La danza del demonio {privado

por **Uriel Q. McCowan** Jue Ago 25, 2016 10:23 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Aquella persona era la clara definición de algo indefinido, pues hoy en día la rubia seguía preguntándose cómo había logrado congeniar con aquella persona, como soportar un carácter que rayaba la similitud, porque ella también era voluble, quizá en menoría comparada, pero a fin de cuentas lo era. Sería una completa embustera al decir que con un par de risitas y bromas había conseguido seguirle el ritmo al chico, aquello se basaba en algo más complejo, algo que ni siquiera una persona con al menos tres dedos de frente lograría descifrar. Sería una completa embustera al decir que con un par de risitas y bromas había conseguido seguirle el ritmo al chico, aquello se basaba en algo más complejo, algo que ni siquiera una persona con al menos tres dedos de frente lograría descifrar. A pesar de todo pronóstico y de su atareado día, ahí estaba. Apresuraba el paso respirando de manera tranquila mientras se perdía en sus pensamientos y en un mar de gente que entraba y salía de pubs y centros nocturnos. Se cruzó de brazos y tras dar una vuelta aquí y allá vislumbro a lo lejos la silueta inconfundible de aquella persona que tanto estaba esperando. Disminuyo la rapidez con la que se trasportaba, evitando así el sonoro golpetear de su calzado contra el pavimento, restregó sus manos y se acercó a él con una sonrisa de medio lado plasmada en el rostro. -¿Llego tarde?- musito, antes de centrar su atención en las mangas largas de su blusa -¿Y tus planes son…?- agrego dejando la pregunta en el aire, mientras que, con la punta de los dedos, quitaba pelos blancos de gato incrustados en la prenda oscura que llevaba puesta.

por **Sam K. McCruzott** Dom Jul 23, 2017 10:49 pm

Cuando vuelves de la playa y los rayos del sol sucumben el dolor del cotidiano, cuando caminas extraviado por rutas que bien conoces, cuando alteras el curso de tu vida, ya sean solo segundos o fracciónes de un segundo, todo lo que se acontece a tu alrededor adquiere un nuevo sentido: una realidad alternativa cuya supuesta existencia se mantiene en un lazo permanente con la realidad auténtica. Por que siempre, cuando figuras cómo vuelves de la playa, tienes a tu lado a alguien y ese alguien no puede ser el fruto de tu imaginación. Es alguien que conoces. Es alguien cuyo rostro dejó una marca. Hay miles de personas. Por eso, en ocasiones, uno puede recibir la marca del temor, la marca del odio, la marca del terrible chauvinismo y solo a veces, pero en tán escasas veces que ni se supone que esta ipotésis es real, solo a veces recibes la marca del amor. Y de aquí el mito del amor a la primera vista. Hay miles de personas en Ver por primera vez a una persona y enamorarte de él o ella es más una plaga que una bendición. Aún así, es curioso ver que la naturaleza nunca ha creado un sistema como este: núnca se han visto una barracuda y un tiburón lo suficiente cómo para contarle al otro azañas bajo un coral. ¡No se lo podia creer!¡Un tiburón, pero uno de verdad! Zlátan estaba boquiabierto, babando mitad del Nilo con solo ver el vientre abierto del pobre animal, cuyo destino no fue otro más que acabar en la orilla, mojándose con gotas de las olas que venían y su propia sangre. Lo habían abierto y sus órganos estaban a vista, lo que resultó ser una vista completamente perturbadora.

por **Honey** Mar Ago 08, 2017 10:17 pm

no pudo evitar soltar un suspiro ante la réplica de Eun. De todos modos, este no era de los que tenían oculto un "por todo lo que quieras, para de hablar", sino uno más como los que querían decir "increíble, eh? me caes bien igual", por lo que, como compañía adicional, llevaba una sonrisa en el rostro. — Bueno, pero no exageres con eso. — Replicó esta vez él, decidiendo que, por ahora, no se dedicaría a molestarlo con que deje de estudiar.

Ante la pregunta, miró la ropa, luego a su acompañante, luego enarcó una ceja y luego asintió seriamente. — Sí, pero no digas nada. Tengo que hacerme pasar por Dirk Nowitzki para entrar a la NBA y revelar que todos los basquetbolistas se drogan. — Dijo, empezando a caminar y a su vez cambiando su expresión seria por una pequeña risa. — No te preocupes, solo buscaba mi ropa de baloncesto. Me la olvidé tras el partido del sábado. Aunque me quiero imaginar que, si lo otro haya sido verdad, tu serías mi cómplice. — Bromeó dándole un codazo suave en el hombro. Sabía que estaba pidiendo bastante y por eso también lo hacía medio en broma. Conocía lo suficiente a su amigo como para estar enterado de que él no era del tipo de meterse en problemas.

— ¿Así que yo tenía razón? ¿Venías a estudiar? — Preguntó, cambiando de tema y esperando que se explaye al responder. a pesar de tener una mente activa, no solía estudiar para asignaturas en sus fines de semana, a menos que tuviera un examen. Sí se entretenía haciendo ejercicios de matemática generalmente sacado de libros que no tenían que ver con la universidad. Así que le interesaba cuando alguien decidía pasar su tiempo libre pensando en la universidad.

por **Nikolai E. Kozlov** Mar Ago 08, 2017 10:33 pm

Abrió sus labios para tomar un bocado de aire mientras sus ojos se sostenían sobre la pantalla de su teléfono móvil, negando suavemente con la cabeza para después bloquear la misma y elevar, finalmente, su mirada al aula. Algunos compañeros ya se estaban terminando de alistar para salir, y otros estaban terminando trabajos atrasados. Entre todos ellos, estaba Gretel, quien por culpa del texto que había recibido, no había logrado poner total atención en lo presente. Decidió que lo mejor sería salir de ahí, pues no quería gastar su tiempo en cosas como estar sentada por mera vagancia y prefería ir a dar una vuelta en lo que empezaba la siguiente, la que por cierto, era de sus clases favoritas. Guardo las cosas en el bolso que cargaba como mochila y salió de esta, casi a prisa. En la entrada, chocó con una de sus compañeras, quien había tratado de sostener una conversación con ella y Gretel sonrió un poco antes de seguir con su andar por el largo pasillo. Su primera parada fue en los baños, quería asegurarse que sus castaños cabellos aún se vieran bien, y cuando se aseguró que fue así, volvió a salir, esta vez sin prisa, con pasos mas tranquilos.

Sus ojos se volvieron a bajar cuando escuchó su celular nuevamente, leyó antes de desbloquear la pantalla de quien se trataba y prosiguió a contestar cuando notó que era su padre, quien le había mandado una foto muy bonita de Chihiro, la pequeña hija de Gretel. Soltó una pequeña risa mientras veía las graciosas muecas de su pequeña en la foto y prosiguió a responder el mensaje. Le encantaba escribir en su idioma madre, así que todos los mensajes con su padre era en japones, "era lo mejor" según decía el. Doblo uno de los pasillos aún con la mirada puesta en el móvil cuando sintió que choco contra una persona más. Alzó la vista, con cierto desplante como si la persona adversa hubiese tenido la culpa total y cuando sus ojos notaron al muchacho de rasgos asiáticos, sonrió- ¿Será que todos nuestros encuentros serán así? -Habló ella con gracia, aunque sus facciones se veían un poco serias- Aunque, debo aceptar, que esta vez si tuve la culpa -Dijo finalmente antes de mostrar una ligera sonrisa en sus belfos

por **Uilleam M. Sheridan** Mar Ago 08, 2017 10:38 pm

Lunes, primera hora de la mañana. ¿Había acaso un enunciado que me incitase tanto como aquel a cometer el suicidio? Siempre había jurado que no y, no obstante, ahí me encontraba: delante de las escaleras universitarias, sin fantasear con tirarme por ellas. El sol de esta condenada ciudad me había derretido las neuronas. O, al menos, las que me quedaban tras tomar la decisión de mudarme.

Había sido todo muy repentino, cosa de un arrebato. Tan impulsivo que todavía me costaba asimilar que todo esto no era un delirio producto de mis constantes paranoias mentales. ¿De verdad había reunido el coraje necesario como para dejarlo todo y venir? Desde luego, había que estar demente.

El vicerector y otro tipo cuyo trabajo todavía no me había quedado claro estaban hablando, pero yo no escuchaba. Estaba pensando en mis nuevas clases, en mis nuevos compañeros, en mis nuevos profesores. Y también en el chico que habían asignado para enseñarme el campus. Lo miré de reojo. Parecía decente con esa cara de no haber roto un plato en su vida. ¿Cómo había dicho que se llamaba? ¿Lo había mencionado siquiera? Tenía un remolino de ideas tan violento en mi cabeza que me costaba bastante concentrarme, por no decir que apenas había pegado ojo. Demasiadas emociones juntas en demasiado poco tiempo.

Al cabo de unos minutos los dos hombres se marcharon y mi guía y yo nos quedamos solos. Yo me quedé callado. Pero él enseguida rompió el silencio y, por suerte para mí, tuvo la amabilidad de recordarme su nombre.

por **Gretel Döhler** Miér Ago 09, 2017 10:05 pm

Un día más de universidad acababa y, aunque me gustaban mis estudios, como toda chica quería un descanso y tener tiempo para mí y decidí que aquel día iba a ser dedicado a mí y a mis aficiones. Al menos a una de ellas. Justo acababa de sonar el timbre que anunciaba el final de la última clase, cuando ya estaba guardando mis cosas y apresurándome a mi habitación mientras saludaba a todos mis conocidos por el camino. Entrando en mi cuarto, solté los libros de las asignaturas que había dado aquel día y tomando mi IPod y unas cuantas chocolatinas, marché rumbo a los jardines de la universidad.

Aun cuando tenía un destino en mente, la gente tenía otros planes y parándome con cada persona que quería hablar, llegué cerca de media hora después y me apresuré a colocarme los auriculares sabiendo que nadie me molestaría pues sabían que esa era mi seña para desconectar de todo. Oh sí, esto era justo lo que necesitaba y mientras abría una de las chocolatinas, empecé a andar sin rumbo fijo, mirando a mi alrededor.

Justo cuando llevaba poco rato ensimismada, una pequeña brisa llegó y cerrando los ojos, disfruté de ella pero al abrir los ojos, tuve frente a mí a una pequeña gran abeja y moviéndome lentamente, intenté rehuirla, sin éxito y sentí que empezaba a ponerme nerviosa. Dando varios pasos hacia atrás, sentí que me seguía y girándome, emprendía una huía mientras miraba de vez en cuando hacia atrás y empezando a gritar al ver a aquel insecto aun detrás de mí hasta que, de pronto, todo terminó cuando me choqué contra algo y caí al suelo.
-Auch-me sobé la espalda mientras miraba hacia arriba, viendo que no había chocado contra algo sino contra alguien. Un lindo chico que se preocupaba por mí.-Más o menos-dije mientras me dejaba ayudar y mirando a mi alrededor.-¿Se fue?-pregunté sin ver ni rastro de la abeja que me perseguía.

por **Markus Rousseau M.** Jue Ago 10, 2017 10:50 pm

Este día cada vez se volvía más complicado, por mas que uno viene manejando correctamente siempre ay un idiota que arruina todo esto en un abrir y cerrar de ojos, y para ser más imbécil venía borracho y en cuanto este se dió cuenta de lo que había hecho su estupidez sale huyendo ya que por suerte para él no había recibido ninguna lesion sino solo uno que otro rasguño, no podía evitar dejarlo ir, ya que sino sacaba a tiempo a la chica podia morir porque empezaba a oler a gasolina y si alguno de los cables llegaba a ser corto esto iba a explotar y ella iba a morir. Así que por ello dejé al idiota irse pero pronto nos volveriamos a ver las caras y ese rostro nunca se me olvidaria jamás porque ese chico iría a la carcél más tarde que temprano.

Tras sacar a la chica casi inconsciente del auto a tiempo ante de que este explotase, en ese momento mi padre marcaba a mi celular pero en esos instantes no podía responderle ya que tenía que hacer que esta chica encontrara ayuda sino iba a morir aquí y era demasiado joven para morir en estas circunstancias, tras llegar la ambulancia gracias a un chico que en ese momento reacciono llamándolos y en ese instante la empiezan a subir a la camilla mientras yo tomaba su bolso porque posiblemente les ayudaría para saber su dirección, su nombre y demás...

Al querer subirme a la ambulancia junto con ella, los paramedicos me preguntan que que parentezco tenía con la chica y en ese momento dije lo primero que se me vino a la cabeza-Soy su prometido-En ese momento los paramédicos lo dejaron subirse mientras le preguntaron al verlo mal herido-Usted necesita ayuda también joven-A lo que yo negué un par de veces-Estoy bien lo importante es que la chic...digo mi prometida este bien-Por poco mete la pata pero alcancé a reaccionar-Haremos lo que esté en nuestras manos joven-Respondieron los paramédicos.

Tras llegar al hospital intento pasar a ver a la chica pero uno de los doctores le dice-Usted tiene que curarse esas heridas para poder cuidarla a ella...así que dejeme hacerlo-No tuve otra opción más que hacer lo que el doctor dijera-Esta bien...pero apresurese-Comenté aunque no sabía porque me preocupaba tanto la chica si era una desconocida ni yo comprendía nada.

por **Emil Ivanov** Dom Ago 27, 2017 10:33 pm

Eso era todo lo que necesitaba y aun así seguía ahí escuchándolos viendo aparecer uno por uno con sus exigencias. Me cruce de brazos y cerré los ojos casi recargado contra la pared, digo casi porque estaba a centímetros de esta aguardando hasta que la gota de mi paciencia se acabó por completo, la vena de mi cabeza se notó y no tuve más remedio que soltar una gran maldición, jamás en mi vida lo había hecho y ahora lo hacía con este grupo de porquería que estábamos aquí –ya déjense de idioteces, vamos o no, si vamos a salir entonces apuren sus pies y vayamos a algun lugar como un bar pero si no entonces yo me largo de aquí porque no saco nada con ustedes pelmazos – muy a mi pesar me di media vuelta y ya estaba de salida cuando el brazo de mi amigo de me detuvo, el enseguida trato de mediar la situación entre los dos pero era demasiado tarde. Cada uno seguía con su propia idea de hacer algo divertido según sus gustos, unos querían ir a robar, otros a una discoteca y por ultimo una de las chicas proponía meterse a una de las fiestas de las fraternidades. Cada uno tenía cosas locas y ninguna de esas se parecía a la mía –metanse sus malditas ideas por…-Crystal me interrumpio en ese momento apareciendo de la nada –llego la señorita que faltaba- ella solo paso ignorando mi comentario sugiriendo irnos a un bar que habían abierto recién, un lugar llamado “Hex” cuyo aspecto era un edifico y en cada piso uno encontraba diversión. No parecía nada fuera de lo común para nosotros aunque a mi me quedó la duda porque ese nombre ya lo había oído antes pero no me acordaba donde

por **C. Aiden MacIntyre** Lun Ago 28, 2017 11:17 pm

Caminaba tranquilo por el parque contemplando la pura belleza que Miami tiene para ofrecer pero en eso, una cabellera castaña paso de una forma tan impactante que capto toda mi atención, conocía esa cabellera tan llamativa, la figura femenina que pasaba por el lugar era una persona con quien tenía hermosos recuerdos, era mi ex. Sinceramente, seguía tan hermosa como la recordaba y aunque parte de mi no quería confrontarla, sabía que tenía muchas cosas que explicarle, cosa de la cual no quería hablar. -¡Helga!- grite con fuerza en dirección a la chica, segundos después trague saliva para mis adentros, no estaba seguro de lo que acababa de hacer. — Disculpa si te molesta la pregunta… y que esté haciendo varias, en realidad — añadió al darse cuenta de ello —. Pero, ¿qué haces aquí en Miami? ¿Estás de… viaje? O.... ¿Estudias en la ciudad? — Se basaba en suposiciones, más creía que Marcus seguía los caminos de su padre, al cabo su familia era pilar de la política francesa y en ese país habían excelentes escuelas para formarse en ello. Pensaba que lo más razonable es que estuviera cerca de su padre para aprender directamente las mañas del oficio, aunque no estaba seguro de una u otra deducción

por **Nephthys** Miér Sep 20, 2017 4:58 pm

Ella tiró contra él, ofreciéndose prácticamente cuando ella consiguió quitar la ultima prenda de vestir. Cuando envolvió su mano alrededor del miembro ella dejo escapar un gruñido erótico, bajo, sobre la garganta de el después de besarse. En menos de cinco segundos, sus cuerpos se frotaban húmedos piel contra piel el miembro de Gabriel estaba listo ara ella asi como ella estaba mas que lista para el. El aroma del deseo de Gabriel era embriadagos para ella, tan fuerte y potente que la estaba haciendo perder el control. Él acaricio su piel y enredó una mano en su pelo para acercarla mientras la besaba —Ahora— murmuró ella contra sus labios, pero diablos, el era cuidadoso, una poesía que le acariciaba con un eufemismo de alabanza y devoción, como si ella no fuera real, si ella fuera aquella diosa que portaba un nombre sagrado pero ella anelaba mas y en ese presiso momento deseaba solo satisfacerse. El toque perfecto, sentirlo dentro de ella era perfecto. La llenaba en todo sentido.

Nephtys se sacudió, gruñó, rodó en sus caderas hacia delante para ser llenarla con un solo golpe, de gran alcance. Ondas de placer tiraron a través de ella con al sentir el inicio de su orgasmo pero este no llego. Desespera junto al hambre y deseo volvió como un huracán, arrasando con un poder devastador, y con su propio estruendo animal ella se giro de modo que quedaran sobre el montándolo con fuerzas, necesitaba su orgasmo y todo el cariño y admiración que sentía por Gabriel quedaron rezagados aun lado cuando su instinto, ardor y deseo tomo plena posesión de ella yendo aún más profundo —Oh—dijo con voz áspera entrecortada moviéndose mas rápido y duro.

Sin preámbulos… sin ternura… Estaba demasiado lejos, y esta primera vez haría todo para que ambos llegaran lo más rápido posible aunque ella ya había obtenido un orgasmo. Tal vez la segunda vez sería de esa manera también seria asì, puede que la tercera ves se lo tomara con mas calma… pero hasta ese momento un pinchazo de juicio la asalto. Gabriel no merecía ello, el la trataba como una diosa que fuera a romperse y ella solo pensaba en el placer que deseaba se convirtiera en un blanco calor líquido, mientras empujaba en el, cada bombeo de sus caderas los empujaba hacia adelante en el colchón. El sudor rompía en su piel febril, y en seguida aquel débil pensamiento de juicio quedo hecho cenizas mientras su cuerpo comenzaba a arder…

… había cometido una gran equivocación que lamentaría en poco tiempo

por **Sam K. McCruzott** Mar Oct 03, 2017 11:48 pm

Encendió en silencio un cigarro, el primero de la mañana aquel con el cual pretende alejar los malos presagios de una noche, que como muchas se ha visto agriada por visitas de seres espectrales a los cuales, a pesar de su amplio poder aun logra reconocer… como si un manto le impidiese ver. Frunce el ceño y arruga la nariz, molesto. Años de entrenamiento, introduciéndose en las vertiginosas aguas de la magia y de los muertos, para ahora verse impedido por algo que le supera de un modo que no se esperaba. Un obstáculo, como si se tratase de una magia aun más antigua que la el mismo esperase alguna vez alcanzar, el origen de aquella magia lo tiene claro. Cierra los ojos en busca de sosiego al recordar lo ocurrido con los hermanos caidos, un dolor enorme le embarga desde aquella noche en que vio a uno de sus maestros perderse en las arenas. Uno que se incremento la noche en que el varón vencedor del tiempo cayese en el último y mas profundo de sus letargos en brazos de la muerte que finalmente le había alcanzado. - Tiempo al tiempo- susurra antes de ser interrumpido. El sello, uno de origen irlandés, la caligrafía femenina, el perfume, perfectamente reconocible. Sonríe de medio lado, divertido en parte, no esperaba tener noticias de ella tan pronto. Su gran amiga al parecer está de regreso en Irlanda. Toma el sobre y lee su contenido con calma, tan inoportuna como siempre, le cita en uno de los lugares más concurrido por esas fechas, el hipódromo, un símbolo de superficialidad del siglo presente.

por **Xande Włodek** Dom Dic 17, 2017 11:58 pm

Además, darles una oportunidad es cavar su propia tumba. Lo ha experimentado antes y el viento le lleva hasta las fosas nasales el olor de la sangre que empieza a coagularse haciéndole recordar la suerte del otro cazador. Imposible dar tregua alguna. Mueve la cabeza hacia la derecha aprovechando el aullar del viento con la intención de que sus nervios se reacomoden con un sonido seco. Se coloca de espaldas contra el grueso tronco del árbol contra el que se oculta para mirar por encima del hombro ajustando sus manos contra el asidero del arma. Una más apegada al mango, la otra hacia la hoja. Sus músculos se tensan y logra sentir dicha rigidez hasta sus hombros. Sus ojos vuelven a mirar a su alrededor sin detectar ninguna otra presencia que no sea la vampiresa que está a unos pasos de él. Decide que sea la sobrenatural quien le obligue a mostrarse para tener oportunidad de reaccionar y por lo menos herir a ambos en caso de que ataquen en conjunto. Su cabeza se eleva para descartar que el otro esté arriba de él, sobre los grandes árboles. No, no hay nadie.

Por dentro ruega porque el acto de forzarlo a salir no sea como aquélla vez en París. Aún no entiende cómo fue que le controlaron para que no sólo soltara el hacha, si no que se hincara ante el vampiro que ante él se mostraba. Un desliz que no volverá a cometer. "Vamos, impaciéntate, dame la oportunidad, sólo necesito una" piensa al tiempo que se prepara. Está listo para cualquier eventualidad, no está dispuesto a ceder un solo centímetro a pesar de que lo intente amedrentarle. Ha sido juez, jurado y verdugo de muchos de los de su especie aquellos seres y ahora daba la invitación a su persona no es más que un cliché. Una forma de mostrar la "inocencia" de la que hace ya tantos años han perdido. Una muestra más de cuán peligrosos son. De seguro que si acepta, ella se le echará encima con los colmillos y garras desenfundados en pos del preciado líquido que necesita para sobrevivir.

por **Nyra/Nathaniel Slamdong** Sáb Dic 30, 2017 4:54 pm

NOOOOOO por ahí no, que ustedes no entienden realmente lo que ocurre verdad. - ella gritó y el no pudo hacer nada solo se mantuvo observándola desde lejos hasta que vio que el otro joven aquel con el que no tenía amistad y menos algo de agrado se acercó a su hermana, entonces le rodeo los brazos por la cintura dejando un beso en la coronilla hasta calmarla de sus gritos y las risas de los otros que la veían. Cuando se la llevo apartada apareció aquel chico mirandose todos los ojos, y más a ella -Disculpen, mi pequeña no está bien así que si no sdisculpan nos retiraremos a la casa - pero una mano los detuvo y entonces la pelirroja comenzó de nuevo a gritar delante de todos. Su hermano la tomó de la mano calmandola -No es culpa de ella, solo que no puede soportar estar rodeada de muchas personas, por eso se pone de esta manera, así que ahora si dejennos salir de este lugar o luego se arrepentirán - saco un arma apuntando al lider de ellos mirandose a los ojos y este se reía mostrando sus largos colmillos. Ante la vista de todos aquel era un vampiro y al parecer el lider del grupo. El silencio reinó entre todos mientras tomaba con fuerza la mano de su pequeña hermana con fuerza calmanadola para que no grite ni llore, al menos hasta estar lejos de ahí, y la razón es porque ella es un ángel y por ende es pretendida por muchos demonios como la que tenía en frente. entonces para ese momento de silencio algo ocurrió, algo que todos ello sno esperaban y era la llegada de aquel que nadie pense que se atrevería a mostrar su rosltro.

Un auto negro, deportivo, muy costoso y lujoso par ser manejado por cualquier se aparcó cerca del grupo y entoncews de la nada y ante el polvo que levantó todos se quedaron asombrados al ver al dueño de aquel auto, la pelirroja abrió sus ojos y l omiro -TUUUU que haces aqui estabas encerrados como has salido -

por **Ignatius M. Vasíliev** Lun Ene 01, 2018 11:56 pm

El Gerente aún sigue sin saber qué hacer, así que le doy un empujón más - Ésto es muy sencillo, si no quiere que ninguno de ellos dos se entere de lo acontecido y de que ha perdido algunos cientos de dólares o miles quizá en una vajilla importada, exclusiva, entonces haga lo que le digo, despida a este inepto y yo le daré el cheque a cambio de la factura. La pagaré como nueva, sin el menor de los problemas - le veo titubear y es el momento, tomo del brazo a la joven y con un chasquear de dedos, Joseph está a mi lado - Señorita, irá a mi mesa donde le será entregada la carta, ordenará la comida que se le antoje, se le servirá un vaso de agua y una copa del vino que estoy ya degustando y me esperará ahí. No quiero que cuestione mis órdenes. Joseph, llévatela - la negociación será rápida, quiero creer y si no, tengo las formas para que Becker y Cornualles me venda el lugar. Siempre he sido convincente y no perderé ahora ese don. Presiono con mayor fuerza al encargado, soy uno de los clientes más importantes y asiduos del lugar y un "amigo" del dueño. Desobedecerme puede ser peligroso para el trabajo del pobre diablo.

El hombre suda y se limpia con un pañuelo de algodón, no sabe qué hacer, por lo que le doy el empujón final - Es una pena que ellos no tenga gente apta para un puesto donde la determinación y el don de mando son los que deben gobernar, le comentaré este episodio, de seguro que sabrá cómo resolverlo y sobre todo, reconocerá que es mejor despedir a un hombre que hace un espectáculo en su negocio que perder una cuantiosa suma en una vajilla - me doy media vuelta

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