Aquellarre [Grupal]

por **Gretel Döhler** Jue Nov 03, 2016 8:20 pm

Sin, passion and pain.

El sencillo carruaje se detiene antes una modesta casona en los prados de Dinamarca, es bonita, dos plantas con un puente antes de llegar y un jardín delantero, tiene un encanto de calidez y hogar como lo describirían los humanos. Doce inviernos no bastan, no alcanzan para adaptarme y actuare como una chica humana, sencilla y huérfana- dudo- puede que a lo ultimo este consiente pero no acostumbrada. Los segundos pasan, la puerta se abre y la manos del cochero me ayuda a bajar. -Gracias -sonrió al chico y camino hacia la puerta admirando mi nueva vivienda, mis pasos continúan mientras la brizna de la llovizna toca mi piel.

Me siento nerviosa, me siento algo perdida, pero mas que nada me siento sola e incluso un poco deprimida, es fuerte dentro de mi el sentimiento que los humanos llaman tristeza. Llamo a la puerta. Tengo entendido que Penderghast es hijo de unos amigos o conocidos de mis padres, o algo así, nunca entiendo porque tanto misterio y acertijo en sus palabras cuando habla conmigo. Solo se que estoy aquí para hacer de compañía y ayudar en lo que el necesite.

La puerta se abre y yo dejo mi ensoñación y recuerdos mirando al hombre frente a mi. Por un instante me quedo impresionada, sus ojos grises son como las nubes antes de una tormenta, su cabello castaño claro y algo despeinado, buen porte y estatura perfecta, incluso podía aventurar a decir que incluso su sonrisa era hermosa.

por **Thanatos & Ariadne** Jue Nov 03, 2016 8:29 pm

Para alguien como él no le era tan extraño que lo invitasen a la universidad para dar charlas o conferencias, incluso para ser maestro de ciertas materias o jurado en las sustentaciones de las tesis. Era tan normal en su tan poderosa vida que lo tomaba con gusto ¿por qué? Porque ahí encontraba sus mejores diversiones, destruir la mente e ilusiones de pequeñas jovencitas, acabarlas y enloquecerlas hasta la desesperación. Pobres almas que siguen aquel hombre que se escuda en el control del dinero y el poder en sus manos

No conocía el funcionamiento al cien por ciento de la universidad, pero suponía que, como muchas otras alrededor del mundo, tendría publicaciones propias, así que los flashes de cámaras fotográficas no lo molestaron, al contrario eran de su agrado porque lo que más le agradaba era ser el centro de la atención de todos y que mejor que hacerlo con cámaras en aquel evento, solo esperaba que no fuera alguna virgen con ínfulas de literata que le pusiera cabreado.

La ceremonia terminó bien entrada la tarde, mientras le felicitaban los maestros y algunas autoridades, tenía que poner cara de agrado y de buen amigo de todos aquellos hombres, aunque por dentro los detestaba por arrastrarse hasta él por su dinero, aunque siendo francos, eso adoraba ver, como aquellos se humillaban por tener un poco de atención de aquellos ojos; recibió un reconocimiento seguida de una oleada de flashes de varios estudiantes que se conglomeraron frente a la pequeña explanada para capturar más del momento, aunque él sabía que era a él a quien querían tener, muchas de los que tomaban la foto eran mujeres y eso le hacía sonreír porque ya de por si estaba buscando alguna victima; lástima que todas tenían novios, aunque dos le llamaron la atención por el descaro con que se mostraban ante él frente a sus novios y profesores. Trató de ignorarlas para hacerlas sufrir; salió del lugar puesto aquellas gafas negras que ocultaran sus intenciones en el campus. Estando ya afuera, listo para marcharse, alguien lo siguió y continuó tomándole fotografías. Eso lo había incordiado completamente porque no le gustaba que alguien le tomara por sorpresa.

por **Haniel** Jue Nov 03, 2016 8:35 pm

Esto de hacerse pasar por vivo era divertido, no siempre claro esta pero eso de ponerse un vestido, arreglar un cabello que podía manejar y modificar desde aquel enmarañado feo despeinad lleno de tierra y sangre que me había dejado mi hermana al quitarme la vida, hasta dejarlo con los largos rizos dorados que siempre adornaban mi cabello o dejarlo simplemente lacio y escurrido como realmente era mi cabello era como jugar con espuma en la cabeza mientras se bañaba uno de niña. El cambiar mi apariencia o el como permitía que me vieran también era divertido. En ocasiones era esa chica perfectamente arreglada, angelical e incluso virginal y otras era, en su mayoría del tiempo, aquella como había muerto: Despeinada, con el camisón y corset color beige rasgado, la marca de las grandes garras destrozando desde mi pómulo derecho, bajando por el cuello, pasando por la yugular y terminando en mi trozo hasta la primera costilla, toda salpicada de sangre y uno de los toques que más me gustaba o había comenzado a amar a través de los años eran los pétalos de rosas que flotaban entre mis cabellos húmedos, incluso uno de ellos flotaba cerca de mi rostro; le daban una peculiar vista a mi trasfondo fantasmal.

Últimamente me he vuelto algo traviesa y si dios no me habría las puertas aún, no tenía nada de malo divertirme, después de todo en vida me había quedado con ganas de hacer muchas cosas.

Fugaz y sin delicadeza me materialice abanando a paso ligero, ironico pues no tengo peso alguno jeje, dejando que la tierra empolvados por la tierra del camino del cual acababa de bajar en dirección al puerto. ¿Por qué en ese lugar en específico? No, no la había

por **Renata O. D´Souza** Jue Nov 03, 2016 8:43 pm

.La carta llego como una tormenta que fastidiaría mi increíble agenda social, como osaba y realmente me pregunte sarcástica a mi misma que podía esperar de ese hijo de puta -si, aunque fuese mi propio hermano, de sangre y todo ello- si es una escoria andante. Todo le molesta, esta tan amargado, y no solo eso. Mi madre y yo, notese que sobretodo yo, era feliz viviendo en la caótica y mal lograda España. Tan cerca de mi amada París en la que podías encontrar desde la mas exquisita joya hasta el hombre mas delicioso que te...

Miro a mi madre, que palabrea cosas que no me digno a escuchar, por el simple hecho de que sea tan débil ante los deseos de mi padre. Tan fácil que era responder la carta indicando mis ya confirmados compromisos con la realeza ¿A quien con un sano juicio se le ocurre cancelar a la realeza?

¿Renata, me estas escuchando?

Obvio que no, para que pregunta

Doy por terminado el tema. El carro se detiene y en dos minutos después camino en dirección a la puerta principal mirando la insignificante mansión comparada con a lo que estoy, siendo recibidas por el amo y señor de estas tierras, acompañado de mi padre el cual de solo verlo, abrazo y beso sus mejillas... y claro un docena de asquerosa servidumbre.

La sangre barbotea como agua en un caldero, siento el calor recorrerme el cuerpo, la ira invadirme tal cual como se movería el líquido entre burbujas y por supuesto no tiene absolutamente nada que ver con el hecho del caluroso día de verano, o no, por supuesto que no tiene absolutamente nada que ver; todo esto tiene que ver con las estupideces, malditas e incoherentes decisiones que mis progenitores se les pasa por la descerebrada cabeza que llevan en el cuello.

por **Aphrodite Caruso** Jue Nov 03, 2016 8:48 pm

Sonríe gustosa, muerde sus labios sintiendo el dolor que enerva y convulsiona de placer aquel cuerpo moldeado por los dioses; es verdad, porque negar el placer si este mismo fue creado y propagado por el mismo dios de los cielos. Que satanás ni que nada. Conoce mucho sobre la iglesia, sobre el cristianismo, el catolicismo, la santa sede y todo lo que la iglesia desea enseñar, pero sus inicios eran paganos, para que mas si sabe que es una sucia pagana que solo le da gusto a sus hermanos al que crean que con oraciones y rezos estúpidos limpiaran una alma maldita como la de ella.

Mi adversario es un tipo robusto, de brazos y piernas enormes pero pesado, muy pesado. Tras el grito que anuncia el inicio del combate, se deshace en intentos de alcanzarme azotando sus puños en el aire cuando yo ni siquiera debo esforzarme para evitarlos y responder mancillando sus costados con fuertes patadas en las que no incluyo ni una décima parte de mi fuerza.

Los espectadores gritan, alientan, humillan según lo que ven y van haciéndose a un lado conforme mis golpes empujan y desplazan el enorme cuerpo de mi oponente. Le tengo acorralado entre cajones de fruta cuando escucho a mis espaldas una palabra, un tono de voz familiar, distorsionado pero presente, y el proceso mental se dispara de inmediato; Joder, no finalicé la llamada.

Que pura y santa ni que nada. Si supiera que es mas porquería que nada… cuantos pecados se cierne y crean en la mismísima cede, en el mismísimo vaticano, en la que llaman la pura casa de dios. Patrañas.

por **Artemisa De Witt** Jue Nov 03, 2016 8:55 pm

Salvajismo, demuestra ser un simple animal sin perdón ni dicha ni vergüenza, sin compacion alguna con tal de obtener lo que su podrido e insano anhelo reclama. Dos sádicos cómplices, eso cree que somos, cuan equivocado puede estar un hombre ¿Acaso entenderán que es la voluntad de una mujer lo que siempre se hace? Estúpidos corderos que siguen a su pastora con ojos cerrados para alimentar nuestros más desequilibrados deseos, por más podridos que sean. Lo único que puede hacer es mantenerme atada, es lo único que logra de mí. Incesto solo es una palabra subjetiva ¿Acaso se aplica pese a que he dejado esta vida?... su mas grande e inalcanzable obsesión. Pude que me tenga pero jamás le perteneceré, no como el cree que lo soy, así que al escucharle.

Me muevo de mi lugar, flotando como el viento, deslizándome hasta estar junto a ellos. Él continua con su recito salvaje y osco arremete contra ella con fuerza haciéndola gritar desesperada hasta el punto de que se pierda en placer puro quedando semi- inconsciente después de ser arrebatada su virginidad con tan poca sutileza engaños y nada de amor de por medio. La miro detenidamente escuchando a mi sobrino jactarse de las aberraciones que acaba de hacer… Deslizo las incorpóreas manos alrededor del desfallecido cuerpo que agoniza sin saber hasta introducir mis manos traslucidas en su cuerpo, absorbiendo su vitalidad poco a poco hasta el punto de comenzar a desprender su alma que arranco en gritos que nadie más que yo escucha, se resiste pero no hay quien logre conmigo, tanto tiempo y nadie ha logrado permanecer y mucho menos sobrevivir. Hermosa y delicada tan frágil como una flor falleciendo en un cruel invierno. Me toma de los largos cabellos sintiendo esa hermosa sensación de renacer en cuerpo más no en alma…

... mi cuerpo es llamado. Y frente a Ares desaparesco llegando al bosque donde aquella bruja a la que adoro me esta esperando junto a las otras. Sonrió dejándome ver a las precentes.

por **Ulysses Von Harnett** Miér Dic 14, 2016 4:49 pm

Pinché el filete de buey con el tenedor, sosteniendo la porción entera en el aire, "tieso como un trozo de madera." Intragable era la palabra. Debías tener una mandíbula a prueba de balas, para meterte eso en la boca. "La comida de los trenes nunca fue buena." —Esto no hay quien se lo coma - murmuré dejándolo en el plato con desgana. El comedor se encontraba en uno de los vagones, situado en la parte trasera del tren. Estaba repleto de gente. Por lo general, siempre te toca sentarte en frente de otra persona, pero mi mesa estaba vacía. Tuve suerte de encontrarla. No quise acompañar a un desconocido. Menos aún darle conversación, por plena cortesía. Además de incómodo, resultaba molesto y soy hombre de pocas palabras —¡Camarero! - alcé la mano, chasqueando los dedos. El mozo acudió enseguida. Por mi cara, pudo adivinar cual era el problema. Miró el plato, mis intentos por ablandar la carne con ayuda del tenedor, machacándolo, como si estuviese apuñalando a alguien.

—¿Ocurre algo, señor? - las copas de la mesa, se tambaleaban en cada envestida. El camarero se sobresaltó un par de veces.
—Dígale al cocinero de mi parte, que procure matar al buey, antes de servirlo - "Porque parecía que estaba vivo." El chico se quedó perplejo, sin saber que decirme —Tráigame una ensalada - retiré el plato hasta el centro de la mesa, desechándolo. También aparté el tenedor y me crucé de brazos —Y espero no encontrarme un enorme cogollo de lechuga sobre el plato - asintió llevándose el filete, a lo que yo suspiré agotado. "Odiaba hacer viajes tan largos."

Apoyé el codo sobre el poyete de la ventana, dejando caer la cabeza sobre la mano y contemple el paisaje. Los árboles pasaban veloces. La única figura que permanecía fija, era la luna, velando el cielo. En unas horas llegaría a Manchester, antes de que el sol se pusiese. ¿Que por qué me dirigía allí? "Masacres por doquier y lágrimas de viudas". El cansancio se apoderó de mis párpados y los encontré pesados. "No pegué ojo por el día."

por **Diègue Theodor Döhler** Lun Dic 26, 2016 5:39 pm

Noches d tormentas tan oscuras que solo llegan a ser iluminadas por los fuerte rayos y relámpagos que los cielos sueltan con estruendo pero sin gota alguna de lluvia, el sonido es ensordecedor y aún así existen dos seres que desde un ventanal de la torre más alta de aquel castillo observan sus tierras, uno con una pesadumbres y otro con una sonrisa de satisfacción.

Animate hermanito, que mal puede salir ahora?
Contigo cerca, eso es lo que temo
Que aburrido eres deberías casarte a ver si una mujer te quita lo surfido
Quizás, pero tú serías quien este con ella más que yo
RISAS.

El camino está echado para ambos que entre mala gana bajan de aquella torre dispuestos a salir por la noche, aun con todo el terror que se desemboca, la invitación para la reunión del todo los males del infierno así como los arcángeles de los cielos ahora estaba pactado en un lugar no muy querido por ambos.

Los bosques tan tenebrosos y con el ambiente como estaba creciendo era obvio que venía de ellos esa furia pero calma de movimientos atmosférico. Su mirada se centró en varios rostros conocidos y de la nada la proyección astral de aquel fantasma que se cruza mostrando su enorme y pútrida sonrisa, aquel rostro de calavera con el traje de rayas y el sombrero blanco sobre su cabeza y la rosa roja en el bolsillo así como el puro que entre sus huesudas manos toma para dejar escapar el humo nauseabundo —Bien, bien que es lo que esperamos para hacer sonar los fuegos artificiales— una profunda carcajada que se acompaña de una mirada de quien pide disculpas a los presentes y ausentes que se muestran a pocos ojos.

Nota: Lo que está en (–) es lo que dice Die y lo que está en (—) es lo que habla Theo, lo que está centrado es lo que hablan los hermanos entre ellos en la mente y nadie los escucha, mientras que lo de color naranja es la voz de los dos uniéndose.

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