AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Dernière Danse || Mirko Lautrec
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Dernière Danse || Mirko Lautrec
Recuerdo del primer mensaje :
Golnar se vistió justo a tiempo, estaba tan nerviosa como el día anterior, quizá más nerviosa. ¿Por qué el hecho de ir a un baile le hacía estar temblando? Era el primero al que iba después de nueve largos años. Debía ser normal estar en aquel estado. Necesitaba relajarse o acabaría por decir cosas sin sentido en el baile.
Salió de su casa a la hora más adecuada, sabía que llegaría incluso más temprano y tendría que esperar pero no le importaba, odiaba ser impuntual y esta vez no era menos. ¿Qué vestido llevaría Aline aquella noche? Seguro que era mucho más espectacular que el suyo, al fin y al cabo era la anfitriona y debía impresionar a todos.
No tardó demasiado en llegar al palace royal. Aún quedaba unos minutos para la hora punta y la gente no había empezado a venir. Ella permaneció fuera hasta que pudiese ver a Mirko. A los pocos minutos, pudo ver a la joven Aline bajando de un coche de caballos, acompañada de sus padres. Sin duda alguna, su vestido era mucho mejor que el que Golnar llevaba puesto. Resopló, seguro que Mirko no podría apartar la mirada de ella, ninguno lo podría hacer. Llevaba ese recogido tan bonito y ese maquillaje, con un lunar sobre su mejilla, que la hacía totalmente apetecible. Suspiró, la noche sería más difícil de lo que había imaginado.
Je remue le ciel le jour, la nuit
Je danse avec le vent la pluie
Un peu d'amour un brin de miel
Et je danse, danse, danse, danse, danse, danse, danse
Je danse avec le vent la pluie
Un peu d'amour un brin de miel
Et je danse, danse, danse, danse, danse, danse, danse
Golnar se vistió justo a tiempo, estaba tan nerviosa como el día anterior, quizá más nerviosa. ¿Por qué el hecho de ir a un baile le hacía estar temblando? Era el primero al que iba después de nueve largos años. Debía ser normal estar en aquel estado. Necesitaba relajarse o acabaría por decir cosas sin sentido en el baile.
Salió de su casa a la hora más adecuada, sabía que llegaría incluso más temprano y tendría que esperar pero no le importaba, odiaba ser impuntual y esta vez no era menos. ¿Qué vestido llevaría Aline aquella noche? Seguro que era mucho más espectacular que el suyo, al fin y al cabo era la anfitriona y debía impresionar a todos.
No tardó demasiado en llegar al palace royal. Aún quedaba unos minutos para la hora punta y la gente no había empezado a venir. Ella permaneció fuera hasta que pudiese ver a Mirko. A los pocos minutos, pudo ver a la joven Aline bajando de un coche de caballos, acompañada de sus padres. Sin duda alguna, su vestido era mucho mejor que el que Golnar llevaba puesto. Resopló, seguro que Mirko no podría apartar la mirada de ella, ninguno lo podría hacer. Llevaba ese recogido tan bonito y ese maquillaje, con un lunar sobre su mejilla, que la hacía totalmente apetecible. Suspiró, la noche sería más difícil de lo que había imaginado.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Él siempre la hacía sentir mejor. La culpa desaparecía un poco cuando Mirko le decía que no tenía de qué preocuparse. La pregunta la tomó por sorpresa, ¿quería hablar de ello? No lo sabía pero si lo había dicho era porque todo aquel lugar le recordaba a lo que una vez tuvo. ¿Cómo contarle su historia? No sabía ni por dónde empezar.
Eran amigos… Claro, así era como él los veía. Solo amigos. No había que malinterpretarla, estaba contenta con tenerle pero esa palabra no era la que ella quería escuchar. Sin embargo, sabría conformarse como siempre lo había hecho durante tantos años, y como seguramente seguiría haciendo.
─ No hay mucho que contar─ comenzó diciendo mientras alzaba su vista para contemplar el cielo─. Mi madre era una mujer que estaba involucrada de lleno en la sociedad. Ella creía que yo necesitaba casarme lo antes posible con un hombre de mi misma clase social. Un viejo rico ─ hizo una pausa y cerró los ojos, los recuerdos se agolpaban en su mente como si hubiera ocurrido el día anterior─. Aunque lo que opinaba mi madre era lo más importante para mí. Tuve que negarme ante aquella posibilidad. No me pensaba casar con alguien que no quisiera. Si me casaba sería por puro amor, no por el dinero. Por supuesto a ella no le sentó nada bien, así que tuve que huir de casa.─ expulsó todo el aire de sus pulmones al acabar la historia. Era difícil recordarla─. Yo antes era como Aline; deseaba que todos me cortejasen, que hiciesen fiestas en mi nombre, que me invitasen a bailar… Pero todas esas cosas comenzaron a perder el sentido para mí. Me gustaban las fiestas y los bailes pero la falsedad de todos los presentes era más que abundante.
Se cayó tras aquello. Y pensar que hubiera vivido como una reina… Sin embargo, no hubiera sido todo lo feliz que ella hubiera deseado. No hubiera encontrado sentido a su día a día y compartir la cama con el mismo hombre, hombre al que no amaba, no parecía la mejor opción de todas.
─”¿Por qué amar a un hombre cuando puedes pasar la noche con muchos más?” eso fue lo que pensé al huir de casa─ ya no parecía lo mismo, ya se veía todo de una manera muy diferente. Ahora aquella pregunta no tenía sentido para ella─. Es ridículo.
No comentó nada más. No sentía la necesidad de seguir hablando. Así que simplemente permaneció en silencio. Sin mirar a Mirko. ¿Qué estaría pensando él de todo aquello?
Eran amigos… Claro, así era como él los veía. Solo amigos. No había que malinterpretarla, estaba contenta con tenerle pero esa palabra no era la que ella quería escuchar. Sin embargo, sabría conformarse como siempre lo había hecho durante tantos años, y como seguramente seguiría haciendo.
─ No hay mucho que contar─ comenzó diciendo mientras alzaba su vista para contemplar el cielo─. Mi madre era una mujer que estaba involucrada de lleno en la sociedad. Ella creía que yo necesitaba casarme lo antes posible con un hombre de mi misma clase social. Un viejo rico ─ hizo una pausa y cerró los ojos, los recuerdos se agolpaban en su mente como si hubiera ocurrido el día anterior─. Aunque lo que opinaba mi madre era lo más importante para mí. Tuve que negarme ante aquella posibilidad. No me pensaba casar con alguien que no quisiera. Si me casaba sería por puro amor, no por el dinero. Por supuesto a ella no le sentó nada bien, así que tuve que huir de casa.─ expulsó todo el aire de sus pulmones al acabar la historia. Era difícil recordarla─. Yo antes era como Aline; deseaba que todos me cortejasen, que hiciesen fiestas en mi nombre, que me invitasen a bailar… Pero todas esas cosas comenzaron a perder el sentido para mí. Me gustaban las fiestas y los bailes pero la falsedad de todos los presentes era más que abundante.
Se cayó tras aquello. Y pensar que hubiera vivido como una reina… Sin embargo, no hubiera sido todo lo feliz que ella hubiera deseado. No hubiera encontrado sentido a su día a día y compartir la cama con el mismo hombre, hombre al que no amaba, no parecía la mejor opción de todas.
─”¿Por qué amar a un hombre cuando puedes pasar la noche con muchos más?” eso fue lo que pensé al huir de casa─ ya no parecía lo mismo, ya se veía todo de una manera muy diferente. Ahora aquella pregunta no tenía sentido para ella─. Es ridículo.
No comentó nada más. No sentía la necesidad de seguir hablando. Así que simplemente permaneció en silencio. Sin mirar a Mirko. ¿Qué estaría pensando él de todo aquello?
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Localización : En algún lugar del mundo
Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Le escuchó sin interrumpirla en parte porque quería que ella se desahogara sin sentirse presionada y en parte porque seguía muy ebrio como para formular preguntas con claridad, cuando ella terminó se quedó un rato en silencio como procesando todo lo que había dicho. Recordaba que alguna vez le había dicho que el hombre con el que la habían prometido era violento y que ella lo odiaba.
Le sorprendió bastante que ella admitiese que había sido como Aline alguna vez y le costó bastante imaginárselo, Golnar era muy diferente a Aline ¿O quizás aún no conocía toda la personalidad de Golnar?.
-Me cuesta imaginar que alguna vez te parecieses a Aline – Dijo al fin alzando la mirada hacía la luna – Pero supongo que, las experiencias de la vida nos cambian y eso es bueno – Agregó, el mismo había experimentado un cambio desde que había conocido a Golnar, habían pasado sólo semanas y aún así el reconocía que se había abierto a cosas que antes no habría hecho, como precisamente eso de asistir a un baile y socializar. O por ejemplo atacar a un marinero porque había tratado mal a una mujer.
- ¿Eres feliz ahora? - Le preguntó girando su rostro hacía ella - ¿Te sientes feliz con el estilo de vida que llevas a hora? - Aquel era un tema que quería abordar ya que le generaba mucha curiosidad, pero no había encontrado el momento adecuado para hablar al respecto, en ese momento le pareció que sería correcto preguntar – Si pudieras hacer algo diferente... ¿Que habrías cambiado en tu pasado? -
Le sorprendió bastante que ella admitiese que había sido como Aline alguna vez y le costó bastante imaginárselo, Golnar era muy diferente a Aline ¿O quizás aún no conocía toda la personalidad de Golnar?.
-Me cuesta imaginar que alguna vez te parecieses a Aline – Dijo al fin alzando la mirada hacía la luna – Pero supongo que, las experiencias de la vida nos cambian y eso es bueno – Agregó, el mismo había experimentado un cambio desde que había conocido a Golnar, habían pasado sólo semanas y aún así el reconocía que se había abierto a cosas que antes no habría hecho, como precisamente eso de asistir a un baile y socializar. O por ejemplo atacar a un marinero porque había tratado mal a una mujer.
- ¿Eres feliz ahora? - Le preguntó girando su rostro hacía ella - ¿Te sientes feliz con el estilo de vida que llevas a hora? - Aquel era un tema que quería abordar ya que le generaba mucha curiosidad, pero no había encontrado el momento adecuado para hablar al respecto, en ese momento le pareció que sería correcto preguntar – Si pudieras hacer algo diferente... ¿Que habrías cambiado en tu pasado? -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Él la escuchó sin interrumpirla en ningún momento. En ningún momento decidió cortarla para preguntarla, no, simplemente escuchó. No importaba si pensaba que estaba bien o que estaba mal, él se dedicaba a hacer algo mucho más importante que criticarla: escuchar y entender.
Sonrió. Costaba imaginarlo, viendo hasta donde había llegado Golnar. Lo cierto era que había madurado y las cosas que una vez tuvieron mucha importancia, ahora no parecían tenerla tanto. La pregunta la tomó por sorpresa. ¿Era feliz? ¿Qué podía responderle a eso? No estaba demasiado segura, era una pregunta un poco abstracta. La felicidad se ganaba tan rápido como se perdía.
─ A veces soy feliz… En este mismo momento, me siento feliz contigo. Está claro que no me gusta mi estilo de vida, ¿a quién no le gustaría vivir en una mansión con todo ese lujo?─ le dijo, siempre había un espacio para una mejora que era recibida como un gran regalo. Claro que quería dejar de ser tan pobre y volver a una vida un poco más cómoda pero eso era algo que le llevaría más tiempo del que le gustaba admitir─ . Posiblemente… no elegiría la misma profesión. Fue un arrebato tonto. Pero el pasado no se puede cambiar y si no hubiese sido lo que soy, yo no estaría aquí hablando contigo. Y, sinceramente, eso me haría demasiado infeliz─ le sonrió como si le hubiese comentado su plan para aquella noche─ . Pero no hablemos tanto de mí. A otras damas les agradan demasiado hablar de sí mismas pero no es mi caso.
Sonrió. Costaba imaginarlo, viendo hasta donde había llegado Golnar. Lo cierto era que había madurado y las cosas que una vez tuvieron mucha importancia, ahora no parecían tenerla tanto. La pregunta la tomó por sorpresa. ¿Era feliz? ¿Qué podía responderle a eso? No estaba demasiado segura, era una pregunta un poco abstracta. La felicidad se ganaba tan rápido como se perdía.
─ A veces soy feliz… En este mismo momento, me siento feliz contigo. Está claro que no me gusta mi estilo de vida, ¿a quién no le gustaría vivir en una mansión con todo ese lujo?─ le dijo, siempre había un espacio para una mejora que era recibida como un gran regalo. Claro que quería dejar de ser tan pobre y volver a una vida un poco más cómoda pero eso era algo que le llevaría más tiempo del que le gustaba admitir─ . Posiblemente… no elegiría la misma profesión. Fue un arrebato tonto. Pero el pasado no se puede cambiar y si no hubiese sido lo que soy, yo no estaría aquí hablando contigo. Y, sinceramente, eso me haría demasiado infeliz─ le sonrió como si le hubiese comentado su plan para aquella noche─ . Pero no hablemos tanto de mí. A otras damas les agradan demasiado hablar de sí mismas pero no es mi caso.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Localización : En algún lugar del mundo
Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Al escucharle decir que se sentía feliz con él esa noche, algo se revolvió en su interior, un sentimiento que había empezado a nacer muy despacio dentro de su ser y que todavía no podía darle nombre porque no lo comprendía demasiado bien. Ese sentimiento se fue manifestando como en una especie de calor que le fue subiendo por la barriga hasta el pecho. ¿O acaso era el vino haciendo efecto?.
Mirko se preguntaba que otra profesión Golnar podría ejercer para dejar la prostitución ¿Porqué de repente le molestaba que fuera prostituta? ¿Porqué estaba pensando en alternativas sobre lo que ella podría hacer en cambio?. Se quedó en silencio sintiendo como la cara se le ponía cada vez más caliente, estaba avergonzado de tener esos pensamientos, apenas si llevaban poco de conocerse, no cuestionar las decisiones de Golnar cuando no podía soluciones o alternativas.
Cuando ella terminó hablar se quedó otro rato más allí intentando aclarar sus pensamientos, pero su cuerpo actuó por su cuenta y cuando reaccionó se encontró abrazando a Golnar, le había rodeado con los brazos, atrayendo su rostro contra su pecho y pudo oler el aroma dulce que emanaba del cabello de ella. Era como si algo o alguien hubiese tomado posesión de su cuerpo, se había movido sin pensar y se encontró apretándola contra si mismo como si de soltarla ella fuese a desaparecer.
Mirko se preguntaba que otra profesión Golnar podría ejercer para dejar la prostitución ¿Porqué de repente le molestaba que fuera prostituta? ¿Porqué estaba pensando en alternativas sobre lo que ella podría hacer en cambio?. Se quedó en silencio sintiendo como la cara se le ponía cada vez más caliente, estaba avergonzado de tener esos pensamientos, apenas si llevaban poco de conocerse, no cuestionar las decisiones de Golnar cuando no podía soluciones o alternativas.
Cuando ella terminó hablar se quedó otro rato más allí intentando aclarar sus pensamientos, pero su cuerpo actuó por su cuenta y cuando reaccionó se encontró abrazando a Golnar, le había rodeado con los brazos, atrayendo su rostro contra su pecho y pudo oler el aroma dulce que emanaba del cabello de ella. Era como si algo o alguien hubiese tomado posesión de su cuerpo, se había movido sin pensar y se encontró apretándola contra si mismo como si de soltarla ella fuese a desaparecer.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Sin duda alguna, la reacción de Mirko la sorprendió de sobremanera. Jamás había pensado que haría algo así y menos en aquel momento. La estaba abrazando. Era lo más cerca que habían estado desde… el baile. Sentir su aroma tan cerca, incluso los latidos de su corazón. Era tan tranquilizante. Si alguna vez había tenido una vida pasada dolorosa, ya no la recordaba. Ni siquiera recordaba lo que le había dicho antes de que la abrazase. ¿De qué estaban hablando? No importaba. Nada importaba en ese momento, solo ellos dos y nadie más.
Sintió ganas de llorar pero logró retener las lágrimas justo a tiempo. Era algo tan simple y tan puro que Golnar no podía parar de pensar que estaba teniendo demasiada suerte al estar rodeada por los brazos de otros hombres. Si alguna vez otros brazos le habían parecido más cálidos que el resto, se había equivocado. Los brazos de Mirko eran cálidos, daban seguridad y protección y, ¿por qué no?, también felicidad. Solo le faltaba rozar sus labios para poder tocar el cielo por primera vez…
Se tuvo que separar. Estaba empezando a pensar en cosas que no podía ser. Mirko era su amigo. Él mismo se lo había dicho más de una vez y no podía romper esa relación por solo un capricho suyo. No era tan egoísta. Además, no debía aprovecharse de un borracho.
─Gracias, Mirko. Siempre es muy agradable hablar contigo, haces que todos los problemas parezcan una nimiedad. Eres una de las personas a las que más aprecio le tengo ─ le dijo con una sonrisa. No era todo del mentira pero quizá esa aprecio empezaba a transformarse en algo más.
Sintió ganas de llorar pero logró retener las lágrimas justo a tiempo. Era algo tan simple y tan puro que Golnar no podía parar de pensar que estaba teniendo demasiada suerte al estar rodeada por los brazos de otros hombres. Si alguna vez otros brazos le habían parecido más cálidos que el resto, se había equivocado. Los brazos de Mirko eran cálidos, daban seguridad y protección y, ¿por qué no?, también felicidad. Solo le faltaba rozar sus labios para poder tocar el cielo por primera vez…
Se tuvo que separar. Estaba empezando a pensar en cosas que no podía ser. Mirko era su amigo. Él mismo se lo había dicho más de una vez y no podía romper esa relación por solo un capricho suyo. No era tan egoísta. Además, no debía aprovecharse de un borracho.
─Gracias, Mirko. Siempre es muy agradable hablar contigo, haces que todos los problemas parezcan una nimiedad. Eres una de las personas a las que más aprecio le tengo ─ le dijo con una sonrisa. No era todo del mentira pero quizá esa aprecio empezaba a transformarse en algo más.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Le resultó extrañamente reconfortante abrazar a una mujer. En el pasado sólo había abrazado a su madre, a sus tías y por supuesto a su hermana, pero nunca a otra mujer fuera de la familia pues su experiencia con novias era prácticamente nula (hasta el punto de que su madre había llegado a dudar de su sexualidad) cuando en realidad se trataba de una razón muy diferente, Mirko no había encontrado una mujer con la cual se sintiera a gusto y en la que pudiera confiar.
Se daba cuenta en esos momentos que Golnar era esa mujer.
Ella cortó el abrazo y el frío de la noche pareció más intenso. Sus palabras fueron dulces y le arrancaron una sonrisa, Mirko debía lucir un tanto tonto, con sus ojos adormilados y con esa sonrisa inocente que más parecía la de un adolescente y no de un hombre de su edad.
-Y tu eres la primera mujer... en la que confío – Murmuró, de nuevo estaba hablando más de la cuenta, pero una vez más le echó la culpa al alcohol – Tampoco había abrazado a otras mujeres fuera de mi familia – Comentó, sus mejillas se iban colocando cada vez más coloradas conforme hablaba – Pensarás que hay algo raro en mi ¿verdad? - Comentó entre risitas - ¿Que hombre de mi edad nunca ha dado su primer beso? - Se llevó la mano a los labios como si hubiese hablado de más, se sentía avergonzado, pero al mismo tiempo confiado de hablar esos temas con ella.
¿Era porque ella era cortesana? ¿Era porqué la consideraba su amiga?
No sabía la razón por la cual le estaba confesando todo aquello y mucho menos el porqué se estaba fijando tanto en sus labios rojos, cuando horas atrás no se había fijado que tipo de maquillaje llevaba.
Se daba cuenta en esos momentos que Golnar era esa mujer.
Ella cortó el abrazo y el frío de la noche pareció más intenso. Sus palabras fueron dulces y le arrancaron una sonrisa, Mirko debía lucir un tanto tonto, con sus ojos adormilados y con esa sonrisa inocente que más parecía la de un adolescente y no de un hombre de su edad.
-Y tu eres la primera mujer... en la que confío – Murmuró, de nuevo estaba hablando más de la cuenta, pero una vez más le echó la culpa al alcohol – Tampoco había abrazado a otras mujeres fuera de mi familia – Comentó, sus mejillas se iban colocando cada vez más coloradas conforme hablaba – Pensarás que hay algo raro en mi ¿verdad? - Comentó entre risitas - ¿Que hombre de mi edad nunca ha dado su primer beso? - Se llevó la mano a los labios como si hubiese hablado de más, se sentía avergonzado, pero al mismo tiempo confiado de hablar esos temas con ella.
¿Era porque ella era cortesana? ¿Era porqué la consideraba su amiga?
No sabía la razón por la cual le estaba confesando todo aquello y mucho menos el porqué se estaba fijando tanto en sus labios rojos, cuando horas atrás no se había fijado que tipo de maquillaje llevaba.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Sentía su corazón latir a una velocidad de vértigo. Era la primera en algo por fin, después de olvidar lo que se sentía al ser la primera persona para alguien… Era una sensación extraña y cálida. Para ella, Mirko también era la primera persona a la que abrazaba de esa manera.
No se extrañó de lo que le dijo. No sintió pena por ello. Incluso se alegró, eso significaba que no había habido alguien más importante en su vida como para llegar a más. Golnar se fijó en dónde estaba mirando… Ella también lo deseaba pero no sabía si se lo tomaría bien o no. Además estaban en un sitio público.
¿Cómo era eso que siempre le decía su madre? Se lo había dicho aquel día también… “Siempre, siempre, guíate por tu corazón. Él sabrá mejor que nadie lo que tienes que hacer.” ¿Qué le indicaba su corazón en ese instante? Lo sabía, se lo decía a gritos pero tenía que ignorarle, debía hacerlo por Mirko. Pero la mirada del joven sobre sus labios, era demasiado tentadora como para rechazar un momento así.
─Has dicho que confías en mí─ le dijo en un susurro tras unos segundos de auténtica duda─. Pase lo que pase, sigue haciéndolo.
Tomó todo el oxígeno que pudo y lo soltó de golpe mientras se acercaba poco a poco a él. Sí, no podía aguantarlo más… Si la rechazaba, sería una pérdida terrible pero seguro que podía levantarse. Antes de que él pudiese dudar, se adelantó y aprisionó sus labios. Aquel contacto fue algo inesperado, jamás pensó que un simple beso se sentía tan bien como aquel. Quería que fuese simple, poco duradero… N quería pedir más de él, quizá no estaba sintiendo lo mismo que ella estaba sintiendo. ¿Dónde había quedado el ruido de la gente, la música y la risa? Habían desaparecido… Solo estaban ellos dos y un beso que no deseaba que terminase.
Sin embargo, sabía que estaba abusando demasiado de aquel beso así que... con un dolor increíble en su corazón, se separó de él y se dedicó a contemplar el suelo mientras una estúpida sonrisa aparecía de sus labios.
─Perdona... no debí hacer eso─ se disculpó intentando arreglar aquel desastre.
No se extrañó de lo que le dijo. No sintió pena por ello. Incluso se alegró, eso significaba que no había habido alguien más importante en su vida como para llegar a más. Golnar se fijó en dónde estaba mirando… Ella también lo deseaba pero no sabía si se lo tomaría bien o no. Además estaban en un sitio público.
¿Cómo era eso que siempre le decía su madre? Se lo había dicho aquel día también… “Siempre, siempre, guíate por tu corazón. Él sabrá mejor que nadie lo que tienes que hacer.” ¿Qué le indicaba su corazón en ese instante? Lo sabía, se lo decía a gritos pero tenía que ignorarle, debía hacerlo por Mirko. Pero la mirada del joven sobre sus labios, era demasiado tentadora como para rechazar un momento así.
─Has dicho que confías en mí─ le dijo en un susurro tras unos segundos de auténtica duda─. Pase lo que pase, sigue haciéndolo.
Tomó todo el oxígeno que pudo y lo soltó de golpe mientras se acercaba poco a poco a él. Sí, no podía aguantarlo más… Si la rechazaba, sería una pérdida terrible pero seguro que podía levantarse. Antes de que él pudiese dudar, se adelantó y aprisionó sus labios. Aquel contacto fue algo inesperado, jamás pensó que un simple beso se sentía tan bien como aquel. Quería que fuese simple, poco duradero… N quería pedir más de él, quizá no estaba sintiendo lo mismo que ella estaba sintiendo. ¿Dónde había quedado el ruido de la gente, la música y la risa? Habían desaparecido… Solo estaban ellos dos y un beso que no deseaba que terminase.
Sin embargo, sabía que estaba abusando demasiado de aquel beso así que... con un dolor increíble en su corazón, se separó de él y se dedicó a contemplar el suelo mientras una estúpida sonrisa aparecía de sus labios.
─Perdona... no debí hacer eso─ se disculpó intentando arreglar aquel desastre.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Mirko iba a responder a lo que ella había dicho de seguir confiando en ella, cuando se encontró con los labios presionados con los de ella en un movimiento que no anticipó. No cerró los ojos de inmediato pues aquello le tomó por sorpresa, parpadeó rápidamente antes de comprender que se trataba de un beso. Cerró los ojos y el mundo desapareció a su alrededor, una extraña sensación de vergüenza, deseo e incertidumbre le invadió de golpe mientras sentía los labios de ella moverse sobre los suyos.
¡No tenía la más remota idea de que hacer con sus labios!.
Sus padres eran muy discretos y nunca les había visto besarse delante de él o su hermana cuando eran pequeños y las novelas románticas que su hermana gustaba leer, a él nunca le habían llamado la atención, tampoco es que fuera un fanático del teatro, por lo que realmente no había visto con detalle como eran los besos y no supo que debía hacer con la boca. Se quedó allí pasmado con la boca quieta por unos segundos cuando inconscientemente comenzó a mover los labios para corresponder el beso de ella.
Ojala lo estuviera haciendo bien pensaba mientras aguantaba la respiración, el tiempo le pareció detenerse y el beso le pareció durar eterno. Era una sensación completamente nueva y su cerebro parecía apenas estar procesando todas las sensaciones que despertaba en su cuerpo. De repente estaba teniendo una erección en sus pantalones sin que pudiera hacer nada al respecto.
Cuando el beso terminó se encontró con que la cabeza le ardía como si tuviera una fiebre de 39 grados, y que Golnar se disculpaba, nadie parecía haber notado aquella demostración de afecto pues el jardín se encontraba desolado gracias que el baile (la atracción principal de la fiesta) continuaba en el gran salón y la música del piano y los violonchelos se alcanzaba a escuchar en la distancia. No tenía vergüenza de que los hubieran visto, en realidad le avergonzaba pensar que no había sabido como besarla.
-No... Soy yo quien debe disculparse – Dijo al fin – Creo que fue un pésimo beso ¿No? - Exclamó, imaginaba que Golnar debía ser toda una experta o por lo menos le habrían besado de mil maneras, todas mucho mejores que él, sintió algo de celos y envidia por aquellos hombres con experiencia que pudieron haber estado primero que él – No tenía idea de que hacer... lo siento – Agregó llevando ambas manos a las piernas, esperaba con fervor que ella no notara el bulto que se apretaba en los pantalones y contaba los segundos para que su miembro volviera a la normalidad.
Aquella tenía que ser definitivamente la situación más vergonzosa de toda su vida.
¡No tenía la más remota idea de que hacer con sus labios!.
Sus padres eran muy discretos y nunca les había visto besarse delante de él o su hermana cuando eran pequeños y las novelas románticas que su hermana gustaba leer, a él nunca le habían llamado la atención, tampoco es que fuera un fanático del teatro, por lo que realmente no había visto con detalle como eran los besos y no supo que debía hacer con la boca. Se quedó allí pasmado con la boca quieta por unos segundos cuando inconscientemente comenzó a mover los labios para corresponder el beso de ella.
Ojala lo estuviera haciendo bien pensaba mientras aguantaba la respiración, el tiempo le pareció detenerse y el beso le pareció durar eterno. Era una sensación completamente nueva y su cerebro parecía apenas estar procesando todas las sensaciones que despertaba en su cuerpo. De repente estaba teniendo una erección en sus pantalones sin que pudiera hacer nada al respecto.
Cuando el beso terminó se encontró con que la cabeza le ardía como si tuviera una fiebre de 39 grados, y que Golnar se disculpaba, nadie parecía haber notado aquella demostración de afecto pues el jardín se encontraba desolado gracias que el baile (la atracción principal de la fiesta) continuaba en el gran salón y la música del piano y los violonchelos se alcanzaba a escuchar en la distancia. No tenía vergüenza de que los hubieran visto, en realidad le avergonzaba pensar que no había sabido como besarla.
-No... Soy yo quien debe disculparse – Dijo al fin – Creo que fue un pésimo beso ¿No? - Exclamó, imaginaba que Golnar debía ser toda una experta o por lo menos le habrían besado de mil maneras, todas mucho mejores que él, sintió algo de celos y envidia por aquellos hombres con experiencia que pudieron haber estado primero que él – No tenía idea de que hacer... lo siento – Agregó llevando ambas manos a las piernas, esperaba con fervor que ella no notara el bulto que se apretaba en los pantalones y contaba los segundos para que su miembro volviera a la normalidad.
Aquella tenía que ser definitivamente la situación más vergonzosa de toda su vida.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Era increíble. A pesar de que ella había roto su burbuja de espacio, él se disculpaba. Sin duda alguna, debía sentirse muy afortunada por el mero hecho de tenerlo a su lado. No se atrevía a mirarle en ese momento. Se sentía fatal por lo que había hecho. No porque fuese malo o porque no quería hacerlo sino porque no debía. Ni siquiera le había preguntado si él quería que eso ocurriese.
─No te preocupes, con la práctica mejorarás─ le tranquilizó al ver todos sus nervios y sus dudas─. Eso no quiere decir que haya sido malo, para nada─ se apresuró a añadir por si él entendía cualquier otra cosa.
Golnar, cuando no estaba trabajando, solía ser de aires inocentes. Por eso ni se le pasó por la cabeza en el estado que se encontraba Mirko. Era algo extraño, cómo una prostituta podía no darse cuenta de las reacciones del cuerpo de un hombre cuando se suponía que sabía bastante. Bueno, ella olvidaba siempre el trabajo – o trataba de hacerlo─ cuando estaba fuera de él. Así que ese hecho ni se le pasó por la cabeza.
─Perdona, no quería que tu primer beso fuese así… Debía de ser con una persona por la que sintieras algo más que una amistad─ le dijo llevándose una mano a la cabeza─. Creí que… podrías sentirse más seguro en un futuro porque ya sabías lo que se sentía. Estúpida de mí. Debería dejar de decidir por ti─ terminó diciendo. Era increíble de que, cuando se trataba de Mriko, ponía todo lo que estaba en su mano para ayudarle con lo que fuese. Pero lo cierto que aquel beso había sido un poco egoísta. Lo había hecho por ella, porque no había aguantado más.
─No te preocupes, con la práctica mejorarás─ le tranquilizó al ver todos sus nervios y sus dudas─. Eso no quiere decir que haya sido malo, para nada─ se apresuró a añadir por si él entendía cualquier otra cosa.
Golnar, cuando no estaba trabajando, solía ser de aires inocentes. Por eso ni se le pasó por la cabeza en el estado que se encontraba Mirko. Era algo extraño, cómo una prostituta podía no darse cuenta de las reacciones del cuerpo de un hombre cuando se suponía que sabía bastante. Bueno, ella olvidaba siempre el trabajo – o trataba de hacerlo─ cuando estaba fuera de él. Así que ese hecho ni se le pasó por la cabeza.
─Perdona, no quería que tu primer beso fuese así… Debía de ser con una persona por la que sintieras algo más que una amistad─ le dijo llevándose una mano a la cabeza─. Creí que… podrías sentirse más seguro en un futuro porque ya sabías lo que se sentía. Estúpida de mí. Debería dejar de decidir por ti─ terminó diciendo. Era increíble de que, cuando se trataba de Mriko, ponía todo lo que estaba en su mano para ayudarle con lo que fuese. Pero lo cierto que aquel beso había sido un poco egoísta. Lo había hecho por ella, porque no había aguantado más.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Sintió cierta opresión en el pecho cuando ella había dicho que 'con la práctica mejoraría', aquella era una sensación también nueva para él, pues en el pasado nunca se había preocupado por su orgullo como hombre, por ser bueno en diferentes aspectos para impresionar una mujer. Él realmente había creído que pasaría el resto de su vida soltero, dedicado sólo a sus investigaciones, las cuales veía como su verdadera compañía. Nunca creyó que podría sentirse de esa forma, que su orgullo podía ser herido por unas palabras tan simples y que eso causara que deseara mejorar.
Mejorar para qué ¿Para satisfacer a Golnar?
La pregunta quedó resonando en su cabeza. Y se repitió una vez más que todas esas alocadas ideas debían ser producto del alcohol jugando con sus pobres neuronas.
Le escuchó hablar y una más se preguntó si realmente deseaba que su beso hubiese sido con otra persona, la verdad era que ni siquiera se le había cruzado por la mente. No imaginaba a ninguna otra mujer que no fuera Golnar compartiendo un beso con él ¡Si a duras penas si podía hablar dos o tres palabras sin echar todo a perder con una mujer!
-No hay otra mujer con la que podría compartir esto – Dijo al fin luego de un largo silencio pues intentaba darle orden a sus ideas – No confío en nadie más – Y esa era la pura y franca verdad. No confiaba en ninguna otra mujer como para hablar de esos temas y mucho menos para compartir contacto físico. Frente a lo que ella dijo, sonrió, Golnar siempre se estaba preocupando por él de una forma o otra, le había insistido en venir al baile, en enseñarle los pasos y ¿Ahora le besaba para que la próxima vez no cometiera un error con otra dama?.
- ¿Porqué te preocupas... tanto por mi? - Le preguntó con genuina curiosidad, eran amigos, cierto, pero llevaban poco tiempo de conocerse – O... ¿Eres así con otros amigos? - Se atrevió a preguntar, no quería imaginar que ella tuviera más amigos con los que compartiera momentos íntimos y una nueva punzada de celos le revolvió el estómago.
Mejorar para qué ¿Para satisfacer a Golnar?
La pregunta quedó resonando en su cabeza. Y se repitió una vez más que todas esas alocadas ideas debían ser producto del alcohol jugando con sus pobres neuronas.
Le escuchó hablar y una más se preguntó si realmente deseaba que su beso hubiese sido con otra persona, la verdad era que ni siquiera se le había cruzado por la mente. No imaginaba a ninguna otra mujer que no fuera Golnar compartiendo un beso con él ¡Si a duras penas si podía hablar dos o tres palabras sin echar todo a perder con una mujer!
-No hay otra mujer con la que podría compartir esto – Dijo al fin luego de un largo silencio pues intentaba darle orden a sus ideas – No confío en nadie más – Y esa era la pura y franca verdad. No confiaba en ninguna otra mujer como para hablar de esos temas y mucho menos para compartir contacto físico. Frente a lo que ella dijo, sonrió, Golnar siempre se estaba preocupando por él de una forma o otra, le había insistido en venir al baile, en enseñarle los pasos y ¿Ahora le besaba para que la próxima vez no cometiera un error con otra dama?.
- ¿Porqué te preocupas... tanto por mi? - Le preguntó con genuina curiosidad, eran amigos, cierto, pero llevaban poco tiempo de conocerse – O... ¿Eres así con otros amigos? - Se atrevió a preguntar, no quería imaginar que ella tuviera más amigos con los que compartiera momentos íntimos y una nueva punzada de celos le revolvió el estómago.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Un cosquilleo recorrió su estómago al escuchar que no habría otra persona con la que podría compartir aquel momento. Eso era bueno. Pero sabía de sobra que Mirko no era como otros, él podría decir eso y no sentir como ella estaba sintiendo. Sí, para qué seguir engañándose; había crecido en su corazón un sentimiento mucho más fuerte que amistad hacia el hombre que estaba sentado junto a ella.
Le sonrió ante esa revelación pero no podía decir nada. Lo había admitido en su interior pero eso no significaba que tuviese que admitirlo ante el resto del mundo, y mucho menos ante Mirko. ¿O sí? Quizá… No lo sabía. Era un momento que había estado esperando toda su vida pero, ahora que lo tenía delante, no sabía cómo actuar siquiera. Se suponía que era el caballero quien se declaraba ante una dama y no al revés. Pero, ¿por qué esperar? Ya había estado años igual.
La pregunta que le hizo fue perfecta. Parecía que había leído sus pensamientos y había querido presionar para que dijera lo que estaba pasando en ese momento por su mente y por su corazón. Mostró media sonrisa. ¿Cómo explicárselo? ¿Cómo explicarle que ella tampoco tenía más amigos como él y que, por lo tanto, no era así con ninguno? No encontraba palabras suficientes.
─ ¿No lo has sentido, verdad?─ le preguntó. Quizá la que lo había hecho mal era ella, había querido transmitirle tantas cosas con aquel beso que se había reducido a nada.
Volvió a coger todo el aire que pudo retener en sus pulmones y lo soltó de golpe. Cogió la barbilla de Mirko y volvió a sellar sus labios. Esta vez fue un beso corto, casi un roce, intentó que fuese lo más dulce para transmitir todo lo que sentía por dentro. Vale, quizá no fuese la mejor exteriorizando sus sentimientos pero lo intentaba.
─ No eres como los otros, Mirko─ comenzó diciéndole en un susurro mientras se separaba poco a poco de él─ . Es posible que, sin quererlo, hayas logrado conquistar el corazón de una mujer.
Lo había dicho. Era imposible creer que lo hubiese dicho. ¿Ahora qué? ¿Esperaba respuesta? Lo único que deseaba era salir huyendo de allí y no mirar atrás. No sabía si quería escuchar lo que le tuviese que decir. Estaba preparada para lo que viniera. ¿Lo estaba? Nunca había sido rechazada así que sería la primera vez que le romperían el corazón y de seguro tenía que doler mucho más. Él no era un hombre cualquiera, no era el típico que pasaba una noche con ella y se marchaba, era más, mucho más y no quería que él se fuese de su lado bajo ningún pretexto.
Le sonrió ante esa revelación pero no podía decir nada. Lo había admitido en su interior pero eso no significaba que tuviese que admitirlo ante el resto del mundo, y mucho menos ante Mirko. ¿O sí? Quizá… No lo sabía. Era un momento que había estado esperando toda su vida pero, ahora que lo tenía delante, no sabía cómo actuar siquiera. Se suponía que era el caballero quien se declaraba ante una dama y no al revés. Pero, ¿por qué esperar? Ya había estado años igual.
La pregunta que le hizo fue perfecta. Parecía que había leído sus pensamientos y había querido presionar para que dijera lo que estaba pasando en ese momento por su mente y por su corazón. Mostró media sonrisa. ¿Cómo explicárselo? ¿Cómo explicarle que ella tampoco tenía más amigos como él y que, por lo tanto, no era así con ninguno? No encontraba palabras suficientes.
─ ¿No lo has sentido, verdad?─ le preguntó. Quizá la que lo había hecho mal era ella, había querido transmitirle tantas cosas con aquel beso que se había reducido a nada.
Volvió a coger todo el aire que pudo retener en sus pulmones y lo soltó de golpe. Cogió la barbilla de Mirko y volvió a sellar sus labios. Esta vez fue un beso corto, casi un roce, intentó que fuese lo más dulce para transmitir todo lo que sentía por dentro. Vale, quizá no fuese la mejor exteriorizando sus sentimientos pero lo intentaba.
─ No eres como los otros, Mirko─ comenzó diciéndole en un susurro mientras se separaba poco a poco de él─ . Es posible que, sin quererlo, hayas logrado conquistar el corazón de una mujer.
Lo había dicho. Era imposible creer que lo hubiese dicho. ¿Ahora qué? ¿Esperaba respuesta? Lo único que deseaba era salir huyendo de allí y no mirar atrás. No sabía si quería escuchar lo que le tuviese que decir. Estaba preparada para lo que viniera. ¿Lo estaba? Nunca había sido rechazada así que sería la primera vez que le romperían el corazón y de seguro tenía que doler mucho más. Él no era un hombre cualquiera, no era el típico que pasaba una noche con ella y se marchaba, era más, mucho más y no quería que él se fuese de su lado bajo ningún pretexto.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Ladeó la cabeza tratando de comprender a que se refería cuando un nuevo beso lo sorprendió, esta vez fue corto y Mirko se encontró deseando extenderlo por más tiempo, descubrió que los besos resultaban ser adictivos una vez se probaban, nunca imaginó que un contacto físico podría ser como la buena comida. Un cosquilleo recorrió su estómago y se quedó en silencio escuchando lo que ella decía.
Se sintió alagado de que pensara que él no era como otros hombres, deseaba que fuera así porque no quería ser comparado con otros, de nuevo sentía esa punzada de celos revolviendole el estómago destruyendo el cosquilleo causado por el beso. Se encontró deseando que Golnar no besara a otros, quería repetir esos besos una y otra vez y que fueran sólo para él.
Ya no sabía si culpar al vino de ese extraño deseo crepitante en su interior, pero sin dudarlo más se inclinó hacía ella y la volvió a besar, esta vez colocando su mano por la nuca de ella para atracarla más hacía él. Sus dedos se perdieron entre los cabellos de ella y se entregó al sabor de su boca húmeda. Golnar tenía razón, con la práctica se mejoraba, Mirko sentía ese beso diferente a los otros, había más intensidad en sus movimientos.
-Monsieur... Madame, disculpen la interrupción – La voz de un tercero lo hizo volver a la realidad y soltó a Golnar para girárse rápidamente, había un hombre de aproximados 40 años con ropa de sirviente parado delante de ellos. Él hombre parecía tan avergonzado e incómodo con la situación como el mismo Mirko – La Dama Aline va a proceder con el corte del pastel... todos los invitados son requeridos en el gran salón -
- P...por supuesto – Exclamó Mirko y se paró de la silla extendiendo la mano a Golnar para que se levantara.
Se sintió alagado de que pensara que él no era como otros hombres, deseaba que fuera así porque no quería ser comparado con otros, de nuevo sentía esa punzada de celos revolviendole el estómago destruyendo el cosquilleo causado por el beso. Se encontró deseando que Golnar no besara a otros, quería repetir esos besos una y otra vez y que fueran sólo para él.
Ya no sabía si culpar al vino de ese extraño deseo crepitante en su interior, pero sin dudarlo más se inclinó hacía ella y la volvió a besar, esta vez colocando su mano por la nuca de ella para atracarla más hacía él. Sus dedos se perdieron entre los cabellos de ella y se entregó al sabor de su boca húmeda. Golnar tenía razón, con la práctica se mejoraba, Mirko sentía ese beso diferente a los otros, había más intensidad en sus movimientos.
-Monsieur... Madame, disculpen la interrupción – La voz de un tercero lo hizo volver a la realidad y soltó a Golnar para girárse rápidamente, había un hombre de aproximados 40 años con ropa de sirviente parado delante de ellos. Él hombre parecía tan avergonzado e incómodo con la situación como el mismo Mirko – La Dama Aline va a proceder con el corte del pastel... todos los invitados son requeridos en el gran salón -
- P...por supuesto – Exclamó Mirko y se paró de la silla extendiendo la mano a Golnar para que se levantara.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
No obtuvo respuesta, al menos no de manera verbal. Le sorprendió gratamente. Supuso que aquello era algo bueno o eso esperaba. El cosquilleo en su estómago volvió a aparecer pero esta vez de manera más intensa. ¿Habría sentido alguien algo parecido? No lo sabía pero era imposible que alguien que no fuese Mirko la hiciera sentir así.
Él se separó, cortando aquel beso que había sido más intensos que los anteriores. Al principio, no entendió por qué se separó, se había olvidado de que estaban en un baile. Ella lo que quería era estar en un sitio más íntimo y dejar que su corazón guiase cada uno de sus movimientos.
Aceptó su mano y se levantó. Lo cierto era que no tenía ganas de volver allí dentro. Pero tenían que hacerlo, la sociedad los miraría mal si no lo hacían pero... ¿a quién le importaba? No conocía ni a la mitad de los presentes.
La comparación de la temperatura fue bastante brusca. Volvieron al ruido y a las risas. Todos estaban en círculo en torno a la pista. Al parecer, Aline y el postre estaban en el centro pero Golnar no veía a ninguno de los dos, ni quería verlo.
"¿No está resplandeciente? Brilla más que cualquier dama que haya en esta sala. Se debe tener mucho valor para venir aquí pretendiendo conquistar a los hombres despachados" dos mujeres hablaban animadamente. Ella resopló, era cierto, estaba espectacular pero ella prefería contemplar al hombre que tenía al lado. Se preguntó si a él le pasaba lo mismo o si prefería poner atención a las palabras de la joven. De hecho, ni siquiera escuchó lo que Aline decía. Algo relacionado con los presentes... Le daba igual. No paraba de pensar en lo que había ocurrido en el jardín. No había recibido la respuesta que ella esperaba pero resultaba ser que no había hecho ninguna pregunta. ¿Era un beso suficiente para calmar aquellas dudas que tenía?
Oyó algo así como que debían volver a sus asientos para recibir su plato. Ella suspiró, le sonrió al joven y se dirigió hasta la mesa. ¿Estaría aquella señora molesta y su hijo? Parecía ser que no. Aquello la tranquilizó un poco.
─Lo cierto es que no tengo mucha hambre...─ le informó mientras se sentaba─. Hubiese preferido quedarme fuera.
Se colocó la servilleta sobre su regazo. Parecía que estuviese hablando de que se habían dedicado a analizar las plantas que había fuera. Le miró, sin dedicarle más que media sonrisa. Deseaba saber qué era lo que estaba pensando, lo que opinaba de la situación que habían vivido hacía escasos segundos. Pero no era correcto hacerlo y menos cuando el maître se acercaba para dejar los platos con el postre. Soltó un leve gracias y se quedó mirando el plato.
─¡Qué cantidad! Sería un pecado comerme esto sin tener hambre─ comentó, le sonó más a metáfora como una de esas frases con doble sentido. Algo así como "sería un pecado besar sin tener sentimientos". Pero no lo había dicho con esa intención ni había querido recriminarle nada. Simplemente su cerebro trabajaba de una forma diferente en un momento como aquel e interpretaba sus propias palabras de otra manera.
Él se separó, cortando aquel beso que había sido más intensos que los anteriores. Al principio, no entendió por qué se separó, se había olvidado de que estaban en un baile. Ella lo que quería era estar en un sitio más íntimo y dejar que su corazón guiase cada uno de sus movimientos.
Aceptó su mano y se levantó. Lo cierto era que no tenía ganas de volver allí dentro. Pero tenían que hacerlo, la sociedad los miraría mal si no lo hacían pero... ¿a quién le importaba? No conocía ni a la mitad de los presentes.
La comparación de la temperatura fue bastante brusca. Volvieron al ruido y a las risas. Todos estaban en círculo en torno a la pista. Al parecer, Aline y el postre estaban en el centro pero Golnar no veía a ninguno de los dos, ni quería verlo.
"¿No está resplandeciente? Brilla más que cualquier dama que haya en esta sala. Se debe tener mucho valor para venir aquí pretendiendo conquistar a los hombres despachados" dos mujeres hablaban animadamente. Ella resopló, era cierto, estaba espectacular pero ella prefería contemplar al hombre que tenía al lado. Se preguntó si a él le pasaba lo mismo o si prefería poner atención a las palabras de la joven. De hecho, ni siquiera escuchó lo que Aline decía. Algo relacionado con los presentes... Le daba igual. No paraba de pensar en lo que había ocurrido en el jardín. No había recibido la respuesta que ella esperaba pero resultaba ser que no había hecho ninguna pregunta. ¿Era un beso suficiente para calmar aquellas dudas que tenía?
Oyó algo así como que debían volver a sus asientos para recibir su plato. Ella suspiró, le sonrió al joven y se dirigió hasta la mesa. ¿Estaría aquella señora molesta y su hijo? Parecía ser que no. Aquello la tranquilizó un poco.
─Lo cierto es que no tengo mucha hambre...─ le informó mientras se sentaba─. Hubiese preferido quedarme fuera.
Se colocó la servilleta sobre su regazo. Parecía que estuviese hablando de que se habían dedicado a analizar las plantas que había fuera. Le miró, sin dedicarle más que media sonrisa. Deseaba saber qué era lo que estaba pensando, lo que opinaba de la situación que habían vivido hacía escasos segundos. Pero no era correcto hacerlo y menos cuando el maître se acercaba para dejar los platos con el postre. Soltó un leve gracias y se quedó mirando el plato.
─¡Qué cantidad! Sería un pecado comerme esto sin tener hambre─ comentó, le sonó más a metáfora como una de esas frases con doble sentido. Algo así como "sería un pecado besar sin tener sentimientos". Pero no lo había dicho con esa intención ni había querido recriminarle nada. Simplemente su cerebro trabajaba de una forma diferente en un momento como aquel e interpretaba sus propias palabras de otra manera.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Entraron en el recinto y Mirko notó que aún no se le iba la borrachera, todavía tenía que poner cuidado al caminar para evitar irse para los lados y avergonzar a Golnar. Nunca creyó que el alcohol pudiese afectarlo tan fácilmente, pero como decía su padre, la práctica hacía al maestro, aún cuando de bebidas se tratase. Había visto a su padre beber botellas enteras de Vodka y seguír en pie parloteando con otros marineros y mientras los veía Mirko sólo pensaba en como se estaría dañando internamente su cerebro con la exorbitante cantidad de alcohol.
-Yo tampoco tengo hambre – Comentó cuando se sentaron finalmente en la mesa y los pedazos de la torta de cumpleaños fueron servidos – Pero el dulce es bueno para el cerebro, yo trabajo mejor cuando como chocolate – Comentó observando la torta blanca con crema de vainilla y fresas. El pastelero había hecho un estupendo trabajo en la decoración de la torta y se preguntaba cuanto habría costado una torta con todos esos pisos para esa cantidad de invitados.
Tomó una cuchara y se llevó una fresa con crema a los labios, el dulce suave de la fruta le recordó el beso, le recordó que deseaba más y que era más el deseo que sentía que la vergüenza, también sentía el cuerpo un poco más liviano, como si haber bebido hubiese afectado la gravedad del recinto.
-Te aseguro que más de uno vomitará luego de salir de aquí – Exclamó y soltó una risita tonta – Las mujeres comen por guardar las apariencias aún sin tener hambre y los hombres por gula, sin embargo luego tienen que vomitar para poder mantener la talla de sus vestidos – Había visto a su madre vomitar más de una vez luego de los suculentos banquetes en los que se desperdiciaba comida y odiaba pensar que habían personas literalmente muriendo de hambre al otro lado de esas paredes. - Son todos unos cerdos – Agregó esta vez en un susurro.
Definitivamente el alcohol hacía que su lengua se volviera más peligrosa. Estando sobrio pensaba mejor las cosas antes de decirlas. No se dio cuenta y le quedó crema de vainilla sobre el labio inferior mientras observaba a la gente aplaudiendo luego del discurso que el padre de Aline había soltado por que su hija cumplía 20 años.
-Yo tampoco tengo hambre – Comentó cuando se sentaron finalmente en la mesa y los pedazos de la torta de cumpleaños fueron servidos – Pero el dulce es bueno para el cerebro, yo trabajo mejor cuando como chocolate – Comentó observando la torta blanca con crema de vainilla y fresas. El pastelero había hecho un estupendo trabajo en la decoración de la torta y se preguntaba cuanto habría costado una torta con todos esos pisos para esa cantidad de invitados.
Tomó una cuchara y se llevó una fresa con crema a los labios, el dulce suave de la fruta le recordó el beso, le recordó que deseaba más y que era más el deseo que sentía que la vergüenza, también sentía el cuerpo un poco más liviano, como si haber bebido hubiese afectado la gravedad del recinto.
-Te aseguro que más de uno vomitará luego de salir de aquí – Exclamó y soltó una risita tonta – Las mujeres comen por guardar las apariencias aún sin tener hambre y los hombres por gula, sin embargo luego tienen que vomitar para poder mantener la talla de sus vestidos – Había visto a su madre vomitar más de una vez luego de los suculentos banquetes en los que se desperdiciaba comida y odiaba pensar que habían personas literalmente muriendo de hambre al otro lado de esas paredes. - Son todos unos cerdos – Agregó esta vez en un susurro.
Definitivamente el alcohol hacía que su lengua se volviera más peligrosa. Estando sobrio pensaba mejor las cosas antes de decirlas. No se dio cuenta y le quedó crema de vainilla sobre el labio inferior mientras observaba a la gente aplaudiendo luego del discurso que el padre de Aline había soltado por que su hija cumplía 20 años.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Sonrió cuando comentó que trabajaba mejor con chocolate. Era normal, quién no le gustaba el chocolate. Miró el postre, ella hacía mucho que no probaba un dulce… Quizá podría permitirse llenar más su estómago con una cucharada de aquel manjar que no se podía disfrutar todos los días.
Aunque el comentario de Mirko fue un poco inoportuno. Sí, podía ser cierto lo que decía pero ella no quería imaginar a todas aquellas personas expulsando la comida de su cuerpo de aquella manera tan… Había visto cosas peores claro estaba y se encogió de hombros mientras se llevaba un trozo de tarta a la boca y lo saboreaba.
─Hacía años que no comía algo así─ le dijo cuando lo hubo probado. Y tanto, ¿cuánto había pasado? Ni lo recordaba. Al principio lo había echado de menos pero, con el tiempo, había olvidado cómo sabía. ¿Sería posible volver a caer en un vicio tan sencillo como la comida? Miró a Mirko y soltó una risita al ver que se había manchado─. Tienes… tienes…─ hizo el gesto con la mano y finalmente se incorporó un poco, pasó su dedo por el labio inferior de Mirko y le limpió ella misma aquel trozo de nata.
Al volverse a sentar, comprendió lo que había hecho y casi se lleva las manos a la cabeza. ¿Sería idiota? ¿Qué era ahora su madre? Porque la hubiese besado no significaba nada. Ella besaba a hombres todas las noches y no sentía nada en absoluto solo un enorme vacío en su interior.
─Tenías nata─ dijo carraspeando y mirando hacia su plato. ¿Por qué era tan adolescente en aquel instante? Solo esperaba que nadie la hubiera visto hacer aquello. Estaban en público por el amor de Dios─ . Quiero irme de aquí─ le susurró a su postre mientras partía otro trozo.
Aunque el comentario de Mirko fue un poco inoportuno. Sí, podía ser cierto lo que decía pero ella no quería imaginar a todas aquellas personas expulsando la comida de su cuerpo de aquella manera tan… Había visto cosas peores claro estaba y se encogió de hombros mientras se llevaba un trozo de tarta a la boca y lo saboreaba.
─Hacía años que no comía algo así─ le dijo cuando lo hubo probado. Y tanto, ¿cuánto había pasado? Ni lo recordaba. Al principio lo había echado de menos pero, con el tiempo, había olvidado cómo sabía. ¿Sería posible volver a caer en un vicio tan sencillo como la comida? Miró a Mirko y soltó una risita al ver que se había manchado─. Tienes… tienes…─ hizo el gesto con la mano y finalmente se incorporó un poco, pasó su dedo por el labio inferior de Mirko y le limpió ella misma aquel trozo de nata.
Al volverse a sentar, comprendió lo que había hecho y casi se lleva las manos a la cabeza. ¿Sería idiota? ¿Qué era ahora su madre? Porque la hubiese besado no significaba nada. Ella besaba a hombres todas las noches y no sentía nada en absoluto solo un enorme vacío en su interior.
─Tenías nata─ dijo carraspeando y mirando hacia su plato. ¿Por qué era tan adolescente en aquel instante? Solo esperaba que nadie la hubiera visto hacer aquello. Estaban en público por el amor de Dios─ . Quiero irme de aquí─ le susurró a su postre mientras partía otro trozo.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Le sorprendió el gesto de Golnar al acercarse. Por unos instantes creyó que le besaría de nuevo y ya estaba dispuesto a cerrar los ojos y dejarse llevar. En ese momento le importaba poco lo que la gente pensara o dijera, el vino se le había subido a la cabeza y toda modestia y decencia que había mostrado al inicio de la noche había desaparecido. Había descubierto que le gustaba el sabor de los besos, no era como el postre, literalmente dulce, pero era igualmente adictivo. ¿Porqué se encontraba pensando otra vez en besar a Golnar?.
Sonrió tontamente mientras la miraba directamente a los ojos, le había limpiado la crema del labio, un acto bastante íntimo que sólo había experimentado en el pasado de manos de las sirvientas cuando era pequeño, pero era extraño que una mujer hecha y derecha lo hiciera, tenía un aire de complicidad y confianza extraordinarios, se quedó mirándola un rato más y notó que ella parecía avergonzada.
-Gracias – Murmuró, preguntándose porqué alguien con tanta experiencia con hombres podía sentirse avergonzada con algo como eso. Entonces se le ocurrió que quizás, ella estuviera tan nerviosa como él respecto a ese baile. Una idea que no se le había ocurrido hasta el momento sonó como una vocecilla dentro de su cabeza.
“¿Acaso le gusto a ella?”
Para cualquier otro hombre había sido obvia la actitud de Golnar, pero no para Mirko completamente ajeno al mundo del coqueteo. Le costaba leer los mensajes invisibles y las insinuaciones porque nunca una mujer se había portado así con él. Pero al parecer el alcohol le estaba soltando no solamente la lengua sino también la mente, porqué parecía poder ver las cosas de manera diferente.
- ¿A donde quieres ir? - Le preguntó tomando la copa de vino para tomar más vino luego de comer la torta – La fiesta está a punto de terminar, no creo que nadie note si nos vamos -
Sonrió tontamente mientras la miraba directamente a los ojos, le había limpiado la crema del labio, un acto bastante íntimo que sólo había experimentado en el pasado de manos de las sirvientas cuando era pequeño, pero era extraño que una mujer hecha y derecha lo hiciera, tenía un aire de complicidad y confianza extraordinarios, se quedó mirándola un rato más y notó que ella parecía avergonzada.
-Gracias – Murmuró, preguntándose porqué alguien con tanta experiencia con hombres podía sentirse avergonzada con algo como eso. Entonces se le ocurrió que quizás, ella estuviera tan nerviosa como él respecto a ese baile. Una idea que no se le había ocurrido hasta el momento sonó como una vocecilla dentro de su cabeza.
“¿Acaso le gusto a ella?”
Para cualquier otro hombre había sido obvia la actitud de Golnar, pero no para Mirko completamente ajeno al mundo del coqueteo. Le costaba leer los mensajes invisibles y las insinuaciones porque nunca una mujer se había portado así con él. Pero al parecer el alcohol le estaba soltando no solamente la lengua sino también la mente, porqué parecía poder ver las cosas de manera diferente.
- ¿A donde quieres ir? - Le preguntó tomando la copa de vino para tomar más vino luego de comer la torta – La fiesta está a punto de terminar, no creo que nadie note si nos vamos -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
Él le agradeció el gesto y ella se frotó las manos bajo la mesa. ¿Por qué? Odiaba actuar de aquella manera. No tenía quince años. No era una adolescente. De hecho, la sociedad la vería como una solterona que ya no tenía ni una posibilidad de encontrar un buen marido. Era algo que siempre se le había echado en cara a las mujeres: si tenías más de veintisiete años, estabas destinada a ser una mujer solterona sin más aspiraciones en la vida y una auténtica carga para los padres. Pero allí estaba, con un hombre sentado frente a ella que lograba provocarle todas las sensaciones que tanto tiempo estuvo buscando en brazos ajenos.
Pareció que le leyó el pensamiento- o que le escuchó susurrar- ya que le propuso ir a otro sitio. Ella levantó su vista hacia el techo y pensó. Solo había un lugar al que quería ir pero sabía que no sería apropiado. En realidad, le importaba poco dónde estuviera mientras fuese un lugar íntimo en el que solo estuviesen ellos dos y nadie más que los molestasen con las estúpidas normas de la sociedad.
─A donde sea pero a un lugar en el que no haya nadie─ le dijo mientras se levantaba del asiento y dejaba la servilleta a un lado.
Se acercó a él y tiró un poco de su brazo para que la imitase y así ambos salir de aquel recinto que empezaba a ser agobiante. Todos estaban pendientes de otras personas. Seguro que nadie notaba que un par de personas se alejaban de allí sin siquiera despedirse.
Pareció que le leyó el pensamiento- o que le escuchó susurrar- ya que le propuso ir a otro sitio. Ella levantó su vista hacia el techo y pensó. Solo había un lugar al que quería ir pero sabía que no sería apropiado. En realidad, le importaba poco dónde estuviera mientras fuese un lugar íntimo en el que solo estuviesen ellos dos y nadie más que los molestasen con las estúpidas normas de la sociedad.
─A donde sea pero a un lugar en el que no haya nadie─ le dijo mientras se levantaba del asiento y dejaba la servilleta a un lado.
Se acercó a él y tiró un poco de su brazo para que la imitase y así ambos salir de aquel recinto que empezaba a ser agobiante. Todos estaban pendientes de otras personas. Seguro que nadie notaba que un par de personas se alejaban de allí sin siquiera despedirse.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
En otro momento de su vida no habría bebido tanto vino, siempre había sido consciente del daño cerebral que causaba y para él, su salud mental era lo más primordial en su vida, ¿De que otra manera podría convertirse en un gran científico que la gente recordara por el resto de los tiempos si no mantenía una mente lúcida y saludable?. Pero en esos momentos se encontró bebiendo sin importarle las consecuencias, quizás porque era su primera vez con el alcohol, o quizás porque estaba descubriendo nuevas sensaciones que estando sobrio jamás había sentido.
Ella se levantó y le tomó del brazo, Mirko casi riega la copa de vino que tenía en la mano y soltó lo que quedaba del postre rápidamente para seguirla, ella deseaba ir a un lugar más solitario y a Mirko le encantó la idea, el bullicio de la música y las conversaciones ajenas le estaban mareando un poco, además siempre le había gustado los lugares calmados en vez de las fiestas.
-¿Que te parece mi casa? - Preguntó con una sonrisa inocente – Aunque está un poco desordenada... - Agregó y luego se alzó de hombros – Que va... si ya has ido y has visto el desorden, no importa – Exclamó recordando que ella ya había visitado su casa con anterioridad y no le avergonzaba mostrarle el desorden.
(( Off Rol: Si quieres podemos abrir un tema nuevo ya sea en casa de Mirko o a donde Golnar quiera ir, luego de tu post))
Ella se levantó y le tomó del brazo, Mirko casi riega la copa de vino que tenía en la mano y soltó lo que quedaba del postre rápidamente para seguirla, ella deseaba ir a un lugar más solitario y a Mirko le encantó la idea, el bullicio de la música y las conversaciones ajenas le estaban mareando un poco, además siempre le había gustado los lugares calmados en vez de las fiestas.
-¿Que te parece mi casa? - Preguntó con una sonrisa inocente – Aunque está un poco desordenada... - Agregó y luego se alzó de hombros – Que va... si ya has ido y has visto el desorden, no importa – Exclamó recordando que ella ya había visitado su casa con anterioridad y no le avergonzaba mostrarle el desorden.
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Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: Dernière Danse || Mirko Lautrec
La propuesta de Mirko la sorprendió. Si bien era lo que ella estaba pensando y no había querido decirle en voz alta, sentía miedo a que pidiera estar yendo demasiado rápido con el joven. Es decir, ni siquiera sabía si de verdad sentía algo por ella más allá de la amistad. Si no era así, ir a su casa solo sería una tentación demasiado dolorosa. Pero quién no arriesgaba no ganaba y sabía que se quedaría con la duda para siempre si declinaba su oferta.
─Está bien─ le dio aquella escueta respuesta. No sabía cómo podía reaccionar ante esa situación. Notaba cómo su corazón latía con fuerza sobre su pecho. Solo de pensar en lo que podía ocurrir aquella noche… La noche era joven y ellos se disponían a comerse cada paso que daban. Tenía que dejar todas aquellas dudas y todos aquello ¿y si…? Y empezar a disfrutar la mera presencia del joven.
Parecía que podían salir de allí sin ninguna dificultad. Nadie les detuvo por el camino a la calle y nadie se percató de que una extraña pareja se alejaba del baile. El aire de la calle calmó sus mejillas. Era un aire puro, diferente al que se respiraba dentro. Las estrellas brillaban como nunca lo habían hecho. Había contemplado aquel cielo durante años y nunca lo había visto tan resplandeciente como esa noche. Echó un vistazo a Mirko y sonrió. Ah, sí, ahora lo entendía todo. Normalmente sus noches eran solitarias y frías pero aquella tenía a alguien a su lado que la acompañaba. Por eso el cielo tenía un color diferente, por eso las estrellas deslumbraban como si fuesen un sol en todo su esplendor. La oscuridad no existía esa noche y, si aparecía, sería de una manera demasiado dulce como para rechazarla.
Off rol: me parece bien, ¿abres tú?
─Está bien─ le dio aquella escueta respuesta. No sabía cómo podía reaccionar ante esa situación. Notaba cómo su corazón latía con fuerza sobre su pecho. Solo de pensar en lo que podía ocurrir aquella noche… La noche era joven y ellos se disponían a comerse cada paso que daban. Tenía que dejar todas aquellas dudas y todos aquello ¿y si…? Y empezar a disfrutar la mera presencia del joven.
Parecía que podían salir de allí sin ninguna dificultad. Nadie les detuvo por el camino a la calle y nadie se percató de que una extraña pareja se alejaba del baile. El aire de la calle calmó sus mejillas. Era un aire puro, diferente al que se respiraba dentro. Las estrellas brillaban como nunca lo habían hecho. Había contemplado aquel cielo durante años y nunca lo había visto tan resplandeciente como esa noche. Echó un vistazo a Mirko y sonrió. Ah, sí, ahora lo entendía todo. Normalmente sus noches eran solitarias y frías pero aquella tenía a alguien a su lado que la acompañaba. Por eso el cielo tenía un color diferente, por eso las estrellas deslumbraban como si fuesen un sol en todo su esplendor. La oscuridad no existía esa noche y, si aparecía, sería de una manera demasiado dulce como para rechazarla.
Off rol: me parece bien, ¿abres tú?
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
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