AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
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Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
La noche de sábado había llegado más rápido de lo que esperaba, esa semana se había ido entre idas y venidas a la Universidad y a la biblioteca, había estado buscando la oportunidad de encontrarse con el director de la Universidad para solicitar una entrevista para el puesto como profesor de historia del arte que había ocupado hacía tiempo, sin embargo habían pasado 3 años y temía que otra persona estuviera actualmente ejerciendo como profesor de esa cátedra, así que había estado merodeando por la Universidad y la biblioteca intentando escuchar lo que hablaban los estudiantes a hurtadillas para saber a que atenerse cuando pudiera hablar con el director que seguí de viaje fuera de la ciudad y no lo podía atender.
A pesar de que como Vampiro no necesitaba comer, la falta de dinero no era un factor tan necesario en su vida, se había posicionado de una cabaña abandonada en el bosque en las afueras de la ciudad pues su casa había quedado abandonada durante esos 3 años de su ausencia y había sido rentada por el dueño a otra persona. Había conseguido un trabajo como tutor de una niña rica a la cual le estaba enseñando a pintar, por lo que esa semana al menos había conseguido unos francos para comprarse nueva ropa y estar más presentable a la hora de recuperar su trabajo.
Había escuchado de una sastrería que se ubicaba en la misma calle del famosisimo burdel Parisíno, debido a la cantidad de caballeros que visitaban el lugar, el negocio de la sastrería caía como anillo al dedo en esa área, Soren se había pasado un par de horas midiéndose sacos y chalecos sin comprar ninguno, la verdad era que la mayoría superaban su presupuesto, además temía comprar algo pasado de moda o de mal gusto y desperdiciar el dinero que arduamente había conseguido. Entonces se le ocurrió que la opinión de una mujer sería lo mejor para esos casos, una mujer sabría que tipo de material era le apropiado y cual color o estilo hacía ver a un hombre más atractivo y mejor presentado, después de todo las mujeres siempre estaban pendientes de la moda.
Salió de la sastrería rumbo al burdel, no tenía amigas a quien acudir con estas cuestiones, así que pensaba que podría pedirle la opinión a alguna de las cortesanas que habitaban el lugar, ¿Quien mejor que una mujer que desvestía a todo tipo de hombres a diario para saber cual era la mejor ropa masculina? Y con esta idea en mente entró en el recinto. El burdel estaba a reventar y Soren se sorprendió de que existiera tanto caballero buscando prostitutas cuando habían tantas mujeres decentes paseando por las calles de París. Él nunca había entendido la gracia de conseguir una prostituta cuando se podía conseguir una mujer con la que se pudiera compartir el resto de la vida.
Caminó a duras penas haciéndose campo entre el mar de cuerpos masculinos, arrugando la nariz ante la mezcla de sudor y feromónas que inundaba e lugar y entonces entre el tumulto fue empujado hacía adelante y a trompicones, quedó aprisionado contra el cuerpo de una dama. Se apresuró a incorporarse avergonzado por la situación al descubrir que la mujer que tenía en frente era bastante atractiva.
- Lo siento disculpe, me han empujado – Exclamó moviendo las manos enguantadas con gesto nervioso, iba vestido con un chaleco negro, camisa blanca y corbatín azul oscuro, traía unos pantalones sujetados con cargaderas negras.
A pesar de que como Vampiro no necesitaba comer, la falta de dinero no era un factor tan necesario en su vida, se había posicionado de una cabaña abandonada en el bosque en las afueras de la ciudad pues su casa había quedado abandonada durante esos 3 años de su ausencia y había sido rentada por el dueño a otra persona. Había conseguido un trabajo como tutor de una niña rica a la cual le estaba enseñando a pintar, por lo que esa semana al menos había conseguido unos francos para comprarse nueva ropa y estar más presentable a la hora de recuperar su trabajo.
Había escuchado de una sastrería que se ubicaba en la misma calle del famosisimo burdel Parisíno, debido a la cantidad de caballeros que visitaban el lugar, el negocio de la sastrería caía como anillo al dedo en esa área, Soren se había pasado un par de horas midiéndose sacos y chalecos sin comprar ninguno, la verdad era que la mayoría superaban su presupuesto, además temía comprar algo pasado de moda o de mal gusto y desperdiciar el dinero que arduamente había conseguido. Entonces se le ocurrió que la opinión de una mujer sería lo mejor para esos casos, una mujer sabría que tipo de material era le apropiado y cual color o estilo hacía ver a un hombre más atractivo y mejor presentado, después de todo las mujeres siempre estaban pendientes de la moda.
Salió de la sastrería rumbo al burdel, no tenía amigas a quien acudir con estas cuestiones, así que pensaba que podría pedirle la opinión a alguna de las cortesanas que habitaban el lugar, ¿Quien mejor que una mujer que desvestía a todo tipo de hombres a diario para saber cual era la mejor ropa masculina? Y con esta idea en mente entró en el recinto. El burdel estaba a reventar y Soren se sorprendió de que existiera tanto caballero buscando prostitutas cuando habían tantas mujeres decentes paseando por las calles de París. Él nunca había entendido la gracia de conseguir una prostituta cuando se podía conseguir una mujer con la que se pudiera compartir el resto de la vida.
Caminó a duras penas haciéndose campo entre el mar de cuerpos masculinos, arrugando la nariz ante la mezcla de sudor y feromónas que inundaba e lugar y entonces entre el tumulto fue empujado hacía adelante y a trompicones, quedó aprisionado contra el cuerpo de una dama. Se apresuró a incorporarse avergonzado por la situación al descubrir que la mujer que tenía en frente era bastante atractiva.
- Lo siento disculpe, me han empujado – Exclamó moviendo las manos enguantadas con gesto nervioso, iba vestido con un chaleco negro, camisa blanca y corbatín azul oscuro, traía unos pantalones sujetados con cargaderas negras.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
Je ferai un domaine
Où l'amour sera roi
Où tu seras reine
Où l'amour sera roi
Où tu seras reine
Esta, era una noche bastante agitada en el burdel con los espectáculos más sensuales y eróticos que despierten el apetito a las desinhibiciones de la carne y como plato fuerte las piernas abiertas de alguna muchacha que cante en gloria con gemidos para alabar la virilidad de aquel hombre que la tome, pero para llegar a ese dulce regalo hay que brindar a la vista lo que podrían tener entre sus manos, un cuerpo torneado y delicado, una piel blanca que se sonroje al tacto y unos labios rojos de pecado que marque el camino al hombre, unos senos joviales y una mirada picara, ¿para que andarnos con la timidez en un burdel? Eso es de hipócritas, si te vas a un lugar así es porque conoces los pecados, te gustan y adoras experimentar a más.
Allá en el fondo un espectáculo se monta, la música comienza a sonar en el piano, las trompetas y una puerta se abre, mostrando unos enormes abanicos de plumas cubriendo el cuerpo de alguien, en el rostro de la muchacha que se presenta están unas cadenas de plata cual velo a que cubra, realmente no lo hace, aquellos ojos claros, no poseo ninguna otra prende debajo más que solo ese par de abanicos que cubren la parte de adelante y la de atrás, danzando lentamente al ritmo de la música agito los abanicos uno a uno en afán de quitarlos de su sitio para mostrar la piel pero no, solo son supuestos, la sonrisa que dejo a cada uno de los que silban porque les muestre mis atributos el pequeño beso que dejo a cada uno de ellos desata en los mirones euforia más cuando la música termina y dándome vuelta dejo caer el aquellas plumas mostrando el redondo y firme trasero del cual soy dueña, con aplausos piden que vuelva el espectáculo pero no se puede hay que ganarse la vida y ahora tocaba lo mejor, buscar quien pueda saciar mi hambre.
Regreso a mi habitación, al menos la que por esa noche será mía, tomó el vestido más “decente” que poseo, la verdad no es gran cosa pero si es seductor. Una faldita negra junto a un corsé en tono vino tinto, unas medias negras que llegan hasta el muslo sujetas por el sujetado a las bragas de encaje; los tacones rojos y el cabello recogido. Es algo recatado para lo que suelo usar. Ya por fuera los hombres están hambrientos por devorarme o pedir que me fuera con ellos, pero la verdad que no soy como el resto de cortesanas, yo tengo clase y soy quien decide a quien abrirle o no las piernas, o que hacer con los clientes; si, yo soy la que mando.
A empujones me voy abriendo paso entre los miles de hombres que se dan lugar para manosearme y decirme obscenidades para ver si me voy a la cama con ellos, pero de mi parte solo reciben un “piérdete imbécil” así me abro paso casi hasta la barra, el menos hasta que un cuerpo cuyas manos tocan mi cuerpo “inmaculado”, claro solo en sueños de hombres puede serlo, pero aquellas manos se sienten nerviosas porque enseguida se retiraron. Seguí con la mirada a ver quién era el dueño de esos dedos inexpertos y lo vi, un jovencito mocito y tierno que entraba al burdel, no aguanté más y me reí tomándole del cuello de la camisa para atraerlo y darle un beso en los labios
–Con esto me contentaré querido, un beso tuyo borra el error de haber tocado mi cuerpo con tus manos, o es que querías imaginarlas sobre mi piel desnuda– susurro sobre sus labios riéndome. Me gusta incordiar y molestar a pequeños alevines como él, me daban gracia y más que nada eran un reto para mi poder hacerlos temblar. Tiro de su corbatín relamiéndome los labios, mis manos bajan a tomar el cinto de su pantalón jalándolo hacia la barra –Donde es la fiesta cherrie, sé que en mi habitación no es porque ya estarías sin todas esas telas. Vas muy guapo y no luces como los malvivientes de aquí, así que dime a que chica quieres conquistar y no me mientras cherrie– le susurre como una orden cuando llegamos a la barra pedí dos tragos. Si, aquel jovencito me llamaba la atención porque gente como él no se la ve muy a menudo en estos antros.
Alessa Di Stefano- Prostituta Clase Alta
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
De todas las reacciones que una mujer hubiese podido tener en una situación como esa, un beso era lo que menos se esperaba. Le había tomado completamente desprevenido y es que Soren no había besado a una persona en casi 3 años y tener ese contacto físico de repente lo cogió con las defensas bajas. Se quedó ahí congelado sin saber como responder al acto escuchando lo que esa mujer decía, tuvo la impresión de que ella era como una avalancha de nieve que se le venía encima y que no existía poder humano que pudiese detenerla.
- Yo... yo no...estaba pensando en eso - Dijo al fin y entonces se encontró siendo arrastrado hacía la barra, la mujer vestía escandalosamente sexy, Soren notó la falda que subía inapropiadamente corta dejando ver las piernas, así como el ajustado corsé que acentuaba las curvas de ella. Pocas veces tenía la oportunidad de ver piernas de mujeres por lo que sus ojos se desviaron hacía ellas por unos instantes y luego se apresuró a responder a la pregunta.
- Estoy buscando consejo Mademoiselle.... ¿Cómo puedo llamarle? - Le preguntó con voz cortés a pesar de que ella le estaba hablando de forma muy familiar - Venía buscando la opinión de una mujer... no soy muy bueno escogiendo atuendos precisamente - Le explicó con gesto inocente - Justo estaba probándome unos sacos y chalecos en la sastrería que hay cerca, pero no logro decidirme por ninguno y quería la opinión experta de una dama que seguro sabe muy bien que hace ver a un caballero atractivo - Entonces el tabernero les sirvió un par de tragos que la mujer había pedido, Soren observó el líquido arrugando la nariz, no le gustaba mucho el olor del alcohol, el siempre había preferido el olor del café. - Disculpe Monsieur ¿Tiene café Expresso? - Le preguntó al tabernero quien lo miró con expresión burlona.
- Si quiere café búsquese una cafetería - Le respondió el tabernero que era un hombre mucho más alto que Soren y definitivamente más robusto - Me temo que lo único sin alcohol que encontrarás aquí es agua, porque inclusive los besos de esta bella dama tienen más veneno que el más fuerte de los Whiskeys - Él tabernero parecía ser ese tipo de hombres con los que no se bromea, pero seguro que estaba bromeando al referirse así de aquella mujer sentada a su lado.
- Yo... yo no...estaba pensando en eso - Dijo al fin y entonces se encontró siendo arrastrado hacía la barra, la mujer vestía escandalosamente sexy, Soren notó la falda que subía inapropiadamente corta dejando ver las piernas, así como el ajustado corsé que acentuaba las curvas de ella. Pocas veces tenía la oportunidad de ver piernas de mujeres por lo que sus ojos se desviaron hacía ellas por unos instantes y luego se apresuró a responder a la pregunta.
- Estoy buscando consejo Mademoiselle.... ¿Cómo puedo llamarle? - Le preguntó con voz cortés a pesar de que ella le estaba hablando de forma muy familiar - Venía buscando la opinión de una mujer... no soy muy bueno escogiendo atuendos precisamente - Le explicó con gesto inocente - Justo estaba probándome unos sacos y chalecos en la sastrería que hay cerca, pero no logro decidirme por ninguno y quería la opinión experta de una dama que seguro sabe muy bien que hace ver a un caballero atractivo - Entonces el tabernero les sirvió un par de tragos que la mujer había pedido, Soren observó el líquido arrugando la nariz, no le gustaba mucho el olor del alcohol, el siempre había preferido el olor del café. - Disculpe Monsieur ¿Tiene café Expresso? - Le preguntó al tabernero quien lo miró con expresión burlona.
- Si quiere café búsquese una cafetería - Le respondió el tabernero que era un hombre mucho más alto que Soren y definitivamente más robusto - Me temo que lo único sin alcohol que encontrarás aquí es agua, porque inclusive los besos de esta bella dama tienen más veneno que el más fuerte de los Whiskeys - Él tabernero parecía ser ese tipo de hombres con los que no se bromea, pero seguro que estaba bromeando al referirse así de aquella mujer sentada a su lado.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
Cada noche es lo mismo en la vida de los burdeles, una sube a hacer su espectaculo y luego tendrá que realizar el mayor acto de su corta existencia, fingir el placer por unas cuantas monedas, que vida más aburrida, pero claro hay algunas como yo, que queremos más diversión que simples polvos express y ahí estaba con aquellos ojos que devoraba aquel caballero, mordiéndome los labios escuchando atenta sus pequeñas palabras, comiéndomelo con la mirada de arriba abajo, no puedo mentirme a mí misma aquel hombre iba muy guapo pero preferiría verlo sin ropa al menos por unas horas con sus manos recorriendo mi cuerpo hasta…debo controlarme o se me notaría y no queremos eso
Aquel pequeño alevín era tan tierno que podría comérmelo en un solo bocado, su vocecita tan dulce con balbuceos de nervios, es melodía para mis oídos incluso sus peticiones de bebida me hacían sonreír llegándome malos pensamientos con aquel joven, su apariencia tan inocente, era un pimpollo, un cachorrito perdido que buscaba orientación, bien eso puedo darlo y con creces; una opinión era todo lo que él pedía, la diestra la posé sobre sus cabellos revolviéndolos dándole un aspecto más salvaje, los dedos bajaron a su camisa y aflojaron el corbatín primero arrojándolo sobre la barra y luego desprendo un botón de la camisa dejando ver su piel pálida, me acerco más a él susurrándole muy sugerente sobre sus labios –Cherrie si quieres verte atractivo debes combinar mejor los colores– abro aquel chaleco metiendo las manos a los tirantes para tomarlo y tirarle contra la piel de él –Los tirantes debieron ser mejor azules que combinen con tu corbatín, si vas de negro completo entonces todo negro y camisa blanca, no te cierres el chaleco déjalo así abierto igual que la camisa se verá mejor– un guiño y le muerdo el mentón dirigiendo una mirada asesina al tabernero.
Regreso mi cuerpo para enfrentarme a aquel hombre con un curva sobre mis labios molesta por arruinar mi noche –Si, puede ser, puede que tengan veneno mis labios pero es un veneno que te mueres por probarlos, te mueres por sentir todo ese líquido asesino en mi cuerpo pero no lo tendrás jamás y sabes porqué– tomé el brazo de aquel joven atrayéndolo hacia mi –Porque este jovencito es más hombre y caballero que tú y por eso el será que me lleve a la cama esta noche y me haga gritar su nombre durante toda toda pero toda la noche– el tono que uso es un tono muy sensual y erótico justo cuando beso al jovencito en un beso nuevamente fugaz. El hombre sale molesto y mascullando improperios hacia mí y hacia todos los del lugar algo que me hace reír.
Mantengo mi atención a mi pequeño alevín congelado por toda la escena, vuelvo a revolverle los cabellos riéndome –Tranquilo, no voy a comerte, aun, ese hombre solo jugaba contigo para alejarte de mí porque nunca ha tenido algún encuentro conmigo, y el y todos en este burdel ansían tu puesto, quieren matarte por estar hablando conmigo y tener mi atención y cariños– la punta de mi dedo la rozo contra su fría piel sonriendo –Creo que debemos ir a algún lugar más íntimo y privado, no queremos que ciertos dientecitos se muestren y terminemos asustando a todos y no son los míos porque ya me los conocen– un guiño cómplice, no era el primero que me cruzaba con aquella naturaleza ni sería el último así que uno más a la cuenta, solo que este tenía algo especial ante mis ojos.
Me acerqué más de lo debido, bajé de mi asiento para colocarte en medio de sus piernas con mis manos justo sobre sus rodillas subiendo y bajándolas, mis labios acercándose a su oído tomando con la lengua el lóbulo y en susurro dejo mi nombre –Mi nombre es Alessandra, pero todos me llaman Alessa o con otras formas peyorativas, tu puedes decirme primor, bombón o querida. Ma cherrie, así te llamaré yo– sonrío mirándole a los ojos con una mirada de inocente.
Pero realmente soy el mismísimo lobo a punto de devorarse a la oveja .
Aquel pequeño alevín era tan tierno que podría comérmelo en un solo bocado, su vocecita tan dulce con balbuceos de nervios, es melodía para mis oídos incluso sus peticiones de bebida me hacían sonreír llegándome malos pensamientos con aquel joven, su apariencia tan inocente, era un pimpollo, un cachorrito perdido que buscaba orientación, bien eso puedo darlo y con creces; una opinión era todo lo que él pedía, la diestra la posé sobre sus cabellos revolviéndolos dándole un aspecto más salvaje, los dedos bajaron a su camisa y aflojaron el corbatín primero arrojándolo sobre la barra y luego desprendo un botón de la camisa dejando ver su piel pálida, me acerco más a él susurrándole muy sugerente sobre sus labios –Cherrie si quieres verte atractivo debes combinar mejor los colores– abro aquel chaleco metiendo las manos a los tirantes para tomarlo y tirarle contra la piel de él –Los tirantes debieron ser mejor azules que combinen con tu corbatín, si vas de negro completo entonces todo negro y camisa blanca, no te cierres el chaleco déjalo así abierto igual que la camisa se verá mejor– un guiño y le muerdo el mentón dirigiendo una mirada asesina al tabernero.
Regreso mi cuerpo para enfrentarme a aquel hombre con un curva sobre mis labios molesta por arruinar mi noche –Si, puede ser, puede que tengan veneno mis labios pero es un veneno que te mueres por probarlos, te mueres por sentir todo ese líquido asesino en mi cuerpo pero no lo tendrás jamás y sabes porqué– tomé el brazo de aquel joven atrayéndolo hacia mi –Porque este jovencito es más hombre y caballero que tú y por eso el será que me lleve a la cama esta noche y me haga gritar su nombre durante toda toda pero toda la noche– el tono que uso es un tono muy sensual y erótico justo cuando beso al jovencito en un beso nuevamente fugaz. El hombre sale molesto y mascullando improperios hacia mí y hacia todos los del lugar algo que me hace reír.
Mantengo mi atención a mi pequeño alevín congelado por toda la escena, vuelvo a revolverle los cabellos riéndome –Tranquilo, no voy a comerte, aun, ese hombre solo jugaba contigo para alejarte de mí porque nunca ha tenido algún encuentro conmigo, y el y todos en este burdel ansían tu puesto, quieren matarte por estar hablando conmigo y tener mi atención y cariños– la punta de mi dedo la rozo contra su fría piel sonriendo –Creo que debemos ir a algún lugar más íntimo y privado, no queremos que ciertos dientecitos se muestren y terminemos asustando a todos y no son los míos porque ya me los conocen– un guiño cómplice, no era el primero que me cruzaba con aquella naturaleza ni sería el último así que uno más a la cuenta, solo que este tenía algo especial ante mis ojos.
Me acerqué más de lo debido, bajé de mi asiento para colocarte en medio de sus piernas con mis manos justo sobre sus rodillas subiendo y bajándolas, mis labios acercándose a su oído tomando con la lengua el lóbulo y en susurro dejo mi nombre –Mi nombre es Alessandra, pero todos me llaman Alessa o con otras formas peyorativas, tu puedes decirme primor, bombón o querida. Ma cherrie, así te llamaré yo– sonrío mirándole a los ojos con una mirada de inocente.
Pero realmente soy el mismísimo lobo a punto de devorarse a la oveja .
Alessa Di Stefano- Prostituta Clase Alta
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Fecha de inscripción : 01/03/2014
Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
Eran demasiadas sensaciones todas juntas de un momento a otro. Llevaba 3 años sin tener contacto físico con otro humano y una eternidad sin sexo con desconocidos, desde siempre había mantenido una actitud bastante estoica frente a las relaciones en la cama pues había aprendido a respetar a las mujeres gracias a haber tenido una hermana menor cuando estaba vivo y ese deseo de protección que como hermano mayor sentía por ella le había enseñado a tratar a las mujeres de ese mismo modo.
Si la mujer es mayor que tu, trátala como una madre.
Si es de tu misma edad, trátala como una hermana.
Si es menor que tu, trátala como a una hija.
Así era como el pensaba, pagar por sexo era una de las cosas que jamás se le pasarían por la cabeza, no consideraba que era algo por lo que se tuviese que pagar, el cuerpo de una mujer no era un objeto a comprar y él no estaba dispuesto a hacerlo en absoluto, el cuerpo de una mujer era un objeto de inspiración para el arte, eran musas que bendecían al artista con su belleza.
Pero ahí estaba aquella mujer, el pecado encarnado, dándole consejos sobre como vestir pero al mismo tiempo dejando besos aquí y allá, seduciéndolo, dejando claro que se lo llevaría a la cama esa noche, diciendo esas cosas sin tapujos, como si estuvieran hablando de comerse una torta y no del cuerpo de él.
La mujer que revelaba su nombre como Alessandra, había espantado al tabernero y había dejado claro que era ella quien escogía a sus clientes. Soren tuvo un deja vu en esos momentos, recordó a una cortesana que había conocido hacía más de 3 años con quien tuvo su primera experiencia sexual, aquella mujer también se podía dar el gusto de escoger a sus clientes, sin embargo Alesandra tenía una personalidad diferente. Además había parecía conocer su naturaleza a Soren le desconcertaba encontrarse con humanos que conocían la existencia de los vampiros ¿Habían cambiado tanto los tiempos?
- Gracias por los consejos Madame Allesandra, mi nombre es Soren - Respondió torpemente, todos esos besos le abrumaban sus labios llevaban mucho tiempo sin ser tocados por nadie, pero en medio de su sorpresa descubrió que, el fuego que se había extinguido hacía tiempo en su interior, volvía a nacer gracias a ella - En realidad no estaba buscando sexo - Confesó desviando la mirada al suelo - No quiero que piense que soy ese tipo de hombre... de hecho no tengo mucho dinero conmigo, sólo lo suficiente para pagar el traje en la sastrería, así que aunque estuviera dispuesto, no podría pagar por sus servicios, puedo notar que usted es bastante cotizada en este lugar y probablemente una noche cueste más de lo que gano en un mes -
No sabía porque le estaba hablando de manera tan educada y formal cuando ella le hablaba con tanta confianza, pero así era Soren, ante todo un caballero con educación.
Si la mujer es mayor que tu, trátala como una madre.
Si es de tu misma edad, trátala como una hermana.
Si es menor que tu, trátala como a una hija.
Así era como el pensaba, pagar por sexo era una de las cosas que jamás se le pasarían por la cabeza, no consideraba que era algo por lo que se tuviese que pagar, el cuerpo de una mujer no era un objeto a comprar y él no estaba dispuesto a hacerlo en absoluto, el cuerpo de una mujer era un objeto de inspiración para el arte, eran musas que bendecían al artista con su belleza.
Pero ahí estaba aquella mujer, el pecado encarnado, dándole consejos sobre como vestir pero al mismo tiempo dejando besos aquí y allá, seduciéndolo, dejando claro que se lo llevaría a la cama esa noche, diciendo esas cosas sin tapujos, como si estuvieran hablando de comerse una torta y no del cuerpo de él.
La mujer que revelaba su nombre como Alessandra, había espantado al tabernero y había dejado claro que era ella quien escogía a sus clientes. Soren tuvo un deja vu en esos momentos, recordó a una cortesana que había conocido hacía más de 3 años con quien tuvo su primera experiencia sexual, aquella mujer también se podía dar el gusto de escoger a sus clientes, sin embargo Alesandra tenía una personalidad diferente. Además había parecía conocer su naturaleza a Soren le desconcertaba encontrarse con humanos que conocían la existencia de los vampiros ¿Habían cambiado tanto los tiempos?
- Gracias por los consejos Madame Allesandra, mi nombre es Soren - Respondió torpemente, todos esos besos le abrumaban sus labios llevaban mucho tiempo sin ser tocados por nadie, pero en medio de su sorpresa descubrió que, el fuego que se había extinguido hacía tiempo en su interior, volvía a nacer gracias a ella - En realidad no estaba buscando sexo - Confesó desviando la mirada al suelo - No quiero que piense que soy ese tipo de hombre... de hecho no tengo mucho dinero conmigo, sólo lo suficiente para pagar el traje en la sastrería, así que aunque estuviera dispuesto, no podría pagar por sus servicios, puedo notar que usted es bastante cotizada en este lugar y probablemente una noche cueste más de lo que gano en un mes -
No sabía porque le estaba hablando de manera tan educada y formal cuando ella le hablaba con tanta confianza, pero así era Soren, ante todo un caballero con educación.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
Uyuyuy, aquella voz, aquella manera de hablar y como se descolocaba con cada pequeña muestra de “lujuria” que le daba hacía que mi cuerpo se erice por aquel pequeño bocadito dulce y tímido que tenía en frente, sus ojos eran un mar de sensibilidad y dulzura que se reflejaba en sus palabras, unas palabras de disculpa por todo; si no fuera porque habían muchos ojos mirándonos me lo devoraba ahí mismo con ropa y todo. Aquel pequeño corderito había captado toda mi atención y…deseo. No hay que mentir es pecado.
Relamo los labios con la punta de mi lengua para humedecerlos un poco, la verdad estoy saboreando en mi mente como será besar aquellos labios largo y profundo, como será el sabor de piel y el de sus colmillos cuando me muerdan, Uy nuevamente me erizo por completo, ese muchacho hace que lo quiera tener arriba en mi cama atado y con los ojitos vendados, porque hasta Dios se sonrojaría con lo que deseaba hacerle. Le miro atenta sonriéndole blandiendo mis grandes pestañas en un aire de inocencia, aunque eso hace años que lo perdí, pero él no tenía que saberlo. Mis brazos le rodearon el cuello en un abrazo más que íntimo, estaba tan junto a él que estaba segura que él podría sentir mis generosos pechos incluso a través de la ropa que ambos cargábamos, me acerqué a sus labios nuevamente pero esta vez suspirando, no quería espantar a mi pequeño alevín, rocé sus labios con los míos exhalando el dulce aroma que él tenía –Ma petit Soreen, delicioso nombre que tendré muy presente de ahora en adelante, para cuando esté sola o acompañada diré tu nombre entre susurros o gemidos–
Nuevamente blando las pestañas mirándole directo a los ojos, mis dedos juegan en su nuca lentamente alborotándole los cabellos, hasta que la zurda baja por su cuello hasta aquella pequeña manzana de adán a la que dejé un beso dulce y luego ascendí mis dedos a sus labios, ahí se posaron unos segundos seguidos de mis labios –Shhh no digas eso mi ma cherrie, yo no pienso nada, además el dinero no importa al menos por ahora ¿por qué hablar de ello? Acaso si quieres mi compañía, quieres acaso estar conmigo esta noche, oh claro que si quieres– observé sus ojos con una miradita llena de sensualidad y dulzura, estaba buscando hipnotizarlo, no, lo que buscaba era que se relaje unos momentos, quizás si me lo tomo con más calma…realmente era yo la que estaba diciendo eso; claro que lo era, y lo soy pero aquel joven valía la pena todo esfuerzo, la recompensa mayor sería tenerlo a él entre mis sábanas.
Limpio sus labios de aquellas palabras que acaba decir, rozo con el pulgar el contorno acercando más mis labios a los de él –Bésame ma cherrie, bésame lentamente, déjame sentir tus labios aferrados a los míos como si se te fuera la vida– la diestra sobre su nuca acercando más los labios tentándole con mi lengua – ¿Qué tipo de hombre eres? ¿Qué tipo de hombre no eres? Dímelo al oído ma cherrie– susurro sobre sus labios soltando un pequeño gemidito en súplica.
Tanta inocencia en un solo hombre me estaba haciendo daño, porque comencé a tener pensamientos muy impuros para con aquel joven, pensamientos en donde lo tenía sumido en olas de placer y donde yo le daba las órdenes necesarias, no podía dejarme llevar…sonríe dejándole un guiño muy seductor además él había planteado lo del dinero y claro que eso era lo que a las mujeres como yo nos gustaba, pero había una diferencia, yo escogía a mi clientela, yo escogía la tarifa y si quería lo hacía gratis y con él valía más que dejar esas facturas bajo el tapete de la iglesia. –Te cobraré con un beso, solo eso. Un beso pasional y bestial, eso será todo el pago por la ayuda. Los tiempos ya no son como antes ma petit incluso la sangre cuesta más de lo que crees– relamo los labios míos y los de él con lascivia y dobles intenciones.
Había que preparar a mi pequeño corderito en el mundo que se ocultaba a sus ojos.
Relamo los labios con la punta de mi lengua para humedecerlos un poco, la verdad estoy saboreando en mi mente como será besar aquellos labios largo y profundo, como será el sabor de piel y el de sus colmillos cuando me muerdan, Uy nuevamente me erizo por completo, ese muchacho hace que lo quiera tener arriba en mi cama atado y con los ojitos vendados, porque hasta Dios se sonrojaría con lo que deseaba hacerle. Le miro atenta sonriéndole blandiendo mis grandes pestañas en un aire de inocencia, aunque eso hace años que lo perdí, pero él no tenía que saberlo. Mis brazos le rodearon el cuello en un abrazo más que íntimo, estaba tan junto a él que estaba segura que él podría sentir mis generosos pechos incluso a través de la ropa que ambos cargábamos, me acerqué a sus labios nuevamente pero esta vez suspirando, no quería espantar a mi pequeño alevín, rocé sus labios con los míos exhalando el dulce aroma que él tenía –Ma petit Soreen, delicioso nombre que tendré muy presente de ahora en adelante, para cuando esté sola o acompañada diré tu nombre entre susurros o gemidos–
Nuevamente blando las pestañas mirándole directo a los ojos, mis dedos juegan en su nuca lentamente alborotándole los cabellos, hasta que la zurda baja por su cuello hasta aquella pequeña manzana de adán a la que dejé un beso dulce y luego ascendí mis dedos a sus labios, ahí se posaron unos segundos seguidos de mis labios –Shhh no digas eso mi ma cherrie, yo no pienso nada, además el dinero no importa al menos por ahora ¿por qué hablar de ello? Acaso si quieres mi compañía, quieres acaso estar conmigo esta noche, oh claro que si quieres– observé sus ojos con una miradita llena de sensualidad y dulzura, estaba buscando hipnotizarlo, no, lo que buscaba era que se relaje unos momentos, quizás si me lo tomo con más calma…realmente era yo la que estaba diciendo eso; claro que lo era, y lo soy pero aquel joven valía la pena todo esfuerzo, la recompensa mayor sería tenerlo a él entre mis sábanas.
Limpio sus labios de aquellas palabras que acaba decir, rozo con el pulgar el contorno acercando más mis labios a los de él –Bésame ma cherrie, bésame lentamente, déjame sentir tus labios aferrados a los míos como si se te fuera la vida– la diestra sobre su nuca acercando más los labios tentándole con mi lengua – ¿Qué tipo de hombre eres? ¿Qué tipo de hombre no eres? Dímelo al oído ma cherrie– susurro sobre sus labios soltando un pequeño gemidito en súplica.
Tanta inocencia en un solo hombre me estaba haciendo daño, porque comencé a tener pensamientos muy impuros para con aquel joven, pensamientos en donde lo tenía sumido en olas de placer y donde yo le daba las órdenes necesarias, no podía dejarme llevar…sonríe dejándole un guiño muy seductor además él había planteado lo del dinero y claro que eso era lo que a las mujeres como yo nos gustaba, pero había una diferencia, yo escogía a mi clientela, yo escogía la tarifa y si quería lo hacía gratis y con él valía más que dejar esas facturas bajo el tapete de la iglesia. –Te cobraré con un beso, solo eso. Un beso pasional y bestial, eso será todo el pago por la ayuda. Los tiempos ya no son como antes ma petit incluso la sangre cuesta más de lo que crees– relamo los labios míos y los de él con lascivia y dobles intenciones.
Había que preparar a mi pequeño corderito en el mundo que se ocultaba a sus ojos.
Alessa Di Stefano- Prostituta Clase Alta
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
¿Esa cortesana le estaba ofreciendo sus servicios gratis? Soren se sintió increíblemente alagado, podía notar por sus ropas y por la forma en que otros hombre en el local la miraban que ella cobraba bastante por sus encantos, que estuviera dispuesta a acostarse con él sólo por gusto, le hizo cuestionar que era lo que encontraba atractivo en él. Estaba claro que sabía que era un Vampiro, ya había hecho mención de ello y Soren supuso que era debido a que mujeres como ella se relacionaban con muchos tipos de hombres en ese negocio y para ser franco, los vampiros eran conocidos por su lujuria, podía imaginarse el burdel con clientes sobrenaturales frecuentes.
¿Qué veía ella en él que le resultara lo suficientemente atractivo como para no cobrar dinero por su trabajo?, Allessandra se había acercado a sus labios y dejaba palabras insinuantes, demostrando su disposición, piendole un beso, preguntándole que tipo de hombre era.
Soy un hombre... de gustos simples – Respondió al fin, le costaba hablar con fluidez gracias a la vergüenza que tenía con sus constantes roces – Soy un hombre tranquilo y para ser sincero algo aburrido – Confesó con una media sonrisa que no revelaba sus colmillos – No soy de ir a fiestas o de cama en cama con diferentes damas... digamos que prefiero la compañía de los libros – Entonces ella le pidió un beso como pago por los consejos del vestido.
Soren la miró a los ojos y la tomó por los hombros, sentía como el sonrojo se le subía hasta las orejas, esa criatura apasionada se le estaba ofreciendo como una fruta madura y ahí estaba él, debatiendo sobre lo que era correcto, aún cuando ella había dejado claro sus intenciones.
Se inclinó hacía ella y le besó la mejilla derecha con suavidad, luego le dejó otro pequeño beso en la punta de la nariz, sus labios fríos como el marbol al igual que su aliento, bajó hasta los labios de ella y se detuvo por unos momentos, la última persona que había besado, la había amado con todo su ser y había creído siempre que los besos eran esa demostración de amor verdadero entre dos personas, un íntimo intercambio de sentimientos, sin embargo bajo la tenue luz y el bullicio del burdel, esas ideas parecían no tener validez ni sentido, el recuerdo de ese amor era tan sólo eso, un recuerdo de algo que se había marchitado y que no volvería a florecer.
La besó suavemente al comienzo, un beso cargado de inocencia, tranquilo y sin afán, su lengua viajó tímida abriéndose paso por entre los labios de ella, como esperando permiso para explorar.
¿Qué veía ella en él que le resultara lo suficientemente atractivo como para no cobrar dinero por su trabajo?, Allessandra se había acercado a sus labios y dejaba palabras insinuantes, demostrando su disposición, piendole un beso, preguntándole que tipo de hombre era.
Soy un hombre... de gustos simples – Respondió al fin, le costaba hablar con fluidez gracias a la vergüenza que tenía con sus constantes roces – Soy un hombre tranquilo y para ser sincero algo aburrido – Confesó con una media sonrisa que no revelaba sus colmillos – No soy de ir a fiestas o de cama en cama con diferentes damas... digamos que prefiero la compañía de los libros – Entonces ella le pidió un beso como pago por los consejos del vestido.
Soren la miró a los ojos y la tomó por los hombros, sentía como el sonrojo se le subía hasta las orejas, esa criatura apasionada se le estaba ofreciendo como una fruta madura y ahí estaba él, debatiendo sobre lo que era correcto, aún cuando ella había dejado claro sus intenciones.
Se inclinó hacía ella y le besó la mejilla derecha con suavidad, luego le dejó otro pequeño beso en la punta de la nariz, sus labios fríos como el marbol al igual que su aliento, bajó hasta los labios de ella y se detuvo por unos momentos, la última persona que había besado, la había amado con todo su ser y había creído siempre que los besos eran esa demostración de amor verdadero entre dos personas, un íntimo intercambio de sentimientos, sin embargo bajo la tenue luz y el bullicio del burdel, esas ideas parecían no tener validez ni sentido, el recuerdo de ese amor era tan sólo eso, un recuerdo de algo que se había marchitado y que no volvería a florecer.
La besó suavemente al comienzo, un beso cargado de inocencia, tranquilo y sin afán, su lengua viajó tímida abriéndose paso por entre los labios de ella, como esperando permiso para explorar.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
No puede ser, no puede ser, no puede ser; este jovencito va a matarme de un infarto, su voz, esa voz tan angelical y dulce que provoca que se me erice todo el cuerpo, está logrando que tenga mucho pero muchos malos pensamientos y todos involucrándolo a él, que lindo que se lo ve. Sus palabras solo me hacen sentir como un lobo feroz a punto de comer a una oveja tierna y jovencita, quizás sí, si somos ello.
Sus pequeños labios tiemblan y me van devorando lento, primero en la piel lo que hace que me desespere por morderle esos labios, luego posa sus labios dulces y cálidos sobre los míos, son tiernos, trémulos e inocentes junto a su lengua que pedía permiso ¿Hace cuantos años que nadie hace eso? Y ahí estaba aquel joven emulando lo que es un beso casto y puro; mis manos fueron a sus mejillas dejando que las yemas de los dedos rueden por su piel hasta sus pequeñas orejas acariciándolas lentamente; separé nuestros labios acariciándole con el pulgar de la zurda sonriéndole –Besas muy dulce ¿alguien te ha enseñado a hacerlo?– susurro sobre sus labios recorriendo mis brazos alrededor de su cuello para atraerlo más a mí, si es que se puede estar más juntos.
Si su corazón estuviera ahí podría oírlo pero nada, la diestra la desciendo por su nuca, su cuello hasta donde debería estar su corazón, presiono un poco en aquel lugar soltando un suspiro –Tus besos son tan tiernos que derretirían a cualquier mujer, harías sonrojar a cada bella dama, eso no es de alguien aburrido ma cherrie– susurre sobre sus labios abriéndolos un poco para dejar un beso, tome su labio inferior dando una mordida sobre este y así dejarle un beso en la herida.
Me separé de él dándole un leve empujón llevando ambas manos hacia mi nuca y agitando mis cabellos, realmente lo que hacía era el realzar un poco los pechos mientras le miraba –Para un principio ese tipo de besos están bien, transmiten sentimientos, pero los tuyos ma cherrie son de nervios– deje suelto el cabello para dar dos golpecitos en sus labios y un guiño de complicidad – Así solo conseguirás dos cosas, una que se burlen de ti o dos que abusen de ello, eres muy tierno y hasta yo te comería de un solo bocado pero eso sería pecado, ya que, no te disfrutaría tanto como quisiera– tome el trago empapando el índice y llevándolo a mis labios.
Claramente yo estaba condenada al infierno, no solo mi profesión si no por llevar por la senda del mal a un jovencito, me pregunto ahora, ¿Cuántos años tendrá realmente? Se ve joven, pero en su haber ya tendrá algunos, serán muchos o pocos, pero a juzgar por su forma de hablar y sus movimientos con los labios quizás sean más de los que imagino. –no creo que quieras que te ocurra ello, quizás puedas tomar experiencia, quizás algo como unas clases sobre sexo– le miré a los ojos chupando mi dedo y con una sonrisa coqueta –Ma petit Soren…¿eres virgen?– pregunte sin tapujos ni rodeos, algo que me caracteriza en este mundo cruel.
Sus pequeños labios tiemblan y me van devorando lento, primero en la piel lo que hace que me desespere por morderle esos labios, luego posa sus labios dulces y cálidos sobre los míos, son tiernos, trémulos e inocentes junto a su lengua que pedía permiso ¿Hace cuantos años que nadie hace eso? Y ahí estaba aquel joven emulando lo que es un beso casto y puro; mis manos fueron a sus mejillas dejando que las yemas de los dedos rueden por su piel hasta sus pequeñas orejas acariciándolas lentamente; separé nuestros labios acariciándole con el pulgar de la zurda sonriéndole –Besas muy dulce ¿alguien te ha enseñado a hacerlo?– susurro sobre sus labios recorriendo mis brazos alrededor de su cuello para atraerlo más a mí, si es que se puede estar más juntos.
Si su corazón estuviera ahí podría oírlo pero nada, la diestra la desciendo por su nuca, su cuello hasta donde debería estar su corazón, presiono un poco en aquel lugar soltando un suspiro –Tus besos son tan tiernos que derretirían a cualquier mujer, harías sonrojar a cada bella dama, eso no es de alguien aburrido ma cherrie– susurre sobre sus labios abriéndolos un poco para dejar un beso, tome su labio inferior dando una mordida sobre este y así dejarle un beso en la herida.
Me separé de él dándole un leve empujón llevando ambas manos hacia mi nuca y agitando mis cabellos, realmente lo que hacía era el realzar un poco los pechos mientras le miraba –Para un principio ese tipo de besos están bien, transmiten sentimientos, pero los tuyos ma cherrie son de nervios– deje suelto el cabello para dar dos golpecitos en sus labios y un guiño de complicidad – Así solo conseguirás dos cosas, una que se burlen de ti o dos que abusen de ello, eres muy tierno y hasta yo te comería de un solo bocado pero eso sería pecado, ya que, no te disfrutaría tanto como quisiera– tome el trago empapando el índice y llevándolo a mis labios.
Claramente yo estaba condenada al infierno, no solo mi profesión si no por llevar por la senda del mal a un jovencito, me pregunto ahora, ¿Cuántos años tendrá realmente? Se ve joven, pero en su haber ya tendrá algunos, serán muchos o pocos, pero a juzgar por su forma de hablar y sus movimientos con los labios quizás sean más de los que imagino. –no creo que quieras que te ocurra ello, quizás puedas tomar experiencia, quizás algo como unas clases sobre sexo– le miré a los ojos chupando mi dedo y con una sonrisa coqueta –Ma petit Soren…¿eres virgen?– pregunte sin tapujos ni rodeos, algo que me caracteriza en este mundo cruel.
Alessa Di Stefano- Prostituta Clase Alta
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
Alessandra le había dicho que sus besos eran dulces y que podrían derretir a cualquier dama, Soren no estaba seguro de eso, no habían sido muchas las mujeres que habían compartido su cama, más bien se sentía bastante oxidado al respecto. Soren notó la gracia con la que movía su cabellera y como todos sus gestos sugerían sexo, aquella era una mujer que sabía como seducir a un hombre y se notaba que era muy buena en el trabajo.
Lo de las clases de sexo le hizo reír, se llevó una mano enguantada para ocultar su risa, solía hacerlo para evitar que la gente viera sus colmillos, rió suavemente imaginando como podría ser una clase de ese tipo y como sería Alessandra como profesora, la sola idea le pareció muy descabellada. Él no consideraba el sexo una competencia y no le interesaba ser 'mejor' o 'pero' que otros hombres en ese aspecto, para él con que su amante estuviera feliz y complacido eso bastaba.
-No soy virgen – Comentó entre risitas, comenzaba a sentirse un poco más cómodo hablando con ella luego de haberla besado ¿Eran los besos conectores de sentimientos y personas? Se preguntó – Estuve con una mujer hace... - Se quedó pensativo recordando – Como 5 años, fue mi primera vez... - Soren decidió que no había necesidad de seguir fingiendo que era humano ya que ella sabía sobre la existencia de los vampiros – Tengo 294 años, pero nunca había buscado una oportunidad para... bueno... ya sabes – Carraspeó y desvió la mirada – Hasta hace 5 años... luego tuve una relación...con un pintor -
Hablar de su pasado con Anuar resultaba un poco difícil, sin embargo habían pasado ya 3 años desde que habían terminado y Soren sentía que era tiempo de dejar las cosas atrás y continuar adelante sin remordimientos.
- No estoy acostumbrado a no mezclar los sentimientos en la cama – Confesó pues la última vez que había tenido sexo había amado a esa persona con total entrega, se preguntaba que tan diferente sería si se acostaba ahora con Alessandra, a quien apenas si conocía – Supongo que debe ser fácil para ti... ¿Cómo haces para no apegarte a los clientes? -
Lo de las clases de sexo le hizo reír, se llevó una mano enguantada para ocultar su risa, solía hacerlo para evitar que la gente viera sus colmillos, rió suavemente imaginando como podría ser una clase de ese tipo y como sería Alessandra como profesora, la sola idea le pareció muy descabellada. Él no consideraba el sexo una competencia y no le interesaba ser 'mejor' o 'pero' que otros hombres en ese aspecto, para él con que su amante estuviera feliz y complacido eso bastaba.
-No soy virgen – Comentó entre risitas, comenzaba a sentirse un poco más cómodo hablando con ella luego de haberla besado ¿Eran los besos conectores de sentimientos y personas? Se preguntó – Estuve con una mujer hace... - Se quedó pensativo recordando – Como 5 años, fue mi primera vez... - Soren decidió que no había necesidad de seguir fingiendo que era humano ya que ella sabía sobre la existencia de los vampiros – Tengo 294 años, pero nunca había buscado una oportunidad para... bueno... ya sabes – Carraspeó y desvió la mirada – Hasta hace 5 años... luego tuve una relación...con un pintor -
Hablar de su pasado con Anuar resultaba un poco difícil, sin embargo habían pasado ya 3 años desde que habían terminado y Soren sentía que era tiempo de dejar las cosas atrás y continuar adelante sin remordimientos.
- No estoy acostumbrado a no mezclar los sentimientos en la cama – Confesó pues la última vez que había tenido sexo había amado a esa persona con total entrega, se preguntaba que tan diferente sería si se acostaba ahora con Alessandra, a quien apenas si conocía – Supongo que debe ser fácil para ti... ¿Cómo haces para no apegarte a los clientes? -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
Definitivamente aquel jovencito debo probar a este pequeño, no puede ser que siendo lo que es sea tan puro e inocente ¿de dónde lo sacaron? De algún lugar eclesiástico. No puede ser real. Lo miro de pies a cabeza para disfrutar la vista de lo que tengo delante de mí; aquel joven enciende la perversión y al parecer no se da cuenta de nada de lo que hace. Que tierno y dulce, despierta mis ganas de devorarlo hasta los huesos.
Su risita en lugar de molestarme solo hace que me intrigue por aquel joven, tiene algo que llama la atención, y no es porque sea vampiro, no, él tiene algo más quizás son esos ojos llenos de pureza que me invitan a arruinarlos. Que perversa me siento, como un lobo a punto de devorarse a la pequeña oveja que está llamando para que lo haga, muy tentador y por ello saboreo mis labios como si fueran los de él, imaginando en mi cabecita volátil un sinfín de cosas que podría hacerle hasta el punto de que recupere el color de su rostro y cuerpo… Clamate Ale, Calmate Ale trato de mantener la cordura, realmente es la ropa, viéndole con unos ojos “inocentes”. Cuanto más puede este jovencito seducirme de esta manera.
Su pequeña voz hace que mi corazón salte de emoción ¿por qué?, simple, porque es un jovencito listo y atento, por ello la piel no deja de erizarse y mis manos se acercan peligrosamente a él, tomó el cuello de la camisa jugando “inocentemente” con esta, rodeándole hasta dejar que las uñas hagan su magia en la nuca de Soren, sonrío y enarco una de mis cejas, acerco los labios a los ajenos para intentar besar pero solo quedan en eso, en un viejo intento que termina solo en un suspiro –Así que al final te terminaste enamorando de una persona que tomó tu corazón y lo dejó como ahora está, cerrado e incrédulo– susurre sobre sus labios acercándome a su mejilla para dejar en esta caminos de beso hasta su cuello donde dejo una mordida –¿Qué pasó con la chica? Era amiga tuya? Alguna desconocida? Una “cortesana” acaso. Por qué dejaste a la mujer por el pintor ¿Qué te ofreció de diferente?– susurró a su cuello como un ronroneo.
Su pregunta merecía tener una respuesta, sobre todo porque no dejaría que aquel joven se fuera así de rápido y de aquella manera. Aproveché la cercanía para dejar que la punta de mi pie derecho subiera por la pierna derecha de él frotándose lentamente, subirla y bajarla con la tela del pantalón de Soren en un claro coqueteo –¿Fácil? Crees que es fácil esta vida ma cherrie– separo un poco la cabeza para verle directo a los ojos –Tus años no te han enseñado mucho mi pequeño bombón, bueno te lo enseñaré– suelto aquello acompañado de una risilla cómplice.
Rompo la cercanía pero sin dejar de juguetear con su pierna y mi pie, paré unos minutos y le puse de espaldas hacia mí para que viera al público que estaba en el burdel, mis dedos mágicos comenzaron con su labor en realizarle un masaje en los hombros, cuello y parte de su nuca, le pie continuó estimulando la pierna de él nuevamente, mis labios se acercaron a su oído junto a la zurda que fue a tomar el mentón para que viera a los presente –Que es lo que ves aquí Soren, descríbeme todo lo que puedes apreciar aquí–
Susurré sugerente dejando que mis pechos se pegaron a su espalda y la diestra bajara por la nuca hasta el inicio de su cerviz recorriéndole con la yema de los dedos –Todos los días hay esto y pocas veces se presenta alguien como tú, pocas veces se presenta alguien nuevo y es ahí cuando hay un apego y es difícil no involucrarse con esas personas, pero para mí, mi pequeño Soren no lo es porque no dejo que nadie entre en mí. Mi verdadero nombre pocos lo conocen, el resto conoce una mujer distinta cada noche, y cuando saben mi nombre solo ven un rostro y cuerpo más al que ver; no me apego a ellos porque son solo clientes de una noche, hombres, mujeres o seres que van y vienen, personas a los que escucho sus dramas y doy consejos algunas veces luego de terminar para lo que me contrataron, no hay apego porque no hay sentimientos mutuos más que solo una emoción momentánea– solté su rostro volviendo a masajearle los hombros – Se mezclan emociones que confundes con sentimientos, por ejemplo mi emoción ahora es tenerte en mis brazos bajo las sábanas de una habitación gimiendo y tocando mi cuerpo, pero mis sentimientos te son desconocidos así como para los clientes. – una risilla y un soplido en su nuca fue todo lo que dejé por el momento.
Su risita en lugar de molestarme solo hace que me intrigue por aquel joven, tiene algo que llama la atención, y no es porque sea vampiro, no, él tiene algo más quizás son esos ojos llenos de pureza que me invitan a arruinarlos. Que perversa me siento, como un lobo a punto de devorarse a la pequeña oveja que está llamando para que lo haga, muy tentador y por ello saboreo mis labios como si fueran los de él, imaginando en mi cabecita volátil un sinfín de cosas que podría hacerle hasta el punto de que recupere el color de su rostro y cuerpo… Clamate Ale, Calmate Ale trato de mantener la cordura, realmente es la ropa, viéndole con unos ojos “inocentes”. Cuanto más puede este jovencito seducirme de esta manera.
Su pequeña voz hace que mi corazón salte de emoción ¿por qué?, simple, porque es un jovencito listo y atento, por ello la piel no deja de erizarse y mis manos se acercan peligrosamente a él, tomó el cuello de la camisa jugando “inocentemente” con esta, rodeándole hasta dejar que las uñas hagan su magia en la nuca de Soren, sonrío y enarco una de mis cejas, acerco los labios a los ajenos para intentar besar pero solo quedan en eso, en un viejo intento que termina solo en un suspiro –Así que al final te terminaste enamorando de una persona que tomó tu corazón y lo dejó como ahora está, cerrado e incrédulo– susurre sobre sus labios acercándome a su mejilla para dejar en esta caminos de beso hasta su cuello donde dejo una mordida –¿Qué pasó con la chica? Era amiga tuya? Alguna desconocida? Una “cortesana” acaso. Por qué dejaste a la mujer por el pintor ¿Qué te ofreció de diferente?– susurró a su cuello como un ronroneo.
Su pregunta merecía tener una respuesta, sobre todo porque no dejaría que aquel joven se fuera así de rápido y de aquella manera. Aproveché la cercanía para dejar que la punta de mi pie derecho subiera por la pierna derecha de él frotándose lentamente, subirla y bajarla con la tela del pantalón de Soren en un claro coqueteo –¿Fácil? Crees que es fácil esta vida ma cherrie– separo un poco la cabeza para verle directo a los ojos –Tus años no te han enseñado mucho mi pequeño bombón, bueno te lo enseñaré– suelto aquello acompañado de una risilla cómplice.
Rompo la cercanía pero sin dejar de juguetear con su pierna y mi pie, paré unos minutos y le puse de espaldas hacia mí para que viera al público que estaba en el burdel, mis dedos mágicos comenzaron con su labor en realizarle un masaje en los hombros, cuello y parte de su nuca, le pie continuó estimulando la pierna de él nuevamente, mis labios se acercaron a su oído junto a la zurda que fue a tomar el mentón para que viera a los presente –Que es lo que ves aquí Soren, descríbeme todo lo que puedes apreciar aquí–
Susurré sugerente dejando que mis pechos se pegaron a su espalda y la diestra bajara por la nuca hasta el inicio de su cerviz recorriéndole con la yema de los dedos –Todos los días hay esto y pocas veces se presenta alguien como tú, pocas veces se presenta alguien nuevo y es ahí cuando hay un apego y es difícil no involucrarse con esas personas, pero para mí, mi pequeño Soren no lo es porque no dejo que nadie entre en mí. Mi verdadero nombre pocos lo conocen, el resto conoce una mujer distinta cada noche, y cuando saben mi nombre solo ven un rostro y cuerpo más al que ver; no me apego a ellos porque son solo clientes de una noche, hombres, mujeres o seres que van y vienen, personas a los que escucho sus dramas y doy consejos algunas veces luego de terminar para lo que me contrataron, no hay apego porque no hay sentimientos mutuos más que solo una emoción momentánea– solté su rostro volviendo a masajearle los hombros – Se mezclan emociones que confundes con sentimientos, por ejemplo mi emoción ahora es tenerte en mis brazos bajo las sábanas de una habitación gimiendo y tocando mi cuerpo, pero mis sentimientos te son desconocidos así como para los clientes. – una risilla y un soplido en su nuca fue todo lo que dejé por el momento.
Alessa Di Stefano- Prostituta Clase Alta
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
Era difícil concentrarse en lo que ella decía y tener una simple conversación cuando ella estaba constantemente seduciéndolo con caricias, toques y besos, se obligó a concentrarse para responder a las preguntas de Alessandra.
-Era una cortesana como tu, también una amiga – Le explicó, había sido una extraña relación bastante efímera pero intensa, una amistad que evolucionó rápidamente a pesar del corto tiempo que duró, Claire había sido una confidente y le había enseñado lo que se sentía compartir la cama con una mujer – No es que la cambiara por el pintor... a ella la conocí mucho antes y nosotros no tuvimos una relación amorosa como tal – Le explicó, había sucedido sólo una vez y a pesar de no haber estado enamorado de ella, si había existido un sentimiento de cariño entre ambos – Al pintor lo conocí mucho después, con él si tuve una relación de varios años -
Ella le giró y le hizo observar el burdel, no se había dado cuenta pero se había llenado hasta el tope de clientes masculinos, en la tarima varias mujeres bailaban vestidas con seductores prendas que dejaban poco a la imaginación, el ruido era ensordecedor pues los caballeros gritaban y aullaban como lobos cada que una de las cortesanas se quitaba una parte del vestido.
- Es un nido de buitres hambrientos – Exclamó Soren, así era como podía describir el burdel.
Escuchó la explicación de Alessandra, ella hacía parecer las cosas tan fácil, como si todo eso fuera simplemente otro día más de trabajo, como si ella estuviera por encima de esos inferiores sentimientos humanos ¿Era la rutina de su trabajo la que la había convertido en un ser frío que veía el sexo como lo que era? ¿Un acto carnal y mundano entre dos personas sin tener que estar acompañado de los sentimientos?.
- Enséñame – Susurró disfrutando del masaje que ella le daba a sus hombros – Déjame olvidar quien soy por esta noche y muéstrame en lo que me puedo convertir a tu lado – Agregó, quizás era momento de entregarse a ese instinto primario que llevaba reprimiendo por tanto tiempo.
-Era una cortesana como tu, también una amiga – Le explicó, había sido una extraña relación bastante efímera pero intensa, una amistad que evolucionó rápidamente a pesar del corto tiempo que duró, Claire había sido una confidente y le había enseñado lo que se sentía compartir la cama con una mujer – No es que la cambiara por el pintor... a ella la conocí mucho antes y nosotros no tuvimos una relación amorosa como tal – Le explicó, había sucedido sólo una vez y a pesar de no haber estado enamorado de ella, si había existido un sentimiento de cariño entre ambos – Al pintor lo conocí mucho después, con él si tuve una relación de varios años -
Ella le giró y le hizo observar el burdel, no se había dado cuenta pero se había llenado hasta el tope de clientes masculinos, en la tarima varias mujeres bailaban vestidas con seductores prendas que dejaban poco a la imaginación, el ruido era ensordecedor pues los caballeros gritaban y aullaban como lobos cada que una de las cortesanas se quitaba una parte del vestido.
- Es un nido de buitres hambrientos – Exclamó Soren, así era como podía describir el burdel.
Escuchó la explicación de Alessandra, ella hacía parecer las cosas tan fácil, como si todo eso fuera simplemente otro día más de trabajo, como si ella estuviera por encima de esos inferiores sentimientos humanos ¿Era la rutina de su trabajo la que la había convertido en un ser frío que veía el sexo como lo que era? ¿Un acto carnal y mundano entre dos personas sin tener que estar acompañado de los sentimientos?.
- Enséñame – Susurró disfrutando del masaje que ella le daba a sus hombros – Déjame olvidar quien soy por esta noche y muéstrame en lo que me puedo convertir a tu lado – Agregó, quizás era momento de entregarse a ese instinto primario que llevaba reprimiendo por tanto tiempo.
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Re: Navegando en aguas desconocidas (Alessandra)
SI, al fin, despues de tanto trabajo tendría el fruto de mis esfuerzos, bueno realmente no fueron tantos pero al menos tendría aquel pequeño alevín en mis garras para devorar lentamente de varias formas, ya me lo estaba imaginando en cada una de las lecciones que le daría, el acaba de aceptar y me pidió que le enseñe y soy de las que creen que con ejemplos y práctica se aprender mejor. Asiento y un beso fugaz dejo en sus labios. Definitivamente podría saltar por todo el lugar de la dicha que tenía en in interior, no cabía en mi si podía decirse.
–Oh mi pequeño Soren ha sufrido por amor, tranquilo ma cherrie aquí todos sufren por amor y todos buscan entre las piernas de una prostituta olvidar ese amor, a algunos ese amor les espera en la casa y ya ha cambiado, tu tienes la dicha de estar solo, no dejes que tu pasada te ate a tu presente y futuro– revuelvo los cabellos lindos de él tirando un poco al terminar de despinarlo, si me gusta verlo así, salvaje y atrevido, aunque sea lo contrario, de solo imaginarlo se me calienta la piel. Porque no ahora, porque no aquí, oh si, porque no quiero que se asuste de este lugar inmundo, al menos por los primer rounds, al final volveremos aquí para lo más divertido o quizás…NO, ¿sí?.
–Mi pequeño Soren, el pasado es pasado de ahora en más olvidarás todo pero no esta noche, no en este lugar. Esta noche has aprendido mucho ya nuestras lecciones comenzaran mañana en otro sitio uno en el que puedas disfrutar mejor que en este nido de buitres– susurre a su oído lentamente cada una de las palabras con tono sugerente y muy seductor. Un beso en su cuello le deje como promesa de ello
Me levanto lentamente de mi asiento caminando entre la multitud enviándole un beso con la mano, el movimiento de mis caderas es más que exagerada para que el vea realmente las curvas de mi cuerpo –Mañana de noche, en el restaurante Fontaine d´Blue, y no acepto un no por respuesta, quiero verte muy guapo como ahora, así de sexy con la lección de vestimenta que te acabo de dar, para eso te la di bombón. A partir de ahora en adelante harás lo que te diga, voy a hacer que olvides todo querido mio– un guiño y me alejo de todos los presentes.
Como adoro todo ello, incluso con él, pues ya ha aceptado por cuenta propia y eso era todo lo que quería por esa noche que el diera la llave a las puertas de la lujuria, mi lujuria. Lo hizo y ahora tocaba darle a desear más, que pensar en ello, que pensara en lo que hizo y en lo que sucederá de aquí en adelante.
Esta noche ya no me apetece nada, absolutamente nada de nada con nadie, quizás sea mis propios dedos, pensando en su nombre y sus ojos dulces junto a mis deseos oscuros y perversos.
–Oh mi pequeño Soren ha sufrido por amor, tranquilo ma cherrie aquí todos sufren por amor y todos buscan entre las piernas de una prostituta olvidar ese amor, a algunos ese amor les espera en la casa y ya ha cambiado, tu tienes la dicha de estar solo, no dejes que tu pasada te ate a tu presente y futuro– revuelvo los cabellos lindos de él tirando un poco al terminar de despinarlo, si me gusta verlo así, salvaje y atrevido, aunque sea lo contrario, de solo imaginarlo se me calienta la piel. Porque no ahora, porque no aquí, oh si, porque no quiero que se asuste de este lugar inmundo, al menos por los primer rounds, al final volveremos aquí para lo más divertido o quizás…NO, ¿sí?.
–Mi pequeño Soren, el pasado es pasado de ahora en más olvidarás todo pero no esta noche, no en este lugar. Esta noche has aprendido mucho ya nuestras lecciones comenzaran mañana en otro sitio uno en el que puedas disfrutar mejor que en este nido de buitres– susurre a su oído lentamente cada una de las palabras con tono sugerente y muy seductor. Un beso en su cuello le deje como promesa de ello
Me levanto lentamente de mi asiento caminando entre la multitud enviándole un beso con la mano, el movimiento de mis caderas es más que exagerada para que el vea realmente las curvas de mi cuerpo –Mañana de noche, en el restaurante Fontaine d´Blue, y no acepto un no por respuesta, quiero verte muy guapo como ahora, así de sexy con la lección de vestimenta que te acabo de dar, para eso te la di bombón. A partir de ahora en adelante harás lo que te diga, voy a hacer que olvides todo querido mio– un guiño y me alejo de todos los presentes.
Como adoro todo ello, incluso con él, pues ya ha aceptado por cuenta propia y eso era todo lo que quería por esa noche que el diera la llave a las puertas de la lujuria, mi lujuria. Lo hizo y ahora tocaba darle a desear más, que pensar en ello, que pensara en lo que hizo y en lo que sucederá de aquí en adelante.
Esta noche ya no me apetece nada, absolutamente nada de nada con nadie, quizás sea mis propios dedos, pensando en su nombre y sus ojos dulces junto a mis deseos oscuros y perversos.
Alessa Di Stefano- Prostituta Clase Alta
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