Panqueques sabor cereza (priv)

Hawwah estaba encabronadísima conmigo, y lo había emporado con lo del reporte y aunque no me crellera en verdad habia intentado que cuadrara pero no lo habia logrado. Tome mi emparedado y mi late que me pasaba la ribia y un segundo después nos ignoramos mutuamente como solíamos hacerlo. Si no fuera por Hawwah yo no tendría que ni mirarla.

-Hawwah –llame- Oye –llame de nuevo pegándole ligeramente con el codo
Escuche algo parecido a un ‘¿Qué quieres?’
-Que no es ese tu primo- me mordí los labios. Lo conocía de lejos y la ultima vez no lo había conocido aunque mi amiga me había contado los pormenores- no me había dado cuenta que esta tan bueno- mi amiga se movió como cuando se sentía incomoda y alzo la mirada, me vio y alzo los hombros mirando su pantalla de nuevo- que lindo trasero tiene.

Tome de mi late y lo deje a un lado admirando al chico.

Después de asistir a mi primera clase, no sin haber tenido que preguntar a muchas personas sobre dónde se ubicaba mi sala, tomé el consejo de Hawwah y fui a la oficina de coordinación (nuevamente llegando con las indicaciones de los demás) de mi escuela a pedir si alguien podría guiarme. Quien estaba disponible era uno de los chicos que mencionó Hawwah, Stefan, que comenzó a darme un tour por la universidad entera. Fue así como pude saber en dónde tendría mis próximas clases, en dónde podría ir a comer algo entre clase y clase, dónde estaba la biblioteca y cómo pedir libros allí. Tenía tantas dudas y el chico me las respondía todas amablemente, pero no hablaba mucho de sí mismo... bueno, en realidad el tour no era sobre su vida, no?

Estábamos pasando cerca de uno de los jardines, con mesas para comer y algunos estudiantes, cuando de la nada noté a lo lejos una melena castaña junto a una melena rojiza y otra rubia trabajar en una de las mesas. Por un momento pensé que eran Hawwah cn sus amigas, pero después de lo que había ocurrido esa mañana prefería no averiguar si en realidad era ella...

-Oye, Stefan... ¿podrías mostrarme dónde está la escuela de psicología? - le pregunté al chico. Iba a seguir hablando cuando siento que alguien me toca el hombro y, al voltear, noto que era mi incómoda prima. Alcanzó a balbucear unas cosas que no entendí mucho cuando de la nada noto a la cabellera rojiza que se acercaba a mí, casi a tropezones. Instintivamente la tomé de los hombros de forma de frenar su caída (y así evitar que ambos cayéramos del suelo) y de la nada noto una de las miradas más lindas que haya visto en mi vida.

-Ahhh... mucho gusto, finalmente... - le dije, ignorando lo que mi prima estuviera haciendo - Creo que no tuvimos el placer de hablar antes... ¿estás bien? - le preguntó, apartándola un poco de él para poder verla por completo. Claramente se veía mucho mejor comparado a la noche en que la había visto por primera vez, y sencillamente agradecía el haberla visto ahora. Era una chica muy guapa...