Meetings of life simply coincidence child || Privado

por **Alon** Dom Ene 31, 2016 10:20 am

Despertó con toda la tranquilidad que lograba tener Alon. Era un día domingo, tranquilo y a la vez frío, aparte es el día que tiene descanso tanto en la dulcería como en el restaurante, a veces cuando pasaba eso se la pasaba en su cama… en esa cama de cartón y periódico; el ex gitano no sentía vergüenza alguna por estar viviendo de esa forma. En primer lugar él lo decidió de esa manera, en segundo, se siente cómodo como esta, sí, siendo una persona que a veces no come en todo el día o semanas, no está mortificado por si el día siguiente sigue vivo o no. En pocas palabras no tiene una motivación para vivir, su familia ha muerto (Padres, esposa e hijo) Él vive la vida al máximo, se divierte claro, sonríe, claro pero que él diga “Oh, quiero ser alguien en la vida, por ello seguiré con mi camino” no, el humano simplemente vive la vida como si mañana no despertara por esa y otras razones dejo su carreta y todas sus pertenencias en el área de gitanos, quería comenzar de nuevo, sin nada simplemente con lo que llevaba puesto.

También es una persona sumamente rara, porque todo el tiempo se está comportando como so nunca tuviera ningún problema, actuando como un crio en vez de que comporte como el adulto de veinticuatro años que es; tal vez su aspecto diga que en realidad es como un adolecente, porque a simple vista tiene la cara de un joven de dieciocho a diecinueve años, y no los que realmente tiene. Cada vez las horas pasaban ante los ojos de Alon, no tenía ningún planes de nada, aunque los domingos (No todos) va visitar a un buen amigo gitano, su casi hermano, pero no siempre ya que Alfredo (Como se llama el hombre) suele dar giras por los pequeños pueblos perdidos de Francia así que no todos el tiempo se encuentra en la ciudad, así que no está completamente seguro ir hoy o hasta el siguiente domingo de ese modo quedo nuevamente dormido en su fría y nada cómoda cama.

Al volver abrir sus ojos, era ya mediodía, lo presentía porque el sol estaba en lo alto, el hombre se estiro en su mal hecha cama, para incorporarse, quería darse un buen baño, se sentía sucio y olía mal por desgracia tenía más de dos semanas sin bañar ¿Y en su trabajo no le decía nada? Tal vez le tenían compasión por el pobre humano de clase baja que soportaban el olor, aunque el casi no desprendía un olor repugnante, pero en su persona lo resentía así que, sin decir más camino hacia las afueras de la ciudad donde por supuesto se bañaría en la laguna, esperando que nadie estuviera ahí, rezaba. Finalmente después de cuatro horas en la laguna, y que su piel se pusiera arrugada salió de la refrescante agua, aparte lavo su único cambio que tiene y de ese modo tuvo que esperar para que se secara, de hecho era un poco inteligente ya que no quería pescar un resfriado, no estaba para eso ahora. El cielo se pintaba de negro y algunas estrellas comenzaron a salir, la luna había desaparecido, lastima, pensó el ex gitano, porque a él le encantaba ver la luna en lo alto del cielo, suspiró yendo a la ciudad, el día se le fue como el agua, rápido y preciso y sus pies solamente andaban sin un rumbo fijo.

Y sin saberlo la noche le cayó encima, elevó su rostro viendo que las estrellas este día estaban tan brillante como si fuera el mismo sol, aunque lo que leyó las estrellas eran pequeños soles, sí, Alon leí tampoco era tan bruto, y cuando menos lo pensó estaba el circo gitano, donde alguna vez fue feliz, tuvo lo que algunos desean: Una feliz familia. Ahora no tenía nada, con las manos las bolsas, suspiro, cerrando los ojos y como si fuera poco los recuerdos golpearon su mente, este día era melancólico para él, así que sin pensarlo se dio media vuelta pero no pensó que alguien estaba detrás suyo y tropezó con esa persona, dio varios pasos hacia atrás, viendo la persona, era una mujer, aunque no la vía con claridad por culpa de la oscuridad.

por **Vesper Mozes-Kor** Lun Feb 29, 2016 2:53 pm

Meetings of life simply coincidence child

La única forma de expiar su culpabilidad era a través de la sensación efímera pero bella que la música le transmitía. Frente a una audiencia que vitoreaba sus presentaciones y enaltecía la forma en la cual la garganta de la inmortal acariciaba las notas más complejas. No obstante cuando la teatralidad terminaba, regresaba una vez más a sumergirse en la soledad y la penumbra que la noche ofrecía a los caminantes nocturnos como ella. Era en dichos paseos que el pasado recaía sobre sus hombros, recordándole que sin importar las máscaras que ella vistiera, su naturaleza sería la de un monstruo, uno que había aprendido a la perfección como ocultar sus cicatrices bajo un velo de falsa seguridad. Y en esa noche precisamente los demonios encarnados emergían de sus escondites para distorsionar su realidad trayendo de regreso malos recuerdos. Las mortecinas lámparas apenas alumbraban su sendero cuando pisó la última callejuela del centro de la capital gala. Dirigió sus pasos a un espacio menos concurrido, pero que resultaba ser singular dada la naturaleza de los habitantes que residían en esa área un tanto alejada.
No tenía intención alguna de charlar con nadie, si había regresado a ese lugar era solo porque necesitaba volver a encontrar el sendero en ese pesado automatismo que le guiaba todos los días a realizar las mismas actividades. La tierra fría había abrazado con premura a muchos gitanos de esas áreas, Sybelle estaba consciente de que su presencia alertaría a más de uno, pero no buscaba confrontar a nadie, no ahora que su visita se enfocaba a brindar un discurso gris hacia una vieja amiga, una mujer que se cruzó en su camino cuando la helénica recién había sido convertida. Esos años resultaron un infierno en su existencia y fue gracias a la bondad de esa desconocida que Sybelle aprendió a perdonar a sus enemigos, a olvidar y a recapacitar que rumbo tomaría su destino en ese entonces. Esa gitana y su pequeño hijo habían sido lo más cercano que la inmortal había conocido como familia, de cierto modo se sentía en deuda y lamentaba de sobremanera no haber podido hacer más por ella. La noticia de su desaparición seguía siendo un misterio y si tan solo conociera algún familiar suyo haría hasta lo imposible por ayudarle o aminorar su luto.

–Ha pasado mucho tiempo vieja amiga y como cada año solo puedo ofrecerte estas palabras vacías–

Su fortuna y dotes sobrenaturales no significaban nada si no podía ayudar a los desamparados, era ahí justamente donde erradicaba su talón de Aquiles. Acarició con sus largos dedos enguantados la maleza, tratando de hacer un espacio para depositar un par de rosas blancas. No estaba segura si en aquel reducido espacio yacía el cuerpo de la mujer, pero se aferraba a pensar que así era. Después de unos minutos irguió su cuerpo y dio media vuelta para toparse con un hombre que al igual que ella parecía estar distraído.

–Monsieur, disculpe mi descuido ¿Se encuentra bien?–

por **Alon** Vie Mar 18, 2016 3:09 pm

El tiempo pasaba tan rápido que a veces Alon no se daba cuenta de ello, dejó de contar las horas, los minutos e incluso los segundos cuando su familia murió. Ahora, se encontraba tan solo que a veces sentía un enorme hueco en su corazón, era como si alguien le hubiera extraído todo el relleno que tenía, era como un bizcocho de chocolate, lástima que nadie pudiera rellenarlo nuevamente, y que nadie puede revivir a los muertos, pensó el ex gitano con una mirada melancólica hacia el circo, donde vivo muchas cosas justo en esté lugar. Pero no solucionará nada si esta con estos sentimientos negativos, él quiso dejar todo esto, quiso irse y no volver más, ahora que no esté de esta forma que es un poco anormal en su persona, aparte juró en la tumba de sus padres y esposa: Seguir adelante, aunque no estén conmigo. Sí, esas siempre habían sido las palabras de sus padres. Y tiene que afrontar todo aquello aunque, cuan doloroso era, han pasado tiempo de eso y la herida sigue sangrando como si fuera el primer día, maldita sea su suerte, no era necesario que dios le pusiera esta prueba tan grande, amaba, sí que amaba a su familia, se ganaba horadamente el dinero, no era necesario esto.

Escuchó a la lejanía risas, palabrerías de buena suerte hacia los que participaban en el lugar, en esos momentos río con levedad, sin llegar hasta sus ojos, sí, los recuerdos venían, cuando Alon era trabajador del circo, normalmente estaba con los leones, domándolos y diciéndole que hacer, para entretener a la clientela y que ellos se sienta satisfechos por pagar para ver una fusión decente, sin que ellos se dieran cuenta, no maltrataba al león en curso, odiaba maltratarlo pero ¿Era su vida o dominar a una animal salvaje como ellos? La primera opción siempre estuvo presenté, pidiéndole perdón a los animalillos por pegarles aunque no lo hacía tan duro, era más de palabra que de golpes, buen chico, pensaba todos de ahí. A veces, solo a veces era trapecista, eso sí que le daba miedo, caerse y romperse todo, su familia no necesitaba a un paralitico, por eso siempre rechazaba eso, si no fuera porque realmente lo necesitaban siempre estaba con los pies sobre la tierra. A veces era un cobarde, como cuando se fue, se fue de sus recuerdos y de lo que más amaba en este mundo, ser un gitano y ahora, es una persona sin dinero ni fortuna.

Pero todo eso ya eran recuerdos, recuerdos buenos tanto buenos, y escondidos en un baúl que siempre se abrirá para mostrarle lo cuan feliz era aquí. Suspiro, apretando sus manos, ¿A que vino? En primer lugar, solo se sentiría culpable, bajo su mirada hacia el suelo, para después subirle y fijarse que ahí, a unos metros de él estaba sus ¿amigos? Sí, amigos que no volvió a ver, y que ahora no sabía si ir o no a saludarlos, de hecho, no tenía el coraje necesario para afrontar sus errores con ellos. Negó, no, no iba a verlos, se dio media vuelta volviendo a ver esa mujer que, por sus pensamientos se había olvidado que estaba ahí, escuchó la dulce voz de ella, baja y podría decir que hasta fina.-Buenas noches, Madame. –Dijo, haciendo una leve reverencia. –Disculpe por no prestarle atención y eso que la noté hace tiempo atrás. –Parecía que su voz se estaba quebrando poco a poco, los nervios, la vergüenza y los demás sentimientos, se estaba acumulando en su ser. -Y no, no me encuentro nada bien, pero tampoco deseo abrumarla con mis problemas, Madame, usted tiene los suyos y yo los míos ¿O no? –río levemente y suspiro. -Que pase buenas noches. –Volvió hacer una reverencia pero ahora de despedida comenzando a caminar hacia la salida.

por Contenido patrocinado

Meetings of life simply coincidence child || Privado

Meetings of life simply coincidence child || Privado

Re: Meetings of life simply coincidence child || Privado

Re: Meetings of life simply coincidence child || Privado

Re: Meetings of life simply coincidence child || Privado