Paradise lost → Privado {Soren & Isabelle}

La inevitable noche en la que debía alimentarse había llegado. Soren llevaba prolongando el asunto por semanas y de tanta práctica estoica había descubierto que podía aguantar casi un mes sin beber el elixir maldito que le permitía seguir caminando por esas tierras como inmortal. No es que Soren no aceptara su condición Vampírica, tampoco era un mártir que buscara redención por sus pecados, más bien era una persona que gustaba de la vida sencilla y prefería evitar los problemas pues era consciente de que su torpeza terminaría causándolos tarde o temprano.

Secretamente lo que el vampiro más odiaba era la sensación de perder el control, era un perfecionista que se exigía así mismo el 100 por ciento en todo y sabía que el deseo de beber podía sacar lo peor de él, que undiendo los colmillos en la piel de un desprevenido humano podía desatar a la bestia y él era todo un experto en mantener la bestia bien asegurada en lo más profundo de su cabeza, por lo que perder el control para él era como una especie de derrota y una gran vergüenza.

Pero ahí estaba de todas formas, sediento como en mucho tiempo no se sentía, había estado bastante ocupado desde que había decidido desenterrarse y volver al mundo de los vivos donde moró por 3 años, debía recuperar su trabajo y su casa por lo que había dejado de lado la tarea de cazar, intentando recuperar parte de lo que había perdido cuando había decidido sumirse en su sueño bajo la tierra.

Llevaba siguiendo al joven humano desde hacía varias horas entre las sombras, no era el tipo de víctima que solía cazar pero en momentos desesperados era la sed la que pensaba por él, además el joven se veía bastante delgado y frágil, no significaría ningún reto doblegar su voluntad. Era bastante tarde y el chico era prácticamente la única persona que recorría esos sitios alejados, el resto se encontraban ocultos entre las cobijas y ese chico parecía inconsciente del peligro que podía significar caminar solo en las afueras de la ciudad a tan indecentes horas nocturnas.

Decidió hacer el primer movimiento, el efecto de la sorpresa era su ventaja, el pánico que le causaría haría que el chico corriera y tropezara, por lo que atraparle por la espalda sería tan fácil como voltear una tortilla en una sarten. Pero entonces ocurrió algo inesperado, el chico se había girado con un movimiento resuelto y lleno de confianza en si mismo, su mirada penetránte se encontró con las irises azules pálidas de Soren quien no se esperaba una actitud desafiante.

Pero por supuesto ¿Y que esperabas Soren? Un vampiro con gafas no luce muy amenazador, seguro que piensa que eres un chico perdido y no una criatura de la noche.

Soren frunció el ceño, no podía dar marcha atrás ahora, de todas formas tenía la ventaja de su condición así no luciera como un depredador. Caminó hacía el humano saliendo completamente de las sombras, iba vestido con una capa café oscura que parecía vieja, no llevaba sombrero y su cabello cenizo oscuro apenas si medio brillaba con la tenue luz de las estrellas, podía oler la piel del chico conforme se acercaba y la boca se le hizo agua de sólo pensar en sus colmillos penetrando esa tierna piel.

- Demasiado tarde para un paseo, demasiado peligroso también – Exclamó con una voz siseánte que se alejaba bastante de su voz regular cuando pretendía ser un profesor de arte.

Era terrible ver aquella situación anodina que ahora se llamaba París. Tras la revolución, los Sans-Culotte y los desarrapados se habían hecho con las calles de la ciudad, destruyendo el orden y el buen gusto, sumiendo la ciudad y el país en una orgía anarquista, hasta el 18 de Brumario...oh ¡Qué grandioso ridículo hicieron los revolucionarios intentando incluso crear un nuevo orden en el calendario! Todo el esplendor perdidos...en fin, una pena.

Pero el mundo gira y sigue en una órbita indiferente a todo. Isabelle había estando merodeando y alimentándose durante toda la noche. No le gustaba matar innecesariamente, de manera que mantenía vivas a sus víctimas. Sin embargo, guardaba todo su sadismo y su irreverencia a todos los que consideraba despreciables, que no eran pocos. Pero Isabelle guardaba las formas,era exquisita en el trato, sonreía agradablemente, mientras en su interior ideaba nuevas formas de atormentarlos.

Esta vez, su vagar nocturno le había alejado algo de la ciudad, notaba el frescor de la noche, y se preguntaba si aquel vestido resistiría los embates de la brisa, que esta vez parecía extremadamente húmeda. Escuchó algo cerca, como una especie de pasos cortos, y un silencio. Miró a su alrededor....allí estaban. Eran dos personajes singulares, un chico con gafas (Isabelle notó algo en su fisionomía que le aseguraba que era vampiro), y un humano. Parece que uno estaba a punto de devorar al otro.

Tratando de divertirse, Isabelle se colocó detrás de ellos, de pie, mirándoles intensamente y con interés, y pensó "Por fin un expectáculo divertido"- y sonrió. Mientras esperaba el siguiente movimiento de los contendientes, sacó la polvera y se retocó el maquillaje, se perfumó un poco con su aroma favorito (Jacintos), y siguió con su mira, un tanto indiferente, al vampiro. "Es mono, sin embargo se nota que procede de una clase inferior. Aunque, bien mirado, he tenido amantes de toda clase y extracción" -y se rió un poco.

Soren era consciente de que su apariencia no era intimidante, la gente siempre se imaginaba a los vampiros como monstruos que se ocultaban tras una máscara de seducción y una presencia que hacía temblar las piernas, pero Soren las únicas piernas que hacía temblar eran las de sus alumnos cuando les hacía un examen sorpresa y ni hablar de seducción, Soren podía tener a una mujer desnudándose frente a él y aún así encontrar la forma de decir algo inapropiado que dañara el ambiente. Ser torpe y vampiro eran dos cosas que no combinaban bien.

Pero la sed de sangre era igual para él como para cualquier otro y el acto de cazar inevitable.

El chico se había vuelto y había caminado hacía él con una confianza en si mismo que le hizo dudar en si sus sentidos le habían engañado y en realidad se trataba de un licantropo o un cambiaformas y no un simple mortal. ¿Cómo se podía estar vivo y tener esa actitud desafiante? ¿Es que no tenía miedo de perder su propia vida?

Soren se encontró entre molesto y admirado por la actitud del chico, no todos los días se encontraba uno con una persona tan valiente... momento ¿Acaso era un cazador?. Soren sintió como un frío le bajaba por la espina dorsal tan sólo con imaginárselo, el chico lucía demasiado delgado y atractivo como para ser un cazador pero Soren tampoco lucía como un vampiro, así que estaba el beneficio de la duda.

Iba a contestar cuando el chico hizo obvio el hecho de que sabía que era Vampiro y de que había otro entre las sombras. Momento ¿Otro vampiro? ¿Se podía tener tan mala suerte en una sola noche?, Soren se giró hacía la dirección que indicaba el humano, había estado tan concentrado en el chico que no se había preocupado por los alrededores y ni cuenta se había dado de la tercera presencia.

- Buenas noches... - Murmuró con expresión malhumorada, en realidad parecía más el puchero de un niño.

De pronto el chico humano se giró con una inusitada seguridad en sí mismo hacia la dirección en que Isabelle se encontraba. Los ojos de Isabelle brillaron por la excitación: Dos luciérnagas que se veían bailar en medio de la oscuridad en la que se protegía. El vampiro también se giró. Parecía desesperado por hincarle el diente a su presa que, sin embargo, se le resistía.

Ella les miró a ambos y comenzó a hablarles. Dio unos pasos hacia delante, mostrándose a la luz de la luna, amenazante y gélida como un iceberg-Oh, queridos, disculpad, no pretendía interrumpir nada...dijo mientras hacía una delicada inclinación.

-Sin embargo...- continuó clavando sus ojos, como dos alfileres, en Soren -no os refreneis. Teneis hambre y un humano a vuestra disposición...- Dijo avanzando amenazante hacia el humano, sin perder la sonrisa...quedó a medio camino entre el vampiro y el joven humano - Adelante... le sonrió extendiendo una mano, invitando al vampiro con su mano. Sus dedos ensortijados con amenazantes anillos en forma de garra tintineaban en la noche. Siguió mirando al vampiro,pero ahora el humano había cobrado para ella cierto interés inusitado ¿Qué pretendía con esa actitud chulesca y batalladora?-Quién sabe- pensó-quizás pretenda unir en la muerte lo que la vida ha separado...- y sonrió recordando los versos del Adonaïs de Shelley.

La dama que había salido de las sombras lucía un elegante vestido y un porte que era claramente el de una mujer de la alta sociedad, Soren no soportaba ese tipo de vampiros por encima de todo, la aristocracia con su refinada y superficial forma de vida que se pavoneaba jactándose en el hecho de mover los hilos que ponían en marcha la sociedad, no eran más que marionetas ellos mismos. La mujer parecía entretenida con la escena, seguramente le excitaba observar como otro vampiro se alimentaba, un voyerismo que Soren encontraba bastante normal para los de su clase.

El humano resultó más astuto de lo que esperaba, su palabras eran casi tan afiladas como sus propios colmillos, era un chico que danzaba con la muerte sin miedo a caer rendido ante ella. Soren se sintió entonces como una victima y no un victimario, había deseado alimentarse rápidamente sin tener que entablar una conversación o conocer más del humano, odiaba descubrir cosas de sus victimas, el anonimato era más su estilo, pero ahí se encontraba descubriendo que era un chico rico y que sabía como manipular la situación a su antojo.

Muy astuto – Dijo Soren al fin – Quieres que luchemos para que nos matemos entre nosotros y así tu puedas escapar sin ningún rasguño – Comentó interpretando las palabras del chico – Y no... no soy un soberano de la noche, no me interesan los estereotipos que los mortales puedan tener – Comentó desviando la mirada, sentía como las manos le temblaban ligeramente, debía alimentarse, sentía como la sed creía dentro de él y era cada vez más difícil de controlar, el monstruo que llevaba en su interior, aruñaba sus entrañas deseando salir.

- ¿Crees que eres una especie de premio? - Continuó, no sonreía, su voz no era sarcástica – Literalmente hay cientos de mortales de los que puedo beber ¿Que te hace especial a ti para que me arriesgue a pelear con una dama que recién conozco por tu sangre? -

El humano había hablado. En pocas palabras,decepcionante. Creía que era un hueso duro de roer...Se tenía en demasiada alta estima como para ser considerado siquiera una mascota. Era hora de mostrarle de qué estaba hecho el verdadero temple.

Escuchó la conversación de ambos: Igualmente patética. Desde luego, el vampiro que tenían delante no era precisamente el exponente más augusto de la raza. Pero Isabelle sí.

Ella sonrió con toda la dulzura y la contención de la que era capaz, y comenzó a aproximarse a ambos individuos. -Yo, señor mío- dijo al humano-Ya me he alimentado...Y le aseguro que tengo tal manejo y conciencia propia que puedo ser considerada, no sin razón, la envidia de mis congéneres. Os emplazo a que me pongais en una balsa en medio de un mar de sangre,y os aseguro que no beberé ni una gota, estando yo bien alimentada. Siguió acercándose, esta vez iba dando un largo paseo, zigzaguenado...comenzó a hablar en otro tono, casi como si diese una lección -Además, coincido con vuestro amigo en que no deseo luchar con él...- sonrió con sinceridad. Ella había leido los pensamientos del vampiro y dijo, como si sólo él pudiera entender -Sólo soy una arrogante aristócrata que cree mover los hilos de la sociedad...un cliché común de cómo deben ser los vampiros...-Y comenzó a narrar sus propios pensamientos.

-Habreis oido hablar de nuestra rapidez, de nuestra ferocidad y de nuestra sed...Tenedlo en mente ahora que os voy a decir estas palabras- y le miró-Tomad todas las historias de vampiros que existan, todas las noticias e informaciones, de distinta época y lugar, y vereis que ni uno de nosotros ha muerto de hambre- paró en su divagar, y sonrió al humano-Simplemente, no podemos. El instinto es mayor que la razón. En vuestro amigo- y señaló al Vampiro -están obrándose ahora mismo maravillas. Su razón está perdiendo la batalla frente al Hambre. Pensad en la más cruel matanza que imagineis: Cerdos abiertos en canal que manan sangre y vísceras, inundando el suelo con sus entrañas verdinegras....Imaginad toda esa sangre, y pensad que ahora mismo sólo una gota de vuestra sangre puede igualaros a ese cerdo. Cuanto más tarde en alimentarse, mayor crecerá su sed, y mayor será su locura por una mera....gotita- y se sonrió- ¿Veis cómo tiembla?-señaló la mano del vampiro - Vos, por supuesto, creereis que lo hace por debilidad...porque está a punto de caer de hambre. Yo os aseguro, que es porque está a punto de perder el control. Yo, por supuesto, tampoco pienso mover un dedo por vos: Estaré encantada de ver cómo os destripa vivo tratando de encontrar la fuente de todo ese lujurioso y borboteante océano de vida ...- Y aquí se paró justo en frente de los dos, a dos pasos del humano-Pero llegados a este punto,tenéis dos posibilidades:- levanta un dedo-La primera es tratar de resistiros, ya sea forcejeando con él (lo que es ridículo) o bien huyendo (lo que también es ridículo). El resultado de esta acción es la de él dandoos caza y perdiendo la poca reflexión y mesura que le queda, y dejando vuestro cuerpo tan irreconocible, que temo que el enterramiento tenga que ser con un ataud vacío en lugar de con vos. Y eso, en el caso de que encuentren algún pedazo...- Levanta el segundo dedo-La segunda posibilidad es dejaros morder, permitir que se alimente y que, o bien os mate por drenaros la sangre, o bien os mantenga vivo por el deseo de tomar sólo la cantidad precisa. En cualquier caso, convendreis conmigo que esta segunda opción es menos dolorosa, ya que si os mata, sólo sentireis adormeceros, y no es comparable a ser abierto en canal y devorado ¿No? Y si vivis, mucho mejor para todos: Para vos, para él, y para el pobre barrendero que ya no tendrá que limpiar vuestra sangre ni recoger vuestros pedacitos...- Y sonrió. Esperaba haber sido lo suficientemente concisa y contundente como para no dejar dudas -Elegid sabiamente vuestro siguiente movimiento...- se encontraba a escasos pasos de ambos y alternaba sus brillantes ojos entre esos dos individuos, tratando de apostar algo a quién sería el primero en cometer un error...

La mujer se había extendido en prosa y al menos había dejado claro que no estaba hambrienta, suerte para Soren que no deseaba pelear por el humano, luego escuchó al chico hablar con toda esa arrogancia digna de alguien que no tiene idea del peligro que se encuentra ¿O si la tenía? Soren no sabía que era peor, si el chico era consciente y aún así tentaba a la muerte de forma temeraria o si yacía en la ignorancia.

En algún otro momento, Soren había preferido optar por un camino seguro y buscar a otra víctima para alimentarse, pero en ya era demasiado tarde para él, en un movimiento brusco, contrario a la elegancia con la que muchos perciben a los vampiros, Soren agarró al chico de los hombros y con una mano le movió la cabeza a un lado para acto seguido hincarle los colmillos en el ángulo descubierto del cuello.

La piel cedió fácilmente bajo el par de pequeños afilados puñales que le atravesaron como a un pedazo de mantequilla, los hundió tan profundo como le fue posible y el torrente de sangre inundó su boca en cuestión de segundos. Una oleada de placer lo sobrecogió y entonces fue cuando el mundo a su alrededor se desmaterializó y dejó de tener sentido, ahí estaba sólo él y la sangre, sólo el monstruo que buscaba saciar su apetito voraz.

Se sintió ingrávido y se aferró al humano como si su vida dependiera de ello, de repente se encontraba en un lugar completamente oscuro, no eran las calles parisinas ¿Donde estaba? el frenesí que sentía no le dejaba pensar, entonces imágenes comenzaron a pasar fugases como flashes de luces ante sus ojos, vio una mujer pelirroja, sonreía, jugueteaba con su cabello, no con el de Soren ¿Quien era él? Él era humano, la mujer se daba media vuelta y corría, su vestido ondeaba al viento y Soren/Sarge sentía celos, envidia y mucha rabia.

Arriety...

El nombre retumbó en su cabeza, otro flash y vio las llamas anaranjadas lamiendo una edificación, sintió un nudo en la garganta, gritó con todas sus fuerzas pero ningún sonido salió de allí. ¿Iba a morir quemado?

¿Que demonios...?

Se sintió caer al vacío en una vorágine de imágenes inconexas de gente que él nunca había visto y al mismo tiempo que se le hacían familiares, demasiados sentimientos se arremolinaban dentro de su pecho, y el deseo de venganza y de muerte fue tan poderoso como el mismo deseo de beber sangre.

Abrió los ojos y se obligó a soltar al humano en un impulso que le hizo tambalear hacía atrás, su boca estaba manchada de carmesí y su cuerpo le pedía a gritos seguir bebiendo, pero su mente le había obligado a detenerse, ese hombre que tenía enfrente era tan aterrador como cualquier ser de la noche y sentía como si hubiese absorbido todos esos pensamientos y deseos en cuestión de segundos mientras bebía.


(( OFF ROL: que pena! siento muchísimo la tardanza, por algún motivo o circunstancia ajena a mi conocimiento, no me llegó la notificación de que este tema estaba respondido así que no me había dado cuenta de que era mi turno de responder!!! no volveré a tardar lo prometo x_x ))

Isabelle miró a ambos con reposo y alegría. Es increíble lo estulto que parecía ser el humano, considerando que ante la muerte uno debe adoptar una actitud de sagrado sobrecogimiento. Y el podía estar a punto de morir, de desaparecer,de deshacerse en la Nada, y sin embargo, parecía aun un arrogante imbécil ¿Cómo calificarlo pues? No es que se acercase a la muerte de manera irracional, sino que lo hacía de manera inescrupulosa. Era descortes con la Guadaña y con el Reloj de Arena.

Le miró como un hombre mira a una repelente chinche que se oculta en su galgo más preciado. Miró cómo el vampiro le mordía y lo hacía palidecer. Le producía curiosidad ver qué se le pasaba por la cabeza a ambos individuos en un momento tan catársico, tan epigonal...

Isabell habló en voz alta-La palabra no es morbo....El morbo es lo dicho de una insana obsesión, proviene del italiano, vía latín, y significa enfermedad, desarreglo...Lo que es connatural a lo vivo es la curiosidad por lo repugnante y lo escabroso- Y sonríe-por lo que, como comprenderá, entonces no es tan contranatural, sino que, al contrario, significa que actuamos conforme nuestras primarias pasiones...¿O es que a vos no os produce tal "morbo" el ser atacado y drenado por un vampiro? ¿Podría decirse que no lo deseabais?-dijo intuyendo que posiblemente, había estado rondando toda la noche en los callejones únicamente para encontrarse con individuos, o seres, peligrosos y extraordinarios...

Volvió en si mismo y tardó unos instantes en recordar donde estaba, la sangre había caído cálida por su garganta llenando toda su sed, haciéndolo sentir vivo de nuevo. A pesar de la situación el humano había hablado con la misma arrogancia de antes, había dicho que algo más poderoso que la sangre los unía, antes de caer al suelo desmayado. Soren se encontró frente a un gran debate moral.

-¿Lo he matado? - Preguntó más para si mismo que para la mujer que aún continuaba con el observando, se llevó una mano a la cabeza intentando calmar la sensación eufórica que crecía dentro de él y se acercó al cuerpo que lucía inerte del chico arrodillándose a su lado, le colocó una mano en el cuello y notó el débil pulso, la herida en el cuello aún seguía abierta y sangraba. Soren comenzaba a ser el mismo de nuevo, una vez satisfecho el deseo y la urgencia de beber, volvía en si mismo y era consciente de lo que acababa de hacer.

-No puedo dejarlo aquí – Comentó girando su rostro hacía la mujer cuyo nombre aún desconocía – No suelo matar mis víctimas... de hecho siempre los engaño para que no se den cuenta de lo que he pasado – No sabía por que sentía la necesidad de justificar sus actos delante de ella, seguramente como vampira ella comprendería, sin embargo no podía dejar de sentirse culpable – Por favor no diga nada... guarde este secreto... haga como si no hubiese visto nada -

Tomó al humano por la cintura y lo alzó fácilmente, el cuerpo quedó desmadejado y liviano sobre sus brazos. No podía dejarle a su suerte en medio de un callejón oscuro con una herida abierta que podría infectarse y a merced de cualquier otra alimaña.

-Lo llevaré al hospital Madame – Le anunció, seguía sintiendo la necesidad de que ella aprobara sus acciones o le disculpara – Mi nombre es Soren Kaarkarogf, disculpe usted mi comportamiento pero llevaba demasiado tiempo sin beber... espero podamos conocernos bajo situaciones más civilizadas en el futuro – Concluyó y dicho esto, se despidió de ella con una venia elegante y salió corriendo del lugar con el humano en brazos.

OffRol: Me parece bien, Isabelle puede terminar el post y lo cerramos ^^

Isabelle miró a ambos y les brindó una sonrisa. Lo que había ocurrido allí era algo verdaderamente curioso: ¿Acaso el alma humana es tan débil que es capaz de fragmentarse ella misma y entrar en la corriente sanguínea del vampiro?¿ Puede este sorber, si el alma del individuo es tan frágil, también aquella?

- Confiad en mí...- dijo casi susurrando al vampiro. Rápidamente se volvió hacia la oscuridad, su carruaje esperaba- Yo soy Madame de Merteuil...- dio en voz alta, respondiendo con deferencia al vampiro...- No os preocupeis...nos volveremos a ver, estoy segura...y no os importen las situaciones...son accidentes y contingencia...Al igual que la vida o la muerte de vuestro amiguito. Pero, tarde o temprano, deberéis decidir sobre él y sobre si puede guardar un secreto...o no.

Isabelle se dio abruptamente media vuelta y se zambullía en la oscuridad con paso firme. Un carruaje negro ébano con cortinajes azules tirado por dos caballos negros, no andaba lejos. Era hora de volver a casa...y quién sabe si parar para alimentarse un poco. La noche pronto la rodeaba por todos sus flancos y sólo brillaban sus joyas, como estrellas, como fuego. La noche había permitido que se unieran todas las circunstancias para que este cruce de vidas se produjera ¿Se comería el león al ratón, o viceversa? ¿Sería el humano lo suficientemente inteligente como para hacerse el tonto y callar sobre lo que ha visto y ha oido esta noche? ¿Soren lo mataría? Quién sabe...elecciones, elecciones,elecciones....La vida es una suma de elecciones, y algunas más fáciles que otras...

(offtopic: Ya está. Cierren si les parece bien )