Tratos muertos — Deal || Libre

por **Santhiago Morel** Vie Mar 11, 2016 12:21 am

Feliz el hombre que está capacitado para descubrir las causas de las cosas
–Virgilio–

Perspectivas diferentes a vidas extrañas, perspectivas ajenas y una vida de sangre y sed, que más se puede esperar de una vida donde todo lo que pides se te cumple o donde todo lo que desees se puede volver realidad ¡que agotamiento de vida! Pero vamos que a los seres como este hombre que se viste de traje negro, capa negra, con un bastón ocultando algo que puede acabar con ciertas personas, eso es algo que disfrutan, ver la tortura y el sufrimiento de los que le rodean y más si son el causante de dicha infelicidad.

La luna en lo alto, los caballos agitados, relinchando golpeando sus cascos contra el suelo; sienten la presencia de un ser oscuro, frío y calculador…un golpe en dentro del carruaje anuncia su andar directo a la ciudad, pero su recorrido solo muestra un siniestro plan, el de mantenerse con vida, tomar aquello de cualquier jovencita e incluso tomar la flor de una doncella.

El sendero de oscuridad le lleva a los lugares más sucios pero apetecidos por los seres de su casta, de su credo y de su legión, incluso en los lugares más elegantes se cocinan historias turbias y descaradas pero esta vez su paso por el hotel no era otro menos que placer pero más sustancioso “Negocios” de los cuales su hermana aquella noche no pudo atender pues tenía otro compromiso de negocio igual de grande. Pero porque entrar a un hotel a hospedarse para usar el salón principal o los salones de baile del mismo en negocios cuando podría tomarse las vacaciones deseadas.

En la habitación, la dama toca la puerta para hacer el servicio de cuarto, dejar limpio aquella noche pues el gerente sabía quién era aquel Morel y lo que pedía de habitación, las suites lista para los vampiros, con una sonrisa a la sonrojada dama dejó su habitación con su reloj en mano admirando la hora, un maniático del control debía tener los pasos calculados, y es así como aquellos pasos elegantes le llevan a adentrarse al comedor, el no se serviría nada pero con la vista y lo que sus habilidades le dan una ventaja mayor para su perversa mente.

–Que va, veamos si la suerte nos acompaña–

Suerte o presagio, su bastón toca la puerta del comedor, dejando detrás de él, el sonar de sus zapatos entrando al lugar…sentándose en la parte más alejada del lugar, en aquella mesa tan conocida por él, dejando así que la oscuridad atrape su presencia, la mirada de todos y todas se cierne sobre aquel que entra sin mirarles, más su mirada se despierta segundos después de su llegada, una mujer, no, era esa mujer, una bruja, su aroma la delata, difícil a un vampiro sorprender y más si los milenios le pasan, esta mujer que llegaba al parecer del alta alcurnia, pero bah eso son solo mascaras aburridas y estúpidas que se pone la gente para ser mayor que otra, “alta alcurnia” si bien él lo sabe pues pertenece a ese grupo de aristócratas. El sigilo que lo acompaña le hace pedir a uno de los mozos que le sirva a la joven una copa de vino a su nombre, pero sin que le digan quien le ha mandado.

El juego comienza y la captación también, quien será el jugador inicial está por iniciar.

por **Aracne** Miér Mar 30, 2016 10:10 am

Dicen que las almas errantes pueden gastar muchos años hasta encontrar la salvación. Algunas incluso eternos siglos.

Lo cierto es que Aracne se veía a veces como un alma errante, alguien que no avanzaba en sus cometidos, que simplemente estaba sin mas entre la vida y la muerte. Aunque había sabido estar cara a cara con la parca esta le había dado una chance mas, la última y definitiva.

… Rasmus…

Su mente le devolvía una y otra vez su nombre, incluso a veces su apellido, como para recordarle su único y terco motivo por el cual asistía a cuanta reunión y espacio conocía de presencia de vampiros. Él la había convertido en lo que hoy era; un hombre con defectos y virtudes (en ese orden) pero alguien que no podía olvidar por algún estúpido motivo.

No hacían ni dos días que había arribado a Francia traída por los rumores que informaban a Paris como sede de muchos vampiros antiguos. Anhelaba hallar una respuesta mas clara por estas zonas. El Hotel Des Arenes era un buen lugar para empezar, ya notaba la opulencia del lugar digna de un duque, lo ostentoso del vestíbulo y la inmediata atención que recibió apenas se anuncio pidiendo una habitación. Ya acomodada había ido a inspeccionar los espacios del lugar para ver donde se cosechaba… espacios comunes donde se podía encontrar a los vampiros de los que hablaban o gente con la cual iniciar negocios. Justamente Aracne, bajo su nombre original, manejaba las inversiones de su familia, habiendo quedado como única heredera de esa parte que le correspondía. Vivía gracias a ello, y por eso se daba el lujo de manejarse en espacios comunes a gente de su clase social, entre sus prendas extravagantes, manteniendo una impronta clara de mujer sin compromisos y oculta su aversión a los hombres que no cumplían con sus expectativas.

El mozo llegó con una copa al espacio donde estaba sentada apaciblemente en el salón comedor oyendo una solista de voz melosa. Inclino su cara informando que no había hecho ningún pedido y el joven se retiró sin escuchar la pregunta que quedó en el aire sobre quién la había invitado a ello. Se enderezó buscando una mirada o alguien levantando una copa al menos… pero nadie respondía.
Levantó su mano una vez mas llamando al mozo

… Rasmus…

Volvió a susurrar su mente ¿Lo había encontrado al fin?

por **Santhiago Morel** Dom Abr 10, 2016 11:58 pm

Y al final el hombre es el lobo del mismo hombre, que no espera para devorar sus corazones con saña

Noche inquietante como ninguna otra, la mirada perdida con la presencia de personas que no espera más que solo la muerte placentera llena de inmundicias y retardos en las agonías de sus almas, y de entre ellos se erigen los dioses paganos que caminan sin vacilar, burlándose de la muerte o mejor dicho llevando en sus manos la muerte en si para cualquier alma indecente o inocente pueda caer entre sus garras de…demonios.

El aullido ante la luna que se teñirá por siete días de tonos escarlatas, cual ríos o mares de estos; donde los gritos de la guerra se anuncia y los bandos ya han sido trazados, pero aun así en aquel lugar elegante oculto en las sombras sigue con su sonrisa y su desprecio por la vida mortal e inmortal. Todos aquellos que le resultan patéticos los destruye de formas tortuosas para el cuerpo y la mente. Su mirada se clava en aquella que ha estado ahí frente a él, la misma de su especie congénere sin mostrar demasiado interés en la dama en cuestión. Bebe tranquilamente de su copa manchada con la sangre de alguna doncella, al menos para mantener las apariencias, aunque en su mente volaría la misma joven sobre la mesa siendo consumida directamente por los fieros colmillos, pero para ello tendría al final que derramar más sangre y comprar aquel lugar para evitar comentarios fuera de si.

El mozo llega con la invitación que ha dejado a la mujer, dejando sobre la mesa de Morel otra botella y dos copas, todo el mayor silencio posible, quizás aquellos humanos sepan la realidad que se cuece tras aquellas marcas de “seres”.

–Y al final no son más que alimento, y así se atreven a querer tener el don de la vida–

La sonrisa de soslayo y la mirada que lanza a aquella mujer invitándola a acercarse. Al menos buscará al diversión no en las mortales aburridas si no en las inmortales, al menos por esa noche probará lo que una de sus viejas amigas le ha insistido tanto. “Probar lo diferente y placentero de los inmortales”.

por **Aracne** Miér Abr 27, 2016 11:08 pm

Sus preguntas hallan pronto una clara respuesta al otro lado del salón, en un espacio tranquilamente apartado, tenue de luces y con una mirada invitadora. El mozo que previamente había llevado la invitación a su mesa ahora se dirige a esa mesa con una botella y dos copas. Estaba solo, el corazón muerto parece recobrar vida una vez mas.

¿Podría ser él? pregunta su cabeza trastornada.

Se levanta manteniendo todo rasgo de integridad, no quería que su creador la viera como la niña que había sido. Una de las caprichosas y malcriadas… era una imagen de mujer la que quería demostrarle. Surcó el espacio entre ambas mesas impulsada por la intriga y la adrenalina de saber si lo había encontrado, después de recorrer grandes extensiones de territorio europeo en su búsqueda.

Los ojos tomaron forma. Él no era. Pero era un vampiro también. A sabiendas que no iba a ser tarea sencilla, su rostro cambió rápidamente su decepción por una sonrisa amena y algo seductora al terminar con su copa de invitación al lado del hombre sentado en la mesa.

- Buenas noches caballero, le agradezco la invitación y permítame darle el visto bueno a su gusto por los vinos… Cuénteme ¿a qué debo tan agradable invitación? Si es que desea confesárselo a esta dama, por supuesto, no deseo ponerlo en apuros con mi presencia…- comentó manteniendo tenue su voz, algo grave para su estilo de habla habitual, casi ronroneando las palabras. Paladeando cada una de ellas y perspicaz al saber que podía estar acompañado.

Apreciaba la belleza de los vampiros aun sin saber qué eran. Cuando había conocido a su creador había pasado por lo mismo. Eran suavemente demoniacos, sus rasgos se volatilizan con cada impacto de luz y eso los hace parecer mas mortecinos aun. Le gustaba ver esos rasgos en la tez del hombre de la mesa. Su vestimenta era la adecuada para un hombre de alcurnia y un matiz en la mirada le anunciaba cierta empatía con este. Ahora su objetivo era averiguar el porqué.

por **Santhiago Morel** Mar Mayo 10, 2016 11:53 pm

Suave susrroque se cobija entre las caricias de la dulce oscuridad mezclándose con la calidez de las llamas del infierno donde solo los imbéciles descasan entre la excitante tortura de los demonios; el placer de ser acariciado por los demonios hasta la locura y luego ser dejados como el estorbo y basura que eran; así estaba aquel lugar al que muchos llamaban hogar o de los que pocos se profesaban reyes o el mismo demonio; si supiera realmente serlo.

La suave melodía de un semejante, llegó a Morel, solo una sonrisa emitió cuando su mano se levantó para invitar a la dama en cuestión a tomar asiento frente a él, sus ojos se cerraron automáticamente dejándose envolver por el aroma del menú de la noche, una a una fue investigando para encontrar la cena adecuada, pero no tenía suerte; el silencio que se instauró duró unos minutos mientras buscaba la presa, al ver que no tenía suerte abrió los ojos clavando la mirada directamente en la mujer

–Una simple bebida para dar una bienvenida a una “amiga”, por decirlo así, en esta noche ya que parecer y luce más bien como abatida, abandonada, quizás desesperada ¿se le ha perdido algo? O quizás ¿alguien? Bueno, siempre he oído a mis padres decir que si se pierde algo en una ciudad que mejor que hacer amigos para que te puedan ayudar ¿será su caso?–

Sirve las dos copas con el vitae que le es necesario. Sonríe extendiendo la copa a la mujer, mostrando claramente que está en aquel lugar por otros intereses.

por **Aracne** Miér Jun 29, 2016 10:36 pm

- Monsieur, usted parece ser vidente entonces, mas me vale cuidar mis pensamientos en ese caso - dijo sonriéndole y tomando lugar en la silla frente a este despues de la invitación. Con dulzura y tranquilidad se acomodó el vestido. Buscando dispersar un poco su cabeza que le venia dando vueltas al tema de los vampiros olvidados.

Además no conocia a fondo todos y cada uno de los poderes que podia llegar a tener uno de ellos con lo que parecia ser el tiempo de este hombre, su rostro estaba impoluto de marcas de edad, ya que claramente habia sido convertido en una buena hora.

- Usted es un gran observador, permitame halagarlo con ello, es inevitable callármelo...- dijo con una sonrisa pícara en el rosto manteniendo algo de la galantería que tenia incorporada en su discurso cuando buscaba ser lo mas próximo a una mujer de clase y apellido - Lo cierto es que se me ha perdido un compañero, un maestro. Lo ando buscando por varios paises, se rehusa a ser encontrado, pero... como toda hija obstinada no me gusta terminar mi relación con mi creador de esta forma, es por ello que vine aquí. Los rumores corren, incluso en la sangre y se dice que el Hotel des Arenes es cuna de vampiros, un espacio agradable donde suelen encontrárselos. Y veo que es cierto, los rumores suelen ser mas ciertos que algunas verdades - elevó la copa un poco brindando por la invitación y agradeciendoseló en un claro gesto. Se relamió al probar la bebida, era aterciopelada al paladar.

- Quizá hayas oido de Rasmus - dejó en medio de la mesa como si estuvieran jugando a las cartas, no quería sentirse una mujer desesperada a pesar del dictamen que este le habia dado. Habia algunas cosas que no estaba disimulando muy bien.

por **Santhiago Morel** Dom Jul 10, 2016 11:53 pm

Extrañas palabras que se mezclan en entre lo susuros y conversaciones ajenas, como un eco o canto suave que se mece lentamente quedándose luego en el olvido; solo la sonrisa de quien las escuchó por primera vez es lo que queda en aquel recuerdo que se va borrando a medida que el tiempo va pasando. Gesto suave como los puñales de los demonios al torturar, así se levanta las copas luego del brindis, las sonrisas y las miradas que juegan papeles importantes entre dar y no hacerlo a la vez, un juego muy peligroso en que se arriesga a perder y ganar a la vez.

Las palabras las ha escuchado con atención dejando entre ellos el silencio lacónico y frío como la muerte que los abrazó por vez primera, solo quedan los murmullos de los pocos que acompañan la velada; mece aquel líquido en la copa hasta beber un trago de la misma sopesando el sabor y matices de aquella cálida bebida. Tal como se habían mostrado las palabras de la joven, de una manera directa y atrevida, lo que provocó en Morel una sonrisa al ver tal acto de valentía.

–Oh, no se preocupe por ocultar sus pensamientos, debe alegarse por poder hacerlo porque no cuento con esa habilidad, mi estimada. Al contrario prescindo de ella en otras personas–

Claro ejemplo de su disfuncional familia. Dejó la copa sobre la mesa inclinándose hacia la silla dejando que su cuerpo resbale un poco, la mano diestra, con los dedos en L se posa sobre la mejilla derecha clavando la mirada en la joven.

–Ni una hija y ni un padre o creador dejaría pasar el tiempo o la oportunidad, incluso aunque eso traiga ciertas emociones de odios, venganza y muerte. Pero para un creador siempre hay formas de arreglar las cosas–

Una risilla malvada afloró al recordar lo que ocurrió cuando pisó París con su ahora “última hermana”. Entrelazó los dedos como si estuviese en una reunión de negocios, con la sonrisa de quien conoce un secreto.

–Tal como usted lo ha dicho, mi estimado, los rumores van y vienen como algo cierto e incierto, y podría decirle que si he oído el nombre así como podría decirle que no lo he hecho. Solo hay rumores entre los lugares que se frecuentan, así como en los pasajes de esta ciudad, pero ¿serán verdad? Y además ¿Quién nos garantiza que lo sea?. Quizás lo que yo sepa de él sea algo que usted también conoce, pero no puedo mentirle, he oído varias veces el nombre aunque no tengo el gusto o desdicha de conocer a su poseedor, pero dígame ¿Cuántos años lleva buscándolo y con qué fin? Si es la venganza va por mal camino y si solo es el afán de formar una familia, aun peor mi querida estimado–

Alza los hombros restándole importancia a sus propias palabras.

por **Aracne** Miér Sep 14, 2016 11:06 pm

Sentada allí se notaba tranquila, obstinada como siempre, pero por dentro todo la carcomía, como una posesa sus entrañas rugían por novedades, cualquier mínimo de información era de vital importancia.

- Oh genial, podré continuar con mi libre albedrio mental entonces – sonríe con picardía mientras internamente continua divagando sobre particularidades del vampiro. Había supuesto mal que todos los vampiros tenían la facultad de entrar en las mentes de los demás, o quizá era algo modoso y no quería aventurarse a confirmárselo. De todas formas no tenía sentido indagar en ello. Se deleitó observando como este disfrutaba de la bebida, algo que ella no hacía, no disfrutaba por completo de nada. La eternidad la tenía corriendo de aquí para allá y sin rumbo fijo.

- Vaya… bastante tiempo…

¿Venganza? Mmm debo confesarte que lo pensé pero llegué a la conclusión que no es mi mejor partida, tendría a sus súbditos sobre mi en cuestión de segundos.

¿Familia? Se acerca un poco mas, aunque basta con saber que aún no doy con él en todo este tiempo por lo que no creo que esa sea su idea.

Me decidí directamente por la tercera opción, un simple encuentro, un par de preguntas, algún que otro reproche venido a menos y nada mas. ¿Quién sabe? Quizá su idea de convertirme no era la misma que tengo ahora, pero siempre es bueno conocer la opinión de los mentores en esto…

En tu caso… ¿Por qué llevarías un alma a la vida eterna? ¿Cuál sería tu motivación en caso de hacerlo? – consultó con algo de descaro, daba por sentado que él ya tenía algunas vidas llevadas a la oscuridad de la noche por decisión propia y se limitó a observarlo, sus movimientos galantes la atrapaban como si se tratara de un espectáculo.

Sus dedos sobre la mesa comenzaron a jugar con el borde de la copa, mientras por dentro divagaba en la posibilidad que el vampiro que tenía frente a ella pudiera ser amigo de Rasmus, su información debería ser precisa asi era creíble. Rasmus bien podría buscarla en un santiamén de ser asi. Su intenciones tenían que ser buenas, y sobre todo demostrarse como lo que era, una vampiro solitaria, sin esclavos, ni nadie que pudiera socorrerla mas que ella misma. De todas formas, el matar a tus hijos no era una de las mejores condecoraciones que se pudiera tener en la eternidad.

por **Santhiago Morel** Jue Nov 10, 2016 10:35 pm

Momentos de silencio donde los sonidos externos se acoplan a la perfección con los sutiles movimientos y toques que los dedos de la muerte van dejando a su paso. La sonrisa del mal que se devela en el rostro de quien por siglos ha caminado sin descanso alguno, es lo que se expresa en el momento justo cuando una pregunta es dejada al aire y cuya respuesta desencadena en miles que solo dejarían perturbada a cualquier mente. Los ojos de demonio se centran en los de su acompañante sin pestañear en absoluto clavándose como dagas entre ambos, pero no eran dagas solo era el formalismo de aquellos a los que la inmortalidad los ha vuelto de aquella manera, tan sínica como sádica. .

Tomó un suspiro medio como si dependiera de aquel aire, como si le hiciera falta algo que hace ya milenios ha dejado de ser relevante así como lo que fue. Miró más de cerca a la joven enarcando una ceja con curiosidad, una curiosidad fingida

–Eh ahí donde falla mi querida y pequeña estimada, una venganza contra un familiar y más contra un creador no se da a simple forma, para lograrlo es mejor tener aliados contactos que puedan servir para llevar acabo eso y si no tienes lo suficientes no te puedes presentar a la batalla menos a una guerra, es mejor ir en silencio poco a poco cavando la tumba, además, tenemos todo el tiempo del mundo para ello y no hay nada para, nosotros, como el tiempo, se disfruta mejor–

Una risilla ladina se escapa de esos labios que se tuercen en una mueca de maldad acompañada del trago amargo.

–Si preguntas por mi motivación para brindar esta vida te daría muchas y por todas ellas me odiarías, aunque todas ellas encierran algo, no lo hago con buenas intenciones, si veo a alguien a punto de morir que pide que le salve lo meditaré mil veces por cada segundo que su corazón late en los últimos momentos para ver si vale la pena, si será divertido y productivo, si me servirá y hará el pacto eterno de no levantar su mano contra mi, aunque claro eso nunca se cumple al final–

Recuerdos vívidos de lo que fue aquellos momentos tanto cuando la conoció, creo abandonó y por ultimo regresó para castigarla.

–Aunque debo decir que solo una vez, una vez me arrepentí, pero el tiempo me enseñó que valió la pena la locura y diversión cometida, mi querida, no todos lo hacen de manera altruista, algunos toman la vida de alguien entregando este infierno solo por placer, para jugar con ellos y divertirse disfrazando en la mentira de un hogar, otros lo hacen para vengarse de alguien usándolos como peones, y muy pocos lo hacen con la opción de dar una “segunda oportunidad” pero esos, procuran no hacerlo por una razón ¿Sabes cuál es?–

Mira a la mujer como si ella tuviese la respuesta, aunque en su mente anhelaba que lo dijera, solo pudo sonreír mientras recargaba su espalda más contra el sillón y sus piernas se cruzaban dejando el licor sobre la mesa así como sus manos en los brazos de la silla, un mozo se acerco a ellos preguntando si deseaban algo más, pero él simplemente le rechazó al alzar la zurda, en silencio y con una solemnidad tan seria y formal que puso al hombre a temblar.

Quizás solo era la sonrisa del demonio lo que temían.

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