AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Fairy Dust [Libre]
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Fairy Dust [Libre]
De nuevo estaban en las catacumbas de Arthur. Sin embargo, todo estaba oscuro como la mente del burgues. Situados en frente de todo lo maligno de aquella catacumba, Dalia se temia lo peor. Todo estaba mal para ella. Estaba incorrecto de estar ahi sola con el desquiciado de quien era supuestamente su guardian. Esto era ridiculo. No tenia nada que hacer en contra de él.
Ninguno de los dos sabian porque los habian citado ahi esa noche. Caminaron un rato largo para despues situarse entre mas escombros. Observo el rostro tenso de Arthur como se mezclaba con una dosis de malignidad, mas aun si pudiera ser. Le entro un poco de miedo, pero enseguida vio a Arthur acariciarle el pelo, transmitiendole calma. Arthur vio frente a él lo que alguien habria destruido elaboradamente.
Ninguno de los dos supo quien habia hecho tal cosa. Dalia interpreto un poco pero lo siguiente que hizo fue escapar de lo que interpreto a simple vista. Dalia huyo tras ver los mutilados cuerpos de las muchachas que se llevaba Arthur para torturar y violar. Dalia comenzaba a correr y a correr sin demorarse hasta que se vio atrapada en un callejon con la unica salida un pasillo poco alumbrado hacia la derecha.
Dalia espero cinco segundos a ver si venia Arthur pero nadie vino en su busqueda hasta que alguien la cogio del brazo, llevandola por el camino de la derecha. Era Arthur. Habia ido por otro camino. Anduvieron un rato y se volvieron a separar. Dalia caminaba y caminaba aburrida que en el momento que desperto de las musarañas, se habia perdido.
Empezo a escuchar pisadas.
¿Quien podria ser?
Ninguno de los dos sabian porque los habian citado ahi esa noche. Caminaron un rato largo para despues situarse entre mas escombros. Observo el rostro tenso de Arthur como se mezclaba con una dosis de malignidad, mas aun si pudiera ser. Le entro un poco de miedo, pero enseguida vio a Arthur acariciarle el pelo, transmitiendole calma. Arthur vio frente a él lo que alguien habria destruido elaboradamente.
Ninguno de los dos supo quien habia hecho tal cosa. Dalia interpreto un poco pero lo siguiente que hizo fue escapar de lo que interpreto a simple vista. Dalia huyo tras ver los mutilados cuerpos de las muchachas que se llevaba Arthur para torturar y violar. Dalia comenzaba a correr y a correr sin demorarse hasta que se vio atrapada en un callejon con la unica salida un pasillo poco alumbrado hacia la derecha.
Dalia espero cinco segundos a ver si venia Arthur pero nadie vino en su busqueda hasta que alguien la cogio del brazo, llevandola por el camino de la derecha. Era Arthur. Habia ido por otro camino. Anduvieron un rato y se volvieron a separar. Dalia caminaba y caminaba aburrida que en el momento que desperto de las musarañas, se habia perdido.
Empezo a escuchar pisadas.
¿Quien podria ser?
Dalia E. Wellsh- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 10/06/2015
Re: Fairy Dust [Libre]
No debes estar sola pequeña caperuza
Si solas estás, antes de la luna tú debes de correr
Y si te ves a ti misma no dudes en huir
Si solas estás, antes de la luna tú debes de correr
Y si te ves a ti misma no dudes en huir
El canto de una anciana en sueños le venía a una joven muy delgada que sobre una cama que parecía más heno juntado, apilado y cubierto con una sábana; ahí estaba aquella joven cuyos huesos se podían ver tras la piel, sus labios se movían lento un nombre salía de ellos “Abue...Abue” eran las palabras que tartamudeaba mientras se movía, al parecer una pesadilla era lo que sufría aquella pequeña loba que con un pequeño grito despierta, pensó ver todo claro como si los rayos del sol aun estuvieran en lo alto y el cansancio de la desvelada anterior la venció volviéndose a dormir.
El canto muerto de un búho la despierta completamente, eso junto al cantar de los insectos, al salir de su cama anda solo puesta una camisa blanca, parece más gris y con manchas rojas, camina por aquella casucha tropezando con todo lo que estaba solo lo hace en busca de algo que comer, un pedazo de carne que encuentra en la cocina, lo devora sin cocinarlo, el hambre le puede más, percibe su aroma y sabe que debe tomar un baño pero no quiere con el pensamiento de que igual se ensuciará al salir a la calle; a regañadientes de ella misma accede a tomar un baño.
Sale de aquellos bosques olvidados caminando rumbo a la ciudad pero sus pasos que son más tumbos como si danzara de locura se dirigen al lúgubre lugar conocido como la “morada de los fieles difuntos”, deambula por entre las tumbas de los que ahí intentan dormir, los va pateando y llamando entre risas a que salgan aquella noche. Está de buen ánimo porque el golpe que ha dado con sus secuaces ha sido todo un éxito y está a días de cobrar, por ello en su diestra lleva una botella de ron con la que invita a todas las almas a que festejen con ella; va dando saltos de alegría hasta que a lo lejos ve una sombra, deja la botella sobre una de las tumbas, junta las manos a la altura de sus labios y su voz suena en un grito grave.
-HEY TU, porque no vienes un rato y festejas con nosotros, vamos no te voy a morder o a despedazar, tranquilo- llama con sus manos riéndose.
No sabe que le ocurre a aquella persona y menos si está haciendo bien, su euforia es mayor que la razón o la lógica.
Invitado- Invitado
Re: Fairy Dust [Libre]
Alguien grita a lo lejos pues la pequeña hada perdida del cabello de fuego termina en confusion. No sabe que puede perderse que sin embargo logra causar a su receptir, Termina por descubrir que hay una salida al exterior de ese callejon sin salida, probablemente Arthur estará búscandola sin cesar pero ella esta en su mundo queriendo seguir aquella voz que cuando sale por la salida que encontró descubrió a una hermosa muchacha de cabellos castaños y ojos avellana.
Simula una leve sonrisa que la lleva al rubor pero está en la distancia aún observando a la desconocida la cual gritó con fuerza, probablemente la vio desde lejos, ella probablemente no sepa quien es la desconocida, tendría que hablar con ella probablemente. Sin embargo el temor de verse sola podría ser un problema, a ella y a Arthur le habian citado para algo de lo que desconocían. Probablemente para ver el montón de cuerpos muertos que vieron hace poco y que la hizo huir del lugar y volver a separarse de ella.
Bueno.
No tenía opción. Sus pies se movieron hacia la desconocida sin mas. Sujeto entre sus pómulos una sonrisa durante unos segundos hasta que llego hasta la desconocida. Sin embargo, Dalia era algo desconfiada al principio pues solo se quedó a una distancia pero no demasiado lejos de la morena - Hola - dijo sin emoción alguna, no confiaba en tanta alegría que pretendía empatizar la desconocida con la que estaba en ese momento. Dalia estaba segura de que Arthur llegaría hasta ella ahora o al día siguiente. Arthur sabía que no podía vivir sin ella, sin Dalia.
Dalia para Arthur era el aire que él respiraba porque Arthur daba a Dalia protección y calma a cambio de vírgenes que el aquelarre le proporcionaba. Dalia era para Arthur un pase a ser más malévolo. Dalia para Arthur era.... -¡AAAH!- Dalia gritó sin darse cuenta con las manos en cada oreja, como si se les fueran a caer de repente, comenzó a dar vueltas por las tumbas hasta que se tropezó y rompió una botella de Ron tras haber caido al suelo por accidente.
Simula una leve sonrisa que la lleva al rubor pero está en la distancia aún observando a la desconocida la cual gritó con fuerza, probablemente la vio desde lejos, ella probablemente no sepa quien es la desconocida, tendría que hablar con ella probablemente. Sin embargo el temor de verse sola podría ser un problema, a ella y a Arthur le habian citado para algo de lo que desconocían. Probablemente para ver el montón de cuerpos muertos que vieron hace poco y que la hizo huir del lugar y volver a separarse de ella.
Bueno.
No tenía opción. Sus pies se movieron hacia la desconocida sin mas. Sujeto entre sus pómulos una sonrisa durante unos segundos hasta que llego hasta la desconocida. Sin embargo, Dalia era algo desconfiada al principio pues solo se quedó a una distancia pero no demasiado lejos de la morena - Hola - dijo sin emoción alguna, no confiaba en tanta alegría que pretendía empatizar la desconocida con la que estaba en ese momento. Dalia estaba segura de que Arthur llegaría hasta ella ahora o al día siguiente. Arthur sabía que no podía vivir sin ella, sin Dalia.
Dalia para Arthur era el aire que él respiraba porque Arthur daba a Dalia protección y calma a cambio de vírgenes que el aquelarre le proporcionaba. Dalia era para Arthur un pase a ser más malévolo. Dalia para Arthur era.... -¡AAAH!- Dalia gritó sin darse cuenta con las manos en cada oreja, como si se les fueran a caer de repente, comenzó a dar vueltas por las tumbas hasta que se tropezó y rompió una botella de Ron tras haber caido al suelo por accidente.
Dalia E. Wellsh- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 10/06/2015
Re: Fairy Dust [Libre]
El viento de la noche que sopla constantemente entre las tumbas ajenas de los que yacían bajo varios metros de tierra, pero ahí estaba, con el canto de las aves nocturnas que sobrevuelan en busca de algo para comer, incluso algo que a pocos les daría nauseas. Pero, dentro de todo ello, estaba aquella que reía saltaba de dicha, acercándose con cautela al alma que recelosa se acercaba.
La sorpresa la toma completamente al ver la timidez con la que habla, no lo puede creer y por eso la observa curiosa y de manera incompresible, aquella no entiende a los demás y sus emociones tan rígidas y poco sociables, claro si pudiera no sería lo que es. Trata de calmar a la joven pero antes de poder decir algo esta sale corriendo chocándose con la botella de licor que se estrella contra la lápida estallando en miles de pedazos, dejando el contenido que se vierta sobre la tierra.
Tristeza es lo que siente al ver aquello, sus ojos se muestran como si fuera a romper en llanto, pero solo se tira al suelo de rodillas gritando a los cielos por una explicación sobre aquel hecho fatídico, se acerca a su extinta bebida rezando hacia ella, deseando en voz alta que encuentre un lugar de dicha y paz emborrachando a otros, ya que con ella no surte mucho efecto. Al ponerse de pie rasca su nuca mirando a la mujer riéndose
-De verdad eres un caso, acabas de matar a un licor joven que esperaba terminar la educación en “como dejar resaca a alguien como yo”- ríe más y su mirada cambia por una más sínica, la mira de pies a cabeza riéndose y relamiéndose como un lobo frente a una caperucita.
-¿Estás bien, verdad?- pregunta acercándose a ella -De ser así, dime ¿cómo me pagarás por haber matado a mi licor, eh?- extiende la mano a la mujer sonriéndole.[/font][/size]
La sorpresa la toma completamente al ver la timidez con la que habla, no lo puede creer y por eso la observa curiosa y de manera incompresible, aquella no entiende a los demás y sus emociones tan rígidas y poco sociables, claro si pudiera no sería lo que es. Trata de calmar a la joven pero antes de poder decir algo esta sale corriendo chocándose con la botella de licor que se estrella contra la lápida estallando en miles de pedazos, dejando el contenido que se vierta sobre la tierra.
Tristeza es lo que siente al ver aquello, sus ojos se muestran como si fuera a romper en llanto, pero solo se tira al suelo de rodillas gritando a los cielos por una explicación sobre aquel hecho fatídico, se acerca a su extinta bebida rezando hacia ella, deseando en voz alta que encuentre un lugar de dicha y paz emborrachando a otros, ya que con ella no surte mucho efecto. Al ponerse de pie rasca su nuca mirando a la mujer riéndose
-De verdad eres un caso, acabas de matar a un licor joven que esperaba terminar la educación en “como dejar resaca a alguien como yo”- ríe más y su mirada cambia por una más sínica, la mira de pies a cabeza riéndose y relamiéndose como un lobo frente a una caperucita.
-¿Estás bien, verdad?- pregunta acercándose a ella -De ser así, dime ¿cómo me pagarás por haber matado a mi licor, eh?- extiende la mano a la mujer sonriéndole.[/font][/size]
Invitado- Invitado
Re: Fairy Dust [Libre]
Golpeó la mano de un solo zarpazo con sus uñas rotas y destrozadas, siendo así que se ponía a la defensiva, sin dejar a cambio que la buena actitud ajena le empatizase, sin que esa broma de la joven le hiciera afecto alguno. Sin embargo se alejaba cada vez mas y mas, sujetándose la cabeza como si le fuera a explotar - ¡NNNOOO!! ¡AAAGGHH!! Lo siento! ¡Te he roto algo tuyo! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡¡AAAAGGH!! ¡NNOOO! –Supuestamente estaba gritando, sintiéndose culpable de lo que había hecho en esos momentos, simplemente estaba que no quería creérselo, quería no hacer nada, quería sentarse en algún lugar escondida por si quería quedarse quieta, pero no, pero no, no lo estaba, no estaba quieta, comienza a dar vueltas en el sitio, se agacha en su regazo, meciéndose, ocultándose en sus rodillas, ocultándose con los brazos sobre su cabeza, ocultándose de la muchacha que podría estar observándola.
- ¿Por qué me acercas la mano? – Pregunto sin tener sentido alguno - ¿Por qué? ¿Por qué? –Siguió preguntando incoherentemente, sin querer, ella misma comenzaba a quitarse su chaqueta que la cubría del frio, comenzó a rajar la ropa como podía, sintiéndose como atrapada entre esas ropas las cuales se las quita como si quemaran su piel, quitándose hasta la más extraña pieza de ropa quedándose solamente como ocultación su larga cabellera de fuego que le tapaba parte de sus senos cual Venus en su concha gigantesca - ¡AAh! ¡Hace frío! –Se abraza a sí misma, quería cubrirse con algo y comienza a correr pero tropieza en el suelo por su mera torpeza, sigue en el suelo, se hace una bola mostrando sin darse cuenta que mostraba más de lo normal, cualquiera podría tomarla por loca, insana, demente, esquizofrénica, fuera de lo normal y un grito de su garganta bastante poderoso como para tumbar hasta al enemigo más mortal, un grito de augurio de la muerte, un grito sepulcral que hicieron a los muertos revolotear en sus tumbas hasta incluso más allá de sus antecesores.
El aullido terrorífico acabó dejando silencio a su paso.
Dalia escupía sangre a la vez que su cuerpo se desvanecía tras el esfuerzo, tras después de lo que había hecho repentinamente. Solamente dos personas habían sido testigos. Ella misma y la otra joven cual se había quejado de la ausencia del fuerte licor del alcohol. Dalia estaba inconsciente, su cuerpo desnudo tendido en la fría piedra sin tener control de su cuerpo alguno. Ahí, como si fuera un cuerpo sin alma que se quedó a mitad de camino y nunca vinieron en su ayuda.
- ¿Por qué me acercas la mano? – Pregunto sin tener sentido alguno - ¿Por qué? ¿Por qué? –Siguió preguntando incoherentemente, sin querer, ella misma comenzaba a quitarse su chaqueta que la cubría del frio, comenzó a rajar la ropa como podía, sintiéndose como atrapada entre esas ropas las cuales se las quita como si quemaran su piel, quitándose hasta la más extraña pieza de ropa quedándose solamente como ocultación su larga cabellera de fuego que le tapaba parte de sus senos cual Venus en su concha gigantesca - ¡AAh! ¡Hace frío! –Se abraza a sí misma, quería cubrirse con algo y comienza a correr pero tropieza en el suelo por su mera torpeza, sigue en el suelo, se hace una bola mostrando sin darse cuenta que mostraba más de lo normal, cualquiera podría tomarla por loca, insana, demente, esquizofrénica, fuera de lo normal y un grito de su garganta bastante poderoso como para tumbar hasta al enemigo más mortal, un grito de augurio de la muerte, un grito sepulcral que hicieron a los muertos revolotear en sus tumbas hasta incluso más allá de sus antecesores.
El aullido terrorífico acabó dejando silencio a su paso.
Dalia escupía sangre a la vez que su cuerpo se desvanecía tras el esfuerzo, tras después de lo que había hecho repentinamente. Solamente dos personas habían sido testigos. Ella misma y la otra joven cual se había quejado de la ausencia del fuerte licor del alcohol. Dalia estaba inconsciente, su cuerpo desnudo tendido en la fría piedra sin tener control de su cuerpo alguno. Ahí, como si fuera un cuerpo sin alma que se quedó a mitad de camino y nunca vinieron en su ayuda.
Dalia E. Wellsh- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 10/06/2015
Re: Fairy Dust [Libre]
El grito de la joven la toma completamente anonadada, con los ojos abiertos y la expresión de su rostro de intriga que más que ello es una clara manifestación que dice “que demonios hago aquí” con la sonrisita irónica y los ojos abiertos ante tan demostración de locura; llevó la mano hasta su cabeza y con sus dedos dejó la expresión de locura que se dibujaba delante de la otra muchacha.
-Oye, enserio que preocupas ¿estas bien?- trata de acercarse pero la reacción desmedida que tiene la muchacha la asombra, jamás había visto ese tipo de comportamiento, se subió a una de las lápidas del cementerio, sobre aquella tumba sentada esperando a cuando el arrebato de locura de la loca aquella terminara, pero nada, seguía sin tener razón u hora de finalizar, apoyó su cabeza sobre sus manos cuyos codos reposaban sobre las piernas cruzadas en la posición que estaba sentad, un suspiró dejó escapar ante la pregunta que le hacía la mujer
-Y ¿por qué no hacerlo? Mi abuela me enseño que debo ayudar a las personas que pidan o parezcan necesitar ayuda, y tu eres el claro ejemplo de alguien que realmente necesita ayuda- antes de terminar de hablar observa con la boca desencajada de su mandíbula como la ropa comienza a volar por todo le lugar -Oye niña si quieres excitarme y terminar conmigo en la cama solo bastaba que pagaras con una botella de licor y unos besos tuyos, eso era todo- baja de su asiento mortuorio, frío y pálido, para acercarse a la joven.
El aroma a sangre y tierra mezclada le llama la atención, le toma a la mujer olfateándola -Eres un cadáver andante, y no digo a lo que es igual mi gemela, en tu caso, pronto dormirás en estos lechos de tierra y mármol frío- le toma del rostro dándole unas pequeñas bofetadas, algo suave, aunque su mano era algo pesada -Oye niña, niña me ves, trata de quedarte conmigo, me oyes, mira comienza a hablar pero sin gritar y despacio, ¿Qué coño tienes eh? O mejor dicho ¿Qué demonios te hicieron a ti muchacha?- le recorre el cabello acariciándole la frente sin dejar de verle el cuerpo, era una mujer y muy hermosa, algo que ella no dejaba pasar, aun eso estado de embriaguez.
-Oye, enserio que preocupas ¿estas bien?- trata de acercarse pero la reacción desmedida que tiene la muchacha la asombra, jamás había visto ese tipo de comportamiento, se subió a una de las lápidas del cementerio, sobre aquella tumba sentada esperando a cuando el arrebato de locura de la loca aquella terminara, pero nada, seguía sin tener razón u hora de finalizar, apoyó su cabeza sobre sus manos cuyos codos reposaban sobre las piernas cruzadas en la posición que estaba sentad, un suspiró dejó escapar ante la pregunta que le hacía la mujer
-Y ¿por qué no hacerlo? Mi abuela me enseño que debo ayudar a las personas que pidan o parezcan necesitar ayuda, y tu eres el claro ejemplo de alguien que realmente necesita ayuda- antes de terminar de hablar observa con la boca desencajada de su mandíbula como la ropa comienza a volar por todo le lugar -Oye niña si quieres excitarme y terminar conmigo en la cama solo bastaba que pagaras con una botella de licor y unos besos tuyos, eso era todo- baja de su asiento mortuorio, frío y pálido, para acercarse a la joven.
El aroma a sangre y tierra mezclada le llama la atención, le toma a la mujer olfateándola -Eres un cadáver andante, y no digo a lo que es igual mi gemela, en tu caso, pronto dormirás en estos lechos de tierra y mármol frío- le toma del rostro dándole unas pequeñas bofetadas, algo suave, aunque su mano era algo pesada -Oye niña, niña me ves, trata de quedarte conmigo, me oyes, mira comienza a hablar pero sin gritar y despacio, ¿Qué coño tienes eh? O mejor dicho ¿Qué demonios te hicieron a ti muchacha?- le recorre el cabello acariciándole la frente sin dejar de verle el cuerpo, era una mujer y muy hermosa, algo que ella no dejaba pasar, aun eso estado de embriaguez.
Invitado- Invitado
Re: Fairy Dust [Libre]
Los días pasan lentos y fríos en Europa, no hago más que tratar de recordar pasajes de mi vida mientras veo fijamente los atardeceres en el parque más cercano al mausoleo, me muevo desapercibida entre los vivos pues he aprendido a manifestarme completamente; generalmente los cantos de la noche y el viento son mi compañía, pero ahora, ahora sí que hacen alboroto los vivos.
-¿Quién perturba los sueños de los muertos?- lo dije en voz muy clara y fuerte mientras me manifestaba de entre las tumbas, mi traje rojo de terciopelo con encajes negros y escote en V parecían desafiar el duro clima de Paris.
Apenas logre ver la escena de una joven desmayada y a otra que intentaba reanimarla, camine hacia ellas, mientras el viento hace danzar mi cabello.
-¿Qué le ha pasado?- exclame con mucha curiosidad mientras ponía mis manos tras de mi e inclinaba mi cuerpo para poder ver mejor, note al instante que no tenía ropa y mire de reojo a la otra mujer.
-¿No eres humana? Que piensas hacer con este cuerpo, está muy desnutrido para un bocadillo.- me incorpore y me coloqué en una de las lapidas más cercanas con las piernas cruzadas.
-¿Quién perturba los sueños de los muertos?- lo dije en voz muy clara y fuerte mientras me manifestaba de entre las tumbas, mi traje rojo de terciopelo con encajes negros y escote en V parecían desafiar el duro clima de Paris.
Apenas logre ver la escena de una joven desmayada y a otra que intentaba reanimarla, camine hacia ellas, mientras el viento hace danzar mi cabello.
-¿Qué le ha pasado?- exclame con mucha curiosidad mientras ponía mis manos tras de mi e inclinaba mi cuerpo para poder ver mejor, note al instante que no tenía ropa y mire de reojo a la otra mujer.
-¿No eres humana? Que piensas hacer con este cuerpo, está muy desnutrido para un bocadillo.- me incorpore y me coloqué en una de las lapidas más cercanas con las piernas cruzadas.
Helli Von Goethe- Fantasma
- Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 14/11/2014
Localización : Francia
DATOS DEL PERSONAJE
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Datos de interés:
Re: Fairy Dust [Libre]
Ella estaba ahí puesta, donde nadie pudiera verla pero solamente una persona aquella joven la estaba sujetando entre su regazo y otra persona vio Dalia frente a ella, una mujer de cabellos oscuros y traje carmesí, dispuesta a estar sola pero no quería estar completamente sola. Deseaba el querer yacer junto a alguien, dejar de ser objeto de deseo magia o de todos. Ella era algo mucho más para como la trataban, el consejo, el aquelarre la trataba como simple objeto mágico por sus inmensos poderes mágicos. Deseaba entonces poder ser dueña de ella misma y así poder tener control de sus decisiones lo que ahora solamente, calmada y con su locura en barbecho, Dalia está dispuesta a descansar para despertarse en un nuevo día junto a su amigo Amycus quien era su guardián.
En aquel desolado lugar no estaba sola. Dispuesta estaba a encontrarse al más extraño ser pero estaba con aquella amable joven y ahora una señora - Ho-hola - Dijo Dalia recuperándose de su anterior locura, del ataque repentino que aconteció de repente rompiendo todo a su paso - Siento la botella de licor...siento romperla - se acurruco en los brazos de la primera mujer que se encontró en el cementerio y miro a la del traje carmesí - ¿Os perdisteis? - Quedándose con la curiosidad, pudo entrever un deje transparente entre las capas de la mujer de rojo - ¿Sos un fantasma? Soy bruja, puedo veros perfectamente - Término diciendo Dalia como si se tratase de una efímera síntoma de alguna alucinación.
Todo en ese instante se había convertido en silencio. El trio estaba en silencio hasta que Dalia estornudo realizando de su desnudez. Rápidamente busco sus ropas y se cubrió con lo que pudo pero no era suficiente. Sus senos se transparentaban y su figura renacentista se marcaba a través de la transparente gasa de seda. Estaba avergonzada. ¿Qué habría pasado entonces? No sabía, pero sentía su garganta reseca y dañada. Estaba acorde con el sentimiento de cual vergüenza, podría simplemente estar en paz con su locura interna – Quiero sexo ¿Quién me lo da? Quiero desnudar mi alma lo máximo que pueda –Dijo mirando a las mujeres que esa noche le acompañaban – Rozar nuestros cuerpos, aunque usted dama de rojo discrepo de si puede sentir algún que otro placer carnal –Dijo por inexperiencia – Digo, tendría que poseer un cuerpo para poder sentir aunque fuera un poco de polvo de hadas –Simplemente con eso lo dijo y beso a la muchacha del licor – Siento aun lo de tu licor, pero puedo darte otro más sabroso y dulce –dijo, posiblemente refiriéndose sobre su néctar.
En aquel desolado lugar no estaba sola. Dispuesta estaba a encontrarse al más extraño ser pero estaba con aquella amable joven y ahora una señora - Ho-hola - Dijo Dalia recuperándose de su anterior locura, del ataque repentino que aconteció de repente rompiendo todo a su paso - Siento la botella de licor...siento romperla - se acurruco en los brazos de la primera mujer que se encontró en el cementerio y miro a la del traje carmesí - ¿Os perdisteis? - Quedándose con la curiosidad, pudo entrever un deje transparente entre las capas de la mujer de rojo - ¿Sos un fantasma? Soy bruja, puedo veros perfectamente - Término diciendo Dalia como si se tratase de una efímera síntoma de alguna alucinación.
Todo en ese instante se había convertido en silencio. El trio estaba en silencio hasta que Dalia estornudo realizando de su desnudez. Rápidamente busco sus ropas y se cubrió con lo que pudo pero no era suficiente. Sus senos se transparentaban y su figura renacentista se marcaba a través de la transparente gasa de seda. Estaba avergonzada. ¿Qué habría pasado entonces? No sabía, pero sentía su garganta reseca y dañada. Estaba acorde con el sentimiento de cual vergüenza, podría simplemente estar en paz con su locura interna – Quiero sexo ¿Quién me lo da? Quiero desnudar mi alma lo máximo que pueda –Dijo mirando a las mujeres que esa noche le acompañaban – Rozar nuestros cuerpos, aunque usted dama de rojo discrepo de si puede sentir algún que otro placer carnal –Dijo por inexperiencia – Digo, tendría que poseer un cuerpo para poder sentir aunque fuera un poco de polvo de hadas –Simplemente con eso lo dijo y beso a la muchacha del licor – Siento aun lo de tu licor, pero puedo darte otro más sabroso y dulce –dijo, posiblemente refiriéndose sobre su néctar.
Dalia E. Wellsh- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 10/06/2015
Re: Fairy Dust [Libre]
Arqueando las cejas y poniendo en blanco los ojos le responde sin moverse de su sitio.
-¿Perdida? – una carcajada que podría erizar la piel de cualquiera deja entre ver una sonrisa en la fantasma.
–perdida yo, estos son mis dominios, eres tú la que inoportuna con tanto ruido, incluso los seres de la noche respetan más el descanso de los difuntos-
A Helli le disgusto en gran medida la suposición tan acertada de la hechicera, recordarle que no pertenecía mas a ese mundo de sensaciones y emociones, -Pero que atrevida eres – le dijo con un tono bastante serio mientras se movía de su sitio en la lápida, ya no tenía que fingir su corporeidad y dejo verse traslucida y flotando.
–Claro que puedo poseerlas, pero no me importan las pasiones carnales y mucho menos poseer un cuerpo y una mente tan trastornada como la tuya-
Diciendo eso la fantasma abrió sus brazos y los cerro con fuerza ocasionando ráfagas de viento frio dirigidas al cuerpo desnudo de la joven, se dejó ir en dirección a ellas, mientras las atravesaba y las azotaba el viento, los arboles comenzaron a desprender ramas secas que se lanzaban como pequeños proyectiles, ella estaba enojada, -¿así que quieres desnudarte en un cementerio?-
Su voz, se escuchaba en un eco mientras las aves nocturnas se alejaban del lugar –adelante saca tu insolente alma en éxtasis para que pueda adueñarme de tu cuerpo mágico, tal vez muero por azotar ese cuerpo tuyo contra las lapidas-
La fantasma se movía rapidamente alrededor de ellas y comenzaba a enfadarse , pero de golpe se detuvo, quería escuchar a la otra joven y no quería desperdiciar su ira con alguien que grita sin control por ahí sin saber que poderes tenia.
-Me llamo Helli- susurro mientras retomaba su lugar en la lápida donde comenzó su observación, cruzando las piernas traslucidas y sosteniendo su rostro con una manoy actuo como si nada hubiera pasado.
-¿Perdida? – una carcajada que podría erizar la piel de cualquiera deja entre ver una sonrisa en la fantasma.
–perdida yo, estos son mis dominios, eres tú la que inoportuna con tanto ruido, incluso los seres de la noche respetan más el descanso de los difuntos-
A Helli le disgusto en gran medida la suposición tan acertada de la hechicera, recordarle que no pertenecía mas a ese mundo de sensaciones y emociones, -Pero que atrevida eres – le dijo con un tono bastante serio mientras se movía de su sitio en la lápida, ya no tenía que fingir su corporeidad y dejo verse traslucida y flotando.
–Claro que puedo poseerlas, pero no me importan las pasiones carnales y mucho menos poseer un cuerpo y una mente tan trastornada como la tuya-
Diciendo eso la fantasma abrió sus brazos y los cerro con fuerza ocasionando ráfagas de viento frio dirigidas al cuerpo desnudo de la joven, se dejó ir en dirección a ellas, mientras las atravesaba y las azotaba el viento, los arboles comenzaron a desprender ramas secas que se lanzaban como pequeños proyectiles, ella estaba enojada, -¿así que quieres desnudarte en un cementerio?-
Su voz, se escuchaba en un eco mientras las aves nocturnas se alejaban del lugar –adelante saca tu insolente alma en éxtasis para que pueda adueñarme de tu cuerpo mágico, tal vez muero por azotar ese cuerpo tuyo contra las lapidas-
La fantasma se movía rapidamente alrededor de ellas y comenzaba a enfadarse , pero de golpe se detuvo, quería escuchar a la otra joven y no quería desperdiciar su ira con alguien que grita sin control por ahí sin saber que poderes tenia.
-Me llamo Helli- susurro mientras retomaba su lugar en la lápida donde comenzó su observación, cruzando las piernas traslucidas y sosteniendo su rostro con una manoy actuo como si nada hubiera pasado.
Helli Von Goethe- Fantasma
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Re: Fairy Dust [Libre]
Aquella voz que de improvisto aparece en medio de aquel campo mortuorio desolado le hace congelarse en aquel momento, sus manos alzadas como si demostrara que ella no hizo, por esta vez, nada de lo que se la pueda acusar; una muestra de su supuesta inocencia, aunque de eso habría que discutir mucho porque también tenía algo de culpa. Su actitud de aquel momento, con las manos alzadas, la cabeza gacha, tenía más la pinta de un perro siendo regañado, podía asumir las orejas en su cabeza y la cola entre las patas, sin moverse ni un centímetro de aquel lugar en el que estaba, aun cuando la otra joven se le pegaba sinuosamente .
Se lleva la mano al pecho donde su corazón late fuertemente, soltando un fuerte y ronco suspiro de alivio al ver al otro ente frente a las dos -Joder, que me has pegado un susto de muerte mujer- ríe sentándose en el suelo, uno tan habitual a ella; sus ojos bajan por el cuerpo expuesto de la mujer, siente que va a llorar por estar pensando en ello y no en su difunta botella que, en aquel momento, era lo que más le hacía falta, o al menos un cigarro para poder aplacar aquella bestia interna, su bestia interna.
La conversación se estaba yendo por otro rumbo, uno con tinte que aquella conocía muy bien y del cual comenzaba a disfrutar, recargó su espalda contra una de las lápidas mirando a la nueva mujer -Yo no he hecho nada, aún- mira a la atormentada bruja que vaga frente a ella -Tu deja de andar seduciéndome de esa manera, ten piedad de un alma que ha perdido a su amiga por histeria- finge un llanto que se vuelve en una risa.
El clima había cambiado a medida que se acercaba la verdad el momento, lo disfrutaba más que cualquier otro, pero su mente estaba divagando en tantas cosas, pero más que nada en algo que beber o fumar -Aquí nos hace falta mejor un poco de licor y unos cigarros, aunque lo que Helli dice suena tentador si lo unimos con la propuesta de la bruja, ya saben, ella le posee completamente, la lleva a la locura y calor extremo, pero sin matarla Helli eh, no te pases; y luego, bueno y luego yo puedo probar la esencia de alguien como Helli en el cuerpo de una desquiciada- alza los hombros restándole importancia -¿Cómo será estar con alguien que ya no es de este mundo? ¿Qué esencia tendrá?- les da la espalda a las mujeres pensando en sus propias divagaciones.
-Por cierto, soy Irén, un gusto a las dos, no humanas del todo- rie mirándolas sobre su hombro con la sonrisa lobuna y aquellos caninos mostrándose, no era alguien de paz ni tampoco de guerra pero si tenía que enfrentarse lo haría isn dudar y con mucho gusto, aunque tenga que romper la promesa a su abuela.
Se lleva la mano al pecho donde su corazón late fuertemente, soltando un fuerte y ronco suspiro de alivio al ver al otro ente frente a las dos -Joder, que me has pegado un susto de muerte mujer- ríe sentándose en el suelo, uno tan habitual a ella; sus ojos bajan por el cuerpo expuesto de la mujer, siente que va a llorar por estar pensando en ello y no en su difunta botella que, en aquel momento, era lo que más le hacía falta, o al menos un cigarro para poder aplacar aquella bestia interna, su bestia interna.
La conversación se estaba yendo por otro rumbo, uno con tinte que aquella conocía muy bien y del cual comenzaba a disfrutar, recargó su espalda contra una de las lápidas mirando a la nueva mujer -Yo no he hecho nada, aún- mira a la atormentada bruja que vaga frente a ella -Tu deja de andar seduciéndome de esa manera, ten piedad de un alma que ha perdido a su amiga por histeria- finge un llanto que se vuelve en una risa.
El clima había cambiado a medida que se acercaba la verdad el momento, lo disfrutaba más que cualquier otro, pero su mente estaba divagando en tantas cosas, pero más que nada en algo que beber o fumar -Aquí nos hace falta mejor un poco de licor y unos cigarros, aunque lo que Helli dice suena tentador si lo unimos con la propuesta de la bruja, ya saben, ella le posee completamente, la lleva a la locura y calor extremo, pero sin matarla Helli eh, no te pases; y luego, bueno y luego yo puedo probar la esencia de alguien como Helli en el cuerpo de una desquiciada- alza los hombros restándole importancia -¿Cómo será estar con alguien que ya no es de este mundo? ¿Qué esencia tendrá?- les da la espalda a las mujeres pensando en sus propias divagaciones.
-Por cierto, soy Irén, un gusto a las dos, no humanas del todo- rie mirándolas sobre su hombro con la sonrisa lobuna y aquellos caninos mostrándose, no era alguien de paz ni tampoco de guerra pero si tenía que enfrentarse lo haría isn dudar y con mucho gusto, aunque tenga que romper la promesa a su abuela.
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Re: Fairy Dust [Libre]
Irén parecía alguien difícil de controlar y muy peligrosa, esa confianza que demuestra solo me hace ser más cautelosa, pensando en ello ignore por completo la sensual plática que profería la bruja de cabello rojo, luego observe la simpática presentación de Irén y sonrío levemente para ambas.
Cuando volví a la realidad no podía dejar de pensar que era lo que quería la bruja tras esa petición de sexo, es que los brujos no son de fiar y menos en estas circunstancias.
- ¿A qué se debe tu sed por el placer mundano? ¿Qué pretendes? Responde y tal vez no te invada esa cabecita loca.
Me quedo quieta y a la expectativa de ambas mujeres, aunque Irén parece una visita casual en esta escena de brujería no puedo bajar la guardia.
Cuando volví a la realidad no podía dejar de pensar que era lo que quería la bruja tras esa petición de sexo, es que los brujos no son de fiar y menos en estas circunstancias.
- ¿A qué se debe tu sed por el placer mundano? ¿Qué pretendes? Responde y tal vez no te invada esa cabecita loca.
Me quedo quieta y a la expectativa de ambas mujeres, aunque Irén parece una visita casual en esta escena de brujería no puedo bajar la guardia.
Helli Von Goethe- Fantasma
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Re: Fairy Dust [Libre]
-Perdida me siento…demasiado….no sé qué me ha pasado. Mi clan ha sido bastante severo en producirme algún que otro episodio de locura en el que ahora he podido manifestar, pues no soy yo, no los hago a placer o por gusto propio de llamar la atención – Dijo la bruja con lamento en su voz – mi guardián me abandono y me dejo de lado cuando juro protegerme. Supuestamente soy alguien importante pero no lo creo ¿Quién quiere relacionarse conmigo cuando soy una loca desquiciada? –Mirando a ambas hablo y pronuncio aquellas palabras. Estaba persistente en que ella no tenía la culpa en nada realmente.
El momento entonces de aquella noche se volvió solitario y silencioso.
No sabía qué hacer. Observo a Iren – Yo me llamo Dalia –Dijo por si no lo dijo antes por su locura repentina que no dejo más que primeras y falsas impresiones al principio – Dalia Elisabeth Wellsh…-encogió los hombros, se apoyó contra una lápida de la cual salía hiedra muerta, decorando la lápida con sumo cuidado tétrico – hace frio pero tampoco quiero calor –encoge de nuevo los hombros, recostándose cada vez más y más sobre la lápida en la que estaba en ese momento.
Estaba aburriéndose de sobremanera. Observo a Iren y la estudio detenidamente. Una joven de ojos castaños y con cabellos desordenados mientras que cuando miro a Helli era esbelta y hermosa con aquel cabello largo y ondulado - ¿Y si me masturbo con un crucifijo? ¿Animaría algo la fiesta que aún no existe? –Pregunto de repente, sintiéndose nuevamente atraída por la idea de tener sexo, pero ningún gesto como los anteriores que hizo hace poco apareció en escena, estuvo solamente hablando y miró a Iren.
– En mi cripta puede que tenga Ron, montañas y montañas de Ron y puedes escoger la botella que más desees compensando la que rompí antes –sonríe para después cambiar el rostro hacia Helli – Allí podrás usar a las capturadas por mi amigo, podrás poseer algún cuerpo si lo deseas –Dijo con la sonrisa de par en par.
El momento entonces de aquella noche se volvió solitario y silencioso.
No sabía qué hacer. Observo a Iren – Yo me llamo Dalia –Dijo por si no lo dijo antes por su locura repentina que no dejo más que primeras y falsas impresiones al principio – Dalia Elisabeth Wellsh…-encogió los hombros, se apoyó contra una lápida de la cual salía hiedra muerta, decorando la lápida con sumo cuidado tétrico – hace frio pero tampoco quiero calor –encoge de nuevo los hombros, recostándose cada vez más y más sobre la lápida en la que estaba en ese momento.
Estaba aburriéndose de sobremanera. Observo a Iren y la estudio detenidamente. Una joven de ojos castaños y con cabellos desordenados mientras que cuando miro a Helli era esbelta y hermosa con aquel cabello largo y ondulado - ¿Y si me masturbo con un crucifijo? ¿Animaría algo la fiesta que aún no existe? –Pregunto de repente, sintiéndose nuevamente atraída por la idea de tener sexo, pero ningún gesto como los anteriores que hizo hace poco apareció en escena, estuvo solamente hablando y miró a Iren.
– En mi cripta puede que tenga Ron, montañas y montañas de Ron y puedes escoger la botella que más desees compensando la que rompí antes –sonríe para después cambiar el rostro hacia Helli – Allí podrás usar a las capturadas por mi amigo, podrás poseer algún cuerpo si lo deseas –Dijo con la sonrisa de par en par.
Dalia E. Wellsh- Hechicero Clase Alta
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Re: Fairy Dust [Libre]
Talló sus ojos con insistencia para ver si no estaba dentro un sueño; miraba incesantemente cambiando a cada una de las mujeres en silencio solo con los ojos que bailaban en cada una de ellas; sonrió a la fantasma asintiendo repetidamente conforme a las peticiones de la bruja como “agradecimiento” Con aquella miraba que ponía era como si rogaba a la otra que aceptara y pudieran pasar el rato y conocerse más a fondo.
Alza la mano izquierda acercándose a la bruja para abrazarla y más que nada para cubrir sus vergüenzas, que para sus ojos resultaban muy atractivos; trata de consolar a la pequeña bruja en un abrazo complaciente y protector, tan digno de su raza, aunque no faltada aquellas zarpas filosas que se clavaban en la carne trémula de aquellas hombros finos -Anímate muchacha no puedes vivir pendiente de un tipo que solo te usa como su muñeca o furcia privada, deberías pararte y seguir con tu vida, si, si estás medio loca pero ¿quién no lo está? Hasta yo estoy loca por mi bebida- ríe con aquellas manos que acarician los cabellos finos de la indefensa bruja.
Miró a la otra mujer llamándola con su cabeza a que se acerque a ellas -Apuesto que hasta Helli en su momento fue considerada como alguien loca, o no- con la ceja enarcada mira a la mujer sonriéndole -Sabes Dalia si por mi fuera iría con gusto por aquellas botellas, y no solo por ello, además ¿Por qué buscar un crucifijo cuando hay mejores cosas que hacer para que logres un orgasmo preciosa?- besa la nuca mirando la otra mujer para que aportara con algo a sus palabras.
Alza la mano izquierda acercándose a la bruja para abrazarla y más que nada para cubrir sus vergüenzas, que para sus ojos resultaban muy atractivos; trata de consolar a la pequeña bruja en un abrazo complaciente y protector, tan digno de su raza, aunque no faltada aquellas zarpas filosas que se clavaban en la carne trémula de aquellas hombros finos -Anímate muchacha no puedes vivir pendiente de un tipo que solo te usa como su muñeca o furcia privada, deberías pararte y seguir con tu vida, si, si estás medio loca pero ¿quién no lo está? Hasta yo estoy loca por mi bebida- ríe con aquellas manos que acarician los cabellos finos de la indefensa bruja.
Miró a la otra mujer llamándola con su cabeza a que se acerque a ellas -Apuesto que hasta Helli en su momento fue considerada como alguien loca, o no- con la ceja enarcada mira a la mujer sonriéndole -Sabes Dalia si por mi fuera iría con gusto por aquellas botellas, y no solo por ello, además ¿Por qué buscar un crucifijo cuando hay mejores cosas que hacer para que logres un orgasmo preciosa?- besa la nuca mirando la otra mujer para que aportara con algo a sus palabras.
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Re: Fairy Dust [Libre]
Helli no podía comprender los deseos carnales, la satisfacción o la necesidad, deseaba experimentar emociones y placeres pero los deseaba para ella, de una forma que no fuera la de otros. Poseer a alguien era mesclar su esencia con otro; podía sentir y escudriñar su mente, era , según fuera la persona, ensuciar su esencia o enriquecerla, una elección de sumo cuidado.
-Aunque soy un espectro y se supone tengo la eternidad para resolver mis penas, no deseo compartir mi esencia con ella –
Se detuvo por un momento y observo a la chica de cabello rojo.
- No eres tú, es eso que llevas dentro y que te contamina a lo que no quiero enfrentarme. -
Un suspiro que deje escapar mientras volví la mirada al suelo fue el detonante de una suave briza, camine como si fuera mortal pretendiendo esquivar las rocas y dejando que la maleza me rosara los tobillos, recogí mi vestido para no arrastrarlo -como si eso importara en verdad-, arregle mi cabello mientras avanzaba y las miraba de vez en cuando, como si pretendiera no distraerme para no tropezar, y mientras tanto esbozaba una leve sonrisa. Llegue hasta estar frente a Irén , la busque con la mirada hasta lograr que su rostro quedara frente al mío y me acerque hasta casi rozar sus labios, desvié mi rostro y le hable al oído mientras apartaba un poco a Dalia con mi mano derecha jalando sus cabellos hacia abajo.
-No deseo ensuciar mi naturaleza con cualquier cuerpo, para disfrutar del cuerpo puedo materializarme o hacer otras cosas …-
Lo dijo como si no le importara y jalo a Dalia, la empujo contra su pecho mientras su mano se movía al cuello de la chica y subía hasta sujetar fuertemente su rostro, mientras volvió la mirada a Irém, tan cerca que dejo ir un poco de aliento frio, con la mano libre acaricio gentilmente su rostro. Sonriente les envió un impulso de energía fantasmal directo al pecho de ambas, dejo correr esa energía entre ellas actuando como un conductor, atacando ese sistema nervioso que todo ser vivo posee, pero de una forma suave, tan suave que hace cosquillas.
La fantasma se muerde los labios mientras piensa en lo que les prepara a las ingenuas que quieren saborear a un espectro, pero luego se compadece de los deseos carnales que pretenden.
Helli pensó que ya era hora de darles lo que deseaban y llevo los estímulos de energía directo a esas partes que solo el buen amante sabe acariciar, estimulándolo cada vez más y más, era el momento en que cualquiera sentiría el deseo, el calor y el ímpetu de arremeter contra el amado. La fantasma retiro sus manos lentamente, se alejó dos, tres pasos, un poco más y se dedicó a observar, como si fuera un experimento del cual tomaría notas para divertirse más adelante.
Las observó por un momento, apenas les sonrio se desvanecio entre las lapidas, era para no importunar a quienes disfrutan de estar vivos, los muertos tienen su lugar y probablemente volveria a verlas si es que siguen rondando el cementerio.
-Aunque soy un espectro y se supone tengo la eternidad para resolver mis penas, no deseo compartir mi esencia con ella –
Se detuvo por un momento y observo a la chica de cabello rojo.
- No eres tú, es eso que llevas dentro y que te contamina a lo que no quiero enfrentarme. -
Un suspiro que deje escapar mientras volví la mirada al suelo fue el detonante de una suave briza, camine como si fuera mortal pretendiendo esquivar las rocas y dejando que la maleza me rosara los tobillos, recogí mi vestido para no arrastrarlo -como si eso importara en verdad-, arregle mi cabello mientras avanzaba y las miraba de vez en cuando, como si pretendiera no distraerme para no tropezar, y mientras tanto esbozaba una leve sonrisa. Llegue hasta estar frente a Irén , la busque con la mirada hasta lograr que su rostro quedara frente al mío y me acerque hasta casi rozar sus labios, desvié mi rostro y le hable al oído mientras apartaba un poco a Dalia con mi mano derecha jalando sus cabellos hacia abajo.
-No deseo ensuciar mi naturaleza con cualquier cuerpo, para disfrutar del cuerpo puedo materializarme o hacer otras cosas …-
Lo dijo como si no le importara y jalo a Dalia, la empujo contra su pecho mientras su mano se movía al cuello de la chica y subía hasta sujetar fuertemente su rostro, mientras volvió la mirada a Irém, tan cerca que dejo ir un poco de aliento frio, con la mano libre acaricio gentilmente su rostro. Sonriente les envió un impulso de energía fantasmal directo al pecho de ambas, dejo correr esa energía entre ellas actuando como un conductor, atacando ese sistema nervioso que todo ser vivo posee, pero de una forma suave, tan suave que hace cosquillas.
La fantasma se muerde los labios mientras piensa en lo que les prepara a las ingenuas que quieren saborear a un espectro, pero luego se compadece de los deseos carnales que pretenden.
Helli pensó que ya era hora de darles lo que deseaban y llevo los estímulos de energía directo a esas partes que solo el buen amante sabe acariciar, estimulándolo cada vez más y más, era el momento en que cualquiera sentiría el deseo, el calor y el ímpetu de arremeter contra el amado. La fantasma retiro sus manos lentamente, se alejó dos, tres pasos, un poco más y se dedicó a observar, como si fuera un experimento del cual tomaría notas para divertirse más adelante.
Las observó por un momento, apenas les sonrio se desvanecio entre las lapidas, era para no importunar a quienes disfrutan de estar vivos, los muertos tienen su lugar y probablemente volveria a verlas si es que siguen rondando el cementerio.
Última edición por Helli Von Goethe el Lun Abr 25, 2016 1:59 pm, editado 2 veces (Razón : me falto despedirme, gracias por aceptarme en la historia.)
Helli Von Goethe- Fantasma
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Re: Fairy Dust [Libre]
En un abrir y cerrar de ojos todo paso como si el cuervo oscuro con sus alas negras como la noche abriera dejándolas finalmente ver lo que había pasado. Ambas, por lo menos en este caso Dalia se encontraba en el suelo, a unos centímetros cerca de Iren, en el suelo después de aquella onda que las alejo de Helli.
El cementerio ahora lo tenían para ellas solas. Dalia, preocupada del acompañante que estaba cerca de ella, se acercó lo que pudo a Irén para poder tomarle el pulso con dos dedos en el cuello – Irén, Irén, despierta bella Irén –beso la coronilla de cabello oscuro de su nueva amiga – Iréeeeen, soooy el Rooonn….Vaaamoooos –Suspira y toco dos veces en la cabeza de Irén - ¿Hay alguien? –Pregunto con cierto aire cómico para apaciguar sus preocupaciones sobre el estado de su nueva amiga – Irén despierta –dijo nuevamente, preguntándose lo que se supone que es y que posiblemente ella misma lo estuviera malinterpretando.
Irén era su primera amistad que hacía.
Su “Guardián” el cual ya no estaba con ella cuando le necesitaba, solía capturar bellas jóvenes para que Dalia practicara también un poco de brujería sobre las mismas al mismo tiempo que su guardián violaba y hacía de las suyas con las jóvenes. Ambos eran un par de locos insanos que hacían lo que querían en las catacumbas. De a menudo se escuchaban sonidos extraños por las catacumbas, movimientos sombríos y risas destrozadas por la demencia de la locura.
Teniendo en cuenta de que no pensaba con claridad en ese momento después de lo que hubiera hecho Helli con ellas, Dalia acercaba sus labios hacia los de Irén para transmitir un poco de aire al cuerpo ajeno, intentando que reaccionara con leves manotazos en las mejillas de Irén, intentando que la misma despertara. No sabía si lograría deshacerse del coma inminente que observaba en la persona ajena.
Bueno, Ella nunca se encontraba con mucha gente que no fuera su guardián y los brujos que querían que ella misma se mantuviera preparada para lo que pudiera acontecer directamente en su destino. Si querían que ella fuera alguien con poder en el consejo, primero tendría que encontrar a su guardián, pero ahora mismo estaba pendiente de algo más importante, como por ejemplo, hacer que Irén se levantara.
– Vamos levanta me estas preocupando de sobremanera, no quiero que te juntes con esta gente tan poco animada –Dijo Dalia refiriéndose a los incorpóreos formas de vida llamados fantasmas.
El cementerio ahora lo tenían para ellas solas. Dalia, preocupada del acompañante que estaba cerca de ella, se acercó lo que pudo a Irén para poder tomarle el pulso con dos dedos en el cuello – Irén, Irén, despierta bella Irén –beso la coronilla de cabello oscuro de su nueva amiga – Iréeeeen, soooy el Rooonn….Vaaamoooos –Suspira y toco dos veces en la cabeza de Irén - ¿Hay alguien? –Pregunto con cierto aire cómico para apaciguar sus preocupaciones sobre el estado de su nueva amiga – Irén despierta –dijo nuevamente, preguntándose lo que se supone que es y que posiblemente ella misma lo estuviera malinterpretando.
Irén era su primera amistad que hacía.
Su “Guardián” el cual ya no estaba con ella cuando le necesitaba, solía capturar bellas jóvenes para que Dalia practicara también un poco de brujería sobre las mismas al mismo tiempo que su guardián violaba y hacía de las suyas con las jóvenes. Ambos eran un par de locos insanos que hacían lo que querían en las catacumbas. De a menudo se escuchaban sonidos extraños por las catacumbas, movimientos sombríos y risas destrozadas por la demencia de la locura.
Teniendo en cuenta de que no pensaba con claridad en ese momento después de lo que hubiera hecho Helli con ellas, Dalia acercaba sus labios hacia los de Irén para transmitir un poco de aire al cuerpo ajeno, intentando que reaccionara con leves manotazos en las mejillas de Irén, intentando que la misma despertara. No sabía si lograría deshacerse del coma inminente que observaba en la persona ajena.
Bueno, Ella nunca se encontraba con mucha gente que no fuera su guardián y los brujos que querían que ella misma se mantuviera preparada para lo que pudiera acontecer directamente en su destino. Si querían que ella fuera alguien con poder en el consejo, primero tendría que encontrar a su guardián, pero ahora mismo estaba pendiente de algo más importante, como por ejemplo, hacer que Irén se levantara.
– Vamos levanta me estas preocupando de sobremanera, no quiero que te juntes con esta gente tan poco animada –Dijo Dalia refiriéndose a los incorpóreos formas de vida llamados fantasmas.
Dalia E. Wellsh- Hechicero Clase Alta
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Re: Fairy Dust [Libre]
Lo que había ocurrido era algo que estaba fuera de lugar, un momento en que parecía más irreal así como las sensaciones que en la piel y el cuerpo sentía completamente. Los ojos la loba no podía creerlo tanto que sentía un frenesí, una euforia o un ataque de adrenalina como la que se siente al transformarse solo que ahora es más fuerte y de manera más electrizante que el poder de su amada luna.
¿Cuánto habrá pasado desde que terminó a merced de aquellas sensaciones? Minutos, horas, quien sabe realmente, solo podía oír una voz lejana que trataba de traerla de nuevo a la realidad olvidándose de las sensaciones que aun corrían por su cuerpo ; abruptamente se sentó como un buen cachorro salvaje con ojos desorbitados que miraban hacia la oscuridad donde el viento soplaba con más fuerza -WOOOOOOOW eso fue fantástico- comenzó a aplaudir por unos segundos para luego mirar sus manos, sus dedos se movían, se abrían y cerraban como si no lo sintiera real nada de aquello -Otra otra otra. Eso estuvo fuera de este mundo. WOOOW que genial- mira a la bruja tomándole las manos entre las de ella -No lo crees, acaso no fue eso algo extraordinario- antes de que le conteste se puso de pie saltando sobre una de las lapidas con sus manos cerrándose sobre sus labios para aumentar su voz -Oeeee Helli eso fue asombroso, que tal si un día nos encontramos para mostrarnos nuestras habilidades más ocultas, hiciste que hasta mis sentidos se mueran, la piel se me puso chinita, y mi sentido de peligro me hizo perder- ríe bajándose para ver a la bruja sonriéndole
Se acerca a ella sentándose en el suelo aguardando a que su corazón se desacelere de tanta emoción -Y bueno, Dalia, que hacemos ahora. Aun me debes una botella de ron- juega con uno de los mechones de la jovencita enredándole entre sus zarpas riendo de oreja a oreja con simpatía.
¿Cuánto habrá pasado desde que terminó a merced de aquellas sensaciones? Minutos, horas, quien sabe realmente, solo podía oír una voz lejana que trataba de traerla de nuevo a la realidad olvidándose de las sensaciones que aun corrían por su cuerpo ; abruptamente se sentó como un buen cachorro salvaje con ojos desorbitados que miraban hacia la oscuridad donde el viento soplaba con más fuerza -WOOOOOOOW eso fue fantástico- comenzó a aplaudir por unos segundos para luego mirar sus manos, sus dedos se movían, se abrían y cerraban como si no lo sintiera real nada de aquello -Otra otra otra. Eso estuvo fuera de este mundo. WOOOW que genial- mira a la bruja tomándole las manos entre las de ella -No lo crees, acaso no fue eso algo extraordinario- antes de que le conteste se puso de pie saltando sobre una de las lapidas con sus manos cerrándose sobre sus labios para aumentar su voz -Oeeee Helli eso fue asombroso, que tal si un día nos encontramos para mostrarnos nuestras habilidades más ocultas, hiciste que hasta mis sentidos se mueran, la piel se me puso chinita, y mi sentido de peligro me hizo perder- ríe bajándose para ver a la bruja sonriéndole
Se acerca a ella sentándose en el suelo aguardando a que su corazón se desacelere de tanta emoción -Y bueno, Dalia, que hacemos ahora. Aun me debes una botella de ron- juega con uno de los mechones de la jovencita enredándole entre sus zarpas riendo de oreja a oreja con simpatía.
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