AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Pasos Borrosos || Mieri G. Milanova
2 participantes
Página 1 de 1.
Pasos Borrosos || Mieri G. Milanova
En el burdel de la ciudad mujeres con dinero buscan diversión en brazos de hombres y mujeres y así es como en una de las tantas habitaciones del segundo piso, los gritos son amordazados junto al siendo de la piel siendo maltratada con el cuerpo de un cinturón que son acallados por el alto de la música que se traga el chirridos de la cama cuyos movimientos son violentos como las lágrimas silenciosas que la cliente derrama junto a su piel sudorosa…
Una, dos, tres horas y aquella puerta de madera vieja se abre y un hombre alto con cigarro entre los labios junto a una sonrisa de satisfacción, la ropa a medio poner vistiéndose mientras baja aquellas escaleras acomodándose cada milímetro de aquellas telas, saluda a toda mujer rica o puta que se le cruza por delante a unas les toca el trasero agarrándoselos con descaro recibiendo sonrisas de las mujeres que pagan esa caricia mostrándole los senos al hombre, así se abre paso hasta la barra para pedir tragos para él e invita una ronda a los presente pues se ha ganado un buen lote de monedas; el brindis llega con sus nuevos amigos, las risas y la música presentan un ambiente muy animado pero toda felicidad tiene una tragedia.
Buscando a quien tuvo aquella mujer como complaciente dan con aquel que estaba abajo bebiendo y antes de que se de fuga van tras él pero el sujeto ya había huído con botella en mano y bolsa de dinero en el bolsillo, por las calles andaba dirigiéndose a otro burdel de la zona junto a su fiel compañero el cigarro que en la oscura y fría noche se encendía a cada calada que le propiciaba, ¿acaso fue él el asesino? No, fue el sire de la mujer que ha osado traicionarlo con un simple mortal, un gigoló, un puto más de tantos y por eso se alejaba porque aquel sujeto quería eso, involucrar en aquella muerte aunque no podría porque su verdadero nombre nadie sabe o el que ha tomado pues siempre cambia de nombre para no ser reconocido al igual que el acento.
Ahora va por aquellas calles de los burdeles y centros de diversión desde los más ostentosos hasta los más asquerosos con licor y cigarro en mano, en busca de alguna buena diversión por la noche, una con la cual pueda terminar hasta que el sol se ponga nuevamente o quizás, y solo quizás una razón para no terminar con el licor por las pocas que le quedan en la estadía de la noche. Aquellos pasos que sin pensamiento propio se van acercando al lugar preciso, un lugar donde las mujeres y hombres presentan el mejor entretenimiento para cualquier desadaptado, al ingresar no pasa más que como cualquier otro cliente y por ello sonríe acercándose con cautela a la barra para pedir dos tragos esperando que con ello llegue lo que estaba buscando.
Una, dos, tres horas y aquella puerta de madera vieja se abre y un hombre alto con cigarro entre los labios junto a una sonrisa de satisfacción, la ropa a medio poner vistiéndose mientras baja aquellas escaleras acomodándose cada milímetro de aquellas telas, saluda a toda mujer rica o puta que se le cruza por delante a unas les toca el trasero agarrándoselos con descaro recibiendo sonrisas de las mujeres que pagan esa caricia mostrándole los senos al hombre, así se abre paso hasta la barra para pedir tragos para él e invita una ronda a los presente pues se ha ganado un buen lote de monedas; el brindis llega con sus nuevos amigos, las risas y la música presentan un ambiente muy animado pero toda felicidad tiene una tragedia.
Buscando a quien tuvo aquella mujer como complaciente dan con aquel que estaba abajo bebiendo y antes de que se de fuga van tras él pero el sujeto ya había huído con botella en mano y bolsa de dinero en el bolsillo, por las calles andaba dirigiéndose a otro burdel de la zona junto a su fiel compañero el cigarro que en la oscura y fría noche se encendía a cada calada que le propiciaba, ¿acaso fue él el asesino? No, fue el sire de la mujer que ha osado traicionarlo con un simple mortal, un gigoló, un puto más de tantos y por eso se alejaba porque aquel sujeto quería eso, involucrar en aquella muerte aunque no podría porque su verdadero nombre nadie sabe o el que ha tomado pues siempre cambia de nombre para no ser reconocido al igual que el acento.
Ahora va por aquellas calles de los burdeles y centros de diversión desde los más ostentosos hasta los más asquerosos con licor y cigarro en mano, en busca de alguna buena diversión por la noche, una con la cual pueda terminar hasta que el sol se ponga nuevamente o quizás, y solo quizás una razón para no terminar con el licor por las pocas que le quedan en la estadía de la noche. Aquellos pasos que sin pensamiento propio se van acercando al lugar preciso, un lugar donde las mujeres y hombres presentan el mejor entretenimiento para cualquier desadaptado, al ingresar no pasa más que como cualquier otro cliente y por ello sonríe acercándose con cautela a la barra para pedir dos tragos esperando que con ello llegue lo que estaba buscando.
Última edición por Françis S. Lombard el Dom Feb 07, 2016 4:11 pm, editado 1 vez
Françis S. Lombard- Prostituto Clase Alta
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 28/11/2014
Re: Pasos Borrosos || Mieri G. Milanova
- Reza, muchacha, reza. Reza por encontrar ésta misma noche mis gemelos o será el último día que trabajes en la casona. - Mieri tembló ante sus palabras, pues no acostumbraba a ver tanta violencia por parte de ningún huésped.- Te reclamaré a los dueños como esclava, seguro que te venderán por poco... Tu vida no creo que valga más de cien francos. - El hombre reía, pero en cambio Mieri no podía evitar que las lágrimas corriesen por sus mejillas con la misma fuerza que le eran propinados los golpes.
Mieri caminaba con paso torpe: entre los empujones, los golpes y el frío que hacía, sus huesos se resentían con el helor al igual que sus pies parecía que a penas podían sujetar su ligero peso. Aquel hombre no era más que un cliente de la casona, un hombre que se hospedaría por unas pocas semanas, pero que hacía que todos los trabajadores viviesen bajo la tiranía de su mando; y Mieri, estaba incluída en el trato. Como si se tratara de un perro, el hombre guió a la muchacha por el camino que quiso, con la escusa de que debía buscar unos gemelos que se le había perdido la noche atrás ¿Por qué? Aquella situación no tenía lógica alguna; los trabajadores ya la habían puesto en sobreaviso, le recomendaron que se quedara en la cocina pero los rumores de que una muchacha en plena adolescencia residía como trabajadora, fué lo que hizo que aquel huésped la llamara ante su presencia. El resto fueron meras malas formas del hombre ante el trabajo impecable de la muchacha, no dudó en tirarle encima el vino con la escusa de que era barato y no el que había pedido, tampoco dudó en mostrarle a la muchacha que el cuchillo de mantequilla estaba demasiado afilado y otras tantas como esa.
- Le compraré unos nuevos, mi señor... - Lloraba Mieri mientras buscaba los dichosos gemelos en la parte trasera de un callejón poco transitado. Mieri había estado haciendo pequeños trabajos para los señores de la casa y por lo tanto guardaba en una alcancía aquello que no necesitaba disponer por el momento, para así poder el día de mañana comprar una hermosa tela para hacerse un vestido a sí misma.
- Ni aunque vivieras hasta la vejez trabajando, podrías pagar esa joya. - El hombre sonrió ladino y se sacó el cinturón para comenzar a golpearla en mitad de la noche. Mieri no era más que una muchacha más en aquella ciudad y tal y como decía aquel hombre, quizás no valiera ni un peso, quizás, su vida valiera más si no precisase de ella.
Mieri G. Milanova- Humano Clase Media
- Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 13/01/2014
Re: Pasos Borrosos || Mieri G. Milanova
Noches de placeres que encienden la vida en París, como la luna que se oculta para no vislumbrar aquellos actos pecaminosos en las manos sucias de los humanos a quien alumbra cada noche, las estrellas buscan ser el amante de algún buen mozo que sepa tocarlas de las formas más impudorosas que se pueda la mente imaginar, cuerpos cálidos y fríos buscando la condena de la carne con las llamas del infierno ardiendo con el roce de las piernas y las caricias de manos inquietas. La oscura noche se va abriendo paso en los antros de mala muerte y vidas pendencieras; las risas de hombres y mujeres que se venden por pocas monedas a los mejores postores…por necesidad, deseo, enfermedad, gusto, anhelo de sentirse vivos en aquella vida, sea cual sea la razón siempre están las puertas del pecado y sus servidoras en esta ciudad y en todo el mundo…
El humo del cigarro que moría al final de aquella boca, expandiéndose en el ambiente como el aroma de fría humedad que inunda todas las calles; aquel cigarro a punto de morir en la mano de quien camina rumbo al último lugar, un lugar al que antes había estado por invitación, más cuando se dirige con la sonrisa poblando su rostro un acto poco agradable vislumbra, su ceño se frunce en molestia completa más que nada por el hecho atroz que presencia.
El llanto que emana de aquella criatura hace que no pueda resistirse, sus pasos cambian de dirección hacia los callejones que le alejan de su diversión en aquel antro; respira profundamente observando como si se tratara de una obra expuesta en algún teatro de la ciudad, solo que esta era de baja calidad. El cinturón en lo alto a punto de azotar la carne blanquecina cuando la mano intrusa le detiene –¿Por qué golpear así a una mujer, amigo?–, el hombre enfurecido con desdén en su mirada obliga al otro entrometido que le suelte, el cigarro aun descansa en la diestra, –No es de vuestra incumbencia y esta de aquí no es una dama es solo una maldita escoria que pagara lo que ha hecho, y no soy tu amigo– contesta molesto.
Palabras fuertes que dejan azorado a quien escucha, solo puede emitir una sonrisa acercándose a la desdichada –¿Está bien mi lady?– pregunta extendiéndole la mano amiga –Que ha hecho esta infeliz alma para tenerlo así, lo que haya hecho yo pagaré por ello– mira a la mujer y al hombre con una mirada burlona –No podrías pagarlo es dema…– antes de terminar la frase arroja el cigarro a los pies del hombre sacando la bolsa llena de monedas, en su mano arroja unas cuantas, la mitad de la bolsa, dándoselas al sujeto –Hay como cien monedas de oro y otras diez en libras, en total te harán unos cincuenta o cien mil francos ¿es suficiente o quieres más?– saca otro cigarro dejando entre sus labios con sorna mirando a la joven que ahora estaría en deuda con él.
¿Qué diversión podría sacar de ello? Era lo que iba a descubrir.
El humo del cigarro que moría al final de aquella boca, expandiéndose en el ambiente como el aroma de fría humedad que inunda todas las calles; aquel cigarro a punto de morir en la mano de quien camina rumbo al último lugar, un lugar al que antes había estado por invitación, más cuando se dirige con la sonrisa poblando su rostro un acto poco agradable vislumbra, su ceño se frunce en molestia completa más que nada por el hecho atroz que presencia.
No te metas, no es de tu incumbencia, pasa como si no fuera contigo
El llanto que emana de aquella criatura hace que no pueda resistirse, sus pasos cambian de dirección hacia los callejones que le alejan de su diversión en aquel antro; respira profundamente observando como si se tratara de una obra expuesta en algún teatro de la ciudad, solo que esta era de baja calidad. El cinturón en lo alto a punto de azotar la carne blanquecina cuando la mano intrusa le detiene –¿Por qué golpear así a una mujer, amigo?–, el hombre enfurecido con desdén en su mirada obliga al otro entrometido que le suelte, el cigarro aun descansa en la diestra, –No es de vuestra incumbencia y esta de aquí no es una dama es solo una maldita escoria que pagara lo que ha hecho, y no soy tu amigo– contesta molesto.
Palabras fuertes que dejan azorado a quien escucha, solo puede emitir una sonrisa acercándose a la desdichada –¿Está bien mi lady?– pregunta extendiéndole la mano amiga –Que ha hecho esta infeliz alma para tenerlo así, lo que haya hecho yo pagaré por ello– mira a la mujer y al hombre con una mirada burlona –No podrías pagarlo es dema…– antes de terminar la frase arroja el cigarro a los pies del hombre sacando la bolsa llena de monedas, en su mano arroja unas cuantas, la mitad de la bolsa, dándoselas al sujeto –Hay como cien monedas de oro y otras diez en libras, en total te harán unos cincuenta o cien mil francos ¿es suficiente o quieres más?– saca otro cigarro dejando entre sus labios con sorna mirando a la joven que ahora estaría en deuda con él.
¿Qué diversión podría sacar de ello? Era lo que iba a descubrir.
Françis S. Lombard- Prostituto Clase Alta
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 28/11/2014
Re: Pasos Borrosos || Mieri G. Milanova
Sus manos habían quedado congeladas, así como su rostro que pese al sofoco de la situación, se le había quedado helado por culpa de las lágrimas. Esperó el golpe, justo cuando el hombre dejó de hablar, porque parecía que no sabía hacer dos cosas a la vez cuando le regañaba. Aquellos eran leves fragmentos que ella lograba ver en los demás, ese patrón que se repetía una y otra vez aún cuando la otra persona ni se daba cuenta de ello. Esos pequeños detalles, marcaban la diferencia en ocasiones ya que en la gran mayoría le servían para algo bueno. No como en ésta ocasión, ¿o si?
Apretó los ojos muy fuerte y no fué hasta que escuchó la otra voz masculina quereaccionó. La muchacha se quedó sentada sobre la nieve, quizás en shock, perdida ante tal escándalo que estaban formando y que quizás, gracias a ese otro hombre, su cara hubiese quedado más que marcada por el golpe.
Dinero, eso al cliente de la casona le serviría para ahogar el odio que sentía hacia la muchacha, aunque no bastaría para tapar su tan dañado ego aquella noche. Todo sería cuestión de tiempo y de cuánto tardaría la muchacha en volver a encontrarse con aquel malnacido al que aún le quedaban dos días de hospedaje. Mieri le vió alejarse tan desgarbado y rebosante de prepotencia, como siempre que entraba por las puertas del que era su hogar, dispuesto a hacerles la vida mucho más ficícil con su ruín mezquindad. Y fué entonces cuando se levantó del frío suelo y secó sus lágrimas con la manga del vestido. Debía agradecerle a aquel hombre lo que hizo por ella, aunque ciertamente se sentía culpable por haberle hecho perder gran parte del dinero que llevaba encima.
- Señor, le agradezco enormemente el gesto... - Su mirada era baja, ya que no sabía de qué modo decirle que le había salvado la vida. - Pero jamás alcanzaré a pagarle todo lo que le dió a ese hombre. - Las palabras de Mieri sonaban temblorosas, aunque jamás perdía la dulzura que le dedicaba a cada una de las palabras aún cuando así no lo pretendiese.
- Estoy en deuda con vos, lamento que haya tenido que darle su dinero, no tenía por qué y él le pudo haber golpeado como quiso hacer conm... - Mieri temblaba, ésta vez no podía distinguir si era por frío o por miedo, aunque ambas podían ser más que probables dado la hora que era y todo lo que había ocurrido.
Apretó los ojos muy fuerte y no fué hasta que escuchó la otra voz masculina quereaccionó. La muchacha se quedó sentada sobre la nieve, quizás en shock, perdida ante tal escándalo que estaban formando y que quizás, gracias a ese otro hombre, su cara hubiese quedado más que marcada por el golpe.
Dinero, eso al cliente de la casona le serviría para ahogar el odio que sentía hacia la muchacha, aunque no bastaría para tapar su tan dañado ego aquella noche. Todo sería cuestión de tiempo y de cuánto tardaría la muchacha en volver a encontrarse con aquel malnacido al que aún le quedaban dos días de hospedaje. Mieri le vió alejarse tan desgarbado y rebosante de prepotencia, como siempre que entraba por las puertas del que era su hogar, dispuesto a hacerles la vida mucho más ficícil con su ruín mezquindad. Y fué entonces cuando se levantó del frío suelo y secó sus lágrimas con la manga del vestido. Debía agradecerle a aquel hombre lo que hizo por ella, aunque ciertamente se sentía culpable por haberle hecho perder gran parte del dinero que llevaba encima.
- Señor, le agradezco enormemente el gesto... - Su mirada era baja, ya que no sabía de qué modo decirle que le había salvado la vida. - Pero jamás alcanzaré a pagarle todo lo que le dió a ese hombre. - Las palabras de Mieri sonaban temblorosas, aunque jamás perdía la dulzura que le dedicaba a cada una de las palabras aún cuando así no lo pretendiese.
- Estoy en deuda con vos, lamento que haya tenido que darle su dinero, no tenía por qué y él le pudo haber golpeado como quiso hacer conm... - Mieri temblaba, ésta vez no podía distinguir si era por frío o por miedo, aunque ambas podían ser más que probables dado la hora que era y todo lo que había ocurrido.
Mieri G. Milanova- Humano Clase Media
- Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 13/01/2014
Re: Pasos Borrosos || Mieri G. Milanova
El frio de la noche se internaba más entre las personas que a apenas transitaban a esas horas, poco a poco las calles se volvían más solitarias entre muestras desérticas de peligro que se mueve entre aquellas empedradas callejuelas envueltas por el nuevo humo naciente que se soltaba lentamente con una sonrisa sobre el rostro que extendía la mano amiga para quien al parecer lo necesitaba. Aunque uno crea algo no siempre termina siendo así, y quizás entre las más dulces acciones se esconden segundas intenciones o quizás terceras.
El humo se muestra mientras las palabras de agradecimiento quedaban como eco entre aquellas paredes y la mente de quien se acercaba a la doncella, la chaqueta que tenía se la había retirado colocándola sobre los hombres de la pobre alma desolada, la diestra subió sin permiso por el rostro jovial acariciando con el pulgar la mejilla para llevarse consigo las lágrimas derramadas; una sonrisa fue todo lo que mostró con aquel cigarro entre sus labios, uno que era tomado con la otra mano para alejar el aroma del rostro de la pequeña frente a aquel que se llevaba la lágrima a los labios a probar –Salado–, suelta una risa dando unos pasos lejos de la dama.
Las palabras de la joven solo eran la muestra del status que tenía, o eso se podía percibir, se frotó el mentón con la diestra pensando cómo podría aquella muchacha pagar la obra, así que pensó en jugarle unas cuantas bromas ya que su paso por el cabaret se había visto interrumpido. En su mente cruzaba la palabra “dinero” ¿lo necesitaba él realmente? No, el tenía y aun así ejercía aquel trabajo y servicios, pero no para cualquiera. Eh ahí la diferencia y por eso reía abiertamente –¿No has pensado pagarlo con tu cuerpo, la buena obra que he hecho?– mira a la chica sobre su hombro, de pies a cabeza la observa detalladamente –Piénsalo. Eres bonita, joven y a puesto que eres virgen. Darían mucho por ti en ciertos lugares, podrías hacer lo mismo conmigo, quizás venderme tu cuerpo como parte de pago, ya que di mucho podríamos estar hablando de meses, o quizás dos años en los que seas mía ¿Te parece?– la risa amenazaba por salir pero se las aguanto disimulándola con un carraspeo –O quizás con esto ya te haya comprado y ahora seas mi esclava, en ese caso ¿podría venderte y recuperar el dinero?– la ceja enarcada y una sonrisa que realmente es la ventana para dejar escapar la risa que muere por soltar.
Realmente se estaba divirtiendo con aquella jovencita, sobre todo con las expresiones en su rostro.
El humo se muestra mientras las palabras de agradecimiento quedaban como eco entre aquellas paredes y la mente de quien se acercaba a la doncella, la chaqueta que tenía se la había retirado colocándola sobre los hombres de la pobre alma desolada, la diestra subió sin permiso por el rostro jovial acariciando con el pulgar la mejilla para llevarse consigo las lágrimas derramadas; una sonrisa fue todo lo que mostró con aquel cigarro entre sus labios, uno que era tomado con la otra mano para alejar el aroma del rostro de la pequeña frente a aquel que se llevaba la lágrima a los labios a probar –Salado–, suelta una risa dando unos pasos lejos de la dama.
Las palabras de la joven solo eran la muestra del status que tenía, o eso se podía percibir, se frotó el mentón con la diestra pensando cómo podría aquella muchacha pagar la obra, así que pensó en jugarle unas cuantas bromas ya que su paso por el cabaret se había visto interrumpido. En su mente cruzaba la palabra “dinero” ¿lo necesitaba él realmente? No, el tenía y aun así ejercía aquel trabajo y servicios, pero no para cualquiera. Eh ahí la diferencia y por eso reía abiertamente –¿No has pensado pagarlo con tu cuerpo, la buena obra que he hecho?– mira a la chica sobre su hombro, de pies a cabeza la observa detalladamente –Piénsalo. Eres bonita, joven y a puesto que eres virgen. Darían mucho por ti en ciertos lugares, podrías hacer lo mismo conmigo, quizás venderme tu cuerpo como parte de pago, ya que di mucho podríamos estar hablando de meses, o quizás dos años en los que seas mía ¿Te parece?– la risa amenazaba por salir pero se las aguanto disimulándola con un carraspeo –O quizás con esto ya te haya comprado y ahora seas mi esclava, en ese caso ¿podría venderte y recuperar el dinero?– la ceja enarcada y una sonrisa que realmente es la ventana para dejar escapar la risa que muere por soltar.
Realmente se estaba divirtiendo con aquella jovencita, sobre todo con las expresiones en su rostro.
Françis S. Lombard- Prostituto Clase Alta
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 28/11/2014
Re: Pasos Borrosos || Mieri G. Milanova
···
Calor, eso fué lo que sintió la muchacha que enrojecía con la misma virulencia que el fuego calentaba un hogar. Para nada se esperaba aquellas palabras que resonaban peligrosas entre humo de tabaco y el calor que salía de su boca en forma de vaho. Mieri volvió a sentir terror y uno más abstracto que el sentido por el cliente de la casona; Aquel hombre parecía capaz de llevar sus amenazas a cabo y convertir lo que era un agradecimiento sin más en algo mucho más perturbador. La muchacha enmudeció, escuchando, pero no entendiendo el cambio de actitud, así que sin más preámbulos, Mieri se quitó la chaqueta que éste le había prestado -que era realmente cálida y con una fragancia intensa y deliciosa- para lanzarla en dirección al hombre.
- ¿Sabe qué? Le agradezco la ayuda, pero ahora veo que la casona es un lugar más seguro que el seguir conversando con vos.- Sus palabras, seguían sonando dulces pese al evidente rechazo ante aquella remota posibilidad que el hombre le ofrecía sobre su inocencia. Podía haberla sopesado de no tener escapatoria, el hombre era hermoso, fornido y tenía buen estar, pero a ella aquella oferta le suponía algo terrorífico de asumir; aquello le parecía más una mala broma hecha en el momento menos adecuado.
- Creía que tras lo ocurrido ésta noche, dormiría en la calle, no me importaba pasar frío, pero ahora mismo preferiría volver a casa, por favor... - Dicho aquello, se abrazó a sí misma y tomó el rumbo de nuevo al hospedaje en el que trabajaba, deseando que todo aquel martirio no fuese a más. Después de todo, no era la primera vez que debía aguantar las vejaciones de aquel hombre cada vez que le venía en gana y era por ello que se escapaba por las noches en cuanto sabía que aquel ponía un pie en su hogar, aunque a veces no tuviese escapatoria, como era las ocasiones en las que la amenazaba con quemar su cara o las palmas de sus manos con la llama de una vela. Por suerte, aún no había llevado a cabo ninguna de sus amenazas. Aún.
···
Mieri G. Milanova- Humano Clase Media
- Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 13/01/2014
Re: Pasos Borrosos || Mieri G. Milanova
Palabras duras que solo mantenían a raya aquella enorme carcajada que terminó por dejarse escuchar, el cigarro lo dejó caer, el frío suelo lo abrazó rápidamente congelándolo, lo único que aquel temporal podría hacer, ya que la risotada que suelta el hombre no la detiene nada. Evita ver a la joven para ver si de aquella forma la risa se aparta lamentablemente no lo logra. Una broma, una que siempre terminaba de la misma manera y en aquella instancia no era la excepción, aunque para él realmente el dinero no le era escaso o dificultoso en conseguir.
Ver el desplante de la joven le arranca la última sonrisa y antes de que pudiera alejarse más, chifla lo suficientemente fuerte para llamar la atención de cualquiera, pero con la calma en al que seguía a la joven le arrojó su chaqueta, sonriéndole en gracias por el momento jocoso que ha pasado –Tranquila fiera, no soy tan desesperado como otros hombres, llévate esto al menos te calentará aunque duermas en el piso, nos vemos niña, no te metas en problemas que no siempre aparecerán hombres sin nombres para tender la mano, algunos no te dirán lo que yo si no que te harán eso y cosas peores, vete por la sombra niña–, y así como vino siguió su rumbo directo al cabaret.
Un nuevo cigarro se encendió a medida que alejaba por la calle entre las sonrisas y coqueteos de las damas que llamaban con la sensualidad y calor de sus pieles a perderse en ellas, y más con el frío de la estación, el solo se dejó llevar por una que le conocía tanto como para soltar su nombre delante de las otras. La mano amiga se toma en otra mano femenina, justo en el momento en que se adentraban por las puertas de aquel centro de placeres y perdiciones donde el dinero es el que gobierna y manda por todos los pecados.
Dejó a la joven retirarse sin decir o hacer más. El que cada uno tome su camino de nuevo, más dejó antes de irse una sonrisa, una reverencia y un hasta pronto.
Ver el desplante de la joven le arranca la última sonrisa y antes de que pudiera alejarse más, chifla lo suficientemente fuerte para llamar la atención de cualquiera, pero con la calma en al que seguía a la joven le arrojó su chaqueta, sonriéndole en gracias por el momento jocoso que ha pasado –Tranquila fiera, no soy tan desesperado como otros hombres, llévate esto al menos te calentará aunque duermas en el piso, nos vemos niña, no te metas en problemas que no siempre aparecerán hombres sin nombres para tender la mano, algunos no te dirán lo que yo si no que te harán eso y cosas peores, vete por la sombra niña–, y así como vino siguió su rumbo directo al cabaret.
Un nuevo cigarro se encendió a medida que alejaba por la calle entre las sonrisas y coqueteos de las damas que llamaban con la sensualidad y calor de sus pieles a perderse en ellas, y más con el frío de la estación, el solo se dejó llevar por una que le conocía tanto como para soltar su nombre delante de las otras. La mano amiga se toma en otra mano femenina, justo en el momento en que se adentraban por las puertas de aquel centro de placeres y perdiciones donde el dinero es el que gobierna y manda por todos los pecados.
Dejó a la joven retirarse sin decir o hacer más. El que cada uno tome su camino de nuevo, más dejó antes de irse una sonrisa, una reverencia y un hasta pronto.
Françis S. Lombard- Prostituto Clase Alta
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 28/11/2014
Temas similares
» Sueños que solían ser dulces ✧ Mieri
» une destination pour deux âmes libres (Mieri)
» Sota de oros [Mieri G. Milanova]
» Amaneceres Borrosos | Privado.
» A la sombra de la locura y por la senda de la cordura la razón se pierde tras los colores borrosos
» une destination pour deux âmes libres (Mieri)
» Sota de oros [Mieri G. Milanova]
» Amaneceres Borrosos | Privado.
» A la sombra de la locura y por la senda de la cordura la razón se pierde tras los colores borrosos
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour