Goods for sale [Privado]

por **Lukian d'Auxerre** Mar Ene 12, 2016 11:52 pm

Ahora sí que irás al infierno
Dan Brown

Decir que las cosas ocurrían por una casualidad de la vida era una completa tontería, la verdad es que Dorian había llegado hasta aquella zona central de París porque así debía ser, él debía estar en aquel lugar, presente para ver como es que se llevaba a cabo una de las famosas ventas ilícitas de humanos. En otra ocasión aquello no habría llamado su atención, pero tantas cosas le estaban ocurriendo al inmortal que ya ni siquiera sabía quien era realmente o que disfrutaba. Su existencia había sido vuelta patas para arriba y de lo único que estaba seguro en aquello momentos era que si estaba obteniendo una nueva vida debía aprovecharla y no hacer las mismas cosas que en la pasada. Así pues, inmóvil en las sombras observaba como es que un grupo de hombres daban inicio a la presentación de la mercancía, haciendo que los humanos que llevaban desfilasen de un lado a otro a pesar de las inclemencias del clima invernal de París, todo únicamente para que los compradores potenciales les analizaran debidamente y eligieran aquellos a los que deseaban llevarse a casa.

Aquel espectáculo un tanto decadente comenzaba entonces a fastidiar a Dorian, quien estaba a punto de alejarse de aquel lugar cuando entre el desfile de mercancías, sus ojos se posaron sobre el rostro de una joven que por algún motivo lucía diferente al de todos los demás y atraído por ella, comenzó a andar no para alejarse, sino para acercarse más a la venta. Con la mirada fija en la joven, Dorian ignoro todo a su alrededor con el único pensamiento de que debía tenerla para él. Hasta aquellos momentos el ahora de Bordeaux nunca sintió la necesidad de tener a un mortal para que cumpliese sus caprichos y le alimentara únicamente a él, sin embargo, culpaba de esa repentina e inexplicable necesidad que le surgía de la nada a la sangre maldita que ahora circulaba por sus venas y que era la que le volvía tan volátil e impulsivo en sus decisiones, sabiendo pues eso pero sin realmente importarle, Dorian observó en dirección al grupo de hombres que se encargaban de la venta y con voz firme se dirigió a ellos.
– Quiero a la joven que ocupa el tercer puesto en la fila – indicó antes de observar en dirección a la muchacha – pagare lo que sea que pidan por ella con tal de llevarmela justo ahora – aseguró, mostrando entonces una sonrisa burlona a la que seguramente pronto formaría parte de sus pertenencias. La existencia de Dorian estaba cambiando y con la de él, lo harían la de todos los que le rodeasen.

por **Lithia Elmor** Mar Feb 23, 2016 3:10 pm

Cadenas resonantes, conforme avanzábamos por las callejuelas hasta la plazoleta central. A lo largo de este largo camino, miradas vacías y bocas que escondían una risa, pareciéndoles agradable la situación a la que nos conducía el sendero hacia el escalón y ser expuestas ante los ojos de todo viandante que tuviera la misma sucia imagen, adueñándose de nosotras como si fuésemos objeto de colección al que darle el uso que se les antoje.

Inquieta, moviendo las muñecas como si pudiera deshacerme de los grilletes que me atan al poste, pero solo conseguí hacer más ruido, inaudible entre tanto murmullo que en pocos minutos se formó, a pesar de que no ser habitual que ninguna tienda o puesto abrirá, si quizás alguna tasca u hostal de las que su fama le permitía más ganancia que al resto.

Al contrario que yo, quienes conmigo estaban, hacían uso de su lengua para llamar la atención de quienes acerca. Mi cara es de asco y desaprobación por cómo se vendía, dispuestas a que hubiera un “Si” que les encadenara a cualquier vida que creen será mejor que estar en aquella celdas, hasta que volviéramos a emprender el mismo camino y así hasta que el comerciante del que me pretendo vengar, ensañándome a desfigurar su cara e incluso a degollarle delante de todos, aunque eso suponga que la guardia fuera en mi busca,— aunque que me importa, ya lo había perdido o casi todo, salvo mi vida, que no pretendía que así fuera, al menos si no era necesario—, en media voz , mientras mi gesto no cambiaba al ver como lucían sus carnes.Lancé improperios, adjetivos calificativos a los que obtuve respuesta con la misma rapidez. Me reía de ellas, por la facilidad en la que se sentían ofendidas, en cambio yo, me mostré pasiva ante ellas, no me importaba en absoluto.

Aunque mi actitud cambió en el instante en el que sin pretenderlo, oí como reclamaban a alguien, conté desde de mi posición y la respuesta que obtuve no me gusto en absoluto. Alcé la mirada hacia quien en alta voz sugirió desencadenarme del poste y llevarme.

Agité las cadenas en el instante que lo pasos del comerciante por la madera para llegar a mi y desatarme, tiré intentando abarcar su cuello en cuanto estuviera lo suficientemente cerca, pero no fue posible. La mano mano ajena sujetó las cadenas y tiró para que diera un paso al frente, soltó para con la misma acariciar la mejilla y el cuello al tiempo que le retiraba la cara.

—Por el módico precio de 2000 Francos, es toda suya— dijo relamiéndose los labios, a espera que mi comprador cediera —…es una preciosidad Señor,merece conste por su pureza…— ,añadió como dato, revelando así aquello que quien no dice por boca, nadie lo sabría.

—¿Qué me dice?—insitió,manteniéndole la mirada, mientras que por mi parte seguía mirándole de la misma forma ,desde el instante que supe fui condenada a una vida que no elegiría por mí, sino por mano de otros.Ahora eran ellas quienes reían de mi.

por **Lukian d'Auxerre** Miér Mar 16, 2016 9:51 pm

La fila de humanos que antes fuera de un sitio a otro a manera de exhibición se detenía de una buena vez y Dorian no alejaba su mirada de la joven que llamaba tanto su atención. Quizás tenía que ver con la manera en que ella se mostraba ante la situación, pues la renuencia a estar en aquella posición parecía escapársele por cada poro de su cuerpo y probable era que fuera ese detalle algo que incrementaba el interés del inmortal por ella. No le gustaba la manera en que las otras mujeres se exhibían como artículos sexuales, eso porque él no buscaba quien le complaciera en ese ámbito. Dorian requería alguien que poseyera un corazón y un cuerpo fuertes, los suficientes como para soportar los maltratos que estaría destinada a sufrir a manos del vampiro; el inmortal pues necesitaba únicamente quien le saciara la sed que se le había incrementado desde el cambio de sangre no una prostituta que para eso, sabía donde encontrar de las mejores.

Cuando el comerciante comenzó a avanzar en dirección a la muchacha que pedía, la sonrisa en los labios de Dorian se extendió y con diversión observo como es que ella trataba inútilmente de dañarlo. Ese hecho hizo que se le escapara una risita. Su intuición había sido buena, ella no solo poseía un latido fuerte y un cuerpo resistente (según lo que notaba) sino que además tenía un carácter que la volvería una pertenencia bastante entretenida.

Ignorando a los hombres a su alrededor, quienes no sabían si prestar atención al trato que se llevaba a cabo o a las mujeres, escuchó cuanto es que pedían por aquella fémina y cruzando los brazos a la altura del pecho fingió analizar el trato que se le ofrecía. A manera de animarlo más a adquirir la mercancía, el vendedor le garantizo la pureza de la muchacha a lo que no pudo más que sonreír. Los ojos tanto del hombre como de la mujer se encontraban fijos en Dorian, quien después de unos momentos en silencio asintió de manera suave con la cabeza.
– Me parece perfecto, la mercancía parece de calidad y no voy a quejarme por el precio que simplemente creo es lo justo – una sonrisa burlona apareció en sus labios y sus ojos fueron a encontrarse directamente con los de quien sería su nueva posesión – Entonces, me la llevo – sentenció de manera firme y fuerte.

Dio entonces unos cuantos pasos al frente, esperando porque el comerciante se acercara por el pago y le entregara a su nuevo juguete.

por **Lithia Elmor** Sáb Abr 09, 2016 12:31 pm

Mirada en alza hacia aquél que fui selecciona, ofrecida por parte de esta repugnante rata y comerciante que con ánimo de lucro era capaz de vender a su propia familia para luego seguramente gastar sus beneficios en putas, alcohol o cualquier otro trueque del que beneficiarse, he visto a gente así y apuesto que volvería al punto donde estamos esta noche. O tal vez no, pues yo también tomare una decisión al respecto y no estaba en su mano si no en la contraria que por ahora se mantiene encadenada.

No perdí de vista a mi posible comprador, analicé su gesto en todo momento sin hacer ruido alguno ni siquiera hice un nuevo intento, las otras también escuchaban haciendo callar sus risas en el mismo instante que obtuve un sí y entonces las risas dejaron paso a frases que bien debieron guardar antes que pudieran ser razón para no devolverlas de la forma que menos esperan, antes mi prioridad será otra.

El viejo extendió la mano para tomar el saco lleno del dinero de aquél hombre, apalabrando entre ellos la mitad del cobro. Pude oírlo por la cercanía de ambos, uno por asegurarse de que no me moviera y el otro de obtener la otra parte del dinero que faltaba, una vez cerraron el trato procedió a dejarme libre.
— Ooooh, es tan…tan — dije con tono ligeramente raspado en tan solo susurro, antes que las cadenas de los pies cayera y fueran liberados, pudiendo moverme más que antes y lo suficiente como para mover ambos brazos adelante y a la vez como para que la unión de los grilletes rodee su cuello , comenzando a hacer fuerza para si cortar su habla y respiración, molesta por los golpes que sobre mis manos ejercía sin éxito, no por las ganas que ponía o por el dolor que provocaba si no porque en ese instante lo que menos me preocupaba eran los arañazos que propinaba mientras se retorcía por su vida.

— ¿es esta sensación es la que sientes cuando decides por otro?…¿verdad que te encanta eh? — dije con rabia, enfado, odio. Tantos sentimientos negativos a flor de piel que no sabría si destacar una sobre otra. Gesto ligeramente desencajado haciendo fuerza con los dientes que rechinan— ¡¿verdad, verdaaaad?! —; afloje en el instante que aflojaban sus intentos— ¡vamos di algo, maldito hijo de..! —; me asome por su hombro derecho, viendo los parpados caídos, sus articulaciones aflojaron. — a claro, como ibas a hacerlo si ya estás muerto — dije con burla y dejándole caer a un lado mientras que aquellos que miraban quedaron sorprendidos por mi actitud, busque las llaves en el suelo para poder liberarme y tras encontrarlas salte de aquél escalón para huir de allí…

por **Lukian d'Auxerre** Lun Mayo 16, 2016 10:56 pm

La mirada retadora y carente de sumisión de la muchacha que pensaba adquirir como su nueva posesión, fue lo que termino por convencer del todo a Dorian de que estaba haciendo lo correcto. Fue por eso que lleno de seguridad mencionó estar dispuesto a pagar cualquier cantidad que se le pidiera por la joven, esa que no tenía la menos idea de las manos en las que iba a caer muy pronto.

Una vez que el vendedor se acercó hasta Dorian, el inmortal sacó de entre sus ropas un pequeño saco de monedas. En esos momentos el vampiro llevaba únicamente lo que correspondía a la mitad del pago que el hombre pedía por la fémina, sin embargo, una vez que el individuo aquel estuvo cerca, Dorian comenzó a hablar con él.
– Puede enviar a uno de sus ayudantes conmigo, le entregare la otra mitad del dinero al llegar a mi hogar y entonces nuestro negocio habrá terminado – y ante la seguridad del vampiro el hombre aquel no tuvo más opción que aceptar. Ya cerrado el trato el vendedor se alejó de Dorian para dirigir sus pasos hasta donde se hallaba la mujer vendida al inmortal. La mirada del vampiro no se alejaba de su nueva posesión, así como tampoco del hombre que liberaba las cadenas que ella llevaba siendo ese el momento en que una sonrisa de verdadero disfrute apareció en los labios del vampiro.

Inesperadamente para el vendedor pero no para Dorian, la mujer se movió de manera certera, logrando pasar las cadenas de sus manos por el cuello del hombre, quien desesperado trataba de liberarse de aquel agarre que lentamente le impedía la respiración. El individuo debía pues estar sintiendo como la vida se le escapaba, algo que llenaba de placer el cuerpo y la mente del vampiro. La sonrisa antes burlona se mantenía en su rostro pero trasmitía entonces el placer que le generaba saber que su elección de esclava había sido la mejor de la noche; expresando todo lo contrario al terror y la sorpresa que experimentaban quienes le rodeaban.

Cuando el cuerpo del vendedor cayó al suelo y la muchacha salió disparada de aquel escalón, Dorian suspiró. ¿Qué había hecho para que siempre le tocaran las mujeres que escapaban? No lo sabía, pero igual, eso le encantaba. Observándola correr entre las personas, abriéndose camino entre ellas para sumergirse en la oscuridad de las calles aledañas donde seguramente pensaba la humana, se encontraría a salvo de cualquiera que pensara en seguirle, una lastima que fuera precisamente el vampiro quien fuera a seguirla. Con pasos firmes, dejando tras de si la conmoción que sufrían todos al ver al vendedor muerto, se interno en las calles todo para que una vez que salía de la vista de todos, apresurar su pasos, siguiendo el rastro dejado por la mortal hasta una calle donde la encontró liberándose de las cadenas en sus manos.
– Vaya que has dado un buen espectáculo ahí afuera, ¿Tanto deseabas asesinar a ese hombre? – preguntó mientras que se acercaba lentamente a ella.

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