AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
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Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Mi tercera noche en París y en el único sitio donde no me perdía era en aquella preciosa playa de arenas blancas y frías que bajo la luz de la luna resultaba embriagadora. Al contrario que el resto de los mortales yo buscaba esa calma que me daban los lugares poco concurridos, donde era capaz de escuchar mis propios pensamientos en lugar de los gritos de los demás.
Cierto era que se me había pasado por la cabeza la idea de pasar por la taberna en busca de algún trabajo, pero primero tenía que decidir si mi destino definitivo sería París, o si por el contrario, elegía continuar mi camino cruzando el gran charco para llegar a las Américas, donde decían que era la tierra de las oportunidades. Y eso era lo que yo necesitaba, una oportunidad para deshacerme de los recuerdos que asolaban mi alma y por ende mi mente.
Me quité los zapatos y doblé mis pantalones hasta la altura de las rodillas, antes de sumergir mis pies en aquellas frías aguas que parecían en calma. Una calma de la que yo esperaba hacer acopio antes de volver al hostal. Paseé de forma pensativa, centrado solo en mis posibilidades en aquella ciudad que se me antojaba hechizante y estresante a partes iguales.
Cuando las punzadas de dolor hicieron mella en mis pies, me alejé del agua, tumbándome sobre la cómoda arena al tiempo que observaba las estrellas.
Fue entonces cuando una pequeña silueta se situó entre mi posición y el mar, resaltando cada curva de su definida anatomía. Sin duda se trataba de una mujer que paseaba por la orilla como minutos antes había hecho yo. Me levanté con cautela, mientras me acercaba a ella. Era extraño ver a una dama sola a esas horas de la noche y por un lugar tan aislado.
-Buenas noches, mademoiselle.- dije mientras me acercaba a ella y como un bofetón percibía su fuerte aura. Se trataba de una preciosa licántropo que me miraba confundida ante mi presencia. Miré hacia el cielo y suspiré al comprobar que no había luna llena.- ¿Se ha perdido? Quizás pueda acompañarla hasta un lugar más concurrido, pasear sola puede ser peligroso.
Me detuve a pocos pasos mientras le tendía mi mano a modo de saludo.
-Permítame que me presente, mi nombre es Lev, Lev Kanin.- susurré mientras una sonrisa de medio lado surcaba mis labios.
Cierto era que se me había pasado por la cabeza la idea de pasar por la taberna en busca de algún trabajo, pero primero tenía que decidir si mi destino definitivo sería París, o si por el contrario, elegía continuar mi camino cruzando el gran charco para llegar a las Américas, donde decían que era la tierra de las oportunidades. Y eso era lo que yo necesitaba, una oportunidad para deshacerme de los recuerdos que asolaban mi alma y por ende mi mente.
Me quité los zapatos y doblé mis pantalones hasta la altura de las rodillas, antes de sumergir mis pies en aquellas frías aguas que parecían en calma. Una calma de la que yo esperaba hacer acopio antes de volver al hostal. Paseé de forma pensativa, centrado solo en mis posibilidades en aquella ciudad que se me antojaba hechizante y estresante a partes iguales.
Cuando las punzadas de dolor hicieron mella en mis pies, me alejé del agua, tumbándome sobre la cómoda arena al tiempo que observaba las estrellas.
Fue entonces cuando una pequeña silueta se situó entre mi posición y el mar, resaltando cada curva de su definida anatomía. Sin duda se trataba de una mujer que paseaba por la orilla como minutos antes había hecho yo. Me levanté con cautela, mientras me acercaba a ella. Era extraño ver a una dama sola a esas horas de la noche y por un lugar tan aislado.
-Buenas noches, mademoiselle.- dije mientras me acercaba a ella y como un bofetón percibía su fuerte aura. Se trataba de una preciosa licántropo que me miraba confundida ante mi presencia. Miré hacia el cielo y suspiré al comprobar que no había luna llena.- ¿Se ha perdido? Quizás pueda acompañarla hasta un lugar más concurrido, pasear sola puede ser peligroso.
Me detuve a pocos pasos mientras le tendía mi mano a modo de saludo.
-Permítame que me presente, mi nombre es Lev, Lev Kanin.- susurré mientras una sonrisa de medio lado surcaba mis labios.
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 53
Fecha de inscripción : 15/08/2016
Localización : París
Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Aquella noche me invadió la necesidad de dar un paseo, no podía dormir por esos extraños sueños de nuevo, solo conseguía dar vueltas en la cama sin encontrar calma y poder dormir plácidamente.Decidí que hoy no iba quedarme en cama por que quedarme allí solo daría libertad a pensamientos que nos desvarían del todo de la realidad y que da numerosas posibilidades de lo que no o si pueda ocurrir.Me dirigí desde el lugar de alojamiento hasta los bosques, un largo camino y no sé si suficiente como para despejar la mente de lo que por ella pasaba.
Esa noche me sentía abrigada por cada sonido que emitía la naturaleza como la breve brisa que se colaba entre los árboles. Cerré los ojos deteniéndome a medio camino, pies descalzos y los zapatos en mi mano derecha que estire al mismo tiempo que el otro brazo, respirando profundo y dibujando una sonrisa en mis labios. Me quede quieta allí en esa posición largos minutos, notando cada vibración bajo mis pies que daba pistas complementarias a lo que mi olfato detectaba. Estaba rompiendo todas las costumbres de comportamiento pero no había nadie para decírmelo y francamente llegaba a ser agotador mantener correcta compostura todo el tiempo, me sentía bien no lo niego pero necesitaba esto y cada escapada para sentirme liberada, dejar libre la otra parte salvaje de mí que se muere por salir sin necesidad de acabar andando a cuatro patas.
(…)
Abrí los ojos y me calce. Impulsiva y con gesto decidido emprendí una carrera, necesitaba liberar las energías que me sobran. Veloz ,en zigzag y saltando los obstáculos en mi camino con cuidado de que mi vestido mas simple de regencia no se enganchara. Pasando las manos por los troncos, hojas y ramas de la mayoría de ella que encontraba a mí paso.No existía cansancio pero a los límites del bosque detecte un nuevo olor que llamo mi atención para seguir por el puerto, moviéndome con siglo para evitar responder preguntas de los que recién anclaban para hacer su parada allí, para el transporte de mercancía marina del que podía oler desde la distancia.
Alargue mío paso hasta el inicio de las orillas de la playa, andando por la húmeda tierra mojada por agua salada a la vez que humedecía mis zapatos que no tarde en quitármelos para evitar que se estropearan y se secaran mientras caminaba por ella.La brisa es aún más notoria, el oleaje está en calma y las estrellas son dueñas del cielo nocturno mientras la luna sigue oculta por algunas nubes y que por suerte se encuentra en su primera fase.
El rastro que seguí se entremezclaba pero se diferenciarlos y por ello me guio, avanzando hasta que desvanezca pero por el contrario se hizo más fuerte. Disimulé hasta llegar a su altura , mojándome las manos en el camino, cambiando de mano los zapatos para que no se mojaran. Pase por delante con tranquilidad, su aura desprende brujería pero nada por lo que me, seguí mis pasos sin detenerme cuando oí su voz.
-Buenas noches- dije girando la cara para ver a quien correspondía la voz y los pasos que por su aura y el hundimiento de tierra de cada huella de sus pies que podía oír por la finura de mi oído.
-No me he perdido, Sir, tan solo doy una vuelta en la tranquilidad que transmite este lugar-Dije, escuchando como sus pasos se detienen y me giré por completo para ver por qué ya no habla.
A pocos pasos de mi lo encuentro mostrando modales de caballerosidad y que sin darme tiempo a preguntar si es que lo hacía, se presentó. Me acerque a él, observe su gesto y en un momento me vi alzando la mano para saludar como correspondía, pero se quedó en nada, apenas roce su mano con las yella de los dedos y encogí la mano,no quería tanto formalismo con alguien que no conozco ni le debo ninguna lealtad.Suspiré mientras fruncia el ceño- No se lo pregunte pero…- hice una pausa-Ariyne, señor Leiv Kanin- dije,bajando la mano, poniéndola paralela a mi cuerpo-¿os habéis perdido también?- Dije mirándole a los ojos por segundos, para apartar y mirar hacia el mar al que me quede de frente.
Esa noche me sentía abrigada por cada sonido que emitía la naturaleza como la breve brisa que se colaba entre los árboles. Cerré los ojos deteniéndome a medio camino, pies descalzos y los zapatos en mi mano derecha que estire al mismo tiempo que el otro brazo, respirando profundo y dibujando una sonrisa en mis labios. Me quede quieta allí en esa posición largos minutos, notando cada vibración bajo mis pies que daba pistas complementarias a lo que mi olfato detectaba. Estaba rompiendo todas las costumbres de comportamiento pero no había nadie para decírmelo y francamente llegaba a ser agotador mantener correcta compostura todo el tiempo, me sentía bien no lo niego pero necesitaba esto y cada escapada para sentirme liberada, dejar libre la otra parte salvaje de mí que se muere por salir sin necesidad de acabar andando a cuatro patas.
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Abrí los ojos y me calce. Impulsiva y con gesto decidido emprendí una carrera, necesitaba liberar las energías que me sobran. Veloz ,en zigzag y saltando los obstáculos en mi camino con cuidado de que mi vestido mas simple de regencia no se enganchara. Pasando las manos por los troncos, hojas y ramas de la mayoría de ella que encontraba a mí paso.No existía cansancio pero a los límites del bosque detecte un nuevo olor que llamo mi atención para seguir por el puerto, moviéndome con siglo para evitar responder preguntas de los que recién anclaban para hacer su parada allí, para el transporte de mercancía marina del que podía oler desde la distancia.
Alargue mío paso hasta el inicio de las orillas de la playa, andando por la húmeda tierra mojada por agua salada a la vez que humedecía mis zapatos que no tarde en quitármelos para evitar que se estropearan y se secaran mientras caminaba por ella.La brisa es aún más notoria, el oleaje está en calma y las estrellas son dueñas del cielo nocturno mientras la luna sigue oculta por algunas nubes y que por suerte se encuentra en su primera fase.
El rastro que seguí se entremezclaba pero se diferenciarlos y por ello me guio, avanzando hasta que desvanezca pero por el contrario se hizo más fuerte. Disimulé hasta llegar a su altura , mojándome las manos en el camino, cambiando de mano los zapatos para que no se mojaran. Pase por delante con tranquilidad, su aura desprende brujería pero nada por lo que me, seguí mis pasos sin detenerme cuando oí su voz.
-Buenas noches- dije girando la cara para ver a quien correspondía la voz y los pasos que por su aura y el hundimiento de tierra de cada huella de sus pies que podía oír por la finura de mi oído.
-No me he perdido, Sir, tan solo doy una vuelta en la tranquilidad que transmite este lugar-Dije, escuchando como sus pasos se detienen y me giré por completo para ver por qué ya no habla.
A pocos pasos de mi lo encuentro mostrando modales de caballerosidad y que sin darme tiempo a preguntar si es que lo hacía, se presentó. Me acerque a él, observe su gesto y en un momento me vi alzando la mano para saludar como correspondía, pero se quedó en nada, apenas roce su mano con las yella de los dedos y encogí la mano,no quería tanto formalismo con alguien que no conozco ni le debo ninguna lealtad.Suspiré mientras fruncia el ceño- No se lo pregunte pero…- hice una pausa-Ariyne, señor Leiv Kanin- dije,bajando la mano, poniéndola paralela a mi cuerpo-¿os habéis perdido también?- Dije mirándole a los ojos por segundos, para apartar y mirar hacia el mar al que me quede de frente.
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
No había imaginado cuando aquella noche salí a pasear que me encontraría con semejante belleza ante mí. No había tratado mucho con licántropos a lo largo de mi vida, y cuando lo había hecho siempre habían sido lobos alfas que venían en mi búsqueda para ayudar de una forma u otra a su manada. Pero jamás me había encontrado con una loba, y tenía que reconocer que su aspecto resultaba embriagador.
La dama se giró hacia mi posición al escuchar mi voz, respondiendo a mi saludo de una forma educada y cortés. No parecía muy entusiasta por mí saludo, y retiré mi mano cuando solo las yemas de sus dedos rozaron las mías. Una mujer desconfiada, sin duda; aunque quizás hacía bien en no dejarse engatusar por un desconocido, y más sabiendo de mis habilidades.
Aseguraba disfrutar la tranquilidad que el lugar le proporcionaba durante su paseo; esa paz y tranquilidad que yo mismo buscaba en lugares como aquel; solitarios y desprovistos de cualquier atisbo de la mano del hombre. Lugares donde la naturaleza todavía era capaz de hablarnos y donde resultaba más sencillo encontrarse a uno mismo.
- Encantado de conocerla, señorita Ariyne. Un nombre precioso.- sonreí con sinceridad dando un paso al frente para poder observar mejor aquel dulce rostro que frente a mí se detenía.
Las olas se escuchaban romper en la orilla rítmicamente, mientras el silencio se hacía de nuevo patente entre nosotros. No era un hombre de muchas palabras, en situaciones así la timidez me superaba y reconozco que esa sensación de impotencia era un incordio.
- Creo que esta es la única zona de París que me conozco bien. Vengo a pasear a menudo por aquí; me una pequeña tregua del bullicio de la ciudad.- afirmé contestando a su pregunta mientras su tenso gesto me hacía preguntarme porque aquella joven recelaba tanto de mí.- ¿Y vos? ¿Suele venir a pasear por estos lares?
La noche continuaba su curso, y en breve debería volver al humilde hostal donde me alojaba; aunque una parte de mí deseaba quedarse allí conociendo, si me era posible, a aquella joven loba que había conseguido llamar mi atención.
La dama se giró hacia mi posición al escuchar mi voz, respondiendo a mi saludo de una forma educada y cortés. No parecía muy entusiasta por mí saludo, y retiré mi mano cuando solo las yemas de sus dedos rozaron las mías. Una mujer desconfiada, sin duda; aunque quizás hacía bien en no dejarse engatusar por un desconocido, y más sabiendo de mis habilidades.
Aseguraba disfrutar la tranquilidad que el lugar le proporcionaba durante su paseo; esa paz y tranquilidad que yo mismo buscaba en lugares como aquel; solitarios y desprovistos de cualquier atisbo de la mano del hombre. Lugares donde la naturaleza todavía era capaz de hablarnos y donde resultaba más sencillo encontrarse a uno mismo.
- Encantado de conocerla, señorita Ariyne. Un nombre precioso.- sonreí con sinceridad dando un paso al frente para poder observar mejor aquel dulce rostro que frente a mí se detenía.
Las olas se escuchaban romper en la orilla rítmicamente, mientras el silencio se hacía de nuevo patente entre nosotros. No era un hombre de muchas palabras, en situaciones así la timidez me superaba y reconozco que esa sensación de impotencia era un incordio.
- Creo que esta es la única zona de París que me conozco bien. Vengo a pasear a menudo por aquí; me una pequeña tregua del bullicio de la ciudad.- afirmé contestando a su pregunta mientras su tenso gesto me hacía preguntarme porque aquella joven recelaba tanto de mí.- ¿Y vos? ¿Suele venir a pasear por estos lares?
La noche continuaba su curso, y en breve debería volver al humilde hostal donde me alojaba; aunque una parte de mí deseaba quedarse allí conociendo, si me era posible, a aquella joven loba que había conseguido llamar mi atención.
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
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Localización : París
Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Alce la Mirada para ver mas allí del océano infinito, imaginándome en las tierras que me vieron nacer, las tierras que recuerdo vagamente.Recuerdo al estar junto a mi madre por sangre en aquellas habitaciones donde realizaba su oficio que hace semanas atrás dijo había abandonado como supuestamente estas tierras Parisinas, que no se por qué me daba la sensación de que pedírselo de esa forma no le haría irse de allí, precisamente.
Sonreí antes su halago, disipándose temprana la misma. Mirándole a los ojos poco después, cuando se coloca por delante de mí, tapando el infinito al ser más alto que yo y que hizo que ahora el punto de atención fuera él; -Gracias-dije dando un paso al lateral para poder ver de nuevo.Las olas seguían su curso, formándose en el interior y siendo arrastradas haciendo forma que destacara sobre el plano para acabar por romperse y mojar nuestros pies, sin perder oído de lo que me decía.
-Es un buen lugar, si-Dije mirándole de soslayo- Prefiero los bosques..- confesé, manteniéndome a un lado, suspiré, -..vuestro nombre no lo he escuchado antes,no suena muy Parisino -dije directa acogiéndome a que solo conocía esta zona de Paris y así cambiar las tornas, hablar de él y no de mi,había cosas que no le contaría a un extraño, ni siquiera a mi hermana.
Sonreí antes su halago, disipándose temprana la misma. Mirándole a los ojos poco después, cuando se coloca por delante de mí, tapando el infinito al ser más alto que yo y que hizo que ahora el punto de atención fuera él; -Gracias-dije dando un paso al lateral para poder ver de nuevo.Las olas seguían su curso, formándose en el interior y siendo arrastradas haciendo forma que destacara sobre el plano para acabar por romperse y mojar nuestros pies, sin perder oído de lo que me decía.
-Es un buen lugar, si-Dije mirándole de soslayo- Prefiero los bosques..- confesé, manteniéndome a un lado, suspiré, -..vuestro nombre no lo he escuchado antes,no suena muy Parisino -dije directa acogiéndome a que solo conocía esta zona de Paris y así cambiar las tornas, hablar de él y no de mi,había cosas que no le contaría a un extraño, ni siquiera a mi hermana.
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
La dama parecía reacia a entablar una conversación conmigo, aunque no tenía muy claro el por qué. Mis saludos solo habían sido cordiales, y nada más lejos de causarle incomodidad habían sido mis intenciones.
Suponía que el hecho de llevar tanto tiempo sin mantener una charla con alguien me hacía quizás molestar a aquella joven que solo quería disfrutar de su paseo nocturno.
- En efecto, mi nombre no es francés, es ruso.- confirmé mientras miraba confundido a Ariyne que parecía perdida en la visión de las olas rompiendo contra la orilla.- Llegué de viaje hace poco a París; aunque no sé si esta ciudad será mi destino definitivo.
Me situé a su lado, observando lo mismo que miraban sus ojos y que parecían captar su atención por completo. Si no fuese porque no la conocía, y mi intuición con las mujeres no era muy acertada, hubiese dicho que parecía melancólica.
El sonido del mar invitaba a relajarse, a dejar volar esos pensamientos que nos atrapaban y a vislumbrar las soluciones a los mismos. Sentir que podíamos sobreponernos a cualquier reto que nos impusiese el destino, porque nosotros éramos quien lo escribíamos.
Suspiré pensando que todavía no era mi momento; que mis pensamientos todavía no podían ser liberados, y que era hora de volver.
- ¿Le gustaría dar un paseo en mi compañía? Quizás vos conozca mejor París que yo, y pueda enseñarme parte del mismo.- pregunté mientras mi mirada se clavaba en la suya y pedía a las estrellas una oportunidad para conocer a alguien distinto aquella noche.
Suponía que el hecho de llevar tanto tiempo sin mantener una charla con alguien me hacía quizás molestar a aquella joven que solo quería disfrutar de su paseo nocturno.
- En efecto, mi nombre no es francés, es ruso.- confirmé mientras miraba confundido a Ariyne que parecía perdida en la visión de las olas rompiendo contra la orilla.- Llegué de viaje hace poco a París; aunque no sé si esta ciudad será mi destino definitivo.
Me situé a su lado, observando lo mismo que miraban sus ojos y que parecían captar su atención por completo. Si no fuese porque no la conocía, y mi intuición con las mujeres no era muy acertada, hubiese dicho que parecía melancólica.
El sonido del mar invitaba a relajarse, a dejar volar esos pensamientos que nos atrapaban y a vislumbrar las soluciones a los mismos. Sentir que podíamos sobreponernos a cualquier reto que nos impusiese el destino, porque nosotros éramos quien lo escribíamos.
Suspiré pensando que todavía no era mi momento; que mis pensamientos todavía no podían ser liberados, y que era hora de volver.
- ¿Le gustaría dar un paseo en mi compañía? Quizás vos conozca mejor París que yo, y pueda enseñarme parte del mismo.- pregunté mientras mi mirada se clavaba en la suya y pedía a las estrellas una oportunidad para conocer a alguien distinto aquella noche.
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Tal como intuí, su respuesta me dio la razón, su nombre era totalmente diferente a los que podía oír en estos paseos y encuentros que como ahora son inesperados pero también otros fueron a propósito con el fin de un encuentro esperado, deseado. Mire de soslayo a Leiv cuando hizo saber que Paris no era su lugar definitivo para quedarse, lo que me llevó a preguntarle, -¿Entonces por qué ha abandonado su tierra,Rusia?..señor Leiv-dije nombrándole aunque por costumbre solía hacerlo por el apellido y solo después, cuando hay confianza llamar por el nombre, pero me era más fácil pronunciar su nombre que su apellido, no dominaba ni conocía su lengua, lengua que al parecer el sí o almenos eso creo por este inicio de conversación.
Se puso a mi lado, dejándome la vista perfecta del mar ondeante, inspirando su aroma salado y el sonido de alguna gaviota que desafiaba al cielo nocturno en busca de algo con lo que sobrevivir en las rocas que sobresalen no muy lejos de donde nos encontramos y se me antojaba ir esta noche, pero eso sería después.
-No soy la mejor guía, ciertamente aun llevando tiempo aquí, apenas conozco lugares, ni domino su lengua ni sus costumbres- Dije con las manos por delante de mi regazo con los zapatos aun sostenidos por mis dedos.
-Os acompañaré,pero solo hasta donde se... -Dije, pues era cierto, y el paseo no sería muy largo ya que tan solo los bosques que conocía como la palma de mi mano, el hostal donde fui reiteradas veces y el lugar donde me alojaba con mi hermana,¡ah! y la Calle de Pintores, era lo que conocía a ciencia cierta, el resto de lugares aún no lo conocía del todo o prefería no decir que lo conocía para evitar encontronazos no deseados.
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Recordé la verdadera razón por la que había abandonado mi ciudad natal, mi hogar. La razón por la que todavía a día de hoy sería incapaz de poder a confiar en el amor de una mujer. Habían pasado meses desde que me marché de Rusia, y casi un año desde que ella había hecho trizas mi corazón. Me había mantenido engañado durante meses, y yo había sido tan estúpido como para no darme cuenta.
Observé el movimiento de las olas, tratando de calmarme con su vaivén; hecho que me costó más de lo que esperaba.
- Demasiados recuerdos que no me dejaban mirar hacia el futuro, supongo.- contesté vagamente. Era un tema del que no me entusiasmaba mucho conversar, y traté de dejar por zanjado cambiando de conversación.
Tampoco terminaba de entender porque esa joven parecía tensarse a mi lado; mi intención solo consistía en entablar una conversación después de tanto tiempo de viaje; conocer quizás a alguien de la ciudad con quien poder compartir mi tiempo. Igual me había equivocado al interrumpir su paseo, pero era consciente de que su aura me había llamado la atención, aunque no sabía el por qué.
- Aunque no sea buena guía, seguro que es buena compañía.- contesté sonriendo de medio lado mientras buscaba su mirada entre el sonido de las olas.- ¿Paseamos entonces?
Se me antojaba extraño pasear de nuevo al lado de una mujer. De hecho se me antojaba extraño pasear con compañía. Pero no se me ocurría mejor modo que alargar aquel fortuito encuentro entre nosotros.
Observé el movimiento de las olas, tratando de calmarme con su vaivén; hecho que me costó más de lo que esperaba.
- Demasiados recuerdos que no me dejaban mirar hacia el futuro, supongo.- contesté vagamente. Era un tema del que no me entusiasmaba mucho conversar, y traté de dejar por zanjado cambiando de conversación.
Tampoco terminaba de entender porque esa joven parecía tensarse a mi lado; mi intención solo consistía en entablar una conversación después de tanto tiempo de viaje; conocer quizás a alguien de la ciudad con quien poder compartir mi tiempo. Igual me había equivocado al interrumpir su paseo, pero era consciente de que su aura me había llamado la atención, aunque no sabía el por qué.
- Aunque no sea buena guía, seguro que es buena compañía.- contesté sonriendo de medio lado mientras buscaba su mirada entre el sonido de las olas.- ¿Paseamos entonces?
Se me antojaba extraño pasear de nuevo al lado de una mujer. De hecho se me antojaba extraño pasear con compañía. Pero no se me ocurría mejor modo que alargar aquel fortuito encuentro entre nosotros.
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Le mire de soslayo mientras lo escuchaba, su aura cambió drasticamente,como cuando se difumina el color intenso de una tiza para sombrear quedando un color tenue,lógicamente no había color pero es una forma para dar una idea aproximada de lo que sentía.Seguía escuchando de fondo el susurro de mar que queda de fondo mientras hablabamos.
—Lo siento, no debí preguntar algo que no me incumbe. Perdón....— Dije para disculparme rápidamente, volviendo la vista al frente,negando con brevedad a la vez que suspire.
Sonreí un poco por su halago entre líneas indirectas, asentí a poco después siguió mi aprobación por medio de palabra—Si,claro.Vamos.— Dije caminando por delante, esperando caminar a la par y saber a quién mirar de vez en cuando a la vez que miraba el mar.
—Ha dicho que sois natal de Rusia, señor...¿como es ese lugar?.—,hice una mueca a modo de pausa;—Nunca he ido por ese lugar y ahora que lo menciona, me despierta curiosidad, aunque no vaya hasta alli.. solo... hacerme una idea.—Dije sin detener mi paso, mirándole de soslayo mientras le preguntaba, volviendo la mirada el frente mientras nuestros pies dejaba pistas de nuestro pasos, quedando largo trecho por caminar hasta llegar a la otra punta del bosque que yo bien conocía.
El filo de mi vestido de regencia se había mojado con la espuma del oleaje que rompe, me di cuenta por el olor que nos seguía, mis manos ya estaba secas por lo que lo deduje, era débil en comparación al olor a sal pero igual al olor que quedaron impregnadas en mis manos.
—¿Por qué Paris y no otro lugar?.—Dije dejando en el aire esa pregunta.
—Lo siento, no debí preguntar algo que no me incumbe. Perdón....— Dije para disculparme rápidamente, volviendo la vista al frente,negando con brevedad a la vez que suspire.
Sonreí un poco por su halago entre líneas indirectas, asentí a poco después siguió mi aprobación por medio de palabra—Si,claro.Vamos.— Dije caminando por delante, esperando caminar a la par y saber a quién mirar de vez en cuando a la vez que miraba el mar.
—Ha dicho que sois natal de Rusia, señor...¿como es ese lugar?.—,hice una mueca a modo de pausa;—Nunca he ido por ese lugar y ahora que lo menciona, me despierta curiosidad, aunque no vaya hasta alli.. solo... hacerme una idea.—Dije sin detener mi paso, mirándole de soslayo mientras le preguntaba, volviendo la mirada el frente mientras nuestros pies dejaba pistas de nuestro pasos, quedando largo trecho por caminar hasta llegar a la otra punta del bosque que yo bien conocía.
El filo de mi vestido de regencia se había mojado con la espuma del oleaje que rompe, me di cuenta por el olor que nos seguía, mis manos ya estaba secas por lo que lo deduje, era débil en comparación al olor a sal pero igual al olor que quedaron impregnadas en mis manos.
—¿Por qué Paris y no otro lugar?.—Dije dejando en el aire esa pregunta.
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Comenzamos nuestro paseo por la orilla de la playa mientras la luna ilumina el mar y las olas continuaban rompiendo contra las rojas. Un espectáculo de paz y calma que nos regalaba la naturaleza y que pocos de nosotros eramos capaces de apreciar.
- No se preocupe, está bien saber con quien se pasea.- susurré mientras trataba de dejar a un lado los pensamientos que me llevaban a recordar mi hogar, y por ende, la razón por la que me había marchado. Su curiosidad me hizo sonreír, y traté de explicarle cosas de mi ciudad natal que la satisfacesen.- Realmente yo soy de una preciosa ciudad llamada Nihzni Nóvgorod, más o menos en el centro de Rusia, y cercana al río Volga. Es una ciudad donde la mayor parte de sus habitantes se dedican a la construcción de barcos, pues como sabrá por allí hay muchos ríos navegables. Pero lo más bonito de allí son los paisajes, sobre todo en inviernos, cuando sus montañas y praderas se visten de nieve, y todo parece sacado de una estampa navideña
Era poco lo que me atrevía a decir de allí, de la ciudad que me había visto nacer y que yo ahora abandonada por cobardía, por no ser capaz de enfrentar aquellos dolorosos recuerdos que una mujer me había marcado a fuego en mi alma.
- París es el punto de partida de muchos otros lugares. Si no encuentro aquí lo que busco, cogeré un barco que parta hacia las Américas.- contesté sabiendo que por muchos miles de kilómetros que pusiese por medio, los recuerdos me perseguirían allá donde fuese.- ¿Y vos? ¿Cómo es la ciudad de donde venís?
- No se preocupe, está bien saber con quien se pasea.- susurré mientras trataba de dejar a un lado los pensamientos que me llevaban a recordar mi hogar, y por ende, la razón por la que me había marchado. Su curiosidad me hizo sonreír, y traté de explicarle cosas de mi ciudad natal que la satisfacesen.- Realmente yo soy de una preciosa ciudad llamada Nihzni Nóvgorod, más o menos en el centro de Rusia, y cercana al río Volga. Es una ciudad donde la mayor parte de sus habitantes se dedican a la construcción de barcos, pues como sabrá por allí hay muchos ríos navegables. Pero lo más bonito de allí son los paisajes, sobre todo en inviernos, cuando sus montañas y praderas se visten de nieve, y todo parece sacado de una estampa navideña
Era poco lo que me atrevía a decir de allí, de la ciudad que me había visto nacer y que yo ahora abandonada por cobardía, por no ser capaz de enfrentar aquellos dolorosos recuerdos que una mujer me había marcado a fuego en mi alma.
- París es el punto de partida de muchos otros lugares. Si no encuentro aquí lo que busco, cogeré un barco que parta hacia las Américas.- contesté sabiendo que por muchos miles de kilómetros que pusiese por medio, los recuerdos me perseguirían allá donde fuese.- ¿Y vos? ¿Cómo es la ciudad de donde venís?
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Sus primeras palabras me aliviaron y sonreí sin darme cuenta por esa gesto involuntario, no tenía la costumbre de hacerlo pero aquellas palabras soltadas por su boca me dieron la razón del porque pregunté y así no ser un silencio parcial donde lo único que se escuchaba el romper de las olas y la tranquilidad del mar o por la gaviotas que siguen su recorrido como nosotros por esta húmeda orilla con rumbo que quería.
Asentí al momento en el que inicio el relato de como era esa tierra de donde proviene su lengua y rasgos definidos que bien podría pasar por cualquier parisien si no llego a escuchar ni su nombre ni el pueblo de Nihzni Nóvgorod,trate de pronunciarlo en mi cabeza para luego dejarlo escapar de mis labios para que denotase que estaba atenta a lo me contaba, — Nihzni Nóvg….—,deje de insistir por que la pronunciación no se acercaba a como la de aquél que habla su lengua materna o paterna,tras ese susurro bajo me callé para seguir su relato.
Negué en el momento que hizo mención a la existencia de varios ríos sin dar nombre pero si algo común en todos como que era posible la navegación por barco, los mismos que ellos construían con dedicación y otros tantos que bien podían ser embarcaciones extranjeras para transitar a lugares accesibles de la propia tierra.
—No,lo sabía, desconozco Rusia y los pueblos que puedan formarla—,hice un inciso respecto a eso.
Me abrace los brazos, zapatos que me rozan por su talonera al no soltarlas aún, mire de reojo y volví a repetir el gesto, el paisaje es envidiable, me imaginaba allí siendo real y no esos sueños que son motivo de mi desvelo por esta noche y otras, pero mis pisadas me llevaban al núcleo del bosque sin llegar hasta aquí.
—Puedo imaginarlo, fríos inviernos por esas tierras tenéis que haber pasado —Dije comentando por alto cuando acabo,antes de saber que Paris no era el lugar donde había echado el ancla.
—Y...si no es indiscreción..¿Que es lo que os hizo venir aquí, que busca aquí en Paris?.—Dije saltándome la barrera propia para no meter la nariz en asuntos ajenos, pero me pudo la curiosidad. Detuve mis pasos casi llegando al final de la orilla, ya podía verse la diferencia entre un lugar a otro viéndose ante nosotros el despliegue de árboles y rocas que da punto y aparte de terrenos distintos.
—¿me ayudarías a ponérmelos?.—Dije alzando la mano que tenía sujeto los zapatos en un tono claro parecido a la ropa que me viste. Deje a Lev por unos segundos acercándome a propósito a las olillas en las que quedan después de morir y volví a su lado, caminando con cuidado de que no se colase arena entre los dedos.
—Amplias praderas escocesas donde correr en cualquier dirección, respirándose similar tranquilidad a la de esta noche, flora variada e intensas lluvias que permiten el verde intenso de ellos...—Dije devolviéndole la respuesta de la única pregunta que no respondía, —Una tierra hermosa para aquél que sabe valorar lo que le rodea....— dije, callándome por unos minutos para hablar de nuevo, —Entramos en terreno de todos y de nadie, señor.. hay que tener cuidado, tendremos suerte si no nos interrumpen en esta exploración mmm si.. exploración...—,suspire en lo que miré el bosque y de nuevo a Lev.
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Continuamos nuestro paseo por la playa, manteniendo una distancia prudencial, mientras la joven dama parecía tener interés por todo aquello que le contaba, y que por lo que me comentaba, desconocía por completo.
El ruido de las olas cubrían nuestros silencios, silencios necesarios para encontrar respuesta a las preguntas que la loba me formulaba y que me hacían dudar sobre el verdadero motivo de mi llegada a París. No sabía a ciencia cierta porque me había planteado quedarme, aunque era cierto que mi viaje hasta allí había sido poder coger un barco con el que cruzar el Atlántico. Pero ahora que estaba a punto de hacerlo, se me antojaba demasiada distancia con mi ciudad natal.
- En un principio no sé si me quedaré. Eso depende de si encuentro un buen trabajo y algo que me llene lo suficiente como para quedarme.- contesté mientras buscaba su mirada, pues era lo único que sabía a ciencia cierta.
Asentí sorprendido cuando me pidió que le ayudase a ponerse aquel delicado calzado, pero por su puesto sería un placer si era lo que necesitaba. Ariyne se alejó de mí unos metros para enjuagarse los pies llenos de arena, y mientras se acercaba de nuevo a mí, la cogí entre mis brazos para sentarla sobre una alta roca, evitando que se llenase de nuevo los pies, que apoyé sobre mi muslo para secarlos con el roce de mi pantalón.
Escuché como contaba con timidez recuerdos de su tierra, de su lugar de nacimiento y mientras tanto coloqué los zapatos en sus delicados pies.
- No se preocupe bella dama, creo que seré capaz de defenderos si algo interrumpe nuestro camino.- sonreí sabiendo que ella sería probablemente más letal que yo, y que no me apetecía interrumpir aquel paseo que parecía tornarse armonioso después de un primer momento de incomodidad.- ¿Entonces, cuál es el motivo por el que vos vivaís ahora en esta ciudad?
Deseaba saber de ella tanto como al parecer ella deseaba saber de mí. Sus ojos brillaban como los luceros en aquella noche estrellada, y esa vivacidad me llamaba la atención sobremanera.
El ruido de las olas cubrían nuestros silencios, silencios necesarios para encontrar respuesta a las preguntas que la loba me formulaba y que me hacían dudar sobre el verdadero motivo de mi llegada a París. No sabía a ciencia cierta porque me había planteado quedarme, aunque era cierto que mi viaje hasta allí había sido poder coger un barco con el que cruzar el Atlántico. Pero ahora que estaba a punto de hacerlo, se me antojaba demasiada distancia con mi ciudad natal.
- En un principio no sé si me quedaré. Eso depende de si encuentro un buen trabajo y algo que me llene lo suficiente como para quedarme.- contesté mientras buscaba su mirada, pues era lo único que sabía a ciencia cierta.
Asentí sorprendido cuando me pidió que le ayudase a ponerse aquel delicado calzado, pero por su puesto sería un placer si era lo que necesitaba. Ariyne se alejó de mí unos metros para enjuagarse los pies llenos de arena, y mientras se acercaba de nuevo a mí, la cogí entre mis brazos para sentarla sobre una alta roca, evitando que se llenase de nuevo los pies, que apoyé sobre mi muslo para secarlos con el roce de mi pantalón.
Escuché como contaba con timidez recuerdos de su tierra, de su lugar de nacimiento y mientras tanto coloqué los zapatos en sus delicados pies.
- No se preocupe bella dama, creo que seré capaz de defenderos si algo interrumpe nuestro camino.- sonreí sabiendo que ella sería probablemente más letal que yo, y que no me apetecía interrumpir aquel paseo que parecía tornarse armonioso después de un primer momento de incomodidad.- ¿Entonces, cuál es el motivo por el que vos vivaís ahora en esta ciudad?
Deseaba saber de ella tanto como al parecer ella deseaba saber de mí. Sus ojos brillaban como los luceros en aquella noche estrellada, y esa vivacidad me llamaba la atención sobremanera.
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Antes de volver a su lado escuche la razón por la que había venido a Paris, un trabajo con el que poder vivir y tener posibilidades de futuro y algo que traduje en otra palabra siendo alguien quien llenara lo suficiente como para ser la razón de no cambiar parís por las Américas como menciono antes buscando allí el futuro que no brindó Paris. Al volver a su lado acepto ayudarme con la pequeña hazaña en la que debería calzarme, reaccionando de una manera diferente donde él sería mi punto de apoyo mientras me calzaba con riesgo de que no sirviera de nada el cuidado con el que anduve de talones para no volver a colarse arena entre los dedos. Sin embargo el gesto en el que me alza todo mi peso entre sus brazos no me desagrada pero si lo vi extraña esta situación que apenas duro un par de segundos, dejándome sentada en la roca y de ahí calzarme después de secarme con sus pantalones de la mejor forma que sabía.
—Gracias.— Dije quitando los el pie derecho y último en calzarse que aún mantengo apoyado en su piernas sin darme cuenta de ello dado que estaba escuchándolo con atención del mismo modo en el que lo hacía él donde no perdía contacto visual con Leiv desde que me alza,salvo para pestañear después de observar su sonrisa y retirar los mechones que la leve brisa despeina en su despertar para dar bravura a las olas como si no fuera suficiente la atracción por la Luna.
—Solo advierto pero agradezco saber que cuento con su defensa si algo ocurre allí dentro…aunque creo que ellos temerán más que yo…—Hice c una breve pausa en la que deje de mirarla, la leve brisa cimienta a transformarse en viento mas fuerte donde se hace dueño de mi pelo que zarandea como le place,tapándome la cara cuando vuelvo a mirar a Leiv.
—Comienza a levantarse el viento…y creo que no se quedará así su fuerza—Dije antes de reír ante mi propia nota de algo que seguramente él se había dado cuenta, como también mi esfuerzo por evitar la razón por la que llegué alli.Mientras seguía allí sentada sobre la roca, dejando que las gotas levantadas por el aire inpregnaran de su sal marina mi pelo.
—..Solo iban a ser unas semanas acompañando a mi hermana pero el tiempo se alargó para mí al encontrar a quien buscaba desde hace largo tiempo…— Dije quedándome en eso, no queriendo hablar de ello sin embargo volví a preguntar casi repitiéndome para insistir en lo mismo y algo más, —…¿ese algo es alguien verdad? …—Dije tomando aire mientras encogía las piernas para llevármelas al pecho,supirando con pesadez antes de preguntar ese más para despejar la duda, —¿nos adentramos ya en el bosque para ver que nos depara o quiere quedarse aquí un poco más para observar el comportamiento del mar?…—Dije con total inocencia, aquella perdida entre deseadas caricias.
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
La brisa marina pareció levantarse de pronto, azuzando su cabello frente a su bello rostro. Quizás debería pararla, usar mis poderes para amainar aquel viento que amenazaba con volverse más intenso, pero alguien me explicó una vez que la magia no hay que usarla a la ligera, y tampoco me desagradaba ese paseo por el bosque donde sin duda el viento no sería tan notable.
Le tendí la mano mientras escuchaba su breve respuesta; tenía claro que algo había en su historia que le hacía entristecer, y consciente como era de las causas que los seres amados pueden ocasionar en nosotros, opté por no seguir preguntando y tratar de saber de ella de otra forma distinta a que hasta entonces había intentado.
- Si, mi señora. Siempre suele ser un "alguien" el que consigue marcar a fuego nuestro interior; siempre es una persona la que nos hace cometer las locuras más emocionantes, y que cuando dicho ser desaparece, es como si tu alma se quedase vacía. - confesé ante la pregunta de la joven que parecía ser capaz de leer mi pensamiento, mientras le ofrecía la mano para continuar nuestro paseo.- Me marché de mi hogar porque los recuerdos que tenía junto a ella no me dejaban continuar con mi vida, porque en cada rincón algo me hacía rememorar momentos junto a la mujer que me engañó desde el principio.
Hice una pausa. Era incapaz de hablar más sobre ese tema que todavía me partía el alma. Las heridas todavía no habían sanado, y ni si quiera sabía si aquello sería posible.
- Vayamos pues a ver que emocionantes aventuras nos depara ese bosque.- sonreí clavando mis ojos en los suyos y tendiéndole mi brazo para continuar con nuestro agradable paseo, del cual solo las estrellas eran testigos.
Le tendí la mano mientras escuchaba su breve respuesta; tenía claro que algo había en su historia que le hacía entristecer, y consciente como era de las causas que los seres amados pueden ocasionar en nosotros, opté por no seguir preguntando y tratar de saber de ella de otra forma distinta a que hasta entonces había intentado.
- Si, mi señora. Siempre suele ser un "alguien" el que consigue marcar a fuego nuestro interior; siempre es una persona la que nos hace cometer las locuras más emocionantes, y que cuando dicho ser desaparece, es como si tu alma se quedase vacía. - confesé ante la pregunta de la joven que parecía ser capaz de leer mi pensamiento, mientras le ofrecía la mano para continuar nuestro paseo.- Me marché de mi hogar porque los recuerdos que tenía junto a ella no me dejaban continuar con mi vida, porque en cada rincón algo me hacía rememorar momentos junto a la mujer que me engañó desde el principio.
Hice una pausa. Era incapaz de hablar más sobre ese tema que todavía me partía el alma. Las heridas todavía no habían sanado, y ni si quiera sabía si aquello sería posible.
- Vayamos pues a ver que emocionantes aventuras nos depara ese bosque.- sonreí clavando mis ojos en los suyos y tendiéndole mi brazo para continuar con nuestro agradable paseo, del cual solo las estrellas eran testigos.
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Esta vez cogí su mano en lo que hacía un esfuerzo con la otra mano para retirarme el pelo de la cara y no dejar como vencedor a la brisa marina que se había levantado inesperadamente, dejé resbalar los pies para tocar la arena, supirando pesadamente en lo que iniciábamos los primeros pasos a los misterios que podría ocultar el bosque y con ello me refiero a cualquiera que importune una noche que solo quería pasear sola. Ya hice una excepción con el señor Leiv y no permitiré una más, solo quiero tranquilidad.
—Te entiendo, espero que no tenga el mismo desenlace en mi parte…—Dije sin darme cuenta de que esa reflexión había sido en alto y me disculpe de inmediato—Lo siento… siento también que tuviera que marcharse de allí para que los recuerdos no te asfixien y te impidan avanzar—suspiré al tiempo que cerré mis ojos por segundos, de verdad que esperaba que lo nuestro, lo de Erlend y yo no acabara así, viéndome de nuevo en Escocia sin él de mi mano para casarnos y quedarme en Paris definitivamente.
Encogí los dedos y volví a suspirar.Nos adentramos varios pasos más en el bosque, quedando atrás el espacio abierto que daba la anchura del mar junto a los kilómetros de tierra y pasar a lugar que según ubicación podría considerase como un espacio abierto-cerrado entre los distintos claros del bosque.
Puse mis manos por delante del regazo, mirando de reojo el gesto con el que me ofrecía como apoyo para continuar y negué, apretando los dedos aún más llegando a crujir algún huesecillo,—No es necesario, puedo caminar así, no me caeré. Pero Gracias, señor Leiv…—Dije tonando mi voz suave e intentando sonreír después de eso.
—Es inmenso, Leiv,es precioso este…—Dije, deteniéndome por unos segundos creyendo haber detectado algo, —…este bosque. Cada rincón un zona de exploración, plantas, animalillos..—suspire con pesadez, inhalando lo que la brisa en un proporción suave se colaba entre las ramas —Creo que no estamos solos, señor Leiv…acaban de romper la tranquilidad que buscaba—Dije, deteniéndome en seco sin haber avanzado más de veinte pasos desde que dejamos la playa.
—Te entiendo, espero que no tenga el mismo desenlace en mi parte…—Dije sin darme cuenta de que esa reflexión había sido en alto y me disculpe de inmediato—Lo siento… siento también que tuviera que marcharse de allí para que los recuerdos no te asfixien y te impidan avanzar—suspiré al tiempo que cerré mis ojos por segundos, de verdad que esperaba que lo nuestro, lo de Erlend y yo no acabara así, viéndome de nuevo en Escocia sin él de mi mano para casarnos y quedarme en Paris definitivamente.
Encogí los dedos y volví a suspirar.Nos adentramos varios pasos más en el bosque, quedando atrás el espacio abierto que daba la anchura del mar junto a los kilómetros de tierra y pasar a lugar que según ubicación podría considerase como un espacio abierto-cerrado entre los distintos claros del bosque.
Puse mis manos por delante del regazo, mirando de reojo el gesto con el que me ofrecía como apoyo para continuar y negué, apretando los dedos aún más llegando a crujir algún huesecillo,—No es necesario, puedo caminar así, no me caeré. Pero Gracias, señor Leiv…—Dije tonando mi voz suave e intentando sonreír después de eso.
—Es inmenso, Leiv,es precioso este…—Dije, deteniéndome por unos segundos creyendo haber detectado algo, —…este bosque. Cada rincón un zona de exploración, plantas, animalillos..—suspire con pesadez, inhalando lo que la brisa en un proporción suave se colaba entre las ramas —Creo que no estamos solos, señor Leiv…acaban de romper la tranquilidad que buscaba—Dije, deteniéndome en seco sin haber avanzado más de veinte pasos desde que dejamos la playa.
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Recorrimos tranquilamente la distancia que separaba aquella preciosa playa de la entraba al bosque, un bosque que esperaba que nos regalase la tranquilidad que al parecer ambos deseábamos y que solo habíamos dejado interrumpir al cruzarse nuestros caminos.
Escuché atento sus palabras, que parecían esconder algo mucho más profundo de lo que en principio parecía. Aquella joven entendía más de lo que debería lo que era sufrir por los recuerdos de un amor truncado por el destino.
- No se preocupe, bella dama, llega un momento en que los recuerdos dejan de doler, y solo te acuerdas de lo bueno. Y créame que la distancia ayuda mucho en ese hecho.- sonreí posando ambas manos tras la espalda, después de que Ariyne decidiese que podía caminar sin mi ayuda.
No sabía si es que tenía frío o se sentía incómoda, pues sus brazos rodeaban su regazo con fuerza, abrazándose a sí misma al tiempo que comenzamos a adentrarnos en aquel precioso bosque que era iluminado por la luz de la dama blanca.
Sonreí al escuchar a la joven hablar sobre lo que íbamos descubriendo en el bosque con tanto entusiasmo, aunque durante unos segundos ambos nos quedamos expectantes al percibir un sonido que nada tenía que ver con los habituales creados por el viento o los mismos animales que habitaban en el lugar, pero ella siguió hablando, y no quise asustarla, hasta que volvió a hacerse presente y ella también se dio cuenta; sin lugar a dudas, no estábamos solos.
-Yo también lo he escuchado.- susurré preocupado tratando de percibir algún aura que me indicase que tipo de sobrenatural nos acechaba. Le tendí la mano, mirándola con ojos suplicantes, esperando que esta vez si la aceptase.- Ponte detrás de mí, por favor.
No tardó mucho nuestro atacante en dar la cara, apareciendo con los ojos encolerizados en el camino de tierra trazado donde nos encontrábamos nosotros. No era ningún ser sobrenatural, más su aura irradiaba odio y rabia, y por su atuendo aseguraría que era un cazador, aunque parecía totalmente ido. Sacó una cimitarra de su cinto y se acercó a nosotros de forma amenazante.
- Asquerosos chuchos, a mí no me engañáis con vuestra forma humana.- escupió entre gotas de saliva y un aliento a alcohol que tiraba para atrás.- Vosotros matásteis a mi mujer.
Enarqué una ceja sorprendido. ¿En serio había sido capaz de encontrar una mujer con tan mal gusto como para casarse con él? Lo que decía mi madre de que siempre hay un roto para un descosido, se cumplía a la perfección con aquel insensato, que aunque tenía parte de razón en que había un lobo entre nosotros, desde luego no era forma de solucionar los problemas.
Sacudí la cabeza y mi cuerpo se tensó al completo cuando me percaté de que aquel hombre se acercaba a nosotros para asestar su primer golpe.
Me hice a un lado, cogiendo a Ariyne para apartarla también, esquivando esa primera estocada traicionera, y que por suerte no había hecho blanco; aunque claro, la embriaguez que aquel hombre presentaba ayudaba bastante en nuestra defensa.
-Ariyne, corre. Te alcanzaré luego, te lo prometo.- dije cruzando nuestras miradas y esperando que pusiese tierra de por medio para no correr peligro.
Aproveché su cercanía, y sujetándole la cabeza hice lo que jamás se me había ocurrido hacer antes si no fuese porque quería salvar la vida de Ari, atacar a un humano indefenso. Cerré los ojos y comencé a cubrir su mente de visiones espeluznantes, mutilaciones, ojos rojos atacándole en el bosque, ese mismo bosque donde nos encontrábamos; aullidos lejanos de lobos y vampiros por doquier, donde él se convertía en la única víctima de sus actos. Cuando sentí que se orinaba encima decidí que era suficiente; dichas imágenes permanecerían en su mente el tiempo suficiente para marcharnos de allí y conseguir que nos perdiese el rastro.
Escuché atento sus palabras, que parecían esconder algo mucho más profundo de lo que en principio parecía. Aquella joven entendía más de lo que debería lo que era sufrir por los recuerdos de un amor truncado por el destino.
- No se preocupe, bella dama, llega un momento en que los recuerdos dejan de doler, y solo te acuerdas de lo bueno. Y créame que la distancia ayuda mucho en ese hecho.- sonreí posando ambas manos tras la espalda, después de que Ariyne decidiese que podía caminar sin mi ayuda.
No sabía si es que tenía frío o se sentía incómoda, pues sus brazos rodeaban su regazo con fuerza, abrazándose a sí misma al tiempo que comenzamos a adentrarnos en aquel precioso bosque que era iluminado por la luz de la dama blanca.
Sonreí al escuchar a la joven hablar sobre lo que íbamos descubriendo en el bosque con tanto entusiasmo, aunque durante unos segundos ambos nos quedamos expectantes al percibir un sonido que nada tenía que ver con los habituales creados por el viento o los mismos animales que habitaban en el lugar, pero ella siguió hablando, y no quise asustarla, hasta que volvió a hacerse presente y ella también se dio cuenta; sin lugar a dudas, no estábamos solos.
-Yo también lo he escuchado.- susurré preocupado tratando de percibir algún aura que me indicase que tipo de sobrenatural nos acechaba. Le tendí la mano, mirándola con ojos suplicantes, esperando que esta vez si la aceptase.- Ponte detrás de mí, por favor.
No tardó mucho nuestro atacante en dar la cara, apareciendo con los ojos encolerizados en el camino de tierra trazado donde nos encontrábamos nosotros. No era ningún ser sobrenatural, más su aura irradiaba odio y rabia, y por su atuendo aseguraría que era un cazador, aunque parecía totalmente ido. Sacó una cimitarra de su cinto y se acercó a nosotros de forma amenazante.
- Asquerosos chuchos, a mí no me engañáis con vuestra forma humana.- escupió entre gotas de saliva y un aliento a alcohol que tiraba para atrás.- Vosotros matásteis a mi mujer.
Enarqué una ceja sorprendido. ¿En serio había sido capaz de encontrar una mujer con tan mal gusto como para casarse con él? Lo que decía mi madre de que siempre hay un roto para un descosido, se cumplía a la perfección con aquel insensato, que aunque tenía parte de razón en que había un lobo entre nosotros, desde luego no era forma de solucionar los problemas.
Sacudí la cabeza y mi cuerpo se tensó al completo cuando me percaté de que aquel hombre se acercaba a nosotros para asestar su primer golpe.
Me hice a un lado, cogiendo a Ariyne para apartarla también, esquivando esa primera estocada traicionera, y que por suerte no había hecho blanco; aunque claro, la embriaguez que aquel hombre presentaba ayudaba bastante en nuestra defensa.
-Ariyne, corre. Te alcanzaré luego, te lo prometo.- dije cruzando nuestras miradas y esperando que pusiese tierra de por medio para no correr peligro.
Aproveché su cercanía, y sujetándole la cabeza hice lo que jamás se me había ocurrido hacer antes si no fuese porque quería salvar la vida de Ari, atacar a un humano indefenso. Cerré los ojos y comencé a cubrir su mente de visiones espeluznantes, mutilaciones, ojos rojos atacándole en el bosque, ese mismo bosque donde nos encontrábamos; aullidos lejanos de lobos y vampiros por doquier, donde él se convertía en la única víctima de sus actos. Cuando sentí que se orinaba encima decidí que era suficiente; dichas imágenes permanecerían en su mente el tiempo suficiente para marcharnos de allí y conseguir que nos perdiese el rastro.
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Entrecerré los ojos por segundos, cuando hizo mención a recuerdos, esos recuerdos del pasado que aún rondan por mi cabeza mediante sueños y que es motivo de mi paseo en solitario por la playa hasta que me encontré con Lev.No detuve mi paso hasta que aquellos ruidos de nuevo hacen presencia y rompe la tranquilidad que buscaba y que ayudaría a entender esas imágenes. Las manos con las que me abrazaba a mí misma se tensan y los dejo paralelos a mi cuerpo, alerta de aquello que ambos presentimos y que no tardó en dar la cara.
Pasos tambaleantes y un tufo a alcohol que hasta quien tiene menos desarrollado el sentido olfativo podía olerlo a distancia.Fruncí y el ceño y gruñí dispuesta acercarme a él y arrebatarle su arma curvada con la que nos amenazaba a ambos, estando seguro de que ambos lo éramos pero me destape yo misma al dar un paso al frente ante su acusación de haber matado a su mujer cuando bien podía quedarme atrás si fuera pero no era esa clase de persona.
–¿¡Pero que estás diciendo!?–Dije avanzando unos pasos más como él hacía, sin hacerme pequeña ante su amenaza y un arma que no sé cómo siquiera podía sostenerla.Cazador borracho que se ridiculizaba a si mismo y lo que se supone que representan, ¿permitían ahora estar ebrios durante el servicio?, creo que no, más porque saldrían perdiendo su empleo y su vida.
Primera estocada que no esquivo por mi cuenta si no porque Lev me aparta, fruncí el ceño. En parte agradecía su gesto pero por otro lado quería probar a ese cazador que no daba una a derechas y para que mentir también quería probar mis reflejos lupinos yendo más allá de detectar un aura o un olor.Un chute de adrenalina que no se da por las buenas intenciones del hechicero.
Solo di unos paso a un lado viendo de reojo como lo tomaba del cuello, inmovilizándole al instante que sus ojos se cierran, labios susurrantes que no consigo leer pero que sin embargo logran su efecto en él.Pude oler su orín en el instante que manchaba sus pantalones, me sorprendí un poco por su habilidad.
–¿Qué has hecho? –Dije cuando me alcanzo de nuevo y así irnos de allí mientras él seguía in-situ, llevándose las manos a la cabeza, mirando a un lado a otro, pidiendo ayuda ante amenazas que no veía–¿Por qué no se mueve, porque pide ayuda? –Negué para mi, aun caminando paralelo a él, alzando un pie tras de otro para pasar troncos vencidos por el viento de tormentas primaverales que de vez en cuanto azotaban Paris.
Pasos tambaleantes y un tufo a alcohol que hasta quien tiene menos desarrollado el sentido olfativo podía olerlo a distancia.Fruncí y el ceño y gruñí dispuesta acercarme a él y arrebatarle su arma curvada con la que nos amenazaba a ambos, estando seguro de que ambos lo éramos pero me destape yo misma al dar un paso al frente ante su acusación de haber matado a su mujer cuando bien podía quedarme atrás si fuera pero no era esa clase de persona.
–¿¡Pero que estás diciendo!?–Dije avanzando unos pasos más como él hacía, sin hacerme pequeña ante su amenaza y un arma que no sé cómo siquiera podía sostenerla.Cazador borracho que se ridiculizaba a si mismo y lo que se supone que representan, ¿permitían ahora estar ebrios durante el servicio?, creo que no, más porque saldrían perdiendo su empleo y su vida.
Primera estocada que no esquivo por mi cuenta si no porque Lev me aparta, fruncí el ceño. En parte agradecía su gesto pero por otro lado quería probar a ese cazador que no daba una a derechas y para que mentir también quería probar mis reflejos lupinos yendo más allá de detectar un aura o un olor.Un chute de adrenalina que no se da por las buenas intenciones del hechicero.
Solo di unos paso a un lado viendo de reojo como lo tomaba del cuello, inmovilizándole al instante que sus ojos se cierran, labios susurrantes que no consigo leer pero que sin embargo logran su efecto en él.Pude oler su orín en el instante que manchaba sus pantalones, me sorprendí un poco por su habilidad.
–¿Qué has hecho? –Dije cuando me alcanzo de nuevo y así irnos de allí mientras él seguía in-situ, llevándose las manos a la cabeza, mirando a un lado a otro, pidiendo ayuda ante amenazas que no veía–¿Por qué no se mueve, porque pide ayuda? –Negué para mi, aun caminando paralelo a él, alzando un pie tras de otro para pasar troncos vencidos por el viento de tormentas primaverales que de vez en cuanto azotaban Paris.
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Era consciente de que Ariyne sabía de mi condición, al igual que yo de la suya. Ella podía ver mi aura, reconocer a un hechicero desde lejos, pero ninguno de los dos había mencionado nada de nuestra distinta naturaleza hasta el momento. No había hecho falta, y ahora me sentía un poco incómodo al haber tenido que utilizar ese poder contra el pobre cazador que realmente no había cometido otra imprudencia que enfrentarse a las personas equivocadas.
- Todos los miedos de ese hombre están atenazándole ahora su mente, su alma. No pide ayuda porque es incapaz de articular palabra por el miedo tan atroz que lo abruma, y porque aunque los vea y los sienta, no sabe si son reales o son fruto de su imaginación.- contesté posando una mano en su espalda para asegurarme que no disminuía el paso.- Tenemos solo unos minutos para despistarlo, aunque no creo que cuando se recupere se atreva a perseguirnos; más mejor prevenir que lamentar.
Anduvimos unos cuantos metros por el sendero de tierra en silencio, con los sentidos depositados en nuestra retaguardia, comprobando que aquel pobre desgraciado había renunciado a seguirnos, y que podíamos continuar nuestro paseo tranquilamente. Me paré de pronto agudizando mis oídos hacia el camino andado. Un silencio sepulcral nos rodeaba y era incapaz de decir si eso era buena o mala señal.
- Lo siento; si no te hubiese dicho de pasear por el bosque todo esto no hubiese pasado.- confesé culpándome de haberla puesto en peligro innecesariamente.- Quizás lo mejor sea salir de este bosque cuanto antes y dejarte sana y salva en tu casa.
Observé sus preciosos ojos que todavía tenían destellos de ese color ámbar propios de su naturaleza; ese color que en otros lobos me había parecido inquietante, pero que en ella me parecían de lo más encantador
- Todos los miedos de ese hombre están atenazándole ahora su mente, su alma. No pide ayuda porque es incapaz de articular palabra por el miedo tan atroz que lo abruma, y porque aunque los vea y los sienta, no sabe si son reales o son fruto de su imaginación.- contesté posando una mano en su espalda para asegurarme que no disminuía el paso.- Tenemos solo unos minutos para despistarlo, aunque no creo que cuando se recupere se atreva a perseguirnos; más mejor prevenir que lamentar.
Anduvimos unos cuantos metros por el sendero de tierra en silencio, con los sentidos depositados en nuestra retaguardia, comprobando que aquel pobre desgraciado había renunciado a seguirnos, y que podíamos continuar nuestro paseo tranquilamente. Me paré de pronto agudizando mis oídos hacia el camino andado. Un silencio sepulcral nos rodeaba y era incapaz de decir si eso era buena o mala señal.
- Lo siento; si no te hubiese dicho de pasear por el bosque todo esto no hubiese pasado.- confesé culpándome de haberla puesto en peligro innecesariamente.- Quizás lo mejor sea salir de este bosque cuanto antes y dejarte sana y salva en tu casa.
Observé sus preciosos ojos que todavía tenían destellos de ese color ámbar propios de su naturaleza; ese color que en otros lobos me había parecido inquietante, pero que en ella me parecían de lo más encantador
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/08/2016
Localización : París
Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Primeros pasos que nos alejaban de aquel cazador ebrio que estuvo a punto de matarnos y a mi en primer lugar.Realmenete si aquél enfrentamiento hubiese trascendido a algo más estaba dispuesta a echarle cara aun no siendo al primero con el que me cruzaba en el camino aunque si muy atrás en el tiempo, en los inicios de instalarnos en Paris por asuntos relacionados con su persona y rango ante la sociedad, yo solo venía a acompañarla como el resto de damas.
Escuche atenta su voz en lo que notaba su mano rodearme la cintura, volviendo la vista desde por encima de su hombro viendo como dejábamos atrás a aquél hombre hasta centrarme en su persona—¿Una tortura ilusoria?—Dije al tiempo que me inventaba dicho termino,pasos que no detengo al frente,escuchando el crujido de ramas secas bajo nuestros pies,alerta por aquello que pudiera o pudiese pasar en nuestro avance.Aquella noche empezó extraña con aquellos sueños de nuevo, el encuentro del brujo a orillas del mar y ahora este desdichado cazador,¿Qué mas estaría por venir esta noche que recién empieza?.
Cuanto antes lo pienso antes se detienen sus paso y me doy cuenta cuando avanzo y é se queda atrás y me giro haciendo uso de mi rastreo auditivo, aura pero no había nada a nuestro alrededor aparentemente al menos supiera camuflarse el enemigo
—No te culpes por algo que sugerí yo ,señor Lev—reí sin pretenderlo—En todo caso me disculpo yo—Dije asumiendo la mitad de la culpa de lo que había pasado hace unos minutos.
—No quiero ir a casa, no tengo miedo de lo que podamos encontrar aquí..¿ tu tienes miedo?—Dije con tal sinceridad mientras le miraba a esos claros ojos que por una vez no pause en decir lo que pensaba.
Apenas corría aire en el claro del bosque pero me sentía bien allí rodeada de la maleza y los ruidillos que le daban su color ante un noche cerrada,—¿al menos tendrá alojamiento?..—Dije por retomar una conversación, en estos momentos no recordaba si me dijo algo referente a lo que preguntaba pero aun así lo hice. Mientras seguí caminando a su par,volviendo la vista al frente.
Escuche atenta su voz en lo que notaba su mano rodearme la cintura, volviendo la vista desde por encima de su hombro viendo como dejábamos atrás a aquél hombre hasta centrarme en su persona—¿Una tortura ilusoria?—Dije al tiempo que me inventaba dicho termino,pasos que no detengo al frente,escuchando el crujido de ramas secas bajo nuestros pies,alerta por aquello que pudiera o pudiese pasar en nuestro avance.Aquella noche empezó extraña con aquellos sueños de nuevo, el encuentro del brujo a orillas del mar y ahora este desdichado cazador,¿Qué mas estaría por venir esta noche que recién empieza?.
Cuanto antes lo pienso antes se detienen sus paso y me doy cuenta cuando avanzo y é se queda atrás y me giro haciendo uso de mi rastreo auditivo, aura pero no había nada a nuestro alrededor aparentemente al menos supiera camuflarse el enemigo
—No te culpes por algo que sugerí yo ,señor Lev—reí sin pretenderlo—En todo caso me disculpo yo—Dije asumiendo la mitad de la culpa de lo que había pasado hace unos minutos.
—No quiero ir a casa, no tengo miedo de lo que podamos encontrar aquí..¿ tu tienes miedo?—Dije con tal sinceridad mientras le miraba a esos claros ojos que por una vez no pause en decir lo que pensaba.
Apenas corría aire en el claro del bosque pero me sentía bien allí rodeada de la maleza y los ruidillos que le daban su color ante un noche cerrada,—¿al menos tendrá alojamiento?..—Dije por retomar una conversación, en estos momentos no recordaba si me dijo algo referente a lo que preguntaba pero aun así lo hice. Mientras seguí caminando a su par,volviendo la vista al frente.
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Encuentros bajo el cielo estrellado (Privado)
Sonreí cuando la dama le quitó importancia al desafortunado incidente acaecido con el cazador minutos antes, cazador que después de lo sucedido lo más probable es que decidiese cambiar de profesión o al menos no rozar el coma etílico antes de salir de caza.
Sonreí de medio lado cuando escuché aquellas palabras que me confesaban que no tenía miedo de seguir por el bosque, que deseaba continuar su paseo, reticente todavía de volver a casa, y una sincera risa salió de mis labios cuando la pregunta que rondaba por su cabeza fue convertida en un susurro, al tiempo que clavaba sus expresivos ojos en los míos.
- No, pequeña. No tengo miedo de seguir paseando con vos por el bosque, pero si algo pasase, si no lograse defendeos de lo próximo que nos aceche, no me lo perdonaría jamás.- confesé colocando un mechón suelto detrás de su oreja con suavidad, siguiendo con la mirada mi gesto para a continuación seguir andando por aquel sendero que tarde o temprano acabaría desembocando en alguna calle de la ciudad.- ¿Continuamos entonces hacia la civilización y le invito a tomar en alguna cafetería cercana un chocolate caliente que calme los ánimos?
Continuamos nuestro paseo, ahora con un ritmo más calmado. Ya nadie nos perseguía, no había amenazas palpables, y lo cierto es que la temperatura nocturna invitaba a seguir disfrutando de la luz de las estrellas.
- Por el momento me alojo en un pequeño hostal no muy lejos de aquí.- contesté mirándola de reojo, divertido por lo fácil que era gastarle una broma.- Si lo prefiere podemos tomarnos una copa allí, sin duda estaremos más tranquilos.
Reí abiertamente al ver su cara sorprendida clavando sus ojos ámbar en mí, al tiempo que alzaba las manos en señal de rendición.
- Era broma. Mejor el chocolate.- sonreí con dulzura negando con la cabeza y continuando con aquel paseo que sin duda estaba resultando de lo más entretenido.
Sonreí de medio lado cuando escuché aquellas palabras que me confesaban que no tenía miedo de seguir por el bosque, que deseaba continuar su paseo, reticente todavía de volver a casa, y una sincera risa salió de mis labios cuando la pregunta que rondaba por su cabeza fue convertida en un susurro, al tiempo que clavaba sus expresivos ojos en los míos.
- No, pequeña. No tengo miedo de seguir paseando con vos por el bosque, pero si algo pasase, si no lograse defendeos de lo próximo que nos aceche, no me lo perdonaría jamás.- confesé colocando un mechón suelto detrás de su oreja con suavidad, siguiendo con la mirada mi gesto para a continuación seguir andando por aquel sendero que tarde o temprano acabaría desembocando en alguna calle de la ciudad.- ¿Continuamos entonces hacia la civilización y le invito a tomar en alguna cafetería cercana un chocolate caliente que calme los ánimos?
Continuamos nuestro paseo, ahora con un ritmo más calmado. Ya nadie nos perseguía, no había amenazas palpables, y lo cierto es que la temperatura nocturna invitaba a seguir disfrutando de la luz de las estrellas.
- Por el momento me alojo en un pequeño hostal no muy lejos de aquí.- contesté mirándola de reojo, divertido por lo fácil que era gastarle una broma.- Si lo prefiere podemos tomarnos una copa allí, sin duda estaremos más tranquilos.
Reí abiertamente al ver su cara sorprendida clavando sus ojos ámbar en mí, al tiempo que alzaba las manos en señal de rendición.
- Era broma. Mejor el chocolate.- sonreí con dulzura negando con la cabeza y continuando con aquel paseo que sin duda estaba resultando de lo más entretenido.
Lev Kanin- Hechicero Clase Alta
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Localización : París
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