Las cadenas que atan a las flores son las que hacen a las más bellas del jardín

por **Kiara Zając** Sáb Ene 23, 2016 8:28 pm

"And the timing's never right. But for now let's get away on a Roman holiday."

Secretos al Viento

Melódicas notas que embriagan al sol saliente como un saludo, suaves tonos que son emitidos por el ave cantora que pasea lentamente por las calles a primera hora rumbo a su lugar de oficios, aquel jardín del cual es su orgullo y pasión. Aquellos pasos resuenan en armonía con las notas que emite, mientras avanza abriéndose paso por entre las personas. En sus muñecas quedan restos de las cadenas que posee y trata con ahínco de ocultar a la vista de todos, aquellas que ella misma tira cada noche entre las lágrimas negras.

Flamenate jardín cuyas puertas se abren con solo verla, las melodías se vuelven más líricas, sus dedos acarician las verdes y coloridas plantas que ahí se encuentran, incluso las cortezas de algunos de los árboles, es su saludo habitual que realiza cuando ajusta las tiras de su vestido, el frío invernal que aun zozobra por el lugar obliga a que cierre sus ojos entregándose a la melodía hasta el momento que el eco de una rama seca rompiéndose abruptamente la trae de nuevo.

Ojos ajenos y sonrisa conocida es la que se presenta con aquellas manos enormes queriendo atrapar a la pequeña ave que solo sonríe a su captor sin intentar huir, solo esperando el precioso momento para dar su golpe. Vuelan las hojas de los árboles y lo pétalos que se han dejado morir en búsqueda de la libertad, una que danza con el viento llenándose de colores y sonrisas, una que se ve amenazada, aunque no para siempre.

Libertad que se va alejando, pero no demasiado como para resignarse a las manos que se acercan al cuerpo de la pequeña ave, esa ave que solo sonríe disfrutando del remolino de colores que se forman alrededor de ella.

— Este es mi lugar de trabajo, por si no lo recuerdas —

Aquella voz que susurra alejandose del captor, volando lejos como los petalos de flores.
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Por Tony en The Captain Knows Best

por **Kiara Zając** Mar Jul 05, 2016 12:03 am

"And the timing's never right. But for now let's get away on a Roman holiday."

Secretos al Viento

Suaves entonaciones que se mezcla con los colores al viento, los cielos se tiñen de aromas y visiones distintas a medida que avanza el tiempo; el perfume se va desvaneciendo poco a poco hasta quedar las cenizas de un recuerdo que no terminó de formarse. Las sonrisas más complacientes se muestran como carcajdas mientras las flores se van muriendo con el tiempo pasar.

La noche llega rauda y veloz con el vuelo de un ave que se alza por los cielos parisinos, vigilante, ansiosa, su primero vuelo en libertad, su primer vuelo en la primavera. Las alas se abren y sus plumas reciben la calidez del viento estival que resuena en notas de romances, pero para aquel ave eso está muy lejos, para ella esas notas se tocan de otra manera, de otro más oscuro, más pasional y visceral que puede terminar matando a aquel que se cruza con el rostro de la mujer.

La mente juega extrañas situaciones mientras el individuo vaga sin rumbo fijo, el ave se baña por la noche y el agua de los mares, una y otra vez llamando la atención de quien terminará con el hambre del ave; el cuerpo de una mujer aparece entre las aguas dejando al ave lejos por esas horas, sus pasos fuera del agua tocando la arena desnuda como su alma que se muestra sin pudor alguno, se extienden sus manos como si fueras las alas y quien la ha observado no ve más que las historias de marinos encantado por la belleza que puede disfrutar, más su caballerosidad a prueba se pondrá.

— No hay nada mejor que un baño para quitar todo—

La voz resuena suave y cantarina como una suave arrullo trayendo consigo al marino, la figura de la historia se ha marcado sobre las alas de una pequeña ave azulada que ahora con cuerpo de mujer busca ser el demonio que lleve de sus alas al infierno.
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Por Tony en The Captain Knows Best

por **Kiara Zając** Dom Sep 04, 2016 11:09 pm

"And the timing's never right. But for now let's get away on a Roman holiday."

Secretos al Viento

El canturreo de las aves que sobrevuelan los despejados cielos, con las brias acariciando sus suaves alas agitandolas en pequeños aleteos que despiertan los sueños y deseos impropios. Esa pequeña sombra que brinda solo traen consigo el dolor y el placer de sueños incumplidos; así son las alas de aquella pequeña ave de tonos azulados que planea contra el viento sintiendo su pequeño cuerpo siendo acariciado por las corrientes de aire, al menos hasta que las enormes y viejas campanas de la iglesia suenan anunciando las horas perdidas; aun así el ave sigue su camino viajando de árbol en árbol buscando aquello que ha perdido.

Unos ojos oscuros observa al ave llamándola con esa inocencia, la mano enguantada en tonos negros se levanta pidiendo con esa mítica sonrisa que se acerque para dejarse acariciar pero el avecilla solo vuela sobre la cabeza de aquel que baja la mano a su gabardina para tomar un arma, el ave sube lo más que puede a la copa del árbol posándose en una de las ramas, el cuerpo cambia en el de una joven de cabellos largos y negros, con las piernas cruzadas se encuentra frente a frente con aquel que se acerca con el deseo de acabar con su vida. La voz ajena es grave y fuerte así como las ansias de arrancarla las alas a aquella ave

— Y entonces qué, señor inquisidor, dígame cual ha sido mi castigo para que usted venga por mí en este hermoso día—

La sonrisa y aquella mirada de inocencia perdida que emite cambia todo, como si fuera de un embrujo el hombre la observa enmudecido, quizás sea porque ha esperado ver algo que aquella ave tiene
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Por Tony en The Captain Knows Best

por **Kiara Zając** Vie Nov 04, 2016 7:57 pm

"And the timing's never right. But for now let's get away on a Roman holiday."

Secretos al Viento

"Dueles"

Su mente se lo repetía mientras aferraba el pequeño retrato entre sus manos, apretándolo contra su torso hasta sentir como los adornos salientes del marco presionaban su piel con fuerza. Sus párpados se cerraron con lentitud, intentando así poder recrear para si misma aquel rostro que añoró cada uno de los días de su existencia sonriendole, mirándole con cariño... y hasta un poco más, imaginando momentos, situaciones que jamás habían existido pero que de alguna retorcida manera la hacían sentirlo más cerca, aunque los años hubieran pasado y el tiempo consiguiera roer su cuerpo hasta dejarlo reducido a huesos. Un suspiro imperceptible salió de lo más profundo de su herido pecho, mientras en su mente podía contemplar aquellos ojos azules, los más azules que había visto en su vida, con aquella expresión bondadosa que hacía que su estómago diera un vuelco.

"Dueles..."

Abrió los ojos con sobresalto, cuando aquella mirada penetró en ella con un poder desmedido, haciendo los sentimientos de necesidad y nostalgia torturantes. Cada vez que llevaba a cabo ese ritual, la realidad la golpeaba con fuerza cuando se encontraba cara a cara con su amado, inmortalizado en una pintura que no le hacía ni la mitad de justicia de la que se merecía. Era la peor fase de aquella ceremonia, cuando el cálido aire de Aberdeen se desvanecía y su fantasía acababa de un forma abrupta, llevándose a Elliot de su lado. Temerosa acercó el retrato a su rostro y lo recostó con cuidado sobre una de sus mejillas, pero tan solo se encontró con el frío cristal sobre su piel y no aquel tan anhelado contacto de sus dedos, uno que casi ni recordaba.
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Por Tony en The Captain Knows Best

por **Kiara Zając** Miér Ene 04, 2017 10:52 pm

La mujer del retrato devolvía la mirada.
Sus ojos verdes escondían un brillo especial de óleo blanquecino, y al mismo tiempo lo decían todo. Penetraban el alma de todo aquel que se atreviera a observar el cuadro, capaz de congelar el corazón de los curiosos y entrecortar la respiración por la inigualable belleza propia de dioses y criaturas mitológicas que compartía abiertamente como una flor de cristal envuelta en su propia jaula, expectante al mundo que la observaba. Sus labios rojizos reflejaban la luz y casi un aroma comenzaba a despegarse de la fina boca que contenía la vida en ella. Y sus cabellos, infinitos y oscuros como la profundidad del universo mismo, daban una y otra vuelta en perfectos rizos que caían sobre sus firmes hombros, y entre ellos, los aretes de esmeralda emergían como dos ojos feroces en medio de un bosque en una noche helada. Así contrastando con su cabellera, su piel nívea de porcelana no recordaba más que a una muñeca inanimada, a la que le hacía falta un toque de vida, un rubor color rosales en primavera.
Más el pintor estaba aún abstraído en los labios. Sentía que no le hacía justicia con su pincel. Creía que algo le faltaba, tal vez el sabor dulce y letal como veneno redentor, ese mismo que él conocía de primera mano. Ella era fiel amante de esos labios.
La mujer sentada en su lugar, cual escultura viviente, observando fijamente un punto desconocido cual serpiente que no despega los ojos de su presa; su mano izquierda sobre su regazo y la otra, la restante, recorriendo una y otra vez la esmeralda que abrazaba su cuello, recelosa, mientras el viento intentaba conquistarla provocándole cosquillas al mover sus propios cabellos. ¿Quién podría cometer la herejía de robar la magia que envolvía a la musa de aquel pintor que hacía bailar las cerdas del pincel entre el espeso color rojizo de su paleta, y acariciaba el cuerpo retratado como si estuviera desnudo y esperando al momento indicado para unirse a él y a sus besos?

por **Kiara Zając** Mar Mayo 09, 2017 8:20 pm

No, no le gustaba que la exhibieran como si fuera un mono en una feria ambulante, pero también sabía que si a su marido se le había antojado utilizarla para agasajar a su posible socio, poco o nada iba a importar lo que a ella le apeteciera o no le apeteciera hacer. El servicio les sirvió el primer plato, una crema suave de olor especiado. A Émilienne le resultaba incómodo comer bajo la atenta mirada de señor Archer, pero se obligó a probar un poco de la crema por educación. El sabor era tan delicioso como el olor, de eso no cabía duda.

– Tiene usted una casa maravillosa, señor Archer. De un gusto exquisito. ¿Se ha encargado personalmente usted de la decoración? – Le hizo un gesto educado al sirviente que le llenaba la copa de un vino rosado y dulce para que se detuviera. Nunca le había sentado bien beber y apenas se mojaría los labios por cortesía. – Los cuadros son una delicia. ¿Quién es el autor?

– En qué cosas se fijan las mujeres. ¿Verdad, señor Archer? – Dijo Maximilien con una sonrisa divertida en los labios esperando que su anfitrión compartiese la chanza de su comentario. En realidad, cualquiera con un poco de sensibilidad artística se habría detenido a mirar dos veces aquellos lienzos. Y Maximilien hubo un tiempo en que fue así, un hombre culto que disfrutaba del arte y de la belleza. Pero de un tiempo a esta parte en su mente sólo había sitio para los negocios y por un propósito absurdo de escalar a otra posición social.

por **Kiara Zając** Vie Feb 09, 2018 11:58 pm

Pequeñas gotas de rocío que se alzan cuando los negros cabellos son agitados para dejar aquella cristalinas gotas a sus pies descalzos, toma sus zapatos de cabritilla en la mano llevándoselos lejos de la madera húmeda que solo rechina a sus pasos, el sendero le conduce a la seguridad de la tierra, a la jaula de oro en la que vive o intenta vivir.

El sonido de embarcaciones que parten y arriban logran que esboce aquella sonrisa de calma y tranquilidad, su andar se ve interrumpido por la pluma que en su otra mano bailotea, su lengua chasquea cual molestia, es realmente la envidia que siente de aquellas aves que pueden volar libres por el cielo nocturno. Se acerca al empedrado que separa la ciudad con el mulle, toma asiento ahí con su cabello que escurre el agua a su espalda, los zapatos en el suelo y la pluma que roza ahora su rostro.

Pluma fría que guarda su ansiado deseo de libertad, sus labios la tocan con ese sentimiento de esperanza y la sonrisa de volver cada noche a intentar el vuelo lejos de la vista de todos y más que nada cerca de su amadas flores en el jardín botánico — Si pudiera estar así pero con mis flores, lástima que no pueda hacerlo, quizás algún día o alguna noche ¿no lo crees? — agita esa pluma con la sonrisa, como si hablara con ella dejando las palabras al viento que se las lleve a donde mejor le plazca — Quizás solo la libertad está en las almas como en el castigo de quien secuestra al ave que se rebela por el vuelo, que sueños que deseos, pero no es la pregunta correcta, quizás no hay quien formule la pregunta — arroja la pluma que se vaya donde desee junto a sus palabras.

por **Kiara Zając** Lun Abr 09, 2018 10:13 pm

Sus ojos se abren incrédula al ver al dueño de la muerte, al dueño que con un aire alado arrastra una voz tan pesada como espinosa, una mirada que clama cual rosa los rayos del sol y podría ser ella aquellos rayos o quizás ser la oscuridad completa; mordiendo sus labios se encontró en unos segundos en el instante en que sus pies caminaron hasta quedar delante de su nuevo amo, patrono. Una reverencia, una sonrisa, un gesto amable junto a su mano extendida, y esa voz…es canto armonioso — No se preocupe mi señor, puede llamarme como guste si así lo desea, aun así mi nombre es Kiara y estoy para servirle, mi señor— exclamó con una mirada directa hacia el suelo, signo de respeto. Más, la última palabra de su canto, fue una insinuación directa, un cortejo que le invitaba al joven a tomarla como suya como su nueva empleada, aquella que se encargaría de cuidar los rosales.

Su mente vuela. ¿Será alto o bajo? ¿Será joven o viejo? ¿Guapo o feo? ¿Casado o soltero? ¿Fuerte o débil? En cada pregunta su cuerpo se eriza por completo con el solo pensar de quien podría ser el dueño de la propiedad.

Una cinta roja ata las delgadas hebras de la melena oscura en lo alto un lazo atado siendo movido por las pequeñas brisas del verano, una brisa calurosa que deja que cada gota de sudor baje por el centro de aquella espalda, aun con el vestido negro de luto de una no viuda, para ocultar la sofocación del sol. con una sonrisa va levantándose, se reverencia ante al caballero muy respetuosa en una forma de aceptar el pedido, pero no deja de morder su labio inferior en completa entrega por amor a su trabajo, aquellas rosas que le significan su libertad.

con una sonrisa va levantándose, se reverencia ante al caballero muy respetuosa en una forma de aceptar el pedido, pero no deja de morder su labio inferior en completa entrega por amor a su trabajo, aquellas rosas que le significan su libertad.

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