Las heridas que no se ven son las más profundas -{Libre}-

por **Ofelia K. Von Drago** Miér Oct 06, 2010 3:02 pm

Sentada allí, entre los antiguos y recientes escritos, Ofelia. Esa inmortal con alma indomable. Esa mujer con corazón duro, con alma de hierro. O por lo menos así, es como pretendía ser. Una tenue luz nocturna, proveniente de la luna menguante, se colaba por entre las ventanas abiertas, inundando el lugar de luz azulada. Ella leía, refugiándose en mundos lejanos. Horizontes paralelos, donde su instinto animal, podía ser enjaulado con facilidad. Leia con ansias, devorando las hojas ante sus ojos. Y a medida que leía no podía evitar imaginar otras situaciones. Los personajes de sus propios escritos, que a veces, tomaban vida en su inconciente, y le amenizaban la eternidad, danzaban a su alrededor en un ritual interminable. Un suspiro suave se escapó entre sus labios color carmesí, y desvió con elegancia los ojos del libro que en sus manos yacía.

Se levantó, casi apresuradamente. Su mente, malvada, la había entretenido con pensamientos “alegres”, pero la realidad era otra. Completamente diferente. Ella, no era mas que un monstruo. No era mas que un vil animal sediento de sangre, y no había nada que pudiese hacer para evitarlo. Se acercó hasta un ventanal, apoyándose contra el mismo, y dejando que el viento otoñal, despeinase su cabellera pelirroja. Sentirse como un fantasma, sentirse invisible, era algo natural en ella. Pero prefería quedarse así, a que todo el mundo la viera como lo que en realidad es. Una mano recorrió su rostro. Ese pálido y gélido rostro que pocas expresiones daba, y mantuvo apoyado su mentón. Su mirada nívea, se entretenía con los insectos nocturnos que se movían en el exterior. Sin embargo, ya no contemplaban con ese brillo de antaño. Ya no existía esa curiosidad por las cosas que la rodeaban. Sus muchos años de experiencia la habian domesticado, y miraba el mundo con ojos cansados.

De pronto, un ruido interrumpió su descanso. Al parecer, y si sus sentidos no la engañaban, alguien había entrado a la biblioteca. Se quedó en el lugar, sin moverse un solo centímetro, hasta que los pasos del intruso se acercaron más de lo previsto. Volteó su rostro, clavando su mirada en la obscuridad. –No está permitido entrar en la biblioteca a estas horas..- Musitó sin alterarse, dejando que un brazo cayese a su lado, mientras que el otro, seguía apoyado en la ventana.

por **Alexi Wolfkang** Jue Oct 07, 2010 5:37 pm

*Habia tenido una noche larga, un humano bagabundo me habia intentado atrapar en su forma animal, su forma de buho de un color tan blanco como la nieve, con pequeñas manchas negras en la espalda del animal, eso era en lo que se converitian sus tatuajes, el humano tonto le habia logrado lastimar una ala al tratar de atraparla mas no era nada grave ni sangraba tampoco , lo bueno es que habia logrado escapar, pero no podia seguir volando ni tan alto, asi como tampoco tan lejos, y si a eso le agregamos que no sabia donde diablos estaba la mancion ya que todas se veian de iguales, la biblioteca seria un buen lugar para descansar y talvez robar un mapa de la ciudad y comenzar hubicarse. No habia podido llegar mas lejos a lo que volo hasta donde estaba al parecer una bibliotecaria, pero el humano habia entrado persiguiendola. Esta hizo una advertencia al viejo bagabundo*

–No está permitido entrar en la biblioteca a estas horas..- *a lo que el hombre se quejo diciendo*.

-Animal del Infierno! Baja de ahi cobarde sirviente de satanas!!.....

*Yo tansolo movi mi cabeza en negacion y Olule en señal de queja, despues cerre mis enormes ojos y movi la cabeza hacia la espalda para ver al hombre que estaba viendo hacia donde estaba el escritorio de la bibliotecaria*
Las heridas que no se ven son las más profundas -{Libre}- Buho+blanco+sobre+nieve

Las heridas que no se ven son las más profundas -{Libre}- Buho+blanco+sobre+nieve

por **Ofelia K. Von Drago** Jue Oct 07, 2010 6:52 pm

Cuando había pensado que su advertencia había sido suficiente. Cuando su frialdad no podía ser más evidente, un grito estrepitoso interrumpió la calma de la biblioteca. ¿Cómo osaba alguien molestar la inmaculada solemnidad de los libros? ¿Cómo podía uno siquiera pensar en disturbar los sagrados aposentos de tan mágicas escrituras? No entendía. Simplemente no lo hacía, y su único pensamiento era de qué se trataba de un vil ignorante. Un vagabundo en efecto. Un sucio humano que se atrevía a gritar en su presencia. Se arrimó mas al hombre, mirándolo fijamente. Matándolo con la mirada.
Solo bastaba una mirada, unas palabras y sería más que suficiente.
-Márchese ahora mismo de este lugar – Ordenó con delicadeza, pero sus palabras no sonaron tan delicadas como en realidad deberían haber sido. Fueron duras, firmes. Era útil tener el don de la persuasión. Era fácil manipular las mentes humanas. Y así, sin más opciones que obedecer, el humano se marchó con un aspecto confundido.

Sus ojos se posaron entonces en lo que perseguía aquel vagabundo. Encontró el origen de tanto disturbio. Un pequeño búho que reposaba tranquilamente, resguardado de la noche otoñal. Lo miró con cierta curiosidad, con un pequeño deje de desdén. Como sabiendo que no era un búho común y corriente. Se trataba de algo más, pero que podría importarle a ella. –Espero que este revuelo halla sido por algo importante – murmuró en dirección al búho blanco, como si este pudiese contestarle. Un intento de risa se despegó de sus labios, pero mas que risa era una negación. Un triste dejo de sorpresa.

por **Alexi Wolfkang** Vie Oct 08, 2010 1:03 pm

*Abri ambas garras y solte sobre su escritorio un par de agujas para el cabello que se veian muy elaboradas y caras, oule de nuevo en respuesta a su pregunta, y camine dando pequeños saltos hasta que llegue de nuevo con ella y señale con el pico una fotografia del periodico donde se mostraba a mi hermano mayor y ahora emperador de Japon, pero era una fotografia vieja ya que yo salia muy pequeña y salian mis padres a un lado de sus 5 hijos y la picotie un poco señalandome a mi misma pero mucho mas joven*

Spoiler:

*Me alegraba el hecho de que ese hombre se hubiera marchado y que mi robo huabiera sido efectivo, a decir no habia sido un robo habia sido que habia recuperado algo que habia perdido hace tiempo, cerre uno de mis grandes ojos de buho como en señal de dolor, y me pictie despues una pequeña parte de mi ala izquierda donde no habia plumas pues es hombre me las habia arrancado en sus intentos por atraparme*

por **Ofelia K. Von Drago** Sáb Oct 09, 2010 11:03 am

Toda la escena parecía un disparate. Un búho que había aparecido de la nada, luego de un revuelo que había interrumpido su calma, parecía pensar por cuenta propia. Intentaba mostrarle algo, pero a veces, Ofelia simplemente no quería jugar al juego de las adivinanzas. No se sentía de humor para ver que decía el maldito animal, y sin embargo, lo hizo. Lo observó acercarse. Lo contempló dejar caer cerca de ella unas agujas para el cabello, las cuales tomó para inspeccionarlas con más detalles. Se veían antiguas, hechas por unas manos hábiles por supuesto, con unos detalles que ahora, por el pasar del tiempo, se habían borrado, pero que seguían allí en espíritu. Dejó de nuevo las agujas en la mesa y siguió con la vista al ave. Esta le mostró con el pico una vieja fotografía. En ella, mostraban personas de origen extranjero, más bien orientales. Todos con una expresión en sus rostros que ya no existía. Era una familia, y el búho, remarcó especialmente a una pequeña jovencita con brillo especial en los ojos.

No le tomó mucho tiempo entender de que se trataba todo esto. Ni de porque el vagabundo había entrado tan enojado. Respiró profundo, soltando el aire con lentitud. Sintiendo como el pecho bajaba y subía por su accionar. –Veo que tenemos aquí un búho ladrón – Susurró, a sabiendas de que el animal la escucharía, de que en realidad las sospechas se habian esfumado y la confirmación de sus pensamientos había llegado. No era un animalito grácil e inocente. Era otra cosa, pero para que aclararlo cuando nadie contestaría a sus comentarios. La criatura le mostró una herida, pero Ofelia, inmutable negó con la cabeza. ¿Acaso creía que con solo aparecer ella curaría todos los males? ¿Acaso pensaba que la inmortal tendría la amabilidad de ayudarle? Se equivocaba. No podía estar más errónea. Enarcó una ceja, incrédula por las intenciones del animal.
-No soy curandera, y no pienso limpiarte esa herida mientras estés en esa condición. Si deseas hablar, hazlo como es debido – Sentenció con frialdad. No le importaba lo que pudiese sentir su “interlocutor”. Solo sentía una extraña curiosidad por lo que pasaría a continuación.

por **Alexi Wolfkang** Dom Oct 10, 2010 7:01 pm

*Vole con algo de dificultad hacia el area donde se encontraban los mapas, ahí me pare sobre los de la ciudad y tome uno con el pico, se lo deje de nuevo en el escritorio y olule de nuevo en forma de reclamo, señalando con el area de residencial y hoteles donde apunte al area residencial donde apunte con el pico y cerre un poco ambos ojos dándole una mirada de ciertaforma de desprecio.*

*Pasaron unas horas y me comenzó a dar comezón el raspon que tenia en las alas mientras me asicalaba observando con curiosidad a la vampira frente a mi cuando pude escuchar claramente a un raton en el area de política y negocios. Lo que me hizo volar al suelo y localizar al pequeño intruso, pero no pude volver a bolar mucho ya que me dolia el extender las alas tanto. Y la verdad no me iba a convertir ahí frente a la vampira para que me matase, no era tan tonta como para hacerlo, Oule cuando escuche de nuevo al raton, al menos en eso me entreteneria un rato y seria mucho mas fácil que la noche avanzara mas rápido, ya de dia me cambiaria a mi forma humana y llegaría a casa*

por **Ofelia K. Von Drago** Jue Oct 14, 2010 7:05 pm

Observó el accionar del ave. Era raro, sin dudas, ver como un pequeño animal, tomaba ciertas características humanas. Pudo leer el desprecio en los ojos del búho cuando señaló un lugar en el mapa. Mapa que, había caído a escasos centímetros de las manos de la inmortal, mas esta solo le dirigió unas pequeñas miradas. Realmente no estaba de humor para juegos inútiles. Al ver que el cambia formas no entraba en razón, no le quedó mas remedio que sentarse de nuevo, y esperar. Esperar para ella, era una tarea algo complicada, pero decidió aguantar la impaciencia de todas formas, y solo se limitó a mirar al búho que ahora buscaba alimento entre los libros.
Escuchaba su aleteo con toda claridad, el huluelo que secretamente, reclama la atención de la vampiresa. Pero ya le era difícil hablar con gente que al menos podía articular, imaginaos su situación con una criatura que se rehusaba a convertirse en forma humana. Ahora, se le agotaba la paciencia. Y por el amor a los libros y la literatura, decidió de una vez terminar con todo este circo.

Se paró, repentinamente. Sus ojos buscaron al animal, el cual detectó no muy lejos de allí. Sus pasos, rápidos y firmes, pronto la llevaron al lugar deseado. Clavó su mirada en los ojos de esa cosa. Observándola con detenimiento, concentrándose. Instintivamente, mostró sus colmillos. Un suave gruñido se escapó de su garganta. Amenazador, mostrándose letal. Con frialdad, volvió a abrir la boca, dejando que las gélidas palabras jugaran a ser dagas, y se clavaran en la mente del animal. – Juro que os mataré si no tomáis una pronta decisión. O bien os convertís, o bien os vais de aquí. – Sentenció. No se alejó, sino que se acercó aun mas. Buscando alguna especie de señal en los gestos del ave. ¿Pero podía un ave asentir, o decir no? ¿Cómo se comunicaría? Bah...que importaba. Al menos esa noche cenaría búho blanco fresco.

por **Alexi Wolfkang** Vie Oct 15, 2010 12:57 pm

*Vole hacia otro pasillo y ahi hice el cambio de apariencia, dejando solo algunas plumas blancas en la parte del cabello, las uñas de las manos negras y largas dejando ver solo una pequeña porcion de los tatuajes que decoraban atraves de las manos donde estos llegaban hasta los nudillos, camine hasta la mujer terminandome de hacer un Fajin para sostener bien la capucha, que era lo unico que traia de ropa hasta el momento, a exepcion de la parte inferior de la ropa interior una especie de pequeñas bragas de color negro, con la capucha puesta, me atravese en diagonal en la espalda la funda de una Katana de doble hoja en la que solo se veia el mango unico de la espada, traia la capucha de la tunica puesta y estaba descalza donde tambien se veia parte del gran tatuaje ya mencionado. Me coloque por ultimo el morral que atrasaba el pecho en diagonal. Hice una reverencia y dije*

-Le pido una disculpa señorita por las molestias que le ocacione esta noche.....

*Y comenze a caminar hacia la recepcion de la biblioteca con ella a un lado mio mientras, sin bajarme la capucha que cubria mi rostro en sombras, todavia se lograban ver algunas plumas blancas en mi cabello que se lograban escapar de la capucha*

-Me podria hacer el favor de darme las agujas para el cabello por favor....son muy importantes para mi amo.....

*Dije haciendome pasar por una sirviente de algun señor de estas tierras*

Spoiler:

por **Ofelia K. Von Drago** Lun Oct 18, 2010 8:22 am

Se quedó en silencio, mientras la transformación se llevaba a cabo. Esto debería haberla sorprendido. Esto debería haberla hecho dar un salto o preguntarse que otras criaturas, sin contarse a si misma, existían y vagaban sin rumbo por la noche. Pero no. Nada la sorprendía. Esto parecía mas bien un tramite de todos los días. Como si estuviera familiarizada con extraños animales que de un momento para el otro, se convertían en humanos. Se cruzó de brazos, demostrando que aun estaba cerrada a todo este asunto. Le molestaba intensamente que las personas entrasen sin siquiera avisar, y luego esperaran reverencias. La sociedad se caía a pedazos y ella no era más que una simple observadora de este suceso. La vio acercarse. Supo que era una mujer por su esbelta figura, y si, solo una mujer podía generar tanto revuelo en una sola noche. Era extraña, capucha y tatuajes y aun no podía ver su rostro. Intrigante.

Tomó las agujas con delicadeza. Sosteniéndolas en su mano, sintiendo los detalles grabados a la fuerza en esa reliquia. La extraña poseía un deseo ferviente por tener estos objetos. ¿Qué se escondería detrás de ellos? ¿Serían algo más que solo unas agujas para el cabello? Dio una rápida mirada al objeto entre sus manos, luego a la misteriosa encapuchada, y así una vez más. Enarcó una ceja, provocando que su pálido rostro luciese más cruel de lo habitual. Más frío e indomable. -¿Por qué debo dártelo? ¿Quién eres tu para entrar en este santuario de tal manera? Habla, antes de que pierda la paciencia. – Sentenció dura, imponente. Escondió los objetos detrás en su espalda, obstruyéndole la vista de los mismos a la mujer. Ahora solo debía esperar su reacción. ¿Acaso se enojaría? No lo creía, parecía bastante sumisa en realidad.

por **Alexi Wolfkang** Miér Oct 20, 2010 9:00 pm

-Lamento haber entrado de una manera tan abrupta a este santuario de conocimiento, pero estaba huyendo de aquel hombre que se habia robado las reliquias de mi amo, por eso debo recuperarlas. Me llamo Sakura Kotori Shang Li.

*Hice una reverencia y di un paso al frente, bajandome la capucha, para que pudiera ver mi rostro, y a quien le entregaba las agujas tan antiguas y continue hablando.*

-las Agujas que usted posee en la mano pertenecieron a la diosa Amaterasu, la diosa del sol, la leyenda cuenta que del collar que su padre le otorgo despues de dividir el mundo en 3 partes, dejandola a ella para que gobernara los cielos, un dia distraida una sirviente le robo una piedra de jade la mas pequeña, de la que salieron esas agujas, las cuales ella fabrico para ocultarlas, pero eran tan hermosas como para que no las notaran que cuando la diosa se dio cuenta de esto, la condeno a vagar por la tierra sin descanso despues de la muerte, con las que los hijos de la sirviente mataron en venganza a la diosa, y desde ahi esas agujas solo traen trajedia a quien las posea hasta que asignaron a los guardianes de estas para que permanecieran ocultas a la vista y de la codicia de los hombres. Se dice que quien posea las agujas y las regrese al templo donde descansa la diosa, sera poseedor de una parte de luz solar, la nesesaria para sacar al mundo de esta obscuridad y decadencia.

*Dije seria y friamente mientras contaba la historia de Amaterasu y la leyenda de las agujas, avence un poco mas hacia la mujer haciendo otra reverencia*

-Asi que si desea ser usted la portadora de aquella luz adelante....

por **Ofelia K. Von Drago** Sáb Oct 23, 2010 10:53 am

Una pequeña risa salió de sus labios, disparada como una pequeña daga. Leyendas..Leyendas Leyendas..Ella misma, Ofelia era una leyenda. Un ser que no tendría que existir, pero que sin embargo existía. Estaba allí, carne y hueso. Mente y alma. ¿Alma? No, eso ultimo no..Pero no se podía pedir todo en la existencia. ¿Verdad? Creer o reventar, y por supuesto que los humanos no creían en los seres de la noche. Los dueños de las sombras, de otra manera, todo sería distinto. Podía imaginarse un mundo donde las persecuciones eran habituales, y no le costaba sentirse perseguida instantáneamente con un vago recuerdo.

Le entregó las agujas. Sinceramente no creía demasiado en las palabras de la muchacha. Asíque sin mas le dio lo que buscaba. No le interesaba extorsionar a una cambia formas y tampoco habría ganado mucho haciéndolo. Podía pasar la noche de alguna manera mas entremetida. Cazando quizás. –Tómalas.. –Murmuró de manera suave, cambiando por completo la forma en la que había hablado antes. Depositó los objetos en las manos de la extraña, y se alejó unos pasos con la cabeza sumergida en otras cosas. Sin embargo, se dio vuelta enseguida, antes de que la mujer pudiese siquiera marcharse.-¿Como os llamáis? – Su voz sonó curiosa, aunque el nombre no era lo único que quería saber. No había visto muchos cambia formas, y sin dudas sentía un extraño interés por descubrir cuantos mas como ella había en Paris..¿Y en el mundo?

-Merezco un poco de información..Asíque espero que respondáis mis preguntas.. – Exigió mientras que un poco de viento entraba por la ventana abierta, despeinando apenas los rizos rojizos de la vampiresa.

por **Alexi Wolfkang** Lun Oct 25, 2010 12:39 pm

*Sonrei ampliamente y tome las agujas del cabello, me recoji el cabello con ellas e hice otra reverencia, y estaba por marcharme pero me detuvo la vampiresa de nuevo, me voltie y medio sonrei, me gustaba mucho el color de su cabello asi como la textura, me recordaban algunas criaturas de leyendas no japonesas presisamente pero si criaturas magicas y miticas*

-Me llamo Sakura Kotori Shang Li y vos?

*Dije de manera educada y de ciertamanera percibi un aire de curiosidad en la voz de esta mujer de la noche, tal vez nunca habia conocido a una cambiaformas o talvez solo simplemente habia dejado de ser hostil al verla, la verdad es que a mi tambien me daba demaciada curiosidad esta vampira, era diferente las otras chicas vampiras que me habia topado.*

-Decidme que es lo que vos deseais saber y hare lo posible por contestaros...

*Dije mientras me volvia a bajar la capucha para que pudiera ver mi rostro*

por **Ofelia K. Von Drago** Vie Oct 29, 2010 9:43 am

-Ofelia…-Murmuró con un simple sonido. Sus ojos la observaron, porque ahora había bajado su capucha. Parecía joven, quizás mucho más de lo que su voz aparentaba. Era sabido que la sabiduría podía envejecer el cuerpo y alma de quien la llevase, era una especie de bendición y maldición al mismo tiempo. El saber, traía sus consecuencias, y aquella muchacha, llevaba grabadas a tinta los riesgos que había tomado. Una pequeña sonrisa de satisfacción enmarcó sus delicados labios, mientras la vampiresa se sentaba en un sofá algo desgastado. Ese que siempre usaba para embellecer su mente con los libros que adoraba.

Su mano acarició la tela del sofá una y otra vez, haciendo pequeños garabatos incomprensibles y meramente inventados. Posó sus ojos en los de la cambia formas, indagando solo con la mirada. Mantenía su semblante serio, esa sonrisa que hace segundos se había formado, desapareció casi al instante. Ofelia no era de aquellas personas que sonrían con facilidad, y si lo hacían o bien estaban fingiendo, o bien de verdad algo les había interesado. Cual de las dos opciones había sido utilizada en esta situación, no tiene mucha importancia verdaderamente. Asíque expulsó un leve suspiro de sus labios, y pensó en la pregunta adecuada.

-Hay mas como tu verdad?..¿Desde cuando conoces tu habilidad? –Pregunta importante, porque le dejaría saber si era una simple mortal, o en cambio podían vivir mas que un humano. Dudaba que fuera inmortal, pero que mas daba confirmarlo. Esperó paciente la respuesta. Luego, si no tenía ninguna otra dualidad que manifestar, la dejaría ir, en paz. Extrañamente la dejaría ir sin mucho revuelo.

por **Alexi Wolfkang** Dom Nov 07, 2010 12:16 am

-Si hemos mas como yo distribuidos en todo el mundo, hay leyandas que dicen que somos incluso mas atiguos que la humanidad misma, lo que en los tiempos primitivos eramos considerados dioses. Pero claro muchas son meras leyendas al menos para los mortales. Lo cual somos pero tendemos a envejecer mucho mas lento......

*me quede pensativa en su segunda pregunta, mientras hacia un viaje en mi cabeza hacia el pasado, tratando de buscar el desde cuando tengo conocimientos de mis habilidades, ya que de mi familia habia pocos casos, pues solo teniamos esta habilidad mi hermano mayor y yo, y de mis ancestros solo mi abuelo, y el recuerdo me decia que su padre y el padre de su padre lo tenian*

-mmmmmmm...........pues asi como conciencia de mis habilidades desde los 9 años. que es realtivamente poco en comparacion con mi don musical y el de manejo de armas blancas..........pero segun tengo entendido no tiene que ver con la genetica, ni con el genero es como algun evento aislado....no se si eso te pueda ayudar a despejar sus dudas joven Ofelia......

*Me quede caminanido de un lado a otro pensando en lo poco que sabia de mi condicion, pero es que tambien no es que hubiera mucha informacion sobre el tema, me pare en seco e hice una reverencia.*

-Tiene alguna otra pregunta Joven Ofelia??

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