AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
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Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Recuerdo del primer mensaje :
Su casa no era nada del otro mundo, tenía sólo un piso y lucía bastante vieja, estaba en los barrios del sur y aunque no era un barrio pobre, Mirko había conseguido la casa por una renta económica debido a que tenía muchos problemas a arreglar, goteras aquí y allá, madera vieja etc. El carruaje les dejó justo al frente y Mirko bajó de él buscando las llaves en sus bolsillos, la calle lucía oscura y desolada, el silencio era abrumador y la media luna los iluminaba suavemente con su luz plateada.
Una vez dentro de la casa, le indicó a Cailen que se sentara en la sala, estaba consciente de que había dejado entrar a un ladrón a su morada, pero no creía que Cailen fuera a robar algo mientras iba al sótano por unas hiervas medicinales, o al menos eso esperaba. Haber compartido esa extraña experiencia extrasensorial con el chico le hacía creer que podía confiar en él de alguna forma.
Tardó unos 10 minutos mientras volvía a la sala, traía una pequeña bandeja de lata con una taza que contenía un aromático té caliente. Lo colocó en la mesita de centro y se sentó en uno de los sofás frente a Cailen que lucía tan pálido como la luna en el cielo.
-Te he preparado un té de Manzanilla con hojas de durazno – Dijo mientras le ofrecía la taza – Ambas son hierbas medicinales que ayudan a calmar los nervios – Le explicó, siendo un aficionado a la botánica y al estudio de las plantas medicinales, Mirko estaba seguro que el té le ayudaría a relajarse y a pensar con más claridad aunque su sabor fuera un poco amargo. Esperó unos momentos a que la bebida fuera teniendo efecto antes de hacer la pregunta que estaba deseando hacer desde hacía rato.
- ¿Qué fue lo que viste en el cementerio? Vamos... que no voy a creer que estás loco, si yo mismo he visto cosas que antes no creía posibles esta noche – Preguntó llevándose una mano a la cabeza y pasándola por el cabello – Puedes confiar en mi Cailen -
Su casa no era nada del otro mundo, tenía sólo un piso y lucía bastante vieja, estaba en los barrios del sur y aunque no era un barrio pobre, Mirko había conseguido la casa por una renta económica debido a que tenía muchos problemas a arreglar, goteras aquí y allá, madera vieja etc. El carruaje les dejó justo al frente y Mirko bajó de él buscando las llaves en sus bolsillos, la calle lucía oscura y desolada, el silencio era abrumador y la media luna los iluminaba suavemente con su luz plateada.
Una vez dentro de la casa, le indicó a Cailen que se sentara en la sala, estaba consciente de que había dejado entrar a un ladrón a su morada, pero no creía que Cailen fuera a robar algo mientras iba al sótano por unas hiervas medicinales, o al menos eso esperaba. Haber compartido esa extraña experiencia extrasensorial con el chico le hacía creer que podía confiar en él de alguna forma.
Tardó unos 10 minutos mientras volvía a la sala, traía una pequeña bandeja de lata con una taza que contenía un aromático té caliente. Lo colocó en la mesita de centro y se sentó en uno de los sofás frente a Cailen que lucía tan pálido como la luna en el cielo.
-Te he preparado un té de Manzanilla con hojas de durazno – Dijo mientras le ofrecía la taza – Ambas son hierbas medicinales que ayudan a calmar los nervios – Le explicó, siendo un aficionado a la botánica y al estudio de las plantas medicinales, Mirko estaba seguro que el té le ayudaría a relajarse y a pensar con más claridad aunque su sabor fuera un poco amargo. Esperó unos momentos a que la bebida fuera teniendo efecto antes de hacer la pregunta que estaba deseando hacer desde hacía rato.
- ¿Qué fue lo que viste en el cementerio? Vamos... que no voy a creer que estás loco, si yo mismo he visto cosas que antes no creía posibles esta noche – Preguntó llevándose una mano a la cabeza y pasándola por el cabello – Puedes confiar en mi Cailen -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Sobrevivir el invierno. Miko sabía lo difícil que podía llegar a ser pasar esos meses gélidos sin tener un techo cómodo o una buena fogata, muchos vagabundos morían en las calles durante el invierno, aquella era la peor época del año para ellos, inclusive gente de la clase alta que caía presa de una pulmonía, moría aún teniendo todo el oro para pagar los mejores tratamientos. Él clima era peligroso así de simple.
- Si, puede ser algo temporal - Le indicó, cuando habían llegado a la puerta y luego de la broma que le hizo volverá a réir esta vez más ampliamente y sin ocultarlo, Cailen le pidió que le permitiera lavar la cara, seguramente no quería ir muy sucio para que así el dueño no se llevara una mala impresión, a Mirko se le ocurrió algo mejor.
- ¿Porque no te dás una ducha con agua caliente? - Le preguntó buscándo en los bolsillos de su abrigo para encontrar las llaves de la casa - Hagamos lo siguiente, yo me voy ya para el restaurante pues si te espero llegaré tarde, tu puedes quedarte y darte una buena ducha, organizarte como consideres y luego me buscas en el restaurante más tarde - Le explicó entregándole las llaves, que eran sólo un par pues la puerta tenía dos viejas cerraduras - Creo que será buena idea que vallas bien presentado, el dueño es un hombre viejo y anticuado y seguro que le parecerá mejor ver a un muchacho limpio, eso le dará más confianza -
Después de lo que habían hablado sobre sus pasados familiares le resultó mucho más fácil confiar en Cailen, por lo que entregarle las llaves no le pareció una locura.
- Si, puede ser algo temporal - Le indicó, cuando habían llegado a la puerta y luego de la broma que le hizo volverá a réir esta vez más ampliamente y sin ocultarlo, Cailen le pidió que le permitiera lavar la cara, seguramente no quería ir muy sucio para que así el dueño no se llevara una mala impresión, a Mirko se le ocurrió algo mejor.
- ¿Porque no te dás una ducha con agua caliente? - Le preguntó buscándo en los bolsillos de su abrigo para encontrar las llaves de la casa - Hagamos lo siguiente, yo me voy ya para el restaurante pues si te espero llegaré tarde, tu puedes quedarte y darte una buena ducha, organizarte como consideres y luego me buscas en el restaurante más tarde - Le explicó entregándole las llaves, que eran sólo un par pues la puerta tenía dos viejas cerraduras - Creo que será buena idea que vallas bien presentado, el dueño es un hombre viejo y anticuado y seguro que le parecerá mejor ver a un muchacho limpio, eso le dará más confianza -
Después de lo que habían hablado sobre sus pasados familiares le resultó mucho más fácil confiar en Cailen, por lo que entregarle las llaves no le pareció una locura.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Fue en cámara lenta el momento en el que las llaves estaban en el aire y aterrizaban gentilmente en le palma de mi mano. Abrí ambos ojos, mezclándose la confusión y la euforia. -¿En verdad puedo? -Pregunté a pesar de ya saber la respuesta. No pude evitar ocultar una amplia sonrisa de oreja a oreja que dejó a la vista mis dientes. -Mirko, en verdad muchas gracias.
Las contemplé un momento hasta que me di cuenta de que estaba retrasándome y cerré cuidadosamente la puerta. Miré entonces la casa de Mirko, que a pesar de no ser amplia, desde mi punto de vista era como un palacio. Bajé las escaleras que llevaban a su habitación y me adentré en el baño. Algo que noté a medida que avanzaba en su casa era que todo estaba perfectamente ordenado, lo único que estaba fuera de lugar era el sillón con la cobija amontonada en donde yo había dormido. Lo demás estaba intacto, me pregunté entonces qué pasaría si cambiaba de lugar un par de objetos ¿se daría cuenta? alejé de mi cabeza esos pensamientos y me dirigí al cuarto de baño. Comencé a preparar la bañera y me di cuenta de que no tenía ropa con qué cambiarme.
Me quedé ahí de pie, tratando de pensar qué hacer a continuación y regresé a la habitación principal. Abrí el clóset de Mirko con cuidado, al final de éste, me encontré con un pequeño montón de ropa perfectamente doblado, apartado del resto. Tomé lo que parecía ser una camisa y la extendí, me di cuenta entonces el por qué estaba apartada, era algo pequeña para él, pero seguramente me quedaría a mí. Hice lo mismo con un pantalón negro que estaba ahí, ese parecía que me iba a quedar grande, pero un cinturón lo podía resolver. Busqué un par de cosas más que iba a necesitar y me metí al baño.
Salí de ahí completamente relajado, en calma. Me miré al espejo que estaba ahí, ni siquiera yo mismo me reconocía sin toda la suciedad, usé un peine que encontré por ahí para acomodar mis cabellos despeinados. Me di un último vistazo y salí rápidamente del lugar, no sin antes cerrar con llave. Sabía el restaurante a donde tenía que ir gracias a que había visto el uniforme de Mirko con el nombre del local bordado en él. Fui a toda prisa y cuando llegué, opté por ir por la parte trasera del lugar, para mi suerte, ahí estaba Mirko.
Parecía que estuviese haciendo malabares, de repente lo observaba alejarse de la estufa para ir a revisar otra que tenía a su espalda y de inmediato volteaba de regreso con una espátula moviendo el contenido. Todo mientras parecía buscar algo en el estante con la vista, seguramente una especia o algo así. No sabía qué hacer a continuación, no quería interrumpirlo y que por la distracción el platillo se estropeara, o que me viera alguien y me echara a patadas, así que me quedé de pie, esperando algo...
Las contemplé un momento hasta que me di cuenta de que estaba retrasándome y cerré cuidadosamente la puerta. Miré entonces la casa de Mirko, que a pesar de no ser amplia, desde mi punto de vista era como un palacio. Bajé las escaleras que llevaban a su habitación y me adentré en el baño. Algo que noté a medida que avanzaba en su casa era que todo estaba perfectamente ordenado, lo único que estaba fuera de lugar era el sillón con la cobija amontonada en donde yo había dormido. Lo demás estaba intacto, me pregunté entonces qué pasaría si cambiaba de lugar un par de objetos ¿se daría cuenta? alejé de mi cabeza esos pensamientos y me dirigí al cuarto de baño. Comencé a preparar la bañera y me di cuenta de que no tenía ropa con qué cambiarme.
Me quedé ahí de pie, tratando de pensar qué hacer a continuación y regresé a la habitación principal. Abrí el clóset de Mirko con cuidado, al final de éste, me encontré con un pequeño montón de ropa perfectamente doblado, apartado del resto. Tomé lo que parecía ser una camisa y la extendí, me di cuenta entonces el por qué estaba apartada, era algo pequeña para él, pero seguramente me quedaría a mí. Hice lo mismo con un pantalón negro que estaba ahí, ese parecía que me iba a quedar grande, pero un cinturón lo podía resolver. Busqué un par de cosas más que iba a necesitar y me metí al baño.
Salí de ahí completamente relajado, en calma. Me miré al espejo que estaba ahí, ni siquiera yo mismo me reconocía sin toda la suciedad, usé un peine que encontré por ahí para acomodar mis cabellos despeinados. Me di un último vistazo y salí rápidamente del lugar, no sin antes cerrar con llave. Sabía el restaurante a donde tenía que ir gracias a que había visto el uniforme de Mirko con el nombre del local bordado en él. Fui a toda prisa y cuando llegué, opté por ir por la parte trasera del lugar, para mi suerte, ahí estaba Mirko.
Parecía que estuviese haciendo malabares, de repente lo observaba alejarse de la estufa para ir a revisar otra que tenía a su espalda y de inmediato volteaba de regreso con una espátula moviendo el contenido. Todo mientras parecía buscar algo en el estante con la vista, seguramente una especia o algo así. No sabía qué hacer a continuación, no quería interrumpirlo y que por la distracción el platillo se estropeara, o que me viera alguien y me echara a patadas, así que me quedé de pie, esperando algo...
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Luego de dejar a Cailen en su casa había regresado en carruaje al restaurante, tardó al rededor de 20 minutos en llegar y como era de esperarse cuando arribó, la asistenta de cocina ya había encendido las calderas en vista de que él no había llegado a tiempo. El restaurante era de tamaño mediano y de apariencia rústica, quedaba en la zona de restaurantes cercana al mercado. No era un restaurante elegante ni costoso, los clientes eran por lo general trabajadores y últimamente marineros que acudían religiosamente cada que tocaba puerto gracias a que la sopa de pescado de Mirko se había vuelto popular entre el gremio.
El jefe no estaba cuando llegó, lo cual era un alivio o probablemente se habría ganado un buen regaño por llegar media hora tarde, le dio las gracias a su compañera y se dispuso a preparar el menú del día, sopa de pescado con papas y ensalada de vegetales. La cocina quedaba al fondo del restaurante fuera de la vista de los comensales, Mirko se encontraba bastante ocupado ya que habían comenzado a llegar los primeros clientes que demandaban rápidos desayunos.
Salió de la cocina por la puerta trasera y se encontró de frente con un hombre que se parecía bastante a Cailen. Parpadeó un par de veces y le reconoció. ¡Cailen parecía casi otra persona! No había notado que tenía un rostro tan apuesto cuando se habían conocido. También notó que llevaba puesta una ropa de segunda que el tenía planeado regalar en la corte de los milagros.
-Valla cambio, ¡te vez estupendo! - Exclamó con honestidad – Él jefe aún no llega, pero no creo que tarde, mientras, podrías ayudarme, sígueme – Le indicó y lo llevó hasta la cocina, la ayudante se giró y se sorprendió un poco al ver al extraño en la cocina – Magda, este es Cailen, nos va ayudar un poco durante hoy – Magda era una mujer con un par de kilos extra, de cabello ondulado cobrizo y simpática sonrisa.
-Bienvenido – Dijo ella y continuó con su labor. Mirko se giró hacía Cailen y le señaló un enorme canasto que tenía alrededor de 10 pescados de color plateado apilados.
- Puedes ir lavando esos pescados y sacándole las entrañas y las escamas – Le indicó entregándole un cuchillo y mostrándole el cuenco donde estaba el agua – Cuando llegue el jefe hablaré con él -
El jefe no estaba cuando llegó, lo cual era un alivio o probablemente se habría ganado un buen regaño por llegar media hora tarde, le dio las gracias a su compañera y se dispuso a preparar el menú del día, sopa de pescado con papas y ensalada de vegetales. La cocina quedaba al fondo del restaurante fuera de la vista de los comensales, Mirko se encontraba bastante ocupado ya que habían comenzado a llegar los primeros clientes que demandaban rápidos desayunos.
Salió de la cocina por la puerta trasera y se encontró de frente con un hombre que se parecía bastante a Cailen. Parpadeó un par de veces y le reconoció. ¡Cailen parecía casi otra persona! No había notado que tenía un rostro tan apuesto cuando se habían conocido. También notó que llevaba puesta una ropa de segunda que el tenía planeado regalar en la corte de los milagros.
-Valla cambio, ¡te vez estupendo! - Exclamó con honestidad – Él jefe aún no llega, pero no creo que tarde, mientras, podrías ayudarme, sígueme – Le indicó y lo llevó hasta la cocina, la ayudante se giró y se sorprendió un poco al ver al extraño en la cocina – Magda, este es Cailen, nos va ayudar un poco durante hoy – Magda era una mujer con un par de kilos extra, de cabello ondulado cobrizo y simpática sonrisa.
-Bienvenido – Dijo ella y continuó con su labor. Mirko se giró hacía Cailen y le señaló un enorme canasto que tenía alrededor de 10 pescados de color plateado apilados.
- Puedes ir lavando esos pescados y sacándole las entrañas y las escamas – Le indicó entregándole un cuchillo y mostrándole el cuenco donde estaba el agua – Cuando llegue el jefe hablaré con él -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Estuve un rato esperando, de repente me recargaba contra la pared. No creía que fuese prudente tocar la puerta ¿qué tal si abría alguien más? ¿cómo iba a explicarlo? no quería que acusaran a Mirko de nada por mi culpa y que por ello terminara perdiendo su trabajo. Sacudí mi cabeza al darme cuenta de que mi imaginación se estaba yendo a terreno peligroso, mientras estaba ahí trataba de convencerme a mí mismo de que no había sido mala idea y que todo iba a salir bien. El sonido de una puerta abriéndose y cerrándose casi al instante me devolvió a la realidad. Por poco me doy de bruces con un hombre que acababa de salir del restaurante, alcé la mirada y para mi alivio era Mirko.
Noté que me miraba extrañado y no pude evitar voltear a mi alrededor. ¿Qué pasaba? ¿Por qué me miraba así? Entonces la respuesta vino a mí de golpe, claro, ahora estaba aseado y mi ropa era distinta, dejé escapar una pequeña risa ante la idea y su cara de incredulidad. -Hola Mirko. -Respondí sonriendo para así despejar sus dudas. -Sí, soy yo, Cailen.
Me parecía divertida la forma en la que su cara demostraba diversas emociones, sobre todo cuando al fin logró saber quién era el que le hablaba. -Gracias. -Respondí tímido. No estaba acostumbrado a recibir halagos (o palabras gentiles en realidad) así que fue lo único que logré decir, no tenía idea de qué otra cosa añadir así que lo dejé ahí. Le seguí como sombra hacia el interior del lugar. -¿Qué le vas a decir a tu jefe si me ve? -Pregunté mientras cerraba la puerta. Me dio un vuelvo al corazón cuando me giré y vi a una mujer ahí parada, mirándome confundida. ¿Y ahora? Me pregunté a mí mismo.
Por suerte Mirko se encargó de presentarnos, no creía que yo hubiese sido capaz de explicar la situación, sobre todo si estaba petrificado del miedo. Lo único que hice para romper el hielo de mi parte fue una pequeña reverencia con la cabeza y la mujer me sonrío. Bueno, todo bien hasta ahora. -Me ha pegado un susto. -Dije en voz baja para que tan solo Mirko me oyera. Luego volteé a ver el canasto que señalaba. Por suerte era algo que podía hacer, así pagué mi viaje cuando huí de casa, trabajando como el ayudante del cocinero del barco.
No dije nada más y me senté en un banquito junto a la canasta y comencé mi labor. De vez en cuando me espinaba pero pronto me acostumbré y pude hacerlo más rápido. Terminada mi tarea le di la canasta a Mirko y volví a mi lugar, empezamos a conversar un poco cuando de repente escuché que la puerta trasera se abrió inesperadamente y al instante la escuché azotarse, lo cual me hizo sobresaltarme y de inmediato me puse de pie, ocasionando que se me cayera el cuchillo. Seguramente era el jefe de Mirko y no parecía estar de buenas.
Noté que me miraba extrañado y no pude evitar voltear a mi alrededor. ¿Qué pasaba? ¿Por qué me miraba así? Entonces la respuesta vino a mí de golpe, claro, ahora estaba aseado y mi ropa era distinta, dejé escapar una pequeña risa ante la idea y su cara de incredulidad. -Hola Mirko. -Respondí sonriendo para así despejar sus dudas. -Sí, soy yo, Cailen.
Me parecía divertida la forma en la que su cara demostraba diversas emociones, sobre todo cuando al fin logró saber quién era el que le hablaba. -Gracias. -Respondí tímido. No estaba acostumbrado a recibir halagos (o palabras gentiles en realidad) así que fue lo único que logré decir, no tenía idea de qué otra cosa añadir así que lo dejé ahí. Le seguí como sombra hacia el interior del lugar. -¿Qué le vas a decir a tu jefe si me ve? -Pregunté mientras cerraba la puerta. Me dio un vuelvo al corazón cuando me giré y vi a una mujer ahí parada, mirándome confundida. ¿Y ahora? Me pregunté a mí mismo.
Por suerte Mirko se encargó de presentarnos, no creía que yo hubiese sido capaz de explicar la situación, sobre todo si estaba petrificado del miedo. Lo único que hice para romper el hielo de mi parte fue una pequeña reverencia con la cabeza y la mujer me sonrío. Bueno, todo bien hasta ahora. -Me ha pegado un susto. -Dije en voz baja para que tan solo Mirko me oyera. Luego volteé a ver el canasto que señalaba. Por suerte era algo que podía hacer, así pagué mi viaje cuando huí de casa, trabajando como el ayudante del cocinero del barco.
No dije nada más y me senté en un banquito junto a la canasta y comencé mi labor. De vez en cuando me espinaba pero pronto me acostumbré y pude hacerlo más rápido. Terminada mi tarea le di la canasta a Mirko y volví a mi lugar, empezamos a conversar un poco cuando de repente escuché que la puerta trasera se abrió inesperadamente y al instante la escuché azotarse, lo cual me hizo sobresaltarme y de inmediato me puse de pie, ocasionando que se me cayera el cuchillo. Seguramente era el jefe de Mirko y no parecía estar de buenas.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Cailen parecía mucho más tímido e indefenso a la luz del día. En el bar de mala muerte en el que se habían conocido anteriormente había parecido mucho más rudo y extrovertido de lo que era, le pareció interesante descubrir esa nueva faceta de su personalidad, siempre había mucho más que ver en las personas cuando hurgabas un poco más que la superficie.
-Aún lo estoy pensando – Le respondió cuando había preguntado sobre lo que le diría al jefe – No nos parecemos físicamente así que sería difícil hacerte pasar por un hermano – Agregó pensativo – Pero quizás si por un primo o un pariente lejano, podemos decir que has llegado a París hace poco -
Cailen se había puesto a la labor y Mirko notó que lo hacía bastante rápido, a lo mejor tenía experiencia con el pescado, lo cual era un alivio ya que el pescado era le plato principal del restaurante, Mirko se enorgullecía de hacer un delicioso estofado de pescado y una sopa de cabezas como nadie más en toda la ciudad y se había ganado cierta fama entre el círculo de trabajadores y marineros.
Momentos después la puerta se abrió y el jefe entró en la cocina, era un hombre mucho más alto que Mirko y dos veces más ancho, de cabeza calva, nariz redonda y prominente pansa, traía unos ojos tan azules como el mismo cielo en medio día, traía cara de pocos amigos pero Mirko sabía que ese era su estado natural , estuviera enojado o no.
-Buenos días jefe – Se apresuró a decir Mirko acercándose a él – Me he tomado la libertad de traer a un primo mio para que me eche una mano en la cocina – Le explicó sin darle vueltas al asunto – Ha llegado a París recientemente y aún no consigue trabajo, su nombre es Cailen, aunque parece delgado, es muy rápido limpiando y preparando los pescados -
El jefe se giro hacía Cailen y sin saludar a Mirko le preguntó - ¿Tienes experiencia con el pescado? - Su voz sonaba moderadamente gruesa. - Si quieres trabajar aquí tendrás que mostrar un buen rendimiento, aquí no aceptamos perezosos – Aseveró meneando la cabeza y cruzándose de brazos – Más te vale que el chico si sirva para algo Mirko, sabes que no ganamos mucho dinero aquí como para contratar a todo el que llegue a pedir trabajo -
-Aún lo estoy pensando – Le respondió cuando había preguntado sobre lo que le diría al jefe – No nos parecemos físicamente así que sería difícil hacerte pasar por un hermano – Agregó pensativo – Pero quizás si por un primo o un pariente lejano, podemos decir que has llegado a París hace poco -
Cailen se había puesto a la labor y Mirko notó que lo hacía bastante rápido, a lo mejor tenía experiencia con el pescado, lo cual era un alivio ya que el pescado era le plato principal del restaurante, Mirko se enorgullecía de hacer un delicioso estofado de pescado y una sopa de cabezas como nadie más en toda la ciudad y se había ganado cierta fama entre el círculo de trabajadores y marineros.
Momentos después la puerta se abrió y el jefe entró en la cocina, era un hombre mucho más alto que Mirko y dos veces más ancho, de cabeza calva, nariz redonda y prominente pansa, traía unos ojos tan azules como el mismo cielo en medio día, traía cara de pocos amigos pero Mirko sabía que ese era su estado natural , estuviera enojado o no.
-Buenos días jefe – Se apresuró a decir Mirko acercándose a él – Me he tomado la libertad de traer a un primo mio para que me eche una mano en la cocina – Le explicó sin darle vueltas al asunto – Ha llegado a París recientemente y aún no consigue trabajo, su nombre es Cailen, aunque parece delgado, es muy rápido limpiando y preparando los pescados -
El jefe se giro hacía Cailen y sin saludar a Mirko le preguntó - ¿Tienes experiencia con el pescado? - Su voz sonaba moderadamente gruesa. - Si quieres trabajar aquí tendrás que mostrar un buen rendimiento, aquí no aceptamos perezosos – Aseveró meneando la cabeza y cruzándose de brazos – Más te vale que el chico si sirva para algo Mirko, sabes que no ganamos mucho dinero aquí como para contratar a todo el que llegue a pedir trabajo -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
-¿En verdad crees que nos va a creer? -Dije en voz alta un tanto incrédulo mientras observaba a Mirko, no nos parecíamos en absolutamente nada a mi parecer, el color del cabello, de los ojos, la piel, rasgos faciales, absolutamente nada. Su jefe debería estar ciego como un topo o tal vez demasiado despistado si en verdad se creía la historia.
En cuanto un hombre de prominente panza y mala cara hizo acto de presencia en la cocina, sin darme cuenta contuve la respiración. Tenía que alzar la mirada para lograr verlo a los ojos, el hombre era bastante alto para mi gusto. No daba crédito a la calidez con la que Mirko le hablaba de la situación, sin titubear. Y yo ahí parado como un idiota.
En cuanto giró su vista hacia mí, sentí un escalofrío recorrer mi espalda, lo que dijera a continuación tenía que pensarmelo bien, no quería que por mi estupidez me malentendiera y nos provocara a ambos un problema. -Sss... sí señor, la tengo. Trabajé como ayudante en un barco. - Dije sin poder contener el siseo del principio, su mirada me ponía nervioso y era evidente a juzgar por cómo alzó la ceja poco después. -No soy un holgazán, le garantizo que me esforzaré. Es más... ya he terminado de dejar listos todos los pescados de la canasta. -Dije señalándola y de respuesta recibí un "Mmmjmm" de aprobación.
Pasaron un par de segundos en silencio cuando vi que alzó su brazo y al ver a donde señalaba me encontré con al menos tres sacos de papas. -Vamos a ver cómo te va el día de hoy. -Y después de eso se fue a un cuarto separado, posiblemente su oficina. -Creo que ha salido bien. -Sentí que otra vez respiraba con normalidad.
En cuanto un hombre de prominente panza y mala cara hizo acto de presencia en la cocina, sin darme cuenta contuve la respiración. Tenía que alzar la mirada para lograr verlo a los ojos, el hombre era bastante alto para mi gusto. No daba crédito a la calidez con la que Mirko le hablaba de la situación, sin titubear. Y yo ahí parado como un idiota.
En cuanto giró su vista hacia mí, sentí un escalofrío recorrer mi espalda, lo que dijera a continuación tenía que pensarmelo bien, no quería que por mi estupidez me malentendiera y nos provocara a ambos un problema. -Sss... sí señor, la tengo. Trabajé como ayudante en un barco. - Dije sin poder contener el siseo del principio, su mirada me ponía nervioso y era evidente a juzgar por cómo alzó la ceja poco después. -No soy un holgazán, le garantizo que me esforzaré. Es más... ya he terminado de dejar listos todos los pescados de la canasta. -Dije señalándola y de respuesta recibí un "Mmmjmm" de aprobación.
Pasaron un par de segundos en silencio cuando vi que alzó su brazo y al ver a donde señalaba me encontré con al menos tres sacos de papas. -Vamos a ver cómo te va el día de hoy. -Y después de eso se fue a un cuarto separado, posiblemente su oficina. -Creo que ha salido bien. -Sentí que otra vez respiraba con normalidad.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
- Mensajes : 430
Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
El jefe salió de la cocina y la ayudante reanudó su tarea de cortar zanahorias. Era una mujer bastante callada y metida en sus propios asuntos, a Mirko le encantaba su silenciosa compañía, siendo él una persona introvertida por naturaleza, desde que llevaba trabajando en ese restaurantes nunca había tenido inconvenientes con ella, inclusive si cometía algún error con los ingredientes, Mirko no se enojaba, su forma de ser tranquila lo compensaba todo.
-Ha salido mejor de lo que creí – Susurró Mirko a su lado – El jefe parece siempre estar de mal humor, pero es por su cara de pocos amigos, sin embargo si le llegas a conocer mejor te das cuenta de que es sólo una fachada – Agregó en voz baja, no quería que por accidente el jefe escuchara lo que estaba diciendo.
Mirko buscó un delantal que estaba un poco sucio de manteca y harina y se lo pasó a Calien para que se lo pusiera, Mirko llevaba uno igual para evitar mancharse la ropa con la comida. Las calderas eran enormes y los carbones encendidos emanaban suficiente calor como para que la cocina se sintiera más como un soleado día de primavera y no como los gélidos días invernales que habían estado sufriendo en las últimas semanas.
- Hoy vamos a hacer estofado de pescado con patatas y zanahorias – Le explicó colocándo una enorme olla vacía sobre la caldera – Lava las papas y pélalas y cuando termines me puedes echar una mano con la ensalada – Comenzó a verter agua en la olla que se había calentado en la caldera – Almorzamos a las 11:40 antes de que lleguen los comenzares, el medio día es el momento más concurrido – Le explicó, la mujer al lado suyo asintió con un movimiento de cabeza – A las 6 servimos la cena y al rededor de las 8 estamos cerrando y saliendo – Concluyó, iba agregar que de ahí podían ir al campamento gitano para averiguar por los símbolos, pero prefirió no mencionarlo delante de Magda, no estaba seguro de que fuera una mujer supersticiosa y podría malinterpretar las cosas.
-Ha salido mejor de lo que creí – Susurró Mirko a su lado – El jefe parece siempre estar de mal humor, pero es por su cara de pocos amigos, sin embargo si le llegas a conocer mejor te das cuenta de que es sólo una fachada – Agregó en voz baja, no quería que por accidente el jefe escuchara lo que estaba diciendo.
Mirko buscó un delantal que estaba un poco sucio de manteca y harina y se lo pasó a Calien para que se lo pusiera, Mirko llevaba uno igual para evitar mancharse la ropa con la comida. Las calderas eran enormes y los carbones encendidos emanaban suficiente calor como para que la cocina se sintiera más como un soleado día de primavera y no como los gélidos días invernales que habían estado sufriendo en las últimas semanas.
- Hoy vamos a hacer estofado de pescado con patatas y zanahorias – Le explicó colocándo una enorme olla vacía sobre la caldera – Lava las papas y pélalas y cuando termines me puedes echar una mano con la ensalada – Comenzó a verter agua en la olla que se había calentado en la caldera – Almorzamos a las 11:40 antes de que lleguen los comenzares, el medio día es el momento más concurrido – Le explicó, la mujer al lado suyo asintió con un movimiento de cabeza – A las 6 servimos la cena y al rededor de las 8 estamos cerrando y saliendo – Concluyó, iba agregar que de ahí podían ir al campamento gitano para averiguar por los símbolos, pero prefirió no mencionarlo delante de Magda, no estaba seguro de que fuera una mujer supersticiosa y podría malinterpretar las cosas.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
-¿En verdad? -Pregunté mientras le escuchaba hablas sobre su jefe. -Pues parece que es mejor actor que yo. -Dije riendo. Mientras me dedicaba a hacer el trabajo. Me acomodé nuevamente en el banquito y me dediqué a dejar listas las papas para que fuesen cocinadas. Cuando terminé ya eran las 11, faltaba poco para que fuera hora de desayunar. Iba a ser la primera vez en un tiempo que comía dos veces en un solo día y pensar en ello me traía alegría y al mismo tiempo nostalgia ¿en verdad a eso se había reducido mi vida? ¿mis aspiraciones? que hasta algo tan común me podía cambiar por completo. Por un lado me alegraba puesto que podía disfrutar más de esas "insignificancias" de la vida, pero por otra parte, era como una condena.
Por fin llegó la hora de poder comer, un estofado de res con papas, zanahorias y guisantes. El olor se propagaba por la cocina y me dediqué a comer mientras contemplaba la nieve que comenzaba a caer gentilmente por la calle. Después de terminarme mi plato y las demás cosas que tenía que hacer en la cocina me quedé sin nada que hacer, miré el reloj en la pared, que al instante me hizo acordarme del reloj de bolsillo que se había detenido y luego... algo importante.
-Vuelvo más tarde. -Dije a Mirko mientras me abrigaba para salir y antes de que pudiera decir algo más salí presuroso del lugar. Habíamos olvidado algo, y eso no podía ser, nadie debía de enterarse. Tenía el plan de en verdad volver al restaurante pero la faena me tomó mas tiempo del esperado y lamentablemente no pude regresar, preferí entonces regresar a la casa de mi compinche.
Eran pasadas las diez de la noche cuando empujé la puerta, que parecía haber sido dejada abierta para que entrara. Entré jadeando y al estar ya dentro de la comodidad de la sala dejé caer al suelo las palas y las máscaras de tela que habíamos dejado en el cementerio. Alcé la mirada y me encontré a Mirko sentado en el sillón con un libro en la mano, mirándome con una expresión que no supe descifrar.
Por fin llegó la hora de poder comer, un estofado de res con papas, zanahorias y guisantes. El olor se propagaba por la cocina y me dediqué a comer mientras contemplaba la nieve que comenzaba a caer gentilmente por la calle. Después de terminarme mi plato y las demás cosas que tenía que hacer en la cocina me quedé sin nada que hacer, miré el reloj en la pared, que al instante me hizo acordarme del reloj de bolsillo que se había detenido y luego... algo importante.
-Vuelvo más tarde. -Dije a Mirko mientras me abrigaba para salir y antes de que pudiera decir algo más salí presuroso del lugar. Habíamos olvidado algo, y eso no podía ser, nadie debía de enterarse. Tenía el plan de en verdad volver al restaurante pero la faena me tomó mas tiempo del esperado y lamentablemente no pude regresar, preferí entonces regresar a la casa de mi compinche.
Eran pasadas las diez de la noche cuando empujé la puerta, que parecía haber sido dejada abierta para que entrara. Entré jadeando y al estar ya dentro de la comodidad de la sala dejé caer al suelo las palas y las máscaras de tela que habíamos dejado en el cementerio. Alcé la mirada y me encontré a Mirko sentado en el sillón con un libro en la mano, mirándome con una expresión que no supe descifrar.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Cailen había sido rápido en su trabajo con el pescado y las papas, podría ser de gran ayuda en el restaurante si el jefe decidía darle un trabajo de tiempo completo, sin embargo, Mirko sabía que el negocio no hacía dinero suficiente como para contratar un empleado más, a duras penas daba justo para el salario de la ayudante, los dos camareros y él mismo, no creía que el jefe estuviera dispuesto a contratarlo de forma regular.
Al medio día, Mirko había estado tan ocupado que no se dio cuenta en que momento Cailen había dejado el restaurante, a esa hora era cuando más comensales llegaban hambrientos y había tenido que preparar arroz extra pues unos marineros habían pedido almuerzos para llevar. En la tarde el jefe había visitado la cocina y había preguntado por Cailen, Mirko había tenido que darle una excusa improvisada para que el jefe no pensara que había escapado del trabajo sin avisar.
A Mirko no le gustaba mentir, no sólo no era bueno en ello sino que la sola idea de inventar excusas le disgustaba, había sido criado con una fuerte moral y responsabilidad gracias a su padre militar, por lo que cuando regresó a la casa en la noche, había pensado en un montón de cosas que decirle a Cailen para expresar su molestia por su ausencia.
Se quedó esperándolo en la sala, leyendo un libro para matar tiempo, sin embargo no podía dejar de sentir la molestia dentro de su cuerpo y cuando el muchacho había entrado con la pala y las demás herramientas del cementerio, Mirko había quedado en blanco, pues parecía haber olvidado los eventos de la noche anterior. La molestia que sentía se disipó de inmediato.
- ¡Mierda las herramientas! ¡Las olvidé por completo! - Exclamó llevándose una mano a la frente con expresión sorprendida - ¿Por eso no regresaste al restaurante? - Inquirió poniéndose de pie y revisando las herramientas que estaban completas y tal y como las había dejado – Le dije al jefe que te habías cogido la gripa y que habías tenido que ir al hospital, pero eso es lo de menos ahora... ¿Te vio alguien con trayendo las herramientas del cementerio? ¿Viste algo extrañó? -
Al medio día, Mirko había estado tan ocupado que no se dio cuenta en que momento Cailen había dejado el restaurante, a esa hora era cuando más comensales llegaban hambrientos y había tenido que preparar arroz extra pues unos marineros habían pedido almuerzos para llevar. En la tarde el jefe había visitado la cocina y había preguntado por Cailen, Mirko había tenido que darle una excusa improvisada para que el jefe no pensara que había escapado del trabajo sin avisar.
A Mirko no le gustaba mentir, no sólo no era bueno en ello sino que la sola idea de inventar excusas le disgustaba, había sido criado con una fuerte moral y responsabilidad gracias a su padre militar, por lo que cuando regresó a la casa en la noche, había pensado en un montón de cosas que decirle a Cailen para expresar su molestia por su ausencia.
Se quedó esperándolo en la sala, leyendo un libro para matar tiempo, sin embargo no podía dejar de sentir la molestia dentro de su cuerpo y cuando el muchacho había entrado con la pala y las demás herramientas del cementerio, Mirko había quedado en blanco, pues parecía haber olvidado los eventos de la noche anterior. La molestia que sentía se disipó de inmediato.
- ¡Mierda las herramientas! ¡Las olvidé por completo! - Exclamó llevándose una mano a la frente con expresión sorprendida - ¿Por eso no regresaste al restaurante? - Inquirió poniéndose de pie y revisando las herramientas que estaban completas y tal y como las había dejado – Le dije al jefe que te habías cogido la gripa y que habías tenido que ir al hospital, pero eso es lo de menos ahora... ¿Te vio alguien con trayendo las herramientas del cementerio? ¿Viste algo extrañó? -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
En cuanto recuperé el aliento avancé con pasos entrecortados hacia la chimenea que por fortuna estaba encendida y me senté en el suelo con movimientos torpes. -Es... espera. Me... me est...t...toy congelando. -Respondí con los dientes tiritando. Del apuro había olvidado por completo el abrigo en el restaurante y salí a la calle vestido con tan solo la camisa y el pantalón. Me quedé sentado frente al fuego acogedor por varios minutos, antes de responder las mil y un preguntas que me había hecho y quería hacerme quería entrar en calor.
Por fin sentí que mi temperatura corporal comenzaba a normalizarse y no pude evitar sonreír del alivio. -Yo también las había olvidado. Lo recordé cuando observé el reloj de la cocina, me acordé de eso. -Dije mientras señalaba al reloj de bolsillo sobre la mesa. -Tenía pensado regresar, te lo juro. Yo jamás me hubiera ido de esa forma, en verdad -Di una breve pausa mientras trataba de calentar mis manos usando mi aliento, estaba preocupado, por primera vez en mucho tiempo tenía la oportunidad de conseguir un empleo, al menos por un par de veces y lo había echado a perder todo. Si alguien estaba decepcionado era yo. . -Me vieron... -Dije en voz baja, sabiendo que aquello no le agradaría. - Un trabajador me vio, él entró cuando yo estaba saliendo, un viejo ebrio. Le dije que me habían contratado como jardinero. -Pude ver la expresión de Mirko, obviamente asustado por esta nueva información. Tenía que apresurarme y completar mi relato o le iba a dar un infarto. Lamentablemente los dientes estaban empeñados en seguir tiritando por lo que me resultaba difícil hablar sin detenerme -Tranquilo, se lo creyó. El problema es que... en verdad tuve que hacer el trabajo, no me dejaba irme así que solo me quedó seguirle el juego. Por eso es que también estoy cubierto de tierra... lamento haber ensuciado tu ropa -Detuve mi relato por segunda vez mientras atizaba el fuego, acordándome al instante de las mil y un vece que quise buscar una excusa para poder irme del cementerio sin que aquél hombre me lo permitiese.
-Trató de entablar una conversación pero a cada frase tomaba un trago de cerveza. -Reí un poco al recordar la forma en la que perdía la habilidad para articular las palabras. -No te preocupes, terminó tan ebrio que se durmió sobre una tumba. Dudo que recuerde su propio nombre.
Por fin sentí que mi temperatura corporal comenzaba a normalizarse y no pude evitar sonreír del alivio. -Yo también las había olvidado. Lo recordé cuando observé el reloj de la cocina, me acordé de eso. -Dije mientras señalaba al reloj de bolsillo sobre la mesa. -Tenía pensado regresar, te lo juro. Yo jamás me hubiera ido de esa forma, en verdad -Di una breve pausa mientras trataba de calentar mis manos usando mi aliento, estaba preocupado, por primera vez en mucho tiempo tenía la oportunidad de conseguir un empleo, al menos por un par de veces y lo había echado a perder todo. Si alguien estaba decepcionado era yo. . -Me vieron... -Dije en voz baja, sabiendo que aquello no le agradaría. - Un trabajador me vio, él entró cuando yo estaba saliendo, un viejo ebrio. Le dije que me habían contratado como jardinero. -Pude ver la expresión de Mirko, obviamente asustado por esta nueva información. Tenía que apresurarme y completar mi relato o le iba a dar un infarto. Lamentablemente los dientes estaban empeñados en seguir tiritando por lo que me resultaba difícil hablar sin detenerme -Tranquilo, se lo creyó. El problema es que... en verdad tuve que hacer el trabajo, no me dejaba irme así que solo me quedó seguirle el juego. Por eso es que también estoy cubierto de tierra... lamento haber ensuciado tu ropa -Detuve mi relato por segunda vez mientras atizaba el fuego, acordándome al instante de las mil y un vece que quise buscar una excusa para poder irme del cementerio sin que aquél hombre me lo permitiese.
-Trató de entablar una conversación pero a cada frase tomaba un trago de cerveza. -Reí un poco al recordar la forma en la que perdía la habilidad para articular las palabras. -No te preocupes, terminó tan ebrio que se durmió sobre una tumba. Dudo que recuerde su propio nombre.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Tan preocupado como estaba de lo ocurrido en el cementerio, apenas si notó que Cailen no traía abrigo, sólo fue cuando se acercó a al fuego y habló tiritando que Mirko cayó en cuenta de que había estado expuesto al frío inclemente del invierno durante toda la tarde. Le escuchó hablar con la tensión engendrándose en su garganta como una bola de estambre y esperó a que terminara toda la historia antes de poder decir algo.
-Es un alivio que dieras con un guarda ebrio – Comentó al final con una media sonrisa, la verdad era que se sentía bastante culpable de lo ocurrido – Espera un momento – Le dijo y se dirigió hacía su habitación para sacar una cobija gruesa de lana y regresó con ella para rodear a Cailen, quedando este como una especie de capullo.
-No te vez muy bien – Dijo al fin observando el rostro pálido y los labios partidos por el frío de su compañero, si se enfermaba, Mirko cargaría la culpa de ello, él había sido quien le había metido en toda esa situación cuando había ido al bar a contratarlo para ese trabajo, si no hubiera sido por él, Cailen a lo mejor no habría experimentado esa perturbadora experiencia con lo que parecía ser un fantasma.
- Lamento todo lo ocurrido – Dijo al fin sentándose en el suelo al lado de él – Yo te he metido en todo este embrollo y fui yo quien olvidó las herramientas en primer lugar, no te preocupes ahora por la ropa, la lavaremos luego, lo importante es tu salud – Le indicó, luego pareció recordar algo – Oh... espera creo que tengo algo de leche en la cocina – Se levantó y corrió a la cocina y regresó con una tetera de metal que colocó sobre el fuego sostenida con unos ganchos para que el contenido se fuera calentando – Te ayudará a recobrar el calor -
-Es un alivio que dieras con un guarda ebrio – Comentó al final con una media sonrisa, la verdad era que se sentía bastante culpable de lo ocurrido – Espera un momento – Le dijo y se dirigió hacía su habitación para sacar una cobija gruesa de lana y regresó con ella para rodear a Cailen, quedando este como una especie de capullo.
-No te vez muy bien – Dijo al fin observando el rostro pálido y los labios partidos por el frío de su compañero, si se enfermaba, Mirko cargaría la culpa de ello, él había sido quien le había metido en toda esa situación cuando había ido al bar a contratarlo para ese trabajo, si no hubiera sido por él, Cailen a lo mejor no habría experimentado esa perturbadora experiencia con lo que parecía ser un fantasma.
- Lamento todo lo ocurrido – Dijo al fin sentándose en el suelo al lado de él – Yo te he metido en todo este embrollo y fui yo quien olvidó las herramientas en primer lugar, no te preocupes ahora por la ropa, la lavaremos luego, lo importante es tu salud – Le indicó, luego pareció recordar algo – Oh... espera creo que tengo algo de leche en la cocina – Se levantó y corrió a la cocina y regresó con una tetera de metal que colocó sobre el fuego sostenida con unos ganchos para que el contenido se fuera calentando – Te ayudará a recobrar el calor -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
No presté mucha atención a lo que decía, el frío me hacía enfocarme en solo una cosa y era terminar de narrar lo que había pasado. En realidad aún no acababa la historia pero me costaba trabajo seguir hablando. Acerqué mis manos al fuego lo suficiente como para que entraran en calor, apenas me di cuenta de que Mirko había abandonado la habitación, tan solo sentí una especie de tacto en mi espalda que me hizo sobresaltarme, me relajé poco después al notar la manta sobre mí. -Gracias. -Murmuré mientras la acomodaba y me envolvía con ella, sintiendo al instante un alivio indescriptible. Poco a poco comencé a sentirme mejor y sonreí, lo peor ya había pasado, por un momento creí que no iba a llegar a casa de Mirko, el frío hacía que las distancias se volvieran eternas.
-No te tienes que disculpar. Yo fui el que te mintió.- Dejé escapar un suspiro. -Dejémoslo en que ambos tuvimos la culpa ¿te parece? -Y en ese instante estornudé violentamente y supe lo que pasaba por la cabeza de Mirko. -No estoy enfermo, tan solo estornudé. -Dije para tratar de calmarlo, en sus ojos podía ver la culpa que sentía al verme de esa forma, después de eso fue a la cocina por la tetera que colgó sobre la chimenea frente a mí. La promesa de una bebida caliente me levantaba mucho el ánimo.
Mi mirada se dirigió al suelo y me perdí observando el patrón de la madera. Me acordé al instante del ataúd que había abierto esa tarde por curiosidad de saber si la mujer seguiría ahí. Un escalofrío recorrió mi espalda al recordar aquello que descubrí en cuanto lo hice, sacudí mi cabeza involuntariamente . -Mirko... te creo. -Dirigí mi mirada hacia él. -En verdad enterraron a un hombre, no a una mujer. Lo... lo vi. -Escuché que la leche comenzaba a hervir y me serví un poco para calmar los nervios que comenzaban a aumentar.
-No te tienes que disculpar. Yo fui el que te mintió.- Dejé escapar un suspiro. -Dejémoslo en que ambos tuvimos la culpa ¿te parece? -Y en ese instante estornudé violentamente y supe lo que pasaba por la cabeza de Mirko. -No estoy enfermo, tan solo estornudé. -Dije para tratar de calmarlo, en sus ojos podía ver la culpa que sentía al verme de esa forma, después de eso fue a la cocina por la tetera que colgó sobre la chimenea frente a mí. La promesa de una bebida caliente me levantaba mucho el ánimo.
Mi mirada se dirigió al suelo y me perdí observando el patrón de la madera. Me acordé al instante del ataúd que había abierto esa tarde por curiosidad de saber si la mujer seguiría ahí. Un escalofrío recorrió mi espalda al recordar aquello que descubrí en cuanto lo hice, sacudí mi cabeza involuntariamente . -Mirko... te creo. -Dirigí mi mirada hacia él. -En verdad enterraron a un hombre, no a una mujer. Lo... lo vi. -Escuché que la leche comenzaba a hervir y me serví un poco para calmar los nervios que comenzaban a aumentar.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
El color volvía lentamente a las mejillas de Cailen para alivio de Mirko quien le escuchaba hablar con voz trémula, era cierto que ambos habían cometido errores lo importante era que ahora, luego de todo lo ocurrido Mirko sentía que podía confiar en ese chico y que quizás podía considerarlo como un amigo. Su primer amigo en París, para ser más exacto y eso que llevaba en la ciudad más de 6 años.
A decir verdad Mirko no se había interesado por hablar con otros hombres de su edad, con sus compañeros de estudios sólo hablaba de las investigaciones, discutían teorías de los libros y cosas por el estilo, pero nunca había invitado a ninguno a su casa o habían ido a tomar un té.
Cailen tomó un poco de leche y pareció irse recuperando poco a poco, hasta que pudo continuar hablando y Mirko se quedó de una sola pieza al escuchar aquellas palabras. Parpadeó un par de veces como intentando asimilar aquello ¿Había un cadáver diferente en el ataúd?.
- ¿Quieres decir que si había un hombre? ¿En el mismo Ataúd donde vimos a esa... mujer? - Tuvo que preguntar por que seguía sin asimilar aquello - ¿Estás seguro que era la misma tumba? - Fue consciente de que su pregunta fue tonta teniendo en cuenta que las herramientas no se habían movido de lugar, por lo que era obvio que Cailen no se había equivocado de tumba.
A decir verdad Mirko no se había interesado por hablar con otros hombres de su edad, con sus compañeros de estudios sólo hablaba de las investigaciones, discutían teorías de los libros y cosas por el estilo, pero nunca había invitado a ninguno a su casa o habían ido a tomar un té.
Cailen tomó un poco de leche y pareció irse recuperando poco a poco, hasta que pudo continuar hablando y Mirko se quedó de una sola pieza al escuchar aquellas palabras. Parpadeó un par de veces como intentando asimilar aquello ¿Había un cadáver diferente en el ataúd?.
- ¿Quieres decir que si había un hombre? ¿En el mismo Ataúd donde vimos a esa... mujer? - Tuvo que preguntar por que seguía sin asimilar aquello - ¿Estás seguro que era la misma tumba? - Fue consciente de que su pregunta fue tonta teniendo en cuenta que las herramientas no se habían movido de lugar, por lo que era obvio que Cailen no se había equivocado de tumba.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Me acurruqué aún más en la cobija, y le miré desde el suelo. -Era el mismo ataúd, estoy seguro de eso. -Hubo un silencio tan solo interrumpido por el sonido de a madera crujiendo al ser quemada en la chimenea, me sentía de una forma indescriptible, nosotros fuimos los que sin querer habían desenterrado un misterio, por lo que, dependía de nosotros llegar al final de eso. ¿Cómo era que había llegado a esa conclusión? No tenía idea, simplemente lo sabía.
-No, no me equivoqué de tumba, al principio lo pensé pero en verdad, era la misma. -Antes de que me pudiera dar cuentas, ya estaba hablando al mismo tiempo que daba vueltas por la habitación, mi mente iba demasiado rápido, no me podía estar quieto.
-Mirko... ¿qué vamos a hacer? -Pregunté por fin deteniéndome y cruzando miradas.- No podemos dejar las cosas como están... ¿o sí? Simplemente.. estaría mal, es decir, nosotros la encontramos...
Me quedé hipnotizado mirando al fuego ardiente, sumido en mis pensamientos. ¿Qué iba a pasar? ¿Qué íbamos a hacer? -Una pregunta... ¿sabes latín?
-No, no me equivoqué de tumba, al principio lo pensé pero en verdad, era la misma. -Antes de que me pudiera dar cuentas, ya estaba hablando al mismo tiempo que daba vueltas por la habitación, mi mente iba demasiado rápido, no me podía estar quieto.
-Mirko... ¿qué vamos a hacer? -Pregunté por fin deteniéndome y cruzando miradas.- No podemos dejar las cosas como están... ¿o sí? Simplemente.. estaría mal, es decir, nosotros la encontramos...
Me quedé hipnotizado mirando al fuego ardiente, sumido en mis pensamientos. ¿Qué iba a pasar? ¿Qué íbamos a hacer? -Una pregunta... ¿sabes latín?
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Mirko se llevó una mano a la cabeza y se revolvió el cabello con expresión pensativa, nunca había estado en una situación parecida, aquello se salía completamente de sus conocimientos científicos, estaban hablando de asuntos mucho más oscuros, cosas que sólo se escuchaban en las leyendas o mitos.
Ante la pregunta de Cailen, Mirko no supo por unos momentos que responder, no podían dejar las cosas así no más, además se conocía así mismo y sabía que un misterio como aquel, era algo que no podría dejar pasar, su naturaleza curiosa se lo impediría.
- No podemos dejar las cosas así, definitivamente tenemos que hacer algo - Comentó al fin, aunque sentía miedo frente a lo desconocido era más la curiosidad lo que le impulsaba - Estudié Latín en la Universidad, aunque no soy un experto, pero conozco las bases - Respondió volteando la mirada al fuego - Creo que... si ella se manifestó frente a nosotros y te dio esas visiones... quizás nos esté pidiendo ayuda... quizás ese mensaje sea importante para ella... o para otras personas, ¿Su familia quizás? -
Era consciente de lo descabellado que sonaba todo aquello, pero seguro que Cailen comprendería. Después de todo, era él quien había recibido la mayor parte de los mensajes.
Ante la pregunta de Cailen, Mirko no supo por unos momentos que responder, no podían dejar las cosas así no más, además se conocía así mismo y sabía que un misterio como aquel, era algo que no podría dejar pasar, su naturaleza curiosa se lo impediría.
- No podemos dejar las cosas así, definitivamente tenemos que hacer algo - Comentó al fin, aunque sentía miedo frente a lo desconocido era más la curiosidad lo que le impulsaba - Estudié Latín en la Universidad, aunque no soy un experto, pero conozco las bases - Respondió volteando la mirada al fuego - Creo que... si ella se manifestó frente a nosotros y te dio esas visiones... quizás nos esté pidiendo ayuda... quizás ese mensaje sea importante para ella... o para otras personas, ¿Su familia quizás? -
Era consciente de lo descabellado que sonaba todo aquello, pero seguro que Cailen comprendería. Después de todo, era él quien había recibido la mayor parte de los mensajes.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Giré la vista hacia el fuego que danzaba cerca. La imagen de la madera quemada me hipnotizaba, me traía malos recuerdos que estaban enterrados en lo más profundo de mi mente, eran reminiscencias de varias ejecuciones que tuvieron lugar en la plaza de la pequeña ciudad en donde crecí, Escocia no era ni parecido a los demás países, según las leyendas y cuentos, antes era digno de respeto el que alguien poseyera poderes o tuviera conocimiento de pociones, los reyes acudían a esas personas en busca de ayuda. En la mayor parte de mi tierra natal aún era así, pero con los descubrimientos, los tratados de comercio, el intercambio cultural, trajeron consigo nuevas ideologías. La mayoría provenientes de la iglesia.
Y me educaron con base a esa ideología, a base de golpes. Por eso me sentía tan indeciso, lo que habíamos hecho era un pecado, más que eso, profanamos una tumba, no reportamos la actividad a las autoridades eclesiásticas... Estábamos caminando sobre hielo delgado. ¿Y si alguien se enteraba?
Pero aun así... Tampoco estaba bien dejar las cosas como estaban, jamás me lo iba a perdonar, sabía que aquella mujer necesitaba de ayuda, lo sentí cuando tuve aquella visión, esa emoción con la que estaba muy familiarizado. Desesperación. -No lo sé. Creo que eso no importa, necesita ayuda y... es nuestra responsabilidad, digo, por algo nos eligió a nosotros. Si era tan poderosa como lo sentí, pudo haberle dicho a cualquiera... Tal vez con... señales, o sueños, no lo sé. -Di un respiro, bajé las manos, mis dedos estaban muy cerca de mi boca, casi a punto de comenzar a comerme las uñas. -¿No has pensado en eso? Nos eligió a nosotros dos, debe ser por una razón.
Desde lejos podía notar el conflicto mental de Mirko, seguramente aún no acababa de creer la situación y no lo culpaba, en su lugar probablemente hubiera hecho lo mismo. Que al menos tuviera una idea de cómo entender latín. -Entonces si te recito algo ¿lo entenderías? Ella me lo dijo, no sé qué significa. Pero debe ser importante. No creo recordar todo pero puedo intentar...
Y me educaron con base a esa ideología, a base de golpes. Por eso me sentía tan indeciso, lo que habíamos hecho era un pecado, más que eso, profanamos una tumba, no reportamos la actividad a las autoridades eclesiásticas... Estábamos caminando sobre hielo delgado. ¿Y si alguien se enteraba?
Pero aun así... Tampoco estaba bien dejar las cosas como estaban, jamás me lo iba a perdonar, sabía que aquella mujer necesitaba de ayuda, lo sentí cuando tuve aquella visión, esa emoción con la que estaba muy familiarizado. Desesperación. -No lo sé. Creo que eso no importa, necesita ayuda y... es nuestra responsabilidad, digo, por algo nos eligió a nosotros. Si era tan poderosa como lo sentí, pudo haberle dicho a cualquiera... Tal vez con... señales, o sueños, no lo sé. -Di un respiro, bajé las manos, mis dedos estaban muy cerca de mi boca, casi a punto de comenzar a comerme las uñas. -¿No has pensado en eso? Nos eligió a nosotros dos, debe ser por una razón.
Desde lejos podía notar el conflicto mental de Mirko, seguramente aún no acababa de creer la situación y no lo culpaba, en su lugar probablemente hubiera hecho lo mismo. Que al menos tuviera una idea de cómo entender latín. -Entonces si te recito algo ¿lo entenderías? Ella me lo dijo, no sé qué significa. Pero debe ser importante. No creo recordar todo pero puedo intentar...
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
- Es verdad... pudo haberse aparecido ante otros... bueno claro, que sólo nosotros intentamos abrir la tumba... quizás por eso se comunicó de esa forma - Intentar darle sentido a algo tan descabellado resultaba bastante difícil para Mirko, un hombre acostumbrado a buscar una explicación científica en todo. - Estoy de acuerdo contigo, es nuestra responsabilidad -
Cailen parecía haber escuchado algo en Latin y ante esto, Mirko se levantó del asiento y se dirigió a la gran biblioteca que tenía ahí mismo en la sala, cientos de libros descansaban apilados en dos grandes estanterías contra la pared, tenía aún más en el laboratorio del sótano, pero el que buscaba estaba justo ahí. Un diccionario de Latín que había adquirido en sus años de la Universidad. Tanteó con sus dedos los lomos de los libros por un par de minutos y pronto separó un libro gordo y añejo del resto.
- Sea lo que sea, con este libro podremos traducirlo - Comentó regresando a su posición frente a Cailen, colocando el libro de tapa dura y letras góticas en tonos dorados sobre la mesita donde descansaba el té y la tetera. La anticipación y la intriga fue creciendo dentro de su estómago como si se hubiese tragado una bola de estambre.
Cailen parecía haber escuchado algo en Latin y ante esto, Mirko se levantó del asiento y se dirigió a la gran biblioteca que tenía ahí mismo en la sala, cientos de libros descansaban apilados en dos grandes estanterías contra la pared, tenía aún más en el laboratorio del sótano, pero el que buscaba estaba justo ahí. Un diccionario de Latín que había adquirido en sus años de la Universidad. Tanteó con sus dedos los lomos de los libros por un par de minutos y pronto separó un libro gordo y añejo del resto.
- Sea lo que sea, con este libro podremos traducirlo - Comentó regresando a su posición frente a Cailen, colocando el libro de tapa dura y letras góticas en tonos dorados sobre la mesita donde descansaba el té y la tetera. La anticipación y la intriga fue creciendo dentro de su estómago como si se hubiese tragado una bola de estambre.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Dejé ver una tenue sonrisa. Me alegraba saber que estaba de acuerdo conmigo en el hecho de que la responsabilidad de desenmarañar aquella de red de misterios recaía en ambos, no hubiera sabido qué hacer en caso de que se negara ¿hubiera cargado yo solo con semejante peso? Posiblemente mi conciencia me hubiera atormentado por el resto de mis días, por no haber ayudado a un alma que clamaba por auxilio. Y yo jamás me lo hubiera perdonado.
Observé que comenzaba a caminar y lo seguí con la mirada. Mis ojos no pudieron ocultar la sorpresa, cuando llegué no me di cuenta de la existencia de aquella gran colección literaria que poseía. -Woow. ¿Has leído todo eso? -Pregunté contemplando los diferentes grosores y colores de cada uno de esos libros. Sus estantes me hicieron recordar el escaparate de la librería del centro, alguno ordenados y otros apilados sobre mesas.
Observé sus dedos que jugueteaban por el lomo de los ejemplares hasta que pareció dar con lo que buscaba, una leve nube de polvo se alzó y volví a toser. Me pregunté cuánto tiempo había pasado desde que ese pesado libro había salido del estante. Debió de haber sido mucho pues las páginas estaban amarillentas. Me alejé un momento buscando algo para poder escribir y volví con un lápiz y una hoja de papel. -¿Sabes algo? Tengo miedo, de saber lo que me dijo. ¿Tú no? Me da escalofríos solo de pensarlo. Estamos a punto de traducir el mensaje de una difunta. -Deposité los objetos sobre la mesa junto a Mirko para facilitar la tarea.
Tallé mis rostro con las manos tratando de relajarme, tenía que tener la mente calmada, de lo contrario era posible que me acobardara antes de que siquiera tradujera el significado de la primera palabra, respiré un par de veces y me concentré en recuperar el recuerdo de aquellas palabras. -¿Listo?... Video praeteritum... Video futurum -Las palabras salían de mi boca lentamente y mi lengua estaba tratando de imitar la pronunciación lo mejor posible. -...animam sanguinis innocentis ...Vestris sententiis versari arbitrantur est ... Mine iustus coepit ...¿Lo tienes todo? ¿Sabes lo que significa?
Observé que comenzaba a caminar y lo seguí con la mirada. Mis ojos no pudieron ocultar la sorpresa, cuando llegué no me di cuenta de la existencia de aquella gran colección literaria que poseía. -Woow. ¿Has leído todo eso? -Pregunté contemplando los diferentes grosores y colores de cada uno de esos libros. Sus estantes me hicieron recordar el escaparate de la librería del centro, alguno ordenados y otros apilados sobre mesas.
Observé sus dedos que jugueteaban por el lomo de los ejemplares hasta que pareció dar con lo que buscaba, una leve nube de polvo se alzó y volví a toser. Me pregunté cuánto tiempo había pasado desde que ese pesado libro había salido del estante. Debió de haber sido mucho pues las páginas estaban amarillentas. Me alejé un momento buscando algo para poder escribir y volví con un lápiz y una hoja de papel. -¿Sabes algo? Tengo miedo, de saber lo que me dijo. ¿Tú no? Me da escalofríos solo de pensarlo. Estamos a punto de traducir el mensaje de una difunta. -Deposité los objetos sobre la mesa junto a Mirko para facilitar la tarea.
Tallé mis rostro con las manos tratando de relajarme, tenía que tener la mente calmada, de lo contrario era posible que me acobardara antes de que siquiera tradujera el significado de la primera palabra, respiré un par de veces y me concentré en recuperar el recuerdo de aquellas palabras. -¿Listo?... Video praeteritum... Video futurum -Las palabras salían de mi boca lentamente y mi lengua estaba tratando de imitar la pronunciación lo mejor posible. -...animam sanguinis innocentis ...Vestris sententiis versari arbitrantur est ... Mine iustus coepit ...¿Lo tienes todo? ¿Sabes lo que significa?
- Offrol:
- La traducción sería:
Veo el pasado
Veo el futuro
Alma inocente
Tu sentencia pronto termina
La mía apenas empieza
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
-No, no los he leído todos, pero aspiro hacerlo algún día – Comentó con una medio sonrisa, el trabajo como cocinero le quedaba gran parte del día, pero si no trabajaba no podía costear sus estudios e investigaciones, así que no le quedaba otra opción que ir despacio.
Abrió el libro por la mitad a la espectativa de que Cailen dijera las palabras en Latin, también se sentía nervioso, pero más allá del miedo a lo desconocido lo que sentía era una increíble e incontrolable curiosidad. Más que nada quería descifrar el misterio que envolvía la muerte de aquella mujer.
-No tengo miedo... tengo mucha curiosidad – Su voz sonó más emocionada de lo que hubiese querido, había sonado más como un niño a punto de descubrir un truco de magia que un hombre a punto de descubrir el mensaje de una muerta.
Escuchó las palabras de Cailen, a pesar de que no hablaba Latin, lo pronunciaba bien y logró entender algunas sin necesidad de checar el diccionario, tomó una hoja y un lapiz y anotó las palabras que no conocía, luego comenzó a buscar una por una en el diccionario, se demoró casi 10 minutos en componer las frases con una gramática coherente para que no sonara tan extraño en Frances.
- ¡Ya está! - Exclamó tachando y anotando nuevas cosas en el papel - Veo el pasado, Veo el futuro , Alma inocente, Tu sentencia pronto termina, La mía apenas empieza – Recitó la traducción haciendo pausa luego de cada frase como creía que iba. Sonaba algo extraño cuando lo decía en Francés. Se quedó unos momentos pensativo observando el papel, tratando de conectar lo que acababa de leer con la situación que habían experimentado en el cementerio – Alma inocente... - Repitió más para si mismo que para Cailen - ¿Será que aquella mujer murió de forma injusta? - Se apresuró a decir lo primero que le vino a la cabeza – Quizás fue juzgada como bruja pero en realidad era inocente... o algo por el estilo -
Abrió el libro por la mitad a la espectativa de que Cailen dijera las palabras en Latin, también se sentía nervioso, pero más allá del miedo a lo desconocido lo que sentía era una increíble e incontrolable curiosidad. Más que nada quería descifrar el misterio que envolvía la muerte de aquella mujer.
-No tengo miedo... tengo mucha curiosidad – Su voz sonó más emocionada de lo que hubiese querido, había sonado más como un niño a punto de descubrir un truco de magia que un hombre a punto de descubrir el mensaje de una muerta.
Escuchó las palabras de Cailen, a pesar de que no hablaba Latin, lo pronunciaba bien y logró entender algunas sin necesidad de checar el diccionario, tomó una hoja y un lapiz y anotó las palabras que no conocía, luego comenzó a buscar una por una en el diccionario, se demoró casi 10 minutos en componer las frases con una gramática coherente para que no sonara tan extraño en Frances.
- ¡Ya está! - Exclamó tachando y anotando nuevas cosas en el papel - Veo el pasado, Veo el futuro , Alma inocente, Tu sentencia pronto termina, La mía apenas empieza – Recitó la traducción haciendo pausa luego de cada frase como creía que iba. Sonaba algo extraño cuando lo decía en Francés. Se quedó unos momentos pensativo observando el papel, tratando de conectar lo que acababa de leer con la situación que habían experimentado en el cementerio – Alma inocente... - Repitió más para si mismo que para Cailen - ¿Será que aquella mujer murió de forma injusta? - Se apresuró a decir lo primero que le vino a la cabeza – Quizás fue juzgada como bruja pero en realidad era inocente... o algo por el estilo -
Última edición por Mirko Lautrec el Miér Mar 02, 2016 11:17 pm, editado 1 vez
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Intentando encontrar la lógica en lo ilógico (Cailen)
Mi corazón latía acelerado por causa del nerviosismo que comenzaba a apoderarse de mi mente. ¿Y si el mensaje no había sido de auxilio? ¿Y si era una amenaza? Tragué saliva mientras observaba a Mirko escribiendo, el lápiz se deslizaba por la hoja con velocidad, claramente estaba entusiasmado, por alguna razón.
Me acerqué a donde estaba trabajando, parado justo detrás de él. Observaba por encima de su hombro los ágiles movimientos que realizaba con su mano, para muchos eso pudo haber sido una simpleza, un hombre leyendo de un libro y anotando alguna palabras. Pero no era mi caso, ante mis ojos era casi una acrobacia, sobre todo a la velocidad a la que lo hacía, los movimientos eran ¿cuál era la palabra? Inconscientes, no tenía que fijarse dos veces en el trazo, en realidad no se fijaba en absoluto, sus ojos estaban totalmente pegados a las páginas de aquél viejo y pesado libro. Lo veía y a instante me daba una sensación como de… frustración.
-Algún día aprenderé… -Dije en voz baja, trataba de darme aliento. Un suspiro se escapó de mis labios. Me sobresalté al escuchar su grito de emoción. -¿Qué es lo que dice, qué es lo que dice? -Pregunté, de pronto igual de entusiasmado que él.
Mis oídos estaban atentos a las palabras, en mi cabeza buscaba la forma de darles sentido. Al principio pensé que se trataba de alguna especie de acertijo pero de inmediato lo descarté, no parecía eso. Era un tanto más… directo. -No creo que sea eso. -Comenté. -Ella no niega haber practicado la hechicería… no sé cómo lo sé… simplemente… lo sé. -Hubo unos momentos de silencio, mi cabeza estaba a mil por hora. -¿Estas totalmente seguro de que usó las palabras “tú” y “mía”... Mirko, no soy un experto en la lengua ni nada pero si es correcto entonces… -Me detuve de pronto, sentí que lo había descifrado y era escalofriante. La sangre bajó de nuevo y tuve que sentarme. -No es una pista… estaba hablando conmigo. -Dije mientras me llevaba las manos al pelo. -¿Tienes más de ese té? -Algo de alcohol también hubiera servido pero no estaba seguro si tendría.
Me acerqué a donde estaba trabajando, parado justo detrás de él. Observaba por encima de su hombro los ágiles movimientos que realizaba con su mano, para muchos eso pudo haber sido una simpleza, un hombre leyendo de un libro y anotando alguna palabras. Pero no era mi caso, ante mis ojos era casi una acrobacia, sobre todo a la velocidad a la que lo hacía, los movimientos eran ¿cuál era la palabra? Inconscientes, no tenía que fijarse dos veces en el trazo, en realidad no se fijaba en absoluto, sus ojos estaban totalmente pegados a las páginas de aquél viejo y pesado libro. Lo veía y a instante me daba una sensación como de… frustración.
-Algún día aprenderé… -Dije en voz baja, trataba de darme aliento. Un suspiro se escapó de mis labios. Me sobresalté al escuchar su grito de emoción. -¿Qué es lo que dice, qué es lo que dice? -Pregunté, de pronto igual de entusiasmado que él.
Mis oídos estaban atentos a las palabras, en mi cabeza buscaba la forma de darles sentido. Al principio pensé que se trataba de alguna especie de acertijo pero de inmediato lo descarté, no parecía eso. Era un tanto más… directo. -No creo que sea eso. -Comenté. -Ella no niega haber practicado la hechicería… no sé cómo lo sé… simplemente… lo sé. -Hubo unos momentos de silencio, mi cabeza estaba a mil por hora. -¿Estas totalmente seguro de que usó las palabras “tú” y “mía”... Mirko, no soy un experto en la lengua ni nada pero si es correcto entonces… -Me detuve de pronto, sentí que lo había descifrado y era escalofriante. La sangre bajó de nuevo y tuve que sentarme. -No es una pista… estaba hablando conmigo. -Dije mientras me llevaba las manos al pelo. -¿Tienes más de ese té? -Algo de alcohol también hubiera servido pero no estaba seguro si tendría.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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