Abraxas, el negrero.

Nombre: Abraxas.
Edad: 25 años aparentes | 50 años reales
Ocupación: Traficante de esclavos y especias
Especie: Cambiante cánido.
Tipo de clase social o cargo: Clase Media (aunque la sociedad lo trata como escoria, por ser bastardo y traficar esclavos)
Orientación sexual: Heterosexual.
Lugar de Origen: Alguna región del Sacro Imperio Romano Germánico.

► PODERES/HABILIDADES:
→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.
→ Atributos: Longevidad. Sus demás atributos dependen de los animales en que se transforma. Los cambiantes no pueden convertirse en varios animales que no tengan nada en común entre sí, pueden transformarse hasta en tres animales distintos siempre y cuando pertenezcan a la misma familia de animales.
→ Transformación: Habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. Cuando el cambiante está en su forma transformada aumenta un 50% su potencia física.
→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.
→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros cambiantes o licántropos cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida y su característico olor.
→ Fortaleza: Capacidad de resistencia extrema al dolor físico.
→ Telepatía y comunicación con los animales: Habilidad para comunicarse con otros cambiantes por medio de la mente (cuando están transformados) y con otros animales que no sean parte de su raza (incluidos los Licántropos). Funciona únicamente a cortas distancias.
→ Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.

De armas tomar, determinado y testarudo. Difícil que suelte algo que se le ha metido en la cabeza. No importa cómo, lo logrará. Aunque generalmente no se le ocurren cosas descabelladas de alcanzar.

Fuma para controlar su ansiedad y también para pensar. El alcohol también le gusta, pero no bebe demasiado porque no le gusta perder el control sobre sus actos.

Bastante bueno para decir groserías y maldecir, ya sea frente a un pobre diablo o ante un rey. Es como se expresa: crudo y sin filtro. Característica que lo hace decir las cosas tal como las piensa, porque es perder el tiempo darse rodeos.

Procura mantener su imagen fuerte e invencible frente a los esclavos que trafica y también frente a los demás comerciantes, pero es muy consciente de su insignificancia, sobretodo cuando se llevan varios años de experiencia en el negocio. Por lo demás, sabe de la existencia de los demás seres sobrenaturales, con los cuales trata con precaución.

Le gustan las riñas y las peleas callejeras. Romperle la nariz a uno que otro sujeto es bueno para la salud. Lo necesita para sentirse vivo, pero además para medirse y progresar. Siempre puede venir alguien más capaz que tú para tomar tu lugar, y es eso precisamente lo que quiere evitar.

Se suaviza con los ancianos y con las mujeres cuando la ocasión lo requiere, pero no con los niños. Se ve a sí mismo reflejado en su infancia y piensa que si a él le sirvieron los golpes, a los demás también les serán de utilidad.

No piensa casarse nunca y no le importa morir joven. Dos señales de que no tiene miedo de perderse en el camino que ha construido. Formalizar algo sería imponerse a sí mismo problemas y preocupaciones. Si no tienes nada, tampoco tienes nada que perder. Lo cual no quiere decir que se deje pisotear; eso jamás.

Pocos detalles se pueden contar sobre los orígenes de este estropajo. Basta con decir que fue concebido como resultado de un adulterio entre dos amantes. El plan de ambos era escapar juntos, pero a uno de ellos se le ocurrió hacer una tontería: ser honesto. Así fue que el hombre reveló el secreto de su naturaleza a la mujer, quedando ésta horrorizada ante tal confesión. Hubo súplica de una de las partes para continuar, pero la fémina fue reacia, y dio por finalizado el romance. Nunca más se supo del cambiante.

Poco tiempo después, la mujer se dio cuenta de que estaba embarazada. Una noticia nefasta, pues su marido hacía más de dos años que se encontraba viajando por negocios. Tenía que deshacerse de la criatura. Intentó por todos los medios posibles, pero ninguno surtió efecto. Resignada, no tuvo más remedio que esperar. Así que fue lo más ligera de equipaje que pudo y partió al campo para pasar los últimos meses. Finalmente parió un varón, al cual ni siquiera miró. Dejó que la partera se lo llevara y lo hiciera desaparecer. Nunca más supo del recién nacido, ni él de ella.

¿Adónde fue a parar? Suficiente es resumir que durante sus primeros días pasó de mano en mano hasta detenerse en las manos de un traficante de esclavos llamado Cornelius, quien se lo encargó a una de las negras para que lo criara. Eligió a la negra Karime, pues había perdido a un lactante hacía poco, y tenía los pechos hinchados de leche. No le pusieron nombre al niño, pues él tendría que ganárselo.

Apenas pudo ponerse en pié y comprender en cierta medida lo que pasaba a su alrededor, la negra Karime le enseñó que su vida sería dura y que no lo tomarían en cuenta por ser bastardo y pobre, por lo que tendría que hacerse un lugar a punta de golpes. Tenía miedo al principio, pero Cornelius se cansó de esa actitud y lo encerró toda la noche en una jaula, junto con el más fuerte y bravucón de los esclavos. Al día siguiente, vieron que el hombre estaba muerto, y el niño seguía con vida, intacto. Felicitaron al muchacho, que parecía estupefacto con lo que había hecho. Celebraron su conversión en hombre y lo llamaron Abraxas, pues un imberbe asesino no podía representar sino al bien y el mal.

Lo que no sabían es que la noche anterior un milagro o maldición había acontecido: el esclavo había provocado al chico con amenazas hacia a Karime, lo que generó en él una rabia a tal nivel que se desencadenó la primera de sus formas: un lobo. Sin conciencia alguna, se abalanzó sobre el sujeto, y con el hocico le dio muerte en su garganta.

Pero la negra Karime inspeccionó el cuerpo del difunto y se dio cuenta de que aquella era una mordida canina, no humana. Conocedora de la existencia de los cambiantes, se dirigió a Abraxas y le aleccionó sobre las responsabilidades que conllevaba alguien de su especie. Que no podía ir por ahí mostrándose, que debía mantenerlo en secreto, porque más de alguno querría lastimarlo, y no importaría si era buena o mala persona. Abraxas asintió.

Para pasar inadvertido, el muchacho aprendió a pelear como un humano, luchando esclavos adolescentes y luego con adultos. A veces llamaba la atención por la fuerza desmedida que salía de sus puñetazos y patadas, pero la atribuyeron a un arduo entrenamiento.

Cuando Abraxas se convirtió en adolescente, un raro virus de apoderó de los esclavos, matando a la mitad, incluyendo a la negra Karime. Antes de morir, le advirtió al muchacho que no descuidara su espalda, sobretodo frente a los más cercanos. Cumpliéndose su vaticinio, tres días después, cobardemente Cornelius trató de matar a Abraxas apuñalándolo por la espalda, pero éste percibió su presencia y pudo esquivar su ataque. Cornelius estaba cegado por el miedo a perder su negocio, su poder y su vida a manos de alguien más joven. Pero eso no bastó para perdonarlo. Convencido de que no podría vivir en paz con Cornelius dando vueltas libremente, Abraxas le puso fin a su vida con su propia daga. Le dijo a los demás que se había suicidado, cosa convincente, considerando que se trataba de su propia arma y que además ya estaba viejo para controlar a los esclavos. Así, Abraxas se hizo de la daga de plata que Cornelius planeaba usar para asesinarlo.

Desde entonces se ha dedicado al negocio que Cornelius dejó, defendiéndolo con garras y dientes. Se abrió al rubro de las especias y se instaló en París para vender esclavos en el mercado.

• Suele tener pesadillas.
• Se tatúa como manera de registrar su historia.
• Siente simpatía por las prostitutas: ellas se ganan la vida de manera poco honorable, al igual que él.
• Cuando quiere asesinar o luchar a muerte, se transforma en lobo. Cuando quiere pasar entre multitudes pasando inadvertido, se transforma en Rottweiler. Y finalmente, cuando quiere ocultarse o necesita entrar en lugares de acceso reducido, se transforma en Fénec.