Bloody Night - Priv.

por **Danielle Abbadie** Lun Ago 01, 2016 4:59 am

Danielle se sentía entre nerviosa, excitada y eufórica. Llevaba varios meses sin probar bocado de vampiro, y es que la última vez se pasó tanto que se libró por los pelos del vampiro en cuestión. Se asustó, por primera vez, en los veinte años que llevaba haciendo aquello. Es decir, siempre sentía un deje de peligro cuándo estaba con aquellos seres, por supuesto. Eran peligrosos, mucho más fuertes y, quizá, también inteligentes. Esto último no había llegado a comprobarlo. Pero lo cierto es que por el simple hecho de ser una raza superior ya la dejaba en desventaja, aun ante el más tonto que pudiera existir. Lo de esta última vez, sin embargo, había sido demasiado. Se había descontrolado de una forma exagerada, olvidando esa parte de su cerebro que le recordaba el peligro y la instaba a ser ligeramente prudente. Por eso, se dijo que debía dejarlo.

A decir verdad, tuvo más aguante del esperado. Esa noche eran ya tres meses sin su adicción y el mono de ella la carcomía por dentro. Había contado cada día, hora, minuto y segundo que pasaba sin él y poco a poco las consecuencias se iban agravando. Al principio sólo fue un ligero malestar, que fue evolucionando en desgana hasta terminar en dejadez. Hasta el día en que contactó con su intermediario (de confianza, que siempre le conseguía buenos partidos) se sintió mayor, vieja y cansada. Y es que no era sólo el mono, ni tampoco imaginaciones suyas, sabía de buen grado que tantos años tomando sangre de vampiro la habían rejuvenecido, hasta el punto de que casi a sus cincuenta años todavía podía parecer, al menos, diez años más joven. Y por dentro se había sentido siempre como una jovencita de veinte años, sin importar cuántos años pasaran. No podía dejarlo.

Como de costumbre, su contacto le dio la dirección en la que solía reunir a vampiro con humano (y viceversa). Nunca había contacto más allá de lo físico, ni ella sabía quién era su acompañante (sólo que, obviamente, era un vampiro) ni su acompañante sabía quién era ella. Allí sólo importaba una cosa, el placer mutuo que se otorgaban.

La casa aunque modesta, estaba situado en un barrio residencial bastante lujoso y comparado a lo que frecuentaba ella era como un pequeño palacio en el que se sentía completamente cómoda. La puerta de la verja chirrió al abrirla y cerrarla tras de ella, muy por el contrario la de la entrada se deslizó sin hacerse escuchar. No pudo evitar que simplemente el olor de aquel lugar le hiciera sentirse en el paraíso, mientras un montón de vivencias se le agolpaban en la mente de forma descontrolada.

por **Dunya** Lun Ago 01, 2016 7:52 am

Otra noche más.

Otra noche en la que tenía que salir de caza para comer, divertirme y encontrar nuevas aventuras. La noche anterior había sido demasiado excitante, había encontrado por las calles marginales a unos niños huérfanos que estaban intentando huir del orfanato en el que se encontraban... Un golpe de suerte demasiado increíble. La cena había venido a mí en frascos pequeños. No fue muy difícil engatusarlos para después beber de ellos, uno por uno, hasta el más pequeño... El único al que dejé con vida. Su sangre era demasiado deliciosa como para solamente probarla una vez.

Miré en el espejo que tenía delante y sonreí al reflejo. Los ojos me brillaban sedientos de sangre, nada más levantarme era en lo único en lo que podía pensar. Hoy además, tenía una cosa especial para hacer, algo más discreto y simple que salir de caza. Estaba algo nerviosa, el contacto que tenía me había informado de un tipo de personas que eran adictas a la sangre de vampiro... Sangre a cambio de sangre, algo así como esclavos pero sin tanto compromiso, lo cual era perfecto para mí. Los humanos solo eran bolsas llenas de sangre de las cuales alimentarse.

Coloqué mi vestido de color negro en su sitio, se me había movido al correr rápido hasta llegar a la casa en la que había quedado con el contacto y la cena de hoy... Crucé la verja de la entrada y subí las pequeñas escaleras para tocar un par de veces la puerta. No tardaron en abrir y dediqué una gran sonrisa a la muchacha que abrió la puerta. - ¡Hola!- Podía escuchar el corazón de la muchacha latir con fuerza debajo de su piel y la boca se me hizo agua, pero aún tenía que esperar a la cena especial para mí.

Pasé a una amplia sala en la que encontré a mi contacto con una mujer de cabellos rojos. Supuse que sería mi cena. Y olía realmente deliciosa. Miré a mi contacto, el cual se marchó, cerrando la puerta tras de sí para dejarnos a solas. - Hola. Me llamo Dunya.- Me acerqué quizás demasiado a ella, pero su olor se me hacía irresistible por el hambre que sentía en estos momentos.

Bloody Night - Priv.

Bloody Night - Priv.

Re: Bloody Night - Priv.