AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Liricas venenosas — Logan Tisdale
2 participantes
Página 1 de 1.
Liricas venenosas — Logan Tisdale
Entre las calles de parís se corrían los rumores que los inquisidores de la santa madre iglesia habían llegado para dar cacería a ciertos “impíos”, las iglesias estaban llenas de feligreses que rezaban y pedían perdón por sus pecados, toda una treta pues entre las mismas filas de los inquisidores hay algunos que no creen en el dios para el que trabajan, solo ven un negocio de tráfico de influencias lo que les ayudaba a moverse por todo el mundo. Un nido corrupto, como una serpiente sisea por los mismos pasillos del vaticano, porque siempre son misiones dobles lo que le aguardan a ella, y ahora había pasado toda su tarde tras la pista de ciertos “indeseables” personajes cuya vida ya paso a las listas negras de la inexistencia, esa mujer cuya intención realmente era avisarles a los “sentenciados” del plan de la iglesia.
Entre los zapatos de tacón bajo, un vestido negro como su alma cubierta por una capa igual de negra en donde se podía ver a través de la abertura, colores oscuros que contrastaban con la piel pálida de aquella víbora, sus labios rojos y aquellos ojos claros como un agua y el cielo despejado que ocultan las tormentas y corrientes bravías; escondida de todos ingresa a aquella mansión, por horas se queda ahí ¿por qué tanto tiempo? Porque llegaba para explicarles el plan de ellos y como evitarlos y a cambio de que ella daba la información, todo se redujo a la propiedad, tendría aquella mansión para ella para hacer lo que le venga en gana y era lo que necesitaba algo de vida para estafar a cuanto jovencito ricachón se le ponga delante con las mascaras y teatros bien aprendidos por aquella víbora venenosa.
La noche llegó abrazándola en su nueva mansión una que no duraría mucho tiempo, al menos hasta después de que regresen a Italia y la tenga que vender a buen precio, una carta le ha llegado ¿cómo saben los inquisidores dónde está ella? Siempre lo saben aunque no saben sus planes –Así que hay guardia en los bosques y me toca estar ahí para la cacería de lobos, patético– molesta y enfurecida abandona su refugio. Las horas le abarcan cuando llega a su destino, y no, no es el bosque sucio y húmedo, es uno de los restaurantes de la ciudad donde sabía que se reunían algunos de sus “colegas” para discutir ciertos “trabajos” pero al llegar observa desde una de las mesas que todos lo que estarían en el bosque estaban ahí bebiendo y celebrando “malditos bastardos querían tenderme una trampa, ya verán”.
La máscara de la ira se muestra que con frialdad sale del lugar dispuesta a matar a sus compañeros con su veneno, pero antes debía encontrar un seguro para ella, alguien al que pueda utilizar como coartada para no levantar sospechas, al menos si es que su plan realmente daba resultado o terminaba en un buen susto; buscando entre los comensales ni uno le llama la atención hasta que ve a alguien que puede ser aquello que estaba buscando y que le serviría de mucho, al menos por esa noche.
Última edición por Iris D. Burn el Vie Feb 05, 2016 6:06 pm, editado 1 vez
Iris D'Aramitz- Condenado/Cambiante/Clase Media
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 27/05/2014
Re: Liricas venenosas — Logan Tisdale
"Tiene la apariencia de una flor inocente;
pero sé la serpiente que acecha debajo"
William Shakespeare
pero sé la serpiente que acecha debajo"
William Shakespeare
París, aquella ciudad en la que llevaba residiendo ya casi ocho años. Había decidido irme de Escocia tras la pista de un libro de vital importancia para mí investigación. Las pistas me habían llevado hasta la capital Francesa en donde, seguramente, encontraría el libro que estaba buscando.
Un libro que estaba siendo difícil de encontrar… un libro que tendría todas las respuestas a las preguntas que, desde la muerte de mí padre, me habían casi carcomido por dentro.
Era un libro del que poca gente sabía su existencia. Ni siquiera los hechiceros más sabios de Escocia, incluido mi abuelo, sabían de su paradero exacto… o del inmenso poder que escondía entre sus páginas. Debía de encontrarlo, como fuera, y al precio que fuera. Podía ser la solución para algo que me había marcado hacía tiempo; la muerte de mí padre.
Gracias a que tenía memoria eidética, cada cosa que veía, que escuchaba, o que leía quedaba registrada y guardada en mi memoria. Una utilidad muy buena a la hora de aprender hechizos, pociones y diferentes tipos de hierbas. Algo que me había ayudado durante toda mí vida… algo que, también, había marcado un trágico suceso hacía años.
Ni siquiera mi abuelo, en aquella habitación secreta, tenía nada que pudiera darme alguna pista del libro. Solo tenía alguna que otra página, pero nada más. Tenía que encontrar ese libro y así sabría, al fin, cómo había condenado a mi padre a la muerte.
Había recurrido incluso a los bajos fondos de la ciudad para ver si alguien conocía a sabía de alguna pista, pero no había sido así. Miré la carta que tenía encima del escritorio y di un golpe en la mesa, molesto por todo aquello. Había pedido que revisaran de nuevo la habitación que tenía mi abuelo escondida en el castillo, y del que nadie sabía que existía. Pero no habían encontrado nada que pudiera servirme. Me llevé casi todos los libros, pero tenía la vana esperanza de que hubiera algo escondido que aún nadie, incluido yo, había visto. Chasqueé la lengua, al parecer no era mí día de suerte.
-Señor Tisdale –Fritz entraba con una bandeja depositándola en el escritorio. Había sido un fiel y digno siervo de mí abuelo, cuando este era Conde. Luego pasó a mí padre y por último a mí, cuando mi padre dejó todo preparado para que fuera Conde. Desde entonces había permanecido conmigo y sin dudar me había seguido hasta Francia- El señor D'aramitz me ha informado de que tiene todo listo para mañana –dejó lo que llevaba en el escritorio y la retiró guardándola al mismo tiempo que me miraba, esperando algo de mí parte.
-Muy bien Fritz, tenlo todo preparado para mañana por la noche. Ya sabe el pago de lo que ha pedido, ¿no es cierto? –cogí la taza que había dejado y me tomé el contenido. Sopa. Caliente. Le miré alzando una ceja.
-Sí señor, me ha informado de que mañana tendrá todo listo. Y que desea que todo salga como la última vez –sonreí de lado, sabiendo que sería así. Había encontrado una especie de ‘negocio’ en el que ayudaba a los demás, solamente si la cantidad era cuantiosa y… sacaba algo de provecho en ello. No sólo se trataba de dinero –que me sobraba- sino que también hacía negocios con otros objetos de gran valor.
Tras terminar con la taza y dejándome solo de nuevo decidí dar una vuelta por la ciudad. No me gustaba demasiado estar rodeado de tanta gente, pero a veces uno se podía encontrar con cosas muy… interesantes. Si sabías dónde debías de meterte podías encontrar mucha información sin preguntar a nadie, solamente observando el lugar. Algo que se me daba muy bien y que, con la memoria que tenía, era mucho mejor.
Salí de aquella mansión a las afueras de la ciudad, donde podía retirarme con tranquilidad, estudiar y seguir practicando con la magia, y me fui hacia la ciudad. Había aprendido que si sabías escuchar bien y en el lugar adecuado podías sacar una mina de información. Aquella noche decidí visitar una de las cafeterías donde había visto algún que otro intercambio. En los bajos fondos de la ciudad se movían toda clase de reliquias, artefactos y demás que uno podría llegar a imaginar. Por lo que fui derecho, sentándome en uno de los sitios más alejados pero de cara siempre a la puerta.
Ahí estaba, todo era tal cual lo había imaginado, incluso había gente que se sentaba en el mismo sitio de siempre. Ser Hechicero tenía sus ventajas, claro está. Podía distinguir perfectamente el aura de todos y cada uno de los que estaban allí sentados, la variedad de colores que percibía de cada uno de ellos me decía mucho más de lo que ellos querrían saber en un principio. Así era fácil de identificar a lobos, vampiros, hechiceros… cambiantes.
Como aquella mujer vestida totalmente de negro que hacía resaltar su pálida piel aún más, sus labios rojos cual carmín… La contemplé durante unos segundos, dándome cuenta de que no la había visto jamás por aquel lugar. Aunque tampoco le presté mayor atención, aunque no lo aparentaba, estaba pendiente de un par de hombres sentados cerca de donde estaba, porque por su tema de conversación… podía sacar beneficio.
Logan Tisdale- Hechicero/Realeza
- Mensajes : 275
Fecha de inscripción : 16/12/2015
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Liricas venenosas — Logan Tisdale
La noche era perfecta para ejecutar cualquier clase de plan, solo hacía falta la motivación perfecta y que mejor que la explosiva venganza, aunque en noches como estas siempre faltaba algo que logre encender esa chispa del polvorín, y ahí estaba el combustible que cualquier persona necesitaría, aunque como aquella pelirroja no se podía valorar de la misa forma, pues su gustos varían tanto como las máscaras que muestra cada noche a sus víctimas; el viento mecía e hilaba notas oportunas, al menos lo primero lo había logrado sin mucho esfuerzo, llamar su atención. Lo siguiente sería aún más fácil, y más con aquellos ojos oscuros como la noche contra los claros de la tempestad, habría un duelo y no solo de palabras, aunque fueron las primeras invitadas de la noche.
Se acercó a la mesa del joven ocultando su presencia de los demás congregados en aquel lugar sobre todo de aquellos que estaban cerca a la mesa de quien se volvería su coartada, sus manos delgadas y finas junto a aquella sonrisa de fingida amabilidad es lo primero que profirió contra aquel hombre, una sonrisa donde se muestra los dientes blancos y bien cuidados, aunque en el fondo de ella está deseando mostrarle los otros dientes que oculta bajo la piel; la ceja la enarca algo incrédula, pero era por la diversión que está ganándose, aquel extra a su plan. La mirada la encamina directo a los ojos del hombre mostrando que no es como otras jovencitas tímidas que se dejan intimidar por cualquiera, es un claro desafío al dejar que su lengua apenas se asome entre los labios –Espiar conversaciones ajenas no está bien visto en esta sociedad, pero ¿Quién soy yo para decirlo?– una risilla suelta dejó en el ambiente.
Suave movimiento que crece en la mesa contigua, a la que incluso ella vigilaba, la sonrisa se asienta más sobre los labios de la mujer que se sostiene con fuerza de la silla de aquella mesa a la que había invadido –Esos hombres son peligrosos, pero más peligro hay en lo que haces, si ellos se enteran que estas escuchando su conversación no dudarán en matarte, pero, que lo hagas muestra una falta de educación, y a la vez es algo interesante porque demuestra que no eres alguien común como pensé, creo que podrás ser de mucha utilidad ahora y en un futuro, todo dependerá de las cartas que quieras jugar en la partida y lo que estés dispuesto a hacer por conseguir aquello que tanto quieras– La mirada se clava directo a sus ojos, no pestañea ni la mueve, más el sonido de pasos acercándose por donde estaban la obligan a tomar asiento sin pedir permiso, sonriendo como si fueran ambos conocidos.
Oculta su rostro cuando uno de sus “colegas” ha pasado tras ella, pero no deja de seguirle con la mirada sonriendo, una sonrisa tan característica de ella, el puro interés que desborda cuando mira al joven –Y bien, que estás dispuesto a apostar por saber todo lo que ellos hablan, por conocer los secretos de aquellos inquisidores, porque asumo que sabías que ellos son expertos en matar a gente como tú, como yo, y como otros que rondan por aquí–la máscara de la muerte aparece, la primera de todas junto a la ira que la gobierna y por ello no dudará en traicionar a aquellos que la querían muerta .
Iris D'Aramitz- Condenado/Cambiante/Clase Media
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 27/05/2014
Re: Liricas venenosas — Logan Tisdale
Decir que estaba pendiente de la conversación ajena era algo difícil de adivinar dado que, realmente, no se notaba que los estuviera espiando. Más bien daba la sensación de que estaba sentado allí tranquilamente, observando la gente que había en la cafetería, como un cliente más. Tenía el lugar controlado ya que era algo que solía hacer nada más llegar al sitio, elegía el mejor lugar con las mejores vistas donde pudiera controlarlos a todos, lo estudiaba meticulosamente… aunque con tan sólo una mirada se quedaría grabado en mí retina, y en mí memoria. De forma permanente dándome una ventaja que dudaba que muchos allí tuvieran. El más mínimo cambio era notado al instante, y eso era lo más importante.
Sabía de sobra la clase de personas que había allí, y ninguna de ellas me preocupó. Ni presté especial atención a los que había allí… hasta que una de ellas comenzó a acercarse hacia donde estaba. Era la cambiante, la mujer que había visto entrar vestida totalmente de negro, haciendo que su tez pálida, su cabello rojizo y sus ojos azules resaltaran en contraste. Sentí su mirada en mí y me la quedé observando mientras se acercaba preguntándome qué sería lo que un cambiante podría querer de mí. Dudaba que supiera realmente a lo que me dedicaba, aunque me gustaba su desafío; no había apartado la mirada desde que se había cruzado con la mía, y eso hizo que ladeara mi sonrisa.
Enarqué una ceja por sus palabras al tiempo que me reía entre dientes por las mismas. La había creído más inteligente que soltarme aquello de primera mano, ¿no podría pensar que no dejaría que nadie supiera lo que estaba haciendo? Si sabía que estaba escuchando, aunque no lo pareciera, debería de saber también con qué clase de hombre estaba tratando. Terminé por soltar una risilla viendo como apoyaba sus manos en la silla al tiempo que me inclinaba un poco hacia adelante, para no alzar demasiado la voz.
-Esos hombres peligrosos, como tú dices, deberían de tenerme más miedo a mí de lo que yo pudiera tenerle a ellos –entrelacé mis manos -Al igual de peligroso que es exponerme a lo que estoy haciendo, e igual de temerario el que vengas a comentármelo –ladeé mi rostro ante sus palabras de que podría ser de ayuda, dependiendo de las cartas que quisiera tomar -Querida, soy mi propio juego… y yo reparto las cartas. ¿Piensas que haría algo así de fácil y sencillo? –Me reí entre dientes -Quizás pueda serte de ayuda pero tengo un lema para esas cosas, y no suelo ofrecer mi ayuda a no ser que la recompensa merezca realmente la pena. “Quid pro quo”
La observo en todo momento estudiando sus movimientos y sus reacciones, y en ello me puedo fijar claramente que no es la única que está evitando que la descubran. En mí caso estaba fingiendo no escuchar la conversación, y ella no quería que supieran que estaba allí. Su forma de sentarse y su manera de vigilar y controlar a la gente es tan obvia que me hace reírme echándome hacia atrás. Estaba perdiendo parte de la conversación… pero me estaba divirtiendo por otros lados. Con sus últimas palabras pone en la mesa todas las cartas, haciéndome ver realmente lo que quiere.
Sentada frente a mí sabía de sobra lo que era, ella y el resto de los que había en la cafetería. Para un hechicero es fácil adivinar la naturaleza de cada uno, más aún cuando se tocaba la magia negra… con ella podía sabe secretos ocultos que, a simple vista, pasarían desapercibidos. Doy un ligero vistazo a la mesa que había captado mi interés fijándome en los hombres, pensando qué podría querer una mujer como ella saber de ellos.
-Para que te conteste a eso, primero, debes de decirme qué gano yo con todo esto. Estoy tan al tanto o más que tú de lo que son capaces esos hombres –me había movido demasiado en los bajos fondos, y había gente mucho peor que ellos -Apostaría que por tú forma de esconderte de ellos, de aparentar que somos conocidos de toda la vida, y por sus secretos… diría que, o quieren algo tuyo…o te quieren a ti. –Hice una leve pausa, examinándola –En cualquiera de los dos casos es algo que no me importa en absoluto, por lo que, si quieres saber algo tendrás que darme algo a cambio. No trabajo gratis. ¿Qué puedes ofrecerme que… llegue a interesarme? Si es dinero, olvídalo. No me interesa ese tipo de… pagos.
Sabía de sobra la clase de personas que había allí, y ninguna de ellas me preocupó. Ni presté especial atención a los que había allí… hasta que una de ellas comenzó a acercarse hacia donde estaba. Era la cambiante, la mujer que había visto entrar vestida totalmente de negro, haciendo que su tez pálida, su cabello rojizo y sus ojos azules resaltaran en contraste. Sentí su mirada en mí y me la quedé observando mientras se acercaba preguntándome qué sería lo que un cambiante podría querer de mí. Dudaba que supiera realmente a lo que me dedicaba, aunque me gustaba su desafío; no había apartado la mirada desde que se había cruzado con la mía, y eso hizo que ladeara mi sonrisa.
Enarqué una ceja por sus palabras al tiempo que me reía entre dientes por las mismas. La había creído más inteligente que soltarme aquello de primera mano, ¿no podría pensar que no dejaría que nadie supiera lo que estaba haciendo? Si sabía que estaba escuchando, aunque no lo pareciera, debería de saber también con qué clase de hombre estaba tratando. Terminé por soltar una risilla viendo como apoyaba sus manos en la silla al tiempo que me inclinaba un poco hacia adelante, para no alzar demasiado la voz.
-Esos hombres peligrosos, como tú dices, deberían de tenerme más miedo a mí de lo que yo pudiera tenerle a ellos –entrelacé mis manos -Al igual de peligroso que es exponerme a lo que estoy haciendo, e igual de temerario el que vengas a comentármelo –ladeé mi rostro ante sus palabras de que podría ser de ayuda, dependiendo de las cartas que quisiera tomar -Querida, soy mi propio juego… y yo reparto las cartas. ¿Piensas que haría algo así de fácil y sencillo? –Me reí entre dientes -Quizás pueda serte de ayuda pero tengo un lema para esas cosas, y no suelo ofrecer mi ayuda a no ser que la recompensa merezca realmente la pena. “Quid pro quo”
La observo en todo momento estudiando sus movimientos y sus reacciones, y en ello me puedo fijar claramente que no es la única que está evitando que la descubran. En mí caso estaba fingiendo no escuchar la conversación, y ella no quería que supieran que estaba allí. Su forma de sentarse y su manera de vigilar y controlar a la gente es tan obvia que me hace reírme echándome hacia atrás. Estaba perdiendo parte de la conversación… pero me estaba divirtiendo por otros lados. Con sus últimas palabras pone en la mesa todas las cartas, haciéndome ver realmente lo que quiere.
Sentada frente a mí sabía de sobra lo que era, ella y el resto de los que había en la cafetería. Para un hechicero es fácil adivinar la naturaleza de cada uno, más aún cuando se tocaba la magia negra… con ella podía sabe secretos ocultos que, a simple vista, pasarían desapercibidos. Doy un ligero vistazo a la mesa que había captado mi interés fijándome en los hombres, pensando qué podría querer una mujer como ella saber de ellos.
-Para que te conteste a eso, primero, debes de decirme qué gano yo con todo esto. Estoy tan al tanto o más que tú de lo que son capaces esos hombres –me había movido demasiado en los bajos fondos, y había gente mucho peor que ellos -Apostaría que por tú forma de esconderte de ellos, de aparentar que somos conocidos de toda la vida, y por sus secretos… diría que, o quieren algo tuyo…o te quieren a ti. –Hice una leve pausa, examinándola –En cualquiera de los dos casos es algo que no me importa en absoluto, por lo que, si quieres saber algo tendrás que darme algo a cambio. No trabajo gratis. ¿Qué puedes ofrecerme que… llegue a interesarme? Si es dinero, olvídalo. No me interesa ese tipo de… pagos.
Logan Tisdale- Hechicero/Realeza
- Mensajes : 275
Fecha de inscripción : 16/12/2015
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Liricas venenosas — Logan Tisdale
El frío de la noche no se podía sentir dentro de aquel lugar, pero se podía calar lentamente a través de las palabras que como cuchillos comenzaban a cortar el ambiente de aquel restaurante, ocultas entre las sonrisas y la sutileza de los actos que se realizaban en pequeñas demostraciones de un poder oscuro oculto a la vista de todos. El cálido ambiente se ha transformado en aquellas ventiscas que se cuelan muy profundo hasta matar a las personas que se cruzan con aquellas sutiles punzadas de muerte, una muerte anunciada como la del veneno de una víbora que sisea entre la maleza esperando a su próxima víctima que descuide paso y poder asestar el golpe mortal.
La sonrisa que emite es una de decepción, pero se recompone por una más grata ante el comentario del hombre, sus dedos repican sobre la mesa uno a uno con suma lentitud –Vaya, vaya entonces ¿Debería tener más cuidado de ti que de esos tipos?– ladea la cabeza observando cuidadosamente la hombre –Te he subestimado un poco, pensé que serías un pobre diabole– miente –Si ya tienes tus propias cartas y juegas tu propio juego entonces también estas listo para los imprevistos que puedas afrontar, conociendo bien lo que es aquella palabra “peligro”, aunque ¿Quién soy yo para decirlo? Como has dicho no te interesa para nada mis razones para hacer esto entonces solo soy la sombra que ronda por ahí tentando y buscando lazos de muerte y traición– suspira mirando al hombre con una “inocente” sonrisa.
Vil y cruel mentira que se teje lentamente.
A escasos centímetros la delicada mano chasque los dedos llamando a uno de los mozos, quien toma el pedido, los codos se apoyan sobre la mesa permitiendo que los dedos se crucen lentamente sosteniendo el rostro con aquella mortal sonrisita que deja escapar con un silbido de asombro, sus ojos no mostraban lo desconcertaba que estaba ante la reacción, o mejor dicho, ante las palabras del hombre frente a ella, pero se ve reflejado con su lengua viperina que sisea sobre sus labios dejando el veneno impreso en ellos –¿Debo aplaudirte? Es la primera vez que me sorprende alguien como tú, al menos en decirme que no le interesa aquello que mueve al mundo como el dinero y poder– ladea sobre sus manos entrelazadas su cabeza con esa sonrisilla suelta –No te preocupes, sé muy bien cómo se maneja el mundo, este y otros, así que no tengo problema en pagar con lo que pidas, información, infiltración incluso si tengo que vender a alguno de ellos no estaría mal– suelta una risa.
Su bebida llegó, un té con aroma de cerezas, laos delicados dedos toman aquella taza inclinándose contra la silla saboreando el aroma pero sin beberlo, deja suspendida aquella bebida entre sus dedos mirando al hombre –Entonces dime ¿Qué es lo que un hombre peligroso como tu busca tener? Ya que le dinero no te interesa y no creo que el cuerpo femenino tampoco, solo puedo pensar en poder y alianzas, espionaje de otro nivel que pueda atravesar muros y sea sigiloso en lo que quieras hacer– sus ojos están serios y medio entrecerrados con la sonrisa sobre los labios.
Poco a poco, una a una las cartas se pueden ir develando .
Iris D'Aramitz- Condenado/Cambiante/Clase Media
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 27/05/2014
Re: Liricas venenosas — Logan Tisdale
Poco a poco el local se va llenando cada vez más con más clientes que entran por la puerta, haciendo que la pequeña campana que había colgando arriba en la puerta sonara cada vez que abrían la puerta. Aquel repiqueteo estaba empezando a ponerme de los nervios, aunque era algo que me venía bastante bien ya que así era mucho más fácil contar las personas que había en aquel lugar. Con la memoria que tenía era fácil sumar y restar conforme iban saliendo y entrando, por lo que tenía aquel lugar controlado.
Me quedé observando a la mujer sentada frente a mí durante unos momentos, no sabría muy bien cuál sería su segunda piel y tampoco quería saberlo. Lo único que esperaba es que se atuviera a mis palabras y fuera más lista que presentarse de aquella manera, abordándome como si esperase a que la ayudara así sin más. Algo que no iba a hacer en lo absoluto, primero debía de saber si me era realmente conveniente hacer algún trato con ella… el resto, surgiría solo.
Pero, al parecer, ni siquiera dejando aquella amenaza velada en mis palabras, parecía darse por enterada.
-Tal y como os he dicho hace un momento; sí. Deberías de tener más cuidado de mí que de las personas a las que estáis vigilando. Parece que sabéis de sobra quienes son pero, sin embargo, de mí no sabéis nada. ¿Quién no os dice que soy mucho más peligroso… que ellos? Creedme, lo soy. Y te has confundido, soy un diablo… pero no soy uno pobre. –ladeé mi sonrisa sin dejar de mirarla, pensando en qué le depararía para querer actuar de aquella forma. Había sido arriesgado actuar de esa forma, no lo iba a poner en duda alguna. Y tampoco pasé por alto su tono y su… mentira en aquello. Enarqué una ceja tras sus palabras –No me gusta dejar ningún margen de error, aunque sé que alguna ocasión la mano puede salirte… mala. Entiendo y comprendo el juego y lo que conlleva, al igual que sus peligros. La pregunta es, ¿lo sabes tú realmente? –observé como llamó la atención de uno de los camareros para que tomara su pedido.
Mientras le traían lo que había pedido me quedé observándola de nuevo, sus codos apoyados en la mesa entrelazando sus manos haciendo que su barbilla quedara apoyada en ellos, esa mirada que me contemplaba seguramente queriendo medirme de alguna forma, y esa sonrisita… sin duda, no traía nada bueno consigo. Podía dar la impresión de que era una mujer frágil y delicada, pero sabía en el fondo que bajo esas capas había una mujer que podría arrasar con todo si se lo propusiera. ¿Qué me hacía pensarlo? Que estuviera sentada delante de mí como si nada, como si fuéramos conocidos de toda la vida. Sonreí de lado, riéndome entre dientes.
-Eso es porque no soy igual que el resto, o al menos, el resto que tú conoces. Tengo poder y riquezas, más de las que siquiera llegarías a pensar, ¿por qué debería de seguir interesado en algo que… ya tengo? No, ansío aquello que no poseo. Ya veo que sabes cómo se maneja el mundo, pero no el mío. La información es poder y no estoy interesado en ninguno de los hombres que, con gusto, venderías al mejor postor –me incliné un poco- Busco otras rarezas que… son escasas, y valiosas. Si puedes dar con ello no será ningún tipo de problema –me encogí de hombros. No preguntaba los motivos, mientras pudiera pagarme con algo que me interesara… todo perfecto. Esperé a que el camarero le trajera su pedido y esperé mientras veía como removía la cuchara de aquella tacita, mientras escuchaba sus palabras. Sonreí. –Veo que poco a poco nos vamos entendiendo, el espionaje en sí no es algo que me interese. No preciso de que nadie lo haga por mí… pero, información, infiltraciones… es un camino que me gusta más. Como he dicho, me centro más en objetos exclusivos y únicos en el mundo. Dime, ¿podrás ofrecer tal pago? Si no es así, la conversación se acaba aquí –fuera de eso, no iba a aceptar nada.
Me quedé observando a la mujer sentada frente a mí durante unos momentos, no sabría muy bien cuál sería su segunda piel y tampoco quería saberlo. Lo único que esperaba es que se atuviera a mis palabras y fuera más lista que presentarse de aquella manera, abordándome como si esperase a que la ayudara así sin más. Algo que no iba a hacer en lo absoluto, primero debía de saber si me era realmente conveniente hacer algún trato con ella… el resto, surgiría solo.
Pero, al parecer, ni siquiera dejando aquella amenaza velada en mis palabras, parecía darse por enterada.
-Tal y como os he dicho hace un momento; sí. Deberías de tener más cuidado de mí que de las personas a las que estáis vigilando. Parece que sabéis de sobra quienes son pero, sin embargo, de mí no sabéis nada. ¿Quién no os dice que soy mucho más peligroso… que ellos? Creedme, lo soy. Y te has confundido, soy un diablo… pero no soy uno pobre. –ladeé mi sonrisa sin dejar de mirarla, pensando en qué le depararía para querer actuar de aquella forma. Había sido arriesgado actuar de esa forma, no lo iba a poner en duda alguna. Y tampoco pasé por alto su tono y su… mentira en aquello. Enarqué una ceja tras sus palabras –No me gusta dejar ningún margen de error, aunque sé que alguna ocasión la mano puede salirte… mala. Entiendo y comprendo el juego y lo que conlleva, al igual que sus peligros. La pregunta es, ¿lo sabes tú realmente? –observé como llamó la atención de uno de los camareros para que tomara su pedido.
Mientras le traían lo que había pedido me quedé observándola de nuevo, sus codos apoyados en la mesa entrelazando sus manos haciendo que su barbilla quedara apoyada en ellos, esa mirada que me contemplaba seguramente queriendo medirme de alguna forma, y esa sonrisita… sin duda, no traía nada bueno consigo. Podía dar la impresión de que era una mujer frágil y delicada, pero sabía en el fondo que bajo esas capas había una mujer que podría arrasar con todo si se lo propusiera. ¿Qué me hacía pensarlo? Que estuviera sentada delante de mí como si nada, como si fuéramos conocidos de toda la vida. Sonreí de lado, riéndome entre dientes.
-Eso es porque no soy igual que el resto, o al menos, el resto que tú conoces. Tengo poder y riquezas, más de las que siquiera llegarías a pensar, ¿por qué debería de seguir interesado en algo que… ya tengo? No, ansío aquello que no poseo. Ya veo que sabes cómo se maneja el mundo, pero no el mío. La información es poder y no estoy interesado en ninguno de los hombres que, con gusto, venderías al mejor postor –me incliné un poco- Busco otras rarezas que… son escasas, y valiosas. Si puedes dar con ello no será ningún tipo de problema –me encogí de hombros. No preguntaba los motivos, mientras pudiera pagarme con algo que me interesara… todo perfecto. Esperé a que el camarero le trajera su pedido y esperé mientras veía como removía la cuchara de aquella tacita, mientras escuchaba sus palabras. Sonreí. –Veo que poco a poco nos vamos entendiendo, el espionaje en sí no es algo que me interese. No preciso de que nadie lo haga por mí… pero, información, infiltraciones… es un camino que me gusta más. Como he dicho, me centro más en objetos exclusivos y únicos en el mundo. Dime, ¿podrás ofrecer tal pago? Si no es así, la conversación se acaba aquí –fuera de eso, no iba a aceptar nada.
Logan Tisdale- Hechicero/Realeza
- Mensajes : 275
Fecha de inscripción : 16/12/2015
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Liricas venenosas — Logan Tisdale
Parloteos acompañdosde las sonrisas de felicidad y gozo por las reuniones que en aquel sitio se llevaban; como si todo transcurriera con total normalidad, como si el efecto de la vida fuera ese realmente, pero lo cierto era todo lo contrario. El pedido de aquella víbora llegó, se tomó su tiempo al compás de las respuesta del interlocutor mientras ella ejecutaba pequeños ruidos con aquella cucharilla contra la taza de juego atrayendo mirada de algunos clientes.
Dulce mirada cándida que se mezcla con el líquido que bebe en pequeñas cantidades, solo para jugar con el contenido en sus labios, siendo el humectante necesario para alguien como ella. Su postura cambia nuevamente junto al semblante del rostro que borra toda diversión para dejar en paso la máscara de la traición más que en evidencia –Más que poder hacerlo o no, es el querer, y si por pago a lo que necesito tengo, no puedo objetar, además no es algo que no haya hecho antes, dime que objeto y donde puede encontrarlo y lo traeré hasta a ti, sea el que sea– sus palabras son cargadas con el veneno de la sinceridad, no era algo a lo que estaba ajena hacer, al contrario sus misiones siempre consistían en ello usar sus habilidades para traer y manipular todo al antojo de su superior, solo que al parecer habían encontrado algo mejor que hacer con ella como para desaparecerla. Simples emociones mortales que ella tanto admira como la envidia y la codicia, algo que le gusta manipular y que lo hará en sus colegas más adelante.
La sonrisa se curva lentamente al terminar el contenido de su bebida –No te ofendas, pero he oído tantas veces esas palabras de “no soy igual al resto” pero he visto a todos cometer los mismos errores una y otra vez, ya sea por lo efímero del dinero o el poder o por el valioso tráfico de información, cosas que les ayudará aumentar su poder o la inmortalidad, tantos iguales incluso dentro de la iglesia, quizás por eso la colección que guarda su santidad es única – suspira recordando la colección de libros que llegó de hechizos a la biblioteca y otros apartados a su Santidad –Tanto que se ha visto en este negocio, pero tranquilo incluso me estas ayudando en contra de tu voluntad, así que por lo menos seré consciente y pagaré por esta ayuda brindada– la sonrisa es de complacencia mientras sus dedos se chasquean llamando de nuevo al joven mozo al que le solicita el mismo pedido
Con un suspiro largo pero suave, muy contenido –Ahora pregunto, ¿haremos trato o no? Qué te puede traer una víbora– clava su mirada sobre los ojos oscuros del joven sin pestañear y sin inmolarse por las palabras del joven, al contrario parecían provocarle gusto quizás por eso su veneno fluía con normalidad olvidándose, por momento, del castigo que tendría que dar a sus colegas. Solo la sonrisa quedó en el ambiente, una sonrisa que se acompañaba con el coro de pláticas y risas que invitaban a los demás a una formal y casual conversación de dos viejos amigos, que en realidad dictaban mucho de serlo.
Iris D'Aramitz- Condenado/Cambiante/Clase Media
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 27/05/2014
Re: Liricas venenosas — Logan Tisdale
El ambiente era el mismo que hacía apenas unos minutos, quitando que un par de personas habían entrado en la cafetería y se habían sentado al principio del todo en una mesa en la esquina, era una manía el tener todo bajo control, solo me bastaba de un vistazo para saber cuántas personas habían en la habitación, recordar dónde estaba sentado cada una y… todo estaba echo. La memoria eidética que tenía contribuía a que con un solo vistazo todo estuviera bajo control. Necesitaba que todo estuviera bajo control porque sabía, que algunos de los hombres que ahí estaban, se movían bajo otros círculos.
Sonreí de lado viendo cómo cogía la taza y daba pequeños sorbos y escuchar sus palabras de que no había problemas con lo que quería que le pidiera. ¿Estaba segura? Llevaba ocho años tras la pista de algo y no había podido encontrarla de ninguna forma, así que, ¿por qué iba a poder ella encontrarlo? No lo sabía, pero no perdía nada por intentar comprobarlo. La miré durante unos segundos mientras bebía del vaso que tenía delante escuchando de fondo la conversación que tenían los hombres a mí lado, de los cuales ella estaba interesada, preguntándome qué sería lo que querrían de alguien como ella. De una cambiante, para ser exactos.
-Llevo ocho años tras la pista de un libro, no es un libro normal y corriente –hice un gesto con la cabeza- ya sabes a lo que me estoy refiriendo. No quiero que me consigas el libro, quiero saber quién tiene el libro. Parece fácil, ¿verdad? Pero no lo es en absoluto, porque quien lo tenga lo tiene muy bien escondido y seguramente lo tenga bajo protección mágica –hice una leve pausa- ¿Qué es lo que quieres tú que haga, exactamente? Ya tenemos claro que nos vamos ayudar así que, dime, ¿qué puedo hacer por ti? –la sonrisa de lado que le proferí no podía traer nada bueno, y es que realmente era eso, nada bueno. Si tenía que ser un maldito cabrón con alguien… no me importaba serlo. Reí por sus palabras apoyando mi espalda en el respaldo de la silla- Eso es porque no me has conocido a mí, soy muy diferente de lo que puedas llegar a imaginarte. Pero tampoco es algo que te importe, ¿verdad? –observé cómo una pareja se marchaba del local y el sitio quedaba vacío, para mirarla enarcando una ceja ante sus palabras. Así que víbora, ¿eh? Me preguntaba qué clase de cambiante era y estaba convencido de que quizás podía transformarse en una de ellas. Útil si quería matar pasando desapercibido y parecer una simple serpiente- Tenemos trato –me incliné hacia delante- quiero que la víbora husmee hasta dar con el ratón que tiene en libro, pero que la deje viva, de su muerte ya me encargo yo –di un trago de nuevo y la miré- Ahora bien, ¿qué quieres tú?
Sonreí de lado viendo cómo cogía la taza y daba pequeños sorbos y escuchar sus palabras de que no había problemas con lo que quería que le pidiera. ¿Estaba segura? Llevaba ocho años tras la pista de algo y no había podido encontrarla de ninguna forma, así que, ¿por qué iba a poder ella encontrarlo? No lo sabía, pero no perdía nada por intentar comprobarlo. La miré durante unos segundos mientras bebía del vaso que tenía delante escuchando de fondo la conversación que tenían los hombres a mí lado, de los cuales ella estaba interesada, preguntándome qué sería lo que querrían de alguien como ella. De una cambiante, para ser exactos.
-Llevo ocho años tras la pista de un libro, no es un libro normal y corriente –hice un gesto con la cabeza- ya sabes a lo que me estoy refiriendo. No quiero que me consigas el libro, quiero saber quién tiene el libro. Parece fácil, ¿verdad? Pero no lo es en absoluto, porque quien lo tenga lo tiene muy bien escondido y seguramente lo tenga bajo protección mágica –hice una leve pausa- ¿Qué es lo que quieres tú que haga, exactamente? Ya tenemos claro que nos vamos ayudar así que, dime, ¿qué puedo hacer por ti? –la sonrisa de lado que le proferí no podía traer nada bueno, y es que realmente era eso, nada bueno. Si tenía que ser un maldito cabrón con alguien… no me importaba serlo. Reí por sus palabras apoyando mi espalda en el respaldo de la silla- Eso es porque no me has conocido a mí, soy muy diferente de lo que puedas llegar a imaginarte. Pero tampoco es algo que te importe, ¿verdad? –observé cómo una pareja se marchaba del local y el sitio quedaba vacío, para mirarla enarcando una ceja ante sus palabras. Así que víbora, ¿eh? Me preguntaba qué clase de cambiante era y estaba convencido de que quizás podía transformarse en una de ellas. Útil si quería matar pasando desapercibido y parecer una simple serpiente- Tenemos trato –me incliné hacia delante- quiero que la víbora husmee hasta dar con el ratón que tiene en libro, pero que la deje viva, de su muerte ya me encargo yo –di un trago de nuevo y la miré- Ahora bien, ¿qué quieres tú?
Logan Tisdale- Hechicero/Realeza
- Mensajes : 275
Fecha de inscripción : 16/12/2015
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Liricas venenosas — Logan Tisdale
Silencio era lo que realmente lo que iba quedando, un silencio que hacía que las conversaciones sean aun más leves y por lo tanto más difíciles de ser escuchadas pero para alguien cuyos sentidos pasan alo normal no sería para nada complicas, es más hasta agradecería a ese silencio para así poder concentrarse en un solo parloteo.
Dedos peligroso que juegan con aquella taza de te que se han entibiado, el contenido ámbar de este gotea por aquella pálida piel, tan fría como cualquier serpiente; con sus ojos cerrados trataba de tener toda la información necesaria que requería para su plan, es más tenía todo los detalles y por menores de lo que sus colegas pretendías quizás por ello la sonrisa que se perla en su rostro es más que suficiente justo para abrir sus ojos y mirar directo a los del hombre frente a ella, por una sola palabra “difícil”, para ella no había eso en esta vida, nada le resultaba difícil de conseguir. En su mente cruzo varias de sus misiones que le eran lo mismo que le pedía aquel hombre con un ligero detalle, ella si terminaba matando a los que estaban en su lista.
Un fuerte suspiro dejó cuando tomó de su dedo la gota ámbar de su bebida –Quizás para un nigromante como tu sea difícil acercarse a algo que está protegido por magia, sobre todo si es magia blanca, algo que la magia negra no puede corromper, pero, siempre hay otras formas, sobre todo si de información se trata – suelta otro suspiro –Que aburrido y yo que pensé que me mandarías a matar a alguien importante pero solo es el hecho de averiguar, bien, todo mi parte, solo necesito saber el nombre del libro que buscas para moverme por donde suelo hacerlo, ya que tengo una ligera sospecha, pero espero que sea confirmada o denegada– la sonrisa de maldad que proyecta en sus labios tan característico de ella.
El dedo que llevaba aquel contenido se posos sobre sus labios manifestando el silencio –Lo que pido es tan simple como sencillo, solo quiero que seas mi cuartada, eso es todo. Necesito hacer algo que implicará un voto desfavorable para mí, pero, si tengo una coartada visible y creíble será todo solucionado y me evitará una tormenta– se acerca más al joven con entre susurros dejarlas palabras claves –Quiero que te dejes ver conmigo y mientas aceptando todo lo que yo diga después ¿sencillo verdad?–en sus ojos el brillo de su máscara de muerte se hace presente, justo cuando aquel grupo comienza uno a uno a levantarse y retirarse sin levantar sospechas, o al menos lo que ellos creen.
Iris D'Aramitz- Condenado/Cambiante/Clase Media
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 27/05/2014
Temas similares
» Logan Tisdale
» C'est la mort [Logan Tisdale]
» La primera clase- Privado Logan Tisdale +18
» Hay pesadillas que se hacen realidad [Logan Tisdale]
» Delicioso chocolate...+18//Privado: Logan Tisdale
» C'est la mort [Logan Tisdale]
» La primera clase- Privado Logan Tisdale +18
» Hay pesadillas que se hacen realidad [Logan Tisdale]
» Delicioso chocolate...+18//Privado: Logan Tisdale
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour