Henry Nobley

por **Henry Nobley** Miér Abr 06, 2016 10:05 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Henry Nobley

▲EDAD▲

30 años

▲ESPECIE▲

Humano

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Realeza: Conde del Sacro Imperio Romano Germánico

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Inglaterra

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Henry es un hombre apacible, paciente y razonable. Siempre busca ser lo más objetivo posible en todas las situaciones y no tomarse las cosas demasiado personal. Siempre lleva la honestidad como bandera; aunque es muy reservado, así que cuando no quiere decir algo de su vida simplemente lo omitirá en lugar de mentir, o simplemente dirá verdades a medias. Puede llegar a ser muy terco e incrédulo, no cree en más verdad que la propia a menos que logren demostrárselo ante sus propios ojos.

No cree en el amor que profesan las mujeres pues ya una vez le rompieron el corazón, y aunque sabía que su madre amaba profundamente a su padre y la mayor de sus primas estaba muy enamorada de su esposo, prefería creer que tal sentimiento era realmente encontrado por unos pocos. Su relación con las mujeres en general, fuera de una cama, es limitada y restringida, por su parte, a unas pocas palabras, apenas las necesarias. Si la situación comienza a ponerse incómoda para él, puede ser un poco sarcástico o incluso hiriente con las palabras con tal de que lo dejen a solas.

Perdona, pero no olvida; si de por sí ganarse la confianza de este hombre por primera vez es difícil, que te dé una segunda oportunidad es casi imposible. Tiene un temperamento tranquilo y respetuoso, pero cuando lo hacen enojar, cosa que es muy difícil pero no imposible, se vuelve ligeramente agresivo, aunque ni en su peor momento sería capaz de golpear a una mujer con intensión de lastimarla.

Disfruta, como cualquier hombre, de las relaciones carnales; es un cliente frecuente de algún que otro burdel, pero le disgustan las mujeres vulgares.

HISTORIA

Hijo de un inglés y una alemana, Henry nació y se creció en Inglaterra. Su padre era un hombre trabajador pero humilde, mientras que su madre era la segunda hija de un conde Germano-Romano quien no tendría más herencia que la dote de su matrimonio, pero al casarse por amor, los lujos de la clase a la que antes perteneció no le importaron demasiado. Henry tuvo una infancia y adolescencia tranquila, ayudando a su padre en el pequeño viñedo familiar y siendo educado por su madre, por lo que Henry creció con la educación tanto en valores como modales e incluso materias más profundas como Literatura, Historia y Economía, digna del mismísimo príncipe; y aun así, humilde y trabajador. Sin temor a ensuciarse las manos si era necesario.

Su primera gran tristeza fue a los 16 años, cuando perdió a su madre de una extraña y repentina enfermedad que acabó con la delicada pero fuerte mujer en cuestión de unos pocos días. A partir de entonces las cosas en su hogar no fueron precisamente bien, pues su padre se sumió en una profunda depresión que fue lentamente acabando con él, mientras que un joven Henry se esforzaba por alegrarle los días a su padre, así como dirigir y mantener el pequeño viñedo.

A los 18 años conoció por primera vez el amor. Fue un verano muy corto, a su parecer, el que pasó junto aquella jovencita dulce y alocada que alegraba sus días y le daba las fuerzas para continuar en su tarea de animar a su padre y seguir trabajando para surgir. Para finales de aquella hermosa temporada, tras un largo paseo a caballo por los terrenos circunvecinos, y luego de entregarse el uno ¬al otro en cuerpo y alma por primera vez para ambos, él le pidió que se quedara, y se casara con él; mientras ella confesaba que era una joven heredera y que estaba comprometida a otro hombre, en menos de dos semanas sería una mujer casada.

Ese mismo día cuando llegó a su hogar, deshecho por la traición, le extrañó no encontrarse a su padre en la entrada de la pequeña cabaña, sentado en la vieja mecedora que antes usara su madre durante sus momentos de ocio para leer o coser. Aunque no quería hablar con él, ni con nadie realmente, fue en su busca y lo que encontró le rompió aún más el corazón. Se prometió no soltar una sola lágrima, no lo había hecho de niño, tampoco cuando murió su madre, no lo haría por una mujer traicionera y tampoco por su padre. Enterró a su padre junto a donde su madre ya descansaba.

Los siguientes años fueron de duro trabajo, en los que no solo se mantuvo a sí mismo y al viñedo, también logró ampliar sus terrenos, derrumbó la vieja cabaña y construyó en su lugar una amplia y hermosa casona. Tenía ya 25 años cuando fue contactado por primera vez por la familia de su madre, quienes le pedían que fuera a Alemania, no habría ido si no le hubieran dicho que apenas se enteraban de su muerte y que querían entregarle a él algunas cosas que pertenecieron a su madre en su juventud.

En Alemania no sólo conoció a sus abuelos maternos, también a las dos hermanas menores de su madre, pues el hermano mayor había fallecido también tiempo atrás, además de sus muchos primos y primas. Ya había pasado dos semanas allí cuando por cuenta propia comprendió lo que querían de él. El único hijo del Conde sólo había tenido hijas, y él era el mayor de los nietos varones, lo que automáticamente lo convertía en el próximo heredero. Al principio se negó, pero luego de leer el diario de juventud de su madre, descubrió que ellos jamás la abandonaron, ella se había marchado sin decir a dónde, y ellos siempre la buscaron desde entonces.

Comprendió además que era una oportunidad grandiosa, podría ayudar a mucha gente y al mismo tiempo crecer. Como heredero del Conde tendría acceso a la fortuna, no para gastarla, sino para invertirla y de seguro hacerla crecer aún más. También acceso a contactos, información, lugares a los que en su condición actual, aunque no era pobre, ni con dos vidas habría podido acceder. Por lo que aceptó, con la condición de que tendría la libertad de escoger la mujer con quien se casaría y cuando lo haría, pero para lo último le dieron un lapso de 5 años luego de que tomara el título. Se fue a casa terminada aquella temporada, con un adelanto de su herencia de parte de su abuelo, que usaría para continuar con los trabajos de ampliación en el viñedo.

Los años siguientes, iba cada invierno a Alemania de visita por al menos un mes. Eran la única familia que tenía y había llegado a apreciarlos mucho. Sus primos y primas, eran todos jóvenes centrados y con ideales. Aunque no sabía aún Henry que el varón que le seguía en edad, sentía un desprecio profundo por él, ya que consideraba que le había robado el lugar que le correspondía por derecho, él que era un recién llegado, él que no había crecido con su abuelo, él que ni siquiera tenía un nombre Alemán.

Fuero 3 años luego de aquella visita cuando su abuelo murió, dejándole el título, el dinero y las propiedades. Henry Nobley era ahora el Conde de unas tierras que, si bien había visto por primera vez siendo ya un adulto, conocía perfectamente. Durante sus visitas se había encargado de ganarse el respeto y el cariño de la gente del condado, y prometió que aunque no viviría todo el año en aquellas tierras, las dejaría en buenas manos y volvería cada invierno, ahora a pasar toda la temporada para cerciorarse que todo estuviera en orden.

Todos querían que se casara con una muchacha del condado, para que se fuera al menos una joven del lugar quien rigiera junto a él. No se negó, tampoco aceptó. Pero prometió que si en el tiempo límite que tenía para encontrar una esposa no había encontrado una mujer de la que se enamorase, escogería a una joven del condado para convertirla en su esposa. Fue suficiente para dejarlos contentos. Por el momento, Henry se dedicaría a continuar trabajando.

Cumplidos los 30 años, y a escasos 2 años para finalmente tener que casarse, Henry fue aconsejado por una de sus primas más cercanas y queridas, viajar a París, en donde tendría mayores oportunidades y opciones para encontrar una hermosa y joven mujer de quien enamorarse y posteriormente casarse. Por lo que, siguiente el consejo de la única de sus primas que era mayor que él, ya casada y con 2 hermosos críos, partió al final de aquel duro invierno hacia la capital francesa en busca de una nueva aventura, más que de una mujer. Hacía mucho que secretamente se había decidido a desposar a una mujer del condado en lugar de perder el tiempo en sentimientos que al fin y al cabo podrían ser traicionados.

DATOS EXTRA

* Desconoce la existencia de cualquier raza diferente a los humanos.

* Recién llegado en Francia, no ostenta demasiado su título. Vive en un barrio de clase media/alta y trabaja como profesor de Historia en el College de Francia.

por Invitado Jue Abr 07, 2016 1:14 pm

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