AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
Página 1 de 1.
A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
Solo bastó a que ella se fuera, porque en cuanto se retiró, el candado de su celda fue retirado, Ash debía esperar a que apagaran las luces y los demás reos durmieran, no debían de darse cuenta que alguien le estaba ayudando a escapar. No en el momento, después ya no tenía importancia, ya estaría pudriéndose en su libertad. Llegando el momento, aprovecho para moverse. Y el muchacho no se fue sin nada, al contrario, halló el cuarto de las guarniciones, armas que sólo eran admitidas para los que tienen un cargo oficial, y eso no era todo, tomó un uniforme, convirtiéndose en un oficial mismo. Saliendo por la puerta principal, siempre con la frente en alto, y sin más, fue hacia la casa Cavey, yendo por ese anillo, que solo era un camuflaje de lo que realmente tomaría.
No era necesario que se expusiera en su auténtica personalidad, actuaría como lo que se ve, repasando en la mente como se encontraba el interior de la mansión, las puertas con las que contaba, o las ventanas así como el número de cuartos que tenía, cada espacio es importante, contar con el número de personal disponible, y en cuanto a ella, interpretar el lugar de origen donde se encontraría. Pues con su mano derecha y ella, eran dos grandes obstáculos. Porque pensaba en toda posibilidad de que le traicionaran, podía ir tras solo la mano derecha, pero la dueña de esta lo atacaría por la espalda. Así que tenía que cerciorarse en cada uno, sus puntos fijos y el cómo actuarían para no ser sorprendido. Ha aprendido a jugar el ajedrez del mejor postor, y conocía de trampas para ganarse la victoria.
Que muy pronto tuvo que maniobrar, ya estaba llegando a la mansión, peor que una maldita rata de alcantarilla, desplazándose a las altas horas de la noche, no duermen cuando de interés se trata, paseándose de un lugar a otro con sigilo. Así actuaba, se movía con cautela, manteniendo su respiración, y sin emitir sonidos, supuestamente debían dormir, quizás el vecindario lo estaba más que aquellos dos, en alerta se han de encontrar, tal que fueron ellos los que lo planearon. ¿Para qué? No le importaba, así como el valor que poseía el anillo para la mujer, solo una cosa es lo que mueve a Ash; el dinero.
Sirviendo de algo el haber estado anteriormente en esa casa, que la habitación que buscaba se encontraba en la planta baja, al fondo a la izquierda, nadie podía cambiar siquiera la movilidad de un empleado, porque muy confianza que haya jamás se pierde ese lazo de labor, como un sirviente más, pero con las mejores comodidades no cabe la menor duda. En cuanto a la dueña, debía saber su localización antes de actuar, inspeccionaba el lugar una vez entrando por una ventana de la parte trasera, pero el error que cometieron fueron dejar la puerta sin seguro, por lo que ahí no entro, y su presentimiento le decía que estaba en la sala esperando, ¿con armas? con las que pudiese cargar en ese momento, no le importaba que tan peligroso y arriesgado era. Le atrae el juego, las ventajas o desventajas son sus únicas armas. Que ya, apostando en las piezas que una vez identificó en ese tablero — siendo la casa, el juego de mesa — se alistó, avanzando hacia el cuarto, dando la casualidad de que este no poseía ventana alguna, por lo que desde la puerta giró la manija y la abrió. Siendo el silencio una voz interna que le advertía que algo no cuadraba. Pero debía jugársela, y ahí estaba, esperando apuntándole con un arma blanca, tal cual cuidador del hogar, y Ash sonrió. Ya se lo esperaba, ya que una vez pisando el suelo de esa mansión, la primera suposición es que ninguno de los dos dormía…
Por su mente, golpearon escenas momentáneamente, todas dirigidas hacia el paradero del hombre, pero la que reinaba era cortarle los dedos, jugar uno por uno hasta que el anillo se tope con el turno de cortada. Pero, unas palabras recordó, que debía salir ileso, ¿Por qué? ¿Qué conexión existe entre él y ella exactamente? …
— Que empiece el juego. — murmuró, agitando ambas manos, pues de sus mangas saco dos cuchillos, muy bien afilados, exponiendo la pugna; él por cumplir con el mandato de su señora y Ash, por arrancarle los dedos y conseguir el anillo. Y entre la lucha silenciosa, hasta eso ambos se reservaron, aunque los golpes resonaron, logro Ash doblegarlo sobre la cama, y exactamente el jodido anillo destellaba en esa oscuridad, no era una grandiosa baratija, estando a punto de dejarlo sin dedo, porque era muy leal como para entregarlo por su propia voluntad, lo forzaba, hasta que salió volando el dedo en la sabana, y bañado de sangre permanece el anillo en la palma del ladrón. Cumpliendo su objetivo, aunque no como lo hubiese anhelado. Y en la puerta ya le estaban observando, era ella, La señora Cavey. — Antes de lo que cante el gallo…—aún entre la oscuridad se hallan, musitando con la bajeza de su descaro, guardando su última manía por si tiene que buscar salida.
No era necesario que se expusiera en su auténtica personalidad, actuaría como lo que se ve, repasando en la mente como se encontraba el interior de la mansión, las puertas con las que contaba, o las ventanas así como el número de cuartos que tenía, cada espacio es importante, contar con el número de personal disponible, y en cuanto a ella, interpretar el lugar de origen donde se encontraría. Pues con su mano derecha y ella, eran dos grandes obstáculos. Porque pensaba en toda posibilidad de que le traicionaran, podía ir tras solo la mano derecha, pero la dueña de esta lo atacaría por la espalda. Así que tenía que cerciorarse en cada uno, sus puntos fijos y el cómo actuarían para no ser sorprendido. Ha aprendido a jugar el ajedrez del mejor postor, y conocía de trampas para ganarse la victoria.
Que muy pronto tuvo que maniobrar, ya estaba llegando a la mansión, peor que una maldita rata de alcantarilla, desplazándose a las altas horas de la noche, no duermen cuando de interés se trata, paseándose de un lugar a otro con sigilo. Así actuaba, se movía con cautela, manteniendo su respiración, y sin emitir sonidos, supuestamente debían dormir, quizás el vecindario lo estaba más que aquellos dos, en alerta se han de encontrar, tal que fueron ellos los que lo planearon. ¿Para qué? No le importaba, así como el valor que poseía el anillo para la mujer, solo una cosa es lo que mueve a Ash; el dinero.
Sirviendo de algo el haber estado anteriormente en esa casa, que la habitación que buscaba se encontraba en la planta baja, al fondo a la izquierda, nadie podía cambiar siquiera la movilidad de un empleado, porque muy confianza que haya jamás se pierde ese lazo de labor, como un sirviente más, pero con las mejores comodidades no cabe la menor duda. En cuanto a la dueña, debía saber su localización antes de actuar, inspeccionaba el lugar una vez entrando por una ventana de la parte trasera, pero el error que cometieron fueron dejar la puerta sin seguro, por lo que ahí no entro, y su presentimiento le decía que estaba en la sala esperando, ¿con armas? con las que pudiese cargar en ese momento, no le importaba que tan peligroso y arriesgado era. Le atrae el juego, las ventajas o desventajas son sus únicas armas. Que ya, apostando en las piezas que una vez identificó en ese tablero — siendo la casa, el juego de mesa — se alistó, avanzando hacia el cuarto, dando la casualidad de que este no poseía ventana alguna, por lo que desde la puerta giró la manija y la abrió. Siendo el silencio una voz interna que le advertía que algo no cuadraba. Pero debía jugársela, y ahí estaba, esperando apuntándole con un arma blanca, tal cual cuidador del hogar, y Ash sonrió. Ya se lo esperaba, ya que una vez pisando el suelo de esa mansión, la primera suposición es que ninguno de los dos dormía…
Por su mente, golpearon escenas momentáneamente, todas dirigidas hacia el paradero del hombre, pero la que reinaba era cortarle los dedos, jugar uno por uno hasta que el anillo se tope con el turno de cortada. Pero, unas palabras recordó, que debía salir ileso, ¿Por qué? ¿Qué conexión existe entre él y ella exactamente? …
— Que empiece el juego. — murmuró, agitando ambas manos, pues de sus mangas saco dos cuchillos, muy bien afilados, exponiendo la pugna; él por cumplir con el mandato de su señora y Ash, por arrancarle los dedos y conseguir el anillo. Y entre la lucha silenciosa, hasta eso ambos se reservaron, aunque los golpes resonaron, logro Ash doblegarlo sobre la cama, y exactamente el jodido anillo destellaba en esa oscuridad, no era una grandiosa baratija, estando a punto de dejarlo sin dedo, porque era muy leal como para entregarlo por su propia voluntad, lo forzaba, hasta que salió volando el dedo en la sabana, y bañado de sangre permanece el anillo en la palma del ladrón. Cumpliendo su objetivo, aunque no como lo hubiese anhelado. Y en la puerta ya le estaban observando, era ella, La señora Cavey. — Antes de lo que cante el gallo…—aún entre la oscuridad se hallan, musitando con la bajeza de su descaro, guardando su última manía por si tiene que buscar salida.
Invitado- Invitado
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
Las indicaciones, no eran como cualquier otra persona hubiese dispuesto. No podían constar en papel, la delatarían…así que fue ella misma quien en un susurro le indicó al ladrón donde debía ir para hallar lo que tantas veces anheló sin ser de su posesión. Ese anillo significaba mucho más para ella que para el propio Haytham Cross, su mano derecha. ¿Por qué? el bien más preciado que le tendría atado a su lado, como ese perro leal… solo por el simple hecho de volver a poseerlo, necia de ella por entregárselo después de aquella y última noche.
Desde aquel trato, en el que se jugaba mucho…demasiado pues si al final aquel joven era pillado y la delataba, terminaría siendo odiada y sentenciada por aquel hombre que les unía algo más que simples órdenes. No dormía desde hacía días, apenas cabezadas que no superaban más de los diez minutos…suficiente pero no para estar todo lo alerta que debería. Se aseguraba ella misma, que ciertas ventanas y puertas no estuviesen del todo cerradas a ciertas horas.
Ese ladrón debía de darle lo que le pidió sin importarle otra cosa… lo que fuese, ¿quería dinero? Ella tenía todo el que desease. Apenas eran las dos de la madrugada cuando caminaba por los pasillos, descalza. Su batín de satén rojo como la sangre, sus labios… parecía acariciar el suelo, pareciendo que con cada paso la joven flotase. Rauda, aceleró el paso hasta la habitación de Haytham, no podía saber lo que ocurría tras esa puerta. Él dormiría plácidamente, pues hacía varias noches que se encargaba de endulzar su agua con dichos polvos para que quedase dormido como necesitaba.
Sigilosa como un minino, sus orbes esmeralda, observaron la habitación una vez abrió la puerta con cautela por si aún no le hizo efecto. Lejos de encontrarse al hombre a solas, la sombra le advirtió… y sin temor, alzó la barbilla… esperando que esa persona se volviese. Y allí estaba, solo que… el maldito le tuvo que hacer un corte en el dedo. Y aquel recuerdo, le llevó a su propia habitación en donde la sangre… manchaba sus sabanas con un fin diferente.
-Dámelo -frunció ligeramente el ceño, su palma se empaparía de sangre…como en el pasado cuando intentó ayudarle, curarle las heridas. Da un par de pasos hacia atrás, al pasillo con la palma aún abierta, esperando ese anillo que tanto desea poseer -No tenías que herirle tan siquiera… mañana tendré que soportar cierto tema y no me apetece nada -murmura con frialdad, hay pocas cosas que le importen y esa es una de ellas.
Impaciente, cierra la puerta de Haytham y gira sus pasos hacia la suya, no le importa que la siga.. está tan cegada en recuperar el anillo que poco le importa su propio bienestar y seguridad. Haytham y Hoör duermen, pues a éste último también consiguió que bebiese de aquel mejunje. Las puertas , las cerró no sin antes comprobar que nadie vio entrar aquel joven a sus aposentos.
-Tengo tu dinero, ahora dame mi anillo - estaba tan ensimismada, que solo deseaba aquello, nada más.
Desde aquel trato, en el que se jugaba mucho…demasiado pues si al final aquel joven era pillado y la delataba, terminaría siendo odiada y sentenciada por aquel hombre que les unía algo más que simples órdenes. No dormía desde hacía días, apenas cabezadas que no superaban más de los diez minutos…suficiente pero no para estar todo lo alerta que debería. Se aseguraba ella misma, que ciertas ventanas y puertas no estuviesen del todo cerradas a ciertas horas.
Ese ladrón debía de darle lo que le pidió sin importarle otra cosa… lo que fuese, ¿quería dinero? Ella tenía todo el que desease. Apenas eran las dos de la madrugada cuando caminaba por los pasillos, descalza. Su batín de satén rojo como la sangre, sus labios… parecía acariciar el suelo, pareciendo que con cada paso la joven flotase. Rauda, aceleró el paso hasta la habitación de Haytham, no podía saber lo que ocurría tras esa puerta. Él dormiría plácidamente, pues hacía varias noches que se encargaba de endulzar su agua con dichos polvos para que quedase dormido como necesitaba.
Sigilosa como un minino, sus orbes esmeralda, observaron la habitación una vez abrió la puerta con cautela por si aún no le hizo efecto. Lejos de encontrarse al hombre a solas, la sombra le advirtió… y sin temor, alzó la barbilla… esperando que esa persona se volviese. Y allí estaba, solo que… el maldito le tuvo que hacer un corte en el dedo. Y aquel recuerdo, le llevó a su propia habitación en donde la sangre… manchaba sus sabanas con un fin diferente.
-Dámelo -frunció ligeramente el ceño, su palma se empaparía de sangre…como en el pasado cuando intentó ayudarle, curarle las heridas. Da un par de pasos hacia atrás, al pasillo con la palma aún abierta, esperando ese anillo que tanto desea poseer -No tenías que herirle tan siquiera… mañana tendré que soportar cierto tema y no me apetece nada -murmura con frialdad, hay pocas cosas que le importen y esa es una de ellas.
Impaciente, cierra la puerta de Haytham y gira sus pasos hacia la suya, no le importa que la siga.. está tan cegada en recuperar el anillo que poco le importa su propio bienestar y seguridad. Haytham y Hoör duermen, pues a éste último también consiguió que bebiese de aquel mejunje. Las puertas , las cerró no sin antes comprobar que nadie vio entrar aquel joven a sus aposentos.
-Tengo tu dinero, ahora dame mi anillo - estaba tan ensimismada, que solo deseaba aquello, nada más.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
Tan perfecto el trabajo quedó concluido, pero más que cortar un maldito dedo, quería todos cortarle, que uno por uno fuese gritando, y que ella presenciara tan patética escena. Pero se tuvo que limitar, y el acto que espero que se guardará entre las sombras paso a ser descubierto con la luz. Habían dado la claridad suficiente para que la habitación fuese alumbrada, la señora, con su batín representando la sangre de esas sábanas lucía, y no se diga de aquellos ojos, como lágrimas que de su mano derecha ha derramado. Había hecho ya su labor, y la paga era lo único que bastaba. Pero claro, aún mantenía el anillo, no lo daría hasta ver su bolsillo de monedas. No era estúpido, ni tampoco confiaba en ella, ni mucho menos del hombre sin dedo. La había seguido en el pasillo, en sombras de nueva cuenta.
—Mi dinero, —exige, no le importaba la afectación de la situación, ni estaba ahí para consolar. Al diablo su trance, le daba igual que escuchasen o le mirasen. Mientras él gane, a la mierda lo demás.
—En cuanto vea mi bolso de dinero, te entregaré el anillo. Así son los negocios. — entró a su alcoba, ella insinuaba que le siguiera, lo hizo, pero estaba alerta. Aún tenía bajo su poder los cuchillos, y sobre todo esa baratija. — Pediste el anillo, que no saliera ileso, no especificaste que, su vida no corre peligro, y mientras tenga el anillo no te debe importar lo demás. No vine a escuchar quejas, págame…
Esperaba, joder, ¿por cuánto tiempo tiene que esperar? Ya le ha quitado mucho tiempo, y cuando al fin lo que le interesaba escuchó de sus horribles labios, se acercó, guardando sus armas blancas y estirando una falange, extendiendo su palma para que dejara caer el bolsillo, y con la otra, el anillo, al mismo tiempo lo haría. Hasta que la retiró en cuanto alguien se adentraba a la habitación. Y era al que amputo, abalanzándose contra él, estaba en defensa por lo que clavó la punta del cuchillo a su hombro. El hombre de igual manera iba armado, pero no le dejo a que se moviera, lo tenía preso, apuntando directamente a su cuello para degollarlo. — ¿Has ordenado que me detenga? Maldita sea, córrelo o lo matare ahora mismo. No vengo a joderte, ni mucho menos a dañarte si es que no traicionas lo pactado, o es que, es un capricho más, darle celos con quién te revuelcas. Yo no trabajo de esta manera, si quieres que te la meta, decirlo, yo veré si lo hago o no, pero no estás jugando con muñecas…—Era claro que esos dos más que una relación laboral, escondían algo más. Le molestaba, se enojó por estar rodeados de imbéciles. La situación requería de un plan, una e dos si actuaria contra ella, o depende de su reacción vería que proseguirá
—¿Qué sigue? ¿Aparte del anillo que es lo que esperas? —magreaba el arma contra ese cuello, estaba alterado, con las ganas de matar a ambos, uno por sacarlo de quicio y la otra por ser una estúpida que cree que con el dinero podrá mover Ash a su antojo. Y su coacción era ese hombre, algo le ha de importar.
—Mi dinero, —exige, no le importaba la afectación de la situación, ni estaba ahí para consolar. Al diablo su trance, le daba igual que escuchasen o le mirasen. Mientras él gane, a la mierda lo demás.
—En cuanto vea mi bolso de dinero, te entregaré el anillo. Así son los negocios. — entró a su alcoba, ella insinuaba que le siguiera, lo hizo, pero estaba alerta. Aún tenía bajo su poder los cuchillos, y sobre todo esa baratija. — Pediste el anillo, que no saliera ileso, no especificaste que, su vida no corre peligro, y mientras tenga el anillo no te debe importar lo demás. No vine a escuchar quejas, págame…
Esperaba, joder, ¿por cuánto tiempo tiene que esperar? Ya le ha quitado mucho tiempo, y cuando al fin lo que le interesaba escuchó de sus horribles labios, se acercó, guardando sus armas blancas y estirando una falange, extendiendo su palma para que dejara caer el bolsillo, y con la otra, el anillo, al mismo tiempo lo haría. Hasta que la retiró en cuanto alguien se adentraba a la habitación. Y era al que amputo, abalanzándose contra él, estaba en defensa por lo que clavó la punta del cuchillo a su hombro. El hombre de igual manera iba armado, pero no le dejo a que se moviera, lo tenía preso, apuntando directamente a su cuello para degollarlo. — ¿Has ordenado que me detenga? Maldita sea, córrelo o lo matare ahora mismo. No vengo a joderte, ni mucho menos a dañarte si es que no traicionas lo pactado, o es que, es un capricho más, darle celos con quién te revuelcas. Yo no trabajo de esta manera, si quieres que te la meta, decirlo, yo veré si lo hago o no, pero no estás jugando con muñecas…—Era claro que esos dos más que una relación laboral, escondían algo más. Le molestaba, se enojó por estar rodeados de imbéciles. La situación requería de un plan, una e dos si actuaria contra ella, o depende de su reacción vería que proseguirá
—¿Qué sigue? ¿Aparte del anillo que es lo que esperas? —magreaba el arma contra ese cuello, estaba alterado, con las ganas de matar a ambos, uno por sacarlo de quicio y la otra por ser una estúpida que cree que con el dinero podrá mover Ash a su antojo. Y su coacción era ese hombre, algo le ha de importar.
Invitado- Invitado
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
¿Quién mejor para proteger su anillo que aquel hombre de confianza? Hasta su mano derecha tenía un hombre de confianza, alguien que Valeria no se atrevería ni tan siquiera acercarse… más que por temor, por puro orgullo. Mendigar el anillo no estaba en sus planes, le daba exactamente igual cómo conseguirlo. Aquel ladrón, el que intentó por todos los medios llevarse sus joyas y algún que otro adorno caro de la casa… volvía a su hogar, bajo las órdenes de su manto. Fue estricta, muy meticulosa, no quería testigos y menos que la relacionasen con el robo…
La joven, refunfuñó ante la imposición de aquel ser insignificante. No, no estaba para darle órdenes , menos peticiones que realizar en el acto. Lo fulminó con la mirada, aún no se había percatado con quien estaba hablando. Ambos, a la misma altura, sus orbes se clavaron en él como dagas, advirtiéndole que no iba por buen camino. Odiaba que la contradijesen y él estaba sobrepasando los límites de su paciencia, no es que tuviese mucha precisamente.
-Te he oído la primera vez. No hace falta que me lo repitas. ¿Entendido? -pero no, la bolsa no iba a caer en sus sucias manos tan fácilmente. Él armado pero…¿y ella? que ni pensaba le recibiría en batín y hermosa… incitándole a que le hiciese cualquier cosa, cuando no, no era como cualquier dama de clase alta. Del cinturón de su batín carmesí, brillaba una pequeña daga, afilada…que se burlaba de él con su destello inminente.
Rió de lo más divertida al apreciar la escena, la bolsa con las monedas… emitía ese sonido característico, esperándolo pero cuán se dejaba desear. Se equivocaba,él no era su mano derecha, solo un criado más y si ambos caían muertos a sus pies por ese absurdo enfrentamiento… ganaba ella de igual manera. Una sonrisa sádica, una risa que no importó fuese escuchada en toda la mansión. Los pasos se alejaron de ambos, Valeria miraba de manera divertida al ladrón, el otro le traía sin cuidado.
-Mátalo. No quiero testigos. Hazlo y recibirás el doble -murmuró, apoyándose en uno de los pilares de madera exquisitamente adornado. Quería ver cómo clavaba en el corazón ajeno su puñal, su muerte… quería lealtad por su parte. Ya más que por el anillo…una cuestión de confianza, pues no… no confiaba en cualquiera.
Eso esperaba, acción, lealtad a su persona, deshacerse de aquellos ojos que el mismo señor Cross confiaba plenamente. Poco a poco, se lo iba quitando todo, todo con un fin. El criado, forcejeó con el ladrón, intentándolo pues ya con un dedo menos la fuerza le fallaba. La sonrisa de Valeria, el labio inferior atacado por sus propios dientes…mordiéndolo con ese toque juguetón…esa chica esperaba más y esperaba no equivocarse con él.
-Puedes hacerlo y yo…puedo dártelo todo. Me darás mi anillo, te daré el dinero… y más si haces lo que te pido, es un negocio fácil -su dedo índice, jugueteó con aquella daga, cortándose la yema del índice y llevársela a los labios… mujer del diablo.
La joven, refunfuñó ante la imposición de aquel ser insignificante. No, no estaba para darle órdenes , menos peticiones que realizar en el acto. Lo fulminó con la mirada, aún no se había percatado con quien estaba hablando. Ambos, a la misma altura, sus orbes se clavaron en él como dagas, advirtiéndole que no iba por buen camino. Odiaba que la contradijesen y él estaba sobrepasando los límites de su paciencia, no es que tuviese mucha precisamente.
-Te he oído la primera vez. No hace falta que me lo repitas. ¿Entendido? -pero no, la bolsa no iba a caer en sus sucias manos tan fácilmente. Él armado pero…¿y ella? que ni pensaba le recibiría en batín y hermosa… incitándole a que le hiciese cualquier cosa, cuando no, no era como cualquier dama de clase alta. Del cinturón de su batín carmesí, brillaba una pequeña daga, afilada…que se burlaba de él con su destello inminente.
Rió de lo más divertida al apreciar la escena, la bolsa con las monedas… emitía ese sonido característico, esperándolo pero cuán se dejaba desear. Se equivocaba,él no era su mano derecha, solo un criado más y si ambos caían muertos a sus pies por ese absurdo enfrentamiento… ganaba ella de igual manera. Una sonrisa sádica, una risa que no importó fuese escuchada en toda la mansión. Los pasos se alejaron de ambos, Valeria miraba de manera divertida al ladrón, el otro le traía sin cuidado.
-Mátalo. No quiero testigos. Hazlo y recibirás el doble -murmuró, apoyándose en uno de los pilares de madera exquisitamente adornado. Quería ver cómo clavaba en el corazón ajeno su puñal, su muerte… quería lealtad por su parte. Ya más que por el anillo…una cuestión de confianza, pues no… no confiaba en cualquiera.
Eso esperaba, acción, lealtad a su persona, deshacerse de aquellos ojos que el mismo señor Cross confiaba plenamente. Poco a poco, se lo iba quitando todo, todo con un fin. El criado, forcejeó con el ladrón, intentándolo pues ya con un dedo menos la fuerza le fallaba. La sonrisa de Valeria, el labio inferior atacado por sus propios dientes…mordiéndolo con ese toque juguetón…esa chica esperaba más y esperaba no equivocarse con él.
-Puedes hacerlo y yo…puedo dártelo todo. Me darás mi anillo, te daré el dinero… y más si haces lo que te pido, es un negocio fácil -su dedo índice, jugueteó con aquella daga, cortándose la yema del índice y llevársela a los labios… mujer del diablo.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
¿Cómo es posible que se entienda pero sigan realizando las mismas sandeces? , como aquellos en que niegan ser masoquistas pero el placer les encara la realidad, nada tiene lógica, pero Ash estaba consciente de lo que quiere, de lo que hace y dice. No repite nada, solo aclara la situación. No son niños incapacitados que se les esté repitiendo una y otra vez el tratado, si llegaron a un acuerdo debía cumplirse. Y parece que no lo hacían, lo cambian, parece un juego, y eso pasa por involucrarse con malcriadas mujerzuelas que quieren tener el mundo a sus pies, pero basta, no es un pobretón que seguirá las órdenes por solo ver plata, si, ha aceptado entregar el anillo, pero por algo más, no por unas cuentas monedas, ni por la libertad. Y es que estar sujetando al tipo, volver a las mismas andadas de asesinato, era algo que se negaba, ya que solo por imperios, mansiones repletas de oro lo haría. Por algo le dicen el ladrón de guante blanco, pues no se mancha las manos por nada, ni por aquella mujer que cree tener dinero suficiente para pagar por una vida. No, estaba muy equivocada, no sabe con quién trata, no sabe con quién se involucró. Ya que, por más que esté usando la única arma para zafarse de ese embrollo, sabrá él si lo hiere o no, pero, ¿matar? absolutamente no era la intención, pero si iba a coaccionar. Haciéndolo de manera en que el filo seguía recorriendo esa carne, podía percibir el miedo, y aquella risa, le retaba.
Se equivocaba, esa vida no vale ni lo cuádruple, no tiene el dinero suficiente para pagar y menos desperdiciar su fuerza. — Dices recordar nuestro trato, pero sigues traicionándolo, no soy idiota Cavey. ¿Crees que no me he dado cuenta de tus planes? Sé que este no es tu mano derecha, y sabes ¿por qué? Porque lo ofreces como un perro a quien degollar, y si tanto presumías su lealtad este no lo tiene hacia ti…—chasqueo la lengua, el hombre se defendía pero era inútil, lo golpeó con la base del cuchillo, abriendo un costado de su cabeza, y cayó con facilidad.
— Todo diseñado a tu manera, el dirigirme hasta aquí fue tu error, el dejarme entrar con facilidad, no es propio de mi rutina. Y veo que el anillo vale más de lo que se muestra en esta mansión, como has faltado a tu promesa, no hay trato. Aquí acaba y quédate ese maldito dinero, no eres la primera y ni la última en buscarme, —aventó el anillo al cielo, como un volado, poniéndoselo en el dedo de en medio al caer, y le mostró el dedo, burlándose aún más con una reverencia, escupiendo el suelo. —Tu misma te darás a conocer por lo que eres, de mí no saldrá nada, pero solita caerás ¿No quieres testigos? Mátalo tú misma, es un negocio fácil.
Ladeo la cabeza, observando esa daga, no le asusta, al contrario, espera que lo emplee, quiere que le ataque para que pueda mostrarle de lo que en verdad es capaz cuando le quieren ver la cara de imbécil. Ya que, él no pierde nada, solo gana pero nunca pierde, porque no tiene nada.
Se equivocaba, esa vida no vale ni lo cuádruple, no tiene el dinero suficiente para pagar y menos desperdiciar su fuerza. — Dices recordar nuestro trato, pero sigues traicionándolo, no soy idiota Cavey. ¿Crees que no me he dado cuenta de tus planes? Sé que este no es tu mano derecha, y sabes ¿por qué? Porque lo ofreces como un perro a quien degollar, y si tanto presumías su lealtad este no lo tiene hacia ti…—chasqueo la lengua, el hombre se defendía pero era inútil, lo golpeó con la base del cuchillo, abriendo un costado de su cabeza, y cayó con facilidad.
— Todo diseñado a tu manera, el dirigirme hasta aquí fue tu error, el dejarme entrar con facilidad, no es propio de mi rutina. Y veo que el anillo vale más de lo que se muestra en esta mansión, como has faltado a tu promesa, no hay trato. Aquí acaba y quédate ese maldito dinero, no eres la primera y ni la última en buscarme, —aventó el anillo al cielo, como un volado, poniéndoselo en el dedo de en medio al caer, y le mostró el dedo, burlándose aún más con una reverencia, escupiendo el suelo. —Tu misma te darás a conocer por lo que eres, de mí no saldrá nada, pero solita caerás ¿No quieres testigos? Mátalo tú misma, es un negocio fácil.
Ladeo la cabeza, observando esa daga, no le asusta, al contrario, espera que lo emplee, quiere que le ataque para que pueda mostrarle de lo que en verdad es capaz cuando le quieren ver la cara de imbécil. Ya que, él no pierde nada, solo gana pero nunca pierde, porque no tiene nada.
Invitado- Invitado
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
Sus orbes esmeralda, fijas en la escena que no podía ser más desafortunada. Ese estúpido criado, el hombre de confianza de su mano derecha no solo los vio juntos, al ladrón y la señorita. No, ahora sabía que ambos estaban más que compinchados, un trato que no era tan solo robar el anillo y poco más. No. Allí se cocía algo mucho más interesante, si Haytham sabía que Valeria fue la que había ordenado aquel anillo sin valor para cualquier joyero pero muy importante emocionalmente para su portador.
Ojos esmeralda que se entrecerraron seguido de una risa, no se inmutó, seguía observándolos como si de un espectáculo entretenido se tratase. Muy considerado el maldito ladrón, ¿ella había hecho qué? no, se equivocaba, ella no hizo absolutamente nada. El trato no fue otro que robar el anillo, él cobraría pero si el criado aquel se interpuso y le ofrecía mucho más dinero ¿qué problema había? a ese infeliz nadie le echaría de menos , nadie le conocía… pero parecía ser que el doble de dinero no era suficiente para que acatase sus órdenes.
-¿No hay trato? ¿Cómo te atreves a zanjarlo cuando no tienes ningún derecho? Tengo tu dinero, dame mi anillo -escupió las palabras, levantando el mentón, mirándole intensamente… dando un par de pasos hacia él. Podía acabar con ella en ese mismo instante, de paso matar al criado inconsciente… sería fácil pero ella no iba a consentir tal cosa -Dame el anillo -volvió a repetir, le tiró al suelo las dos bolsitas de tela de cuero con monedas, más de lo que trataron ¿por qué no cedía? Solo quería el anillo pero no, no iba a ser fácil.
-Todavía no sabes a quién te estás dirigiendo, pequeña rata. El trato era el anillo por el dinero ¿qué no vas a matar a este imbécil? Tranquilo, no será la primera vez que me lleno las manos de sangre -se agachó, un movimiento rápido para tomar el arma afilada de su criado y hundirla en su pecho, varias veces, las manchas de sangre no tardaron en salpicar su bata. Lo hacía por una sola razón y no para terminar el trato precisamente. Se alejó del cuerpo, ofreciéndole su mano, la palma para que dejase el anillo.
-Tienes el dinero, le he matado yo misma. Dame el anillo y vete, ya no haces nada aquí ¿quieres que grite? Vendrán a por ti, lo suficiente rápidos como para que te terminen de encarcelar de por vida… no es una amenaza, es un consejo - se alejó de él, mirándole con una sonrisa ladina… sus orbes esmeralda seguían fijas en él… ¿cómo acabaría aquel desastre? Ella estaba claro que solo quería su anillo y poco más.
Ojos esmeralda que se entrecerraron seguido de una risa, no se inmutó, seguía observándolos como si de un espectáculo entretenido se tratase. Muy considerado el maldito ladrón, ¿ella había hecho qué? no, se equivocaba, ella no hizo absolutamente nada. El trato no fue otro que robar el anillo, él cobraría pero si el criado aquel se interpuso y le ofrecía mucho más dinero ¿qué problema había? a ese infeliz nadie le echaría de menos , nadie le conocía… pero parecía ser que el doble de dinero no era suficiente para que acatase sus órdenes.
-¿No hay trato? ¿Cómo te atreves a zanjarlo cuando no tienes ningún derecho? Tengo tu dinero, dame mi anillo -escupió las palabras, levantando el mentón, mirándole intensamente… dando un par de pasos hacia él. Podía acabar con ella en ese mismo instante, de paso matar al criado inconsciente… sería fácil pero ella no iba a consentir tal cosa -Dame el anillo -volvió a repetir, le tiró al suelo las dos bolsitas de tela de cuero con monedas, más de lo que trataron ¿por qué no cedía? Solo quería el anillo pero no, no iba a ser fácil.
-Todavía no sabes a quién te estás dirigiendo, pequeña rata. El trato era el anillo por el dinero ¿qué no vas a matar a este imbécil? Tranquilo, no será la primera vez que me lleno las manos de sangre -se agachó, un movimiento rápido para tomar el arma afilada de su criado y hundirla en su pecho, varias veces, las manchas de sangre no tardaron en salpicar su bata. Lo hacía por una sola razón y no para terminar el trato precisamente. Se alejó del cuerpo, ofreciéndole su mano, la palma para que dejase el anillo.
-Tienes el dinero, le he matado yo misma. Dame el anillo y vete, ya no haces nada aquí ¿quieres que grite? Vendrán a por ti, lo suficiente rápidos como para que te terminen de encarcelar de por vida… no es una amenaza, es un consejo - se alejó de él, mirándole con una sonrisa ladina… sus orbes esmeralda seguían fijas en él… ¿cómo acabaría aquel desastre? Ella estaba claro que solo quería su anillo y poco más.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
Todo, exclusivamente todo se ha desviado a lo que se había pactado, ya quedaba en la rata en cumplir o no, pero esta quiere jugar, solo por la razón de que no se le tomó como merecía, le vieron la cara y por eso es que opto por ir en su contra. Ya se las vería en sacar el dinero perdido de esa labor, perdió mucho pero no algo imposible de rescatar. Sin importarle lo que sucediera, no le importa la vida de él, ni la de ella, sino la propia, veía que tan dispuesta está Cavey en salirse con la suya. La diferencia es que con el mundo de los ladrones, ella siempre saldrá perdiendo. Porque será de las mujeres que gozan de belleza, y poder, pero faltaba algo; carácter. Que mientras Ash aguarda, jugando con los dedos pues estos se mueven provocativos, reluciendo el anillo, debía admitir que se veía muy bien en él, pero podría cargar algo más valioso, estaba seguro de ello. — Ya me has escuchado, no seré nadie, pero tú no eres nadie para mí, solo porque cargas mi dinero, ¿crees que seré tu esclavo? No, no te daré nada. — ¿solo por qué ella decía debía de ser de aquella manera? Absolutamente no, debía aceptar que ella jugo con lo pactado, y por ello es que se negó, ni porque el dinero fuese arrojado, ni que algunas cuantas monedas se salieran de los bolsillos, él tiene su manera de operar, no debía entrometerse.
Negando, rechazando cuantas veces le repitiera del anillo. Entre miradas, amenazas, no se doblega, no caerá con facilidad, le gusta que lo desdeñen, que recuerden que no siempre se saldrán con sus demandas. Que cuesta más de lo que creen. Aguardando, siendo testigo de un homicidio, más podría ser ventajoso, porque no terminaría como aquel. — Aun sigue habiendo testigos de lo ocurrido, no te libraras de mi tan fácilmente, tendrás que matarme para que sea perfecto tu plan. Más, no pienso morir en tus manos o en cualquiera a quien le des la orden. Me importa poco quien seas, ya he conocido lo suficiente, has matado por matar, se acabó el juego. Me aburres con lo mismo —, la escena sangrienta era poco, ha visto más como mata un animal cuando está hambriento que aquella. Alzando la falange con el arma cargada, apuntando directo en su cabeza. —…Grita, grita todo lo que quieras, hablaran de ti, la evidencia está en tu casa, si puedes pagar por el silencio, gasta esas miserias para defenderte, a ver si te alcanza. Ya te dije que no tengo nada que perder, más grita, te estas tardando, me iré y una vez que salga de aquí, te será difícil hallarme. ¡Ah! Se me olvida, gracias por sacarme de la cárcel, más te arrepentirás de esto. — se agacho por solo una bolsa de dinero, se merecía esa paga que concluyó dicho espectáculo, agitando el arma en despedida, dándose la vuelta, que corrió hacia la ventana, todo estaba tranquilo, en la normalidad de una casa resguardada, sus errores eran mostrados ahora mismo. Así como la facilidad le dio de entrar a la casa, fue la misma al salir. Escapando, escabulléndose a las callejuelas. Hablaran de ella, eso es seguro, y a ver cómo les explica a los policías que escapó su prisionero.
Negando, rechazando cuantas veces le repitiera del anillo. Entre miradas, amenazas, no se doblega, no caerá con facilidad, le gusta que lo desdeñen, que recuerden que no siempre se saldrán con sus demandas. Que cuesta más de lo que creen. Aguardando, siendo testigo de un homicidio, más podría ser ventajoso, porque no terminaría como aquel. — Aun sigue habiendo testigos de lo ocurrido, no te libraras de mi tan fácilmente, tendrás que matarme para que sea perfecto tu plan. Más, no pienso morir en tus manos o en cualquiera a quien le des la orden. Me importa poco quien seas, ya he conocido lo suficiente, has matado por matar, se acabó el juego. Me aburres con lo mismo —, la escena sangrienta era poco, ha visto más como mata un animal cuando está hambriento que aquella. Alzando la falange con el arma cargada, apuntando directo en su cabeza. —…Grita, grita todo lo que quieras, hablaran de ti, la evidencia está en tu casa, si puedes pagar por el silencio, gasta esas miserias para defenderte, a ver si te alcanza. Ya te dije que no tengo nada que perder, más grita, te estas tardando, me iré y una vez que salga de aquí, te será difícil hallarme. ¡Ah! Se me olvida, gracias por sacarme de la cárcel, más te arrepentirás de esto. — se agacho por solo una bolsa de dinero, se merecía esa paga que concluyó dicho espectáculo, agitando el arma en despedida, dándose la vuelta, que corrió hacia la ventana, todo estaba tranquilo, en la normalidad de una casa resguardada, sus errores eran mostrados ahora mismo. Así como la facilidad le dio de entrar a la casa, fue la misma al salir. Escapando, escabulléndose a las callejuelas. Hablaran de ella, eso es seguro, y a ver cómo les explica a los policías que escapó su prisionero.
Invitado- Invitado
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
Cuan equivocado estaba a la hora de pensar que saldría de allí como si nada. La mansión Cavey, peor que cualquier calabozo maloliente y húmedo. No, no acababa de entender que en su terreno se hacía lo que ella deseaba y fuera de su casa, también. El trato lo incumplieron ambos. Verle portando el anillo, le llevaban los demonios. Le pertenecía, aunque no fuese suyo y aunque para ella o tenía ningún valor, su empeño en tenerlo bajo su poder bastaba para que él no se saliese con la suya.
La desafiaba y no era la única. Valeria sabía perfectamente como hundir una daga invisible en el corazón de aquel ladrón infeliz, aquel que se las daba de saber de la vida, de esos tratos de los que no tenía ni idea. El criado era lo de menos, allí, la batalla era inminente entre los dos. Una sonrisa de suficiente, su barbilla alzada, le volvió a demostrar que sus palabras no le achantaban, le envalentonaban aún en aquella gesta.
-La evidencia está en mi casa pero el culpable también lo estará, querido… -podía hablar de sí misma pero por ese tono suave, casi acariciador…tramaba, algo más le ocultaba. Su risa, tuvo que callarla tapándose los labios. ¿Se lo había creído? Sus propias palabras terminarían en su contra -La cárcel… acabas de encerrarte en tu propia celda. Hay guardias fuera y otros que…vendrán en… tres, dos …uno, siempre hacen ronda , a ¡las once en punto! Qué puntuales. -pasos acelerados , más aún cuando lanzó un grito desgarrador, totalmente fingido…iba a realizar el mejor papel de su vida. Se apartó del joven, señalando al lugar de los hechos. Tres hombres armados ocuparon la estancia y prestos , acorralaron aquel muchacho del que sin duda… ahora no tendría salida.
-¡Él! Ha sido él… quería…quería -incluso fingió unas bonitas cristalinas lagrimas, seguidas de una sonrisa cuando ellos lo sostenían, no, no tenía escapatoria -Llevadlo. Ya sabeis donde y sí, atado de pies y manos. Nada de agua y comida… ah y… tiene buena sangre, tendremos que vaciarle un poco… la venderé a buen recaudo. No lo mateis, me sirve vivo… para eso y más -le tomó del rostro, limpiándose las lagrimas con los pulgares., pulgares que pasó por sus labios -Bienvenido a tu infierno… cuando volvamos a vernos ¿sabes lo que me suplicarás? -se inclinó hacia él, riendo de lo más divertida -Que te mate
Antes de que se fuese, fue ella misma quien palpó cada parte de cuerpo por si ocultaba algún arma a la vista, lo único que deseaba…era aquel anillo, nada más.
- Dales el anillo y si no lo haces, si eres tan necio de negarte…le cortais el dedo, quedará bien e la cajita de terciopelo verde -aquella tortura acababa de comenzar… Valeria Cavey no era cualquier jovencita de clase alta. Nadie, nadie jamás jugaba con ella.
La desafiaba y no era la única. Valeria sabía perfectamente como hundir una daga invisible en el corazón de aquel ladrón infeliz, aquel que se las daba de saber de la vida, de esos tratos de los que no tenía ni idea. El criado era lo de menos, allí, la batalla era inminente entre los dos. Una sonrisa de suficiente, su barbilla alzada, le volvió a demostrar que sus palabras no le achantaban, le envalentonaban aún en aquella gesta.
-La evidencia está en mi casa pero el culpable también lo estará, querido… -podía hablar de sí misma pero por ese tono suave, casi acariciador…tramaba, algo más le ocultaba. Su risa, tuvo que callarla tapándose los labios. ¿Se lo había creído? Sus propias palabras terminarían en su contra -La cárcel… acabas de encerrarte en tu propia celda. Hay guardias fuera y otros que…vendrán en… tres, dos …uno, siempre hacen ronda , a ¡las once en punto! Qué puntuales. -pasos acelerados , más aún cuando lanzó un grito desgarrador, totalmente fingido…iba a realizar el mejor papel de su vida. Se apartó del joven, señalando al lugar de los hechos. Tres hombres armados ocuparon la estancia y prestos , acorralaron aquel muchacho del que sin duda… ahora no tendría salida.
-¡Él! Ha sido él… quería…quería -incluso fingió unas bonitas cristalinas lagrimas, seguidas de una sonrisa cuando ellos lo sostenían, no, no tenía escapatoria -Llevadlo. Ya sabeis donde y sí, atado de pies y manos. Nada de agua y comida… ah y… tiene buena sangre, tendremos que vaciarle un poco… la venderé a buen recaudo. No lo mateis, me sirve vivo… para eso y más -le tomó del rostro, limpiándose las lagrimas con los pulgares., pulgares que pasó por sus labios -Bienvenido a tu infierno… cuando volvamos a vernos ¿sabes lo que me suplicarás? -se inclinó hacia él, riendo de lo más divertida -Que te mate
Antes de que se fuese, fue ella misma quien palpó cada parte de cuerpo por si ocultaba algún arma a la vista, lo único que deseaba…era aquel anillo, nada más.
- Dales el anillo y si no lo haces, si eres tan necio de negarte…le cortais el dedo, quedará bien e la cajita de terciopelo verde -aquella tortura acababa de comenzar… Valeria Cavey no era cualquier jovencita de clase alta. Nadie, nadie jamás jugaba con ella.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
¡Maldita perra! Eran pocas palabras para aquella, nadie, absolutamente nadie cambiaba su modus operandi, había cavado su propia tumba, se auto sentenció en haber faltado al trato, se dice las de respetarlo pero jamás lo hizo, diga lo que diga faltó a este, y no le toman por un estúpido, claro que no, como bien mencionó, a veces se gana, aveces se pierde, pero no a conveniencia, porque la jugada lo requiere, que esta vez tuvo que dar su brazo a torcer, había corrido, intentando escapar de la mansión lo antes posible, antes de que los guardias lo capturaran, de que ella demandara castigarlo. Porque sabe como es la mente de las mujeres, tan mediocres y víboras e hipócritas , sabía que se quería lavar las manos (de esa sangre con echarle la culpa) sí así es como la desgraciada se hizo la víctima, más fue estúpido, porque así como fue sujetado, ¿por que nadie veía la sangre que lleva? Y peor, de la daga, todo apuntaba a ella, y nadie se fijó, solo porque de un llanto se hizo, y de unas mentiras que bien se las hara pagar cuando menos lo espere.
— ¡Hijos de perra! Suéltenme, yo solo estoy aquí por ella, o ¿cómo pude salir de la cárcel? Estupidos, todos son unos estupidos.
Escupió, arrojó removiendose, tratando de zafarse de sus agarres, lo estaba logrando pero al ver a esa, una furia, un odio se enmarcaron en su faceta, estirándose del cuello, de los brazos, ejerciendo fuerza. — Tú lo has matado, y se sabrá, un estúpido anillo no vale la pena como para echarme la culpa, se preguntarán, ¿por qué siendo un ladrón solo tiene ese anillo barato? Pagaras por esto, tarde que temprano, hacer lo que se les plazca, jamás ruego, siempre te olvidas con quién estas, no por muy jodido que luzca, me quedaré con las manos atadas. Y lo peor, que jamás tendrás esa porqueria de baratija.
Movió la cabeza, queriendo morderla, arrancarsela de una sola mordida, como un maldito perro salvaje, subiendo los pies para patalear, liberarse quería, el anillo había sido arrojado en el suelo de una puerta al parecer abandonada en ese pasillo, nadie se percató de ello, y nadie lo sabrá hasta que llegasen a limpiar, pero se ve que la habitación no ha sido tocada. No poseía prueba del anillo, y entre más deseaba liberarse, lo cargaron, sujetado de pies y manos, eran demasiados que trataban de inmovilizarlo hasta que alguien le cubrió la cabeza con un trapo oscuro, no veía nada y no pudo nada que hacer, se movía pero nadie lo soltó, que no supo ya que fue de él, alguien le golpeó la cabeza, con un objeto duro y pesado. Quedó inconsciente
Invitado- Invitado
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
Siempre se salía con la suya y en esa situación no iba a ser menos. Ese ladronzuelo merecía una lección por ir de sabelotodo. Ya se encargaría ella misma de castigarle si hacía falta. Parecía mentira que no supiese lo que ocurriría , ¿cómo iban a culparle a ella? una chica de clase alta e intacta reputación. No, él debía pagar por aquel asesinato. Con solo un fingido puchero, lagrimas de cocodrilo y un “él me obligó” sería suficiente. Qué necio, no sabía donde se había metido, más cuando le amenazó de esa manera.
[color=white]-¡¡Miente!! Mentiras, mentiras y mentiras… él me obligó [/colo]-un exagerado grito de dolor mientras intentaban que no se les escapase en el forcejeo. Una sonrisa , malvada, maliciosa…apareció en sus labios cuando ninguno de aquellos hombres miraba. Todo estaba hecho, ahora solo quedaba el castigo y qué hacer con esa rata de alcantarilla. No le valía muerto ¿para qué? había demostrado agallas, se había enfrentado a ella… solo le quedaba aprender la lección.
Ni siquiera se acercó, solo le miró a los ojos, de arriba abajo después e hizo un gesto para que se lo llevasen, de él ya se encargaría, de momento… dio unas órdenes muy específicas. No, no sería como en aquella cárcel, en su propia casa sería mucho peor condena.
-Atado, de pies y manos y… no le quitéis el saco, con suerte se asfixia en su propio ego -rió por lo bajo, limpiándose las fingidas lagrimas. En un par de días sabría de ella y así fue. Pasaron dos días del incidente, no iba a quedarse de brazos cruzados cuando ese mequetrefe había hecho al final lo que le había dado la gana.
El sonido de su calzado, se oía como eco desgarrador, juicio final que se acercaba a su sino. Un susurro y le abrieron la cancela, rió al verle hecho un completo desastre. Sus ojos verdes, se entrecerraron una vez le quitó la máscara, riendo por lo bajo , no venía sola… una pequeña daga descansaba en su mano como si fuese otro complemento del que disponía todos los días.
-¿Aún crees que te has librado de mí? -no le dejó contestar, la daga jugueteaba entre sus dedos, a unos metros de él… no iba a ser tan necia de acercarse demasiado aún estando atado -Quiero tu lealtad. Viste que conmigo no se juega. Le cortaste a ese criado un dedo ¿cierto? Creo que a ti no te hacen falta tantos…así se sabe qué se siente al perder uno ¿cuál quieres que… ¿? ¿el meñique? - con determinación, le hizo un gesto al guardia para que entrase y lo pudiese sujetar, de lo demás se encargaría ella -Oh espera..por si no crees que vaya en serio
No lo pensó, hundió el acero en uno de sus muslos, no una herida profunda pero de la que pronto… comenzó a salir borbotones de sangre.
-¿Y bien? ¿te has decidido ya?
[color=white]-¡¡Miente!! Mentiras, mentiras y mentiras… él me obligó [/colo]-un exagerado grito de dolor mientras intentaban que no se les escapase en el forcejeo. Una sonrisa , malvada, maliciosa…apareció en sus labios cuando ninguno de aquellos hombres miraba. Todo estaba hecho, ahora solo quedaba el castigo y qué hacer con esa rata de alcantarilla. No le valía muerto ¿para qué? había demostrado agallas, se había enfrentado a ella… solo le quedaba aprender la lección.
Ni siquiera se acercó, solo le miró a los ojos, de arriba abajo después e hizo un gesto para que se lo llevasen, de él ya se encargaría, de momento… dio unas órdenes muy específicas. No, no sería como en aquella cárcel, en su propia casa sería mucho peor condena.
-Atado, de pies y manos y… no le quitéis el saco, con suerte se asfixia en su propio ego -rió por lo bajo, limpiándose las fingidas lagrimas. En un par de días sabría de ella y así fue. Pasaron dos días del incidente, no iba a quedarse de brazos cruzados cuando ese mequetrefe había hecho al final lo que le había dado la gana.
El sonido de su calzado, se oía como eco desgarrador, juicio final que se acercaba a su sino. Un susurro y le abrieron la cancela, rió al verle hecho un completo desastre. Sus ojos verdes, se entrecerraron una vez le quitó la máscara, riendo por lo bajo , no venía sola… una pequeña daga descansaba en su mano como si fuese otro complemento del que disponía todos los días.
-¿Aún crees que te has librado de mí? -no le dejó contestar, la daga jugueteaba entre sus dedos, a unos metros de él… no iba a ser tan necia de acercarse demasiado aún estando atado -Quiero tu lealtad. Viste que conmigo no se juega. Le cortaste a ese criado un dedo ¿cierto? Creo que a ti no te hacen falta tantos…así se sabe qué se siente al perder uno ¿cuál quieres que… ¿? ¿el meñique? - con determinación, le hizo un gesto al guardia para que entrase y lo pudiese sujetar, de lo demás se encargaría ella -Oh espera..por si no crees que vaya en serio
No lo pensó, hundió el acero en uno de sus muslos, no una herida profunda pero de la que pronto… comenzó a salir borbotones de sangre.
-¿Y bien? ¿te has decidido ya?
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
Inconsciente; había estado así desde hace días, no sabe con exactitud cuántos, o si se trataba del mismo, perdido, confundido, con un fuerte dolor de cabeza, parecía que le forjaba presión con unas garras en esta, mas era el golpe que había recibido, un objeto duro y pesado fue estampado contra él, terminando de esa manera un escape que salió mal. Se había removido como un maldito perro queriendo salir de la perrera, ladrando y gruñendo, hasta morder si era posible para que le liberaran, más lo atacaron de la peor manera, que estar en una visión oscura. Imposibilitado a cualquier movimiento, más que los saltos con la misma silla, pues llegó a esa conclusión al estar sentado, atado de las manos, las muñecas en específico, no se podía mover. Ni de los pies, que de los tobillos ya quemaba, ardía en donde las presiones eran notorias, moviendo la cabeza de un lado a otro queriendo percibir algún ruido, pero nada. Estaba solo, aún cubierto de la cabeza. ¡Maldita sea! El peso de esta misma ya era complicado de sostener, por lo que agachada permanecía, sediento, lastimado de las cuerdas vocales, grito todo lo que pudo, maldijo y ofendió hasta más no poder.
Pero, ahí estaba, unos pasos, un tacón resonando burlón, celdas abriéndose, juraría que la mataría, esa maldita perra. No podía hacer nada, imposibilitado estaba, si la mirara, le seguiría escupiendo en la cara, y como si fuese concebido, le descubrieron el rostro y escupió, sin alcanzar más que a sus pies, sin miedo a la daga, ¿qué podía hacer con ella? tan pronto obtuvo la respuesta, juega entre sus dedos, si cree que sembraría miedo a que le cortaran estos, estaba muy equivocada. Ahogándose, resistiendo al dolor emprendido en su muslo, la daga se incrustó en esta, brotando sangre, dando un salto por inercia, y complejo de la sensación. Sin doblegar su orgullo, es afectado por la simple idea de que le tomaron el pelo, hasta que le amenazaron, todo cambio, no iba a perjudicar su cuerpo, si podía salir de ello como en otras ocasiones, solo hacer el trabajo, terminar con ella, y al final, golpearla con la misma moneda, era la única salida. Siendo motivo de su pérdida, fallo el asalto, accedió, ya sin motivo de ir a la contraria, estaba demasiado exhausto, ya deshidratado, muy débil y sin poder hablar más.
— Aún es el comienzo, ¿cómo esperas mi lealtad, si no has sabido ganártela?, ¿con esto crees que te seré leal? No, no seré objeto de diversión, búscate a un perro para ello… ¡Atrévete! Y serás lo único que hagas, cortar perra y veras que sucederá. ¡Ah! Espera, espera… ¡No lo hagas! ¡Maldita sea! Hare lo que digas, pero dejad intacto mi cuerpo.
Pero, ahí estaba, unos pasos, un tacón resonando burlón, celdas abriéndose, juraría que la mataría, esa maldita perra. No podía hacer nada, imposibilitado estaba, si la mirara, le seguiría escupiendo en la cara, y como si fuese concebido, le descubrieron el rostro y escupió, sin alcanzar más que a sus pies, sin miedo a la daga, ¿qué podía hacer con ella? tan pronto obtuvo la respuesta, juega entre sus dedos, si cree que sembraría miedo a que le cortaran estos, estaba muy equivocada. Ahogándose, resistiendo al dolor emprendido en su muslo, la daga se incrustó en esta, brotando sangre, dando un salto por inercia, y complejo de la sensación. Sin doblegar su orgullo, es afectado por la simple idea de que le tomaron el pelo, hasta que le amenazaron, todo cambio, no iba a perjudicar su cuerpo, si podía salir de ello como en otras ocasiones, solo hacer el trabajo, terminar con ella, y al final, golpearla con la misma moneda, era la única salida. Siendo motivo de su pérdida, fallo el asalto, accedió, ya sin motivo de ir a la contraria, estaba demasiado exhausto, ya deshidratado, muy débil y sin poder hablar más.
— Aún es el comienzo, ¿cómo esperas mi lealtad, si no has sabido ganártela?, ¿con esto crees que te seré leal? No, no seré objeto de diversión, búscate a un perro para ello… ¡Atrévete! Y serás lo único que hagas, cortar perra y veras que sucederá. ¡Ah! Espera, espera… ¡No lo hagas! ¡Maldita sea! Hare lo que digas, pero dejad intacto mi cuerpo.
Invitado- Invitado
Re: A deal is a deal, but what a thief? The modus operandi is not abandoned.
El trato se pudo haber zanjado la noche del supuesto robo del anillo pero no, él tuvo que fastidiarlo todo, ansiando más de lo que pensaba obtener esa noche. Maldito y mil veces maldito bastardo. Cansada de esa gentuza que solo le importaba obtener dinero como fuese , cuanto más mejor y aún, no sabía porqué ese afán. Claro que, ella lo tenía absolutamente todo, no sabía ni comprendía qué era la pobreza. Para Valeria, ser pobre solo significaba una cosa… estar plagado de piojos y no tener nada que llevarse a la boca.
Y aquel necio aún no había aprendido la lección. Ni tan siquiera se había replanteado el hecho de que ya su vida pertenecía a la dama…al menos sus servicios. De ahí no saldría hasta que no le jurase lealtad, dejase esa rebeldía para otro pues a ella le importaba bien poco si quisiese o no intentar aparentar lo que no era, para la dama…ese hombre siempre sería una rata callejera a la que manejar a su antojo. Hilos de marioneta invisibles que manejaban aquel muchacho al que no dejaría ir aunque se lo pidiese una y mil veces.
Esperó esa reacción, una no muy de su agrado. El hecho de que le escupiese , avivó las ganas de seguir con aquel juego, aquella tortura pues no, no iba a escapar de allí sin antes oírle decir lo que tanto ansiaba. Media sonrisa, esquivando el escupitajo, si pensaba que eso la enfadaría estaba muy equivocado. La idea de buscar a un perro le hizo gracia, tanta que su risa maliciosa hizo eco en aquella mugrienta mazmorras, contraste con la exuberante presencia de la dama.
-No es tan divertido, además es lo mejor para los dos ¿te imaginas que fuese buena contigo? No sería lo mismo. Además…cederás. Todo el mundo aprecia cada parte de su cuerpo.. no quieres quedarte sin nada ¿verdad?-como era de esperar no tardó en detenerle -Demasiado fácil, no es divertido -hizo un gesto al hombre para que hiciese lo previsto y en el último segundo, ella misma se interpuso entre ambos… el miedo estaba infundido, ya solo quedaba un trato… uno en el que ambos deberán de cumplir -Solo pido una cosa, es fácil, quiero que te enteres de quienes quieren o desean traicionarme, atentar contra mí. En tu mundo es fácil saberlo, en el mío… no. De momento eso es todo y si en algún momento tienes que quitarte a alguien del medio… lo harás. Serás recompensado tranquilo… y si te niegas. Olvídate de tus hábiles dedos, no podrás robar, menos deleitarte en el tacto de una mujer… aunque dudo que hayas puesto un dedo encima alguna en tu miserable vida -
Altanera, alzó el mentón, mirándole desafiante. Solo quedaba sellar el trato. Su protección por la propia. Era un trato justo.
Y aquel necio aún no había aprendido la lección. Ni tan siquiera se había replanteado el hecho de que ya su vida pertenecía a la dama…al menos sus servicios. De ahí no saldría hasta que no le jurase lealtad, dejase esa rebeldía para otro pues a ella le importaba bien poco si quisiese o no intentar aparentar lo que no era, para la dama…ese hombre siempre sería una rata callejera a la que manejar a su antojo. Hilos de marioneta invisibles que manejaban aquel muchacho al que no dejaría ir aunque se lo pidiese una y mil veces.
Esperó esa reacción, una no muy de su agrado. El hecho de que le escupiese , avivó las ganas de seguir con aquel juego, aquella tortura pues no, no iba a escapar de allí sin antes oírle decir lo que tanto ansiaba. Media sonrisa, esquivando el escupitajo, si pensaba que eso la enfadaría estaba muy equivocado. La idea de buscar a un perro le hizo gracia, tanta que su risa maliciosa hizo eco en aquella mugrienta mazmorras, contraste con la exuberante presencia de la dama.
-No es tan divertido, además es lo mejor para los dos ¿te imaginas que fuese buena contigo? No sería lo mismo. Además…cederás. Todo el mundo aprecia cada parte de su cuerpo.. no quieres quedarte sin nada ¿verdad?-como era de esperar no tardó en detenerle -Demasiado fácil, no es divertido -hizo un gesto al hombre para que hiciese lo previsto y en el último segundo, ella misma se interpuso entre ambos… el miedo estaba infundido, ya solo quedaba un trato… uno en el que ambos deberán de cumplir -Solo pido una cosa, es fácil, quiero que te enteres de quienes quieren o desean traicionarme, atentar contra mí. En tu mundo es fácil saberlo, en el mío… no. De momento eso es todo y si en algún momento tienes que quitarte a alguien del medio… lo harás. Serás recompensado tranquilo… y si te niegas. Olvídate de tus hábiles dedos, no podrás robar, menos deleitarte en el tacto de una mujer… aunque dudo que hayas puesto un dedo encima alguna en tu miserable vida -
Altanera, alzó el mentón, mirándole desafiante. Solo quedaba sellar el trato. Su protección por la propia. Era un trato justo.
Valeria Cavey- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 421
Fecha de inscripción : 26/05/2016
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Hidden memories and abandoned, recovered[Privado]
» The Big Deal [Eveline Marchessault]
» Almost sly, still a thief –Priv. Aasim
» Dianceht's deal | Privado | The World War of the Black Swan
» Thief of Fire → Privado
» The Big Deal [Eveline Marchessault]
» Almost sly, still a thief –Priv. Aasim
» Dianceht's deal | Privado | The World War of the Black Swan
» Thief of Fire → Privado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour