AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
El incidente · Fuego en los cielos de París{Libre}
2 participantes
Página 1 de 1.
El incidente · Fuego en los cielos de París{Libre}
Pueblo a las afueras de París.
02:00 de la madrugada
02:00 de la madrugada
Se llevó las manos a la cabeza; gritos, explosiones atronadoras y fuego que iluminaba las calles de un tranquilo pueblo a las afueras de parís. Bien desde lejos podría parecer que estaban montando una fiesta antes de que la primavera llegase, pero no era ni mucho menos lo que loa parisinos podrían llegar a pensar. Algo hizo que casa por casa fuese invadida por el fuego, amenazando al resto de hogares y haciendo que toda familia saliese de casa con lo puesto hasta llegar a un lugar en el que estuviesen a salvo. Ben comenzó a correr en sentido contrario, a través de los pueblerinos que huían del lugar, todo para lograr alcanzar alguna de las casas que eran devoradas por las llamas, en busca de supervivientes, sin temor a salir herido. El horror sacudía aquel pequeño pueblo al que hace escasas horas abastecía por un encargo.
~ · ~ · ~ · ~ · ~ · Hace 8 horas · ~ · ~ · ~ · ~ · ~
- Vamos, no tengo todo el día, renacuajos… - Ben soltó una carcajada a la vez que intentaba quitarse de encima a uno de los huérfanos con complejo de garrapata que se le había subido a la espalda. Benjamin había conseguido comprar unas pocas onzas de chocolate con el poco dinero que tenía y lo compartió con aquellos niños que en sus cortas vidas apenas soñaron con probar un dulce así, limitándose a comer pan, legumbres y en raras ocasiones, leche, que era lo único que se comía dentro del orfanato. Para ellos, Ben era algo así como el hermano mayor que nunca tuvieron o tendrán, ya que se preocupaba más por ellos que de sí mismo, siempre jugando, siempre bromeando o simplemente contándoles esas historias que quizás no eran del todo ciertas, pero que le servía para adornarles la realidad para así hacerles más ameno el vivir. De pronto, justo cuando todos los niños fueron llamados para regresar al recinto, uno de ellos que iba rezagado, le alcanzó para darle un trozo de papel.
- Tome, es un recado del señor de la puerta. – Señaló el pequeño, que traía una gorra de lana más grande que su cabeza. Ben lo agradeció con una sonrisa, sacándole la gorra para revolverle el cabello y devolvérsela para que regresase junto al resto de niños al orfanato antes de que el sol cayese. Una vez salió del recinto, vió que no había nadie, así que no lo tomó en cuenta por si se había tardado en despedir. Abrió el pergamino y éste tenía una letra muy cuidada en la que decía:
“Es necesario que abastezca al pueblo vecino con ésta mercancía. Procure no abrir ninguna de las cajas, pues el queso y la harina podrían echarse a perder y el costo sería mayor. Procure entregarlo a la hora acordada y su trabajo será gratamente remunerado al término del mismo.
Gracias.
Atte: Abraham Montellier.”
- ¡Eh Ben! ¿Qué tienes ahí?- Dijo uno de sus conocidos, acercándose directamente a abrir una de las cajas, pero Ben se lo impidió, sujetándole fuerte la mano. – Es un encargo, iba a pedirte ayuda pero no quiero tener que pagar por culpa de tus manazas. – El otro chico le miró con desdén, sujetándose la mano por dónde éste le había sujetado, pero su mano no había sido más dañada sino su ego el que salió herido ante tal absurda situación.
Ben llevó las cinco cajas en un carro lo suficientemente resistentes como para superar el camino hasta el pueblo acordado. Una vez allí, llevó las cajas una a una a los lugares que le encomendaron, pero en ninguna casualmente quisieron recibirle así que simplemente dejó las cajas en la puerta trasera de cada una de ellas, para que ningún curioso pusiera las manos encima de la mercancía. Pero en la última, una tienda que hacía las veces de taberna, el hombre ya conocía a Ben y le agradeció la mercancía pese a que él juraba y perjuraba que no había pedido nada. Pero… A caballo regalado…
Benjamin E. Montesquieu- Humano Clase Baja
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 27/05/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El incidente · Fuego en los cielos de París{Libre}
El incidente. Fuego en los cielos de París.
2:00 horas
Zonas Alejadas.
2:00 horas
Zonas Alejadas.
Esta vez alguien de sus clientes quiere que vayan a otro lado, no pretende quedarse en el Burdel, pero Violette no se puede negar, no está en ella, es como si quisiera ir en contra de su propia naturaleza, después de tomar un abrigo y su bolso sale de aquél lugar, mientras el carruaje del hombre les conduce hasta su destino, pasa un poco de la media noche, no sabía para donde se dirigían, mientras el hombre colaba sus manos bajo sus faldones y tocaba su tersa piel, su boca devoraba su cuello con la habilidad misma de un vampiro, ella se dejaba, mientras sus dedos iban recorriendo el torso ajeno, eso era un juego que sólo servía para que la temperatura de sus cuerpos se mantuviera, sentía la calidez de su boca comenzar a dibujar cada recoveco de su cuerpo, mientras ella se removía y le dejaba el acceso necesario.
Habían pasado varios minutos desde que habían salido del Burdel, pero Violette seguía entretenida, sintiendo la piel del hombre erizarse bajo sus propias manos, aunque la temperatura de su piel seguía siendo prácticamente la misma, esta no era necesariamente alta, de hecho sus manos le causaban temblar, además de por el placer que le proporcionaban por su temperatura corporal. Una parada abrupta anunció su llegada y el hombre le ayudó a bajar para llevarla a una casa nada decorosa en las profundidades de no sabía donde, aunque el sirviente del hombre estaría disponible para llevarla de regreso al burdel, no se preocupaba por ello, su dinero estaba completamente seguro, era un evento extra y este tenía sus propias ganancias.
No terminan bien de abrir la puerta cuando el hombre se abalanza sobre ella para apresarla contra un sofá, tirando de sus faldas rompiéndolas en el proceso, sus labios, sus manos tienen la urgencia de sentir su cuerpo y ella hace lo propio, mientras su boca le recorre, buscando su cuello hasta llegar a su oreja, pero los ruidos a fuera se empiezan a hacer latentes, aunque los dos amantes poco caso hacen, sin embargo, a esas horas la luz no es la principal invitada. Todo es realmente extraño, alguien golpea la puerta. -¡Si hay alguien salga!- pero es todo y se escuchan pasos a toda prisa. El hombre se levanta de encima de Violette que está a medio vestir que se endereza apenas, mientras se acomoda el cabello -¿Qué sucede?- pregunta, pero antes de que pueda reaccionar el hombre sale corriendo de ahí, a toda prisa, olvidando a la mujer.
Se levanta pero la puerta parece caerse delante de ella, logra ver por fuera, el fuego está consumiendo todo a su alrededor, la gente sale corriendo pero ella no puede hacerlo ¿Qué carajos sucede? Mira por todos lados pero no, no hay por donde salir, por las ventanas se sigue viendo el color naranja de las maderas que se queman -¡Ayuda!- grita mientras intenta ver por donde salir, aunque el calor es abrasador y la corbardía y el coraje de aquél idiota que salió corriendo la están paralizando.
Violette Duges- Prostituta Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 15/03/2016
Re: El incidente · Fuego en los cielos de París{Libre}
Sólo pocos valientes se quedaron a ayudar, algunos tan sólo ayudaban a sus vecinos y salían corriendo, incluso un hombre logró salir deprisa de una de las casas, pero en cuanto Ben pasó por delante, no pudo evitar fijarse en que la casa no estaba del todo vacía; se oían gritos en su interior.
Por un segundo estuvo a punto de ir en busca del hombre, pero su prioridad en aquellos instantes era sacar a la persona que había quedado atrapada dentro. Algunos cristales explotaron, aun así Ben no podía siquiera acercarse a ellos para entrar, por lo que buscó otro modo de entrar a aquella cárcel de fuego.
Con pura ansiedad, rodeó la casa hasta que dió con un cobertizo por el que aún se podía entrar a la casa. No pudo evitar que las llamas consumieran parte de su ropa, pero nada que no pudiera lamentar salvo la prisa que debía darse para rescatar a la causante de tal grito. Rompió con facilidad las cadenas, ya que estaban a una temperatura altísima y sin pensarlo dos veces, se adentró a la casa justo antes de que unos maderos sellaran la pequeña puerta por la que había entrado.
Buscó el salón y allí encontró a la mujer, sana, aunque con evidentes síntomas de que alguien le hubiese roto las ropas. El hombre con el que se cruzó. La mujer era hermosa, pero se sentiría culpable si seguía mirándola sin decir nada. Las prioridades eran otras. Ben se acercó a ella enseñándole las palmas de sus manos, para demostrarle que no estaba allí para hacerle daño alguno.
- Te ayudaré a salir, debes confiar en mí. - Dijo, no sin antes estremecerse por el ruído que la madera de la casa hacía en señal de que se iba a venir abajo. - Se nos va a caer encima, haz lo que te pida, por favor. - Ben miró a su alrededor y supo lo que tenía que hacer en cuanto vió ese par de objetos que le ayudarían a sacarla de allí sin ningún rasguño. Arrancó una de las cortinas que aún no se habían incendiado y vertió en ella el agua de uno de los jarrones de la casa.
- Si te envuelvo con ésto, no te quemarás con el fuego, te lo prometo. - Ben la miró con aquellos profundos ojos color azul blanquecino, esperando que no tomase reprimendas en su contra. El techo volvió a crujir y sin previo aviso la cubrió con aquella tela y la tomó en brazos para luego darle una fuerte patada a la puerta y salir de allí aunque el fuego le envolviese tan sólo por un y agonizante instante.
Por un segundo estuvo a punto de ir en busca del hombre, pero su prioridad en aquellos instantes era sacar a la persona que había quedado atrapada dentro. Algunos cristales explotaron, aun así Ben no podía siquiera acercarse a ellos para entrar, por lo que buscó otro modo de entrar a aquella cárcel de fuego.
Con pura ansiedad, rodeó la casa hasta que dió con un cobertizo por el que aún se podía entrar a la casa. No pudo evitar que las llamas consumieran parte de su ropa, pero nada que no pudiera lamentar salvo la prisa que debía darse para rescatar a la causante de tal grito. Rompió con facilidad las cadenas, ya que estaban a una temperatura altísima y sin pensarlo dos veces, se adentró a la casa justo antes de que unos maderos sellaran la pequeña puerta por la que había entrado.
Buscó el salón y allí encontró a la mujer, sana, aunque con evidentes síntomas de que alguien le hubiese roto las ropas. El hombre con el que se cruzó. La mujer era hermosa, pero se sentiría culpable si seguía mirándola sin decir nada. Las prioridades eran otras. Ben se acercó a ella enseñándole las palmas de sus manos, para demostrarle que no estaba allí para hacerle daño alguno.
- Te ayudaré a salir, debes confiar en mí. - Dijo, no sin antes estremecerse por el ruído que la madera de la casa hacía en señal de que se iba a venir abajo. - Se nos va a caer encima, haz lo que te pida, por favor. - Ben miró a su alrededor y supo lo que tenía que hacer en cuanto vió ese par de objetos que le ayudarían a sacarla de allí sin ningún rasguño. Arrancó una de las cortinas que aún no se habían incendiado y vertió en ella el agua de uno de los jarrones de la casa.
- Si te envuelvo con ésto, no te quemarás con el fuego, te lo prometo. - Ben la miró con aquellos profundos ojos color azul blanquecino, esperando que no tomase reprimendas en su contra. El techo volvió a crujir y sin previo aviso la cubrió con aquella tela y la tomó en brazos para luego darle una fuerte patada a la puerta y salir de allí aunque el fuego le envolviese tan sólo por un y agonizante instante.
Benjamin E. Montesquieu- Humano Clase Baja
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 27/05/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El incidente · Fuego en los cielos de París{Libre}
El incidente. Fuego en los cielos de París.
2:00 horas
Zonas Alejadas.
2:00 horas
Zonas Alejadas.
Su vida pasa tan rápido por su mente que ella se da cuenta de que en verdad tiene bastante miedo, mucho, que todavía le faltan tantas cosas por hacer, que no ha aprovechado todo el tiempo que se le ha brindado, no sabe cómo es que ha caído ahí, no era posible que aquello pasara. Está nerviosa, bastante nerviosa en realidad, mientras que escucha la voz de un hombre al otro lado, hasta que lo mira delante de ella, no sabe quien es, tampoco sabe por qué la está ayudando, pero no tiene demasiado tiempo para discernir, tampoco es que se vaya a poner a pensar en mil cosas.
Apenas siente sus manos y se abraza a él, cada vez le cuesta un poco más de trabajo eso de respirar, siente que sus cabellos se caen sobre su frente impidiendo su visión, aunque el frío de las cortinas que le cubren le han que no termine por perder la consciencia, le debe la vida a un verdadero desconocido, pero no puede hacer nada para evitarlo. Tosía había estado respirando aquello demasiado tiempo, pero era imposible, de verdad imposible salir si no era con ayuda.
Cuando salieron de la casa, le miró con un aire nostálgico -Gracias, señor- susurró antes de que una fuerte tos le atacara por completo, llevaba las ropas a medias, el corsé se lo habían soltado casi por completo, pero tampoco había tiempo de pensar en aquello. Terminó por cerrar los ojos, dejando que su cabeza reposara sobre el hombro masculino, no llegaba el aire correctamente a sus pulmones, no sentía que le ayudara de absolutamente nada que ella siguiera despierta, la fuerza de sus brazos comenzó a ceder poco a poco, se sentía una verdadera inútil.
Violette Duges- Prostituta Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 15/03/2016
Re: El incidente · Fuego en los cielos de París{Libre}
Todo en aquel plan era arriesgado. Desde el hecho de salvar a todos los que pudiese, hasta el salir con aquella mujer en brazos sin protección alguna. Su camisa se quemó en partes, dejando piel al descubierto que las llamas no dudaron en devorar. El dolor era mucho menor que la adrenalina y el horror que se mezclaban en su cabeza; la ciudad estaba en llamas por su culpa.
Pero no todo quedaba ahí, la mujer, que segundos antes le estaba dando las gracias, poco a poco aflojaba su agarre y Ben, a expensas de que ésta se pudiese caer al suelo, la depositó con nerviosismo sobre un jardín cercano, dejando que la tela cubriese el suelo dónde ella ahora reposaba.
- No, ahora no, mujer. No es momento de echarse una siesta. - Dijo como si esperase respuesta de ella, exasperado, alejando el dolor propio a sabiendas de que la tela de su camisa prácticamente se le había pegado a la piel herida. - Debes resistir, ¿si? - Dijo amable, interpretando aquello como que ella saldría adelante, si sacaba el aire envenenado de sus pulmones, claro estaba.
Ben apartó la vergüenza que le suponía el acercar sus labios a los de una mujer, aprovechando el hecho de que se trataba de vida o muerte. Actuó rápido o eso debía hacer. Se situó a un costado de ella, apartó los mechones de pelo de su cara y alzó la barbilla de la muchacha para luego acercar su boca e insuflar aire que ir´`ia directamente a sus pulmones. Ben miró de reojo como su pecho subía, debido a lo que acababa de hacer, al igual que bajó con la misma velocidad. Dolorido, aterrado, Ben se serenó antes de volver a hacer la misma acción, sellando de nuevo sus labios con los de ella para proveerle de ese oxígeno que necesitaba para subsistir. Se separó y ajustó sus dedos a la altura de su corazón, para practicarle un masaje cardíaco. No era médico, pero había ayudado en ocasiones de extrema necesidad cuando se trataba de alguien en peligro. Un, dos, tres, cuatro y de nuevo volvió a prestarle su aliento, con la gran necesidad de verla respirar por sí sola.
- Vamos, respira!
Mientras tanto, el tiempo corría para el resto del mundo. Algunos hombres llegaron para aportar cubos de agua de un pozocercano y así extinguir lo que se había convertido en un infierno aquella noche. Quizás por sólo una vez, Ben veía en aquella gente que la sociedad no era tan maldita como se creía, haciendo que hombres de diversa índole, se apoyaran mutuamente para sofocar aquel brutal y despiadado incendio.
Pero no todo quedaba ahí, la mujer, que segundos antes le estaba dando las gracias, poco a poco aflojaba su agarre y Ben, a expensas de que ésta se pudiese caer al suelo, la depositó con nerviosismo sobre un jardín cercano, dejando que la tela cubriese el suelo dónde ella ahora reposaba.
- No, ahora no, mujer. No es momento de echarse una siesta. - Dijo como si esperase respuesta de ella, exasperado, alejando el dolor propio a sabiendas de que la tela de su camisa prácticamente se le había pegado a la piel herida. - Debes resistir, ¿si? - Dijo amable, interpretando aquello como que ella saldría adelante, si sacaba el aire envenenado de sus pulmones, claro estaba.
Ben apartó la vergüenza que le suponía el acercar sus labios a los de una mujer, aprovechando el hecho de que se trataba de vida o muerte. Actuó rápido o eso debía hacer. Se situó a un costado de ella, apartó los mechones de pelo de su cara y alzó la barbilla de la muchacha para luego acercar su boca e insuflar aire que ir´`ia directamente a sus pulmones. Ben miró de reojo como su pecho subía, debido a lo que acababa de hacer, al igual que bajó con la misma velocidad. Dolorido, aterrado, Ben se serenó antes de volver a hacer la misma acción, sellando de nuevo sus labios con los de ella para proveerle de ese oxígeno que necesitaba para subsistir. Se separó y ajustó sus dedos a la altura de su corazón, para practicarle un masaje cardíaco. No era médico, pero había ayudado en ocasiones de extrema necesidad cuando se trataba de alguien en peligro. Un, dos, tres, cuatro y de nuevo volvió a prestarle su aliento, con la gran necesidad de verla respirar por sí sola.
- Vamos, respira!
Mientras tanto, el tiempo corría para el resto del mundo. Algunos hombres llegaron para aportar cubos de agua de un pozocercano y así extinguir lo que se había convertido en un infierno aquella noche. Quizás por sólo una vez, Ben veía en aquella gente que la sociedad no era tan maldita como se creía, haciendo que hombres de diversa índole, se apoyaran mutuamente para sofocar aquel brutal y despiadado incendio.
Benjamin E. Montesquieu- Humano Clase Baja
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 27/05/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El incidente · Fuego en los cielos de París{Libre}
El incidente. Fuego en los cielos de París.
2:00 horas
Zonas Alejadas.
2:00 horas
Zonas Alejadas.
Todo era tan complicado en ese momento, pero así sucedía con ella, no podía respirar, su cuerpo no obedecía nada de lo que le ordenaba, sintió que perdió el conocimiento y se entregó a los brazos de Morfeo o de la muerte, la realidad es que no sabía quién la estaba recibiendo en aquellos momentos en los que la angustia era la principal actriz de toda aquella escena, en donde, sin pensarlo, Violette había entrado, no supo cuando compró el boleto, pero sí que había sido sumamente caro.
Su vida, corta o larga, feliz o infeliz, se estaba dibujando en aquellos sueños que no la soltaban de sus redes, abrazándola con un seductor y escalofriante lazo, que no le permitía volver a la realidad, que tal vez fuera mucho más oscura que sus propias vivencias.
Tosió de nuevo, sintió que la vida entraba en ella de golpe y abrió los ojos, mirando los ajenos por breves instantes, mientras que buscaba las palabras en su garganta, pero estaba sumamente reseca en ese momento como para poder decir algo. Sin embargo, sus dedos se aferraron a la camisa ajena, tenía miedo, pero no lo diría, no era de las que aceptaba cosas como esas tan fácilmente, se tranquilizó, se obligó a guardar la cordura correspondiente mientras intentaba que sus sentidos se ubicaran por completo.
Su lengua repasó sus labios, sentía los ajenos todavía, seguro que se había esforzado por mantenerla con vida, estaba en deuda. -Gracias.- Apenas si el tono de su voz era el suficiente para que él pudiera escucharla, cerró los ojos un momento, mientras se abrazaba a él como si de una niña pequeña se tratara, era la primer vez que sentía aquél miedo, sentía que su corazón apenas si latía, no estaba bien, aún seguía letárgica, pero con vida. -No sé como pagarte.- De nuevo el hilo de voz fue a ocultarse en los hilos de su camisa, no era fina, pero no importaba, hoy para Violette ese hombre era un héroe.
Violette Duges- Prostituta Clase Alta
- Mensajes : 16
Fecha de inscripción : 15/03/2016
Re: El incidente · Fuego en los cielos de París{Libre}
···
Ben respiró aliviado, aún en estado de shock al haber salvado la vida de aquella muchacha. Diría que no se esperaba tal muestra de gratitud, pero aquel sentimiento era mutuo, ya que se sentía en gran parte culpable por lo ocurrido aquella noche. Ben le correspondió el abrazo, haciendo lo mismo con ella, abarcando su espalda con sus manos, al mismo tiempo que la volvía a cargar en sus brazos. Podía sentir aún en sus labios la quemazón de aquello que había intentado sacar de sus pulmones, mezclado con un sabor que se le antojaba dulce, propio de los labios de ella. Sin mediar palabra, ya que la necesidad en aquel momento era alejarse un tanto para dejar que las cosas transcurriesen como mejor debía, Ben la llevó hacia una de las modestas casas que pertenecía al pueblo pero que estaba bastante alejada del mismo. Era una mera casa de madera en la que nadie reparaba. Parecía cuidada, pero no era más que la apariencia exterior, ya que el interior parecía que estuviese sin acabar; su dueño o quien quiera que la regentase parecía que llevaba mucho sin ir por allí y en ocasiones Ben la habitaba, sólo cuando las noches más duras golpeaban su tan acostumbrada piel a la intemperie. A cambio, recogía todo e intentaba arreglar la casa cada vez que la oportunidad se le presentaba, esperando que así su posible dueño, al llegar, no le tachase de ladrón tan facilmente.
Entró con ella por la puerta de atrás, ya que no quería ser visto nunca entrando a aquella casa o la curiosidad de muchos les haría rondar constantemente por la casa, arrebatándosela más rápidamente de las manos, aunque él supiese de antemano que no le pertenecía. En una cama improvisada, dejó a la muchacha recostada, ya que era la única superficie blanda dónde podría prestarle cobijo para que reposase del shock. Se acuclilló frente aella, apartándole el cabello de los ojos para asegurarse de que estaba bien.
- Hasta que pase todo y te recuperes, deberías quedarte aquí. No es gran cosa y tampoco es mi casa, pero menos es nada. Puedo ofrecerte agua y algo de fruta, pjalá pudiese ofrecerte más pero carezco de recursos. - Dejó un silencio en el medio, esperando a que ella reaccionase de alguna forma que le diera a entender que estaba recuperada o que al menos se encontraba con las fuerzas suficientes como para seguir respirando por sí sola. - ¿Estás bien?.- Dijo, paladeando cada una de sus palabras, totalmente preocupado.
···
Benjamin E. Montesquieu- Humano Clase Baja
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 27/05/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Oh, Paris! [Libre]
» Diamantes de fuego (LIBRE)
» Huyendo del fuego.-.Libre.-.
» Miradas de Fuego {Libre}
» El fuego se puede descontrolar - Libre
» Diamantes de fuego (LIBRE)
» Huyendo del fuego.-.Libre.-.
» Miradas de Fuego {Libre}
» El fuego se puede descontrolar - Libre
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour