AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Lady Carmesí ~ Privado.
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Lady Carmesí ~ Privado.
Personaje PNJ Thomas, maestro cazador "retirado" y actualmente, criador de caballos.
Cada vez me costaba más abrir los ojos, me encontraba débil y tenía que ser Xaryne la que me diese la comida y la cena. Se estaba portando muy bien conmigo, mejor de lo que yo la había cuidado en los años que estuvo bajo mi atenta mirada. Era siempre en los últimos momentos de vida cuando conocías en realidad a las personas, quien te valoraba como para pasar tiempo a tu lado y quien solamente iba a tu funeral, diciendo palabras vanas y vacías. Esperaba y deseaba que para el día de mi muerte aún faltasen años. No estaba preparado para morir, tenía que ver a mis discípulos cumplir el cometido de su misión, me había hecho una promesa, hasta que no cumplieran sus venganzas y todo quedase resuelto, yo no los abandonaría. No les podía servir a la hora de la batalla, pero siempre iban a tener una granja a la que acudir, unos caballos sobre los que galopar y un buen whisky que degustar. A pesar de mis ánimos por vivir, mi herencia ya estaba escrita y firmada. Por si acaso.
Conseguí levantarme de la cama, era de noche, a penas había luz fuera, solamente veía allí donde las lámparas de aceite llegaban. Con pasos lentos y temblores, llegué hasta la sala donde siempre me reunía con cualquiera que venía a visitarme. Cogí un vaso y me lo llené de whisky, todos sabían que el agua era para los peces, aunque también me aliviaba la frente y me bajaba un poco la fiebre. Di un pequeño sorbo y tosí automáticamente, pero no me importó en absoluto para volver a dar otro trago. Estos días no dejaba de pensar en mis tiempos mozos, cuando tenía la edad de Gael, cuando era un auténtico cazador. Había vivido muchas aventuras.
Tras mi espalda cargaba la muerte de muchos inmortales, muchos vampiros y muchos licántropos, no así de cambiantes, aquellos seres me parecían curiosos e inofensivos. No solían matar. La losa que más pesaba sobre mi espalda era una con nombre propio y piel clara, ojos brillantes y boca del color de la sangre. Aún recordaba su nombre y todo lo que ella una vez había significado para mí. Un peligro, una batalla contra mí mismo en el que siempre ganaba el corazón al deber. Bebí otro sorbo y tosí, dejando escapar algunas gotas sobre la alfombra. Con Lady carmesí todo había sido distinto... Moví un poco la cabeza, hacía años que no recordaba nada de ella y ahora, no dejaba de hacerlo. Se notaba que el tiempo estaba agotándose, es ahí cuando te dabas cuenta de todo lo que habías hecho de joven, de todos los errores y todos los logros.
El relinchar de Zaros me advirtió. Algo se movía por las sombras de la noche, algo no muy bueno. Era una víctima fácil ahora mismo, pero sabía que Gael iba a venir, quizás fuese él... Aunque ese relinchar me auguraba que estaba equivocado. El reloj de la pared marcó las diez en punto. Aún no era Gael. Dejé el vaso sobre la mesa, casi vacío y con dificultad, caminé hasta la puerta de entrada sujetando un bastón, en el que en su empuñadura estaba escondida una daga de plata. Ya no ejercía como cazador, pero en el fondo seguía siéndolo. Y lo sería siempre.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 23/12/2015
Edad : 32
Localización : Detrás de ti
Re: Lady Carmesí ~ Privado.
De vuelta al pasado que hoy se vuelve presente,ya tengo dicho que el poder de clarividencia puede mostrarme aquellonumerosos sucesos,ya sea hechos pasados,presentes y futuros.El último fue tras el reencuentro con quien se hace llamar Sire o maestro,aunque no ejerció como tal, pero eso no tiene cabida en este tema para volver y recordar lo que ocurrió y lo que pudiera ocurrir en el futuro en esta época presente.Por ello vuelvo a estos días en el presente y que sin planear se entremezclaba con el pasado que sea desbloqueado por si solo,aunque al principio casi lo veía imposible de que él siguiera vivo,que por su a aquella orden de cazadores le hubieran llevado al fin de sus días,al igual que aquellos que formaron parte de su generación,pero me equivoque si no tendría sentido lo que veía.
Imágenes solapándose de un pasado prohibido por lo que yo era y lo que él representaba junto a ese conjunto de cazadores que al día de hoy siguen existiendo,siendo un eslabón superior a aquellos que por hobbie cazan presas menores del circulo animal,un escalón intermedio o similar a cierto grupo de la inquisición que mata sin reparo alguno a aquellas especies que según ellos no deberían poblar esta tierra y ninguna otra,salvo el mismísimo infierno.Puesto que el cielo estaba reservado para aquellas ovejas blancas que obedecían a una creencia o que simplemente no había cometido ningún mal acto a lo largo de su existencia.No estaba de acuerdo,pero a decir verdad,a quien le importaba la opinión de un alma condenada destinada a morir en sus manos.
No me consideraba un acepción en lo que creían,de echo mas de una vez he intentado deshacerme de mi pero por una razón u otra Caronte tenía reservado para mi otro fin,aunque siempre la misma,siendo que mis pasos continuaran sin haber vuelta a atrás de la criatura que era y soy hasta no se cuando muera definitivamente.Antes no es ahora,donde mas o menos había encontrado el equilibrio una vez tomaba forma mi alrededor después de mi último despertar.
Revivo el recuerdo de huidas donde mi muerte ya debería haber ocurrido todas esas veces donde la Orden de Cazdores me pisaba los talones y en todas logré zafarme de un enfrentamiento,hasta él día que Thomas apareció.Armado y fiero frente a mi,nos enfrentamos mas de una vez donde analicé que sus golpes o arañazos por sus armas era mera advertencia,de que realmente no quería hacerme daño mas del necesario,el por que lo descubría mas despues,pero si,sus puñetazos dolían al igual que las caricias que rajaban mi piel por el filo de su ballesta,pero sin duda eso estaba muy lejos de matarme sino ya no existiría.
Nueva imagen que se hace mucho mas real y no como un simple sueño que es este mi don,asaltándome un recuerdo reciente,bueno, no tan reciente,tal vez han pasado unos meses pero parecía que había ocurrido solo hace unos.Recuerdo de una huida que para nada estaba planificada,salvo estar con tan bella criatura y persona que era Joshua,un valioso amigo que me ayudo en ello y que en el transcurso en el que buscábamos una huida varias flechas nos alcanzaron,mejilla y costado que hirió mas profundo,notando escozor por aquello por lo que estuviera impregnado con alguna extraña planta que hacía reaccionar así en contacto con la piel ya fuera mortal cien por cien u no.La cuestión es que aquella imagen pude ver lo que en ese momento no me detuve en tal detalle,las plumas de la flecha que partí eran las mismas con las aquella vez uso en nuestro enfrentamiento de varios,es entonces cuando se depertó mi sentido de alerta se agudizaba aun más.
—¡¿estás vivo?!— Dije apoyandome en el marco de la puerta de la guardilla de la que quería salir después de improvisar con mi violín,viendo a través del ventanal la reina blanca por excelencia que hoy al igual que yo no tenía compañía,ella por estrellas luminosas y yo con alguien con quien hablar y que no tuviera nada que ver con el servicio que a día de hoy me acompaña.
Después de aquello investigue,recalcando las pistas mas importantes y fiables con las que me tropezaba entre preguntas,desterrando los bulos como hago en cada búsqueda.Halle su ubicación en Paris,concretamente entre los senderos y prados donde el espacio libre con tanta edificación le permitía tener la tranquilidad que pudiera necesitar.Hoy,esta noche,iré a su encuentro para ver porque esta avalancha de imágenes.
Y allí fui,a lomos de mi caballo Pétreos hasta donde se alojaba.Amplio terreno de tierras sembradas y una cuadra vacía que posiblemente sacaban los caballos a hora solar para que sus músculos se no se atrofien y se mantengan,eso y una alimentación adecuada.Una buena casa en una granja que a simple vista,parecía tener las comodidades que necesitaba.Este lugar era nuevo para mi,casi nunca me alejaba de mi mansión u las áreas externas del norte de Paris,pero hice la excepción.
Dejé a mi caballo en las caballerizas que estaban en la parte trasera,donde el relinchar de sus caballos descubrió mi presencia y tal vez no sería tan silenciosa mi visita como pretendía.Paso lento y decidido sin dejar de paso a la elgancia.Pelo trenzado que dejo al descubierto cuando me bajo la capa de terciopelo negro,viendo a su vez la silueta de mi sombra que se alarga y empequeñce mi sombra conforme me acerco a esas lámparas de aceite que alumbran un camino,uno que no seguí ni ví al venir de una dirección contraria.Crucé entre las dos primeras y allí lo ví,delante de esa puerta,frunci el ceño pues no le reconocía hasta que de nuevo,imágenes se muestran.El bastón que le sostenía se disfrazó como la ballesta que usaba y en su mano una flecha,dispuesto a cargarla para disparar.
—¿Thomas?—Dije viéndole allí,quieto.Avancé un par de pasos hasta quedar entre medias de las primeras lámparas—¿Thomas,eres tú?—Dije moviendo mis ojales azules,centrándome en su rostro sobre el que se solapa su imagen más joven de cuando le conocí.Cabello castaño a media melena,ojos de un verde claro que se centran en el blanco.Fuertes músculos,muñequeras de cuero y barba crecida por una semana que hacían aun mas atractiva sus facciones,botas medias.¡Impecable!,recuerdo del pasado.
Cerré los ojos con fuerza cuando deje de ver el recuerdo,volviendo al presente,acercándome un poco más,—Estás vivo…—susurré,clavando la mirada en él,esperando que hablara el recuerdo.
Imágenes solapándose de un pasado prohibido por lo que yo era y lo que él representaba junto a ese conjunto de cazadores que al día de hoy siguen existiendo,siendo un eslabón superior a aquellos que por hobbie cazan presas menores del circulo animal,un escalón intermedio o similar a cierto grupo de la inquisición que mata sin reparo alguno a aquellas especies que según ellos no deberían poblar esta tierra y ninguna otra,salvo el mismísimo infierno.Puesto que el cielo estaba reservado para aquellas ovejas blancas que obedecían a una creencia o que simplemente no había cometido ningún mal acto a lo largo de su existencia.No estaba de acuerdo,pero a decir verdad,a quien le importaba la opinión de un alma condenada destinada a morir en sus manos.
No me consideraba un acepción en lo que creían,de echo mas de una vez he intentado deshacerme de mi pero por una razón u otra Caronte tenía reservado para mi otro fin,aunque siempre la misma,siendo que mis pasos continuaran sin haber vuelta a atrás de la criatura que era y soy hasta no se cuando muera definitivamente.Antes no es ahora,donde mas o menos había encontrado el equilibrio una vez tomaba forma mi alrededor después de mi último despertar.
Revivo el recuerdo de huidas donde mi muerte ya debería haber ocurrido todas esas veces donde la Orden de Cazdores me pisaba los talones y en todas logré zafarme de un enfrentamiento,hasta él día que Thomas apareció.Armado y fiero frente a mi,nos enfrentamos mas de una vez donde analicé que sus golpes o arañazos por sus armas era mera advertencia,de que realmente no quería hacerme daño mas del necesario,el por que lo descubría mas despues,pero si,sus puñetazos dolían al igual que las caricias que rajaban mi piel por el filo de su ballesta,pero sin duda eso estaba muy lejos de matarme sino ya no existiría.
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Nueva imagen que se hace mucho mas real y no como un simple sueño que es este mi don,asaltándome un recuerdo reciente,bueno, no tan reciente,tal vez han pasado unos meses pero parecía que había ocurrido solo hace unos.Recuerdo de una huida que para nada estaba planificada,salvo estar con tan bella criatura y persona que era Joshua,un valioso amigo que me ayudo en ello y que en el transcurso en el que buscábamos una huida varias flechas nos alcanzaron,mejilla y costado que hirió mas profundo,notando escozor por aquello por lo que estuviera impregnado con alguna extraña planta que hacía reaccionar así en contacto con la piel ya fuera mortal cien por cien u no.La cuestión es que aquella imagen pude ver lo que en ese momento no me detuve en tal detalle,las plumas de la flecha que partí eran las mismas con las aquella vez uso en nuestro enfrentamiento de varios,es entonces cuando se depertó mi sentido de alerta se agudizaba aun más.
—¡¿estás vivo?!— Dije apoyandome en el marco de la puerta de la guardilla de la que quería salir después de improvisar con mi violín,viendo a través del ventanal la reina blanca por excelencia que hoy al igual que yo no tenía compañía,ella por estrellas luminosas y yo con alguien con quien hablar y que no tuviera nada que ver con el servicio que a día de hoy me acompaña.
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Después de aquello investigue,recalcando las pistas mas importantes y fiables con las que me tropezaba entre preguntas,desterrando los bulos como hago en cada búsqueda.Halle su ubicación en Paris,concretamente entre los senderos y prados donde el espacio libre con tanta edificación le permitía tener la tranquilidad que pudiera necesitar.Hoy,esta noche,iré a su encuentro para ver porque esta avalancha de imágenes.
Y allí fui,a lomos de mi caballo Pétreos hasta donde se alojaba.Amplio terreno de tierras sembradas y una cuadra vacía que posiblemente sacaban los caballos a hora solar para que sus músculos se no se atrofien y se mantengan,eso y una alimentación adecuada.Una buena casa en una granja que a simple vista,parecía tener las comodidades que necesitaba.Este lugar era nuevo para mi,casi nunca me alejaba de mi mansión u las áreas externas del norte de Paris,pero hice la excepción.
Dejé a mi caballo en las caballerizas que estaban en la parte trasera,donde el relinchar de sus caballos descubrió mi presencia y tal vez no sería tan silenciosa mi visita como pretendía.Paso lento y decidido sin dejar de paso a la elgancia.Pelo trenzado que dejo al descubierto cuando me bajo la capa de terciopelo negro,viendo a su vez la silueta de mi sombra que se alarga y empequeñce mi sombra conforme me acerco a esas lámparas de aceite que alumbran un camino,uno que no seguí ni ví al venir de una dirección contraria.Crucé entre las dos primeras y allí lo ví,delante de esa puerta,frunci el ceño pues no le reconocía hasta que de nuevo,imágenes se muestran.El bastón que le sostenía se disfrazó como la ballesta que usaba y en su mano una flecha,dispuesto a cargarla para disparar.
—¿Thomas?—Dije viéndole allí,quieto.Avancé un par de pasos hasta quedar entre medias de las primeras lámparas—¿Thomas,eres tú?—Dije moviendo mis ojales azules,centrándome en su rostro sobre el que se solapa su imagen más joven de cuando le conocí.Cabello castaño a media melena,ojos de un verde claro que se centran en el blanco.Fuertes músculos,muñequeras de cuero y barba crecida por una semana que hacían aun mas atractiva sus facciones,botas medias.¡Impecable!,recuerdo del pasado.
Cerré los ojos con fuerza cuando deje de ver el recuerdo,volviendo al presente,acercándome un poco más,—Estás vivo…—susurré,clavando la mirada en él,esperando que hablara el recuerdo.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris.Mi lugar de nacimiento,muerte y el renacer como consiguiente.Aunque no me gusta estar mucho tiempo en un lugar fijo.
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
Me percaté de que había una figura en mitad del camino.Cogí una de las lámparas de aceite que había junto a la puerta de entrada y la estiré, para poder alumbrar más a la figura esbelta y femenina que se acercaba con pasos gráciles y lentos. Su voz, esa voz que creí que nunca más iba a escuchar, llegó hasta mis oídos, pronunciando mi nombre. El corazón comenzó a latirme con rapidez. ¿Qué estaba haciendo ella aquí? Gael iba a llegar enseguida, si la veía... Quizás la matase. No podía permitirlo. La había salvado de la Orden de los cazadores en su día, la tenía que salvar de mi aprendiz. Seguramente, ella estaría sintiendo mi nerviosismo y mi preocupación, mientras los recuerdos venían a mi mente como pequeñas luces que me impedían ver la realidad. Su risa, su cabello, mi reflejo en sus ojos...
-My lady.- Dije dejando el bastón dentro de la casa, lo lancé con fuerza, quería que entrase cuanto antes, tenía que entrar. Me acerqué unos pocos pasos hasta ella, bajando con dificultad las escaleras. ¿De verdad era ella? Era como si estuviera reviviendo un sueño. Estuve a punto de caerme, tropecé con una piedra. Mascullé una palabrota y alcé la mirada para poder verla de cerca. Seguía igual que siempre, con su inmortalidad intacta y yo estaba cada vez peor. -Estoy vivo. Y tú sigues como siempre... Lady carmesí.- Cuando llegué a su altura, me permití el lujo de tocar su mejilla, sonrosada, pero pálida. El frío de su piel llenó mis manos y sonreí, todo estaba como siempre. Excepto yo.
Me permití el lujo de cogerla de la mano, aparte de que necesitaba ayuda para andar, quería recordar como era llevarla de la mano. Tiré de ella hacía dentro de la casa, allí podría esconderse en algún rincón si aparecía mi pupilo. -¿Qué hacéis aquí? Ha pasado mucho tiempo...- Cerré la puerta de la entrada y le indiqué que se sentase en uno de los sillones que había en la sala. Me senté en el de en frente de ella, así, podría verla todo el tiempo. No me hacía a la idea de que fuera ella de verdad, ella había significado demasiadas cosas en mi vida, un amor, un problema, un replanteamiento de todo lo yo era y había sido... Y aquí estaba. Con ella delante, mirándonos a los ojos como si el tiempo no hubiera pasado. Así era al menos como me sentía. Ya podía morir un poquito más cerca.
-My lady.- Dije dejando el bastón dentro de la casa, lo lancé con fuerza, quería que entrase cuanto antes, tenía que entrar. Me acerqué unos pocos pasos hasta ella, bajando con dificultad las escaleras. ¿De verdad era ella? Era como si estuviera reviviendo un sueño. Estuve a punto de caerme, tropecé con una piedra. Mascullé una palabrota y alcé la mirada para poder verla de cerca. Seguía igual que siempre, con su inmortalidad intacta y yo estaba cada vez peor. -Estoy vivo. Y tú sigues como siempre... Lady carmesí.- Cuando llegué a su altura, me permití el lujo de tocar su mejilla, sonrosada, pero pálida. El frío de su piel llenó mis manos y sonreí, todo estaba como siempre. Excepto yo.
Me permití el lujo de cogerla de la mano, aparte de que necesitaba ayuda para andar, quería recordar como era llevarla de la mano. Tiré de ella hacía dentro de la casa, allí podría esconderse en algún rincón si aparecía mi pupilo. -¿Qué hacéis aquí? Ha pasado mucho tiempo...- Cerré la puerta de la entrada y le indiqué que se sentase en uno de los sillones que había en la sala. Me senté en el de en frente de ella, así, podría verla todo el tiempo. No me hacía a la idea de que fuera ella de verdad, ella había significado demasiadas cosas en mi vida, un amor, un problema, un replanteamiento de todo lo yo era y había sido... Y aquí estaba. Con ella delante, mirándonos a los ojos como si el tiempo no hubiera pasado. Así era al menos como me sentía. Ya podía morir un poquito más cerca.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
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Localización : Detrás de ti
Re: Lady Carmesí ~ Privado.
No podía evitar acercarme y conforme lo hacia,también transcurrían aquellas imágenes que pasaban como si se tratara un juego de sombras donde la silueta cambia,un presente y pasado que sigue tan vivo frente a mí y que ante mi silencio su voz rasgada por el tiempo lo rompe.Sonreí al saber que me recordaba,sentí su nerviosismo a cada paso que daba para acercarse a mi.No temía por mi en su presencia porque sabía que él no me haría daño,sin embargo note cierta preocupación en su gesto.Paso ágil para evitar un mal peor,una caída que a su edad no beneficiaría a su salud,aunque bien pude ver como tiraba el bastón al interior,no iba a haber milagro repentino,no creía en esas cosas como en muchas otras que con el paso del tiempo dejé de hacerlo.
Cuando por fin esta mi altura,deteniendo mis pasos para no acabar pisando la punta de sus pies.Sonreí cuando sus palabras rompen este extraño silencio recordando ese cariñoso alias después de coincidir en una de mi peores noches donde la bestia le hacia barrera a ese parte más humana;cerrando por instante los ojos ante el cálido roce de su mano sobre mi mejilla.Al abrir los ojos de nuevo su imagen más joven,desapareciendo las arrugas de experiencia que el tiempo le había otorgado,tan real que incluso quise besarle como en alguna ocasión llegué a probar sus labios,por atrevimiento de los dos.Esos ojos y esa expresión característica de un mortal con suerte en el amor.
— Tú…tú..creí no volvería a verte…—Dije,alzando mano para acariciar la ajena y la libre tomar contacto con su cálida mejilla arrugada,viendole a los ojos,que mudos habían visto más de una batalla ante seres como yo y sus derivados que posiblemente desconozca.
Aun mantenía la mirada en él,complice y seguros que tanto uno como el otro no daríamos un paso en contra.Cuando este aparto la mano para cruzar nuestras manos pude ver y sentir algo que a simple vista solo podría verse el paso del tiempo,ahora lo entiendo todo,estaba enfermo,el diagnostico de un médico conocido por la orden no era favorable,mas como siempre sabía disimular muy bien la complicación que supusiera aquello que le envolviera.Una enfermedad lenta que podría acabar repentinamente u para más inri sentiría como moría lentamente,así entendí las pocas palabras rebelaban y que tras su tirón para devolverme a la realidad,ya no pude ver más.
—Debiste haber aceptado..…—Dije,haciendo referencia a aquella vez que le ofrecí ser inmortal como yo,la única vez que lo hice,por un impulso de ir un paso más allá,pero comprendí que no lo hiciera,”va en contra mis principios” dijo y no le faltaba razón pues como transformarte en aquello que matas y que con ello se redujera a dos hechos;que el sería perseguido igual que yo y que de esta forma no me serviría de ayuda si alguna vez lo necesitaba.Aunque bien sabía que era lo primero que inmaginaba,sabía que odiaba a cada inmortal que cazaba;ya fueran vampiros,licántropos y esos medios seres que no tienen apariencia humana,¿como los llaman?,ya se,nosferatus,que sin duda son mas peligrosos que mi propia especie u quizás a la par,mas yo soy una clara excepción a todas ellas.
Me guie y le guie al interior de su hogar,ayudándole un poco mas si cabe para la subida de los escalones que bajó con dificultad aun ayudándose por ese bastón que se aventuró a tirarlo al interior.Le mire de soslayo buscando la mirada que hallé hasta por fin estar en el interior que a prisa quería alcanzar.Me senté allí donde me indico,ojee mi alrededor antes de poner la vista de nuevo en él,viendo las comodidades de esta sencilla casa,deteniéndome en esa pequeña chimenea que con facilidad calentaría este pequeño espacio que había escogido para vivir sus últimos días.Llamas sobre los maderos que sumisos se dejaban calentar,quemar,arder en tiempos mas fríos que este otoño que está lejos de su fin en los que yo me concentraba y hallaba a la calma necesaria para no arrancarles las cuerdas vocales a alguno de los miembros del servicio,pues cierto era que renovar el mismo pero prefería hacerlo por un método mas lento,quizás agonizante ante gritos que no oirían por el dolor que les causaba por mi habilidad,dejándoles débiles para luego desangrarlos,beber o servirme como el aroma en un baño caliente,ummm,deliciosas termas de embriagador olor!.
Pensamiento ditraido,escuchando el eco de su voz tras de mi.Esta vez no veía nada, tan solo me quedé ahí,pensativa como muchas otra veces.Negue antes de darle mi atención,centrandome en sus orbes de claro verde que mantenían su brillo que aun mas intensos se muestran cuando por segundos no pestañeo.
—Tenía que volver a verte…después de aquella vez…última vez—Susurré después de oir repetida su pregunta.Hice el tonto gesto de tragar saliva,destellos de rojo rubi se muestran en mis ojos y no controlo,sonando por encima de su voz el latido del corazón que poco a poco se marchita,de ahí la irregularidad de sus latidos que no hacen otra cosa que incitarme a beber.Aparté la mirada de él,cerre los ojos con fuerza para mantener por un tiempo tras la línea esa sed.
—¿estás enfermo,verdad?…—Dije,gesto cambiado al girarme,afectada por lo que se avecina y que solo lo que una vez ofrecía podía ser su solución.
Cuando por fin esta mi altura,deteniendo mis pasos para no acabar pisando la punta de sus pies.Sonreí cuando sus palabras rompen este extraño silencio recordando ese cariñoso alias después de coincidir en una de mi peores noches donde la bestia le hacia barrera a ese parte más humana;cerrando por instante los ojos ante el cálido roce de su mano sobre mi mejilla.Al abrir los ojos de nuevo su imagen más joven,desapareciendo las arrugas de experiencia que el tiempo le había otorgado,tan real que incluso quise besarle como en alguna ocasión llegué a probar sus labios,por atrevimiento de los dos.Esos ojos y esa expresión característica de un mortal con suerte en el amor.
— Tú…tú..creí no volvería a verte…—Dije,alzando mano para acariciar la ajena y la libre tomar contacto con su cálida mejilla arrugada,viendole a los ojos,que mudos habían visto más de una batalla ante seres como yo y sus derivados que posiblemente desconozca.
Aun mantenía la mirada en él,complice y seguros que tanto uno como el otro no daríamos un paso en contra.Cuando este aparto la mano para cruzar nuestras manos pude ver y sentir algo que a simple vista solo podría verse el paso del tiempo,ahora lo entiendo todo,estaba enfermo,el diagnostico de un médico conocido por la orden no era favorable,mas como siempre sabía disimular muy bien la complicación que supusiera aquello que le envolviera.Una enfermedad lenta que podría acabar repentinamente u para más inri sentiría como moría lentamente,así entendí las pocas palabras rebelaban y que tras su tirón para devolverme a la realidad,ya no pude ver más.
—Debiste haber aceptado..…—Dije,haciendo referencia a aquella vez que le ofrecí ser inmortal como yo,la única vez que lo hice,por un impulso de ir un paso más allá,pero comprendí que no lo hiciera,”va en contra mis principios” dijo y no le faltaba razón pues como transformarte en aquello que matas y que con ello se redujera a dos hechos;que el sería perseguido igual que yo y que de esta forma no me serviría de ayuda si alguna vez lo necesitaba.Aunque bien sabía que era lo primero que inmaginaba,sabía que odiaba a cada inmortal que cazaba;ya fueran vampiros,licántropos y esos medios seres que no tienen apariencia humana,¿como los llaman?,ya se,nosferatus,que sin duda son mas peligrosos que mi propia especie u quizás a la par,mas yo soy una clara excepción a todas ellas.
Me guie y le guie al interior de su hogar,ayudándole un poco mas si cabe para la subida de los escalones que bajó con dificultad aun ayudándose por ese bastón que se aventuró a tirarlo al interior.Le mire de soslayo buscando la mirada que hallé hasta por fin estar en el interior que a prisa quería alcanzar.Me senté allí donde me indico,ojee mi alrededor antes de poner la vista de nuevo en él,viendo las comodidades de esta sencilla casa,deteniéndome en esa pequeña chimenea que con facilidad calentaría este pequeño espacio que había escogido para vivir sus últimos días.Llamas sobre los maderos que sumisos se dejaban calentar,quemar,arder en tiempos mas fríos que este otoño que está lejos de su fin en los que yo me concentraba y hallaba a la calma necesaria para no arrancarles las cuerdas vocales a alguno de los miembros del servicio,pues cierto era que renovar el mismo pero prefería hacerlo por un método mas lento,quizás agonizante ante gritos que no oirían por el dolor que les causaba por mi habilidad,dejándoles débiles para luego desangrarlos,beber o servirme como el aroma en un baño caliente,ummm,deliciosas termas de embriagador olor!.
Pensamiento ditraido,escuchando el eco de su voz tras de mi.Esta vez no veía nada, tan solo me quedé ahí,pensativa como muchas otra veces.Negue antes de darle mi atención,centrandome en sus orbes de claro verde que mantenían su brillo que aun mas intensos se muestran cuando por segundos no pestañeo.
—Tenía que volver a verte…después de aquella vez…última vez—Susurré después de oir repetida su pregunta.Hice el tonto gesto de tragar saliva,destellos de rojo rubi se muestran en mis ojos y no controlo,sonando por encima de su voz el latido del corazón que poco a poco se marchita,de ahí la irregularidad de sus latidos que no hacen otra cosa que incitarme a beber.Aparté la mirada de él,cerre los ojos con fuerza para mantener por un tiempo tras la línea esa sed.
—¿estás enfermo,verdad?…—Dije,gesto cambiado al girarme,afectada por lo que se avecina y que solo lo que una vez ofrecía podía ser su solución.
Última edición por Nirole Eilen el Vie Dic 02, 2016 10:25 am, editado 1 vez
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris.Mi lugar de nacimiento,muerte y el renacer como consiguiente.Aunque no me gusta estar mucho tiempo en un lugar fijo.
DATOS DEL PERSONAJE
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
Cerré los ojos cuando su fría mano tocó mi mejilla. Su contacto parecía hacerme arder por dentro. Un torbellino de recuerdos venía a mí sin que yo pudiera evitarlo, recordando momentos juntos, momentos en los que había mentido a la Orden por ella, había evitado que Gael y Xaryne la descubriesen en las noches de cacerías, la había mantenido a salvo de los míos y de mí. Pues el alejarme de ella había sido por eso. Yo no podía aceptar su mundo y ella hacía muchos años que había abandonado el mío. En cualquier momento uno de los dos iba a salir herido, así que una marcha había sido lo mejor que pudimos hacer, por mucho que doliese aquello.
-Yo tampoco pensé que volvería a verte, my lady.- La miré con un gesto serio mientras entrábamos en casa. No se me había olvidado una vez que se ofreció a hacerme inmortal. ¿Cómo podía serlo? Cazaba a aquellos seres, ya estaba yendo en contra de mis principios al estar amándola cada noche. Entramos los dos en mi granja y le dije donde podía sentarse para estar más cómoda. Observé como inspeccionaba mi hogar, hogar que había mandado construir para mí una vez que estuve retirado de cazador o mejor dicho, cuando mis pupilos me obligaron a retirarme y dedicarme al cuidado y crianza de los caballos. Los caballos realmente me gustaban, podía ganar mucho dinero con ellos, eran criaturas magníficas.
Miré a la chimenea, donde el chisporrotear del fuego me calmaba los huesos, la mente y hacía todo esto más acogedor de lo que de por sí era. ¿Tenía que volver a verme? Seguro que en este tiempo había conocido a otros hombres al igual que yo mujeres, pero ninguna habia sido como ella. Ni siquiera la Madamme de aquel burdel, pasamos momentos buenos y gratos, pero no como los que pasé con la mujer que tenía delante. Me miré a las manos, no había día que no soñara con ella y ahora estaba aquí delante, en mi salón. Era una auténtica locura. -Nunca he llegado a olvidarte, Nirole.- Me sorprendí a mi mismo de volver a pronunciar su nombre. Demasiado tiempo sin que saliese de mis labios.
Su última pregunta me hizo levantar la mirada y enfrentarme a ella y a lo que eso significaba. Asentí y suspiré. - Llevo un par de años enfermo. Antes, hace un par de años, podía hacer aún cualquier cosa, pero estos días, se ha ido agravando y va de mal en peor. Pero no temas, aún no pienso morirme. Voy a seguir dando guerra unos cuantos años más. O esa es mi intención.- Dejé escapar una breve risa, que se mezcló con una tos horrible. - Los de tu especie me dan envidia en lo referente a caer enfermos. No podéis... Es algo... De lo que me gustaría curarme. No quiero morir aún, tengo muchas cosas que ver. Pero si es mi destino, lo aceptaré.- Me serví en un vaso un poco de whisky y cogí otro que estaba abandonado sobre la mesa y lo llené para ella, por si le apetecía algo que no fuera sangre.
-Yo tampoco pensé que volvería a verte, my lady.- La miré con un gesto serio mientras entrábamos en casa. No se me había olvidado una vez que se ofreció a hacerme inmortal. ¿Cómo podía serlo? Cazaba a aquellos seres, ya estaba yendo en contra de mis principios al estar amándola cada noche. Entramos los dos en mi granja y le dije donde podía sentarse para estar más cómoda. Observé como inspeccionaba mi hogar, hogar que había mandado construir para mí una vez que estuve retirado de cazador o mejor dicho, cuando mis pupilos me obligaron a retirarme y dedicarme al cuidado y crianza de los caballos. Los caballos realmente me gustaban, podía ganar mucho dinero con ellos, eran criaturas magníficas.
Miré a la chimenea, donde el chisporrotear del fuego me calmaba los huesos, la mente y hacía todo esto más acogedor de lo que de por sí era. ¿Tenía que volver a verme? Seguro que en este tiempo había conocido a otros hombres al igual que yo mujeres, pero ninguna habia sido como ella. Ni siquiera la Madamme de aquel burdel, pasamos momentos buenos y gratos, pero no como los que pasé con la mujer que tenía delante. Me miré a las manos, no había día que no soñara con ella y ahora estaba aquí delante, en mi salón. Era una auténtica locura. -Nunca he llegado a olvidarte, Nirole.- Me sorprendí a mi mismo de volver a pronunciar su nombre. Demasiado tiempo sin que saliese de mis labios.
Su última pregunta me hizo levantar la mirada y enfrentarme a ella y a lo que eso significaba. Asentí y suspiré. - Llevo un par de años enfermo. Antes, hace un par de años, podía hacer aún cualquier cosa, pero estos días, se ha ido agravando y va de mal en peor. Pero no temas, aún no pienso morirme. Voy a seguir dando guerra unos cuantos años más. O esa es mi intención.- Dejé escapar una breve risa, que se mezcló con una tos horrible. - Los de tu especie me dan envidia en lo referente a caer enfermos. No podéis... Es algo... De lo que me gustaría curarme. No quiero morir aún, tengo muchas cosas que ver. Pero si es mi destino, lo aceptaré.- Me serví en un vaso un poco de whisky y cogí otro que estaba abandonado sobre la mesa y lo llené para ella, por si le apetecía algo que no fuera sangre.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
En el tiempo que mis claro ojales seguían clavados en los claros ajenos,haciendo una pregunta a la que yo ya sabía la respuesta sobradamente, recordando en ese instante su frase que manera descolocada pero con misma intención y que haciendo un par de añadidos, pronuncié para hacer visible que no le había olvidadado aun creyéndole muerto hasta que las imágenes de mi huida en los bosques junto con el cambiante al que guardo mucho cariño al día de hoy y que desearía volver a ver,aunque fuera de manera exprés para saber como seguía la contención de hacer daño a otro,por no saber controlarse del todo en la transformación en esas aves,de las que he visto dos, guiándome por su descripción de un tercera que nunca llegué a ver.
Su respuesta guardaba entre líneas mucho mas de lo que ería tapar tras su risa.Reí también e hice un pequeño apunte después de esa tos dañina—..Vuestro carácter no ha cambiado a pesar de los años…Sois luchador nato y estoy segura que está el último segundo lucharas y darás patas en el culo a la muerte—Dije, añadiendo en un tono mas tranquilo pero con cierta chispa de dulzura,disimulando como bien se hacer, como si su muerte no me afectaría una vez llegara el día.
Cerré los ojos de nuevo ante los latidos que escucho en una pausa donde el chisporrotear del fuego no le hace sombra,no podía evitarlo, me alimente, pero no lo suficiente al parecer,sino,no estaría dando estos avisos tan claros en mi interior .
Exhale,abriendo los ojos con lentitud,buscando un punto fijo en su clara mirada, —¿envidia?—negué, manteniéndome en silencio,siguiéndole con la mirada,hacia esa mesa de donde cogió un par de vasos y el whisky con el que rellenaría los mismos.Tome uno para mi,mientras él a su paso tomaba asiento en el mismo lugar,yo ya di mi primer trago.
—…es tal vez es el punto salvable de la inmortalidad, creo que es el único.Por lo demás son todo perdidas,propias y de otros allegados..que—Dije viendo la mano con la que sostenía su vaso,—..por obligación de oficio y mi origen nos vimos obligados a separarnos…—Exhale,desviando la mirada ante el ruido que escucho fuera.De nuevo el relinchar de los caballos avisan de que alguien se acerca.Me levante con rapidez para colocarme por delante de él,aprovechando en el movimiento para sacar la daga del cinto que ocultaba mi capa de terciopelo.Fruncí el ceño siendo mas marcado cuando le siguieron unos pasos que no conocía,pues que supiera,Thomas vivía solo aquí.
—Al menos que esperéis a alguien..otros tienen planes de interrumpirnos,...me han seguido—Dije, mas en ese instante el cierre de la puerta sonó para su apertura.Por instinto lance la daga en dirección a la puerta,quedando esta clavada al lado del marco,pasando de refilón por aquél que cruzaba el umbral de la puerta.
—¡quieto ahí!¡¿quien sois?,¿Qué hacéis aquí?!—Dije, dejando ver ese color carmesí en los ojos,deseosa de sangre.Acercándome con mayor rapidez para agarrarlo por el cuello y aprisionarlo contra la pared.Mirando su ojos,boca entreabierta dejando visibles mis colmillos tras un gruñido,esperando que hablara alguno de los dos.
Su respuesta guardaba entre líneas mucho mas de lo que ería tapar tras su risa.Reí también e hice un pequeño apunte después de esa tos dañina—..Vuestro carácter no ha cambiado a pesar de los años…Sois luchador nato y estoy segura que está el último segundo lucharas y darás patas en el culo a la muerte—Dije, añadiendo en un tono mas tranquilo pero con cierta chispa de dulzura,disimulando como bien se hacer, como si su muerte no me afectaría una vez llegara el día.
Cerré los ojos de nuevo ante los latidos que escucho en una pausa donde el chisporrotear del fuego no le hace sombra,no podía evitarlo, me alimente, pero no lo suficiente al parecer,sino,no estaría dando estos avisos tan claros en mi interior .
Exhale,abriendo los ojos con lentitud,buscando un punto fijo en su clara mirada, —¿envidia?—negué, manteniéndome en silencio,siguiéndole con la mirada,hacia esa mesa de donde cogió un par de vasos y el whisky con el que rellenaría los mismos.Tome uno para mi,mientras él a su paso tomaba asiento en el mismo lugar,yo ya di mi primer trago.
—…es tal vez es el punto salvable de la inmortalidad, creo que es el único.Por lo demás son todo perdidas,propias y de otros allegados..que—Dije viendo la mano con la que sostenía su vaso,—..por obligación de oficio y mi origen nos vimos obligados a separarnos…—Exhale,desviando la mirada ante el ruido que escucho fuera.De nuevo el relinchar de los caballos avisan de que alguien se acerca.Me levante con rapidez para colocarme por delante de él,aprovechando en el movimiento para sacar la daga del cinto que ocultaba mi capa de terciopelo.Fruncí el ceño siendo mas marcado cuando le siguieron unos pasos que no conocía,pues que supiera,Thomas vivía solo aquí.
—Al menos que esperéis a alguien..otros tienen planes de interrumpirnos,...me han seguido—Dije, mas en ese instante el cierre de la puerta sonó para su apertura.Por instinto lance la daga en dirección a la puerta,quedando esta clavada al lado del marco,pasando de refilón por aquél que cruzaba el umbral de la puerta.
—¡quieto ahí!¡¿quien sois?,¿Qué hacéis aquí?!—Dije, dejando ver ese color carmesí en los ojos,deseosa de sangre.Acercándome con mayor rapidez para agarrarlo por el cuello y aprisionarlo contra la pared.Mirando su ojos,boca entreabierta dejando visibles mis colmillos tras un gruñido,esperando que hablara alguno de los dos.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
Acababa de salir de trabajar, Xaryne había venido a verme al restaurante para decirme que había hablado con Thomas y le había dicho que hoy, iría yo a cuidarle, lo que significaba que también me iba a quedar a dormir en la granja. No me importaba dormir con el viejo, era agradable pasar tiempo con él, pero me preocupaba mucho su estado de salud y más que dormir, lo que hacía era estar en un duerme vela constante. No podía quitarme de la cabeza que lo iba a perder en cuestión de segundos. ¿Qué iba a poder hacer si moría en mi cuidado? Iba a ser horrible aquello.
Me costó un rato, como siempre llegar hasta la granja del maestro, estaba todo completamente en una oscuridad absoluta, pero podía ver a través de las ventanas como había luz en la casa. Estaba despierto, bien, era una buena señal, aunque esperaba que no estuviera borracho como siempre. Zaros estaba cerca de la valla del camino y aproveché para acercarme y acariciarle el hocico. Xaryne no se lo había llevado aún a su nueva casa, o mejor dicho... Mansión. Dejé al caballo donde estaba y subí las tres escaleras que subían al porche. Tenía la llave, por lo que abrí sin problemas.
Los problemas llegaron nada más abrir un poco la puerta. Una daga voló hasta el marco, donde a la izquierda estaba mi nariz. Un poco más y me dejaba muerto. ¿Thomas? ¡Qué diablos! Una figura femenina me agarró por el cuello y me mostró los colmillos. ¡No! Mantuve mi vista en los ojos rojos de la vampiresa y gruñí un poco. ¿Cómo había entrado? Thomas tenía armas por toda la casa. -Esas preguntas las debería de hacer yo, ¿No crees? ¿Has venido a matar ancianos?- Me moví y conseguí soltarme de su agarre, hasta que saqué una de mis dagas, apuntándola directamente. Iba a ser una noche más animada de lo que me esperaba.
Thomas.
La puerta se abrió mientras manteníamos una conversación que no entraba dentro de la categoría de agradable, porque solamente hablábamos de malos sentimientos y de muerte. Nirole se levantó del asiento en el que se encontraba y lanzó una daga contra el marco de la puerta, por la que apareció Gael. Me tensé como un pequeño resorte. Se iban a matar entre ellos si yo no intervenía. Me levanté como pude, pero Nirole ya estaba sujetando a Gael contra la pared. Era una vampiresa de lo más fuerte, mucho más que otros y otras. Me acerqué y coloqué mi mano sobre el hombro de mi Lady carmesí, un gesto amable y conciliador. -No quería que os conocieseis así... Pero... Él es mi aprendiz, o lo fue. Es de la familia.- Dije mirando a Nirole con una sonrisa. Después, mi vista se giró hasta los ojos de Gael. - Ella es Nirole, una antigua amiga. Ha venido a visitarme. Y como sé que ambos me quereís, cada uno a su manera... Guardad las armas y los colmillos. Hoy es tiempo de que en esta casa haya algo de paz.- Me giré dándoles la espalda y volviéndome a sentar en mi butaca, para luego continuar mirándolos, esperando a que sacasen las banderas de paz.
Me costó un rato, como siempre llegar hasta la granja del maestro, estaba todo completamente en una oscuridad absoluta, pero podía ver a través de las ventanas como había luz en la casa. Estaba despierto, bien, era una buena señal, aunque esperaba que no estuviera borracho como siempre. Zaros estaba cerca de la valla del camino y aproveché para acercarme y acariciarle el hocico. Xaryne no se lo había llevado aún a su nueva casa, o mejor dicho... Mansión. Dejé al caballo donde estaba y subí las tres escaleras que subían al porche. Tenía la llave, por lo que abrí sin problemas.
Los problemas llegaron nada más abrir un poco la puerta. Una daga voló hasta el marco, donde a la izquierda estaba mi nariz. Un poco más y me dejaba muerto. ¿Thomas? ¡Qué diablos! Una figura femenina me agarró por el cuello y me mostró los colmillos. ¡No! Mantuve mi vista en los ojos rojos de la vampiresa y gruñí un poco. ¿Cómo había entrado? Thomas tenía armas por toda la casa. -Esas preguntas las debería de hacer yo, ¿No crees? ¿Has venido a matar ancianos?- Me moví y conseguí soltarme de su agarre, hasta que saqué una de mis dagas, apuntándola directamente. Iba a ser una noche más animada de lo que me esperaba.
Thomas.
La puerta se abrió mientras manteníamos una conversación que no entraba dentro de la categoría de agradable, porque solamente hablábamos de malos sentimientos y de muerte. Nirole se levantó del asiento en el que se encontraba y lanzó una daga contra el marco de la puerta, por la que apareció Gael. Me tensé como un pequeño resorte. Se iban a matar entre ellos si yo no intervenía. Me levanté como pude, pero Nirole ya estaba sujetando a Gael contra la pared. Era una vampiresa de lo más fuerte, mucho más que otros y otras. Me acerqué y coloqué mi mano sobre el hombro de mi Lady carmesí, un gesto amable y conciliador. -No quería que os conocieseis así... Pero... Él es mi aprendiz, o lo fue. Es de la familia.- Dije mirando a Nirole con una sonrisa. Después, mi vista se giró hasta los ojos de Gael. - Ella es Nirole, una antigua amiga. Ha venido a visitarme. Y como sé que ambos me quereís, cada uno a su manera... Guardad las armas y los colmillos. Hoy es tiempo de que en esta casa haya algo de paz.- Me giré dándoles la espalda y volviéndome a sentar en mi butaca, para luego continuar mirándolos, esperando a que sacasen las banderas de paz.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
El color rojo de mis ojos se coloreo aun mas intensos,dientes apretados que me permitía ahora que los colmillos no estaban crecidos.Mia garre tampoco cedió,tampoco cedí en la mirada que bien anunciaba que cualquier paso en falso que diera se llevaría un mordida u tal vez algo peor.
—¡He venido a matar a aquellos intru..sos como tú!—Dije,sin moverme un ápice cuando se deshizo de mi agarre,siendo de la misma forma que pasó a estar armado y amenazarme, cosa que no toleraba nada bien almenos que tuviera o diera,aunque pensándolo bien,era una amenaza clara para él, ambos lo éramos para el otro
Lejos de achicarme ante su amenaza, avancé hasta que la punta de ese cuchillo toca mi piel,marcándose por un punto hundido que si hacía presión mayor a su roce,sangraría,menos de lo que imaginaba que lo haría su cuello lo alcanzaba en el camino corto a recuperar la daga que lance.Casi obligándole a retroceder.
—¿me estás amenzando,ca-za-dor?—Dije,usando levemente mi habilidad de producir dolor por medio de la mente sobre él.Torturandole con pequeñas cosquillas que solo serían una advertencia si sobrepasaba la línea y que para mi eran inofensivas al menos que apretaran las tuercas—No vuelvas a hacer-lo…—Ordené,tiempo en que la mano de Thomas me tocaba el hombro para que me detuviera y así lo hice,desviando la mirada hacia él,aclarando la voz como si fuera necesario.Me separé de la amenaza,ya había dado el toque de atención,lástima que nos detuvieran porque si no le haría retroceder,arrodillarse ante mi,como he hecho con otros,y que al contrario que él me sirvieron como alimento después de jugar.Alce la mano,rozándole a propósito,volviendo a clavar la mira en la ajena,esta vez con los ojos claros,acercandosé a color natural que me pertenecen cuando existe calma,aunque no puedo negar que se me antojaba un bocado de cazador,ummm,¡delicioso!.
—¿aprendiz?—Dije cogiendo la daga para guardármela en el mismo lugar del cinto antes de girarme sobre mis talones y volver sobre mis pasos.Hice un alto y miré de arriba a abajo a Gael,a quien no podía negar el atractivo que no todo humano posee,deteniendo por segundo la mirada ese ancho cuello donde a mis ojos se revela un fuente de sangre que me daría el segundo placer de la noche.
—¿el también pertenece a….?—Dije,después de ese gesto involuntario que de nuevo se repite,refiriéndome a esa orden de cazadores que me crucé en el pasado y en el presente.
Me acerqué a Thomas y me senté en reposabrazos de su asiento para que él que ocupe yo antes,quedara libre para el cazado,a quien tardé en dirigir la palabra e incluso para molestarlo un poquito de mas,volví a molestarle con ese cosquilleo rozando el calambre en sus sienes,—Sientate,no muerdo,aun no quiero—Dije,siendo lo último entre una picara risilla que silencio poco después.
—¿desde cuándo es tu pupilo,Thomas,cuando dejó de serlo….?—Dije volviendo la mirada a este,viendo de reojo ese vaso vacío sobre la mesita—¿me permites...?—Dije con dulce sonrisa marcada en mis labios antes de coger tanto su vaso como el mío,para repletarlos,aunque el del veterano cazador,solo fue hasta tres dedos de su base.
—¿Vos también gustais,Señor Lutz….?—Dije con media sonrisa,recalcando cada letra de su apellido,al tocarlo me permitió ver algo de su persona.
Escuchaba el crepitar del fuego de fondo ante un silencio que rompia,hasta que alguno de los varones se dignaran a hablar,mientras tanto serví para tres,pensativa yo,mientras que les oía hablar entre ellos,momento que aproveche para hacer algo para con Thomas,intentando alargar su existencia,nuestra amistad.Me mordí fuerte en la yema del dedo índice y las dejé caer una a una,siendo cuatro gotas de mi vitae las que caerían sobre esos pequeña porción de alcohol.No había nada probado,que mi sangre frenaran los pasos hacia Caronte,nunca lo había intentado,pero..¿que podría pasar?.Removí para que se camuflara en el oscuro color de la bebida y llevé uno para cada uno,dandole el de menor porporcion a Thom.
—¡He venido a matar a aquellos intru..sos como tú!—Dije,sin moverme un ápice cuando se deshizo de mi agarre,siendo de la misma forma que pasó a estar armado y amenazarme, cosa que no toleraba nada bien almenos que tuviera o diera,aunque pensándolo bien,era una amenaza clara para él, ambos lo éramos para el otro
Lejos de achicarme ante su amenaza, avancé hasta que la punta de ese cuchillo toca mi piel,marcándose por un punto hundido que si hacía presión mayor a su roce,sangraría,menos de lo que imaginaba que lo haría su cuello lo alcanzaba en el camino corto a recuperar la daga que lance.Casi obligándole a retroceder.
—¿me estás amenzando,ca-za-dor?—Dije,usando levemente mi habilidad de producir dolor por medio de la mente sobre él.Torturandole con pequeñas cosquillas que solo serían una advertencia si sobrepasaba la línea y que para mi eran inofensivas al menos que apretaran las tuercas—No vuelvas a hacer-lo…—Ordené,tiempo en que la mano de Thomas me tocaba el hombro para que me detuviera y así lo hice,desviando la mirada hacia él,aclarando la voz como si fuera necesario.Me separé de la amenaza,ya había dado el toque de atención,lástima que nos detuvieran porque si no le haría retroceder,arrodillarse ante mi,como he hecho con otros,y que al contrario que él me sirvieron como alimento después de jugar.Alce la mano,rozándole a propósito,volviendo a clavar la mira en la ajena,esta vez con los ojos claros,acercandosé a color natural que me pertenecen cuando existe calma,aunque no puedo negar que se me antojaba un bocado de cazador,ummm,¡delicioso!.
—¿aprendiz?—Dije cogiendo la daga para guardármela en el mismo lugar del cinto antes de girarme sobre mis talones y volver sobre mis pasos.Hice un alto y miré de arriba a abajo a Gael,a quien no podía negar el atractivo que no todo humano posee,deteniendo por segundo la mirada ese ancho cuello donde a mis ojos se revela un fuente de sangre que me daría el segundo placer de la noche.
—¿el también pertenece a….?—Dije,después de ese gesto involuntario que de nuevo se repite,refiriéndome a esa orden de cazadores que me crucé en el pasado y en el presente.
Me acerqué a Thomas y me senté en reposabrazos de su asiento para que él que ocupe yo antes,quedara libre para el cazado,a quien tardé en dirigir la palabra e incluso para molestarlo un poquito de mas,volví a molestarle con ese cosquilleo rozando el calambre en sus sienes,—Sientate,no muerdo,aun no quiero—Dije,siendo lo último entre una picara risilla que silencio poco después.
—¿desde cuándo es tu pupilo,Thomas,cuando dejó de serlo….?—Dije volviendo la mirada a este,viendo de reojo ese vaso vacío sobre la mesita—¿me permites...?—Dije con dulce sonrisa marcada en mis labios antes de coger tanto su vaso como el mío,para repletarlos,aunque el del veterano cazador,solo fue hasta tres dedos de su base.
—¿Vos también gustais,Señor Lutz….?—Dije con media sonrisa,recalcando cada letra de su apellido,al tocarlo me permitió ver algo de su persona.
Escuchaba el crepitar del fuego de fondo ante un silencio que rompia,hasta que alguno de los varones se dignaran a hablar,mientras tanto serví para tres,pensativa yo,mientras que les oía hablar entre ellos,momento que aproveche para hacer algo para con Thomas,intentando alargar su existencia,nuestra amistad.Me mordí fuerte en la yema del dedo índice y las dejé caer una a una,siendo cuatro gotas de mi vitae las que caerían sobre esos pequeña porción de alcohol.No había nada probado,que mi sangre frenaran los pasos hacia Caronte,nunca lo había intentado,pero..¿que podría pasar?.Removí para que se camuflara en el oscuro color de la bebida y llevé uno para cada uno,dandole el de menor porporcion a Thom.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris.Mi lugar de nacimiento,muerte y el renacer como consiguiente.Aunque no me gusta estar mucho tiempo en un lugar fijo.
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
Mi cabeza no podía dejar de pensar qué diablos hacía Thomas con una vampiresa en su estado. Era presa demasiado fácil. Pensaba quedarme con él siempre, no dejarlo ni a sol ni a sombra. No quería que una vampiresa como esta acabase con su vida. Ella no se movió al ver como deshice su agarre, desde que aquel vampiro de la laguna me había mordido, tenía mucho más cuidado que antes. Había visto la muerte demasiado cerca. —La única intrusa que hay aquí, eres tú.— Dije como si fuese una bofetada. Estaba muy enfadado de haber encontrado a un ser sobrenatural cerca de Thomas y el miedo a perderlo se había acentuado en mi interior. Al sacar la daga y colocarla en su cuello, la vampiresa no movió ni un músculo para evitar que esta pudiera atravesarle si me lo proponía, hizo fuerza con su cuello, notando como la punta de la daga se llegaba a clavar. Si fuera un humano, seguramente ya estuviera sangrando.
Me preguntó si la estaba amenazando. Claro que era una amenaza, estaba en terreno hostil… ¿No sabía que Thomas era un cazador y miembro de la Orden? Era una auténtica ilusa si creía que se iba a salir con la suya… Le daría caza cuando se fuese. No podía permitir que se marchase como si nada. Un dolor comenzó a recorrerme, era un dolor parecido a cuando te están haciendo muchas cosquillas. Me advirtió que no volviera a amenazarla. El dolor desapareció en el mismo instante en el que Thomas tocó su hombro. ¿Eran amigos? ¿Thomas? No entendía nada. Al parecer, el maestro tenía más secretos de los que pensaba… Él se dio la vuelta y volvió a sentarse en su sillón, esperando a que tanto la vampiresa como yo, tomásemos asiento y “charlásemos” en paz. No me fiaba de ella, por mucho que Thomas dijera que era su amiga. ¿Si tan amiga era porqué nunca me había hablado de ella?
La vampiresa siguió el camino haciendo preguntas hasta que se sentó a un lado de Thomas, en un sitio en el que no debía de sentarse. ¿No podía sentarse en otra de las butacas como una “persona” normal? El hecho de que estuviera tan cerca de Thomas ya me ponía nervioso. Tensé la mandíbula mientras tomaba asiento. Esta vampiresa conocía la Orden. Seguro que Thomas la había protegido de ella… La orden no la hubiera dejado con vida entonces. Ignoré su comentario sobre morder y mantuve la mirada fija en ella. Podía tener mil años, quizás más de esos y parecía una niña, una mujer joven. ¿Recordaría algo de su vida humana? Thomas se veía tranquilo, como más en paz que de costumbre. Sus ojos verdes estaban claros y brillantes, habían recuperado el brillo que hacía años había perdido.
—Soy su pupilo desde los catorce años. Puedes hacerme las preguntas a mí y no a él. Dejé de serlo cuando estuve preparado, al igual que mi compañera. — Thomas me miró a modo de advertencia. Sabía que el tono que acababa de utilizar no era el usual. Estaba siendo mucho más cortante y borde. Pero él lo entendía, no era normal que ella estuviese aquí como si fuese una más. El hecho de que Nirole conociese mi apellido me hizo temblar un poco. ¿De que lo conocía? Asentí lentamente. No iba a tomar demasiado alcohol, no quería que mis reflejos se perdiesen por el camino.
Thomas, entonces, comenzó a contarme todo lo de Nirole. Su historia. Una historia de amor prohibida, que había tenido un final que ninguno de los dos parecía haber querido entonces. Y ahora muchos años después, esta era la primera vez que se veían. Ella sabía que él estaba muy enfermo, podía escuchar los latidos de su corazón, oler su sangre… Y tampoco quería que se muriese. No aún. Vi de reojo lo que hacía con la sangre, había echado cuatro gotas al vaso de licor de Thomas. Una idea bastante macabra apareció en mi mente. ¿Y si…? Los dos queríamos salvarlo, si llegábamos a un acuerdo, ambos podríamos tener lo que ansiábamos. Carraspeé y miré a Nirole fijamente. —¿Puedes salir un momento? Prometo que no te voy a hacer nada, solo quiero hablar. — Me mostré sincero y dejé la daga encima de la mesa. Era la única arma que llevaba exceptuando a Mordekai, pero no me iba a quitar el colgante. Thomas la miró y asintió, como asegurándole de que todo iba a estar bien.
Me preguntó si la estaba amenazando. Claro que era una amenaza, estaba en terreno hostil… ¿No sabía que Thomas era un cazador y miembro de la Orden? Era una auténtica ilusa si creía que se iba a salir con la suya… Le daría caza cuando se fuese. No podía permitir que se marchase como si nada. Un dolor comenzó a recorrerme, era un dolor parecido a cuando te están haciendo muchas cosquillas. Me advirtió que no volviera a amenazarla. El dolor desapareció en el mismo instante en el que Thomas tocó su hombro. ¿Eran amigos? ¿Thomas? No entendía nada. Al parecer, el maestro tenía más secretos de los que pensaba… Él se dio la vuelta y volvió a sentarse en su sillón, esperando a que tanto la vampiresa como yo, tomásemos asiento y “charlásemos” en paz. No me fiaba de ella, por mucho que Thomas dijera que era su amiga. ¿Si tan amiga era porqué nunca me había hablado de ella?
La vampiresa siguió el camino haciendo preguntas hasta que se sentó a un lado de Thomas, en un sitio en el que no debía de sentarse. ¿No podía sentarse en otra de las butacas como una “persona” normal? El hecho de que estuviera tan cerca de Thomas ya me ponía nervioso. Tensé la mandíbula mientras tomaba asiento. Esta vampiresa conocía la Orden. Seguro que Thomas la había protegido de ella… La orden no la hubiera dejado con vida entonces. Ignoré su comentario sobre morder y mantuve la mirada fija en ella. Podía tener mil años, quizás más de esos y parecía una niña, una mujer joven. ¿Recordaría algo de su vida humana? Thomas se veía tranquilo, como más en paz que de costumbre. Sus ojos verdes estaban claros y brillantes, habían recuperado el brillo que hacía años había perdido.
—Soy su pupilo desde los catorce años. Puedes hacerme las preguntas a mí y no a él. Dejé de serlo cuando estuve preparado, al igual que mi compañera. — Thomas me miró a modo de advertencia. Sabía que el tono que acababa de utilizar no era el usual. Estaba siendo mucho más cortante y borde. Pero él lo entendía, no era normal que ella estuviese aquí como si fuese una más. El hecho de que Nirole conociese mi apellido me hizo temblar un poco. ¿De que lo conocía? Asentí lentamente. No iba a tomar demasiado alcohol, no quería que mis reflejos se perdiesen por el camino.
Thomas, entonces, comenzó a contarme todo lo de Nirole. Su historia. Una historia de amor prohibida, que había tenido un final que ninguno de los dos parecía haber querido entonces. Y ahora muchos años después, esta era la primera vez que se veían. Ella sabía que él estaba muy enfermo, podía escuchar los latidos de su corazón, oler su sangre… Y tampoco quería que se muriese. No aún. Vi de reojo lo que hacía con la sangre, había echado cuatro gotas al vaso de licor de Thomas. Una idea bastante macabra apareció en mi mente. ¿Y si…? Los dos queríamos salvarlo, si llegábamos a un acuerdo, ambos podríamos tener lo que ansiábamos. Carraspeé y miré a Nirole fijamente. —¿Puedes salir un momento? Prometo que no te voy a hacer nada, solo quiero hablar. — Me mostré sincero y dejé la daga encima de la mesa. Era la única arma que llevaba exceptuando a Mordekai, pero no me iba a quitar el colgante. Thomas la miró y asintió, como asegurándole de que todo iba a estar bien.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
Su reacción fue poco fiera a lo que pensaba,sonreí,si llegase a pertenecer a la orden de cazadores donde era miembro Thomas,mucho me temo que debía aprender mucho mas de como enfrentarse a vampiros,ser mas agresivo.Podía analizar su tono de voz y su gesto,un enfado monumental por la situación,que de ser al contario,lo echaría como fuese,¡mataría,esa era el trabajo!.Lo bueno es que aunque avancé hacia él, no se movió en ningún momento,lo que me mostraba que tenía agallas, mismas que desviaba la atención de las posibles habilidades que pudiera usar contra él, y así fue cuando usé dolor por medio de la mente.
Sonreí con malicia,ante el cosquilleo que,si quería podría aumentar su potencia.Tampoco hizo nada para que me detuviese,me aproveche de la situación hasta que Thomas, tomo posición en ello e hizo que ambos pausaramos este encuentro,que de no haber otros que nos importara,lucharíamos hasta que el otro muera.
Al contrario que el señor Lutz,estaba tranquila,mis sentidos estaban alerta aun en reposo e incluso podría decir que lo estaban mas aun,debido a que se despertaba la sed,que por ahora puedo retener ingiriendo el alcohol ofrecido por quien una vez fue mi amor,un amor mortal,fuera del punto de mira de aquellos que pretenden darme caza después de convertirme por antojo de otro,antes de abandonarme.
Me quedé quieta,viendo como se sentaba frente a nosotros, sonreí mostrando parcial mis colmillos, notaba la tensión que ejercía mi presencia sobre él y por ello no corregí el lugar donde tome asiento, para ver cuánto agunataba,mi cercanía hacia quien también conocía.
Volví a darle un toque de atención con mi habilidad,por su forma de hablarme,no me importaba que me analizará tan minuciosamente y tampoco le quité la mirada,siendo reciproco el reconocimiento visual hacia el otro e incluso se escapó de mis labios un corta risotada.
—Calmaos,amigo mío..—Dije con ironía su final,oyéndose una tenue risa.Miré a ambos,en primer lugar y de soslayo a Thomas antes de llegar a servir,viendo en segundo lugar a Lutz a quien le dedique un fugaz sonrisa al ver que asentía ante mi ofrecimiento.
—pero también puedo no preguntarte, por eso pregunte a Thomas..—Dije mientras llenaba cada vaso.
Desde allí oí el inicio del porque mi cercanía sin temor hacia el cazador,dando detalles mientras me reincorporaba en el reposabrazos y dando a cada uno el suyo y yo quedándome con el mío,esperaba que no me hubiera visto mi intento por ayudar a Thomas.Necesitaba beber y lo hice,cerré los ojos,controlando el impulso que es mayor ante dos corazones latiendo ante alguien que aun habiéndome alimentado,nunca está demás drenar a otros que se cruzaran en mi camino.
Todo lo que contaba el cazador mas veterano entre los dos,fue real,lo recuerdo,aquellas imágenes de aviso hicieron revivir una historia que se acabó por el bien común,creyendo que él había muerto en alguna batalla y que no habría llegado a una edad anciana.
Acabe el contenido de mi vaso,dispuesta a llenar el mio y seguir entreteniendo la mente y guardando la necesidad de beber del cuello de los cazadores,es entonces cuando escucho a Gael,su actitud es diferente al inicio y su petición me resulta extraña,tanto como su gesto de ir desarmado, pero yo no haría los mismo,seguía sin fiarme de él.
Clave mis orbes claras en el contario, con el vaso vacío en alza,viendo de reojo la daga que había dejado, misma con la que me había amenazado—No prometas..—Dije con tono de seridad,escondiedo cualquier sonrisa y levante,llevándome la mano hacia la empuñadura de la daga que ocultaba mi capa.
—Tu primero,señor Lutz..—Dije mirando en dirección a la puerta,después de haber visto el gesto por parte del legendario maestro,queriendo este que me fiara como finalmente no hice.Volvía usar mi habilidad sobre este,esta vez serían sus muñecas quienes sentirían esa presión.
—No prometo matarte..—Dije levantándome,después de tocar el hombro de Thomas,observando ese brillo en sus ojos que bien recuerdo.
Puerta sin terminar de cerrar,colándose por ella una línea de luz por las luces del interior de aquella casita.Ladeé ligeramente la cabeza esperando que hablara,sin separarme de la puerta,a propósito para que nuestra conversación se colara en un mínimo,—¿No quieres ver,que vean como te mato ahí dentro?.. por que no voy a irme,esta noche no…—Bromee,clavando la mirada en Gael,—Habla…—.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
La habilidad de la que era poseedora la vampiresa que tenía delante, podía ser peligrosa. Si algo en mi actitud le molestaba, estas cosquillas que me estaba haciendo sentir por todo mi cerebro pasarían a ser un dolor de cabeza y luego a la destrucción de las neuronas, si es que se podía hacer eso. Aún se desconocían muchos de los poderes de los vampiros y del poder que podían llegar a alcanzar si tenían mucha edad. ¿Cómo podía haber caído Thomas en sus redes? Se veía una mujer joven, atractiva incluso, pero resultaba repulsiva para alguien como yo... ¿Cómo podías llegar a querer a un corazón parado? Quizás sí que tuviesen sentimientos, pero no como los nuestros. Meneé la cabeza y di un pequeño sorbo al vaso.
La historia que me contó Thomas parecía sacada de una novela, un joven y guapo cazador, con una carrera prometedora en el mundo de la Orden, arriesgaba todo por algo que él mismo sabía que estaba muerto antes de comenzar. Se había arriesgado por ella... Suspiré, era romántico sin ninguna duda, pero nunca había visto a Thomas así con una mujer. Había querido a muchas, pero no hablaba de ellas con tanta pasión como lo estaba haciendo ahora sobre Nirole. Intenté ponerme en su piel por un instante, pensar en que pasaría si por ejemplo Jane o Adaline cayesen convertidas en estas criaturas... Jane me haría matarla. ¿Y mi hermana? ¿Sería capaz de matarla? Me levanté del sillón antes de que mi cabeza explotase por mis propios pensamientos locos.
La vampiresa aceptó a salir al porche conmigo, noté como hacía presión en mis muñecas con su poder. No se fiaba de mí. Bien. Yo tampoco lo hacía de ella, pero me había dado una idea, un trato que si salía bien, iba a ser beneficioso para ambos, pero sobre todo para Thomas. Me giré en el porche para verla salir, la puerta se quedó a medio cerrar, pero esperaba que Thomas no nos escuchase. No le iba a gustar ni un pelo lo que le tenía que proponer a la vampiresa. —He visto lo que has hecho con el vaso de Thomas.— Mantuve mi mirada fija en la suya en todo momento, quería estar alerta por si hacía algo que no debía. —Yo quiero a ese hombre, lo quiero vivo. Y tú también. — Hablaba despacio, quería ir estudiando sus reacciones conforme mis palabras le atravesaban el cerebro podrido. —Te propongo un pacto, Nirole. Tu sangre por la mía. — Decirlo en voz alta lo hacía más real que en mi cabeza. Sabía que me iba a doler, no iba a ser la primera vampiresa que me mordía. —Tú le das tu sangre a Thomas para que se cure, pero sin que se entere. Y yo a cambio, te doy de la mía. Puedes quedarte cuidando a Thomas el tiempo que quieras o que él quiera, en este caso.— Últimamente estaba dejándome llevar demasiado por el corazón. ¿Desde cuando hacía pactos con vampiros? ¿Desde cuando estaba tan desesperado? Todo había cambiado desde ese día en la Laguna con Jane. Desde ahí, todo se había vuelto un caos en mi vida. —¿Aceptas?—
La historia que me contó Thomas parecía sacada de una novela, un joven y guapo cazador, con una carrera prometedora en el mundo de la Orden, arriesgaba todo por algo que él mismo sabía que estaba muerto antes de comenzar. Se había arriesgado por ella... Suspiré, era romántico sin ninguna duda, pero nunca había visto a Thomas así con una mujer. Había querido a muchas, pero no hablaba de ellas con tanta pasión como lo estaba haciendo ahora sobre Nirole. Intenté ponerme en su piel por un instante, pensar en que pasaría si por ejemplo Jane o Adaline cayesen convertidas en estas criaturas... Jane me haría matarla. ¿Y mi hermana? ¿Sería capaz de matarla? Me levanté del sillón antes de que mi cabeza explotase por mis propios pensamientos locos.
La vampiresa aceptó a salir al porche conmigo, noté como hacía presión en mis muñecas con su poder. No se fiaba de mí. Bien. Yo tampoco lo hacía de ella, pero me había dado una idea, un trato que si salía bien, iba a ser beneficioso para ambos, pero sobre todo para Thomas. Me giré en el porche para verla salir, la puerta se quedó a medio cerrar, pero esperaba que Thomas no nos escuchase. No le iba a gustar ni un pelo lo que le tenía que proponer a la vampiresa. —He visto lo que has hecho con el vaso de Thomas.— Mantuve mi mirada fija en la suya en todo momento, quería estar alerta por si hacía algo que no debía. —Yo quiero a ese hombre, lo quiero vivo. Y tú también. — Hablaba despacio, quería ir estudiando sus reacciones conforme mis palabras le atravesaban el cerebro podrido. —Te propongo un pacto, Nirole. Tu sangre por la mía. — Decirlo en voz alta lo hacía más real que en mi cabeza. Sabía que me iba a doler, no iba a ser la primera vampiresa que me mordía. —Tú le das tu sangre a Thomas para que se cure, pero sin que se entere. Y yo a cambio, te doy de la mía. Puedes quedarte cuidando a Thomas el tiempo que quieras o que él quiera, en este caso.— Últimamente estaba dejándome llevar demasiado por el corazón. ¿Desde cuando hacía pactos con vampiros? ¿Desde cuando estaba tan desesperado? Todo había cambiado desde ese día en la Laguna con Jane. Desde ahí, todo se había vuelto un caos en mi vida. —¿Aceptas?—
Gael Lutz- Cazador Clase Media
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
Atenta a cada movimiento,incluso aquél pestañeo que lubricaba sus ojales,los mismos que me miran con odio y que sin embargo sus labios pronuncian un trueque a beneficio de Thomas.Hice ligera mueca cuando dijo saber lo que hice,que hábil cazador,mas no me importó en absoluto,si no lo descubría ahora,tal vez cuando fueran vistos esos efectos desconocidos después de ingerir mi sangre inmortal.
Asentía ante las breves palabras,notaba que estaba tenso,y creo tiene que ver mi habilidad,¡me encanta cuando miden sus palabras por posibles muestras de aviso!,pero claramente esto no se lo diría ni a él y ni a nadie,como tampoco que el modo del uso de ella y contra quienes me veía obligada.
Y por supuesto,no quería perderlo,al menos no ahora que volvía a encontrarlo.Soy consciente de su avanzada edad,pero era uno de aquellos recuerdos que aun no quería borrar,quería conocer aquello que me perdí en mis estados de sueño a las que por mi propio bien debía sumergirme,para no cometer alguna locura,después de todo salvo la inmortalidad hay actitudes que siguen siendo igual de humanas,aunque muchos de ellos crean que es lo que nos falta.
Me relamí los labios ante la proposición,alce mi mano, mirando una del contrario,no aparté la mirada de este,—Si estás seguro de lo que me ofreces,dame tu mano para sellar tus palabras…déjame ver que no mientes…—Dije haciendo ligera mueca por los últimos puntos que eran igual a las condiciones por las que el uno al otro,matarnos.
—Creía que me lo pondrías mas difícil,monsieur Lutz…—Dije,viéndose como mis pupilas se dilatan,gesto más relajado pero no por ello baja de reflejos,por si osaba atacarme en el último momento.De fondo puedo oir como Thomas parece dispuesto a levantarse,comprobando que no nos estábamos matando,¿tal vez?.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
Vi como la vampiresa me miraba de arriba a bajo, estudiando mis movimientos o mis gestos o quizá, lo único que estudiaba era el movimiento que hacía mi corazón en mi interior. Me ponía nervioso que me mirase así, podía lanzarse sobre mí en cuestión de décimas de segundo y solamente tenía a Mordekai para poder defenderme. Si eso llegase a ocurrir ¿A quién salvaría Thomas? Era un gran dilema para el abuelo tomar una decisión u otra, así que esperaba que la señorita Nirole se portase como era debido.
Tras esos segundos que se me hicieron eternos, Nirole habló. No se fiaba de mí. Arrugué el gesto, no le proponía un cambio de sangre porque me diese la gana y porque era por capricho. Quería y necesitaba la sangre de Nirole para que Thomas se curase. Si ella le quería como decía, aceptaría. ¿Qué más podía pedir? Iba a tener comida "a domicilio" solamente cuidando al "amor de su vida." —No es ninguna treta... Quiero a ese viejo, Nirole y creo que es un pacto más que satisfactorio para ambos, pero sobre todo para ti.—
Estreché mi mano con la de ella para dejar el trato sellado. —¿Dificil? Haré lo que sea por salvar a ese hombre.— Solté la mano fría de ella y escuché como Thomas se quería levantar. La sangre pronto empezaría a hacerle efecto, curando poco a poco la enfermedad que le estaba consumiendo. Miré por última vez a Nirole y le hice un gesto con la mano para que entrase ella primero. No me fiaba de que lo hiciese detrás mía.
Tras esos segundos que se me hicieron eternos, Nirole habló. No se fiaba de mí. Arrugué el gesto, no le proponía un cambio de sangre porque me diese la gana y porque era por capricho. Quería y necesitaba la sangre de Nirole para que Thomas se curase. Si ella le quería como decía, aceptaría. ¿Qué más podía pedir? Iba a tener comida "a domicilio" solamente cuidando al "amor de su vida." —No es ninguna treta... Quiero a ese viejo, Nirole y creo que es un pacto más que satisfactorio para ambos, pero sobre todo para ti.—
Estreché mi mano con la de ella para dejar el trato sellado. —¿Dificil? Haré lo que sea por salvar a ese hombre.— Solté la mano fría de ella y escuché como Thomas se quería levantar. La sangre pronto empezaría a hacerle efecto, curando poco a poco la enfermedad que le estaba consumiendo. Miré por última vez a Nirole y le hice un gesto con la mano para que entrase ella primero. No me fiaba de que lo hiciese detrás mía.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
Estaba claro,tanto él como yo, no nos fiábamos de los movimientos del contario.La tensión se mastica en el aire,así como el esfuerzo de su corazón por no salirse de su tempo proporcionándole sangre,vida a cada latido,misma manera en la que lo sentía cuando bebía para calmar mi sed y que si no llega ser por el hombre que estaba tras esta puerta,uno de los dos había perdido la vida,esta noche.
Por un instante el silencio eran ocupados por miradas o simples gestos,hasta que por fin habló para aclarar,que efectivamente,no se trataba de un bulo como otras veces me había cruzado,se veía que realmente era alguien tan importante para ambos,cada palabra que conformaron su frase se denotaba la seriedad del asunto que ambos tratábamos.
Agarré su mano para estrechársela,notando bajo mis dedos,mi palma;la diferencia de temperatura tan exquisita,la boca se me hacia agua,pero lograba disimular bien,hasta cierto punto.Me había alimentado antes de llegar aquí,de un par,más se sabe que con la sangre,no sabes cuándo parar,más si tu apetito está acostumbrado a beber diariamente,aunque fuera de aquellos que se dedicaban a mantener tu hogar limpio y ordenado,para exista lo que se consideraba normal en este tiempo;Cuello,toda la largura del brazo en las mujeres y en cada parte de su cuerpo en los varones,en esta ocasión,en este eslabón,eran todos hombres.Me gustaba rodearme de las complicaciones y las resistencias que ponían a la hora de alimentarme de ellos u dar color al agua en la que me bañaba y bebía de sus muñecas,como si se tratara de un vino de gran reserva.Las mujeres, ponían resistencia,pero tendían a ser mas sumisas,algunas tanto que denotaba algo que no me gustaba,podía ver como alguna intentaba cortejarme, más no era de esa vertiente,se equivocaban.No las mataba por su orientación pero si hacía mas dolorsas sus mordidas,para doblegarlas,para que dejasen de intentarlo y me sirvieran,como su obligación que era si no querían morir el mismo día y no cuando tuviese planeado,un año,un año y medio de su existencia humana,luego morirían y serían enterradas en una de las fosas comunes que tenía constancia,alejadas de mi camino.
(…)
Rápido movimiento antes de que pudiera retirarme su mano estrechada,girándola para ver ahí las venas grises que partían de la curva de su palma y que a mis ojos mostraba una de las ramas de la fuente mayor.Mire hacia la puerta,tal y como hizo él antes de detener su movimiento,—y por que ahora que hemos sellado el trato,no lo hacemos a mi manera…—Dije,volviendo la vista él,apretando ligeramente esa mano,viendo la intensidad y grosor de sus venas,similares en su color a aquellas que adornaban el lateral de mis ojos,una advertencia de lo que vino después,donde alce su brazo y con la otra mano,sujeté sin mucha fuerza—indoloro …—Susurré antes de abrir la boca y asi se viera mis colmillos crecidos para hincarse en su piel,donde notaría lo afilados que esaban.Mas cumplí y no le hice daño,cerré los ojos mientras bebia,cada trago daba un toque a la puerta de mi bestia,que mantengo tras la línea para no acabar dañando mis propias reglas,al menos que fuera estrictamente necesario u cuando el ansia por alimentarme esta fuera de control.Al terminar lamí su muñeca para con mi saliva ayudar a cicatrizar,lo siguiente era que bebiera un par de gotas de mi sangre.Solté su muñeca,volví a mirarle,y esta vez con los ojos rojos del mismo tono carmesí que vestían mis labios.
Me relamí los labios,en lo que escuchaba unos pasos,—Bebe ahora…bebe antes de que os vea…—Dije antes de morderme la yema de mi dedo índice del que goteo mi sangre,cayendo la primera al suelo,—te curará esa herida…—Añadí antes de un pequeño silencio,al que luego dije algo más,—o..intenta ocultarlo de alguna manera hasta que cicatrice por si solo,Monsieur Lutz …—,hice una mueca y ahora sí,crucé la puerta,mismo instante en el que Thomas estaba a punto de llegar a la puerta.Aproveche para acariciarle de nuevo,escalonándose esas imágenes del pasado,de su juventud e incluso llegué a besar sus labios,que bien podía saber a sangre,—Todo está bien,Thomas…—,sonreí al mismo tiempo que tocaba su mano,—no hay de que preocuparse,¿verdad que no,Monsieur Lutz?…—Le sonreí y guiñe un ojo...Y antes de que llegara el amanecer,me fuí para volver la noche siguiente.
Por un instante el silencio eran ocupados por miradas o simples gestos,hasta que por fin habló para aclarar,que efectivamente,no se trataba de un bulo como otras veces me había cruzado,se veía que realmente era alguien tan importante para ambos,cada palabra que conformaron su frase se denotaba la seriedad del asunto que ambos tratábamos.
Agarré su mano para estrechársela,notando bajo mis dedos,mi palma;la diferencia de temperatura tan exquisita,la boca se me hacia agua,pero lograba disimular bien,hasta cierto punto.Me había alimentado antes de llegar aquí,de un par,más se sabe que con la sangre,no sabes cuándo parar,más si tu apetito está acostumbrado a beber diariamente,aunque fuera de aquellos que se dedicaban a mantener tu hogar limpio y ordenado,para exista lo que se consideraba normal en este tiempo;Cuello,toda la largura del brazo en las mujeres y en cada parte de su cuerpo en los varones,en esta ocasión,en este eslabón,eran todos hombres.Me gustaba rodearme de las complicaciones y las resistencias que ponían a la hora de alimentarme de ellos u dar color al agua en la que me bañaba y bebía de sus muñecas,como si se tratara de un vino de gran reserva.Las mujeres, ponían resistencia,pero tendían a ser mas sumisas,algunas tanto que denotaba algo que no me gustaba,podía ver como alguna intentaba cortejarme, más no era de esa vertiente,se equivocaban.No las mataba por su orientación pero si hacía mas dolorsas sus mordidas,para doblegarlas,para que dejasen de intentarlo y me sirvieran,como su obligación que era si no querían morir el mismo día y no cuando tuviese planeado,un año,un año y medio de su existencia humana,luego morirían y serían enterradas en una de las fosas comunes que tenía constancia,alejadas de mi camino.
(…)
Rápido movimiento antes de que pudiera retirarme su mano estrechada,girándola para ver ahí las venas grises que partían de la curva de su palma y que a mis ojos mostraba una de las ramas de la fuente mayor.Mire hacia la puerta,tal y como hizo él antes de detener su movimiento,—y por que ahora que hemos sellado el trato,no lo hacemos a mi manera…—Dije,volviendo la vista él,apretando ligeramente esa mano,viendo la intensidad y grosor de sus venas,similares en su color a aquellas que adornaban el lateral de mis ojos,una advertencia de lo que vino después,donde alce su brazo y con la otra mano,sujeté sin mucha fuerza—indoloro …—Susurré antes de abrir la boca y asi se viera mis colmillos crecidos para hincarse en su piel,donde notaría lo afilados que esaban.Mas cumplí y no le hice daño,cerré los ojos mientras bebia,cada trago daba un toque a la puerta de mi bestia,que mantengo tras la línea para no acabar dañando mis propias reglas,al menos que fuera estrictamente necesario u cuando el ansia por alimentarme esta fuera de control.Al terminar lamí su muñeca para con mi saliva ayudar a cicatrizar,lo siguiente era que bebiera un par de gotas de mi sangre.Solté su muñeca,volví a mirarle,y esta vez con los ojos rojos del mismo tono carmesí que vestían mis labios.
Me relamí los labios,en lo que escuchaba unos pasos,—Bebe ahora…bebe antes de que os vea…—Dije antes de morderme la yema de mi dedo índice del que goteo mi sangre,cayendo la primera al suelo,—te curará esa herida…—Añadí antes de un pequeño silencio,al que luego dije algo más,—o..intenta ocultarlo de alguna manera hasta que cicatrice por si solo,Monsieur Lutz …—,hice una mueca y ahora sí,crucé la puerta,mismo instante en el que Thomas estaba a punto de llegar a la puerta.Aproveche para acariciarle de nuevo,escalonándose esas imágenes del pasado,de su juventud e incluso llegué a besar sus labios,que bien podía saber a sangre,—Todo está bien,Thomas…—,sonreí al mismo tiempo que tocaba su mano,—no hay de que preocuparse,¿verdad que no,Monsieur Lutz?…—Le sonreí y guiñe un ojo...Y antes de que llegara el amanecer,me fuí para volver la noche siguiente.
Nirole Eilen- Vampiro Clase Alta
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Re: Lady Carmesí ~ Privado.
Con el trato ya sellado por el apretón de manos que nos habíamos dado, me sentía algo más tranquilo y la semilla de la esperanza, de ver como Thomas iba a seguir vivo durante aún quizás un par de años me hacía ver el futuro con algo más de claridad. Últimamente, me había salido de mi camino de la búsqueda del licántropo asesino de mi padre, había hecho tratos con vampiros, con la señorita Nirole, ya eran tres vampiros con los que había tenido contacto... Y no había tenido respuesta por ninguno. Pero Nirole era diferente. Se le veía que quería a Thomas, lo que había hecho en el vaso de whisky lo dejaba más que claro. Ella era alguien de la que Thomas se fiaba, así que yo también.
Cuando le dejé sitio para que entrase en la casa ella primero, esta se detuvo, sujetando mi muñeca con sus manos. Mi mandíbula se tensó al instante. ¿Lo iba a hacer ahora? Thomas estaba levantándose y no quería que se enterase. Nadie podía saberlo. ¿Un cazador haciendo tratos de sangre? Últimamente se había distorsionado todo un poco la línea del cazador y presa... La miré fijamente, hasta que me dijo que no me iba a doler. Quería creerle, de verdad que quería, pero después de lo de la laguna no sabía que pensar. Sus labios se acercaron a las venas de mi muñeca y dejé de mirar cuando noté como estos me rozaban para dejar paso a los colmillos. Pude notar como la sangre se escapaba de mi cuerpo, pero ella supo poner freno a todo esto y terminó rápidamente.
— Una dosis a Thomas, una dosis para ti. ¿De acuerdo? No quiero que se vuelva adicto a ella, eso crearía problemas. La cantidad justa.— Dije claramente lo que quería y la vi pasar dentro, justo cuando Thomas acababa de llegar a la puerta. —Estamos bien. Vendrá a cuidarte, así yo tendré tiempo de entrenar más a Jane...— Lo de Jane se trataba de una simple excusa. Quería comenzar a buscar a ese licántropo. Tenía que empezar a atar cabos y a reducir el coto de caza.
Cuando le dejé sitio para que entrase en la casa ella primero, esta se detuvo, sujetando mi muñeca con sus manos. Mi mandíbula se tensó al instante. ¿Lo iba a hacer ahora? Thomas estaba levantándose y no quería que se enterase. Nadie podía saberlo. ¿Un cazador haciendo tratos de sangre? Últimamente se había distorsionado todo un poco la línea del cazador y presa... La miré fijamente, hasta que me dijo que no me iba a doler. Quería creerle, de verdad que quería, pero después de lo de la laguna no sabía que pensar. Sus labios se acercaron a las venas de mi muñeca y dejé de mirar cuando noté como estos me rozaban para dejar paso a los colmillos. Pude notar como la sangre se escapaba de mi cuerpo, pero ella supo poner freno a todo esto y terminó rápidamente.
— Una dosis a Thomas, una dosis para ti. ¿De acuerdo? No quiero que se vuelva adicto a ella, eso crearía problemas. La cantidad justa.— Dije claramente lo que quería y la vi pasar dentro, justo cuando Thomas acababa de llegar a la puerta. —Estamos bien. Vendrá a cuidarte, así yo tendré tiempo de entrenar más a Jane...— Lo de Jane se trataba de una simple excusa. Quería comenzar a buscar a ese licántropo. Tenía que empezar a atar cabos y a reducir el coto de caza.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
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