Garland de Wittelsbach

Datos

Nombre: Garland Johannes de Wittelsbach.
Edad: 28 años.
Especie: Humano.
Tipo de clase social o cargo: Clase Alta / Heredero de la Casa de Wittelsbach.
Orientación sexual: Heterosexual.
Lugar de Origen: Baviera, Sacro Imperio Romano Germánico.

Dinastía de los Wittelsbach

Personalidad

Describir a Garland, en un principio, puede resultar algo complicado, pues, él en sí, lo es. No es un hombre fácil de comprender, tiende a ser algo cambiante y a veces resulta frustrante lidiar con él, no sólo por lo testarudo que podría llegar a ser, sino, por otras conductas que algunos pueden tildar de inadecuadas.

Garland es un hombre solitario y reservado; alguien que si se atreve a dialogar con alguna persona, ésta tiene que demostrar que la conversación realmente vale la pena, ya que, odia las pláticas vacías, carentes de sentido y sin ningún tema interesante de por medio. Desde pequeño se la pasó metido en su biblioteca, aprendiendo todas las ciencias necesarias para una formación académica adecuada. También dedicó una parte de su tiempo a las artes, especialmente, a la música, demostrando ser un magnífico pianista y un compositor nato.

Aunque, de la impresión de ser un sujeto tranquilo, Garland puede desquiciarse un poco o mucho, dependiendo de qué tanto le puede afectar una situación determinada, pues, hay ciertas cosas que no tolera del todo, por más que intente convencerse a sí mismo de mantener la compostura. Es demasiado orgulloso y educado a un extremo, que resulta pesado y obsesivo. Porque sí, Garland tiende ser una persona que se aferra mucho a sus ideas, las cuales tienden que ser respetadas y aceptadas por otros, así no estén a gusto. Y si alguien no está de acuerdo con éstas y le refuta, hallará la manera para convencerlo, valiéndose de múltiples argumentos.

Tiende a ser muy distraido y muy desapegado con las demás personas; no suele mostrar mucho en interés en otros, ya que, vive metido en sus ideales y no tiende a darse cuenta, de inmediato, si hiere las susceptibilidades de otros. A causa de su constante desinterés, no suele sentirse tan afectado. Aunque han habido casos en los que sí se ve muy involucrado, pero evita demostrarlo abiertamente y prefiere, sencillamente, hacerse a un lado.

Es muy organizado. Todo tiene que estar en su lugar, las cosas tienden que cumplirse de acuerdo a un orden establecido, lo que lo vuelve, también, muy metodológico a la hora de cumplir con ciertas actividades.

Puede que Garland sea un hombre indiferente y hasta apático con muchas cosas, pero no es un mal tipo, sencillamente, hay que jugar con sus límites y encontrar la manera de llevar todo en paz con él. Cosa que no es imposible, porque, a pesar de ser tan complicado, siempre está dispuesto al diálogo a esforzarse por comprender a los demás.

Historia

Junto con mayo y la primavera, también llegó el nacimiento más esperado de la familia Wittelsbach, una de las más poderosas de la región de Baviera y perteneciente a la nobleza desde hacía varias generaciones. Al momento de su nacimiento, Garland, estaba destinado a heredar el ducado de Baviera, pues, entre varios miembros nacidos en su misma generación, él había sido el único varón de la familia. Por lo que, estuvo, desde muy chico, bajo normas muy estrictas y fue excesivamente sobreprotegido por sus padres. Toda la atención siempre había sido para Garland, a sus primas las dejaban casi a un lado, pues, políticamente no tenían gran relevancia, a menos que se casaran con un noble importante.

Garland desde muy pequeño fue instruido en las bellas artes, la política y la ciencia, ya que, su abuelo y su padre, se empeñaban en tener a un representante digno, alguien culto que impusiera con su presencia.

Lo cierto es que toda aquella buena vida, llena de lujos y excesivas atenciones, si bien, hicieron de Garland un muchacho muy culto y alguien con varios talentos, (entre ellos estaba su perfecto oído musical y su agilidad para tocar el piano), también crearon a un chico excesivamente reservado y egoísta. Desde que era un niño demostró ser un prodigio y el del cual todos se sentían orgullosos. Tanto su padre, como su abuelo, sabían que dejarían el ducado en buenas manos, que su decisión no había estado errada y que sin duda, el nacimiento de Garland era enaltecería la dinastía de los Wittelsbach.

Pero no todo era tan perfecto como parecía. La atención que se le brindaba al pequeño Garland, fue motivo para que que despertaran la envidia y los celos en otros familiares. Así que, prácticamente, Garland fue sometido a diferentes pruebas desde la edad de los diez años, las cuales había superado con creces. Cosa que frustraba enormemente a quienes querían quitarlo de en medio. Pero eso no significaba que debían dejarlo a un lado. Éstos se fueron dando cuenta de que a Garland no le agradaba el contacto con otras personas, incluso, disfrutaba poco, algunas actividades rutinarias como la cacería y también se la llevaba pésimo con otros niños de su edad. Esto fue motivo para que se lanzara una idea al aire: Si Garland iba a heredar el título de Conde de Baviera, tenía que contraer nupcias con un miembro de la nobleza al igual que los Wittelsbach. El trato fue aceptado por sus padres, pero temían de que Garland fuera a generar trabas.

Desde la adolescencia, su único interés amoroso fue una de sus primas, pero sabía que eso estaba prohibido, por lo que evitó tener mayor contacto con ella, para evitar habladurías. Sin embargo, la muchacha no desistiría de su idea tan fácilmente. Su padre al notar esto, se aferró a la idea de que era hora de conseguir una pretendiente para Garland, con la que pudiera comprometerlo sin mucho problema, alguien un tanto afín a él. La elegida fue una joven llamada Erszébeth, una de las hijas de unos amigos de los padres de Garland y con la que se la llevaba medianamente bien.

Cuando Garland se enteró del compromiso, no se sintió feliz. Erszébeth era una muchacha rara que sólo lo molestaba y aparte, ¿Cómo iba a estar con alguien que no quería? Eso frustró los planes del joven de querer huir con su prima y tampoco tuvo el coraje para enfrentar a su progenitor, ni a los demás miembros de la familia. Eso generó rencor en su prima, quien decidió alejarse un tiempo. Garland buscó miles de excusas para atrasar el compromiso; hallaba teorías de tinte político, que fuesen válidas, para evitar que eso ocurriese y sólo se hundió en su música.

Aquella situación sólo empeoró su relación con Erszébeth, pero aquel distanciamiento no podía durar toda la vida.

Su nombramiento al cargo máximo, fue retrasándose gracias a esta situación, pues, su abuelo y los otros líderes de la Casa de WIttelsbach, estaban reacios y un tanto decepcionados por el comportamiento inadecuado de Garland. Por lo que, ya siendo un adulto que pasaba los veintitantos, tuvo que doblar la rodilla y aceptar comprometerse con Erszébeth, aunque no la quisiera.

Datos Extras

▪ Es rigurosamente organizado. Le desespera cuando las cosas no están en su lugar y cuando se actúa de manera intuitiva y no racional.
▪ Le gustan los gatos, mucho más que los perros; piensa que éstos últimos babean demasiado y le impacienta que estén encima suyo.
▪ Le asquean los insectos y les tiene miedo, aunque no lo demuestra abiertamente.
▪ No le gusta salir de cacería. A veces le obligan a participar en dichas actividades, pero siempre busca excusas para no asistir.
▪ Le gustaría perder el miedo a cabalgar, pues, es una actividad que disfruta medianamente, pero no deja de considerarla peligrosa desde los catorce años, cuando casi lo derriba un caballo.
▪ Sigue enamorado, y al mismo tiempo, decepcionado de su prima.
▪ Sabe tocar el piano, el órgano y el clavicémbalo.
▪ Es muy dormilón. Ha intentado mejorar ese mal hábito, pero no ha sido tan sencillo.