AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
De animal a hombre, de hombre animal... {Privado}
2 participantes
Página 1 de 1.
De animal a hombre, de hombre animal... {Privado}
Anoche Randall había logrado llegar a su casa lo bastante tarde que nadie notó que el gran oso café estaba finalmente en su hogar, después de las cinco de la mañana y ahora dormía placenteramente entre la comodidad de su lecho y repleto de almohadas alrededor de él. Pero no todo es maravilloso y para el cambiante definitivamente no lo es. Y al no lograr conciliar fácilmente el sueño, cuestión de minutos esté sintió sus mejillas humedecerse, haciendo que pausadamente abriera sus parpados que la verdad no deseaban ser abiertos, pero cada segundo que pasaba era más la humedad y de ese modo, abrió los ojos de golpe, al enfocar su vista en el o la causante de eso, observo que cuatro pares de ojos lo estaban viendo con toda la inocencia del mundo, descubriendo que era los cachorros que la semana pasado había recogido de una caja de cartón a las afuera de la ciudad.
Los cachorritos que encontró, eran tan tiernos que el corazón animal de Von Vanic se encogió sin poder negarse de aquellas miradas que salvó y bueno, sin remordimiento alguno, se los quedo, su familia pego el grito en el cielo por traerlos, nuevamente animales, prácticamente su hogar parecía un zoológico; a decir verdad, al Francés le tenía sin cuidado lo que ellos pensaran, por algo la familia era millonaria ¿no? para hacerlo y en vez de despreciarlo en cosas, que, bueno la verdad no tenían lógica, él los hacía para salvar a los animalillos desamparados de París y si fuera posible, del mundo.
-Ya, ya me desperté… -Con una voz ronca les habló, acariciando a cada uno de los cachorros, ellos, inmediatamente se acurrucaron en sus brazos, Randall, en estos momentos era como su madre, ante aquella reacción, el hombre suspiro para dejarlos cómodamente entre las almohadas de felpa que recién lavaron las servidumbres de la mansión. Él necesitaba levantarse para bañarse, alistarse e ir a la casa de su eterno amor y mejor amiga, como todos los días, iba a visitarla, aparte hoy era el gran día que Mara, iba a conocer a los cuatro cachorros, aunque sabía perfectamente que estaba en riesgo en salir con una pata en el culo tanto él, como los canino bebes, el temperamental de ella era de lo peor, y más sabiendo que odia, detesta, repugna de los animales ¡Ella es malvada! Por no amar a estos seres vivo llamados animales, y finalmente logró desprenderse de las sabanas para irse al cuarto de baño, y comenzar su día.
Suspiro, y rezaba que Mara, Baronesa de Francia no destarara su enojo contra él, no había salido, lo dedujo por el carruaje de ella perfectamente bien estacionando en donde siempre lo dejaba y sobre sus manos estaba una casa de color perla que contenía a los cuatro adorables cachorros de diferente color: Café, negro, blanco y el ultimo, de un color dorado. Al mirar su contenido, estaba dormidos ¿No era adorables? Para Randall, sí, entro por la puerta trasera, ya nadie se sorprendía a verlo ahí, desde hace años hacia lo mismo, aparte, nadie comentaba del porque llevaba una caja en mano, todos, enserio, todos de ahí sabían su contenido, y al entrar a la sala, una estampida de gatos fueron directo a sus piernas, sí, también era de ellos, como en su hogar ya estaba repletos de animales, ahora la pobre mora de la noble sería. Dejo la caja sobre el suelo, viendo que aún con el brusco movimiento ellos seguían dormidos, estaba calientito donde estaban ya que el cambiante les coloco una sábana y juntos, hacían que el ambiente sea perfecto para unos cachorros de no menos de tres meses de nacidos. Preguntó a la ama de llaves si su amiga aún seguía en sus aposentos, ella le confirmó y sin decir nada, subió las escaleras entrando al cuarto sin ser llamado, cerró la puerta tras su espalda, con cuidado y sin despertarla se recostó en la cama, acercándose a ella, y sonriendo, se miraba tan linda dormida, pero él haría que abriera sus hermosos ojos. Inhalo aire, para después…
-¡Mara Beaumont! Tienes una rata en tú rostro. –Al momento de gritaré, de un saltó se bajó del letargo de la baronesa para ponerse en posición fetal a un lado de la cama, no tardía en escuchar como gritaba palabrotas nada recatadas para una noble como ella, eran gritos histéricos de su estimada mejor amiga.
Los cachorritos que encontró, eran tan tiernos que el corazón animal de Von Vanic se encogió sin poder negarse de aquellas miradas que salvó y bueno, sin remordimiento alguno, se los quedo, su familia pego el grito en el cielo por traerlos, nuevamente animales, prácticamente su hogar parecía un zoológico; a decir verdad, al Francés le tenía sin cuidado lo que ellos pensaran, por algo la familia era millonaria ¿no? para hacerlo y en vez de despreciarlo en cosas, que, bueno la verdad no tenían lógica, él los hacía para salvar a los animalillos desamparados de París y si fuera posible, del mundo.
-Ya, ya me desperté… -Con una voz ronca les habló, acariciando a cada uno de los cachorros, ellos, inmediatamente se acurrucaron en sus brazos, Randall, en estos momentos era como su madre, ante aquella reacción, el hombre suspiro para dejarlos cómodamente entre las almohadas de felpa que recién lavaron las servidumbres de la mansión. Él necesitaba levantarse para bañarse, alistarse e ir a la casa de su eterno amor y mejor amiga, como todos los días, iba a visitarla, aparte hoy era el gran día que Mara, iba a conocer a los cuatro cachorros, aunque sabía perfectamente que estaba en riesgo en salir con una pata en el culo tanto él, como los canino bebes, el temperamental de ella era de lo peor, y más sabiendo que odia, detesta, repugna de los animales ¡Ella es malvada! Por no amar a estos seres vivo llamados animales, y finalmente logró desprenderse de las sabanas para irse al cuarto de baño, y comenzar su día.
Suspiro, y rezaba que Mara, Baronesa de Francia no destarara su enojo contra él, no había salido, lo dedujo por el carruaje de ella perfectamente bien estacionando en donde siempre lo dejaba y sobre sus manos estaba una casa de color perla que contenía a los cuatro adorables cachorros de diferente color: Café, negro, blanco y el ultimo, de un color dorado. Al mirar su contenido, estaba dormidos ¿No era adorables? Para Randall, sí, entro por la puerta trasera, ya nadie se sorprendía a verlo ahí, desde hace años hacia lo mismo, aparte, nadie comentaba del porque llevaba una caja en mano, todos, enserio, todos de ahí sabían su contenido, y al entrar a la sala, una estampida de gatos fueron directo a sus piernas, sí, también era de ellos, como en su hogar ya estaba repletos de animales, ahora la pobre mora de la noble sería. Dejo la caja sobre el suelo, viendo que aún con el brusco movimiento ellos seguían dormidos, estaba calientito donde estaban ya que el cambiante les coloco una sábana y juntos, hacían que el ambiente sea perfecto para unos cachorros de no menos de tres meses de nacidos. Preguntó a la ama de llaves si su amiga aún seguía en sus aposentos, ella le confirmó y sin decir nada, subió las escaleras entrando al cuarto sin ser llamado, cerró la puerta tras su espalda, con cuidado y sin despertarla se recostó en la cama, acercándose a ella, y sonriendo, se miraba tan linda dormida, pero él haría que abriera sus hermosos ojos. Inhalo aire, para después…
-¡Mara Beaumont! Tienes una rata en tú rostro. –Al momento de gritaré, de un saltó se bajó del letargo de la baronesa para ponerse en posición fetal a un lado de la cama, no tardía en escuchar como gritaba palabrotas nada recatadas para una noble como ella, eran gritos histéricos de su estimada mejor amiga.
Randall Von Vanic- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 28/02/2016
Re: De animal a hombre, de hombre animal... {Privado}
“There is, I believe, in every disposition a tendency to some particular evil, a natural defect, which not even the best education can overcome."
― Jane Austen, Pride and Prejudice
― Jane Austen, Pride and Prejudice
Mara no se caracterizaba por estar lista a tiempo, en realidad, para ella el tiempo era relativo, algo forzosamente necesario pero sin mucho que aportar, es por eso que, sin importar el día de la semana que fuera, solo se levantaba antes del alba si tenía algún tipo de compromiso -las responsabilidades siempre iban primero a sus deseos-
Si ahora mismo seguía en cama, era para intentar recuperar la paz y la calma que días antes -para no decir semanas- había perdido, no supo en que momento su casa se convirtió en un albergue para animales, los detestaba, soportaba su existencia pero no estaba de acuerdo en tener que celebrarla o si quiera compartir el mismo espacio que los, y ahora, Randall la obligaba a hacerlo, bendita la hora. La noche anterior, se la pasó en vigía gracias a los ladridos, maullidos y demás ruidos que llenaban la casa y por vigilar la puerta de sus aposentos puesto que algunos osados la retaban y subían por las escaleras de mármol.
La penumbra en su habitación, se debía a las pesadas cortinas de color marsala que cubrían las ligeras de color ivory, pero aún así, una tenue luz osaba filtrarse por la ranura libre de tela, insignificante a penas, pero lo suficiente como para hacer aún mas notoria la obscuridad del cuarto.
Se removió entre las sábanas, luchando por aferrarse a su lado inconsciente mas que al que alerta, lo lograba, tanto así que no escuchó la puerta abrirse, ni los pasos tan familiares -y a veces tan hartantes- que se acercaban a ella. El sobresalto debido al grito fué mas que la reacción debido a las palabras, en realidad no prestó atención a lo que siguió después de lo que entendió, era su nombre, las cobijas y sábanas se enredaron en sus piernas quedando en la orilla de la cama ―¡Maldita sea! - se sentó de golpe en el mullido colchón y tras intentar recuperar su ritmo cardiaco, giró el rostro hacia quien había sido el culpable ―Randall Zacarias Von Vanic... eres hombre muerto - la mirada frica de la morena no era nada comparado con el mar que bullía en ella.
De un tirón, aventó la ropa de cama que la cubría y saltó fuera de la cama, cerró los puños y los estampó contra el pecho del hombre ―¿Quién te dijo que puedes despertarme así? es mas ¿quien te dio permiso si quiera de entrar en mi habitación? - los empujones que le daba a penas si lo movían, podía utilizar toda su energía y eso no cambiaría el hecho de que Randall le sacaba estatura y fuerza.
Si ahora mismo seguía en cama, era para intentar recuperar la paz y la calma que días antes -para no decir semanas- había perdido, no supo en que momento su casa se convirtió en un albergue para animales, los detestaba, soportaba su existencia pero no estaba de acuerdo en tener que celebrarla o si quiera compartir el mismo espacio que los, y ahora, Randall la obligaba a hacerlo, bendita la hora. La noche anterior, se la pasó en vigía gracias a los ladridos, maullidos y demás ruidos que llenaban la casa y por vigilar la puerta de sus aposentos puesto que algunos osados la retaban y subían por las escaleras de mármol.
La penumbra en su habitación, se debía a las pesadas cortinas de color marsala que cubrían las ligeras de color ivory, pero aún así, una tenue luz osaba filtrarse por la ranura libre de tela, insignificante a penas, pero lo suficiente como para hacer aún mas notoria la obscuridad del cuarto.
Se removió entre las sábanas, luchando por aferrarse a su lado inconsciente mas que al que alerta, lo lograba, tanto así que no escuchó la puerta abrirse, ni los pasos tan familiares -y a veces tan hartantes- que se acercaban a ella. El sobresalto debido al grito fué mas que la reacción debido a las palabras, en realidad no prestó atención a lo que siguió después de lo que entendió, era su nombre, las cobijas y sábanas se enredaron en sus piernas quedando en la orilla de la cama ―¡Maldita sea! - se sentó de golpe en el mullido colchón y tras intentar recuperar su ritmo cardiaco, giró el rostro hacia quien había sido el culpable ―Randall Zacarias Von Vanic... eres hombre muerto - la mirada frica de la morena no era nada comparado con el mar que bullía en ella.
De un tirón, aventó la ropa de cama que la cubría y saltó fuera de la cama, cerró los puños y los estampó contra el pecho del hombre ―¿Quién te dijo que puedes despertarme así? es mas ¿quien te dio permiso si quiera de entrar en mi habitación? - los empujones que le daba a penas si lo movían, podía utilizar toda su energía y eso no cambiaría el hecho de que Randall le sacaba estatura y fuerza.
Última edición por Mara Beaumont el Dom Abr 17, 2016 7:08 pm, editado 1 vez
Mara Beaumont- Realeza Francesa
- Mensajes : 24
Fecha de inscripción : 27/02/2016
Re: De animal a hombre, de hombre animal... {Privado}
Randall sabía perfectamente que lo hizo estaba muy, pero muy mal, a una señorita como Mara no era persona para jugarle ese tipo de broma y era muy pesado sus actos a veces. Pero tal vez la confianza que se tenían y que creía el cambiante era más fuerte, es lo que le impulsaba para hacer aquellas barbaridades como si se tratara de un niño, aún y no un hombre maduro, como siempre debe de ser. A veces, solo a veces puede llegarse a comportar como el hombre que realmente es, cuando realmente algo suele pasar ahí es cuando su hombría aparece, comportándose completamente diferente, mientras que este en su zona de confort, Von Vanic estará feliz y haciéndole, podríamos decir que travesuras a su íntima amiga. El cambiante no es precisamente muy amigable con las demás personas y más con esa pequeña obsesión que tiene sobre los animales, no puede ver un canino sin hogar ni comida cuando inesperadamente ya está entre sus brazos para llevárselo a su hogar o al de ella. Una cosa que detestaba de su mejor amiga es que ella no toleraba a los animales, era repelente hacia ellos y eso hacia enojar un poco al francés.
Siempre se ha preguntado ¿Qué pasaría si ella en algún momento muy lejano descubriera que Randall es un cambiante, que se trasforma en un animal? Tal vez lo dejaría de hablar sin importar sus años de amistad o tal vez lo aceptaría por la misma razón. Pero tenía miedo de decirle la verdad, tantas veces que ha deseado revelarse su único secreto que tiene, tanto él como su familia es una clase de sobrenaturales y que al pensar en estos momentos, él podría ser el padre de baronesa de Francia, vaya redundancia es esto. Simplemente la respuesta es negarse a sí mismo en revelarle tal cosa, no quiere que ella se alejara de él por ser un fenómeno ni que lo discrimen como tal, así que desde el momento que conoció a la pequeña Beaumont, quedo prendido de ella, por decirlo de esa manera, su deseo más anhelado es cuidarla con tanta fuerza que hasta podría romperla si se descuida. Ella, una frágil pero a la vez fuerte mujer, es lo que lo tiene en paz, tranquilo, por eso de sus labios no saldrá nunca que él, se puede transformar en un temido y feroz oso salvaje aunque no tan salvaje.
Pero ahora, en vez de estar pensando en tantas cosas repentinamente y precisamente en estos momentos no está para eso, ahora necesita calmar a la fiera mujer que él mismo despertó hace segundos, necesitaba sacar esa bestia salvaje para poder hablar con firmeza, pero cuando se trata de la pequeña Mara, es algo imposible. De un saltó se levanta quedado enfrente de ella, y viéndole con una sonrisa torcida. -¡Mara! Mi estimada amiga de la infancia. –Escupe las palabras. -Buenos días para vos también. Mira te vez tan radiante cuando despertáis, no deberías de estar enojada pequeña, es un día fabuloso, que podréis sacar un rato a nuestros hijos y reír de las locuras de las personas y…-Calla al ver la expresión nada grata de la baronesa, suspira sudando frío. -En primer lugar, sos mi amiga, puedo entrar cuando desee, por algo somos amigos desde que vos estabais pequeña, y…. –Se encoge de hombros y se sienta en la cama. –Perdón, sabéis como soy, no te enojes, enojada no te vez bonita, mejor, báñate, cámbiate y vamos a desayunar. –Se acercó a ella, y le dio un beso en la frente para salir de los aposentos de la dama. –Por cierto, tenemos nuevos amigos, no derraméis bilis, ¿sí? –Sin decir más sale del cuarto suspirando y cubriendo los oído, sabiendo que gritaría al carburar que nuevamente trago animales a su casa.
Siempre se ha preguntado ¿Qué pasaría si ella en algún momento muy lejano descubriera que Randall es un cambiante, que se trasforma en un animal? Tal vez lo dejaría de hablar sin importar sus años de amistad o tal vez lo aceptaría por la misma razón. Pero tenía miedo de decirle la verdad, tantas veces que ha deseado revelarse su único secreto que tiene, tanto él como su familia es una clase de sobrenaturales y que al pensar en estos momentos, él podría ser el padre de baronesa de Francia, vaya redundancia es esto. Simplemente la respuesta es negarse a sí mismo en revelarle tal cosa, no quiere que ella se alejara de él por ser un fenómeno ni que lo discrimen como tal, así que desde el momento que conoció a la pequeña Beaumont, quedo prendido de ella, por decirlo de esa manera, su deseo más anhelado es cuidarla con tanta fuerza que hasta podría romperla si se descuida. Ella, una frágil pero a la vez fuerte mujer, es lo que lo tiene en paz, tranquilo, por eso de sus labios no saldrá nunca que él, se puede transformar en un temido y feroz oso salvaje aunque no tan salvaje.
Pero ahora, en vez de estar pensando en tantas cosas repentinamente y precisamente en estos momentos no está para eso, ahora necesita calmar a la fiera mujer que él mismo despertó hace segundos, necesitaba sacar esa bestia salvaje para poder hablar con firmeza, pero cuando se trata de la pequeña Mara, es algo imposible. De un saltó se levanta quedado enfrente de ella, y viéndole con una sonrisa torcida. -¡Mara! Mi estimada amiga de la infancia. –Escupe las palabras. -Buenos días para vos también. Mira te vez tan radiante cuando despertáis, no deberías de estar enojada pequeña, es un día fabuloso, que podréis sacar un rato a nuestros hijos y reír de las locuras de las personas y…-Calla al ver la expresión nada grata de la baronesa, suspira sudando frío. -En primer lugar, sos mi amiga, puedo entrar cuando desee, por algo somos amigos desde que vos estabais pequeña, y…. –Se encoge de hombros y se sienta en la cama. –Perdón, sabéis como soy, no te enojes, enojada no te vez bonita, mejor, báñate, cámbiate y vamos a desayunar. –Se acercó a ella, y le dio un beso en la frente para salir de los aposentos de la dama. –Por cierto, tenemos nuevos amigos, no derraméis bilis, ¿sí? –Sin decir más sale del cuarto suspirando y cubriendo los oído, sabiendo que gritaría al carburar que nuevamente trago animales a su casa.
Randall Von Vanic- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 28/02/2016
Re: De animal a hombre, de hombre animal... {Privado}
“I want to say somewhere:
I've tried to be forgiving. And yet.
There were times in my life, whole years,
when anger got the better of me.
Ugliness turned me inside out.
There was a certain satisfaction in bitterness.
I courted it. It was standing outside, and I invited it in.”
― Nicole Krauss, The History of Love
I've tried to be forgiving. And yet.
There were times in my life, whole years,
when anger got the better of me.
Ugliness turned me inside out.
There was a certain satisfaction in bitterness.
I courted it. It was standing outside, and I invited it in.”
― Nicole Krauss, The History of Love
Decir que estaba enojada, era realmente poco, la ira era algo que transpiraba por cada poro, sus ojos ardían de odio hacia Randall en estos momentos ¿lo hacían? él era el único punto fijo en su existencia en estos momentos ¿así se lo pagaba? dejó las manos en puño sobre el pecho del hombre tensando la mandíbula al punto de sentir que se rompería la quijada, debía calmarse, se lo debía, de alguna maldita y extraña forma se lo debía.
Pero Randall no le facilitaba las cosas, el tono de su voz, su manera de moverse, la calma aparente con la que hablaba, todo en el parecía exasperarla a un punto sin retorno, inclusive el sentirse calmada y segura en aquellos abrazos prolongados, eso era lo que mas odiaba, la fragilidad que algunas veces podía tener y que solo él fuera capaz de darle sentido a las piezas sueltas en su vida. Bufó y golpeó una vez mas el pecho de Randall con los puños, intentando clavarle los nudillos para provocarle aunque fuera el mínimo dolor ―¡No son nuestros hijos! que el día que engendre alguno, créeme, no será un animal - sentenció alzando el dedo índice hacia él, señalándolo para darle mayor entonación a su comentario antes de darle la espalda, haciendo que el camisón ondeara con aquel giro tan brusco y que su cabello pareciera una ola al aire.
Se paró en seco justo cuando tomó por el borde la bata de seda blanca con detalles en dorado, cualquier intento de calma, él venía y lo resquebrajaba ―¡Ay por el todos los cielos! - se giró sobre sus talones solo para poder verlo ―El que me conozcas desde que tengo uso de razón, no te da ninguna derecho, ni siquiera mi hermano...- aquello la hizo sentir una corriente eléctrica mezclada con la sensación de recibir una cubetada de agua helada, hacía mucho que no pensaba en él, mas bien, hacía mucho que no se daba cuenta de cuanto pensaba en Maurice. De pronto, odio a Randall por haberla obligado a darse cuenta de su ausencia.
Resopló con fuerza y rodó los ojos en blanco sintiendo como pasaba cerca de ella para sentarse en la cama, se mantuvo de espaldas a él mientras se ponía aquel pedazo de tela fina sobre sus hombros y espalda ―Que sepa como eres, no te da ninguna derecho - sintió el beso sobre su frente pero no lo miró si quiera, no quería continuar peleando, llegaba un punto en el que era por demás extenuante, y así, sin más, una palabra mas salió de aquellos labios logrando llevarla al punto de quiebre. Tomó la zapatilla de piso mas cercana a ella y la arrojó con fuerza, rogando tener buena puntería y maldiciendo cuando ésta encontró destino en la puerta que se cerraba.
Hizo una pequeña rabieta, y después de eso, se sentó sobre la cama, sopeso el hecho de volver a enredarse en las cobijas, de no salir y dejarlo allí esperando, pero después de unos minutos, sintió remordimiento. Se puso de pie y se dirigió al baño, mismo que estaba terminando de ser puesto por una de sus damas de compañía quien se apresuró a acercarse y quitarle la ropa ―¡Por favor dime que mi casa no parece un zoológico... - era una pregunta disfrazada de suplica, se metió a la tina y cerró los ojos, su doncella no supo que responder y solo le limitó a reír nerviosamente, Mara abrió los ojos, en cualquier otro momento aquello la hubiera hecho enojar, pero debía guardar sus fuerzas para desquitarse con quien debía ―Genial... - se hundió en el agua esperando no saber mas.
Minutos, quizá una hora después, salió de su habitación ya vestida y perfumada. Llevaba el cabello recogido en medio moño, un vestido de corset entallado de color marfil, sin pedrería pero si con unos ligeros detalles de hijos dorados y se dirigió a las escalinatas para bajar y encontrarse con cualquier cosa que Randall hubiera traído ―No pienso discutir nada si no he comido primero - sentenció una vez que llegó a la planta baja y pasó de él sin siquiera mirarlo dirigiéndose a la terraza lateral donde solía desayunar.
Pero Randall no le facilitaba las cosas, el tono de su voz, su manera de moverse, la calma aparente con la que hablaba, todo en el parecía exasperarla a un punto sin retorno, inclusive el sentirse calmada y segura en aquellos abrazos prolongados, eso era lo que mas odiaba, la fragilidad que algunas veces podía tener y que solo él fuera capaz de darle sentido a las piezas sueltas en su vida. Bufó y golpeó una vez mas el pecho de Randall con los puños, intentando clavarle los nudillos para provocarle aunque fuera el mínimo dolor ―¡No son nuestros hijos! que el día que engendre alguno, créeme, no será un animal - sentenció alzando el dedo índice hacia él, señalándolo para darle mayor entonación a su comentario antes de darle la espalda, haciendo que el camisón ondeara con aquel giro tan brusco y que su cabello pareciera una ola al aire.
Se paró en seco justo cuando tomó por el borde la bata de seda blanca con detalles en dorado, cualquier intento de calma, él venía y lo resquebrajaba ―¡Ay por el todos los cielos! - se giró sobre sus talones solo para poder verlo ―El que me conozcas desde que tengo uso de razón, no te da ninguna derecho, ni siquiera mi hermano...- aquello la hizo sentir una corriente eléctrica mezclada con la sensación de recibir una cubetada de agua helada, hacía mucho que no pensaba en él, mas bien, hacía mucho que no se daba cuenta de cuanto pensaba en Maurice. De pronto, odio a Randall por haberla obligado a darse cuenta de su ausencia.
Resopló con fuerza y rodó los ojos en blanco sintiendo como pasaba cerca de ella para sentarse en la cama, se mantuvo de espaldas a él mientras se ponía aquel pedazo de tela fina sobre sus hombros y espalda ―Que sepa como eres, no te da ninguna derecho - sintió el beso sobre su frente pero no lo miró si quiera, no quería continuar peleando, llegaba un punto en el que era por demás extenuante, y así, sin más, una palabra mas salió de aquellos labios logrando llevarla al punto de quiebre. Tomó la zapatilla de piso mas cercana a ella y la arrojó con fuerza, rogando tener buena puntería y maldiciendo cuando ésta encontró destino en la puerta que se cerraba.
Hizo una pequeña rabieta, y después de eso, se sentó sobre la cama, sopeso el hecho de volver a enredarse en las cobijas, de no salir y dejarlo allí esperando, pero después de unos minutos, sintió remordimiento. Se puso de pie y se dirigió al baño, mismo que estaba terminando de ser puesto por una de sus damas de compañía quien se apresuró a acercarse y quitarle la ropa ―¡Por favor dime que mi casa no parece un zoológico... - era una pregunta disfrazada de suplica, se metió a la tina y cerró los ojos, su doncella no supo que responder y solo le limitó a reír nerviosamente, Mara abrió los ojos, en cualquier otro momento aquello la hubiera hecho enojar, pero debía guardar sus fuerzas para desquitarse con quien debía ―Genial... - se hundió en el agua esperando no saber mas.
Minutos, quizá una hora después, salió de su habitación ya vestida y perfumada. Llevaba el cabello recogido en medio moño, un vestido de corset entallado de color marfil, sin pedrería pero si con unos ligeros detalles de hijos dorados y se dirigió a las escalinatas para bajar y encontrarse con cualquier cosa que Randall hubiera traído ―No pienso discutir nada si no he comido primero - sentenció una vez que llegó a la planta baja y pasó de él sin siquiera mirarlo dirigiéndose a la terraza lateral donde solía desayunar.
Mara Beaumont- Realeza Francesa
- Mensajes : 24
Fecha de inscripción : 27/02/2016
Temas similares
» Todo por un hombre, un hombre que lo merece [+18][Privado]
» Es todo culpa de ese animal! [Privado]
» Animal Sex ||Privado +18
» Animal bond || Privado
» La misión del hombre sombra [Privado]
» Es todo culpa de ese animal! [Privado]
» Animal Sex ||Privado +18
» Animal bond || Privado
» La misión del hombre sombra [Privado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour