AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Capítulo 1. ~ Aperitivo
2 participantes
Página 1 de 1.
Capítulo 1. ~ Aperitivo
Hacía poco que había llegado a la ciudad. Apróximadamente dos semanas, quizás algo más. Estaba instalado en un edificio cutre de los barrios más humildes de París, había habido un problema con mi expediente al pasarlo de comisaría a comisaría, así que no podían encontrar uno más acorde a mi situación y no quería gastarme el dinero que tenía en un piso mejor, prefería invertirlo en otras cosas importantes, con tener una cama para dormir por las noches y un baño en el que asearme y acicalarme, me daba más que satisfecho, nunca había sido un problema para mí vivir en sitios humildes.
En esos momentos, me encontraba en la comisaría del centro de la ciudad, escuchando una pequeña charla del que a partir de ahora iba a ser mi jefe, era una charla introductoria, la cual me daba todos los días antes de que me marchase a casa para la hora del almuerzo. Asentí a sus palabras sobre la reputación que tenía la policía Francesa, y sobre que no iba a permitir que unos Americanos -Obviamente se refería a mí y al Destripador de Virginia- la arruinasen. Suspiré cuando terminó, cogí mis cosas y me fui, tenía algo de prisa, quería hacer algo de compra para abastecerme antes de tener que volver por la tarde, eso si volvía, como detective, tenía unos "privilegios" que los policías normales de a pie, no tenían.
Entré en la primera carnicería que vi. Había un poco de cola, lo que me otorgó algo de tiempo para pensar como apañármelas, pues no sabía hablar muy bien en Francés, cosa que no había pensado al venir aquí, a París, lo cual me suponía un problema. Llegó mi turno y comencé a balbucear, intentando encontrar las palabras adecuadas. -Esto... Yo... Mi... ¿Salchicha?- Mordí mi labio al ver la cara del dependiente, seguramente estaba esforzándose enormemente para no soltar una carcajada. Se metió dentro, dejándome solo mientras mi cabeza pensaba las palabras que decir en Francés. Si hubiese estudiado en el viaje, no me hubiese encontrado ahora estos problemas, al menos, sabría manejarme y no hacer el ridículo, como estaba haciendo.
En esos momentos, me encontraba en la comisaría del centro de la ciudad, escuchando una pequeña charla del que a partir de ahora iba a ser mi jefe, era una charla introductoria, la cual me daba todos los días antes de que me marchase a casa para la hora del almuerzo. Asentí a sus palabras sobre la reputación que tenía la policía Francesa, y sobre que no iba a permitir que unos Americanos -Obviamente se refería a mí y al Destripador de Virginia- la arruinasen. Suspiré cuando terminó, cogí mis cosas y me fui, tenía algo de prisa, quería hacer algo de compra para abastecerme antes de tener que volver por la tarde, eso si volvía, como detective, tenía unos "privilegios" que los policías normales de a pie, no tenían.
Entré en la primera carnicería que vi. Había un poco de cola, lo que me otorgó algo de tiempo para pensar como apañármelas, pues no sabía hablar muy bien en Francés, cosa que no había pensado al venir aquí, a París, lo cual me suponía un problema. Llegó mi turno y comencé a balbucear, intentando encontrar las palabras adecuadas. -Esto... Yo... Mi... ¿Salchicha?- Mordí mi labio al ver la cara del dependiente, seguramente estaba esforzándose enormemente para no soltar una carcajada. Se metió dentro, dejándome solo mientras mi cabeza pensaba las palabras que decir en Francés. Si hubiese estudiado en el viaje, no me hubiese encontrado ahora estos problemas, al menos, sabría manejarme y no hacer el ridículo, como estaba haciendo.
Garrett Wolf- Humano Clase Media
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 21/04/2016
Re: Capítulo 1. ~ Aperitivo
París se había portado mejor con él de lo que Virginia jamás hizo. Fuera tal vez por ser más grande o permitir y aceptar mejor el anonimato, Jareth se mimetizó en perfecta sintonía con la ciudad. Allí la palabra "extraño" tenía tantos matices que uno más no resultaba novedoso ni era motivo de alzar rumores; más bien, dentro de toda la gama de elementos bizarros que teñían sus calles, Jareth resultaba el más normal de todos. Para la mayoría solo era un joven introvertido, nadie por quien preocuparse, cada quién tenía su vida y no perdía el tiempo hurgando en la de los demás.
El primer año creyó que aquello ayudaría a minimizar los desmayos. No ser el blanco de dedos delatores le permitiría vivir en paz... Pero quedó demostrado que aquello no tenía nada que ver con su "naturaleza". El deseo seguía viviendo en su interior y fue precisamente esa libertad de movimiento lo que aumentó las apariciones de cuerpos en su pequeño apartamento. También se relajó cuando los abandonaba en lugares públicos por miedo a que le encontraran relacionándole con la muerte. Eran tantos y tan variados los rumores sobre monstruos y criaturas extrañas pululando por las calles francesas, que la aparición repentina de cuerpos no resultaba tan escandalosa como lo fue allá en Virginia.
Comprobado quedó que no iba a encontrar jamás la paz. Era quien era y hacía lo que hacía, su consciencia se retorcía por las noches, pero al menos se sentía más cómodo que en América. Empezó a aceptarlo, a dejar que formara parte de su vida como el trabajo en la carnicería. Aquello fue una bendición: cobraba lo suficiente para mantener una vida sin lujos, le trataban bien y podía seguir ejerciendo algo que le gustaba. No había vuelto a sentir la ansiedad de ser descubierto hasta aquel día, cuando el dueño de la tienda entró en el almacén a pedirle que saliera un momento. "Un americano" dijo "necesito que le atiendas, tú podrás entenderle". El cuchillo le cayó de la mano cuando estas le temblaron pero se obligó a calmarse. París estaba plagada de hombres de todos los lugares del mundo.
Limpiándose las manos con un trapo, salió a la parte delantera para quedar tras el mostrador. Su rostro no expresaba nada, como siempre, era tan neutro como el gris que cubría sus cabezas aquella semana lluviosa, pero por dentro se le encogió el estómago. Conocía aquel rostro, lo había visto en los periódicos. Ese era uno de los policías que iban tras él en Virginia.
-Buenos días, messieu. Mi jefe ha dicho que solo habla usted inglés, permítame que le atienda yo. - Su voz no era ni suave ni grave, ni fuerte ni un susurro. Una voz que podría pasar desapercibida en cualquier lugar, igual que su aspecto algo desaliñado. - ¿Qué desea? - No debía temer, jamás se había encontrado cara a cara con anterioridad con aquel hombre, era imposible relacionarle con los crímenes en Virginia.
El primer año creyó que aquello ayudaría a minimizar los desmayos. No ser el blanco de dedos delatores le permitiría vivir en paz... Pero quedó demostrado que aquello no tenía nada que ver con su "naturaleza". El deseo seguía viviendo en su interior y fue precisamente esa libertad de movimiento lo que aumentó las apariciones de cuerpos en su pequeño apartamento. También se relajó cuando los abandonaba en lugares públicos por miedo a que le encontraran relacionándole con la muerte. Eran tantos y tan variados los rumores sobre monstruos y criaturas extrañas pululando por las calles francesas, que la aparición repentina de cuerpos no resultaba tan escandalosa como lo fue allá en Virginia.
Comprobado quedó que no iba a encontrar jamás la paz. Era quien era y hacía lo que hacía, su consciencia se retorcía por las noches, pero al menos se sentía más cómodo que en América. Empezó a aceptarlo, a dejar que formara parte de su vida como el trabajo en la carnicería. Aquello fue una bendición: cobraba lo suficiente para mantener una vida sin lujos, le trataban bien y podía seguir ejerciendo algo que le gustaba. No había vuelto a sentir la ansiedad de ser descubierto hasta aquel día, cuando el dueño de la tienda entró en el almacén a pedirle que saliera un momento. "Un americano" dijo "necesito que le atiendas, tú podrás entenderle". El cuchillo le cayó de la mano cuando estas le temblaron pero se obligó a calmarse. París estaba plagada de hombres de todos los lugares del mundo.
Limpiándose las manos con un trapo, salió a la parte delantera para quedar tras el mostrador. Su rostro no expresaba nada, como siempre, era tan neutro como el gris que cubría sus cabezas aquella semana lluviosa, pero por dentro se le encogió el estómago. Conocía aquel rostro, lo había visto en los periódicos. Ese era uno de los policías que iban tras él en Virginia.
-Buenos días, messieu. Mi jefe ha dicho que solo habla usted inglés, permítame que le atienda yo. - Su voz no era ni suave ni grave, ni fuerte ni un susurro. Una voz que podría pasar desapercibida en cualquier lugar, igual que su aspecto algo desaliñado. - ¿Qué desea? - No debía temer, jamás se había encontrado cara a cara con anterioridad con aquel hombre, era imposible relacionarle con los crímenes en Virginia.
Jareth Baker- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 16/04/2016
Re: Capítulo 1. ~ Aperitivo
El dueño desapareció por la puerta del almacén y dejé escapar un suspiro. El problema del idioma me iba a costar tiempo y dinero, pues me iba a tener que comprar algún libro sobre el Francés o contratar a alguien que me diese clases lo antes posible, menos mal que aprendía rápido y quizás con un par de meses ya fuese suficiente. Saqué el reloj del bolsillo y miré la hora, definitivamente, después no iba a ir a la comisaría. Aún tenía que comer y decidir a alguien que me diera clases... ¿Cuántos Franceses sabían inglés? ¿Porqué se había ido el dependiente? ¿Tanta risa le daba que no conociera mucho su idioma? En la comisaría me defendía, era fácil, casi siempre las mismas palabras y algunos de ellos sí que sabían inglés, lo cual me facilitaba mucho el trabajo, pero venir a comprar estaba siendo un auténtico reto.
Un muchacho salió por la puerta en la que había entrado el carnicero y lo miré con curiosidad. El muchacho comenzó a hablarme en mi idioma y le sonreí, vaya suerte había tenido. ―¡Oh! Perfecto. Eso facilitará las cosas mucho.― Dije y me quedé absorto, mirándolo. ¿Qué hacía un americano en París? Yo tenía un motivo... ¿Y él? Seguramente sus padres se habían mudado y le habían obligado a venir. Miré la carne que había y comencé a pasear de un lado a otro del mostrador, pensando en lo que podía necesitar. ―Póngame por favor un cerdito. Si tiene uno pequeño mejor. Vivo solo.― ¿Por qué le estaba dando explicaciones a un desconocido? ¿Porqué era Americano? Tenía que tener cuidado, no podía fiarme de mis compatriotas. Uno de ellos era el asesino que me había hecho cruzar un océano.
Tenía más cosas que pedirle, pero iba a ir una a una, no quería atosigarlo, además, no había más clientes. Paseé la lengua por mis labios sin dejar de mirarle, era un muchacho atractivo pese a que estaba completamente despeinado y sucio. ―Disculpe. ¿Cuánto lleva en Francia?― Ojalá dijera que llevaba mucho, así estaba seguro de que más o menos dominaba el idioma y podría ser él quién me enseñase. Estaba siendo algo temerario y atrevido con las preguntas. Quizás se limitaría a no contestar ¿Qué me importaba a mí su vida?... Pero todo era por un propósito.
Un muchacho salió por la puerta en la que había entrado el carnicero y lo miré con curiosidad. El muchacho comenzó a hablarme en mi idioma y le sonreí, vaya suerte había tenido. ―¡Oh! Perfecto. Eso facilitará las cosas mucho.― Dije y me quedé absorto, mirándolo. ¿Qué hacía un americano en París? Yo tenía un motivo... ¿Y él? Seguramente sus padres se habían mudado y le habían obligado a venir. Miré la carne que había y comencé a pasear de un lado a otro del mostrador, pensando en lo que podía necesitar. ―Póngame por favor un cerdito. Si tiene uno pequeño mejor. Vivo solo.― ¿Por qué le estaba dando explicaciones a un desconocido? ¿Porqué era Americano? Tenía que tener cuidado, no podía fiarme de mis compatriotas. Uno de ellos era el asesino que me había hecho cruzar un océano.
Tenía más cosas que pedirle, pero iba a ir una a una, no quería atosigarlo, además, no había más clientes. Paseé la lengua por mis labios sin dejar de mirarle, era un muchacho atractivo pese a que estaba completamente despeinado y sucio. ―Disculpe. ¿Cuánto lleva en Francia?― Ojalá dijera que llevaba mucho, así estaba seguro de que más o menos dominaba el idioma y podría ser él quién me enseñase. Estaba siendo algo temerario y atrevido con las preguntas. Quizás se limitaría a no contestar ¿Qué me importaba a mí su vida?... Pero todo era por un propósito.
Garrett Wolf- Humano Clase Media
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 21/04/2016
Re: Capítulo 1. ~ Aperitivo
Una simple mirada era capaz de tambalear el mundo de aquel cuyos pilares eran inestables. La inspección inquisitiva del policía le puso muy nervioso, hasta el punto de sentir el corazón latiéndole con fuerza obturando su garganta. Era imposible que supiera quién era, en Virginia jamás sospecharon de él; aún así aquellos insondables ojos estaban avivando la ansiedad por una rápida confesión que acabara con aquella tortura. Con la uña del pulgar rascaba el mango de madera del cuchillo a la espera incómoda de que el otro empezara a hablar, pensando si entró en la carnicería en calidad de cliente o ya sabía que allí trabajaba otro americano. Uno solitario, capaz de matar a un hombre. ¿Le había estado siguiendo en las noches anteriores? ¿Sabría ya la verdad y solo estaba acorralándole para que dijera en voz alta quién era? La misma paranoia que le hizo huir de América le estaba asaltando en aquella pequeña carnicería donde había encontrado algo de paz.
Mas un leve suspiro escapó de sus labios cuando el hombre habló al fin, anunciando lo que quería, rompiendo el contacto visual. El corazón aún le palpitaba desbocado, pero el menos no se sentía bajo un juicio inesperado. - Estos de aquí son más grandes, pero más sabrosos - dijo señalando unos lechones que colgaban del techo por un gancho grotesco. - Puedo cortarle la mitad, o solo las partes que vaya a necesitar, si le parece bien - se subió a un escabel viejo para alcanzar uno de los cerdos, demostrando que un cuerpo delgado como el suyo tenía la fuerza y el equilibrio suficientes para bajar al pesado animal sin siquiera resollar. Lo dispuso sobre el mostrador para empezar a cortar con un buen manejo del cuchillo cada parte en pos de facilitarle la preparación al cliente.
Alzó la mirada cuando notó nuevamente aquellos ojos clavados en él. La pregunta le puso en alerta, pero no mostró más que la inexpresividad gris característica en él. - No mucho, realmente - mintió sin pensarlo, sabiendo que nadie podría aportar pruebas de cuándo llegó a Francia, - pero mi madre sabía un poco de francés, el suficiente para enseñarme de pequeño y poder defenderme cuando llegué. - Iba colocando cada parte cortada sobre un pedazo de papel. - ¿Quiere la cabeza?
Mas un leve suspiro escapó de sus labios cuando el hombre habló al fin, anunciando lo que quería, rompiendo el contacto visual. El corazón aún le palpitaba desbocado, pero el menos no se sentía bajo un juicio inesperado. - Estos de aquí son más grandes, pero más sabrosos - dijo señalando unos lechones que colgaban del techo por un gancho grotesco. - Puedo cortarle la mitad, o solo las partes que vaya a necesitar, si le parece bien - se subió a un escabel viejo para alcanzar uno de los cerdos, demostrando que un cuerpo delgado como el suyo tenía la fuerza y el equilibrio suficientes para bajar al pesado animal sin siquiera resollar. Lo dispuso sobre el mostrador para empezar a cortar con un buen manejo del cuchillo cada parte en pos de facilitarle la preparación al cliente.
Alzó la mirada cuando notó nuevamente aquellos ojos clavados en él. La pregunta le puso en alerta, pero no mostró más que la inexpresividad gris característica en él. - No mucho, realmente - mintió sin pensarlo, sabiendo que nadie podría aportar pruebas de cuándo llegó a Francia, - pero mi madre sabía un poco de francés, el suficiente para enseñarme de pequeño y poder defenderme cuando llegué. - Iba colocando cada parte cortada sobre un pedazo de papel. - ¿Quiere la cabeza?
Jareth Baker- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 16/04/2016
Re: Capítulo 1. ~ Aperitivo
Mis propias palabras me sacaron de mi ensimismamiento. Me había ido muy lejos de la carnicería y de París en un segundo, pensando en todo lo que había dejado atrás en Virginia... Y lo que tenía por delante aquí. Miré los cutitos que tenía colgados del techo, enganchados a unos ganchos gordos, que impedían que estos cayesen al suelo. Asentí, dejándole tiempo para que escogiera uno. ―Pongamelo entero, no quiero que se quede solamente con la mitad y no consiga venderlo.― Me quedé mirándolo mientras bajaba uno de los cerdos hasta que lo colocó en el mostrador, listo para seguir mis instrucciones. ―¿Puede partirlo en secciones? Ya sabe. ― No añadí nada más, como carnicero que era debía de saber a lo que me estaba refiriendo, a no ser que fuese nuevo y un enclenque, lo cual no me parecía, ya que tenía fuerza para bajarlo de donde estaba pese a lo delgaducho que se veía.
Me encogí de hombros. Me daba un poco de envidia que su madre le hubiese enseñado de pequeño un poco de Francés, yo quería dominarlo ya de una vez y poder realizar mi trabajo. ¿El asesino también sabría Francés? ¿Por eso se había venido hasta París? Vi mientras, como cortaba los trozos y lo hacía con una maestría que solamente los carniceros más experimentados llegaban a tener. Su pulso con el cuchillo era firme pero a la vez suave, sabía donde debía de cortar para no dañar mucho la carne y poder separar las cosas duras que no se comían, de las blandas. ―Umm... No, la cabeza quedesela, puede darla a alguien que sepa cocinarla. ― Sonreí un poco, con este cerdo tenía suficiente para días e incluso semanas.
Me encogí de hombros. Me daba un poco de envidia que su madre le hubiese enseñado de pequeño un poco de Francés, yo quería dominarlo ya de una vez y poder realizar mi trabajo. ¿El asesino también sabría Francés? ¿Por eso se había venido hasta París? Vi mientras, como cortaba los trozos y lo hacía con una maestría que solamente los carniceros más experimentados llegaban a tener. Su pulso con el cuchillo era firme pero a la vez suave, sabía donde debía de cortar para no dañar mucho la carne y poder separar las cosas duras que no se comían, de las blandas. ―Umm... No, la cabeza quedesela, puede darla a alguien que sepa cocinarla. ― Sonreí un poco, con este cerdo tenía suficiente para días e incluso semanas.
Garrett Wolf- Humano Clase Media
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 21/04/2016
Re: Capítulo 1. ~ Aperitivo
Le miró de reojo y asintió, perdido en su laberíntica mente sin perder el pulso con el cuchillo; aquella habilidad no la adquirió solamente en su trabajo como carnicero, más bien fueron las cuarenta y una víctimas anteriores a Francia las que le ayudaron a perfeccionar el arte de desmembrar cualquier ser vivo. Se preguntó si su destreza con el cuchillo sería un motivo suficiente para que el policía le marcara como objetivo a investigar, pero tan ensimismado estaba bajo aquel velo de inseguridad, que cortó en porciones al cerdo con la perfección de quien sabe lo que se hace. Alzó la mirada, tan inexpresiva como siempre, mordiéndose el labio tratando de leer en qué estaría pensando el otro americano.
-¿Desea algo más? - se apresuró a decir antes de que el silencio se volviera incómodo, así que disimulando se puso a colocar cada pedazo de cerdo en la bolsa de papel, que enseguida se humedeció por debajo.
Me paseé por todo lo largo del mostrador, mirando la carne que habían puesto ahí, expuesta a la vista de los clientes que entraban en la carnicería interesados en comprar su carne. Me percaté de que disponían de carne picada y sonreí, hacía mucho que no comía carne picada. ―Ponga también medio kilo de carne picada. ¿Es de vacuno o de cerdo? ― Volví a plantar mis ojos en él.
Seguía mirándole fijamente, deseando poder taladrar su calavera y ver qué se cocía en su interior. Qué retorcidos pensamientos habría, si alguno iba dirigido hacia él, relacionado tal vez con el destripador de Virginia... Lo más sorprendente es que, aún con la cuerda tan cerca de su cuello meciéndose cual péndulo justiciero, no sentía miedo. Todo al contrario. Más bien empezaba a preocuparse por el grado de excitación que aquel hombre despertaba en él.
Un golpe seco justo a su lado le despertó de repente de su ensoñación, pegando un sutil brinco observando, con los ojos un poco más abiertos de lo normal como única muestra de su sorpresa, a su jefe, quien acababa de matar a una mosca con la mano sobre el mostrador. Jareth arrugó la nariz, aquello era muy desagradable, y miró al policía esperando que no cambiara de idea. - Es de cerdo, señor, la ternera está pasando una mala época este mes. Tal vez en unas semanas volvamos a tener. ¿Le pongo el medio kilo? - Se agachó para poder meter la cabeza bajo el cristal que separaba la carne de los clientes, mirando al americano directamente a los ojos con aquella profundidad propia de alguien ilegible.
-¿Desea algo más? - se apresuró a decir antes de que el silencio se volviera incómodo, así que disimulando se puso a colocar cada pedazo de cerdo en la bolsa de papel, que enseguida se humedeció por debajo.
Me paseé por todo lo largo del mostrador, mirando la carne que habían puesto ahí, expuesta a la vista de los clientes que entraban en la carnicería interesados en comprar su carne. Me percaté de que disponían de carne picada y sonreí, hacía mucho que no comía carne picada. ―Ponga también medio kilo de carne picada. ¿Es de vacuno o de cerdo? ― Volví a plantar mis ojos en él.
Seguía mirándole fijamente, deseando poder taladrar su calavera y ver qué se cocía en su interior. Qué retorcidos pensamientos habría, si alguno iba dirigido hacia él, relacionado tal vez con el destripador de Virginia... Lo más sorprendente es que, aún con la cuerda tan cerca de su cuello meciéndose cual péndulo justiciero, no sentía miedo. Todo al contrario. Más bien empezaba a preocuparse por el grado de excitación que aquel hombre despertaba en él.
Un golpe seco justo a su lado le despertó de repente de su ensoñación, pegando un sutil brinco observando, con los ojos un poco más abiertos de lo normal como única muestra de su sorpresa, a su jefe, quien acababa de matar a una mosca con la mano sobre el mostrador. Jareth arrugó la nariz, aquello era muy desagradable, y miró al policía esperando que no cambiara de idea. - Es de cerdo, señor, la ternera está pasando una mala época este mes. Tal vez en unas semanas volvamos a tener. ¿Le pongo el medio kilo? - Se agachó para poder meter la cabeza bajo el cristal que separaba la carne de los clientes, mirando al americano directamente a los ojos con aquella profundidad propia de alguien ilegible.
Jareth Baker- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 16/04/2016
Re: Capítulo 1. ~ Aperitivo
El golpe que se escuchó de repente me hizo girar la cara para ver que era lo que lo había ocasionado. El francés que me había atendido primero, el jefe a mi parecer, acababa de aplastar una mosca con la mano encima del mostrador. Hice una mueca, que poco higiénico. Miré de nuevo a mi compañero Americano cuando me explicó que tipo de carne era la que quería coger ahora. Cerdo. ― Está bien... Pongame trescientos gramos entonces. ¿Me avisará cuando traigan vacuno? Quiero variar un poco la alimentación. ― Reí un poco, ignorando al jefe, que no volviese a matar ningún bicho o me iba a ir por donde había venido. ― ¿Donde vive usted?― Pregunté sin esperar ofenderle o importunarle, tenía más preguntas en mente que hacerle, pero quería tantear el terreno un poco primero.
Apenas un ápice fue lo que varió la expresión de Jareth con una sutil disculpa por las maneras de su jefe, agachando enseguida la mirada para sacar la plancha con la carne picada y, con una cuchara de madera, ponerla sobre un papel en la balanza hasta sacar los trescientos. Le miró de reojo como si acabara de preguntarle cuántas veces tuvo sexo, la misma incomodidad, la misma sensación de asfixia. ¿Sospechaba ya el señor policía? - Vivo en la zona humilde... - comentó sin querer entrar en detalles. - El sueldo de carnicero no da para lujos. ¿Usted ha cogido una residencia o se hospeda en alguna pensión? - Al juego de las preguntas podían jugar ambos. París era muy grande, nadie podía asegurar que el americano estuviera a salvo, no con tantos monstruos deambulando...
Zona Humilde. Perfecto, el edificio donde me había instalado la policía francesa estaba situado en ese lugar, así que ahora sí que podía lanzarle la siguiente pregunta, que era la que quería hacerle desde un principio, pero primero le contesté a la pregunta que él había tenido la cortesía de hacerme. ― Estoy instalado temporalmente en un edificio en la zona humilde de cuatro plantas. Soy el inquilino del tercero. ― Pasé las manos por mi pelo, mientras me mordía el labio, no sabiendo muy bien como hacerle la pregunta. ― Bueno, verá le preguntaba eso porque... Necesito clases de francés. ¿Estaría usted dispuesto? No conozco a ningún otro Americano.― Le dediqué una de mis mejores sonrisas, quería que aceptase por todos los medios.
Apenas un ápice fue lo que varió la expresión de Jareth con una sutil disculpa por las maneras de su jefe, agachando enseguida la mirada para sacar la plancha con la carne picada y, con una cuchara de madera, ponerla sobre un papel en la balanza hasta sacar los trescientos. Le miró de reojo como si acabara de preguntarle cuántas veces tuvo sexo, la misma incomodidad, la misma sensación de asfixia. ¿Sospechaba ya el señor policía? - Vivo en la zona humilde... - comentó sin querer entrar en detalles. - El sueldo de carnicero no da para lujos. ¿Usted ha cogido una residencia o se hospeda en alguna pensión? - Al juego de las preguntas podían jugar ambos. París era muy grande, nadie podía asegurar que el americano estuviera a salvo, no con tantos monstruos deambulando...
Zona Humilde. Perfecto, el edificio donde me había instalado la policía francesa estaba situado en ese lugar, así que ahora sí que podía lanzarle la siguiente pregunta, que era la que quería hacerle desde un principio, pero primero le contesté a la pregunta que él había tenido la cortesía de hacerme. ― Estoy instalado temporalmente en un edificio en la zona humilde de cuatro plantas. Soy el inquilino del tercero. ― Pasé las manos por mi pelo, mientras me mordía el labio, no sabiendo muy bien como hacerle la pregunta. ― Bueno, verá le preguntaba eso porque... Necesito clases de francés. ¿Estaría usted dispuesto? No conozco a ningún otro Americano.― Le dediqué una de mis mejores sonrisas, quería que aceptase por todos los medios.
Garrett Wolf- Humano Clase Media
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 21/04/2016
Re: Capítulo 1. ~ Aperitivo
Creyó que el corazón dejaba de latirle cuando dijo que vivía en la misma zona. ¿Era a propósito? Recordó el relato corto que había leído pocos días atrás, de un tal Poe, y sintió que era él quien tenía en ese instante un corazón delator a ritmo de tambores. Se secó las manos en los pantalones al notarlas húmedas, sudadas, y trató de no pensar en ello. Solo eran coincidencias, el hombre ante él no parecía tan buen actor para estar haciendo a la perfección el papel de ingenuo. Lo más probable es que no supiera ante quién estaba, de modo que la situación era controlada por él, por Jareth. Aquel pensamiento le trajo tranquilidad, opacando enseguida cualquier vestigio de razón en el momento que lo vio pasarse las manos por el cabello. Fue solo un segundo, pero no perdió detalle. El modo en que la ropa se le ajustó al pecho, los músculos marcándose, el rostro despejado y lleno de emoción humana. Se mordió el labio.
Le deseaba.
-¿Clases? - Se permitió una sonrisa ahora que la calma había traído un nuevo objetivo. Uno muy atractivo. - Por supuesto... no sé si soy buen profesor, pero puedo intentarlo... - Empezó a meter todo en otra bolsa de papel, este más grueso, mientras el jefe resollaba abanicándose porque aquella charla estaba durando demasiado. - Salgo de trabajar a las seis de la tarde, ¿le va bien a esa hora? - Colocó todo sobre el cristal del mostrador y miró al jefe a la espera de que contara todo y le dijera un precio que enseguida tradujo para el americano.
Mi sonrisa se contagió de la suya, asentí y contuve mi emoción al ver que aceptaba. Por fin alguien amable que sabía inglés y que estaba dispuesto a darme clases. El jefe del chico comenzó a resollar y mordí mi labio de nuevo, menos mal que no tenía clientes detrás, si no, se hubiesen ido al ver que yo no avanzaba con la compra y que en vez de comprar carne, estaba "comprando" los servicios del joven como profesor. Saqué el dinero de la bolsa en la que lo llevaba y se lo dejé, tocando su mano en el camino. Cogí la bolsa con la carne. ― A las seis me parece bien. Vendré a buscarle. ― Me giré sobre mis talones, dispuesto a marcharme. Agarré el pomo de la puerta y me giré para echarle un último vistazo. ―Me llamo Garrett.― Sonreí y estuve tentado de guiñarle un ojo divertido, pero no lo hice, en vez de eso, salí por la puerta en dirección a mi casa.
El roce entre sus pieles avivó el fuego del deseo, poniéndole de punta el vello de la nuca mientras su acto reflejo fue tensar los músculos de la mano y retirarla rápidamente. Detestaba el contacto físico. Por un lado, porque le recordaba aquel suceso años atrás, cuando se encontró desnudo bajo el toque de un hombre despreciable. Por otro, tocar o ser tocado por alguien que despertaba su deseo le excitaba a la vez que le llenaba de culpa por lo que sus instintos clamaban por hacer.
Fue incapaz de decir nada más, simplemente permaneció allí de pie cual retrato eterno, con las pupilas totalmente dilatadas por todo lo que aquel americano estaba despertando en él. Presentía que algo malo sucedería... y sería más pronto que tarde. Reaccionó cuando su jefe le golpeó en la nuca, tendiéndole la mano para que le diera el dinero y mandándolo de vuelta atrás. En la intimidad del obrador la oscuridad se apoderó de su expresión, sonriendo con el sadismo propio de la bestia ansiando cazar a su presa. - Pronto... - susurró para sí, clavando con fuerza el cuchillo en el torso del cerdo que tenía enfrente.
Le deseaba.
-¿Clases? - Se permitió una sonrisa ahora que la calma había traído un nuevo objetivo. Uno muy atractivo. - Por supuesto... no sé si soy buen profesor, pero puedo intentarlo... - Empezó a meter todo en otra bolsa de papel, este más grueso, mientras el jefe resollaba abanicándose porque aquella charla estaba durando demasiado. - Salgo de trabajar a las seis de la tarde, ¿le va bien a esa hora? - Colocó todo sobre el cristal del mostrador y miró al jefe a la espera de que contara todo y le dijera un precio que enseguida tradujo para el americano.
Mi sonrisa se contagió de la suya, asentí y contuve mi emoción al ver que aceptaba. Por fin alguien amable que sabía inglés y que estaba dispuesto a darme clases. El jefe del chico comenzó a resollar y mordí mi labio de nuevo, menos mal que no tenía clientes detrás, si no, se hubiesen ido al ver que yo no avanzaba con la compra y que en vez de comprar carne, estaba "comprando" los servicios del joven como profesor. Saqué el dinero de la bolsa en la que lo llevaba y se lo dejé, tocando su mano en el camino. Cogí la bolsa con la carne. ― A las seis me parece bien. Vendré a buscarle. ― Me giré sobre mis talones, dispuesto a marcharme. Agarré el pomo de la puerta y me giré para echarle un último vistazo. ―Me llamo Garrett.― Sonreí y estuve tentado de guiñarle un ojo divertido, pero no lo hice, en vez de eso, salí por la puerta en dirección a mi casa.
El roce entre sus pieles avivó el fuego del deseo, poniéndole de punta el vello de la nuca mientras su acto reflejo fue tensar los músculos de la mano y retirarla rápidamente. Detestaba el contacto físico. Por un lado, porque le recordaba aquel suceso años atrás, cuando se encontró desnudo bajo el toque de un hombre despreciable. Por otro, tocar o ser tocado por alguien que despertaba su deseo le excitaba a la vez que le llenaba de culpa por lo que sus instintos clamaban por hacer.
Fue incapaz de decir nada más, simplemente permaneció allí de pie cual retrato eterno, con las pupilas totalmente dilatadas por todo lo que aquel americano estaba despertando en él. Presentía que algo malo sucedería... y sería más pronto que tarde. Reaccionó cuando su jefe le golpeó en la nuca, tendiéndole la mano para que le diera el dinero y mandándolo de vuelta atrás. En la intimidad del obrador la oscuridad se apoderó de su expresión, sonriendo con el sadismo propio de la bestia ansiando cazar a su presa. - Pronto... - susurró para sí, clavando con fuerza el cuchillo en el torso del cerdo que tenía enfrente.
Jareth Baker- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 16/04/2016
Temas similares
» Capítulo 2. ~ Entrantes
» Un buen aperitivo [PRIVADO]
» Un aperitivo a horas improcedentes (Privado)
» Buscando un aperitivo [Cerrar Tema]
» Un aperitivo algo frio [Henry]
» Un buen aperitivo [PRIVADO]
» Un aperitivo a horas improcedentes (Privado)
» Buscando un aperitivo [Cerrar Tema]
» Un aperitivo algo frio [Henry]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour