AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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A small fire and good company (Golnar)
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A small fire and good company (Golnar)
A small fire and good company
No sabía en que estaba pensando al invitar a Golnar a su casa luego del baile, de hecho no estaba seguro de que pasaba por su cabeza en esos momentos porque la verdad le seguía dando vueltas mientras viajaban de regreso en el carruaje. No hablaron mucho, principalmente porque Mirko estaba intentando no marearse con el movimiento de los caballos a través de la ciudad.
Todo el viaje fue borroso y de repente se encontró frente a la puerta de su casa. Batalló unos minutos buscando la llave y luego intentando meterla en el agujero ¿Tan ebrio estaba? se preguntaba mientras entraba en la oscura sala. La casa estaba fría y lucía lúgubre, por lo que tuvo la impresión de estar entrando en la cueva de una marmota y no en la casa de un ser humano. Se apresuró a acercarse a la chimenea para encender el fuego, de lo contrario no podrían estar cómodos. El fuego comenzó crepitar lentamente y por unos instantes pareció como si la llama no fuese a crecer, pero luego de varios minutos fue tomando una forma más estable e iluminó toda la sala esparciendo su tibieza.
- Toma asiento - Comentó aún arrodillado frente al fuego - Debes estar temblando - Agregó, la temperatura en el baile había sido agradable y el invierno estaba en su peor momento, por lo que las paredes de la casa y los objetos a su alrededor estaban gélidos. Se dejó caer en el sofá grande y cerró los ojos por unos instantes dejando escapar un suspiro, se sentía eufórico como nunca antes, sentía que tenía la energía de correr una maratón alrededor de la ciudad ¿Habían hachado algo más a la bebida? Se preguntaba mirando las caprichosas formas en la madera en el techo.
- ¿Qué quieres hacer? - Preguntó de pronto aún sin dejar de mirar el techo - No se que deba hacer en una situación así... ¿Jugar un juego de cartas? - Se le ocurrió, pues no tenía idea de el tipo de actividades que hacían los jóvenes de su edad con doncellas, definitivamente se había saltado gran parte de su juventud por estar estudiando y habían muchas cosas que no había tenido la oportunidad de experimentar.
No sabía en que estaba pensando al invitar a Golnar a su casa luego del baile, de hecho no estaba seguro de que pasaba por su cabeza en esos momentos porque la verdad le seguía dando vueltas mientras viajaban de regreso en el carruaje. No hablaron mucho, principalmente porque Mirko estaba intentando no marearse con el movimiento de los caballos a través de la ciudad.
Todo el viaje fue borroso y de repente se encontró frente a la puerta de su casa. Batalló unos minutos buscando la llave y luego intentando meterla en el agujero ¿Tan ebrio estaba? se preguntaba mientras entraba en la oscura sala. La casa estaba fría y lucía lúgubre, por lo que tuvo la impresión de estar entrando en la cueva de una marmota y no en la casa de un ser humano. Se apresuró a acercarse a la chimenea para encender el fuego, de lo contrario no podrían estar cómodos. El fuego comenzó crepitar lentamente y por unos instantes pareció como si la llama no fuese a crecer, pero luego de varios minutos fue tomando una forma más estable e iluminó toda la sala esparciendo su tibieza.
- Toma asiento - Comentó aún arrodillado frente al fuego - Debes estar temblando - Agregó, la temperatura en el baile había sido agradable y el invierno estaba en su peor momento, por lo que las paredes de la casa y los objetos a su alrededor estaban gélidos. Se dejó caer en el sofá grande y cerró los ojos por unos instantes dejando escapar un suspiro, se sentía eufórico como nunca antes, sentía que tenía la energía de correr una maratón alrededor de la ciudad ¿Habían hachado algo más a la bebida? Se preguntaba mirando las caprichosas formas en la madera en el techo.
- ¿Qué quieres hacer? - Preguntó de pronto aún sin dejar de mirar el techo - No se que deba hacer en una situación así... ¿Jugar un juego de cartas? - Se le ocurrió, pues no tenía idea de el tipo de actividades que hacían los jóvenes de su edad con doncellas, definitivamente se había saltado gran parte de su juventud por estar estudiando y habían muchas cosas que no había tenido la oportunidad de experimentar.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: A small fire and good company (Golnar)
Tourner dans le vide.
Tourner dans le vide.
Il me fait tourner dans le vide
Tourner dans le vide.
Il me fait tourner dans le vide
El viaje vuelta a casa de Mirko se hizo en silencio. No le molestó, de hecho aprovechó aquel tiempo para reflexionar. ¿Estaba haciendo bien aceptando su invitación? Se preguntaba si se estaba aprovechando de él. Parecía casi como si el vino le hubiera afectado más de costumbre… No, aquello estaba mal. No podía esperar que él dijera algo sobre sus sentimientos si lo decía bajo los efectos del vino. Era algo no válido. Siempre decían que los borrachos y los niños decían la verdad pero no sabía a ciencia cierta si eso era correcto.
Entraron a casa y a Golnar se le congeló la respiración. Allí estaba, de pie, quieta frente a la entrada incapaz de moverse. Si daba un paso más, estaba dejando que pasase lo que podía pasar. No sabía qué era pero podía acabar muy bien o muy mal. No parecía haber término medio. Y lo odiaba, ella deseaba que todo estuviera bien con Mirko. El beso seguía rondándole la cabeza, quería más, necesitaba más pero sabía que no era correcto, que no podía forzarle a algo que no sabía si quería o no.
─ Hace mucho que no juego a las cartas… Pero no me importa, puedo recordarlo rápido─ se sentía nerviosa. ¿Por qué? ¿Por qué se sentía así? Lo detestaba, quería estar calmada como siempre solía ser. Golnar no era así, no era una Alinee que deseaba a toda costa un marido. Pero se sentía de esa manera en ese mismo instante─. ¿No piensas comentar nada de lo ocurrido en la fiesta?─ dijo casi sin quererlo.
Ojalá hubiese sabido estar callada pero en su pecho estaba aquella pregunta que no podía ignorar por mucho más tiempo. ¿Qué le respondería? ¿Qué pasaría ahora? No, no quería saberlo. Se llevaría las manos a los oídos para no escucharle pero lo cierto era que permanecía sentada, estática, mirándole con aquella pregunta aún reflejada en los ojos. Necesitaba una respuesta aunque le doliera escucharla.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: A small fire and good company (Golnar)
-¡Pero si soy tonto! - Exclamó llevándose una mano a la frente y dejando escapar una risita - ¡No tengo una baraja de cartas!- Aquello dejaba en evidencia su vida solitaria – Sólo tengo un amigo... - Comentó recordando a Cailen el chico que había conocido en las circunstancias más extrañas pero que en pocos días se había vuelto un leal compañero de aventuras - Y por supuesto, tu eres la primera mujer que invito a mi casa, no tengo nada así como juegos de mesa -
Se quedó pensativo y se giró hacía ella, Golnar debía estar pensando que él era el hombre más aburrido del mundo. Entonces ella le preguntó por lo ocurrido en la fiesta, Mirko sabía que se refería al beso, por supuesto que no lo había olvidado, pero no había querido tocar el tema porque sinceramente no sabía que decir, le daba vergüenza hablar al respecto y no sabía que tipo de cosas decir en una situación así.
-Pues... me ha gustado – Murmuró torpemente y carraspeó – Mi primer beso... - Sonrió y se llevó una mano a los labios – Siempre creí que sería una experiencia terrible y sobre todo incómoda, por eso había evitado contacto con mujeres durante todo este tiempo enfocándome sólo en mis estudios y en mi trabajo – Le explicó, él siempre había tenido sus investigaciones como una prioridad, había dejado a su familia precisamente porque quería evitar la presión de su madre con el asunto de que consiguiera novia y se casara.
- Tengo 26 años, pero es la primera vez que experimento estás cosas – Continuó mirando el crepitar del fuego que cada vez cogía más fuerza, la temperatura en la habitación era lo suficientemente agradable como quitarse el abrigo – Perdona si no se que decir o hacer... vas a tener que echarme una mano al respecto – Finalizó.
Se quedó pensativo y se giró hacía ella, Golnar debía estar pensando que él era el hombre más aburrido del mundo. Entonces ella le preguntó por lo ocurrido en la fiesta, Mirko sabía que se refería al beso, por supuesto que no lo había olvidado, pero no había querido tocar el tema porque sinceramente no sabía que decir, le daba vergüenza hablar al respecto y no sabía que tipo de cosas decir en una situación así.
-Pues... me ha gustado – Murmuró torpemente y carraspeó – Mi primer beso... - Sonrió y se llevó una mano a los labios – Siempre creí que sería una experiencia terrible y sobre todo incómoda, por eso había evitado contacto con mujeres durante todo este tiempo enfocándome sólo en mis estudios y en mi trabajo – Le explicó, él siempre había tenido sus investigaciones como una prioridad, había dejado a su familia precisamente porque quería evitar la presión de su madre con el asunto de que consiguiera novia y se casara.
- Tengo 26 años, pero es la primera vez que experimento estás cosas – Continuó mirando el crepitar del fuego que cada vez cogía más fuerza, la temperatura en la habitación era lo suficientemente agradable como quitarse el abrigo – Perdona si no se que decir o hacer... vas a tener que echarme una mano al respecto – Finalizó.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: A small fire and good company (Golnar)
Se rio con él cuando comentó que no tenía cartas. Aunque eso de que solo tuviera un amigo… Pero bueno, ¿qué tenía ella? Mirko era lo más cercano que había tenido a eso. A parte de su madre, claro está, se preguntaba qué pensaría cuando le contara todo lo ocurrido en la fiesta. Esperaba que se alegrase, ella siempre lo hacía.
─Pues habrá que solucionar ese problema─ le comentó, refiriéndose a las cartas o los juegos de mesa.
Escuchó sus palabras con atención. Quizá había sido un poco dura al preguntarle aquello. Sabía cómo era Mirko a pesar de que lo conociera de tan poco pero era más que suficiente para saber que aquellos temas no eran sus favoritos debido a la poca experiencia que tenía. Relajó sus manos y le miró con una sonrisa en la cara, intentando tranquilizarle y tranquilizarse ella misma.
─Está bien─ dijo intentando ordenar sus pensamientos para elegir las palabras adecuadas que debía escuchar─. ¿Te acuerdas de lo que te he dicho en el jardín; de qué, sin quererlo, puedes haber conquistador el corazón de una mujer? ¿Qué crees que significa?─ quería ir paso por paso, intentando hacer que él entendiese y que ella misma se diese cuenta de que lo que sentía era real.
─Pues habrá que solucionar ese problema─ le comentó, refiriéndose a las cartas o los juegos de mesa.
Escuchó sus palabras con atención. Quizá había sido un poco dura al preguntarle aquello. Sabía cómo era Mirko a pesar de que lo conociera de tan poco pero era más que suficiente para saber que aquellos temas no eran sus favoritos debido a la poca experiencia que tenía. Relajó sus manos y le miró con una sonrisa en la cara, intentando tranquilizarle y tranquilizarse ella misma.
─Está bien─ dijo intentando ordenar sus pensamientos para elegir las palabras adecuadas que debía escuchar─. ¿Te acuerdas de lo que te he dicho en el jardín; de qué, sin quererlo, puedes haber conquistador el corazón de una mujer? ¿Qué crees que significa?─ quería ir paso por paso, intentando hacer que él entendiese y que ella misma se diese cuenta de que lo que sentía era real.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: A small fire and good company (Golnar)
Dentro de lo muchos cambios que había experimentado esa noche gracias al alcohol, esa sensación de liviandad y de tranquilidad que sentía en ese momento era la más agradable de todas, sentía como si todos los problemas de su vida hubiesen desaparecido y nada importara más que el presente. Él siempre había sido una persona metódica, estricta y perfeccionista durante toda su vida, por lo que era común que se estresara demás con situaciones que para otras personas podían parecer superfluas, estando bajo los efectos del alcohol sentía como si esa parte de si mismo hubiese desaparecido.
No le importaba cometer algún error, aún cuando estando sobrio la idea de besar a alguien sin tener experiencia le aterraría sobremanera. No le preocupaba lo que pudiera pasar con Golnar esa noche, cuando estando sobrio estaría pensando una y otra vez que hacer o que decir.
¿El vino sacaba lo mejor o lo peor de él?
-Si claro que me acuerdo, si ha sido hace un par de horas nada más – Respondió sin adivinar lo que Golnar quería decir, entonces la pregunta le hizo pensar por unos momentos – Significa que... ¿Qué hay alguien quien contra todo pronóstico se ha fijado en mi? -
La idea le pareció jocosa, no se imaginaba como una mujer pudiera encontrarle atractivo, su personalidad no era precisamente el tipo de personalidad que agradaba a las mujeres, su escasea de novias eran prueba de ello.
Mirko, estúpido Mirko ¿En que estás pensando? Ella se refiere a ti. ¿No es obvio?
La voz le gritó en el interior de su cabeza y la sonrisa que traía antes murió en sus labios y se quedó serio y quieto por primera vez desde que habían entrado en la casa.
- ¿Te...parezco atractivo? - Murmuró al fin sin mirarla, sus ojos estaban fijos en la chimenea.
No le importaba cometer algún error, aún cuando estando sobrio la idea de besar a alguien sin tener experiencia le aterraría sobremanera. No le preocupaba lo que pudiera pasar con Golnar esa noche, cuando estando sobrio estaría pensando una y otra vez que hacer o que decir.
¿El vino sacaba lo mejor o lo peor de él?
-Si claro que me acuerdo, si ha sido hace un par de horas nada más – Respondió sin adivinar lo que Golnar quería decir, entonces la pregunta le hizo pensar por unos momentos – Significa que... ¿Qué hay alguien quien contra todo pronóstico se ha fijado en mi? -
La idea le pareció jocosa, no se imaginaba como una mujer pudiera encontrarle atractivo, su personalidad no era precisamente el tipo de personalidad que agradaba a las mujeres, su escasea de novias eran prueba de ello.
Mirko, estúpido Mirko ¿En que estás pensando? Ella se refiere a ti. ¿No es obvio?
La voz le gritó en el interior de su cabeza y la sonrisa que traía antes murió en sus labios y se quedó serio y quieto por primera vez desde que habían entrado en la casa.
- ¿Te...parezco atractivo? - Murmuró al fin sin mirarla, sus ojos estaban fijos en la chimenea.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: A small fire and good company (Golnar)
Golnar alzó su ceja izquierda al ver que él le respondía con otra pregunta. No podía ser que fuese tan inocente como para no entender que aquella mujer era ella. Con la siguiente pregunta solo le afirmó que había asimilado sus intenciones al fin, bueno, más o menos. Ella se acomodó en su asiento y le miró, tendría que ser sincera y mirarle a los ojos cada vez que hablase para que entendiera que iba en serio todo aquello.
─Lo cierto es que sí
Intentó sonar igual de tranquila que antes pero, sin embargo, no lo estaba. Quería lograr que lo entendiera y lograr que le diera una respuesta válida. Se suponía que era el hombre quien hacía esas cosas pero no en su caso. Con Mirko, era todo diferente. En cierta manera, le gustaba aquello. El joven, sin siquiera saberlo, la ponía a prueba, le hacía hacer cosas que jamás había pensado que haría. ¿Besar a un joven en mitad de una fiesta? Se hubiera negado a creer que ella había tomado la iniciativa.
─Los besos…─ comenzó diciendo, no sabía cómo acabaría aquella oración. En su mente, había ochenta continuaciones diferentes─… son algo importante, no se dan así como así, ¿no? No es tanto si te ha gustado sino ¿qué te ha hecho sentir? ¿Querrías repetir la experiencia conmigo o con otra?
Estaba siendo demasiado directa y aquello nunca acababa bien pero no podía hacer otra cosa. No deseaba hablar de otro tema, todos le parecían tan triviales que no merecían el esfuerzo de intentarlo si quiera.
─Es evidente que la mujer de la que hablaba era… soy yo. Y, por si te lo preguntas, sí yo querría repetirlo contigo─ le aclaró aquello, quizá así él se atreviese a abrirse un poco más a ella y dejar de pensar tanto con la cabeza, logrando escuchar a su corazón.
─Lo cierto es que sí
Intentó sonar igual de tranquila que antes pero, sin embargo, no lo estaba. Quería lograr que lo entendiera y lograr que le diera una respuesta válida. Se suponía que era el hombre quien hacía esas cosas pero no en su caso. Con Mirko, era todo diferente. En cierta manera, le gustaba aquello. El joven, sin siquiera saberlo, la ponía a prueba, le hacía hacer cosas que jamás había pensado que haría. ¿Besar a un joven en mitad de una fiesta? Se hubiera negado a creer que ella había tomado la iniciativa.
─Los besos…─ comenzó diciendo, no sabía cómo acabaría aquella oración. En su mente, había ochenta continuaciones diferentes─… son algo importante, no se dan así como así, ¿no? No es tanto si te ha gustado sino ¿qué te ha hecho sentir? ¿Querrías repetir la experiencia conmigo o con otra?
Estaba siendo demasiado directa y aquello nunca acababa bien pero no podía hacer otra cosa. No deseaba hablar de otro tema, todos le parecían tan triviales que no merecían el esfuerzo de intentarlo si quiera.
─Es evidente que la mujer de la que hablaba era… soy yo. Y, por si te lo preguntas, sí yo querría repetirlo contigo─ le aclaró aquello, quizá así él se atreviese a abrirse un poco más a ella y dejar de pensar tanto con la cabeza, logrando escuchar a su corazón.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: A small fire and good company (Golnar)
Lo que había comenzado con una invitación a un baile de una extraña se había transformado en otra cosa completamente, esa noche había traído muchas sorpresas y a lo mejor de no haber bebido tanto vino no podría haberlas asimilado, de hecho no sabía como habría reaccionado frente al beso estando sobrio, ahora Golnar le estaba diciendo las cosas de manera más directa. Le estaba dejando en claro que se sentía atraída por él y que quería continuar con los besos y quien sabe que más.
Conforme ella hablaba el sonrojo se le fue subiendo a la cabeza de manera tal, que pronto parecía más una fresa madura, sus mejillas ardían y no se atrevía a mirarle a los ojos, una vez más se enfrentaba a una situación sin precedentes en su vida, si en el pasado alguna chica se había fijado en él, no lo había advertido, además no solía salir mucho de casa, había tenido pocas oportunidades de tratar con mujeres en su adolescencia.
-Pero... - Murmuró, iba a mencionar que el trabajo de Golnar le obligaba a besar incontables hombres todos las noches pero se contuvo y prefirió decir – Entonces... quieres decir que nuestro beso fue más especial que los otros que has dado – Seguía pensando que para ella un beso no debía significar mucho y una punzada de algo que aún no sabía que era le hizo retorcer el estomago al pensar en todos esos clientes que pagaban por los servicios de ella.
- Yo creo... que no puedo responder algo así ahora – Dijo al fin luego de un rato, había bebido bastante pero aún estaba cuerdo y sabía que el alcohol podría hacerle decir cosas que quizás no fueran apropiadas – He bebido mucho y no puedo pensar con claridad – Admitió, además también necesitaba procesar toda esa nueva información, no todos los días una chica declaraba sus sentimientos hacía él.
- Tengo que pensar al respecto con la cabeza fría – Concluyó, ahí estaba Mirko siempre intentando poner la razón y la lógica ante todo, manejar sentimientos definitivamente no era lo suyo - ¿Puedo darte una respuesta otro día? - Inquirió, no quería ofenderla, no quería que sintiera que la había usado para experimentar lo que se sentía un beso, simplemente, quería tomarse un tiempo para aclarar lo que sentía y pensar que hacer al respecto, si bien no había nada que realmente les impidiera estar juntos, la profesión de Golnar era algo que no le dejaba tranquilo. - Quizás mañana luego de que salga del restaurante al rededor de las 8 ¿Que te parece? -
Conforme ella hablaba el sonrojo se le fue subiendo a la cabeza de manera tal, que pronto parecía más una fresa madura, sus mejillas ardían y no se atrevía a mirarle a los ojos, una vez más se enfrentaba a una situación sin precedentes en su vida, si en el pasado alguna chica se había fijado en él, no lo había advertido, además no solía salir mucho de casa, había tenido pocas oportunidades de tratar con mujeres en su adolescencia.
-Pero... - Murmuró, iba a mencionar que el trabajo de Golnar le obligaba a besar incontables hombres todos las noches pero se contuvo y prefirió decir – Entonces... quieres decir que nuestro beso fue más especial que los otros que has dado – Seguía pensando que para ella un beso no debía significar mucho y una punzada de algo que aún no sabía que era le hizo retorcer el estomago al pensar en todos esos clientes que pagaban por los servicios de ella.
- Yo creo... que no puedo responder algo así ahora – Dijo al fin luego de un rato, había bebido bastante pero aún estaba cuerdo y sabía que el alcohol podría hacerle decir cosas que quizás no fueran apropiadas – He bebido mucho y no puedo pensar con claridad – Admitió, además también necesitaba procesar toda esa nueva información, no todos los días una chica declaraba sus sentimientos hacía él.
- Tengo que pensar al respecto con la cabeza fría – Concluyó, ahí estaba Mirko siempre intentando poner la razón y la lógica ante todo, manejar sentimientos definitivamente no era lo suyo - ¿Puedo darte una respuesta otro día? - Inquirió, no quería ofenderla, no quería que sintiera que la había usado para experimentar lo que se sentía un beso, simplemente, quería tomarse un tiempo para aclarar lo que sentía y pensar que hacer al respecto, si bien no había nada que realmente les impidiera estar juntos, la profesión de Golnar era algo que no le dejaba tranquilo. - Quizás mañana luego de que salga del restaurante al rededor de las 8 ¿Que te parece? -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: A small fire and good company (Golnar)
- Off:
- Perdona la extensión xD
Entendía que no pudiera darle una respuesta en ese instante. Le alegraba pues significaba que no quería tomarse el tema a la ligera pero a la vez le enfadaba, ella no podía esperar más. Sentí que estaba perdiendo el tiempo en aquel instante pero si él se lo pedía, aceptaría sin pensárselo dos veces. Porque eso era lo que hacía, ella aceptaba lo que los demás deseasen hacer y permanecía callada, obedeciendo. Tenía que salir de allí, aquella habitación estaba resultando ser demasiado estrecha, demasiado agobiante. No podría continuar allí sentada y hablar con Mirko como si nada hubiera pasado, como si ella no se hubiera puesto en ridículo de una manera tan desastrosa. No podía permitirlo, simplemente no podía.
─Está bien, mañana te estaré esperando en la puerta de tu casa─ le dijo al fin tras segundos de pura agonía interna. No supo cómo pero había logrado que sus palabras salieran de su interior y que ninguna tropezase.
Se levantó casi de un salto. No aguantaba más aquellas paredes que intentaban aplastarla. La expresión de Mirko, el color rojizo de sus mejillas. ¿No decían que aquello debía ser al revés? Ella debía estar en la posición de Mirko, con las mejillas encendidas y una duda en el aire. Era la mujer la que siempre hacía sufrir al hombre para poner a prueba sus sentimientos. Pero ellos no eran normales, debía aceptarlo de una vez y aquello estaba surgiendo de una forma en la que aún no habían imaginado. Se dio la vuelta y empezó a andar en dirección a la salida.
─Lo siento, Miko, yo… yo también necesito tiempo. No me lo tengas en cuenta─ le dijo antes de abandonar la sala donde se estaba tan a gusto.
No quería que la detuviera, ni siquiera quería ver si lo intentaba o no. Salió de la casa casi a la carrera, dejándose allí su chal y lo poco que le quedaba de su dignidad. Miró a un lado de la calle y al otro, estaba bastante desierto así que comenzó a correr.
“Las mujeres no corren. Las mujeres no lloran. Las mujeres no se rebajan a la altura de un hombre. Las mujeres no declaran sus sentimientos, los esconden” la voz de su madre biológica resonaba constantemente en su cabeza. Eso era lo que ella le decía siempre. Eso era lo que ella quería para su hija, una mujer fría, calculadora y manejada por otra. Pero Golnar nunca había sido así y era propensa a saltarse todas las normas que su madre le había puesto en un pasado un tanto lejano pero que seguía estando demasiado presente. No sabía cómo iba a llegar a casa pero si tenía que correr para poder llegar, lo haría. No le importaba que después le dolieran los pies, ni que le sangrasen. No le importaba nada en aquel momento. Quizá estaba exagerando la situación pero eso era lo que ella solía hacer, exagerar las cosas hasta límites insospechados.
“Estúpida, ¿qué pensará ahora Mirko de ti?” se recriminó a sí misma mientras veía a la lejanía su casa por fin. Había estado un rato corriendo, haciendo leves descansos en los que simplemente andaba. No sabía cuánto había tardado pero seguro que mucho y lo más raro era que no se había encontrado a nadie por las calles.
Así que allí estaba. A las ocho en la puerta de la casa de Mirko. Después de haber pasado el día casi deambulando por las calles sin saber muy bien qué hacer. Había decidido que su trabajo nocturno debía acabar pero ¿a qué se iba a dedicar ella si no tenía experiencia alguna y siendo mujer como era? Lo había pensado durante mucho tiempo, intentando evitar pensar en ese momento, evitando pensar en Mirko… Pero le había sido casi imposible. Era una estúpida y no paraba de repetírselo una y otra vez para que quedase grabado a fuego en su mente y jamás se le olvidase. Ahora, aquellos minutos en los que esperaba ver aparecer a Mirko le estaban sabiendo demasiado eternos. Sentada en el escalón de la entrada. No podía pensar en todas las posibilidades que había y todas las formas en las que aquello podría acabar.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: A small fire and good company (Golnar)
Había tenido una buena noche de sueño a pesar de que había quedado desconcertado luego de que Golnar saliera corriendo, prácticamente huyendo de la casa la noche anterior, el vino le había ayudado a dormir y en la madrugada cuando se había levantado a trabajar, un espantoso dolor le taladró la cabeza. Era su primera vez sintiendo los efectos del alcohol y allí mientras se miraba al espejo con el ceño fruncido se dijo así mismo que no volvería a beber.
El día en el restaurante había pasado más bien rápido, un barco cargado de marineros que tocaban puerto luego de llevar 4 meses en altamar había arribado en la mañana por lo que decenas de hombres hambrientos habían llegado al pequeño restaurante y Mirko había tenido que trabajar extra para poder satisfacer los apetitos de todos. Muchos clientes habían pedido repetir la sopa de pescado que era una de las especialidades de Mirko por lo que se encontró cocinando una segundo caldero de sopa dejándole poco tiempo para pensar.
Sabía que Golnar estaría esperándole esa noche y que demandaría una respuesta y no podía evitar sentirse nervioso frente a la perspectiva de no saber que decir, no sabía porqué le daba tantas vueltas al asunto cuando para cualquier hombre aquello sería simple. Mirko no estaba seguro de que era lo que quería con Golnar y ese sentimiento que había crecido dentro de él definitivamente había dejado de ser una simple amistad, sólo que no se había dado cuenta sino hasta el momento del beso. ¿Estaba esperando Golnar que le pidiera que fuera su novia?.
-He Mirko, deja de sonreír como idiota, que los Marineros siguen esperando por las papas cocidas – La voz de su jefe lo sacó de su ensoñación y se apresuró a checár las papas que estaba hirviendo en una enorme olla. Le insertó el tenedor a una paa comprovar que no estuvieran crudas y con la ayuda de la asistente de cocina, vaciaron el agua caliente y comenzaron a colocar las papas sobre los platos. Eran las 6 de la tarde y los marineros continuaban llegando llenando todas las mesas del local.
-Me temo que tendremos que quedarnos horas extra – Murmuró la asistente con expresión cansada, Mirko miró por una rendija en la puerta de la cocina y notó que el restaurante estaba a tope y que afuera habían más hombres esperando animadamente para entrar. ¿Desde cuando había cogido tan buena fama ese restaurante de mala muerte? Se preguntó mientras regresaba a revolver una olla con sopa, los dos únicos meseros entraron gritando nuevas órdenes y tomando los platos que ya estaban listos para regresar con ellos a las mesas.
Cuando por fin despacharon al último cliente, eran las 8 y media de la noche. El jefe sonreía con satisfacción pues sus bolsillos estaban gordos con billetes y monedas luego de tan agitado día. Mirko se sentía tan cansado que las piernas y los brazos se negaban a responder haciéndole tambalear cuando por fin salió a la calle. El frío del invierno le golpeó la cara dejándolo en shock por unos segundos pues había estado cerca a las calderas durante todo el día y de inmediato las mejillas se le pusieron rojas. Tardó unos segundos en recomponerse luego de ese abrupto cambio de clima y reuniendo la poca fuerza que le quedaba empezó a correr por la calle consciente de que llevaba media hora de retraso.
Su casa no quedaba tan lejos del restaurante por lo que siempre se iba caminando al trabajo, sin embargo debido a la cita intentó parar un carruaje para poder llegar más rápido, sin embargo en aquella noche concurrida, no pudo encontrar alguno libre por lo que tuvo que continuar corriendo calle arriba hacía el barrio donde había alquilado la casa.
Cuando llegó a la puerta, jadeaba como un perro, el cabello lo tenía pegado a la frente gracias al sudor y a pesar del frío sentía deseos de quitarse el abrigo ahí mismo pero sabía que eso sólo le provocaría un buen catarro. Eran las 9 de la noche, había llegado una hora tarde a su encuentro con Golnar y internamente rezaba para que ella no estuviera enojada o peor aún se hubiese ido cansada de esperarle. Se detuvo en el pórtico para tomar aliento y se recostó en la pared sin mirar a su alrededor. ¿Seguía Golnar esperándole?
El día en el restaurante había pasado más bien rápido, un barco cargado de marineros que tocaban puerto luego de llevar 4 meses en altamar había arribado en la mañana por lo que decenas de hombres hambrientos habían llegado al pequeño restaurante y Mirko había tenido que trabajar extra para poder satisfacer los apetitos de todos. Muchos clientes habían pedido repetir la sopa de pescado que era una de las especialidades de Mirko por lo que se encontró cocinando una segundo caldero de sopa dejándole poco tiempo para pensar.
Sabía que Golnar estaría esperándole esa noche y que demandaría una respuesta y no podía evitar sentirse nervioso frente a la perspectiva de no saber que decir, no sabía porqué le daba tantas vueltas al asunto cuando para cualquier hombre aquello sería simple. Mirko no estaba seguro de que era lo que quería con Golnar y ese sentimiento que había crecido dentro de él definitivamente había dejado de ser una simple amistad, sólo que no se había dado cuenta sino hasta el momento del beso. ¿Estaba esperando Golnar que le pidiera que fuera su novia?.
-He Mirko, deja de sonreír como idiota, que los Marineros siguen esperando por las papas cocidas – La voz de su jefe lo sacó de su ensoñación y se apresuró a checár las papas que estaba hirviendo en una enorme olla. Le insertó el tenedor a una paa comprovar que no estuvieran crudas y con la ayuda de la asistente de cocina, vaciaron el agua caliente y comenzaron a colocar las papas sobre los platos. Eran las 6 de la tarde y los marineros continuaban llegando llenando todas las mesas del local.
-Me temo que tendremos que quedarnos horas extra – Murmuró la asistente con expresión cansada, Mirko miró por una rendija en la puerta de la cocina y notó que el restaurante estaba a tope y que afuera habían más hombres esperando animadamente para entrar. ¿Desde cuando había cogido tan buena fama ese restaurante de mala muerte? Se preguntó mientras regresaba a revolver una olla con sopa, los dos únicos meseros entraron gritando nuevas órdenes y tomando los platos que ya estaban listos para regresar con ellos a las mesas.
Cuando por fin despacharon al último cliente, eran las 8 y media de la noche. El jefe sonreía con satisfacción pues sus bolsillos estaban gordos con billetes y monedas luego de tan agitado día. Mirko se sentía tan cansado que las piernas y los brazos se negaban a responder haciéndole tambalear cuando por fin salió a la calle. El frío del invierno le golpeó la cara dejándolo en shock por unos segundos pues había estado cerca a las calderas durante todo el día y de inmediato las mejillas se le pusieron rojas. Tardó unos segundos en recomponerse luego de ese abrupto cambio de clima y reuniendo la poca fuerza que le quedaba empezó a correr por la calle consciente de que llevaba media hora de retraso.
Su casa no quedaba tan lejos del restaurante por lo que siempre se iba caminando al trabajo, sin embargo debido a la cita intentó parar un carruaje para poder llegar más rápido, sin embargo en aquella noche concurrida, no pudo encontrar alguno libre por lo que tuvo que continuar corriendo calle arriba hacía el barrio donde había alquilado la casa.
Cuando llegó a la puerta, jadeaba como un perro, el cabello lo tenía pegado a la frente gracias al sudor y a pesar del frío sentía deseos de quitarse el abrigo ahí mismo pero sabía que eso sólo le provocaría un buen catarro. Eran las 9 de la noche, había llegado una hora tarde a su encuentro con Golnar y internamente rezaba para que ella no estuviera enojada o peor aún se hubiese ido cansada de esperarle. Se detuvo en el pórtico para tomar aliento y se recostó en la pared sin mirar a su alrededor. ¿Seguía Golnar esperándole?
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: A small fire and good company (Golnar)
Alzó la vista al cielo. La noche ya había caído y el ambiente empezaba a cambiar. No sabía qué hora era y no podría saberlo pero esperaría allí. Al fin y al cabo, él tenía que volver a casa. No era como si hubiesen quedado en algún restaurante…
Su mente no paraba de pensar. Las preguntas se agolpaban u no encontraba la respuesta que deseaba. Minuto tras minuto, seguía allí sentada. Abrazó sus piernas y se dedicó a mirar el suelo. ¿Y si la estaba evitando? ¿Y si estaba esperando a que ella se fuera? La señal estaba clara, casi estaba gritándole que tenía que irse, que no quería en la entrada de su casa. Un par de lágrimas intentaban huir de sus ojos pero no lo permitió, no debía llorar, eso era de débiles.
Se levantó, dispuesta a marcharse. Casi había estado una hora esperando. No lo podía saber con seguridad pero más o menos presentía que había pasado allí más tiempo del necesitado. Sus piernas y sus brazos estaban algo congelados y le costaba que le respondieran a sus órdenes. Sin embargo, sus pasos se congelaron al escuchar cómo alguien se detenía y comenzaba a jadear, posiblemente intentando recuperar la respiración tras una carrera. ¿Sería él? No había pensado en la posibilidad de que podía retrasarse por culpa de algún inconveniente.
Se acercó lentamente para averiguar de quién se trataba. Casi soltó un suspiro de alivio al verlo allí, cansado de correr para llegar a casa. Sonrió, Mirko no era de los que haría algo tan ruin como dejarla allí sola, al menos no a propósito. Había sido estúpida por pensar así.
─Estás aquí─ le dijo, era algo evidente pero en su voz se reflejaba cierta emoción y sorpresa, así como una pizca de alivio─. Creí que no querrías verme. Estaba… Dios, estaba a punto de irme
No podía eliminar aquella estúpida sonrisa de su cara ni despegar los ojos de él. Deseaba abrazarle, besarle pero no lo hizo. Permaneció quieta, delante de él y, por primera vez, no esperaba a que él actuara o dijese nada, simplemente se alegraba por estar ambos en el mismo sitio.
Su mente no paraba de pensar. Las preguntas se agolpaban u no encontraba la respuesta que deseaba. Minuto tras minuto, seguía allí sentada. Abrazó sus piernas y se dedicó a mirar el suelo. ¿Y si la estaba evitando? ¿Y si estaba esperando a que ella se fuera? La señal estaba clara, casi estaba gritándole que tenía que irse, que no quería en la entrada de su casa. Un par de lágrimas intentaban huir de sus ojos pero no lo permitió, no debía llorar, eso era de débiles.
Se levantó, dispuesta a marcharse. Casi había estado una hora esperando. No lo podía saber con seguridad pero más o menos presentía que había pasado allí más tiempo del necesitado. Sus piernas y sus brazos estaban algo congelados y le costaba que le respondieran a sus órdenes. Sin embargo, sus pasos se congelaron al escuchar cómo alguien se detenía y comenzaba a jadear, posiblemente intentando recuperar la respiración tras una carrera. ¿Sería él? No había pensado en la posibilidad de que podía retrasarse por culpa de algún inconveniente.
Se acercó lentamente para averiguar de quién se trataba. Casi soltó un suspiro de alivio al verlo allí, cansado de correr para llegar a casa. Sonrió, Mirko no era de los que haría algo tan ruin como dejarla allí sola, al menos no a propósito. Había sido estúpida por pensar así.
─Estás aquí─ le dijo, era algo evidente pero en su voz se reflejaba cierta emoción y sorpresa, así como una pizca de alivio─. Creí que no querrías verme. Estaba… Dios, estaba a punto de irme
No podía eliminar aquella estúpida sonrisa de su cara ni despegar los ojos de él. Deseaba abrazarle, besarle pero no lo hizo. Permaneció quieta, delante de él y, por primera vez, no esperaba a que él actuara o dijese nada, simplemente se alegraba por estar ambos en el mismo sitio.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: A small fire and good company (Golnar)
Cuando por fin pudo recuperar algo de su aliento, escuchó la voz de Golnar y se sintió infinitamente aliviado de que ella aún continuara allí. Estaba consciente de que había llegado por lo menos una hora tarde y hacer esperar a una dama no era para nada caballeroso ni apropiado, intentó incorporarse pero le dolía el estómago así que se llevó una mano a la panza exalándo con fuerza antes de poder enderezarse.
-¡Lo siento mucho! - Exclamó casi sin voz – Vine corriendo tan... rápido como pude – Agregó y volvió a jadear – No pude conseguir... un carruaje vacío... así que corrí – Le explicó, su rostro sudoroso y colorado era prueba de que decía la verdad – Lamento mucho haber llegado tan tarde, pero hoy fue un día muy movido en el restaurante -
Su pecho se fue calmando lentamente, Mirko no era un hombre que estuviera en forma, casi nunca hacía ejercicio, además su trabajo como cocinero no demandaba que desarrollara resistencia o buenos músculos, por lo que la corrida le había agotado por completo. Sintió vergüenza, Golnar debía de pensar que era un hombre débil puesto que un hombre joven de su edad podría correr esa distancia fácilmente sin agotarse de esa forma.
- Un barco nuevo... - Continuó y volvió a parar para respirar - Tocó puerto esta mañana... toda la tripulación vino a almorzar y a cenar... el jefe no nos dejó ir hasta...casi las 8 y media – Comenzó a buscar en los bolsillos de su saco las llaves de la casa, ahora que se había detenido comenzaba a sentir el frío y no quería que la pobre Golnar continuara allí parada en tales temperaturas – Gracias por esperar – Comentó mientras abría la puerta y se hacía a un lado para que entrara.
-¡Lo siento mucho! - Exclamó casi sin voz – Vine corriendo tan... rápido como pude – Agregó y volvió a jadear – No pude conseguir... un carruaje vacío... así que corrí – Le explicó, su rostro sudoroso y colorado era prueba de que decía la verdad – Lamento mucho haber llegado tan tarde, pero hoy fue un día muy movido en el restaurante -
Su pecho se fue calmando lentamente, Mirko no era un hombre que estuviera en forma, casi nunca hacía ejercicio, además su trabajo como cocinero no demandaba que desarrollara resistencia o buenos músculos, por lo que la corrida le había agotado por completo. Sintió vergüenza, Golnar debía de pensar que era un hombre débil puesto que un hombre joven de su edad podría correr esa distancia fácilmente sin agotarse de esa forma.
- Un barco nuevo... - Continuó y volvió a parar para respirar - Tocó puerto esta mañana... toda la tripulación vino a almorzar y a cenar... el jefe no nos dejó ir hasta...casi las 8 y media – Comenzó a buscar en los bolsillos de su saco las llaves de la casa, ahora que se había detenido comenzaba a sentir el frío y no quería que la pobre Golnar continuara allí parada en tales temperaturas – Gracias por esperar – Comentó mientras abría la puerta y se hacía a un lado para que entrara.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: A small fire and good company (Golnar)
Le escuchó con una leve sonrisa en el rostro. No necesitaba explicaciones, estaba allí y era lo que importaba. Pero le agradó que se preocupase en dársela, así de paso explicaba qué tal había ido su día. Al parecer más ajetreado que el suyo. Lo que la llevó a pensar en si realmente él estaba listo para darle una respuesta. De seguro que con tanto cliente a penas se había parado a pensar en lo que pasó el día anterior.
Aquel pensamiento la desilusionó un poco. No debía dedicarse a predecir el futuro, simplemente esperaría. Sí, eso haría, esperar hasta que él le decidiese dar una respuesta. Estaba decidida a no hablar del tema a no ser que fuese él quien iniciara la conversación. Quería ponerlo a prueba, ella no podía andar todo el día detrás de él, exigiéndole cosas que quizá no estaba dispuesto a dar.
─No te preocupes, ya me imaginaba que había pasado algo─ le dijo mientras volvía a entrar a aquella casa. Se acordaba de que había dejado allí su abrigo y lo encontró en el mismo sitio que lo había dejado. Se deshizo de aquel que le había prestado su madre, estaba un poco viejo pero seguía protegiéndola del frío─. Bueno, cuanto más trabajo hay, más dinero, ¿no? Hay que mirar el lado positivo de todo eso─ le comentó para que se sintiese más animado─. Debes estar agotado… ─ comentó, admirando el esfuerzo que había hecho al dejarla entrar en su casa un día más tras ese trabajo que requería tanto esfuerzo.
Aquel pensamiento la desilusionó un poco. No debía dedicarse a predecir el futuro, simplemente esperaría. Sí, eso haría, esperar hasta que él le decidiese dar una respuesta. Estaba decidida a no hablar del tema a no ser que fuese él quien iniciara la conversación. Quería ponerlo a prueba, ella no podía andar todo el día detrás de él, exigiéndole cosas que quizá no estaba dispuesto a dar.
─No te preocupes, ya me imaginaba que había pasado algo─ le dijo mientras volvía a entrar a aquella casa. Se acordaba de que había dejado allí su abrigo y lo encontró en el mismo sitio que lo había dejado. Se deshizo de aquel que le había prestado su madre, estaba un poco viejo pero seguía protegiéndola del frío─. Bueno, cuanto más trabajo hay, más dinero, ¿no? Hay que mirar el lado positivo de todo eso─ le comentó para que se sintiese más animado─. Debes estar agotado… ─ comentó, admirando el esfuerzo que había hecho al dejarla entrar en su casa un día más tras ese trabajo que requería tanto esfuerzo.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: A small fire and good company (Golnar)
Suspiró aliviado al notar que Golnar no estaba enojada. Le había hecho esperar por una hora y él realmente esperaba que ella estuviese molesta, sin embargo parecía calmada. Golnar era muy diferente a las mujeres que había conocido durante su infancia en la casa de sus padres. Las amigas de su madre se quejaban constantemente de sus maridos en las reuniones que ella organizaba a la hora del té, su hermana pequeña inclusive le había dicho alguna vez que, ella no aceptaría a un pretendiente que no fuera un caballero y la tratara como a una princesa.
Mirko sabía que estaba lejos de tratar a Golnar como una princesa, aún así ella parecía estar conforme con lo que él le ofrecía.
Se acercó a la chimenea y encendió el fuego rápidamente para que la habitación se calentara un poco, ese invierno estaba durando más que el del año pasado y ya estaba añorando la llegada de la primavera para no tener que encender el fuego cada vez que estaba en casa.
-Es verdad, más clientes significa más dinero para el jefe – Comentó invitándola a sentarse en el sofá frente al fuego – Pero no creo que valla a querer subirnos el sueldo por eso – Agregó, y comenzó a quitarse el abrigo, notó que su camisa estaba sudada y que no olía muy bien, se ruborizo al pensar que Golnar hubiese notado su mal olor.
-Ha sido un día muy agitado... se que te he hecho esperar más de la cuenta pero... ¿Te importaría esperar un poco más? Quiero darme una ducha – Le explicó con expresión avergonzada, el baño era bastante pequeño y quedaba al lado de la cocina por lo que resultaba fácil calentar el agua en el caldero para poderse bañar – Podemos seguir hablando a través de la puerta – Agregó refiriéndose a la puerta del baño – Me gustaría saber como te fue en tu día -
Lo que acababa de proponerle era sin duda poco caballeroso, pero Golnar no era la típica dama que se fijaba en esas cosas y Mirko no veía problema a seguir hablando con ella mientras se bañaba.
Mirko sabía que estaba lejos de tratar a Golnar como una princesa, aún así ella parecía estar conforme con lo que él le ofrecía.
Se acercó a la chimenea y encendió el fuego rápidamente para que la habitación se calentara un poco, ese invierno estaba durando más que el del año pasado y ya estaba añorando la llegada de la primavera para no tener que encender el fuego cada vez que estaba en casa.
-Es verdad, más clientes significa más dinero para el jefe – Comentó invitándola a sentarse en el sofá frente al fuego – Pero no creo que valla a querer subirnos el sueldo por eso – Agregó, y comenzó a quitarse el abrigo, notó que su camisa estaba sudada y que no olía muy bien, se ruborizo al pensar que Golnar hubiese notado su mal olor.
-Ha sido un día muy agitado... se que te he hecho esperar más de la cuenta pero... ¿Te importaría esperar un poco más? Quiero darme una ducha – Le explicó con expresión avergonzada, el baño era bastante pequeño y quedaba al lado de la cocina por lo que resultaba fácil calentar el agua en el caldero para poderse bañar – Podemos seguir hablando a través de la puerta – Agregó refiriéndose a la puerta del baño – Me gustaría saber como te fue en tu día -
Lo que acababa de proponerle era sin duda poco caballeroso, pero Golnar no era la típica dama que se fijaba en esas cosas y Mirko no veía problema a seguir hablando con ella mientras se bañaba.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: A small fire and good company (Golnar)
Le escuchó mientras él encendía el fuego y se desprendía de su abrigo. Golnar se sentó aunque vaciló un poco de si debía hacerlo o no pero finalmente se acomodó en el mismo sillón que había ocupado el día anterior.
La propuesta de Mirko la tomó por sorpresa. No esperaba que él le dijera algo así pero le alegraba que lo hubiera hecho. Todo el mundo quería un buen baño después de un duro día de trabajo y entendía perfectamente cómo se tenía que sentir. No le importaba hablar con él a través de la puerta si así él se sentía más cómodo que hacerla esperar en el sillón sin nada que hacer.
─ Claro, no tengo ningún problema en ello─ le dijo mientras se levantaba para acompañarle. Primero tendría que calentar el agua antes de meterse en el baño así que ambos se quedaron en la cocina esperando a que el agua estuviera a una buena temperatura─. Lo cierto es que mi día no ha sido demasiado interesante. He ayudado a mi madre con la casa y me he dedicado a dar vueltas por las calles, sin nada claro que hacer.
Se mordió el labio inferior, dudando de si debía seguir hablando y comentarle lo que había pensado. Todavía no era nada definitivo pero creyó que si lo comentaba con alguien más para obtener una nueva opinión, sería de gran ayuda. Su madre le había dicho que se alegraba por ella, si era lo que deseaba la apoyaría hasta el final. Esa mujer era única, odiaba que no fuese su madre biológica pero, prácticamente, la había tratado como su hija.
─Ha sido curioso porque me ha parecido escuchar algo de Aline por las calles. Muchas iban murmurando que la joven había encontrado el candidato perfecto para desposarla. Al parecer el baile sirvió de algo.
El agua ya estaba lista para el baño así que esperó a que él se metiera en el cuarto para seguir hablando. Se sentó en el suelo, cerca de la puerta. No le importaba, de hecho a veces encontraba el suelo bastante cómodo, estaba acostumbrada a ese tipo de cosas. Se quedó unos segundos en silencio, pensando en las palabras perfectas para pronunciar a continuación. Lo tenía claro, se lo diría. Solo deseaba saber su opinión al respecto.
─Mirko… he pensado que… bueno, quizá podría buscarme otro trabajo y dejar el actual atrás. Es algo que se me ha ocurrido esta mañana y creo que sería bueno para mí. N-no quiero seguir recorriendo las calles de noche al menos no de la forma en que lo hago…─ se quedó en silencio, esperando a que él hablara, esperando escuchar lo que en ese instante pasaba por la mente del joven.
La propuesta de Mirko la tomó por sorpresa. No esperaba que él le dijera algo así pero le alegraba que lo hubiera hecho. Todo el mundo quería un buen baño después de un duro día de trabajo y entendía perfectamente cómo se tenía que sentir. No le importaba hablar con él a través de la puerta si así él se sentía más cómodo que hacerla esperar en el sillón sin nada que hacer.
─ Claro, no tengo ningún problema en ello─ le dijo mientras se levantaba para acompañarle. Primero tendría que calentar el agua antes de meterse en el baño así que ambos se quedaron en la cocina esperando a que el agua estuviera a una buena temperatura─. Lo cierto es que mi día no ha sido demasiado interesante. He ayudado a mi madre con la casa y me he dedicado a dar vueltas por las calles, sin nada claro que hacer.
Se mordió el labio inferior, dudando de si debía seguir hablando y comentarle lo que había pensado. Todavía no era nada definitivo pero creyó que si lo comentaba con alguien más para obtener una nueva opinión, sería de gran ayuda. Su madre le había dicho que se alegraba por ella, si era lo que deseaba la apoyaría hasta el final. Esa mujer era única, odiaba que no fuese su madre biológica pero, prácticamente, la había tratado como su hija.
─Ha sido curioso porque me ha parecido escuchar algo de Aline por las calles. Muchas iban murmurando que la joven había encontrado el candidato perfecto para desposarla. Al parecer el baile sirvió de algo.
El agua ya estaba lista para el baño así que esperó a que él se metiera en el cuarto para seguir hablando. Se sentó en el suelo, cerca de la puerta. No le importaba, de hecho a veces encontraba el suelo bastante cómodo, estaba acostumbrada a ese tipo de cosas. Se quedó unos segundos en silencio, pensando en las palabras perfectas para pronunciar a continuación. Lo tenía claro, se lo diría. Solo deseaba saber su opinión al respecto.
─Mirko… he pensado que… bueno, quizá podría buscarme otro trabajo y dejar el actual atrás. Es algo que se me ha ocurrido esta mañana y creo que sería bueno para mí. N-no quiero seguir recorriendo las calles de noche al menos no de la forma en que lo hago…─ se quedó en silencio, esperando a que él hablara, esperando escuchar lo que en ese instante pasaba por la mente del joven.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: A small fire and good company (Golnar)
Se quedaron esperando a que el agua calentara, la casa ya había adquirido una temperatura cercana a los 15 grados gracias al fuego de la chimenea, pero el agua seguía estando gélida y si no quería coger un catarro debía procurar que estuviera tibia. Escuchó el chisme de Aline y no le sorprendió que hubiese conseguido un pretendiente.
-Espero que no haya sido ese chico con el que compartimos mesa... ¿Cómo era que se llamaba? - Se encogió de hombros – Era obvio que su madre estaba más interesada en Aline que él mismo – Recordaba claramente lo molesto que el chico había estado por las indirectas e insinuaciones de su madre con respecto a Aline.
Cuando el agua estuvo lo suficientemente caliente, entró la caldera al baño y cerró la puerta y comenzó a desnudarse. El baño no era muy grande, se trataba de un pequeño cuarto que tenía una vieja y desgastada bañera de metal. Un pequeño espejo se encontraba colgado en la pared al lado de la puerta.Se quedó quieto con una pierna dentro de la bañera cuando escuchó a Golnar decir que estaba pensando dejar la prostitución. Una extraña sensación le recorrió todo el cuerpo y se dejó caer dentro del agua que llegó casi hasta los hombros. ¿Porqué se sentía aliviado de repente? ¿Cuándo había comenzado a preocuparse de esa forma por Golnar?
-Ciertamente recorrer las calles por la noche es muy peligroso para una mujer sola – Comentó restregando el jabón por sus brazos y pecho – Además que nunca se sabe que tipo de cliente vas a encontrar a la vuelta de la esquina... - Le mortificaba pensar en que algún cliente la tratara mal, que fuera golpeada o que le pidieran hacer cosas desagradables y en contra de su voluntad. Golnar no podría decir que no pues era parte de su trabajo, además estaba el problema de que si decía que no, el cliente podría molestarse e intentar hacerle daño.
¿Quien recordaría a una prostituta muerta en las calles? Sería sólo una más entre tantas, ni siquiera la policía se preocuparía por buscar al asesino. En esa ciudad la doble moral frente al sexo y la prostitución comenzaba con la misma iglesia.
-Es una decisión sabia... especialmente debes pensar en tu salud – Agregó, pues ese era el otro inconveniente de la profesión, Golnar estaba expuesta a todo tipo de enfermedades pues era imposible saber si un cliente era saludable o no. Era como una ruleta Rusa en la que se podía jugar la vida cada noche.
- ¿Que te ha llevado a pensar en esto? - Le preguntó al fin.
-Espero que no haya sido ese chico con el que compartimos mesa... ¿Cómo era que se llamaba? - Se encogió de hombros – Era obvio que su madre estaba más interesada en Aline que él mismo – Recordaba claramente lo molesto que el chico había estado por las indirectas e insinuaciones de su madre con respecto a Aline.
Cuando el agua estuvo lo suficientemente caliente, entró la caldera al baño y cerró la puerta y comenzó a desnudarse. El baño no era muy grande, se trataba de un pequeño cuarto que tenía una vieja y desgastada bañera de metal. Un pequeño espejo se encontraba colgado en la pared al lado de la puerta.Se quedó quieto con una pierna dentro de la bañera cuando escuchó a Golnar decir que estaba pensando dejar la prostitución. Una extraña sensación le recorrió todo el cuerpo y se dejó caer dentro del agua que llegó casi hasta los hombros. ¿Porqué se sentía aliviado de repente? ¿Cuándo había comenzado a preocuparse de esa forma por Golnar?
-Ciertamente recorrer las calles por la noche es muy peligroso para una mujer sola – Comentó restregando el jabón por sus brazos y pecho – Además que nunca se sabe que tipo de cliente vas a encontrar a la vuelta de la esquina... - Le mortificaba pensar en que algún cliente la tratara mal, que fuera golpeada o que le pidieran hacer cosas desagradables y en contra de su voluntad. Golnar no podría decir que no pues era parte de su trabajo, además estaba el problema de que si decía que no, el cliente podría molestarse e intentar hacerle daño.
¿Quien recordaría a una prostituta muerta en las calles? Sería sólo una más entre tantas, ni siquiera la policía se preocuparía por buscar al asesino. En esa ciudad la doble moral frente al sexo y la prostitución comenzaba con la misma iglesia.
-Es una decisión sabia... especialmente debes pensar en tu salud – Agregó, pues ese era el otro inconveniente de la profesión, Golnar estaba expuesta a todo tipo de enfermedades pues era imposible saber si un cliente era saludable o no. Era como una ruleta Rusa en la que se podía jugar la vida cada noche.
- ¿Que te ha llevado a pensar en esto? - Le preguntó al fin.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: A small fire and good company (Golnar)
Sí, posiblemente fuese aquel chico que se había sentado con ellos en la mesa. No recordaba su nombre… ¿Cómo era posible? El caso es que ella sí que le vio motivado por la idea de casarse con Aline pero no con que su madre estuviera de acuerdo y lo obligase aunque él no lo deseara. Pero era lo mismo, si habían encontrado una pareja, bien por ellos.
Al parecer a él le parecía bien aquello. Le dijo que era algo sabio y se avergonzó por no haberlo pensado antes. Pero más de una vez se lo había planteado. Sin embargo, siempre había desechado la idea porque sabía que una mujer como ella no conseguiría nada más en la vida, la mirarían raro y no desearían tenerla cerca. Era una pena pero la sociedad estaba planteada de aquella manera. Además, últimamente se notaba más cansada que antes, e intuía que podía haber arriesgado demasiado su salud. Podría ser tarde para dar marcha atrás pero ella no lo sentía así.
─Ya no soy un chica perdida por las calles de Paris─ comenzó diciéndole cuando le preguntó el porqué de la decisión─. Desde siempre, me había sentido libre recorriendo las calles de noche. Estar con uno diferente cada noche y que te pagaran por ello no parecía tan descabellado. Sobre todo cuando hui de casa por no querer casarme…
Su madre biológica había querido un matrimonio de inmediato pero ella no lo deseaba. No quería seguir el paso de sus hermanos que vivían ahogados por una mujer malvada que les tenía bien agarrados de la correa, como si fueran meros animales. No, ella había querido una vida libre y sin atadura ninguna. Pero a la vez siempre había pensado en cómo sería encontrar el amor de su vida, alguien que lograra ponerla a prueba, quería saber cómo era arriesgarlo todo, incluso lo que te importa, por una sola persona. Lo veía casi imposible con el paso de los años y creyó que el amor solo ocurría en la literatura.
─Pero ahora… no es lo mismo. Todo ha cambiado. Ya no me siento a gusto, vivo en una enorme jaula a merced de diferentes hombres que solo quieren aprovecharse de mí, de mi cuerpo. No quiero seguir siendo un objeto. Quiero que me miren y me traten como a una persona, quiero que si me tocan sea por amor y no solo por deseo ─ se quedó en silencio unos segundos mientras apreciaba sus zapatos y los movía logrando que chocasen entre ellos. Apoyó la cabeza en la pared y suspiró─. También quiero que las personas más cercanas a mí, no sientan disgusto al pensar en lo que trabajo… Puede que ya sea tarde, que no haya un lugar claro para mí pero quiero intentarlo
Aquello que había dicho… Imaginaba que Mirko no se sentía demasiado cómodo sabiendo a lo que se dedicaba a pesar de que siempre la había tratado como la mujer que era, él siempre había visto más allá de su profesión. Se ponía en su situación y entendía que no debía ser nada agradable. Se había dado cuenta de que había encontrado a alguien por lo que arriesgaría todo. Hasta reusaría de su trabajo sin que se lo pidiera…
Al parecer a él le parecía bien aquello. Le dijo que era algo sabio y se avergonzó por no haberlo pensado antes. Pero más de una vez se lo había planteado. Sin embargo, siempre había desechado la idea porque sabía que una mujer como ella no conseguiría nada más en la vida, la mirarían raro y no desearían tenerla cerca. Era una pena pero la sociedad estaba planteada de aquella manera. Además, últimamente se notaba más cansada que antes, e intuía que podía haber arriesgado demasiado su salud. Podría ser tarde para dar marcha atrás pero ella no lo sentía así.
─Ya no soy un chica perdida por las calles de Paris─ comenzó diciéndole cuando le preguntó el porqué de la decisión─. Desde siempre, me había sentido libre recorriendo las calles de noche. Estar con uno diferente cada noche y que te pagaran por ello no parecía tan descabellado. Sobre todo cuando hui de casa por no querer casarme…
Su madre biológica había querido un matrimonio de inmediato pero ella no lo deseaba. No quería seguir el paso de sus hermanos que vivían ahogados por una mujer malvada que les tenía bien agarrados de la correa, como si fueran meros animales. No, ella había querido una vida libre y sin atadura ninguna. Pero a la vez siempre había pensado en cómo sería encontrar el amor de su vida, alguien que lograra ponerla a prueba, quería saber cómo era arriesgarlo todo, incluso lo que te importa, por una sola persona. Lo veía casi imposible con el paso de los años y creyó que el amor solo ocurría en la literatura.
─Pero ahora… no es lo mismo. Todo ha cambiado. Ya no me siento a gusto, vivo en una enorme jaula a merced de diferentes hombres que solo quieren aprovecharse de mí, de mi cuerpo. No quiero seguir siendo un objeto. Quiero que me miren y me traten como a una persona, quiero que si me tocan sea por amor y no solo por deseo ─ se quedó en silencio unos segundos mientras apreciaba sus zapatos y los movía logrando que chocasen entre ellos. Apoyó la cabeza en la pared y suspiró─. También quiero que las personas más cercanas a mí, no sientan disgusto al pensar en lo que trabajo… Puede que ya sea tarde, que no haya un lugar claro para mí pero quiero intentarlo
Aquello que había dicho… Imaginaba que Mirko no se sentía demasiado cómodo sabiendo a lo que se dedicaba a pesar de que siempre la había tratado como la mujer que era, él siempre había visto más allá de su profesión. Se ponía en su situación y entendía que no debía ser nada agradable. Se había dado cuenta de que había encontrado a alguien por lo que arriesgaría todo. Hasta reusaría de su trabajo sin que se lo pidiera…
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: A small fire and good company (Golnar)
Hablar a través de la puerta había sido una buena idea, pensaba mientras escuchaba a Golnar hablar, como no le estaba viendo la cara se sentía menos cohibido a decir lo que pensaba y menos nervioso. A veces le era difícil enfrentar la mirada de la gente y aunque con Golnar se sintiera a gusto, habían temas que resultaban demasiado difíciles de asumir cara a cara.
No le había preguntado por su edad, pero Mirko sospechaba que ella le llevaba un par de años por encima, se imaginó a una Golnar más joven escapando de casa y creyendo que tenía el mundo a sus pies gracias a su juventud. No era difícil imaginar el porque había terminado convirtiéndose en cortesana. Era un proceso que le había madurado, era claro que ella no era la misma niña que alguna vez había escapado de las responsabilidades de la vida creyendo que podría tenerlo todo a su manera. El mundo funcionaba de manera diferente, la sociedad estaba dominada por los hombres y sin importar qué, la mujer siempre terminaría a merced de la opinión y los deseos del hombre.
- Entiendo... - Murmuró abrazándose las rodillas aún en la tina y se quedó unos momentos en silencio, por un lado de sentía aliviado de que ella estuviese contemplado dejar ese trabajo, por otro lado sabía que ella estaba esperando una respuesta de su parte y no había olvidado los besos que habían compartido en el baile. Había estado completamente ebrio y se había dejado llevar por los impulsos, pero ahora podría analizar las cosas con claridad y tomar una decisión basada en la lógica.
Se levantó de la tina y tomó la toalla para cercarse, se sentía mucho más relajado ahora que se sentía limpio y fresco, no tenía mucho dinero para comprar jabones o perfumes costosos, por lo que olía a una fragancia simple y suave de un jabón que el mismo había elaborado en su laboratorio con esencia de flores. Se acercó a la puerta sin abrirla, no podía ver a Golnar pero la sombra de sus pies bajo la puerta le indicaba que seguía ahí.
- Se que has venido por una respuesta... - Comenzó recostando la frente contra la madera de la puerta - Y como te lo he prometido, voy a dártela - Se quedó unos momentos más callado, reuniendo el coraje que necesitaba para lo siguiente - Desde que te conocí, todo lo que he experimentado contigo ha sido nuevo para mi, por esta razón no acabo de comprender todo lo que siento - Le explicó y agregó - Sin embargo una cosa tengo clara y es que... quiero que sigas a mi lado, quiero que sigas en mi vida -
No le había preguntado por su edad, pero Mirko sospechaba que ella le llevaba un par de años por encima, se imaginó a una Golnar más joven escapando de casa y creyendo que tenía el mundo a sus pies gracias a su juventud. No era difícil imaginar el porque había terminado convirtiéndose en cortesana. Era un proceso que le había madurado, era claro que ella no era la misma niña que alguna vez había escapado de las responsabilidades de la vida creyendo que podría tenerlo todo a su manera. El mundo funcionaba de manera diferente, la sociedad estaba dominada por los hombres y sin importar qué, la mujer siempre terminaría a merced de la opinión y los deseos del hombre.
- Entiendo... - Murmuró abrazándose las rodillas aún en la tina y se quedó unos momentos en silencio, por un lado de sentía aliviado de que ella estuviese contemplado dejar ese trabajo, por otro lado sabía que ella estaba esperando una respuesta de su parte y no había olvidado los besos que habían compartido en el baile. Había estado completamente ebrio y se había dejado llevar por los impulsos, pero ahora podría analizar las cosas con claridad y tomar una decisión basada en la lógica.
Se levantó de la tina y tomó la toalla para cercarse, se sentía mucho más relajado ahora que se sentía limpio y fresco, no tenía mucho dinero para comprar jabones o perfumes costosos, por lo que olía a una fragancia simple y suave de un jabón que el mismo había elaborado en su laboratorio con esencia de flores. Se acercó a la puerta sin abrirla, no podía ver a Golnar pero la sombra de sus pies bajo la puerta le indicaba que seguía ahí.
- Se que has venido por una respuesta... - Comenzó recostando la frente contra la madera de la puerta - Y como te lo he prometido, voy a dártela - Se quedó unos momentos más callado, reuniendo el coraje que necesitaba para lo siguiente - Desde que te conocí, todo lo que he experimentado contigo ha sido nuevo para mi, por esta razón no acabo de comprender todo lo que siento - Le explicó y agregó - Sin embargo una cosa tengo clara y es que... quiero que sigas a mi lado, quiero que sigas en mi vida -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: A small fire and good company (Golnar)
“Entiendo” y después de eso un silencio que se hizo eterno. Escuchó cómo se iba moviendo por el cuarto de baño. Salía de bañera, el agua moviéndose dentro de la tina era casi relajante. Posiblemente cogiera una toalla para eliminar los restos de agua. Posiblemente se acercase a la puerta. No lo sabía, no podía verle pero el silencio se iba alargando demasiado. No era un silencio incómodo, todo lo contrario, pero aun así abrió la boca para añadir algo más.
Sus palabras la dejaron sin respiración. Su corazón dejó de latir un segundo para luego golpear fuertemente su pecho a una velocidad totalmente inesperada. Le iba a dar una respuesta. Le iba a dar una respuesta allí y en ese instante. Con una puerta entre medio y sin ser capaz de contemplarle el rostro mientras se la decía. Era Mirko, no esperaba menos de él. De hecho, si se sentía mucho más cómodo así, por ella como si se quedaba toda la vida en el cuarto de baño mientras hablaban.
Una especie de alegría invadió cada una de las partes de su cuerpo. Una sonrisa apareció en sus labios pero, aunque desde fuera pareciese que estaba relajada, en su interior estaba dando saltos de alegría. No quería que ella se marchase a ninguna parte, quería que le acompañase día tras día. Bueno, más o menos. Lo que quería en aquel momento era verle y abrazarle pero sabía que había una puerta entre medio y no iba a echarla abajo solo para eso. Era el muro de Mirko que le había llevado a poder decir aquellas palabras. ¿Tendría que responder ahora ella? ¿Qué le podía decir?
─ Podemos averiguarlo juntos. Eso que dices que no sabes qué es… podemos averiguarlo los dos juntos. Poco a poco─ se levantó del suelo y colocó su mano sobre la puerta como si así pudiera estar más cerca del joven─ . Gracias por darme una respuesta.
Le sonrió, como si él la pudiera ver. El esperar había merecido la pena. Quizá otras personas hubieran deseado más, escuchar otras palabras que acabasen con el sufrimiento y la incertidumbre. Pero ella siempre se había alegrado de lo poco que pudiera tener, ella apreciaba los detalles mucho más que cualquier otra persona. Sabía qué era el necesitar algo y no poder tenerlo. Por eso, cuando conseguía algo que no creía que pudiera ser posible, se alegraba el doble. Lo menos que podía hacer era agradecerle por abrirse a ella con aquellas palabras, sabía que le era difícil expresarse.
Sus palabras la dejaron sin respiración. Su corazón dejó de latir un segundo para luego golpear fuertemente su pecho a una velocidad totalmente inesperada. Le iba a dar una respuesta. Le iba a dar una respuesta allí y en ese instante. Con una puerta entre medio y sin ser capaz de contemplarle el rostro mientras se la decía. Era Mirko, no esperaba menos de él. De hecho, si se sentía mucho más cómodo así, por ella como si se quedaba toda la vida en el cuarto de baño mientras hablaban.
Una especie de alegría invadió cada una de las partes de su cuerpo. Una sonrisa apareció en sus labios pero, aunque desde fuera pareciese que estaba relajada, en su interior estaba dando saltos de alegría. No quería que ella se marchase a ninguna parte, quería que le acompañase día tras día. Bueno, más o menos. Lo que quería en aquel momento era verle y abrazarle pero sabía que había una puerta entre medio y no iba a echarla abajo solo para eso. Era el muro de Mirko que le había llevado a poder decir aquellas palabras. ¿Tendría que responder ahora ella? ¿Qué le podía decir?
─ Podemos averiguarlo juntos. Eso que dices que no sabes qué es… podemos averiguarlo los dos juntos. Poco a poco─ se levantó del suelo y colocó su mano sobre la puerta como si así pudiera estar más cerca del joven─ . Gracias por darme una respuesta.
Le sonrió, como si él la pudiera ver. El esperar había merecido la pena. Quizá otras personas hubieran deseado más, escuchar otras palabras que acabasen con el sufrimiento y la incertidumbre. Pero ella siempre se había alegrado de lo poco que pudiera tener, ella apreciaba los detalles mucho más que cualquier otra persona. Sabía qué era el necesitar algo y no poder tenerlo. Por eso, cuando conseguía algo que no creía que pudiera ser posible, se alegraba el doble. Lo menos que podía hacer era agradecerle por abrirse a ella con aquellas palabras, sabía que le era difícil expresarse.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: A small fire and good company (Golnar)
Le gustaba como sonaba eso de averiguar las cosas juntos y paso a paso. Realmente sentía que le faltaba mucho por descubrir y aprender de las relaciones humanas ¿Y que mejor persona para acompañarle en esa labor que Golnar?. Ella era una buena amiga, se preocupaba por él, era paciente y sobre todo, era una persona con la que se sentía a gusto. A pesar del poco tiempo que llevaban de conocerse, sentía que podía confiar en ella para muchas cosas que antes no se hubiera imaginado que confiaría en alguien.
Abrió la puerta lentamente y se encontró con ella de pie en frente, Mirko llevaba el cabello aún mojado y estaba vestido con una camisa blanca y pantalones limpios, traía la toalla colgada al cuello. Sus mejillas estaban sonrosadas por el vapor del agua caliente y también por supuesto por lo que acababa de decirle. Golnar sonreía y esa sonrisa se le contagió, por lo que terminó sonriendo también.
-No se que nombre le vamos a poner a esto – Comentó pensando que en otras situaciones más formales debería pedirle que fuera su novia, pero Golnar no era una chica normal y él tampoco era un hombre que siguiera tradiciones – Pero te puedo asegurar que no hay otra mujer en la cual esté interesado – Quería dejarle en claro aquello porqué no quería que pensara que estaba jugando con ella, que la había besado y que no iba a tomar responsabilidad sobre sus actos.
-Anoche estaba ebrio y quizás salió a relucir una parte de mi que usualmente está escondida – Aceptó desviando la mirada hacía el suelo, tenía que aceptar que el alcohol le había dado coraje para besarla de nuevo y para decir muchas tonterías. No quería que Golnar pensara que era un cobarde que se esconde de los problemas, quizás su familia pensara así de él y quizás su padre le criticara por no comportarse como un verdadero hombre, pero con que Golnara no pensara eso, le era suficiente.
- Sabes que todo esto es nuevo para mi... nunca había tenido una novia – Comentó avergonzado – Cuando era más joven nunca me interesé realmente por esas cosas y siempre estuve enfocado en mis estudios, realmente no tuve tiempo para malgastar en ello – Meneó la cabeza y agregó – Si... siempre he pensado que las relaciones amorosas son una pérdida de tiempo, siempre me pareció algo innecesario y superficial -
Abrió la puerta lentamente y se encontró con ella de pie en frente, Mirko llevaba el cabello aún mojado y estaba vestido con una camisa blanca y pantalones limpios, traía la toalla colgada al cuello. Sus mejillas estaban sonrosadas por el vapor del agua caliente y también por supuesto por lo que acababa de decirle. Golnar sonreía y esa sonrisa se le contagió, por lo que terminó sonriendo también.
-No se que nombre le vamos a poner a esto – Comentó pensando que en otras situaciones más formales debería pedirle que fuera su novia, pero Golnar no era una chica normal y él tampoco era un hombre que siguiera tradiciones – Pero te puedo asegurar que no hay otra mujer en la cual esté interesado – Quería dejarle en claro aquello porqué no quería que pensara que estaba jugando con ella, que la había besado y que no iba a tomar responsabilidad sobre sus actos.
-Anoche estaba ebrio y quizás salió a relucir una parte de mi que usualmente está escondida – Aceptó desviando la mirada hacía el suelo, tenía que aceptar que el alcohol le había dado coraje para besarla de nuevo y para decir muchas tonterías. No quería que Golnar pensara que era un cobarde que se esconde de los problemas, quizás su familia pensara así de él y quizás su padre le criticara por no comportarse como un verdadero hombre, pero con que Golnara no pensara eso, le era suficiente.
- Sabes que todo esto es nuevo para mi... nunca había tenido una novia – Comentó avergonzado – Cuando era más joven nunca me interesé realmente por esas cosas y siempre estuve enfocado en mis estudios, realmente no tuve tiempo para malgastar en ello – Meneó la cabeza y agregó – Si... siempre he pensado que las relaciones amorosas son una pérdida de tiempo, siempre me pareció algo innecesario y superficial -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
- Mensajes : 198
Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: A small fire and good company (Golnar)
Se quedó casi sin respiración cuando lo vio salir del baño. Se mordió inconscientemente el labio inferior. No, no debía pensar esas cosas. Aquello no era ir despacio ni mucho menos.
A cada palabra que decía, más feliz hacia a Golnar. No cabía en sí de la alegría que recorría cada parte de su cuerpo. Se sentía tan bien oír aquellas cosas que le decía. Pero quizás fue aquel “jamás había tenido novia”, lo que la hizo emocionarse más de lo que estaba. Había hablado en pasado, no en presente. Estaba dando él solo un nombre a lo que estaba sucediendo. Pero no se lo comentaría, era algo que no podía decir a la ligera.
Cuando terminó de hablar, hizo un amago de besarlo. No quería hacer otra cosa. Se acercó lentamente a él pero se detuvo en seco al saber que no debía. “Despacio” se repitió a sí misma. “hay que ir despacio y dejando que él dé los pasos”. Porque no quería que él se sintiera obligado a nada, no quería que hiciera ciertas cosas solo porque ella lo deseaba.
─Me hace muy feliz escuchar eso, Mirko. A mi no me interesa otro hombre más que tú. De hecho nunca me han interesado los otros. Eres otro de los motivos por los que quiero dejar mi trabajo... ─ le comentó sin apartarse de su camino para que él pudiera salir del baño. A penas se podía mover de la emoción, estaba como en un leve estado de shock, intentando procesar esa información que le acababa de dar─. ¿Sigues pensando que las relaciones son innecesarias y superficiales?─ le preguntó, alzando levemente una ceja y mostrándole una sonrisa. Por algún motivo, no podía borrarla de su cara, parecía quererse quedar allí eternamente.
A cada palabra que decía, más feliz hacia a Golnar. No cabía en sí de la alegría que recorría cada parte de su cuerpo. Se sentía tan bien oír aquellas cosas que le decía. Pero quizás fue aquel “jamás había tenido novia”, lo que la hizo emocionarse más de lo que estaba. Había hablado en pasado, no en presente. Estaba dando él solo un nombre a lo que estaba sucediendo. Pero no se lo comentaría, era algo que no podía decir a la ligera.
Cuando terminó de hablar, hizo un amago de besarlo. No quería hacer otra cosa. Se acercó lentamente a él pero se detuvo en seco al saber que no debía. “Despacio” se repitió a sí misma. “hay que ir despacio y dejando que él dé los pasos”. Porque no quería que él se sintiera obligado a nada, no quería que hiciera ciertas cosas solo porque ella lo deseaba.
─Me hace muy feliz escuchar eso, Mirko. A mi no me interesa otro hombre más que tú. De hecho nunca me han interesado los otros. Eres otro de los motivos por los que quiero dejar mi trabajo... ─ le comentó sin apartarse de su camino para que él pudiera salir del baño. A penas se podía mover de la emoción, estaba como en un leve estado de shock, intentando procesar esa información que le acababa de dar─. ¿Sigues pensando que las relaciones son innecesarias y superficiales?─ le preguntó, alzando levemente una ceja y mostrándole una sonrisa. Por algún motivo, no podía borrarla de su cara, parecía quererse quedar allí eternamente.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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