Los pecados de color carmesí son revelados con el viento [privado]

por **Ginebra Le Boursier** Mar Ago 02, 2011 2:41 pm

Durante milenios su existencia había sido creada en vano, eso cambio después del siglo anterior. La joven consiguió salir del cascaron que bloqueaba su habla con las demás criaturas, una vida sin sonido para ella había sido una vida sin color. Una pintura blanca pura y sola con colores monocromáticos para llenarla. EL neófito recuerdo de su pasado se centraba especialmente en su vida en Castilla para luego viajar y viajar donde el viento llevara su travesía hacia lo desconocido. Su hogar se encontraba en el centro del bosque por lo cual salía durante las noches a encontrar algún alimento.En un leve momento sintió el deseo de cantar, nunca había cantado en público aun siendo una actriz.
~ Lacrimosa dies illa
Qua resurget ex favilla
Judicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus:
Pie Jesu Domine
Judicandus homo reus.
Huic ergo parce, Deus:
Pie Jesu Domine~

Logro cantar con voz melodiosa, se encontraba tan calmada y serena que olvido el hambre voraz que sentía y quemaba dentro de su interior. Deseosa continuo caminando sin rumbo fijo, sin ningún sentido.

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 3:43 pm

Dejé los platos sobre el mármol de la cocina y tras cerrar las luces y algunas velas, me dirigí hacia la puerta de mi casa, cerrándola con sigilo tras de mí y mirando a mi alrededor. La oscuridad se había apoderado del cielo y la luna, amenazantemente cercana a la fase que me transformaba cada mes en un lobo, me observaba sonriente.

Suspiré y me desprendí de mi camisa, dejándola sobre una barandilla del patio. Las costillas de cordero que había cenado seguían causandome la sensación de falta de apetito, algo que me iría genial para lo que pensaba hacer aquella noche, algo tan normal y cotidiano como... correr.

Y eso fue lo que hice, como cada noche desde que me convertí en lo que soy. Libero adrenalina y desconecto de mi trabajo como policía.

Pronto entré en las espesuras del bosque, perdiéndome por los árboles, escuchando los sonidos de la naturaleza dormida, olisqueando el aroma a tierra húmeda y a... ¿qué era eso?

Cesé de corretear, deteniéndome en un punto dónde un extraño olor me produjo... ¿aspereza? Mi nariz se frunció y mis labios dibujaron una mueca. De pronto, mis sentidos se pusieron alerta y mis ojos buscaron desesperadamente al causante de todos esos extraños estragos.

- ¿Quién anda ahí?- grité.

por **Ginebra Le Boursier** Mar Ago 02, 2011 4:05 pm

El viento le trajo consigo el olor de un licántropo no muy cercas de ahí pero aun así siguió caminando hacia el peligro. Aun siendo un arma de doble filo al acercarse a un licántropo. Esperaba que por lo menos el licántropo que conociese no se pareciera a su estudiante que por apariencia parecía más un cortesano. Cuando estuvo lo suficientemente cerca noto que el joven se asemejaba a un cachorro acorralado por un perro mas grande. Casi igual cuando encontró a su pupilo por segunda vez después de varios años. Continuo analizando cada movimiento del joven lobo tenía un semblante confundido de ninguna manera podía ser que un licántropo no conociese la existencia de los vampiros. -¿Qué es lo que busca, mon…si…er?. De acuerdo lo admito tengo problemas con el francés- admitió con un suspiro saliendo de sus labios. -¿Esta perdido?- continuo haciendo gestos de inocencia, con los olores sabia que una casa a lo lejos estaba bastante impregnada en el aroma de el hombre. En segundos analizo su apariencia, era de tez morena con una compostura corporal formidable y unos contrastantes ojos azules poco inusuales dentro de su raza. -¿He ocasionado problemas?- pregunto de nuevo en este caso acercándose al moreno. Bajo la capucha de la gabardina que normalmente traía al salir de su hogar.

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 4:16 pm

De pronto, una voz femenina me alertó de la presencia de aquél extraño ser. Pero cuando me volteé, sólo vi a una muchacha bella y en apariencia, inofensiva.

Suspiré y pasé mi mano por el cabello, relajando mi musculatura durante unos segundos, hasta que algo no me cuadró. Algo en su voz, en sus palabras, en sus gestos.. Algo dentro de mí me empujaba a atacarla. ¿Por qué?

Ella se acercó y se quitó la capucha de su gabardina, algo que hizo que me perdiera en sus grandes y centelleantes ojos oscuros. Sus labios se movían pero a penas entendía lo que su voz decía. Di un paso hacia atrás, sin relajarme completamente y manteniendo las cejas fruncidas por lo desconocido que tenía ante mí.

- ¿Qué eres?- le pedí con voz seca.

Eso no era algo normal en mí. Me pareció grosero incluso al segundo de haber pronunciado aquellas palabras. Siempre había sido alguien caballeroso, tímido en ocasiones, pero galante y respetuoso. Y desde luego, no iba preguntando a las damiselas qué eran, más bien empezaba la conversación con un "¿cómo os llamáis, madmoiselle?". Aquella no había sido una ocasión normal. Quizás por ello mi salutación, no había sido la común.

por **Ginebra Le Boursier** Mar Ago 02, 2011 4:32 pm

El fluir de la sangre del chico le advirtió que sus músculos se tensaban por lo cual debía evitar el tener la guardia baja para evitar un futuro ataque. Su interior reía con una risa estruendosa al sentir el joven alejarse, no paraba de reír ante lo ingenuo que podía ser el joven. –Perdóneme, pero no logro entender su pregunta- sonrió de una manera dulce y tierna para intentar calmar al moreno deseaba evitar una riña. Bueno no sabía que habilidades pudiese tener el joven licántropo pero no deseaba dañarlo ella con las habilidades de un vampiro antiguo que residían en ella. –Ginebra le Boursier, un placer- comento mientras su cuerpo se movía en una reverencia. No deseaba perder la oportunidad de conocer a un licántropo mucho más de cerca a como los veía antes en los libros de historias.

Su ser deseoso de exploración hacia el peligro inminente hizo que se aventurara, se acerco más al joven sin ser cuidadosa. A pesar de que podría salir gravemente herida no podía evitar la curiosidad que el hombre enfrente de ella le provocaba. –Pareces un tanto nervioso- extendió la mano hacia él para un ligero apretón de manos amistoso. Siguió actuando como una joven sumisa y gentil algo que llegaba a pasar desapercibido por sus dones de actriz.

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 4:46 pm

Ella objetó mi pregunta, como si no supiera de lo que había insinuado. Quizás era un lobo bastante reciente, pero no por eso era estúpido. Sabía que no era humana.

Abrí la boca para volver a preguntar, ésta vez con algo más de insistencia. Pero ella se adelantó presentándose con el nombre de Ginebra. ¿Y ahora? ¿Debía comportarme cordialmente y presentarme como ella había hecho con reverencia incluida? Enarqué una ceja y cerré la boca para morder mi labio inferior, gesto que supongo que le dio a entender el nerviosismo que sentía en ese momento. Era algo nuevo para mí. Nuevo y desconocido.

- Sé que no eres humana, puedo olerte.- comenté, ignorando tanto su inicial presentación como sus últimas palabras.- ¿Qué eres?

Un gruñido salió de mi pecho cuando ella encajó su mano en la mía, pero no me moví ni un centímetro. En vez de eso, mi piel se erizó, y algo en mí se despertó.... la curiosidad.

por **Ginebra Le Boursier** Mar Ago 02, 2011 5:33 pm

El joven licántropo comenzó a ponerse un poco altanero sin ningún sentido esto saco una risa ronca de su garganta. La situación poco a poco comenzaba a hundirse en la incomodidad podía apreciar que su intención de evitar sobretodo la violencia comenzaba a decaer en un abismo. –Créeme yo también puedo olerte y tienes una sangre muy particular- se atrevió a decir de una manera relajada –puedo deducir que varios de tus parientes hayan sido licántropos, también hay una posibilidad de que ambos o solo uno de tus padres fueran licántropos- dijo de una manera sabia y sin querer incomodar.

-Soy una vampiresa de 5000 años y no pienso chuparte la sangre, así que puedes evitar tener odio hacia mí por nuestra naturaleza- se cruzo de brazos durante un rato, esperando una respuesta positiva del licántropo. En su vida nunca había conocido a alguien con tanta seguridad por lo cual se llenaba de curiosidad hacia él. No lo manipularía para que esto fuese nada más que un sueño pero podía hacerlo sin rechistar. –Supongo que cuidas cada movimiento que haga- se encogió de hombros no estaba precisamente interesada en que la siguieran todo el rato. –Vivo en el centro del bosque, así que no encuentro la explicación del porque tu reacción de ahora.-

Sin embargo, nunca se espero tal reacción por su naturaleza desde el primer instante se mostro nervioso e incomodo por el extraño ser que tenía enfrente. Era algo que no había apreciado hasta ahora ni siquiera su discípulo al igual que él, ambos eran licántropos. Extrañamente por eso deseaba o, más bien, anhelaba conocer a fondo a Loukas Giorkas. Durante un momento indago en su mente solo para saber su nombre.

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 5:47 pm

El obtener respuestas me alivió en cierto sentido, pero el que se identificara como vampiresa, no me hizo gracia alguna. ¿De veras existían seres así? ¿Y si sólo me tomaba el pelo? ¿Y si el aroma sólo fuese un repelente anti-mosquitos? Mi cabeza no daba crédito a sus palabras... ¿5000 años? A penas aparentaba tener veinte.

- Te equivocas.- murmuré con cierta ternura, o quizás nostalgia con una pizca de culpabilidad- Soy un licántropo convertido. Mi madre murió antes de verme así y mi padre... bueno, le maté sin querer.

Me tomé la libertad de avanzar un paso hacia la muchacha, quedándome a escasos milímetros de su piel. Me incliné levemente hacia su cuello, y lo olisqueé, frunciendo de nuevo la nariz. Entonces miré sus labios. ¿Qué esperaba encontrar en su boca? ¿Unos colmillos? Meneé levemente la cabeza y volví a clavar mis ojos en su rostro, al mismo tiempo que movía mi mano hacia una de sus mejillas para hallar... una frialdad inquietante.

- Si eres lo que dices ser... es la primera vez que me topo con alguien como tú.- expliqué pausadamente.- No sé cómo comportarme contigo.- admití bajando la mirada.

Aparté la mano y la miré lleno de curiosidad pero cautela al mismo tiempo. Algo me decía que era peligrosa y mis instintos nunca me habían fallado.

- Mis instintos lobunos me gritan que te arranque la cabeza...- susurré con tacto, sin querer ofenderla por mis palabras, pues solo estaba siendo sincero.- Pero el Loukas humano siente curiosidad.

Esbocé una media sonrisa y empecé a caminar en círculos alrededor de Ginebra, observando cada detalle de su semblante.

por **Ginebra Le Boursier** Mar Ago 02, 2011 6:23 pm

-A mi no me pican los mosquitos Loukas- afirmo riendo quería jugar un poco con la mente del joven. Trataba de explicarse mi extraño olor, no sabía precisamente como era mí ahora pero continuamente tomaba baños muy largos. Se quedo pensando durante unos segundos sobre su respuesta a la naturaleza licantropía. Siempre había pensado que los licántropos nacían de otros licántropos pero era totalmente nuevo que los humanos eran convertidos por licántropos en su raza. Su súbito acercamiento la hizo ponerse un tanto nerviosa y se relajo cuando comenzó a olerla. Su padre continuamente hablaba sobre el comportamiento de cómo tratar a un perro, primero tienes que mostrarle la mano para que la huela y vaya tomando confianza. No creía que esa psicología se adaptase a los lobos. Cuando se quedo observando sus labios abrió la boca mostrando sus colmillos.

-Los vampiros no suelen tratar mucho con los licántropos por odio natural. Soy la única vampiresa que vive en el centro de un bosque, los demás evitan el bosque. La mayoría vive en la ciudad o donde no haiga licántropos cerca- admitió siguiendo los movimientos y gestos de Loukas, un hombre con una fortaleza increíble pero sumamente ingenuo y tierno a su parecer. –Bueno creo que estamos a mano, mi deseo de sangre quiere que beba la tuya sin dejar nada y “nero” quiere que te arranque el corazón de un golpe y terminar tirando tus sesos por el bosque pero eso es indiferente a que seas licántropo. Es su mismo deseo con todo lo que se pueda cortar o matar- admitió elevando la mirada hacia el cielo admirando su cielo estrellado. Cuando bajo su mirada encontró a Loukas dando una trayectoria circular con ella en el centro, por defecto ella lo siguió con los ojos llegando a marearse en un gesto aniñado.

En ese momento su cuerpo se tambaleo un poco por lo mareada que se encontraba el único sostén seguro que encontró fue un árbol que logro agarrar a tiempo antes de caer. Algo nuevo tenía que aprender que nadie se lo hayan enseñado, a no seguir a nadie con la mirada. En un lapso de segundos parpadeaba bastante hasta que logro reincorporarse a la investigación sobre el extraño ser. Eso la haría reír en fuertemente como no lo había hecho antes pero no se permitía hacerlo en público. A pesar de sentirse observada y de ser un peligroso depredador no evitaba sacarle una sonrisa la ingenuidad de muchos seres. Le hacía recordar que la inocencia podía vivir en muchas personas.

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 02, 2011 6:36 pm

Su comentario a cerca de los mosquitos me quitó el aliento unos segundos. ¿Porqué había dicho eso? ¿Sería coincidencia? ¿Y si los vampiros tenían poderes?

Escuché con sumo interés las explicaciones y datos que Ginebra me iba brindando. Visto lo visto, las ganas de matarla no eran porque yo fuese un psicopata, era algo natural, normal en mi raza. Y por lo visto, era recíproco. Sin embargo, me atrajo la curiosidad del porqué ella era diferente.

- ¿Por qué te arriesgas entonces a vivir en el bosque?- le pedí, sin olvidar que mi casa estaba a diez minutos andando desde ese punto. Así que de algún modo, tenía como vecina a una vampira.

Entonces, ella pareció marearse. ¿Eso no era más propio de los humanos? Quise ofrecerle mi mano, pero ella prefirió sostenerse con un árbol, así que retiré mi mano inmediatamente y la contemplé con cierto deje de preocupación.

- ¿Te encuentras bien?- murmuré.

Segundos más tarde se volvió a poner en pie, y respiré aliviado de nuevo. No sabría que hacer si se hubiese desmayado. ¿A caso era una buena idea llevarla a un hospital de humanos? ¿Existían centros para vampiros? ¿Realmente podían perder el conocimiento? Muchas dudas y escasas respuestas.

Decidí sentarme junto al tronco del árbol, dejando que una leve brisa nocturna acariciase mi espalda desnuda. Suspiré y aguardé todavía su respuesta.

por **Ginebra Le Boursier** Mar Ago 02, 2011 7:13 pm

-Porque no creo precisamente en el odio natural entre razas- admití libremente cuando lo pregunto, recordé por efímeros segundos el mareo que tuve por seguir a loukas en su caminata en círculos. Agarre el árbol por razón a que el joven licántropo llegase a incomodar por mi tacto. –Sí, me encuentro muy bien gracias- sonrió por la preocupación del joven lican -Bueno creo también siento y pienso. Al igual que también fui humana alguna vez- continuo analizando su cuerpo, al igual que el tenia mucha curiosidad. Todos los licántropos que conocía nunca usaban polera solo se limitaban a unas bermudas gastadas no entendía el por qué.

Contestaría todo lo que pensase el joven licántropo para asegurar más aun su naturaleza –No creo que haya un hospital de vampiros, si no hay para cambiaformas que son los seres más apegados a los humanos mucho menos para los vampiros.- De alguna manera si fuese llevada a un hospital los humanos se darían cuenta que algo está mal en su sociedad y estaría muy peligroso para todos los seres sobrenaturales. –Tampoco estoy muy segura si realmente puedo perder el conocimiento- se encogió de hombros para luego sentarse al igual que él, en la oscuridad de un árbol no muy lejos pero lo suficiente para aguardar las distancias. –También creo que he de estar un poco vulnerable a causa de que solo bebo sangre de animales, rara vez bebo sangre de humanos. Hasta ahora solo recuerdo haber bebido la sangre de un cortesano- dije sinceramente

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 4:29 am

Me impresionaba aquello que hacía.

- Oye... ¿cómo? Quiero decir... No te he preguntando el motivo de que vivas en el bosque, ni siquiera si existen hospitales para ti.- murmuré algo contrariado.- Sólo lo pensé. ¿A caso me lees la mente?

Si mi sospecha era cierta, la sola idea de que otra persona supiera lo que pienso en cada momento, me hizo sentir vulnerable. Y odiaba sentirme así.

- Has dicho algo de cambiaformas.- resalté de pronto.- ¿Qué es eso?

Sí, la curiosidad y el querer saber más del mundo que me rodeaba, me empujaba a permanecer en aquél lugar con una vampira desconocida. Pero necesitaba respuestas. Y el saber que no era el único bicho raro, me aliviaba.

- ¿Sangre de animales? ¿De veras? - repetí, alzando algo más la voz a causa de la sorpresa y la incredulidad.- No sabía que los vampiros pudiesen elegir el origen de la sangre... bueno, ni tan siquiera sabía que existían fuera de las novelas de ciencia ficción.- admití, encogiéndome de hombros sutilmente antes de bostezar.

No es que la charla me aburriese, para nada. Pero mientras mi mente quería más información, mi cuerpo me deseaba dulces sueños a base de una ligera somnolencia. ¿Sentiría ella lo mismo? ¿Tendría sueño? ¿Dormiría en un ataúd? ¿O quizás nunca dormía? Aún así, permanecería allí hasta el alba. A no ser, que ella se descompusiese en cuanto saliera el sol. ¿Sería también cierto ese mito?

Mordí mi labio inferior y jugueteé con el césped de mi alrededor, arrancando algo de hierba y contemplando alguna que otra pequeña flor silvestre.

por **Ginebra Le Boursier** Miér Ago 03, 2011 11:29 am

-Si puedo leer tu mente y muchas cosas más- comento tranquila sin ningún apresuro por ahora. Respondería a las preguntas de Loukas y por lo único que mantenía la guardia aun en alto era por temor a un futuro ataque después de tener la información necesaria. –Los cambiaformas, son seres muy parecidos a los licántropos. Ellos se transforman en diferentes animales y no se transforman en luna llena- el joven viéndolo desde su punto de vista seguía siendo muy inocente para el mundo. No todos los miembros de las razas eran iguales pero por su poder económico o físico se volvían egocéntricos.

-La sangre sirve para saciar tu hambre en lo que buscas tomar sangre humana- en esta temporada se encontraba la luna nueva que se camuflajeaba con el cielo nocturno. Admirar la luna y las estrellas era la cosa que más amo durante esos milenios y, lo que más anhelaba era ver de nuevo el sol y las nubes esponjosas nadando por el cielo azul. -Bueno hay un punto donde no puedes controlar la sed de sangre, comienzas a desear algo demasiado como para matar a cientos de humanos y te conviertes en un mostruo- a su mente afloro un recuerdo donde mato a muchos humanos para beber su sangre en el norte de Italia. Toda una matanza, muchos degollados y demás atrocidades de ella hacia ellos.

-No tengo sueño porque la noche es como el día para los vampiros, la luna es nuestro sol cambiante. No duermo en un ataúd, es incomodo y de poco espacio. Duermo en una cama al igual que tu, al menos yo, no estoy segura sobre los demás vampiros. Si, si duermo pero los vampiros no nos “descomponemos” cuando el sol nos toca. Desaparecemos si eso sucede- las preguntas eran muchas y ella misma no sabía mucho sobre la raza a la que pertenecía. No se fijaba demasiado en los detalles y para menos en las historias de muchas mujeres que chismoseaban entre las villas.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 11:43 am

Asentí a cada una de sus explicaciones, aunque no me hizo gracia el hecho de saber que sabía lo que pensaba. Aunque... ¿y sólo era un truco? En fin, en mi Grecia natal había conocido a muchos hechiceros y demás parlantes que decían tener esos poderes. ¿A caso debía creerles ahora? Chasqueé la lengua y la miré con una risa divertida.

- Dime lo que estoy pensando ahora.- la reté.

Me concentré un poco en ella, intenté pensar en algo un poco ofensivo para ver cómo reaccionaba y si realmente no era un truco barato. Me imagine a la vampiresa adornada sólo con su piel, sin nada más que encarcelara su cuerpo. Y bueno, digamos que en aquél morboso pensamiento también aparecía yo con muchas ganas de jugar con ella. Ahí lo dejo.

Reí con disimulo, sólo para mí mismo. Y aguardé su respuesta impacientemente. Aquello tenía pinta de ser divertido...

por **Ginebra Le Boursier** Miér Ago 03, 2011 3:05 pm

-Eres un pervertido- admitió claramente –Eso es un pensamiento muy morboso y si creías que es ofensivo…no lo es- sus mejillas desde el primer instante se colorearon de un color carmín por el nerviosismo y le vergüenza que le provocó ese pensamiento. Continuamente creía que ver los pensamientos de los demás era algo muy descortés de su parte y ahora recordaba el por qué evitaba leerlos. Sintió su cara arder por lo cual con sus manos tapo su sonrojo. En su vida nunca había sentido tanta vergüenza y mucho menos necesidad de que la tierra la tragase en esos instantes. -¿Así es tu imaginación todo el tiempo?- pregunto cuándo logro salir de su timidez extraña que en raros tiempos la encerraba.

En su primera eternidad agradeció de usar los vestidos a los que estaba impuesta, cortos y revelando mas piel de lo que se debía. Los pensamientos eran morbosos y llenos de lujuria desencadenada. Luego de un tiempo comenzó a usar vestidos formales gracias a eso los pensamientos desaparecieron esfumándose de su cabeza. Agradecía a los mil cielos que el no podía leer sus pensamientos, en grata manera le agrado el pensamiento. Luego pensó en devolverle la treta un poco más fuerte. Se aseguro de encontrar segura su venganza, de su garganta salió una risa ronca. –Que mal que no puedes leer tú también mi mente- se acerco a él lentamente dejando caer su gabardina por sus brazos –Te verías ahí, desnudo, de una manera deliciosamente apetecible a menos para mí. Tu piel morena adornada por perlas de sudor y tus ojos derretidos por la lujuria- susurro en su oído. Por dentro no hacía nada más que reír por la falsedad de su pensamiento.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 3:21 pm

Solté una carcajada cuando vi su rubor acechando sus mejillas y cómo se ocultaba tras sus manos. Pero eso me indicó que realmente era capaz de leer mi mente y eso me acobardaba. Abrí la boca para disculparme por mi atrevimiento, puesto que al fin y al cabo, yo había cambiado y no era así. Hacía unos meses, hubiera encontrado a un lobo sediento de sexo y mujeres, juguetón con ellas para luego lanzarlas al olvido. Porque yo era así, un casanova en toda regla. Sin embargo, París me había cambiado. Había madurado.

Entonces, ella se acercó a mí, se quitó la gabardina y susurró unas picantes palabras en mi oído, haciendo que mi piel se erizara y recordara que pese a que Loukas hubiera madurado, no dejaba de ser un licántropo, y como tal, tenía su instinto sexual a flor de piel. Era algo innato, totalmente natural. Al fin y al cabo, se trataba de una mujer hermosa, una noche solitaria y un aroma a adrenalina empezaba a envolverme.

Sin darme cuenta de lo que hacía, sólo por el hecho de seguir mis instintos, la tomé de los hombros y la volteé para empotrarla suavemente contra un árbol. Recorté distancias, posicionando mis labios al borde de los suyos, sintiendo mi piel arder de pura necesidad. Y me detuve ahí, haciendo un gran esfuerzo para mantener mi compostura.

- No me tientes, Ginebra.- susurré con voz ahogada y los ojos fijos en los suyos, sin moverme ni un milímetro.

La tenía entre mi cuerpo y el tronco del árbol. Y la luna como testigo.

por **Ginebra Le Boursier** Miér Ago 03, 2011 4:43 pm

-Lo lamento, no creí que reaccionarias de esa forma- A veces sus venganzas se le devolvían al doble cuando decidía hacer una. Odiaba eso, se sentía extraña estando en esa posición. La sociedad dicto durante milenios “Los vampiros, cambiaformas y licántropos son enemigos unos de otros naturalmente”. Nunca esperaría tener algo más que una amistad con alguien diferente a su raza, incluso aunque fuera de la misma raza. Lo máximo que esperaría de alguna persona se encontraría en una noche llena de pasiones, no más ni menos que eso. Su sorpresa fue que el licán se contenía con una voluntad increíble, apretando sus músculos sin aflojar ni un segundo.

Durante unos segundos se quedo plasmada sin moverse al igual que él, la única diferencia fue que sus ojos se fueron apagando hasta el punto de verse totalmente vacios mirando hacia la nada. Totalmente inexpresiva como una muñeca sin movimiento propio. En ese momento la cercanía la sofoco con un sinfín de recuerdos que llegaron como granadas explotando en su cabeza y reavivando imágenes muertas en sus ojos. En los orbes azulados de Loukas encontró muchos sentimientos muchos más que una lujuria. Nunca se sintió más agotada por los recuerdos que llegaron a ella sin buscarlos. No tardo en reincorporarse parpadeando tratando de alejar el dolor de sus ojos irritados por no parpadear normalmente.

Su piel ardía como una braza de fuego incandescente contrastaba con la de ella que era fría como el hielo, el calor que desprendía de su cuerpo llegaba hacia ella siendo una sensación cálida. No tenia palabras para describir la sensación.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 5:15 pm

Apreté mis mandíbulas con fuerza y mantuve mis músculos tensos. En mi cabeza sólo aparecían distintas formas de llegar a la misma conclusión. Una conclusión que se basaba en Ginebra desnuda.

Tragué saliva ruidosamente y clavé mis dedos en la corteza del árbol, arañándolo. Cada una de mis manos estaba los lados de la cabeza de la vampiresa. Prácticamente estaba atrapada, a mi entera merced. Pero me controlé.

Respiré profundamente su aroma y usé ese aire para hablar escuetamente.

- Deberías marcharte.- le aconsejé con un hilo de voz.

Era una vampiresa, sabía que si yo no me movía, ella podría saltar por encima de mí y huir. O podría simplemente agacharse y salir por debajo de mis brazos. No pensaba detenerla. Pero sabía que si me movía, no sería para alejarme. Al contrario.

Lamí mis labios con picardía, algo innato. Y esperé su marcha.

por **Ginebra Le Boursier** Miér Ago 03, 2011 6:28 pm

Pase por debajo de sus brazos escabulléndome en el hueco entre el árbol y Loukas. Tome su mano y comencé a jalarlo en dirección a la ciudad. –Estas bastante grande para seguir pensando en sexo como un crio- comente riendo aun jalando de su mano, no era del tipo de mujer que salía corriendo a la primera expresión de peligro. –Te hará bien tomar algo- El recorrido era largo y por el camino por el que iba pasarían por su hogar. Escapo de la situación de esa forma, no le apetecía en lo absoluto ser solamente un desliz entre los hombres a los que conocía. No deseaba terminar queriendo a los hombres que tocaban su corazón solo para llegar a su cama para luego marcharse

-Yo invito esta vez- sonrió mientras trataba de apagar recuerdos tristes que no valían la pena recordar. Al cabo de 10 minutos terminaron enfrente de su hogar, el lobezno que había rescatado mientras estaba herido continuaba deambulando por los rincones de su hogar. Se había encariñado con ella y se negaba a irse, cada vez que olía su olor venia corriendo rebosante de alegría. No entendía el por qué no se marchaba siendo que al principio mordió y afecto su mano dejándola muy mallugada. No tardo mucho en que el cachorro de lobo viniese corriendo hacia ella. –Pareces más un perro, que un lobo- susurro acariciando su cabeza y cargándolo en sus brazos. Su padre en ocasiones le decía que por más feroz que podía ser el animal, en cuando se encariñara contigo llegaba a convertirse en el más dócil del mundo.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Ago 03, 2011 6:43 pm

Para mi sorpresa, ella sí huyó de mí, pero no para irse definitivamente. ¿Por qué? Aproveché esos segundos para tranquilizarme. Respiré profundamente y poco a poco, mi pulso volvió a la normalidad. Suspiré y me giré hacia ella cuando ésta tomó mi mano, hablando de ir a tomar algo. En realidad, tampoco la escuchaba. Mi mente se encontraba aún algo acalorada y sólo intentaba distraerla. Pero Ginebra me lo dificultaba.

- Siento lo ocurrido.- me disculpé mientras me guiaba a alguna parte.- No suelo ser así y por supuesto, no era mi intención.

Entonces me vi frente a una casa. ¿Era la suya? Olisqueé el ambiente y supe que estaba muy cerca de mi casa. Abrí la boca para comentar aquél hecho, cuando un cachorro de lobo se acercó a ella. Aquello me sorprendió, parecía como si le tuviera cariño mutuo. Al verme tambien se acercó a mí para olisquearme. Reí ante aquella situación y me agaché a juguetear con él.

- ¿Quién es?- le pedí a Ginebra.- ¿Qué hace un lobo con una vampiresa?

Reí de nuevo y alcé la vista del cachorro hasta ella. Era preciosa, había que admitirlo... Pero cesé ese pensamiento cuando mis latidos se aceleraron de nuevo. Mordí mi labio inferior y volví mi vista al lobito.

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