par de pasos hacia atrás saliendo de su rango, no quería que me manchara los zapatos.
- Madame... por favor. Se lo suplico... déjeme ir, no diré nada a nadie... - comenzó a decir ahogado por el cansancio y la falta de sangre.
Yo simplemente, me coloqué de cuclillas delante de él y le miré a los ojos.
- No puede ser - negué - Aún no he acabado contigo - le indiqué.
- Por favor... soy muy joven - siguió diciendo.
- Es por eso que aún no te puede ir. Eres importante para mi - añadí y le cogí del pelo tirando de él, llevándole de nuevo donde debía estar, colgándole de nuevo bocabajo del techo y abriendo un poco más la herida para que siguiera goteando. Luego me dispuse a salir.
- ¡¡NOOOOOOOOOOO!! - gritó intentando salvarse de un destino que ya tenía marcado.
Por suerte, las paredes eran lo suficiente gruesas para ahogar cualquier sonido leve. Pero no tenía claro si ahogarían por completo un grito de esas características. Me giré y me moví como un gato. Con las uñas le terminé de abrir la garganta y contemplé como se iba apagando su vida mientras su cuerpo intentaba recuperar el oxigeno que se escapaba por su cuello.
Cogí una tela y me limpié bien la sangre mientras daba sus últimos estertores antes de quedar completamente inerte, con la mirada perdida y todo el cuerpo lacio.
- Que desperdicio...
Abandoné la habitación y bajé de nuevo por la escalera. Al salir, Golnar estaba mirando las pinturas con cierto interés aunque se le notaba en el rostro que era más postura que otra cosa. Realmente estaba pensando en otras cosas ¿En qué?.
- No hay nada como la acción directa - ante su pensamiento intenté cambiar un poco el rumbo del mismo - ¿Se encuentra bien?.
Cuando llegué hasta arriba abrí la puerta de un empujón. El interior aún tenía algo de luz de un par de velas que agonizaban en la esquina de la misma. En el suelo, un joven de unos 20 años, se arrastraba por el suelo a duras penas. Tenía el cuello herido por el que aún brotaba algo de sangre y la camisa blanca totalmente manchada. Su rostro estaba pálido a causa de la falta de sangre y tenía aún los tobillos atados de haber estado bocabajo, por lo que sólo se podía arrastrar con las manos.
Al verme, sus ojos se abrieron más y luchó por moverse hacia atrás, por desandar el camino andado, por poner mayor distancia entre él y yo. Pero era difícil y pronto estaba con mis pies delante de su cabeza. Sus manos lucharon por tocar mis zapatos y di un par de pasos hacia atrás saliendo de su rango, no quería que me manchara los zapatos.
- Madame... por favor. Se lo suplico... déjeme ir, no diré nada a nadie... - comenzó a decir ahogado por el cansancio y la falta de sangre.
Yo simplemente, me coloqué de cuclillas delante de él y le miré a los ojos.
- No puede ser - negué - Aún no he acabado contigo - le indiqué.
- Por favor... soy muy joven - siguió diciendo.
- Es por eso que aún no te puede ir. Eres importante para mi - añadí y le cogí del pelo tirando de él, llevándole de nuevo donde debía estar, colgándole de nuevo bocabajo del techo y abriendo un poco más la herida para que siguiera goteando. Luego me dispuse a salir.
- ¡¡NOOOOOOOOOOO!! - gritó intentando salvarse de un destino que ya tenía marcado.
Por suerte, las paredes eran lo suficiente gruesas para ahogar cualquier sonido leve. Pero no tenía claro si ahogarían por completo un grito de esas características. Me giré y me moví como un gato. Con las uñas le terminé de abrir la garganta y contemplé como se iba apagando su vida mientras su cuerpo intentaba recuperar el oxigeno que se escapaba por su cuello.
Cogí una tela y me limpié bien la sangre mientras daba sus últimos estertores antes de quedar completamente inerte, con la mirada perdida y todo el cuerpo lacio.
- Que desperdicio...
Abandoné la habitación y bajé de nuevo por la escalera. Al salir, Golnar estaba mirando las pinturas con cierto interés aunque se le notaba en el rostro que era más postura que otra cosa. Realmente estaba pensando en otras cosas ¿En qué?.
- No hay nada como la acción directa - ante su pensamiento intenté cambiar un poco el rumbo del mismo - ¿Se encuentra bien?.
Catalina De Aragón- Vampiro Clase Media
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
Se giró, asustada al escuchar la voz de Catalina. ¿Qué demonios había pasado allí arriba? Las ratas debían ser muy feas y ella tendría que ser un poco más tonta para no poder deducir algo. Lo cierto era que no quería entrometerse en donde no la habían llamado. Pero ya estaba metida hasta el fondo en el asunto. Trabajaba para ella y no iba a desperdiciar la oportunidad por unas suposiciones estúpidas.
─Debería preguntar lo mismo. ¿Ha conseguido acabar con alguna rata?─ le preguntó por preguntar. Realmente no sabía si había ido a buscar a las ratas pero lo dudaba.
Se sentía demasiado tensa en aquel momento. No sabía por qué pero había una extraña aura que rodeaba a Catalina. Era diferente a las que había visto antes. Muy diferente. Sentía el sudor recorrer sus manos y se las frotó sobre el corsé que llevaba, intentando que pareciese un gesto sin ningún tipo de significado. ¿Qué le ocurría? No había cambiado nada, solo había subido a mirar si todo estaba en orden y había vuelto a bajar...No era raro.
─Entonces, ¿le parece bien que venga mañana?─ le dijo para romper la tensión que ella misma se había creado─Así empiezo cuanto antes.
─Debería preguntar lo mismo. ¿Ha conseguido acabar con alguna rata?─ le preguntó por preguntar. Realmente no sabía si había ido a buscar a las ratas pero lo dudaba.
Se sentía demasiado tensa en aquel momento. No sabía por qué pero había una extraña aura que rodeaba a Catalina. Era diferente a las que había visto antes. Muy diferente. Sentía el sudor recorrer sus manos y se las frotó sobre el corsé que llevaba, intentando que pareciese un gesto sin ningún tipo de significado. ¿Qué le ocurría? No había cambiado nada, solo había subido a mirar si todo estaba en orden y había vuelto a bajar...No era raro.
─Entonces, ¿le parece bien que venga mañana?─ le dijo para romper la tensión que ella misma se había creado─Así empiezo cuanto antes.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
El rostro de Golnar mostraba el desconcierto que sentía. La verdad es que podía resultar extraño todo aquello. Bueno, más bien era la mar de extraño. Realmente necesitaba ese trabajo y parecía dispuesta incluso a "no oír" nada con tal de poder seguir aumentando ligeramente sus ingresos.
Noté un pinchazo en el estómago...
La visión de la sangre del joven en la parte alta, había despertado un poco mi apetito y, ahora Golnar lucía más atrayente, más apetecible. Mantuve las distancias puede sería mejor para ambas. Además de que su atuendo ligero de tela hacía que la piel fuera aún más suculenta.
Preguntó por las ratas, por si la había matado o no. Ciertamente no tenía claro si se estaba refiriendo a las ratas porque lo creía o porque no quería pensar en otras cosas. aún así, yo era una dama y matar ratas no debía estar entre mis funciones.
- No sería capaz de matar una rata - le dije con un tono más agudo, como si estuviese de algún modo exaltada por el comentario - Simplemente he tenido que invitarla, con el palo de una escoba, a que se marchara por el mismo sitio que ha venido - luego hice una pausa - No se preocupe, estoy acostumbrada. Es posible que encuentre alguna en sus labores. Espero que eso no sea un inconveniente.
Podía notar su tensión, como le sudaban las manos, como podía incluso a apretarle el corsé que antes le parecía tan cómodo. Podía seguir con mi mirada una gota que le recorriera desde la frente hasta perderse debajo de la tela. Notaba como mi obsesión y mi apetito iba creciendo, como se iba adueñando de mi y, sin pensarlo, entreabrí un poco los labios. Me di cuenta rápido y dudé que hubiera llegado a ver algo bajo los mismos. Aún así tenía que salir de aquel ciclo, hablar o algo para pensar en otra cosa.
- Mañana es demasiado pronto y más dado las horas que son ahora mismo - ya la noche estaba avanzada y había pasado de la mitad de la misma, no tardaría mucho más tiempo en despuntar el alba por el horizonte - Debe descansar, ha sido una noche y debería recuperar fuerzas si quiere llevar a cabo este trabajo - además, no podía dejar que viniera, no sin haber arreglado el tema que tenía un piso más arriba. Había que quitarlo del medio. Aunque Golnar no fuera a subir allí en ningún momento - Dese al menos un día de margen.
Noté un pinchazo en el estómago...
La visión de la sangre del joven en la parte alta, había despertado un poco mi apetito y, ahora Golnar lucía más atrayente, más apetecible. Mantuve las distancias puede sería mejor para ambas. Además de que su atuendo ligero de tela hacía que la piel fuera aún más suculenta.
Preguntó por las ratas, por si la había matado o no. Ciertamente no tenía claro si se estaba refiriendo a las ratas porque lo creía o porque no quería pensar en otras cosas. aún así, yo era una dama y matar ratas no debía estar entre mis funciones.
- No sería capaz de matar una rata - le dije con un tono más agudo, como si estuviese de algún modo exaltada por el comentario - Simplemente he tenido que invitarla, con el palo de una escoba, a que se marchara por el mismo sitio que ha venido - luego hice una pausa - No se preocupe, estoy acostumbrada. Es posible que encuentre alguna en sus labores. Espero que eso no sea un inconveniente.
Podía notar su tensión, como le sudaban las manos, como podía incluso a apretarle el corsé que antes le parecía tan cómodo. Podía seguir con mi mirada una gota que le recorriera desde la frente hasta perderse debajo de la tela. Notaba como mi obsesión y mi apetito iba creciendo, como se iba adueñando de mi y, sin pensarlo, entreabrí un poco los labios. Me di cuenta rápido y dudé que hubiera llegado a ver algo bajo los mismos. Aún así tenía que salir de aquel ciclo, hablar o algo para pensar en otra cosa.
- Mañana es demasiado pronto y más dado las horas que son ahora mismo - ya la noche estaba avanzada y había pasado de la mitad de la misma, no tardaría mucho más tiempo en despuntar el alba por el horizonte - Debe descansar, ha sido una noche y debería recuperar fuerzas si quiere llevar a cabo este trabajo - además, no podía dejar que viniera, no sin haber arreglado el tema que tenía un piso más arriba. Había que quitarlo del medio. Aunque Golnar no fuera a subir allí en ningún momento - Dese al menos un día de margen.
Catalina De Aragón- Vampiro Clase Media
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
No se había dado cuenta de que había estado aguantando la respiración hasta que la soltó cuando ella comentó que no mataría a ninguna rata. No sabía si la creía o no pero no iba a poner en duda sus palabras.
─No es ningún inconveniente. Veo ratas a diario en la calle─ comentó intentando mostrar una sonrisa. ¿Por qué estaba tan nerviosa?
Tenía razón, mañana era demasiado pronto. Esperaría un par de días. Reflexionaría sobre aquella noche mientras y después volvería a aquella casa pensando en lo estúpida que había sido por asustarse en ese mismo instante. Seguramente el sueño la invadía poco a poco y su cuerpo intentaba estar alarma aunque ella deseaba entregarse de inmediato a los brazos de Morfeo. Su mente le hacía creer cosas que no existían solo para mantenerla despierta, seguro que solo era eso.
─Bien─ dijo apretando más la llave entre sus manos y guardarlas en un lugar seguro, junto a la llave de su casa en la liga que llevaba debajo de la pequeña falda─. Si no corre prisa, entonces vendré dentro de un par de días. Le dejaré una nota diciendo que he estado por aquí y cuándo pienso volver para que esté preparada.
Se calló nada más decir aquella última palabra. No sabía ahora qué hacer. ¿Darse la vuelta y alejarse de la casa? ¿Esperar a que ella la acompañase hasta la entrada? No tenía ni idea pero seguro que quedarse paralizada de aquella manera, sin saber qué decir ni qué hacer no era una muy buena opción. Catalina podría pensar cosas que no son, como que le tenía miedo. Ella no le tenía miedo a ella, si no al aura que respiraba en aquella casa. Era extraño, seguro que cuando estuviera más limpia todo ese sentimiento desaparecería...
─Creo que eso es todo, ¿verdad?─ consiguió decir─Será mejor que ambas descansemos después de una noche algo... agitada─ lo decía prácticamente por cómo había empezado. El recuerdo de aquel hombre aún estaba presente pero ya solo lo veía como un suceso borroso.
─No es ningún inconveniente. Veo ratas a diario en la calle─ comentó intentando mostrar una sonrisa. ¿Por qué estaba tan nerviosa?
Tenía razón, mañana era demasiado pronto. Esperaría un par de días. Reflexionaría sobre aquella noche mientras y después volvería a aquella casa pensando en lo estúpida que había sido por asustarse en ese mismo instante. Seguramente el sueño la invadía poco a poco y su cuerpo intentaba estar alarma aunque ella deseaba entregarse de inmediato a los brazos de Morfeo. Su mente le hacía creer cosas que no existían solo para mantenerla despierta, seguro que solo era eso.
─Bien─ dijo apretando más la llave entre sus manos y guardarlas en un lugar seguro, junto a la llave de su casa en la liga que llevaba debajo de la pequeña falda─. Si no corre prisa, entonces vendré dentro de un par de días. Le dejaré una nota diciendo que he estado por aquí y cuándo pienso volver para que esté preparada.
Se calló nada más decir aquella última palabra. No sabía ahora qué hacer. ¿Darse la vuelta y alejarse de la casa? ¿Esperar a que ella la acompañase hasta la entrada? No tenía ni idea pero seguro que quedarse paralizada de aquella manera, sin saber qué decir ni qué hacer no era una muy buena opción. Catalina podría pensar cosas que no son, como que le tenía miedo. Ella no le tenía miedo a ella, si no al aura que respiraba en aquella casa. Era extraño, seguro que cuando estuviera más limpia todo ese sentimiento desaparecería...
─Creo que eso es todo, ¿verdad?─ consiguió decir─Será mejor que ambas descansemos después de una noche algo... agitada─ lo decía prácticamente por cómo había empezado. El recuerdo de aquel hombre aún estaba presente pero ya solo lo veía como un suceso borroso.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
Podía sentir su nerviosismo. Como su respiración era ligeramente más rápida. Como el ritmo de su corazón se había acelerado. Como las rarezas no habían sido pasadas por alto y su mente, una mente humana y mortal, comenzaba a extrapolar los hechos intentando darle un sentido lógico, un sentido que evitara que el miedo que comenzaba a sentir, se acrecentará hasta obligarla a salir corriendo de allí como alma que lleva el diablo.
Se guardó la llave en la liga y yo simplemente desvié la mirada para evitar seguir tentándome a mi misma. La falda de Golnar era extremadamente corta para lo que se estaba acostumbrado a ver en la ciudad y llamaba aún más la atención ver como poco a poco el muslo iba siendo más grueso y más carnoso, más suculento...
Obvié el tema de las ratas pues yo sabía que no eran ratas y dudaba que ella lo pensara. No había necesidad de seguir hablando de ello.
Accedió a lo que la dije y pensó que sería mejor retirarse a descansar, algo que agradecí pues tenía cosas que hacer. También noté como no tenía muy claro que hacer así que tomé las riendas de la situación.
- Si, será lo mejor. Con tanto ajetreo se me ha pasado la noche volando - le dije - La acompañó hasta que encontremos medio de transporte - añadí.
Caminé hacia la puerta principal pasando por su lado y tomé la capa para ofrecérsela.
- Abrigate, no vayas a coger un resfriado - le dije de un modo imperativo y sin esperar ninguna réplica.
Abrí la puerta y crucé el umbral para salir a la noche.Por suerte, al ser un barrio residencial de personas bastante acomodadas, pasaban bastantes coches de caballos para aquellos que madrugan para ir a trabajar. Más aún cuando, por el horizonte, no tardaría mucho tiempo en aparecer el sol.
Durante un minuto me quede parada algo preocupada por la hora. Los cascos del caballo fueron los que sacaron de mi ensoñación, retornándo mi mente a mi cuerpo.
- Vamos a tener suerte - dije mientras levantaba la mano indicando al cochero que parará. Poco a poco, este lo hizo.
- Ha sido un placer conocerla - le dije mientras entrelazaba las manos a la espalda evitando el contacto de nuevo - Esperó verla pronto. Mientras tanto, Esperó haberla ayudado ofreciéndole esta oportunidad - le abrí la puerta y esperé hasta que subiera para cerrar.
Luego me acerqué al cochero y le entregué unas monedas.
- Llevela donde ella quiera - a continuación pase de nuevo para atrás para mirarla una última vez - Que tenga un bien dia Mademoiselle.
Se guardó la llave en la liga y yo simplemente desvié la mirada para evitar seguir tentándome a mi misma. La falda de Golnar era extremadamente corta para lo que se estaba acostumbrado a ver en la ciudad y llamaba aún más la atención ver como poco a poco el muslo iba siendo más grueso y más carnoso, más suculento...
Obvié el tema de las ratas pues yo sabía que no eran ratas y dudaba que ella lo pensara. No había necesidad de seguir hablando de ello.
Accedió a lo que la dije y pensó que sería mejor retirarse a descansar, algo que agradecí pues tenía cosas que hacer. También noté como no tenía muy claro que hacer así que tomé las riendas de la situación.
- Si, será lo mejor. Con tanto ajetreo se me ha pasado la noche volando - le dije - La acompañó hasta que encontremos medio de transporte - añadí.
Caminé hacia la puerta principal pasando por su lado y tomé la capa para ofrecérsela.
- Abrigate, no vayas a coger un resfriado - le dije de un modo imperativo y sin esperar ninguna réplica.
Abrí la puerta y crucé el umbral para salir a la noche.Por suerte, al ser un barrio residencial de personas bastante acomodadas, pasaban bastantes coches de caballos para aquellos que madrugan para ir a trabajar. Más aún cuando, por el horizonte, no tardaría mucho tiempo en aparecer el sol.
Durante un minuto me quede parada algo preocupada por la hora. Los cascos del caballo fueron los que sacaron de mi ensoñación, retornándo mi mente a mi cuerpo.
- Vamos a tener suerte - dije mientras levantaba la mano indicando al cochero que parará. Poco a poco, este lo hizo.
- Ha sido un placer conocerla - le dije mientras entrelazaba las manos a la espalda evitando el contacto de nuevo - Esperó verla pronto. Mientras tanto, Esperó haberla ayudado ofreciéndole esta oportunidad - le abrí la puerta y esperé hasta que subiera para cerrar.
Luego me acerqué al cochero y le entregué unas monedas.
- Llevela donde ella quiera - a continuación pase de nuevo para atrás para mirarla una última vez - Que tenga un bien dia Mademoiselle.
Catalina De Aragón- Vampiro Clase Media
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
No comentó nada más sobre las ratas y le sentó demasiado bien que no lo hiciera. Así podría obviar el tema y dejarlo estancado a un lado. Le agradeció interiormente a que ella diese la iniciativa y decidiera acompañarla hasta un transporte. Le sonrió, lo cierto era que a ella también se le había pasado la noche en un periquete. Necesitaría retomar fuerzas y dormir por el día. Era gracioso, solo las criaturas de la noche se dedicaban a dormir de día. Pero el día también le ofrecía cosas interesantes y le fastidiaba que tuviera que dormir hasta bien entrada la tarde para recuperar todas sus fuerzas.
La acompañó y, cuando casi le ordena que se abrigase, obedeció casi de inmediato. No era necesario que se lo dijera. Ella era una mujer grande y estaba capacitada para saber lo que le convenía y lo que no. Así que se echó la capa por los hombros y se la abrochó para que no se le escapara en el momento menos esperado.
Al salir a la calle, se dio cuenta de que faltaba muy poco para el amanecer pues la noche ya empezaba a clarearse aunque el sol aún no había salido en el horizonte pero estaba segura de que no tardaría en hacerlo. Justo en ese momento escucharon los cascos de unos caballos y Golnar se giró para ver al carro. Catalina lo paró y se giró para mirarla.
─Igualmente─ le hubiese gustado estrechar la mano con ella pero, una vez más, rechazó el contacto físico en un gesto que parecía ser totalmente casual─. Estaré eternamente agradecida por su ayuda. No se olvide que vendré dentro de dos días. Muchas gracias─ dijo mientras se subía al coche. Vio cómo le pagaba al cochero y sus mejillas se enrojecieron levemente, ella podría haberlo pagado pero, sin embargo, lo había hecho Catalina─. Gracias de nuevo. Nos vemos, que pase usted un buen día también.
Golnar le indicó la dirección al cochero y este se puso en marcha. Miró por la ventanilla del coche hasta que Catalina ya no estaba en su visión. Una noche extraña, intensa pero muy productiva.
La acompañó y, cuando casi le ordena que se abrigase, obedeció casi de inmediato. No era necesario que se lo dijera. Ella era una mujer grande y estaba capacitada para saber lo que le convenía y lo que no. Así que se echó la capa por los hombros y se la abrochó para que no se le escapara en el momento menos esperado.
Al salir a la calle, se dio cuenta de que faltaba muy poco para el amanecer pues la noche ya empezaba a clarearse aunque el sol aún no había salido en el horizonte pero estaba segura de que no tardaría en hacerlo. Justo en ese momento escucharon los cascos de unos caballos y Golnar se giró para ver al carro. Catalina lo paró y se giró para mirarla.
─Igualmente─ le hubiese gustado estrechar la mano con ella pero, una vez más, rechazó el contacto físico en un gesto que parecía ser totalmente casual─. Estaré eternamente agradecida por su ayuda. No se olvide que vendré dentro de dos días. Muchas gracias─ dijo mientras se subía al coche. Vio cómo le pagaba al cochero y sus mejillas se enrojecieron levemente, ella podría haberlo pagado pero, sin embargo, lo había hecho Catalina─. Gracias de nuevo. Nos vemos, que pase usted un buen día también.
Golnar le indicó la dirección al cochero y este se puso en marcha. Miró por la ventanilla del coche hasta que Catalina ya no estaba en su visión. Una noche extraña, intensa pero muy productiva.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: I know places|| Catalina de Aragón
- OffRol:
- Gracias por haber compartido los comicios de Golnar con Catalina.
En principio, si Golnar no se sale de lo pactado, no se encontraran y recibirá sus pagos según lo pactado.
Para lo que necesites y cuando te apetezca ya sabes donde estoy.
Un saludo.
Catalina De Aragón- Vampiro Clase Media
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