La danza del demonio {privado

por **Uriel Q. McCowan** Jue Ago 25, 2016 10:23 pm

Aquella persona era la clara definición de algo indefinido, pues hoy en día la rubia seguía preguntándose cómo había logrado congeniar con aquella persona, como soportar un carácter que rayaba la similitud, porque ella también era voluble, quizá en menoría comparada, pero a fin de cuentas lo era. Sería una completa embustera al decir que con un par de risitas y bromas había conseguido seguirle el ritmo al chico, aquello se basaba en algo más complejo, algo que ni siquiera una persona con al menos tres dedos de frente lograría descifrar. Sería una completa embustera al decir que con un par de risitas y bromas había conseguido seguirle el ritmo al chico, aquello se basaba en algo más complejo, algo que ni siquiera una persona con al menos tres dedos de frente lograría descifrar. A pesar de todo pronóstico y de su atareado día, ahí estaba. Apresuraba el paso respirando de manera tranquila mientras se perdía en sus pensamientos y en un mar de gente que entraba y salía de pubs y centros nocturnos. Se cruzó de brazos y tras dar una vuelta aquí y allá vislumbro a lo lejos la silueta inconfundible de aquella persona que tanto estaba esperando. Disminuyo la rapidez con la que se trasportaba, evitando así el sonoro golpetear de su calzado contra el pavimento, restregó sus manos y se acercó a él con una sonrisa de medio lado plasmada en el rostro. -¿Llego tarde?- musito, antes de centrar su atención en las mangas largas de su blusa -¿Y tus planes son…?- agrego dejando la pregunta en el aire, mientras que, con la punta de los dedos, quitaba pelos blancos de gato incrustados en la prenda oscura que llevaba puesta.

por **Xande Włodek** Jue Ago 25, 2016 10:38 pm

Cuando finalmente localizó su figura entre el gentío, aprovechó el movimiento para separarse de la pared y tirar la diminuta colilla que le quedaba al pavimento. Alzó una comisura, en un intento de una sonrisa igual de amplia que la suya, pero ya lo conocía. Sabía que no era muy dado a sonreír muy efusivamente, a no ser que algo le esté haciendo mucha gracia. - Justo a tiempo - termina diciendo, con cierto tono mediático. No le importaba esperar, así que si lo ha hecho, ya ni lo recuerda. Así de importante era para él. - ¿Un plan? - formula una pregunta retórica mientras mira alrededor. Esa gente era tan... Normal. Él no coincidía con ellos en prácticamente nada, pero decidió citarla aquí por si prefería hacer algo que no fuera ambos hablando en un callejón y nada más. Aunque eso se podía seguir haciendo. - Para tener un plan hay que tener algo de información previa, y hasta ahora ni siquiera sabía si ibas a poder venir... - o si ahora está con algún otro tío y éste no quisiera que le viera, con lo turbios que son y lo mucho que se potencian el uno al otro en ese sentido. Lo vería normal, aunque le dieran ganas de arrancar cabezas. - Además, ya me conoces. No soy tanto de planear, sino de ver qué pasa. Así que, ya sabes, todas las opciones están en tus manos para hacer lo que quieras .

por **Gretel Döhler** Sáb Sep 24, 2016 11:46 pm

Se levantó del sofá y se mordió el labio inferior, echándose el pelo hacia atrás. — No entiendo nada — Dijo finalmente, se cruzó de brazos rascándose la frente. — Y encima eres un genio, que no es por nada, pero vaya ironía — Seguimos con los tiritos ¿eh? — Y sí, duermes en el sofá — No iba a dormir con ella, mucho menos con Cassie, a Andy aún le quedaban muchos años por vivir. Miró un momento hacia la tele. Eso era, se veían una película no tenían que hablar, él se entretendría y ella pensaría en algo para poder echarlo cuanto antes. ¿No estaba siendo muy cruel? Volvió a mirarlo a la cara. Maldita sonrisa. — La pizza tardará en llegar así que ponte cómodo — Pero no demasiado. Seguro que si Cassie hablaba con su madre, y a su vez su querida tía Cris con sus padres su huésped sería evacuado en poco tiempo, después de todo las Rhodas eran la voz de la razón mientras que los Lindström, bueno, eran espíritus libres. Se puso de rodillas en la alfombra y abrió el armario dónde tenían uno de los pequeños tesoros del piso, los DVDs. — ¿Quieres ver una peli? — ¿Cuál podrían ver? Luis se agachó para poder ver bien todos los nombres, en ese momento tenía mono de La princesa prometida, pero se negaba a ver tal película con él. ¿Dónde estaría lo que estaba buscando? La loba tuvo que agacharse todo lo posible, hasta llegar al punto de apoyar los antebrazos en el suelo para leer mejor los nombres y comprobar que no se había caído ninguna. ¡Joder! Miró un momento hacia atrás, para encontrarse con la penetrante mirada de Alex. — ¿Sabes? Las niñeras no miran los culos de las personas a las que tienen que cuidar — Y sonrisa forzada. Miró una vez más y.. ¡Bingo! Rock of Ages. La cogió la metió en el DVD y fue directa a la cocina a hacer palomitas. Total, así picaban algo mientras esperaban a la pizza.

por **Uriel Q. McCowan** Dom Sep 25, 2016 11:47 pm

¿Y ella por qué actuaba así? Miró de reojo al chico mientras tiraba de su gorro hacia abajo. Normalmente hablaría por los codos, la situación la habría dejado cortada y además. ¿Qué era esa sonrisa en su rostro? ¿Se estaba riendo de ella? No sabía muy bien el motivo, pero le cabreaba ese aire de superioridad que desprendía. Tampoco estaba tan bien, era solo la primera impresión. Se podría decir que era del montón, sí, del montón de los Dioses del Olimpo. Para. — Bueno. ¿Qué tal el viaje? — Ahora que lo pensaba lo único que sabía de él era su nombre. Cualquier día metía a un asesino en su casa, estaba segura de ello. — ¿Vienes desde muy lejos? La verdad es que.. Da igual — Nunca he preguntado por ti. Estaba interesada en la aventura que supondría ser niñera, no en cómo era o de dónde venía. — De todas formas lo siento mucho si mis padres han tenido que ver en todo este asunto — Frenó un momento para ponerse a su lado y se encogió de hombros con una pequeña sonrisa. — A veces actúan como un par de adolescentes, solo espero que no hayas tenido que soportar sus actos de amor en público — Solo de pensar en ello un escalofrío recorría su espalda por completo. Aunque, en su interior los envidiaba. Estaban hechos el uno para el otro, se complementaban mutuamente ella en cambio.. Seguía siendo ella, un desastre con patas incapaz de tomarse algo demasiado en serio que no fuera su trabajo. — Hemos llegado — Abrió el maletero de su coche para meter la maleta y acto seguido se metió en la puerta del copiloto, esperando a que él se subiera para arrancar mientras ella sintonizaba la canción de Nothin but a good time.

por **Xande Włodek** Dom Sep 25, 2016 11:49 pm

Tenía que admitir que para ser el primer encuentro estaba resultando muy cómico. ¿De verdad pensaba que sería un criajo de siete años? Era él quien tendría que hacer de niñero de ella, y no al revés, cosa que no le haría demasiada gracia, porque ahora tendría que llevar a Andres a todos lados con sus amigos, y convivir con él. — Veo que has sabido darte cuenta — sentenció con un tono divertido. Mientras ella se recomponía de aquella situación y buscaba ubicarse, buscando alguna explicación sensata para aquel peluche que llevaba bajo el brazo, el rubio aprovechó para observarla de arriba a abajo, para conocer cada detalle de su físico, y tenía que admitir que no sería tan molesto hacer de niñero siendo ella a quien tenía que cuidar. — Bueno, no soy muy fan de los ositos de peluche, pero supongo que podré quedármelo como recuerdo, ya que te has molestado en buscar algo para mi, Teddy — dijo. Tenía la sensación que se lo pasaría bien en su estancia en casa de la loca, ¿se llamaba así no? Sí, estaba seguro que así la habían llamado sus padres el día que fueron a pedirle aquel favor. ¿Porqué él y no Kota? Kota era mucho más responsable, era un chico más maduro que Andres, no salía tanto de fiesta y podría darla buenos consejos, en cambio Kai era más juguetón, es decir, le gustaban más las bromas y la fiesta, y seguramente se pasaría el día picando a aquella loca todo lo posible y más. Para que negarlo, él era así, un chulito, un arrogante... Y no lo había cambiado a lo largo de toda su vida como para hacerlo ahora. Era por eso por lo que quizá le habían enviado a él, para ver si maduraba, para ver si cambiaba, para ver si era capaz de asentar la cabeza, pero con ello le llegó una idea a la cabeza: Ver cuanto carácter tenía aquella loca y hasta donde llegaría soportando al rubio.

por **Sam K. McCruzott** Miér Nov 23, 2016 9:28 pm

No. Los idiotas no saben a dónde voy o qué hago. Escabulléndome por las noches como un felino independiente que está dispuesto a cazar pequeñas presas que son cautivados, por la espesura de la noche, esa amiga inconfundible. Desde tiempos remotos, ella es un símbolo de miedo y gran un escenario especial para la muerte. Es inevitable el encuentro, aunque ya va llegando más de la hora pactada, aun así primero y después de hacer unas paradas extras es mejor llegar aunque sin prisas. ¿Pero no es sencillamente peculiar como la noche es demasiado enigmática y atrayente?, animales nocturnos salen, y viven una vida en esos ámbitos para su mejor goce. En las fauces de la oscuridad es donde las personas ejecutan sus planes secretos y los amantes se encuentran. Otra simple percepción de la vida. Algunos le temen a la oscuridad, ¿será un miedo que a muchos le inquietan? ¡No hay que temerle a las mantas negras del cielo!, ni tampoco al silencio y la tranquilidad que solo ésta puede darnos. Tontos e ilusos, deben admirar el reino de las sombras.

Pisaba las calles parisinas con una elegante pose de señor adinerado, devorando al mundo taimadamente, sin prisas. ¿Quién puede alertar que mis mudas son de, son de mi? pero aun así con aquel estilo arrancado de epoca que se mezcla con la actual me acerco mirando al pequeño grupo que no está del todo completo —A quien mataremos esta noche, porque para que yo este aquí es por algo, ¿verdad, ma cherries?— silbo detrás de ellos riéndome al ver que no era el último que llegaba.

por **Mimi Drummond** Vie Dic 02, 2016 11:03 pm

Les podía observar por la ventana del taxi donde aquel conductor no hacía más que carraspear para que le pague por la carrera y me marche, si prácticamente quería botarme a patadas de ahí pero tenía miedo, habían pasado años desde que me había reunido con ellos, desde la universidad y todos habían cambiado menos yo que seguía igual, con el mismo cuerpo y la misma voz aguada y leve, que odio me daba no haber cambiado algo por lo más mínimo que fuera. Aspiré profundamente varias veces entregándole el dinero por la carrera y la espera que estaba aguantando aquel pobre hombre. Al bajarme pude observar a Alex siempre con sus pintas de hombre rico y chulo, mientras que las otras ya estaban de lo más agradables conversando, incluso contra el carro de aquel que siempre la cuidaba cuando aún era pequeña, aunque no era que he crecido mucho la verdad.

Revisé mis ropas, estaban bien era un conjunto de short negro y zapatos deportivos blancos que se contrastaba con mi abrigo blanco. Estaba lista para reunirme con ellos, realmente tenía curiosidad para saber la razón de aquella llamad de Luis, quizás era para armar alguna fiesta pero si fuera así ¿por qué me invitaría si sabe que yo no voy?, miré como estaba con la rubia que era su mejor amiga verla me tranquilizó bastante al igual que la otra, ahora que lo pienso casi todas son rubias y son la única con cabello castaño, eso era muy extraño. Corro a donde están todos gritándole –Perdón por llegar tarde, no sabía cómo vestir porque no me dijeron que haríamos así que espero no desentonar con todos– fue lo primero que dije por no decir que estaba nerviosa y llevaba en el carro tanto tiempo esperando para armarme de valor y enfrentarlos a todos que han madurado físicamente menos yo, esperaba que nadie se haya dado cuenta de ese momento vergonzoso que tuve.

por **Sam K. McCruzott** Lun Ene 23, 2017 11:17 pm

En el mundo de los negocios aprendí que la única forma que existía de liderar el mercado, era mover mi capital según indicara la veleta de los consumidores y de los productos más cotizados, así como enterarme de cuales eran los establecimientos de moda; y por otro lado debía ser eficiente a la hora de invertir y mostrar seguridad en la toma de decisiones. Así fue como adquirí una envidiable posición en el núcleo urbano más importante de París. Restaurantes, tiendas de ultramarinos, oficinas, hoteles... Incluso fundé un parque con mi verdadero apellido: Du Lac.

Debido a que mi paladar se había vuelto más susceptible, pese a que era bien recibido en cualquier taberna de la zona o restaurante, donde los camareros me ofrecían un banquete de cinco estrellas totalmente gratuito y con todos los servicios a mi disposición, jamás había tenido la oportunidad de probar la comida que se servía en mis establecimientos, aunque varios clientes se tomaron las molestias de felicitarme, admitiendo que estaba realmente exquisita.

Esa misma noche firmé un contrato con el secretario de una nueva organización. Reservé una habitación en el hotel para reunirnos (uno de los primeros hoteles de clase alta construidos en París que por supuesto me pertenecía, al igual que el resto de la calle, y cuya antigüedad databa de 1600) y estuvimos discutiendo varias horas sobre nuestra nueva alianza. Fui más decidido que él, más agresivo, más exigente en cuanto a condiciones se refiere, y bebí menos whisky. Para ser exactos no probé ni una gota de alcohol, mientras me encargaba de servir su copa cada cinco minutos. Lo que tardaba en bebérselo. Era bastante incompetente y un tanto olvidadizo. Era todo lo contrario a su jefe y éste se fiaba de su interlocutor, como sólo un humano haría. Cuando nos despedimos, me estrechó la mano sudada, anduvo encorvado, parecía un becario recién salido del cascarón y no paraba de mirarme el traje con aire de inferioridad y de preguntarme dónde compré la corbata. La apariencia lo era todo en este mundo y todo el mundo me tomaba en serio.

por **Emil Ivanov** Mar Ene 24, 2017 10:08 pm

En un principio pensé que aquello en lo que me habían convertido era algo terrible. Una maldición o un castigo por algo malo que hubiera hecho. Yo mismo me exilié y me aparté de todo y de todos por no saber si podía controlar aquel monstruo que había dentro de mí. Mi familia, mis amigos… todo perdido de un plumazo para evitar hacerles daño.

Estuve mucho tiempo apartado de todo y alimentándome de frutos del bosque y pequeños animales. Todo ese tiempo intentaba controlar el monstruo que me poseía y poco a poco me estaba haciendo con él. Según controlaba mi rabia, mis transformaciones, mi fuerza, todo me iba pareciendo menos maligno. Aquellas nuevas habilidades que poseía me hacían pensar en que todo era una bendición y un síntoma de evolución humana.

En todo ese tiempo viviendo en el bosque y oculto de todo, me di cuenta de que en aquel lugar, más criaturas extrañas rondaban por allí. Me alegraba saber que no era el único “bicho raro” pero no sabía si todas aquellas criaturas eran amigas o enemigas con lo que me mantuve oculto y observando todo lo que allí sucedía. Cosas extrañas parecían ocurrir entre las diferentes criaturas y entre humanos también, pero yo siempre me mantuve al margen y nunca me inmiscuí en nada.

Decidí salir de mi exilio y mezclarme con la población. En un principio solo iba a la ciudad por el día y regresaba al bosque por la noche pero pronto comencé a hacer vida normal y a pasar las 24 horas del día entre los humanos por el poco riesgo a que me descubrieran y a que les pudiera hacer algún tipo de daño.

Una de las noches de paseo por la ciudad me sorprendí gratamente. No me lo podía creer pero así era. Una vieja amiga de la infancia aparecía por aquel lugar. Ella no me había visto con lo que me acerqué sigilosamente para darle una bonita sorpresa. Según me acercaba me iba dando cuenta de que Alice estaba muy cambiada y antes de que llegara a ella me di cuenta de que su olor era extraño para mí. No me importó en absoluto porque tenía muchas ganas de saludarla por la enorme amistad que nos unía. Antes de que llegara a ella le grité alegre y pronunciando su nombre.

ALIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIICEEEE

Alice se giró. Me di cuenta de que su mirada era diferente. Ella me miró y…

por **Xande Włodek** Miér Ene 25, 2017 8:03 pm

Vaya, nos volvemos a encontrar mi extraño amigo. ¿O es amiga? No importa, el placer es el mismo no trato a nadie con desigualdad y tu no eres una excepción cariño. Si has venido a mirar de nuevo en el profundo pozo de mis recuerdos te diré que estás de suerte, buena y jodida suerte. Que puta es la fortuna cuando no te acuerdas de ella y aparece de la nada haciéndote esbozar una sonrisa de lelo ¿verdad? En estos momentos en los que feliz escribo con tinta sobre la piel de una mujer recuerdo un día en particular, uno en el que la asquerosa París me ofreció de nuevo el abrigo entre sus piernas y puso ante mi rostro un nuevo juego, otro divertimento. Creo que voy pillándole el gusto a esto de escribir, sobre todo si lo haces mientras recibes entre las piernas los suaves besos y caricias de alguna jovencita deslenguada. Mis preferidas, rebeldes para nada. Este mundo es asqueroso, pero tiene resquicios de miel entre la porquería y yo mientras escribo estas lineas húmedas para tus ojos, sonrío y se que ahora tu también lo haces.

Deja ya de sonreír y presta atención, no me gustaría que perdieras detalle eso arruinaría el gozo imaginativo que empiezas a crear, y nada me gusta mas que unos buenos azotes.

"En las manos de una pelirroja."

Mi estancia en la ciudad se volvía cada vez mas repetitiva, y si no hubiera sido por el asesinato, la extorsión y la violación de prostitutas hacía ya tiempo que me habría ido. Quizá Londres debería la próxima parada? Quien sabe, damos tantas vueltas sin movernos del sitio que todo el mundo en cada época parece el mismo lugar. Necesitaba algo diferente ¡sangre nueva en las venas! Nuevos pactos me aguardaban, nuevas y hermosas caras que afear con mis manos mientras hacía que suplicaran de rodillas, si, necesitaba jugar y eso era algo que París aun me podía dar. Como ya supondrás el diablo está en los detalles, pero decido saltármelos ya que a veces son un engorro y solo estorban. Me encontraba dando vueltas una noche de creciente otoño cuando por la calle principal que dividía la zona comercial de los callejones oscuros vi aproximarse una figura ponzoñosamente elegante y madura, con aire preocupado, prisa y cabeza agachada.

por **Mimi Drummond** Jue Feb 02, 2017 11:15 pm

Me pareció ver un brillo en sus encantadores ojos cuando resalte la palabra, además de que sonrio malvadamente. Mhhhh esto será mas que divertido –pense.
Casi enseguida que beso mi mano, con la mano que le quedaba libre me tomo de la cintura y me acerco junto a el… esa sensación fue exquisita, el deseo se volvia inmenso, casi incontrolable, yo por otro lado miraba sus labios, a que sabran? Me tenia realmente embobada, y sin duda queria lo mismo que yo.
-Hay algo en usted que me tiene desconcertado…se trata de una atracción un tanto extraña…no puedo dejar de desearos y os acabo de conocer. Espero que me perdonéis si os resulto demasiado osado –dijo. En un instante recorde que no habia dicho nada cuando me dijo su nombre, mis pensamientos estaban en otra situacion, lo imaginaba a el de miles de formas diferentes, de pronto la ropa que el llevaba me empezo a estorbar.
-Me encanta tu nombre....,agregando algo mas, Osado? -sonrei- para nada, comparto la misma sensacion que tu, aunque lo que enverdad siento, no estoy segura de poderlo describir -le miraba mientras decia eso y el acomodaba ambas manos alredor de mi.
Lo mire otro rato, otra vez esa sensacion, por que sentia que todo lo uqe llevaba puesto me estorbaba!?? No se que pensaba el, pero yo mordi mi labio inferior, subi una de mis manos asu nuca y por fin, lo que tanto habia ansiado provar... sus labios.

por **Raphäel Kuznetsov** Mar Feb 07, 2017 9:50 pm

Por fin... tras tantas lunas por fin estaba en casa. El traqueteo del coche hacía que mi mal humor aumentara más y más. Como de costumbre desde hacía unos cuantos dias mis negocios con las otras tabernas de París parecían convertirse siempre en peleas barriobajeras. La noche pasada intenté entablar conversación con el amo de la taberna más ruidosa y molesta de todas las que había visitado. No supe como me encontré subido a una mesa mirando como los demás parroquianos se peleaban entre ellos porque no se quien habló mal de no se que mujer... y creyeron que yo era el causante o algo por el estilo. La verdad no le di mucha importancia, tan solo que fue otro trato que se esfumó en vanas ideas...
Señalé al cochero para que se detubiera en la entrada de mi casa... bueno, mansión, aunque yo siempre la veré como una casa. Le pagué con algo más de dinero del que se merecía y le dejé marchar. Al cruzar el umbral sentí una presencia... mortal. Lo que faltaba para amenizar la noche, que un mortal ronde por mi casa. Si era uno de esos mendigos no pasaría nada, pues ya les conocía y les dije que durante un tiempo buscaran otro lugar donde dormir. Si era un ladrón... oh... esa noche estaba ansioso por ver correr la sangre.

Asombrado me quedé tras las ventanas de mi habitación. No me fué difícil llegar hasta ella, lo difícil sería explicarle al constructor las grietas que surcaban la fachada de mi casa. Pero lo interesante era encontar el motivo de porqué un joven con aires de nobleza se estaba probando mis vestiduras y mirándose en el espejo.
- Vaya con el ladrón...
Era gracioso de ver como andaba con unas ropas que le iban al menos dos tallas más grandes, pero aún así era alto comparado con los demás de su edad. Me hizo reír con todas sus... digamos, poses teatrales. El muchacho se creía un auténtico burgués... mentira, parecía que lo fuera. Por su forma de andar y su forma de moverse... lo era... curioso, un burgués, un noble venido a ladrón...

por **Gabriel Cavalho** Mar Feb 07, 2017 9:51 pm

El aire pesado, que guardaba lo que ante a mí se extendía como un sótano familiar, me golpeó directo en la cara. Tosí y sacudí el vacío de mí alrededor como si me sirviera de algo y bajé por las escaleras que me ofrecía la trampilla para ello. Era extraño, pero la habitación, porque debía llamarla así, estaba amueblada e… ¿Iluminada? Pero eso era imposible, no había nadie más dentro de aquella caja de cartón… Bueno, quizás alguien despistado se dejó por error la “luz” encendida. Miren, un grato favor que me había hecho y un ahorro de tiempo considerable. Me adentré, tras el previo “susto”, por la sala, la cual, como bien había indicado antes, estaba amueblada por una cantidad ingente de hileras de estanterías repletas de libros, y libros, y libros y más libros… ¿Para qué se necesitan tantos libros en un sótano? A ti te hubiesen venido bien en tus tiempos mozos, ¿no? Era un niño. Sí, pero sabíais leer. Bueno, con el tiempo algo de latín, esa lengua “materna” que todos estudiaban en la Orden, si que aprendí, pero… Oye, no estoy aquí precisamente porque me interesen los libros y, no es que desprecie la cultura, pero tampoco es que vaya a hacerme rico. Oh, ¿ahora queréis haceros rico? Nunca he desechado esa idea, mi buen amigo, pero os recuerdo que le debemos dinero a cierto Señorito “presumido” de las altas esferas y que tendremos que pagarle por la cuenta que nos trae. Mmm… Ojala, supierais, además de una lengua muerta, administrar vuestros fondos monetarios. ¿Por qué pensáis que estamos aquí? Vengo a rellenar dichos fondos… Y espero que sea lo único… No seáis pesimista, seguro que aquí damos con algo que algún buen coleccionista añore… Adelante, pues…

Bostecé al pasar por al lado de las primeras “veinte” estanterías. No era culpa del aburrimiento, es que todavía estaba cansado y risueño, soñoliento quizás. Cerré un momento los ojos y me estiré mientras continuaba caminando hasta que casi tropecé por error con una especie de escritorio antiguo, lacrado con madera robusta, teñida en un color rojo violado, también conocido como burdeos, un burdeos muy oscuro, demasiado oscuro. Por inercia, mis manos se apoyaron sobre su superficie y mis ojos se clavaron distraídamente sobre los pocos objetos que por allí se esparcían sin orden lógico y preferente.

-¿Qué es todo esto…? – sonreí totalmente escéptico y no había razón clara para ello, pues, mis propias creencias, odiadas o no, podían ser igual de irónicas que la existencia de todos aquellos objetos que me saludaban como si nada, en especial, la calavera cuya mirada ficticia me producía un risa picaresca.

por **Sam K. McCruzott** Jue Feb 23, 2017 8:32 pm

— ¡Venga! Intenta escapar así medio desnudo sin levantar sospechas, veremos lo que duras— gruñó, quien rondaba por la edad de él, y a quien todos conocían por ser muy enfadadizo, un gruñón con todas las de la ley. — Vamos, no os peleéis, en algún momento tendremos que salir… — susurró, gateando entre los contenedores para acercarse a la pared, donde observaba lo que se cocía fuera.
La lluvia había parado, pero el cielo seguía encapotado, por esa razón ellos continuaban con su apariencia humana, incapaz de alcanzar ya a sus hermanos, quienes habían escapado a todo correr antes de que el viento se levantara. Sopesó la oportunidad que le daba el estar completamente empapado, y es que así su aroma no se distinguiría en el aire, por lo que podían pasar desapercibidos ante cualquier otra criatura sobrenatural, pero no ante la policía, que aunque escéptica en creer en los cuentos de hadas, solían disparar a cualquier cosa que se moviera en la noche cerca de un atraco policial, y aunque eso no significara mucho para ellos, podían correr la mala suerte de encontrarse con algún listillo con balas de plata. Demonios, cómo odiaba las balas de plata. Una había atravesado su hombre hacía años, y aunque se la extirparon, la marca quedó allí para siempre. — El camino está despejado…¿tienes las pistolas? — se giró para mirar al chico rubio, este asintió y le pasó una de las pistolas que guardaba en su bandolera. — Si queremos escapar sin ser reconocidos, tenemos que taparnos el rostro — miró a su alrededor en busca de algo que pudiera servirles, y no encontró más que contenedores con carbón viejo.

por **Xande Włodek** Vie Feb 24, 2017 10:20 pm

Vaya noche de mierdas que estaba tirándose en ese momento y al parecer no estarían solos y ya con eso se veía que sus planes se arruinarían por ende terminarían mostrando todsos sus verdaderos rostros. Tomó la mano de ella al besarla en ese dorso tan delicado pero que era firme en su agarre, esa mujer era de cuidado mucho cuidado – Lexi - Susurre entre labios, una vieja costumbre mía el repetir los nombres de las personas al conocerlas, eso me garantizaba recordarlos, le sonreí nuevamente como diciendo “un placer” y después escuche aquella agradable invitación, la verdad no había entrado del todo ¿increíble? Quizás, siendo un vago como soy debería conocerla, pero no lo hacía, porque no me gustaba mostrar desesperación en planes de diversión, al menos a lo que yo considero como tal, como mis amigos de los que algunos ya estaban ahí y me conocían perfectamente y con los que he hecho algunos trabajitos.

- Sera un placer acompañarlos, y me dejaras más tranquilo al saber que no planeas quedarte muerta por algún lado - Bromee con una agradable sonrisa. Me caía esta mujer bien, no se sentía para nada esa asfixiante atmosfera que se cargan las “damitas”, ya que sí, yo conoceré de eso, pero me da una tremenda curiosidad, si, valla que me la da, ¿Por qué una mujer actuaria de este modo? “he aquí el gran enigma del siglo”.

- Solo una duda más, ¿Qué es tan importante para salir de noche vestida así?

por **Nephthys** Miér Mar 29, 2017 4:22 pm

Estos crees que se saldrán con la suya JA como si les fuera a permitir que se diviertan solos antes muerta, además ellos no me invitaron aun cuando soy su amiga la única que les ayuda cuando estan en problemas ¿quien fue que les sacó de la carcel a todos ellos? , si si es verdad que primero yo los metí ahí por cobrar la reconpensa pero con esa misma les saque luego y ahora parece como si no les importara que yo les tienda siempre la mano, oh no esto es una venganza ahora.

Les observo tras los barriles de la basura, esta casi todo el grupo faltan solo dos de esas loquillas que simepre estan, sus groopies, pero no importa, aun no se como hacer para vengarme, quizás los siga toda la noche y luego los meta en problemas, si puede ser, al menos se que ese idiota de ahí siempre va robando en cada lugar tiene la manía esa de poner su mano donde no le corresponde, mientras que los otros haran de campaneros o distracción, oh si su reunión no es social van a dar un golpe, quizás al banco, no a ese ya lo dieron y salieron ilesos, no volverán a caer en ese mismo, enotnces en cual, que iran ellos a robar.

Me quedé pensando cuando de la nada ese tipo tiró de mi camisa llevandome a donde estaban todos ellos que se reían, malditos engendros del demonio -ya sueltenme solo pasaba por aquí y los vi reunidos- ese mastodonte me zarandeo fuerte y calleron de mis bolsillos unas cuantas mondeas y un papel donde tenái anotado una dirección, maldición había olvidado sacar eso. Todos se quedaron atónitos viendome con cara de pocos amigos -hey vamos eso no es lo que creen voy a trabajar con él nada más -

espero y me crean

por **Emil Ivanov** Lun Abr 24, 2017 11:00 pm

Un día nublado. La verdad es que le encantaban. Las nubes eliminaban el rastro del sol, de aquella luz que los humanos tomaban por sacra y en la cual creían, cuando en realidad prácticamente ni existía un ápice en su estado más religioso. Pero suponía que para eso estaba ella, ¿no? Para eliminar todo aquello que tenía encerrado a aquella luz. En ese momento la pelirroja chica se dirigía hacia la Funeraria, hogar ya conocido para ella, pues desde sus 16 años cuando DuChampañe le presentó al jefe de los Cazadores en París, Maxwell, iba hacia la Funeraria para recibir su entrenamiento y convertirse en la cazadora que ha sus 20 años era. Por eso a cada paso que daba se podía escuchar el viento mecer sus cabellos, con una cierta ira que indicaba que aquel día habría tormenta, algo de la cual tenía ganas, ya que un poco de lluvia siempre era de agradecer, o al menos para sus gustos era así, ya que esos días solía poder quedarse en casa y dormir a pierna suelta, tal y como le gustaba hacer, recogida por el frio que penetraba por las ventanas por culpa de la torrencial agua de las lluvias.

Así pues sus pies llegaron hasta el pórtico de madera, bien decorado y con detalles bastante cuidados y que hacía alusión a la casa de los recién muertos. Así pues, tranquilamente picó un par de veces para ver si dicho hombre se encontraba allí (algo que normalmente solía hacer, pero por cortesía y respeto siempre esperaba a que este le dijese que podía entrar para así pasar ella, a menos de que fuese muy urgente, cosa que en ese momento no era el caso). Normalmente solía ir con frecuencia, ya que pocos eran los cazadores por ahora, y eso significaba, obviamente, más trabajo.

por **Nephthys** Mar Jun 20, 2017 10:31 pm

Acabo de hacer una tontería, estoy en celo, si él no me toma, lo terminare forzando. Necesito que me folle, duro, fuerte, rápido, necesito que me coja como nunca se ha follado a una mujer… necesito llevarle al límite.

Atrayéndome más cerca con la mano en mi nuca, se inclinó y tomó mi boca con la de él. El simple contacto me sacudió. Desde el primer toque, sentí lo entregados que eran sus labios, abriéndose en bienvenida. Solté un gritó contra él, y sus palmas trazaron mis pecho, mis dedos se unieron en su cabello mientras él se movía frenéticamente comienza a mover más sus caderas contra mi sin dejar de verme, adornándome con una diosa, como una divinidad cual mi nombre hacia honor, pero yo era todo menos todas las cosas hermosas que él decía en este momento. Él deslizó la lengua en mi boca y yo le di la bienvenida con la mia, con suaves y pícaros lametazos que lo hicieron inhalar bruscamente hasta gruñir contra mi. Su manos me tomaban y restregaban con mas fuerzas mientras profundizaba el beso y yo gemía dulcemente en aprobación, relajándose contra él. Le daría lo que me estaba pidiendo con tanta desesperació, ahora ansiaba un orgasmo tan desesperadamente como lo ansiaba obtener Gabriel de mi. ~Gabriel… … ah ah… ah Te necesito dentro de mí~ mas… mas y mas y solo un poco mas y… ~¡¡¡Gabrieaaaaahhhhhh!!!~ grite a la noche mientras el profundo nudo de lujuria se desataba desde mi interior. Mientras comenzaba a correrme me puse tensa, en total abandono, me arque bajo él, extendiendo mis rodillas y balanceó las caderas pidiendo más, lo agarre del cabello y el hombro, onduló mis caderas, frotando su carne contra la tela rugosa y molesta de su pantalón.

Escuche un gruñido, creyendo que era mío pero era de Gabriel, él gruñía contra mi, despertando mi naturaleza salvaje. Aun con los estragos de mi orgasmo picando en toda la piel me puse de rodillas y con rudeza desgarre lo pantalones de él, admirando su cuerpo semidesnudo. Por primera vez en mi vida comprendí la visión de Gabriel sobre el arte y lo efímero, lo hermosa que podía llegar a ser un hombre desnudo ante mi sin sexo, pero ya habían mas noches ahora no era momento. ~Gabriel~ susurre deshaciéndome del resto de su ropa, colocándolo de espalda a la cama y subiéndome a ahorcajadas sobre su cadera dejando que el tomara la iniciativa de zambullirse entre mis piernas.

por **Xande Włodek** Sáb Jun 24, 2017 8:56 pm

Que era eso todos estaban unido y a la vez en contra entonces ¿casualidad o planeado? ya ahora andaba dudando de todo y todos así como de sus intenciones incluso de las de él mismo ya no podía confiar en nadie ahora es cuando venían las palabras de abuela "No puedes confiar ni en tus propios calzones hasta ellos te pueden traicionar" y era verdad sus supuestos comapañeros y amigos le estaban clavando el puñal por la espalda peor el no se quedaría quieto mientras ellos lo disfrutan al contrario les haría saber lo que se siente ser humillado de esa forma. Tomó la bols con dinero y camino como si pasara nada como si fuera una persona más hasta llegar al grupo y saludarlos como se correspondía -hey chicos como así estan aquí, no que era una reunión pequeña y casual de esas que se dan por azares ¿o será que todos hbían quedado de acuerdo por whatsapp? es un gusto verlas preciosas pero aqui hace falta la reina ¿que es de ella? no quería su dinero también o será que ya se aburrio de andar con todos ustedes- rio recargandose en una de las paredes de uno de los negocios busco entre sus cosas tantenando hasta encontrar un cigarro al encenderlo dejó esapcar el humo de este por entre los dientes mirando a cada uno de ellos en su espalda tenía entre sus pantalones un revolver, un arma para usarla si el caso lo ameritaba.

por **Týr Von Streigner** Lun Jul 10, 2017 9:01 pm

Una idea, un plan y una caminata por los juegos iluminados de aquel parque de diversiones con la mano enganchada entre los dulces brazos de una tierna jovencita que ha accedido a ser su compañía en aquella majestuosa ocasión; la risilla jovial se envuelven un abrazo en aquella entrada de dicho lugar que con risas los recibe y así mismo con la luz de la luna en su mayor resplandor lo que agitaba posibles problemas en el transcurso de la dulce velada.

La joven ingresó corriendo a cada uno de los juegos pidiendo subir a todos ellos, suelta una bolsa de monedas en las manos de la joven que corre de lugar en lugar buscando aquello que se llama diversión mientras él toma asiento en el carrusel que mantiene el letrero de “fuera de servicio”, se mantiene ahí observando como un embelesado los saltos de aquella criatura que danza en cada juego mecánico de aquel lugar —¡Oh mi dulce niña! Si todos fueran así de inocentes tan joviales ante la mínima expresión de bondad revestida de maldad sería la mejor de los placeres podre destruir luego ello, lástima que ya te he destruido bastante como para dañar más tu inocencia de niña— sonríe presto alzando la vista a la luna sin importarle en lo mínimo quien pueda oírlo.

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La danza del demonio {privado

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