El alba está cerca y las sombras aun se quedan || Privado +18

por **Emily/Abigeil Wright** Sáb Feb 13, 2016 9:03 pm

La mano detenida, el beso que fue interrumpido por los labios ajenos que callaron las palabras no dejaron paso a nada más que al sonrojo y al latido estruendo de su corazón que se desbocaba con cada latido; el perfume de la noche con la suave y fresca brisa que entraba por la ventana más la habitación se sentía cálida, como los besos que aquel cazador le propinaba; su lengua jugaba con la de él uniéndose mientras los labios se juntaban y separaban en la búsqueda de aquel aire, pequeños hilos de la saliva que se mezclaba lentamente cayendo a un lado del rostro de ella.

Sonríe, tontamente sonríe con aquel sonrojo en su rostro y cuerpo, escucha con cuidado las palabras que él dejaba entre ellos y su mente piensa en su hermana ¿podrá hacerle ello a su hermana? No podía, pero tampoco quería dejar al cazador, tenía una deuda enorme con su hermana pero…pero…pero aquel cazador era su amor. Traga en seco tomando el rostro de él, su pudor quedó olvidado y sus labios se acercaron a besar aquellos labios, un beso delicado, está lista para confesarle su mayor secreto, susurra sobre los labios ajenos a los cuales lame sensualmente, tal como le enseñó su hermana –Andrei, tengo algo que confesarte– susurra atrayéndolo a su cuerpo desnudo.

En un giro lo coloca bajo su menudo cuerpo quedando ella encima de él sin ropa alguna mostrando la desnudez de su cuerpo totalmente, acerca sus labios al cuello de él mordiéndole la oreja –A pesar de que ejerzo como prostituta, nunca, nunca he sido tomada como tal, aquella de la que reniegas, Emi, era quien tomaba mi puesto cada vez que alguien pedía nuestros servicios, ella dejaba que yo calentara a los clientes con ella y a ellos con mis manos y mi cuerpo desnudo pero en los actos terminaba ella con los hombres, te preguntarás por qué– mece su cuerpo lentamente contra el de su amado cazador –Por mi enfermedad, ella temía que alguien me hiciera daño y terminara muerta, por eso nunca dejó que me tocaran más allá de…de…– suelta un leve jadeo tomando la mano diestra de él para colocarla sobre su trasero –Nada más que esta parte han tomado, Andrei– mueve sus caderas contra las caderas de él.

–Quiero irme contigo y ser tu esposa, pero ¿Qué pasará con mi hermana? La amo demasiado como para dejarla sola, no puedo, no puedo pero tampoco quiero perderte…– empuja más sus caderas contra él gimiendo arqueando su espalda mostrando su excitación en los jadeos y el sonrojo de su rostro. Se detiene mirándole a los ojos respirando un poco agitada –Te amo Andrei…y tengo miedo…entiéndeme por favor–

Una lágrima corre por su mejilla por aquel duelo que se está batiendo en su interior.

por **Andrei Chezhekov** Sáb Feb 27, 2016 8:03 pm

Después de tanto tiempo parecía mentira lo que pasaba en el interior de esa habitación. Ahí estaba la mujer con la que quería casarse pero que por mala fortuna estaba su hermana sobre ella a cada rato cuando estaba en París, pero ahora parecía que no estaban allí en ese momento – Abigeil…-Se sienta, teniendo a horcajadas a Abigeil, comenzó a acariciar suavemente la recta y suave espalda de la cortesana, pero para él era mucho más que eso.

Ella le había cambiado tanto que ahora tenía una meta, algo por lo que luchar y no sentirse perdido en la vida – Has puesto una meta en mi vida y gracias a ti ya no me siento perdido –susurro audiblemente, como en un momento íntimo entre ambos que temía que fuese a desaparecer. Con Abigeil, tras intuir aquel miedo que en sus temerosas palabras le había dicho sobre su virginidad, quería ir despacio, sin prisas pero en su corazón había un puño que no le dejaba respirar con tranquilidad, como si en algún momento váyase a ser interrumpido.

-Quiero hacerlo contigo –le tomo de las mejillas, acariciando con los pulgares aquellas mejillas sonrojadas – quiero darte esperanza y sueños por los que luchar –sonrió como si estuviera hipnotizado que en cualquier caso, él estaba así desde que conoció por primera vez en aquella emboscada a Abigeil - Quiero hacerlo bien –Murmura cerca de sus rosados labios carmesí y con ello, aparta con suavidad el cuerpo de Abigeil y se va hacia su chaqueta que en momentos antes se la había quitado para arropar a Abigeil y de ahí saco una caja de madera pequeña en la que abrió y aparece un anillo de plata con una gema en el centro de color purpura.

El anillo que estaba brindando a Abigeil había pasado de generación en generación en su familia. Siempre había sido un símbolo, una piedra hermosa de la suerte entre los Chezhekov. Aquel anillo había pasado de su abuela a su madre y ahora pasaría a manos de Abigeil, a menos que ella quiera casarse con ella de verdad- Abigeil Wright, ¿Quieres casarte conmigo y pasar el resto de tus dias conmigo? -Preguntó, tensando su voz sin que él pudiera evitarlo apenas.

anillo:

por **Emily/Abigeil Wright** Dom Mar 13, 2016 6:30 pm

El rostro enrojecido que mostraba Abi en aquel momento cuando las manos del cazador acariciaron su rostro haciéndola tomar el color carmesí de manera más profunda en todo su rostro y cuerpo, lo mira con los ojos entrecerrados y un brillo diferente, como si estuviera a merced de él completamente, incluso en los pequeños momentos en que la suavidad la inunda por cada rincón de su cuerpo al estar junto a él.

Le mira alejarse de su cuerpo lentamente pensando lo peor del caso, pero al darse de cuenta d3e a donde se dirige y lo que tiene en las manos su sonrisa regresa observando los movimientos del cuerpo del cazador; aunque él le hablaba ella no apartaba la mirada de su torso, de la parte de su clavícula y hombros que subían y bajaban conforme hablaba, incluso aquellas pequeñas gotas de agua que aún quedaban sobre su cuerpo perlándolo, cubrió su rostro para no verlo porque su cuerpo estaba actuando de una manera muy extraña y pervertida; no fue hasta que el menciono la palabra matrimonio que sus ojos volvieron a ver aquel presente, aquel anillo que significaba el cambio de todo.

Abrió su boca completamente intentando emitir alguna palabra pero solo quedó enmudecida ante ello, pasaron unos segundos que parecían ser horas –No se que decir Andrei, yo…no se– lagrimas inundan sus ojos completamente –Yo quiero ser tuya esta noche y todas las demás, pero no sé cómo terminar el contrato que tengo con ya sabes…– baja la mirada avergonzada, pero extiende su mano para que el coloque aquel anillo, su voz es un hilo de susurro –T amo demasiado para dejarte ir y que me dejes ir, al menos por esta noche–

Su cuerpo está completamente acalorado.

por **Andrei Chezhekov** Dom Mar 27, 2016 8:22 pm

Mientras colocaba el anillo escuchaba perfectamente sobre lo que ella decía. Sonrió de momento hasta ver sus ojos y su sonrisa se ensanchase aún más. Él mismo estaba dispuesto a luchar por ella, a luchar por estar a su lado y que fuera feliz. De cualquier modo, ahora mismo, era momento para ellos y enseguida la beso lentamente, rodeándole las caderas con ambos brazos que enseguida envolvieron su pequeño volumen corporal.

Andrei rio entre labios, la cogió cual princesa y colocándola sobre la cama, él, Andrei, se quitó la camisa que llevaba empapada aun de la bañera, enseguida se bajó los pantalones para quedar solamente y de momento en ropa interior. Su cuerpo estaba cerca de devorar el pequeño y frágil cuerpo de Abigeil. Estaba insinuándose tal vez, pero no permitiría quedarse de bruces a ver cuál era la reacción de Abigeil.

Teniendo en cuenta al menos sobre el problema de su ahora prometida, tendría que ir con cuidado de que su corazón no se rompa antes de tiempo – Shh te cuidare Abigeil, te amo –Susurraba entre caricias en sus brazos que otorgaba el cazador, sus labios besaban el cuello pequeño de Abigeil, Andrei se controlaba para no lanzarse sobre el cuerpo entero de Abigeil. Pretendiendo querer ser un caballero, simplemente no pensó en lo otro. Protección. Abigeil era delicada en toda su totalidad, Andrei podía verlo desde la posición en donde se encontraba en ese instante.

Sumergiéndose en otros momentos de su vida, nunca había amado de momento a una mujer, estuvo Tania pero ella solamente le trataba como un adolescente hormonado, no quería dominar sobre las mujeres pero si quería ser respetado y no criticado por su apariencia. Era un joven que se había ido encontrando con experiencias que le han hecho cambiar. La desaparición de su hermano, la muerte brutal de sus padres, el cómo tuvo que lidiar con el pestilente olor de sus padres cuando los descolgaba del techo, como cuando era rechazado por todas las mujeres del burdel, por cómo incluso la más celebre prostituta también le trataba como un crio. Pero entonces llego y conoció en una encerrona a las gemelas Wright y no pudo evitarlo.

Abigeil era tan frágil que no por eso quería protegerla, sino también amarla. En sus escapadas que tuvo con ella, en algunas noches distraídas en las que se ganó más odio de la otra gemela, él cuidaba y conocía a Abigeil un poco más hasta sentirse completamente atraído por ella de una manera moral. En noches en las que quería ayudar a Abigeil pero entonces llega a enterarse que se fue a EEUU sin que él lo supiera. Ahora la encontró y espera poder llegar a tener un futuro en América si es preciso.

por **Emily/Abigeil Wright** Miér Abr 13, 2016 7:39 pm

La tinta carmesí que se había formado en todo el rostro, orejas y cuello de Abi era el reflejo de sus sentimientos por aquel momento, sus manos temblaban al tomarse de los hombros del cazador, sus ojos se cerraron con fuerza a causa de la vergüenza…¿vergüenza? Una prostituta como ella sintiendo eso era raro y casi imposible de creer, incluso se podría tomar como una mera actuación de una sexo servidora, pero era cierto, tanto que le dolía el pecho a Abi de lo que crecía en su interior.

Los besos que le profería ponían a su cuerpo en un estado que no tenía comparación en las noches de trabajo que solía realizar en compañía de su melliza; sus piernas temblaban sentía que le fallaban y no le respondía, quizás por ello se abrieron al punto de dejar al cazador en medio de ellas rodeándole la cadera con sus piernas sujetándole con suavidad mientras su cuerpo se tensaba entre suspiros por las caricias y besos que recibía de su cazador.

Aquellas palabras en aquel momento solo lograron que su corazón latiera más a prisa, tanto como para hacer que sus ojos se abran observando los ojos intensos de su amado, su diestra subió hasta su pecho en la parte donde estaría el corazón de él acariciando justo el pectoral, sintiendo los latidos del corazón que eran correspondidos en igual medida en ella. La desnudez de ambos, los cuerpos juntos de aquella manera, los labios rosándose, y las palabras muertas que terminan en suspiros –No quiero ser una muñeca de porcelana, solo quiero que me ames, que ames intensamente como lo hago yo por ti– lo abraza con fuerza rodeándole el cuello con ambos brazos –Ámame, no importa cómo, no importa donde…solo ámame es todo lo que te pido– susurra al oído de él besándole aquella parte del cuello mordiendo el lóbulo de su oreja lamiendo la piel expuesta.

Su primera vez en aquella posición, no como la prostituta si no como la mujer, como una mujer enamorada.

por **Andrei Chezhekov** Miér Abr 27, 2016 6:53 pm

La delicadeza en las palabras de su amada dejaron probablemente luz verde al cazador para poder actuar. Sin embargo, estaba calificado ¿o no lo estaría? Abigeil parece que si le dio esa calificación pero ¿Y cuándo lo averiguase su hermana? Tenía miedo de perderla, la separarían de él probablemente, se irían lo más seguro hacia un estado diferente o hacia algún país en el que él mismo fuera imposible de encontrarla.

Así que sin más los besos comenzaron a convertirse en una bocanada de pasión sobre los labios ajenos, sujetándose con una mano en uno de los frágiles hombros ajenos para después mientras el beso permanecía en los labios ajenos, movía la mano hacia abajo, acariciando con la palma de su mano por el cuerpo definido de Abigeil.

Estaba comenzando a sentir por su interior como su propia libido comenzaba a elevarse. Sin embargo, todo lo que empezaba tenía que acabar.

Andrei rompió el beso el cual estaba en proceso para poder ir con sus besos por la línea de su cuello hacia abajo, poco a poco, lentamente yendo hacia abajo por su clavícula, por la palidez de aquel pecho y cada peca, cada lunar de aquel exquisito cuerpo que adoraba en demasía con cada beso merecedor de su necesidad de yacer con alguien como Abigeil.

-AAgh…Abi…-Murmuro el nombre de su amada comenzando a sentirse algo excitado por la situación. La necesidad entre sus pantalones parecía haberse despertado de repente, con ansias de probar del néctar privado de los dioses, de poder querer estar dispuesto a entremeterse en las profundidades del calor carnal de la pasión con Abigeil, pero de momento, Andrei llevo varios de sus dedos –dos de momento- hacia el interior de la ropa interior de Abigeil, comenzó a masajear aquella zona delicada y sensible que toda mujer tiene escondido entre sus piernas.

por **Emily/Abigeil Wright** Vie Mayo 13, 2016 10:44 pm

Las suaves caricias que el cuerpo de Abi recibía por parte de su amado cazador solo la sonrojaban a puntos críticos; su piel se erizaba con el solo contacto y su respiración se agitaba soltando leves jadeos que se acompañaban del movimiento de su cadera contra aquellos dedos hábiles. Su corazón comenzaba a latir desesperadamente fuerte arqueando la espalda al sentir como sus besos y roces iban calentando cada parte.

El sonrojo en su rostro y aquella mirada llena del amor que sentía por él solo se expresa por aquellas manos se enlazan alrededor del cuello de Andrei atrayéndolo a su cuerpo; al tener sus labios lo más cerca posible comenzó a besarlos, primero de una manera dulce e inocente para que a medida que continuaba los besos aumentar al grado de juguetear con la lengua de él, rozándola, chupándola, dejando un hilo de saliva entre los.

Sus piernas le rodearon las caderas de su amado pegando aquel bulto de él contra su intimidad ya estimulada, se mordió los labios fuertemente soltando sus brazos del cuello de él dejándolos sobre la cama tan expuesta ante sus ojos –Andrei…quiero que me mires…de ahora en más solo tu podrás ver mi cuerpo, y solo tu podrás tocarlo como gustes. Hazlo amor mio porque te amo– susurra avergonzada entre los gemidos que va soltando producto del placer que siente en compañía de su amado –Andreeeei– suelta un gemido fuerte al igual que las sensaciones que aquel hombre provoca en el cuerpo de Abi.

Acarició los labios de él bajando por el cuello, pechó, vientre hasta el bulto de su ropa íntima al cual dejó pequeñas caricias sobre la tela que golpeaba incesante por liberar aquella presión. Su mente no pensó en nadie más que ellos dos dentro de aquella habitación y el futuro que tendría de ahora en más.

por **Andrei Chezhekov** Vie Mayo 27, 2016 10:10 pm

Dedicándose a ella en todo su esplendor, Andrei aprovechaba cada momento que la tenía con ella. Ahora mismo, ahora cuando podría entregarse a ella y si hay suerte, irse los dos de vuelta a París para volver a empezar juntos en otro país, en Rusia o en cualquier otro lugar en donde de ambos no se conociese.

Estaba planteando seriamente tener una relación, una relación familiar entre Abigeil y él mismo, con algunos hijos, de momento la parejita perfecta podrían tener, pero de momento, pensaría en los momentos que tiene ahora mismo, en el presente, ya que por eso se le llama asi, presente, un regalo que te da la vida para que puedas tener un futuro y olvidarte de la oscuridad del pasado.

Andrei y Abigeil no lo han tenido fácil realmente. Con su hermana interrumpiendo, con los compañeros del cazador molestando con molestas cartas de dichosas misiones en las que llegaba cansado solamente para poder tocar el lecho de su cama, después de estar tan cansado que solamente quería dormir y se odiaba a veces por las veces que pudo dejar fría a Abigeil antaño. Andrei estaba sumido en el cuerpo de su amada, delicada, él seguía moviendo sus dedos cerca de aquel rincón secreto en el que simplemente parecía hacer efecto cálido y pícaro en el delicado cuerpecito de Abigeil.

– Me alegra que te guste….-

Comenzó a lamer insistentemente por el lóbulo derecho de su amada, arrastrando su lengua con lentitud, sacó los dedos de aquel escondite para levantar y retirar el broche de aquel extraño sostén, ambas manos ocupaban ahora los senos que en su mano parecía faltar espacio.

Andrei fue moviendo sus caderas contra el centro de Abigeil. Sumamente aumentaba los movimientos de sus caderas intentando que Abigeil recibiera adheridos con los movimientos en sus senos oleadas de placer debido a que ya estaba algo combustionada por los movimientos de sus dos dedos en el clítoris. Andrei estaba experimentando algo que le resultaba también algo novicio para él.

Había tenido sexo, sí, pero no como lo que experimentaba ahora mismo, ella estaba con él, en esa habitación, que no les interrumpiera, querría que este momento que tenía con Abigeil no acabara nunca. Evidentemente se refería a su acompañamiento con Abigeil, el lugar podría cambiar evidentemente.

por **Emily/Abigeil Wright** Lun Jun 13, 2016 11:12 pm

Cada rincón de su cuerpo estaba estallando lentamente en las manos diestras de aquel cazador con aquellos movimientos que llevarían a cualquiera a perderse en los confines del placer, las mirada de amor que se mezclan con el placer de sentirse juntos y que nadie los podría separar se iba tiñendo de colores a medida que el calor aumentaba. ¿Cuántas veces había estado en esa situación? Pocas, aunque no podría decirse igual de las veces que observó Abi o era invitada a participar, siempre fingiendo dejando que su hermana se ocupara de todo, pero esta vez, en esta ocasión era diferente.

Los ecos de los gemidos solo eran apagados por aquellos labios que eran remordidos por los dientes para evitar soltar más de esos sonidos eróticos durante toda la noche en la que Abi se encontraba bien acompañada por aquel cazador que hacía a su corazón y cuerpo convulsionar de aquella forma. Le miró a los ojos sonriéndole sonrojada completamente, moviéndose más contra el cuerpo de él, lentamente, su boca se abría y cerraba fuertemente así como sus ojos, momento en el que un pensamiento paso por su mente ¿Cuántas mujeres pasaron por sus manos?

Una punzada de dolor atravesó su pecho así como las lágrimas que amenazaban en mostrarse pero se alejaron por el momento, sus manos se posaron sobre las manos del cazador con el fervor de borrar de la mente de él y de su cuerpo rastro de otras mujeres así como en el de ella. Quería que su amor sintiera que solo le pertenecía a é, aunque sin duda no se daría cuenta. O quizás sí, ella esperaba que sí.

Los gemidos eran más fuerte así como la presión de su pecho, tomó entre sus manos el rostro del cazador besándolo en los labios con toda la pasión que su corazón albergaba. Susurro sobre sus labios con voz quebrantada –Te amo, Andrei, realmente te amo…Yo…Yo quiero ser tuya solamente tuya– suelta un grito ahogado en el momento que su cuerpo convulsiona en una pequeña explosión de placer.

Un orgasmo tan fuerte como el amor que siente por aquel cazador.

por **Andrei Chezhekov** Lun Jun 27, 2016 9:45 pm

Dispuesto a conceder el deseo de su amada, Andrei da la vuelta con cuidado a Abigeil para penetrarla lentamente por su vagina, tras bajarse los pantalones de cuero que vestía en esa noche, pero ahora mismo comenzaba movimientos secos y lentos dentro de la vagina de su amada, opto por azotarla varias veces pero solamente fueron dos azotes en las nalgas ajenas mientras la penetraba y agarraba ese trasero que era tan suave y esponjoso – Abigeil, tu fuiste, eres y serás siempre mía y en todos los sentidos de la palabra “MIA” –Susurro con ardor y deseo en la oreja de Abigeil cuando se inclinó sobre ella un poco más.

Obviamente supo de la delicadeza, de la virtud que ahora arrebato a Abigeil ahora era suya – Se fuerte, no iré con fuerza pues se tu situación Abigeil, se que eres virgen…-sonrió con dulzura cuando giro el rostro de Abigeil con su mano lentamente para no lastimarla más de lo que posiblemente ya produjo en su interior.

Pasó un minuto sin moverse y en el que se entretuvo en Abigeil dándole caricias para calmarla, para situarla en la temperatura más elevada en la que en esa noche pudieran ambos estar. Él mismo esperaría a que ella sintiera comodidad en esa noche y enseguida, lentamente Andrei comenzó a embestirla, tomando ritmo hasta que finalmente se incorporó dando rienda suelta a sus embestidas - Te amo, Abigeil Wright y te secuestraré si hace falta para llevarte a mi lado y hacerte mi esposa y madre de los muchos...aaaaa.....-tosió- aaaaah Sii!! -Gimio de lo agusto que estaba en el interior de Abigeil, pero se salió y volvio a darla la vuelta para ponerse entre sus piernas, penetrarla lentamente y volver a empezar una noche llena de placer y diversión.

por **Emily/Abigeil Wright** Miér Jul 13, 2016 11:30 pm

Dolor, uno que se iba propagando por todo su cuerpo a medida que sentía como su amado entraba en su cuerpo aunque ese mismo sentimiento de angustia era apagado por las caricias que recibía lo que le hacía olvidar completamente la pérdida de su virginidad; se mordió los labios con fuerza tratando de buscar un momento de relajación y así olvidar completamente esa molestia que sentía en su intimidad, pero solo con ver a los ojos de aquel cazador se le iba todo sentimiento para llenarla con uno solo, AMOR.

Sus gemidos pronto inundaron toda la habitación, su cuerpo comenzó a mecerse sobre el cuerpo ajeno, las gotas de sudor iban cayendo lentamente sobre el pecho masculino así como los besos que iba a dejando mientras su cuerpo se acostumbraba al cambio y sensaciones. Escuchó las palabras de su ahora prometido sonriéndole, detuvo aquellos movimientos tomando una buena bocanada de aire para dejar que sus manos recorran las mejillas masculinas hasta que los pulgares alcancen los labios carnosos que se entreabrían. Besó lentamente el mentón subiendo por el perfil de su rostro hasta los labios los cuales beso con deseo y pasión mordiéndole un poco, algo traviesa –Desde que nos vimos en aquel hotel fui tuya Andrei, porque te robaste mi corazón y siempre te pertenecerá, solo a ti– lo empuja a la cama mirándole con un sonrojo en el rostro.

–Quiero que disfrutes de mi, como gustes – susurra tomándole las manos para dejarlos sobre sus senos moviéndose a un ritmo más rápido, aun con las punzadas de dolor que sentía en su intimidad; podía sentirlo completamente en su interior y quería que él también la sintiera, sobre todo, todo aquello que ella sentía por él de una manera desmedida –Aaaah Andreí Hazme tuyaaaaa– grita clavando las uñas en el pecho de él al momento que su cabeza la tira hacia atrás embargada en el placer que solo aquel cazador podía darle.

por **Andrei Chezhekov** Miér Jul 27, 2016 7:45 pm

Andrei esperaba que aquella noche fuera la más especial para ambos debido a que ambos se unían el uno con el otro con el acto sexual que acontecía en ese momento. En ese momento Andrei continuaba con las embestidas, lentas, rápidas, sensuales, caricias que iban desde la rodilla hasta los senos masajeandolos y lamiendolos con delicadeza. Lo que más disfrutaba ver en Abigeil era cuando gemía al cogerla de los senos y tiraba de sus pezoncillos con lentitud. Rio con sutileza, pero más que nada era por el placer de ver disfrutar tanto a Abigeil.

Por otra parte temía por la salud de Abigeil, aquella parte tan frágil y delicada con la que él trataba de tener sumo cuidado, pero ¿Como hacerlo teniendo sexo? Cuando estaba a punto de llegar al tope salió de Abigeil y en una cadena de besos fue bajando hasta que soplaba haciendole cosquillas en su clitoris, lamió parte del clítoris lentamente sabiendo que andaba sensible y palpitante por aquella zona dolorida. Sus besos comenzaron a inundar aquella parte inferior para despues seguir introduciendo su lengua, sin importarle su sangre virginal. Después se limpió su boca para introducir dos dedos - ¿Te sigue doliendo?- pregunto en el oído de Abigeil, cuidando de ella en todo momento.

Continuó moviendo los dedos dentro de ella, produciendole placer y haciendo que se olvidara del dolor reticente que seguro le dolerá por unos días - ¿Te gusta...? - susurro en el oído de Abigeil, lo lamió y mordía sutilmente para hacerla cosquillas, le lamia sus senos por turnos todo mientras seguia masturbandola con dos dedos en el interior de su vagina

por **Emily/Abigeil Wright** Mar Sep 13, 2016 11:40 pm

El dolor iba mermando para cambiar por aquello que era el placer, uno tan extremo como sobrecogedor, la mirada de Abi se enterneció sonrojándose por completo al encontrarse en algunos momentos con la mirada oscurecida de su amante, de su amor, incluso cuando veía las gotas de sudor caer de la frente de él a su pecho sentía cosquillas y algo de vergüenza que él la viera en aquel estado, agitada, jadeando y a punto de llegar al mayor éxtasis de toda su vida.

La suave voz que la despertaba y volvía a arrojarle al cielo, aquellos ojos que la veían solo a ella, los dedos de su amado que tocaban con tanta suavidad que estaba derritiendo, sentía contracciones en su cuerpo que jamás antes las sintió, una gran corriente invadiéndole toda la columna vertebral, su rostro sonrojado demasiado incluso sus orejas lo estaban, junto a la falta de aire y esa sensación de que todo estaba por explotar la hacía sentir maravillosa hasta el punto de olvidarse del dolor punzante de haber perdido su virginidad en manos de quien amaba. La presión en su pecho estaba creciendo sabiendo que no iba a soportarlo más, soltó un fuerte grito de pasión y sus dedos se aferraron con fuerza a los hombros de su cazador, su espalda de arqueo completamente mostrándole aun más aquellos senos, sus piernas se cerraron en torno al cuerpo de él oprimiendo aquellos dedos que no paraban de hacerle sentir bien, el orgasmo llegó a su cuerpo así como el pequeño grito del nombre de él –Andreeeeeeeeeiiiiii– se deja caer en aquella cama llena del sudor de ambos mirándole y sonriendo.

Sus caderas seguían el ritmo de los dedos expertos de él , sonreía agitada, sus manos acariciaron los cabellos humedecidos de su amado atrayendo el rostro de él al de ella solo para comenzar a besarlo los labios –Se siente tan bien que no quiero que te detengas, quiero seguir hasta que el sol llegue, quiero seguir en tus brazos toda la noche no importa si mi cuerpo termina todo adolorido, solo quiero ser tuya Andrei, tuya toda la noche y toda la vida – susurra a su oído aferrándose a él gimiendo nuevamente, su mirada coqueta y pícara apareció, aunque con un toque de inocencia y vergüenza –¿Cuántos podrás darme esta noche?– gime sobre los labios de él cerrando los ojos absorbiendo todo el placer sonriendo de felicidad y dicha.

por **Andrei Chezhekov** Mar Sep 27, 2016 4:48 pm

La soltura de Abigeil hizo en su interior que se soltase un poco más refiriéndose a sus movimientos en el clítoris de Abigeil.

Aquellos dedos que estaban masturbándola con anterioridad, ahora se posaban sobre uno de los senos mientras el índice tanteaba el pezón, moviéndolo en círculos – Bien, entonces prepárate….-Dijo con aquel tono seductor acompañado de una sonrisa picarona que demostraba que jugaría con ella todo el rato. Se detuvo unos instantes, pareció haber escuchado algún sonido conocido proveniente de un lugar cercano – Abigeil…-Frustrado por que posiblemente su tiempo con Abigeil estuviera llegando a su fin, tuvo que parar lo que podría haber sido un segundo acto con su amada.

– Vístete, nos iremos ahora mismo de aquí –Dijo rápidamente acercándose a sus ropas para poder vestirse de inmediato – Y en alta mar nos casaremos y seré tu esposo –Dijo acercándose a Abigeil, besándole la frente sabiendo que podría estar mirándola con cierta confusión – No quiero perderte Abigeil –Dijo mirándola arrodillado, cogiéndola de las manos para que viera la necesidad de estar con ella en París y como su esposa – Quiero casarme contigo, tener una familia contigo…-Volvió a besarla – Pero no seré cruel pues debes hacer caso a tu corazón….-tose- y si decides quedarte aquí, me quedaré contigo, venderé mis propiedades en Rusia como en París, me fugaría contigo a algún país estadounidense en el cual juntos poder vivir….pero a París o nos fugamos a otro país….-miro un instante sutilmente por la ventana y volvió a ver a Abigeil – Abigeil….¿qué decides? –Dijo con sequedad. Andrei estaba esperando a que Abigeil decidiera su destino, un destino del cual ahora estarían ambos solos, ni su hermana, ni su padre, nadie. Solamente él y ella, en París o en otro estado estadounidense.

No estaba seguro, pero las voces, al menos una de ellas la reconocía, pero al ser de noche se distinguía muy poco la apariencia de la poseedora de dicha voz por lo que no querría arriesgarse a perderla de nuevo, no otra vez. Bastante fue el duro golpe al saber que Abigeil no estaba en Paris hasta que descubrió que había viajado a América forzada por su hermana y su padre. No quería perderla, dios todo poderoso, no deseaba perderla ya que si lo hacía, sabía que era la última vez que la vería, probablemente lo matarían o algo peor y Abigeil lo más imaginable sea obligada a verlo en primera fila y después almas separadas en distintos ambitos astrológicos.

por **Emily/Abigeil Wright** Jue Oct 13, 2016 5:40 pm

Sus manos estaban alrededor del cuello del cazador gimiendo abiertamente sobre los labios de él, su mirada se fija en aquel rostro masculino que le sonríe con toda la picardía del mundo algo que la sonroja más en su rostro y en su cuerpo que se arquea completamente ante las caricias y estímulos que recibe por parte de él. No puede soportarlo más y suelta un gran grito cuando su pezón es acariciado y aunque se muerde un poco el labio las palabras de su amado solo avivan aquella llama que la está matando por dentro.

Unas voces del exterior obligan a romper con todo por el momento, se siente adolorida cuando su amado sale de su cuerpo una sensación extraña y de vacío; cuando trata de sentarse el dolor inminente que le recorre el cuerpo es suficiente para que Abi haga muecas de dolor poniéndose de pie rápidamente –ouch– se queja cubriéndose con la sábana, una que tiene una mancha roja y que ella cubre con su mano para evitar que se vea más de su vergüenza; sonrojada y avergonzada estaba cuando la propuesta de su amado la aturde por completo, estaba a punto de dar la respuesta hasta que la voz de su hermana se hizo más fuerte

–Abi, papá quiere hablar contigo, baja o subiré por ti – grita estando cerca de la puerta, el susto que recibe Abi por escuchar ello hace que le empuje al cazador para que salga de ahí rápido lo más pronto posible –Andrei, hablamos luego por favor por ahora vete, si – susurra al oír más cerca la voz de su hermana llamándola, insistiendo a que salga.

Sin darse cuenta Emi ingresa a la habitación que está oscura y ve el cuerpo de su hermana envuelta en las sábanas –Abi…ABI estás bien – grita apurada cundo Abi se despierta, finge hacerlo, junto a una sonrisa de cariño hacia su hermana, una sonrisa que oculta el dolor que siente al girarse sobre la cama –Tranquila Emi, estoy bien solo algo adolorida y por eso quería descansar, ya sabes se me ha adelantado el período y no quiero salir de cama por los próximos sietes días – baja la mirada para evitar que vea que está mintiendo, pero cuando Emi ve la mancha de sangre simplemente abraza a Abi sonriéndole –Tranquila le diré a nuestro padre que estás indispuesta por periódo así que no te preocupes hermanita, además el quiere llevarnos al bosque a conocerlo dice que hay un lugar que es bueno para la salud en luna llena, vamos, quizás te sientas mejor y sea bueno para tu cuerpo– sonríen las dos, alistándose ambas para salir.

Ahí abajo les esperaba su padre que miraba a su “hija”, a Abi de manera siniestra mientras a la otra le dedica miradas lujuriosas.

Ahí iba un gran secreto que en medio del bosque se iba a aclarar.

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