Friends or enemies? (Privado)

por **Nadia De Martel** Dom Abr 17, 2016 8:12 pm

Quizá Nadia necesitaba salir un poco de su monótona vida, últimamente se dedicaba a conocer un poco el castillo donde vivía, también a hacer labores que cualquiera en su posición haría, prepararse para ser la esposa de alguien digno y que no dejara en vergüenza el nombre de su familia. Las cartas de su padre para saber las noticias sobre sus prospectos no se hacían esperar, una semana tras otra al menos tres cartas eran respondidas semanalmente, además de que regalos y alguna que otra pertenencia llegaban a manos de la castaña para hacer de su estancia en Francia más duradera; si su madre supiera que tenía muy buenas compañías, el hombre que la albergaba era amable y muy atento, Esteban, un español que era muy buen amigo de Nadia también la procuraba, era sincero y aparte le gustaba divertirse en compañía de la chica, ¿qué otra cosa podía pedir si no más tiempo para disfrutar?, la libertad que tenía en esta ciudad la ocupaba bastante bien como ahora, conocer el palacio de Francia era una de sus metas en cuanto su fino zapato tocó tierra francesa sin embargo no fue hasta esa tarde que pudo permitirse tal capricho; sobre todo al saber que la señorita Beaumont estaba ahí, seguramente Nadia deseaba platicar con alguien de su misma edad, una chiquilla que conociera lo que era estar en esa posición privilegiada y que al menos un pensamiento fuera similar.

Cuando se aseguró que estuviera en su sitio pidió hacerle llamar para conocerla en persona mientras sus ojos curiosos veían hasta el último detalle de aquel castillo; sin duda la forma de decorar, los adornos, los muebles e incluso el personal era completamente distinto al estilo Español, Francia comenzaba a gustarle más de la cuenta y podía verse en la sonrisa que permanecía en sus labios; esperó lo suficiente en esa sala hasta que escuchó a alguien acercarse.-Buenas tardes, soy Nadia de Martel, duquesa de España, buscaba a la señorita Beaumont.-musitó con un perfecto tono de voz añadiendo una sonrisa pícara al final.

por **Mara Beaumont** Jue Ago 11, 2016 1:32 pm

“Each meeting occurs at the precise moment for which it was meant. Usually, when it will have the greatest impact on our lives.”
― Nadia Scrieva,Fathoms of Forgiveness

La mañana la pasó en el solarium leyendo una copia de La Divina Comedia de Dante Alighieri mientras bebía una limonada recién hecha por la que quizás, era la única fémina que se asemejaba a una amiga para Mara. Yunué tenía dos años menos que ella, pero mostraba mayor madurez que muchas otras personas.

Llevaba un vestido realmente cómodo para estar dentro de su casa, de una tela ligera y vaporosa con un diseño sencillo que no perdía la elegancia y hermosura de la confección. Yunué estaba sentada a su lado, el contraste entre su piel azabache y la apenas bronceada de Mara siempre se le había antojado perfecto.

Ta ta ta sonó aquel marco de metal que resguardaba el vidrio que separaba el interior de la casa del solarium. Yunué se levantó de inmediato, como si hubiera sido descubierta haciendo algo malo, Mara rió por lo bajo, la muchacha era demasiado inocente. Anunciaron una visita, una que ella no sabía tendría, compartió mirada con su confidente la cual parecía tampoco tener idea de ello, muy a su pesar, dejó el libro sobre la mesa de herrería, respiró profundo y salió al encuentro.

―¿Puedo ayudarle en algo? - inquirió la morena una vez que llegó a la sala principal, abrió los ojos como plato al encontrarse con una figura femenina en medio de su estancia. El porte que emanaba aquella doncella le advirtió que estaba frente a una igual, a pesar de que sus facciones fueran diferentes a las locales ¿sería anfitriona de un extranjero? nadie le había hecho llegar aquella noticia.

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