AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Con lo grande que es el bosque [Privado]
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Con lo grande que es el bosque [Privado]
Después de otro largo día de estar buscando a un prometido que parecía inexistente, terminé encaminando mis pasos de forma inconsciente hasta el bosque sin percatarme de ello. Empezaba a pensar que todo este asunto de mi hermano de mandarme a miles de kilómetros de la manada, en busca de un prometido del que solo teníamos un nombre, era una excusa para apartarme de allí, pero no conseguía atisbar el motivo que lo empujaba a hacerme perder el tiempo de esta manera. La manada me necesitaba y él también. Le gustase o no, la única razón por la que nuestros compañeros lupinos no se le sublevaban contra él, era por el respeto que tenían a mi fallecido padre y a mí.
Respiré hondo cuando fui consciente del lugar donde me encontraba; aire fresco que no era capaz de aspirar en la ciudad, donde éste estaba viciado. Era curioso como de una forma u otra siempre terminaba paseando por esta zona verde donde los frondosos árboles le daban un ambiente tétrico. Tal vez fuese porque aquel bosque me recordaba a mi hogar, a la libertad que en París no tenía.
Aquel paraje era capaz de liberarme de mis cavilaciones, al menos mientras me encontraba en él. Era maravilloso poder pasear tranquilamente sin encontrarse con más seres vivos que algunos animalitos del bosque que miraban curiosos desde los arbustos, sintiendo seguramente que era mejor no cruzarse en mi camino. Y no iban muy desencaminados en sus razones de no acercarse a mí, la luna llena estaba tan próxima que hasta mi propia aura me asustaba.
Escuché el sonido de un pequeño arroyo a unos metros de donde yo me encontraba, escondido entre altos juncos que lo dotaban de un lugar íntimo donde poder disfrutar de un baño. Me desvié del sendero marcado, acercándome hasta allí con ligereza.
La mullida hierba invitaba a descansar, y aunque el agua estaba demasiado fría en esa época del año como para bañarme, podría aprovechar la calma que transmitía el sonido del agua mientras me tumbaba un rato sobre la hierba. Necesitaba desconectar de todo, necesitaba olvidarme de porque estaba allí perdida.
Me acomodé junto a una roca plana, donde dejé mis espadas y mis botas, y así, como si no tuviese más preocupaciones que pasar de forma lúdica lo que quedaba de tarde antes de volver al hotel, me tumbé cerrando los ojos y dejándome llegar por el rítmico sonido del agua.
No era muy consciente del tiempo que había pasado, más todavía no había anochecido cuando algo llamó mi atención. Un sonido extraño llegó hasta mis oidos desde unos matorrales próximos a donde yo me encontraba, y me incorporé ligeramente tratando de averiguar qué o quién se había aproximado tanto a mí. Tras unos segundos en los que no obtuve respuesta, me recosté de nuevo y cerré los ojos. Eso sí, había tomado por precaución las dos cimitarras que ahora se encontraban escondidas bajo mi cuerpo, y mantenía los sentidos alerta por si necesitaba atacar a aquel que osase con interrumpir mi momento de tranquilidad.
Respiré hondo cuando fui consciente del lugar donde me encontraba; aire fresco que no era capaz de aspirar en la ciudad, donde éste estaba viciado. Era curioso como de una forma u otra siempre terminaba paseando por esta zona verde donde los frondosos árboles le daban un ambiente tétrico. Tal vez fuese porque aquel bosque me recordaba a mi hogar, a la libertad que en París no tenía.
Aquel paraje era capaz de liberarme de mis cavilaciones, al menos mientras me encontraba en él. Era maravilloso poder pasear tranquilamente sin encontrarse con más seres vivos que algunos animalitos del bosque que miraban curiosos desde los arbustos, sintiendo seguramente que era mejor no cruzarse en mi camino. Y no iban muy desencaminados en sus razones de no acercarse a mí, la luna llena estaba tan próxima que hasta mi propia aura me asustaba.
Escuché el sonido de un pequeño arroyo a unos metros de donde yo me encontraba, escondido entre altos juncos que lo dotaban de un lugar íntimo donde poder disfrutar de un baño. Me desvié del sendero marcado, acercándome hasta allí con ligereza.
La mullida hierba invitaba a descansar, y aunque el agua estaba demasiado fría en esa época del año como para bañarme, podría aprovechar la calma que transmitía el sonido del agua mientras me tumbaba un rato sobre la hierba. Necesitaba desconectar de todo, necesitaba olvidarme de porque estaba allí perdida.
Me acomodé junto a una roca plana, donde dejé mis espadas y mis botas, y así, como si no tuviese más preocupaciones que pasar de forma lúdica lo que quedaba de tarde antes de volver al hotel, me tumbé cerrando los ojos y dejándome llegar por el rítmico sonido del agua.
No era muy consciente del tiempo que había pasado, más todavía no había anochecido cuando algo llamó mi atención. Un sonido extraño llegó hasta mis oidos desde unos matorrales próximos a donde yo me encontraba, y me incorporé ligeramente tratando de averiguar qué o quién se había aproximado tanto a mí. Tras unos segundos en los que no obtuve respuesta, me recosté de nuevo y cerré los ojos. Eso sí, había tomado por precaución las dos cimitarras que ahora se encontraban escondidas bajo mi cuerpo, y mantenía los sentidos alerta por si necesitaba atacar a aquel que osase con interrumpir mi momento de tranquilidad.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 25/09/2016
Localización : Paris
Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
Desde temprano los hermanos Lachance se habían concentrado en preparar la fiesta de mañana. Habían sido invitados a la noche de transacción en el castillo Royal. Aquella noche todos las grandes familias se reunían a negociar con otras personas y tratar de sacar buenos lazos. Los Lachance tampoco tenía mucha necesidad de hacer conexiones, pero si surgía alguna, bienvenida era.
Cuando cayó el anochecer y el sol comenzó a ocultarse Jean abandonó la casa para tomar el aire, y Varek pensó en hacer lo mismo, alargando su salida hasta bien entrada la noche. Tanto tiempo sentando le taladraba la cabeza.
Caminó por la gran biblioteca y cogió Loveless. Le apetecía leer y como aun no había anochecido comenzaría su lectura en la profundidad del bosque. Ataviado con ropajes de caza y montado sobre su caballo, se adentró en el espesura desde el lado sur de detrás de su casa.
Cabalgó durante más de 20 minutos hasta que ató al joven corcel en un árbol. Acarició su lomo uno segundos y comenzó su búsqueda para saber donde poder acomodarse hasta la noche.
Varek disfrutaba de la brisa y del sonido de las hojas mientras caminaba con el tomo abierto en sus manos, disfrutando de la lectura. Se dejó guiar por el sonido de un riachuelo, y cuando atravesó lo que es un zarzal, observó el cuerpo de una mujer en un a roca. La sonrisa se dibujó automáticamente en el rostro del joven cazador - Cuando la guerra de las bestias traiga consigo el fin del mundo. La diosa descenderá de los cielos, alas de luz y oscuridad de extensión eterna nos guiara a la salvación, su regalo eterno. Prologo, Loveless - y cerró el libro haciendo golpear las dos tapas, emitiendo un sonido ruido seco.
Cuando cayó el anochecer y el sol comenzó a ocultarse Jean abandonó la casa para tomar el aire, y Varek pensó en hacer lo mismo, alargando su salida hasta bien entrada la noche. Tanto tiempo sentando le taladraba la cabeza.
Caminó por la gran biblioteca y cogió Loveless. Le apetecía leer y como aun no había anochecido comenzaría su lectura en la profundidad del bosque. Ataviado con ropajes de caza y montado sobre su caballo, se adentró en el espesura desde el lado sur de detrás de su casa.
Cabalgó durante más de 20 minutos hasta que ató al joven corcel en un árbol. Acarició su lomo uno segundos y comenzó su búsqueda para saber donde poder acomodarse hasta la noche.
Varek disfrutaba de la brisa y del sonido de las hojas mientras caminaba con el tomo abierto en sus manos, disfrutando de la lectura. Se dejó guiar por el sonido de un riachuelo, y cuando atravesó lo que es un zarzal, observó el cuerpo de una mujer en un a roca. La sonrisa se dibujó automáticamente en el rostro del joven cazador - Cuando la guerra de las bestias traiga consigo el fin del mundo. La diosa descenderá de los cielos, alas de luz y oscuridad de extensión eterna nos guiara a la salvación, su regalo eterno. Prologo, Loveless - y cerró el libro haciendo golpear las dos tapas, emitiendo un sonido ruido seco.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 20/10/2016
Edad : 42
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
No tardé en percibir el aura fuerte de un humano que se aproximaba con paso calmo hasta donde me encontraba. Entre abrí un ojo para observarlo con disimulo, permaneciendo mientras tanto impasible como si su presencia no fuese conmigo.
Por lo poco que podía ver, era un hombre robusto, algo más alto que yo que parecía estar leyendo un libro mientras andaba, y que por sus ropajes y las armas que portaba escondidas bajo éstos diría que era cazador.
Menuda suerte la mía. Afortunadamente durante el día y las noches sin luna era complicado que pudiese reconocerme como su enemiga, a no ser que de una forma u otra consiguiese enojarme lo suficiente como para que mis ojos me delatasen, hecho que tampoco descartaba. Deslicé con sutileza las bastardas bajo mis piernas, pues imaginaba que en algún momento tendría que dirigirme a él y para ello debería incorporarme. Si viese las bastardas podría resultarle extraño, y si no sospechaba nada en principio, tampoco quería darle razones para hacerlo.
Respiré despacio con los ojos de nuevo cerrados, sintiendo cada paso suyo sobre la hierba, percibiendo como se acercaba hasta llegar a mi lado, tratando de llamar mi atención al provocar un golpe seco con el cierre de su libro.
Un sobresalto fingido fue todo lo que se me ocurrió para hacerle creer que estaba ante la dama inocente y desvalida que no era.
-¡Qué susto me ha dado, mi señor!.- exclamé incorporándome con rapidez, quedándome sentada y posando una mano en mi pecho en señal de sorpresa, lo miré sin disimulo.- Pensaba que sería un asaltante de caminos que venía a saquearme, más nunca antes me habían amenazado con un libro.- proseguí sonriendo con calidez cuando nuestras miradas se cruzaron. Sabía que debía tener cuidado, si su aura parecía letal sus ojos me lo recordaban.- ¿Os habéis perdido?
Observé con detenimiento cada gesto de ese hombre que podría ponerme sobre aviso con sus intenciones. Había aprendido que no podía fiarme ni de mi sombra, y si esa sombra era un cazador, muchísimo menos.
Por lo poco que podía ver, era un hombre robusto, algo más alto que yo que parecía estar leyendo un libro mientras andaba, y que por sus ropajes y las armas que portaba escondidas bajo éstos diría que era cazador.
Menuda suerte la mía. Afortunadamente durante el día y las noches sin luna era complicado que pudiese reconocerme como su enemiga, a no ser que de una forma u otra consiguiese enojarme lo suficiente como para que mis ojos me delatasen, hecho que tampoco descartaba. Deslicé con sutileza las bastardas bajo mis piernas, pues imaginaba que en algún momento tendría que dirigirme a él y para ello debería incorporarme. Si viese las bastardas podría resultarle extraño, y si no sospechaba nada en principio, tampoco quería darle razones para hacerlo.
Respiré despacio con los ojos de nuevo cerrados, sintiendo cada paso suyo sobre la hierba, percibiendo como se acercaba hasta llegar a mi lado, tratando de llamar mi atención al provocar un golpe seco con el cierre de su libro.
Un sobresalto fingido fue todo lo que se me ocurrió para hacerle creer que estaba ante la dama inocente y desvalida que no era.
-¡Qué susto me ha dado, mi señor!.- exclamé incorporándome con rapidez, quedándome sentada y posando una mano en mi pecho en señal de sorpresa, lo miré sin disimulo.- Pensaba que sería un asaltante de caminos que venía a saquearme, más nunca antes me habían amenazado con un libro.- proseguí sonriendo con calidez cuando nuestras miradas se cruzaron. Sabía que debía tener cuidado, si su aura parecía letal sus ojos me lo recordaban.- ¿Os habéis perdido?
Observé con detenimiento cada gesto de ese hombre que podría ponerme sobre aviso con sus intenciones. Había aprendido que no podía fiarme ni de mi sombra, y si esa sombra era un cazador, muchísimo menos.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 25/09/2016
Localización : Paris
Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
El libro se cierra entre sus manos con un fuerte sonido y lo deposita en el suelo, con cuidado. Lo recogerá al final del encuentro, o eso espera. Lo que no permite nunca es que un libro salga dañado y desaparezca. Varek permanece parado a unos metros de ella, que creyendo que colará simula sorprenderse y asustarse de varek lo que provoca una sonrisa en los labios del cazador, que se cruza de brazos y apoya su espalda en el gran roble de detrás de él. Con la cabeza ladeada por la próxima conversación que mantendrán hasta que uno de los dos de el primer paso - ¿Amenazar? - pregunta Varek con inocencia, dibujando con más amplitud su sonrisa. ¿Qué mujer tan bien vestida iba a encontrarse tan adentrada en el bosque, al atardecer e iba a creer que la poesía recitada era una amenaza? Alguien se se sintiese reconocido en las palabras recitadas.
Por su color de piel, y por su fingido susto miles de teorías surcaron la cabeza de Varek tratando se saber a que se enfrentaba ¿Hechicera? Licantropa? El caso es que uno de los dos iba a morir hoy, y alargar la escena sólo lo convertiría más entretenido para ambos.
La mujer analizó al cazador, y en respuesta, Varek apoyó su mano sobre su revolver con pasividad, dejándolo entrever bajo la chaqueta y dejando le claro lo que venía a hacer. Él jamás, ni cuando ejercía de Lachance, daba conversación si no era con un fin. Y su fin nunca era con una mujer.
Por su color de piel, y por su fingido susto miles de teorías surcaron la cabeza de Varek tratando se saber a que se enfrentaba ¿Hechicera? Licantropa? El caso es que uno de los dos iba a morir hoy, y alargar la escena sólo lo convertiría más entretenido para ambos.
La mujer analizó al cazador, y en respuesta, Varek apoyó su mano sobre su revolver con pasividad, dejándolo entrever bajo la chaqueta y dejando le claro lo que venía a hacer. Él jamás, ni cuando ejercía de Lachance, daba conversación si no era con un fin. Y su fin nunca era con una mujer.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 20/10/2016
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
Contemplé como el cazador dejaba a un lado el libro del cual había recitado una breve prosa que no podía haber sido más adecuada con la situación en la que nos encontrábamos. Tanteé con disimulo la empuñadura de una de las bastardas que permanecían ocultas bajo mi falda, cuando lo vi apoyarse en un grueso tronco, dejando entrever la culata de la pistola que portaba. Mi padre siempre había dicho que los hombres que usaban para defenderse armas de fuego no eran dignos de admiración, pues se escondían en la distancia en lugar de luchar en cuerpo y alma por su supervivencia. Era por esto que en nuestra manada todos eramos diestros en el uso de armas blancas y en la lucha cuerpo a cuerpo, formándonos como guerreros donde el honor y la valentía eran los ítems que nos guiaban.
-No me malinterprete, caballero, prefiero mil veces que me amenace con seguir leyéndome el libro que con el arma que porta. Solo había sido una broma que al parecer vos no habéis entendido.- apunté sintiendo que la situación podía empeorar por momentos. Tal vez su gesto solo había sido un aviso de que sospechaba algo de mi naturaleza, más pocas pistas podía darle en esos momentos como para atacarme. - Lamento que comunicarle que si su intención es abordarme y tratar que le entregue todo lo que tengo de valor, no encontrará en mi un gran botín. Solo he venido a alejarme durante unos minutos del bullicio de la ciudad y disfrutar de la tranquilidad que nos ofrece la naturaleza.
Sonreí con inocencia al presentir que nuestro gran encuentro no tardaría en llegar. Aquel cazador había sentido algo en mí que le hacía sospechar de mi naturaleza, y aunque yo permanecía tranquila e impasible, mi mano sujetaba con entereza la bastarda.
-¿Acostumbráis a asustar a damas solitarias que pasean por el bosque?- pregunté antes de tumbarme de nuevo sobre la hierba y cerrar los ojos. Si se movía un ápice lo escucharía, al igual que era sentir cada uno de los imperceptibles sonidos del bosque. El cazador no suponía un peligro para mí, no si no se cercioraba de quién era exactamente.
-No me malinterprete, caballero, prefiero mil veces que me amenace con seguir leyéndome el libro que con el arma que porta. Solo había sido una broma que al parecer vos no habéis entendido.- apunté sintiendo que la situación podía empeorar por momentos. Tal vez su gesto solo había sido un aviso de que sospechaba algo de mi naturaleza, más pocas pistas podía darle en esos momentos como para atacarme. - Lamento que comunicarle que si su intención es abordarme y tratar que le entregue todo lo que tengo de valor, no encontrará en mi un gran botín. Solo he venido a alejarme durante unos minutos del bullicio de la ciudad y disfrutar de la tranquilidad que nos ofrece la naturaleza.
Sonreí con inocencia al presentir que nuestro gran encuentro no tardaría en llegar. Aquel cazador había sentido algo en mí que le hacía sospechar de mi naturaleza, y aunque yo permanecía tranquila e impasible, mi mano sujetaba con entereza la bastarda.
-¿Acostumbráis a asustar a damas solitarias que pasean por el bosque?- pregunté antes de tumbarme de nuevo sobre la hierba y cerrar los ojos. Si se movía un ápice lo escucharía, al igual que era sentir cada uno de los imperceptibles sonidos del bosque. El cazador no suponía un peligro para mí, no si no se cercioraba de quién era exactamente.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 25/09/2016
Localización : Paris
Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
Varek apoyado sobre el árbol no puede acabar de creerse lo que está aconteciendo. La mujer sigue tratando de salir airosa con un montón de escusas estúpidas y mal hechas. Varek le ha dejado claro desde el primer instante que sabe que no es una humana, que se deje ver para estar en mismas condiciones, ya que Varek ya le ha dejado claro que ha venido a Cazarla. Pero hacer uso de la debilidad y el feminismo que Ayshane pone en sus palabras, no nublan la conciencia de Varek, no lo hicieron cuando mató a aquella 18 añera, cómo para hacerlo con alguien que aparenta unos cuantos más y se encuentra sola dentro de las inmediaciones del bosque. Al cazador le tocaba los cojones que aquella cosa fuese lo suficientemente valiente para estar allí sola, pero no para enfrentarle desde un principio.
Varek saca su arma y apoyando su mano derecha en el cargador, dispara rozando el hombro de la mujer, sin apenas rasgarle nada más que el vestido - ¿Empezamos? - le pregunta agotado. Si hubiese querido charleta, el mismo le hubiese seguido leyendo Loveless. Varek nunca disparaba a alguien desarmado en la primera acción, por eso trató de que la mujer reaccionara con el primer tiro. Ya que rara vez Varek fallaba con su revolver.
Varek saca su arma y apoyando su mano derecha en el cargador, dispara rozando el hombro de la mujer, sin apenas rasgarle nada más que el vestido - ¿Empezamos? - le pregunta agotado. Si hubiese querido charleta, el mismo le hubiese seguido leyendo Loveless. Varek nunca disparaba a alguien desarmado en la primera acción, por eso trató de que la mujer reaccionara con el primer tiro. Ya que rara vez Varek fallaba con su revolver.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 20/10/2016
Edad : 42
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
Al parecer aquel cazador se había obcecado en cazarme sin saber a ciencia cierta que era lo que le había hecho dudar de mí. A veces no entendía ese afán por dar caza a todo ser viviente, y lo cierto es que empezaba a tocarme las narices que cada vez que acudía al bosque algún incauto decidiese elegirme como su presa.
El sonido de su arma siendo amartilleada me puso sobre aviso, aunque no pude evitar que el disparo que salía de ésta sajase mi vestido a la altura del hombro. Me puse en pie de un salto, escondiendo tras mi falda las dos bastardas que llevaba sujetas con una mano, mientras con la otra tanteaba el daño ocasionado por esa bala.
Un gesto de confusión se marcó en mi rostro buscando su mirada furiosa. Me estaba costando todos los males mantener a raya la mirada de color que me delataría, pero tenía claro que no dejaría que volviese a disparar esa arma. Si tenía que elegir, él sería quien no saldría de aquel bosque ileso.
-¿Se ha vuelto loco? Podría haberme dado- le increpé dando dos pasos hacia él; necesitaba acortar distancias si quería nockearlo antes de que volviese a apuntarme con su cañón. Era mi momento, ¿quería empezar? Pues íbamos a empezar. Lancé al aire las dos bastardas, blandiendo con rapidez una con cada mano, cruzando las espadas frente a mí y depositando sus hojas junto al cuello del cazador.- ¿A qué decía que quería jugar?
Mi posición de ataque podía mostrarle que no era una simple sobrenatural. Había sido bien adiestrada para convertirme en una guerrera; si pensaba que sería una presa fácil, no sabía cuando equivocado estaba.
No era una asesina, no mataba por placer, pero si me sentía amenazada me convertiría en el peor de sus males. La suerte estaba echada, aunque el hecho de que portase un arma de fuego se me antojaba una ventaja injusta.
El sonido de su arma siendo amartilleada me puso sobre aviso, aunque no pude evitar que el disparo que salía de ésta sajase mi vestido a la altura del hombro. Me puse en pie de un salto, escondiendo tras mi falda las dos bastardas que llevaba sujetas con una mano, mientras con la otra tanteaba el daño ocasionado por esa bala.
Un gesto de confusión se marcó en mi rostro buscando su mirada furiosa. Me estaba costando todos los males mantener a raya la mirada de color que me delataría, pero tenía claro que no dejaría que volviese a disparar esa arma. Si tenía que elegir, él sería quien no saldría de aquel bosque ileso.
-¿Se ha vuelto loco? Podría haberme dado- le increpé dando dos pasos hacia él; necesitaba acortar distancias si quería nockearlo antes de que volviese a apuntarme con su cañón. Era mi momento, ¿quería empezar? Pues íbamos a empezar. Lancé al aire las dos bastardas, blandiendo con rapidez una con cada mano, cruzando las espadas frente a mí y depositando sus hojas junto al cuello del cazador.- ¿A qué decía que quería jugar?
Mi posición de ataque podía mostrarle que no era una simple sobrenatural. Había sido bien adiestrada para convertirme en una guerrera; si pensaba que sería una presa fácil, no sabía cuando equivocado estaba.
No era una asesina, no mataba por placer, pero si me sentía amenazada me convertiría en el peor de sus males. La suerte estaba echada, aunque el hecho de que portase un arma de fuego se me antojaba una ventaja injusta.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 25/09/2016
Localización : Paris
Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
El viento agitó el cabello de ambos, uno frente al otro, comenzaban a tener dificultad de visión a causa de estar anocheciendo. La vista tenía que acostumbrarse a aquella luz, y quizás ahora sí que estaba en clara ventaja la mujer, que por fin se había puesto en acción. Al Cazador le recordó el personaje de alguno de los tantos libros que había leído. Pues la mujer había empuñado sus armas de una forma muy cómica y ficticia.
El espacio entre ellos se acortó a la vez que Varek guardaba de forma tranquila el revolver en su cartuchera, alzó la cabeza para que los dos filos de las bastardas apenas le rozasen – Al fin te has animado –susurró con voz algo ronca, al hablar en tono bajo. Una sonrisa se posó en su rostro y clavó su mirada en la de ella – Sé que no quieres hacerme daño –continuó y alzando una mano totalmente libre, posó dos dedos en el filo para bajarlo un poco y poder observarla mejor, sin apartarlo de su cuello.
La mano izquierda se deslizó por le cintura de ella, y agarrando su vestido, tiró de este acordando más la distancia entre ambos. La espada se movió por el brusco movimiento, calvándose levemente en el cuello del cazador pero sin provocarle aun ningún roce–Jugaremos a lo que quieras -le propuso en un susurro, sin dejar de mirarla a los ojos.
El espacio entre ellos se acortó a la vez que Varek guardaba de forma tranquila el revolver en su cartuchera, alzó la cabeza para que los dos filos de las bastardas apenas le rozasen – Al fin te has animado –susurró con voz algo ronca, al hablar en tono bajo. Una sonrisa se posó en su rostro y clavó su mirada en la de ella – Sé que no quieres hacerme daño –continuó y alzando una mano totalmente libre, posó dos dedos en el filo para bajarlo un poco y poder observarla mejor, sin apartarlo de su cuello.
La mano izquierda se deslizó por le cintura de ella, y agarrando su vestido, tiró de este acordando más la distancia entre ambos. La espada se movió por el brusco movimiento, calvándose levemente en el cuello del cazador pero sin provocarle aun ningún roce–Jugaremos a lo que quieras -le propuso en un susurro, sin dejar de mirarla a los ojos.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 20/10/2016
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
La noche se cernía sobre nosotros y el bosque se cubría de un baile de luces y sombras donde yo adquiría cierta ventaja respecto al cazador. Mi visión se agudizaba con la oscuridad, mientras que él perdería sin duda parte de sus reflejos.
Observé con desconfianza como el cazador guardaba el arma de fuego de nuevo en su funda, gesto que me confundió sobremanera. Si su intención era matarme, ¿por qué se rendía tan rápido? Sabía que no debía confiar en él, que su acto no era más que un modo de desconcertarme y pillarme desprevenida para matarme.
Puse todos mis instintos fijados en aquel cazador que ahora parecía creer conocerme más de la cuenta. Era cierto que no quería hacerle daño, que si lo quisiese muerto no le habría dado tiempo ni de dejar aquel libro sobre la hierba; pero también era verdad que si me sentía amenazada, no dudaría en terminar el golpe de espada que terminase con su vida.
-No quiero hacerle daño, no soy una asesina, pero si me atacan me defiendo.- expliqué sin bajar mis armas en ningún momento, ni titubear en mi postura. Sabía que en caso de volver a sacar su arma, yo sería más rápida.
Mis ojos me delataron cuando su mano se posó sobre mi cintura para acercarme a él, notando como mi espada rozaba su cuello y su mirada se clavaba en la mía.- -Juguemos a que te perdono la vida si decides marcharte sin presentar batalla.- susurré mirando sus labios que parecían esbozar una sonrisa. Algo estaba tramando, y dudaba que fuese jugar a las tabas conmigo. No era lógico que primero me disparase y minutos después me susurrase amablemente; no era tan tonta como para dejarme embaucar.
Observé con desconfianza como el cazador guardaba el arma de fuego de nuevo en su funda, gesto que me confundió sobremanera. Si su intención era matarme, ¿por qué se rendía tan rápido? Sabía que no debía confiar en él, que su acto no era más que un modo de desconcertarme y pillarme desprevenida para matarme.
Puse todos mis instintos fijados en aquel cazador que ahora parecía creer conocerme más de la cuenta. Era cierto que no quería hacerle daño, que si lo quisiese muerto no le habría dado tiempo ni de dejar aquel libro sobre la hierba; pero también era verdad que si me sentía amenazada, no dudaría en terminar el golpe de espada que terminase con su vida.
-No quiero hacerle daño, no soy una asesina, pero si me atacan me defiendo.- expliqué sin bajar mis armas en ningún momento, ni titubear en mi postura. Sabía que en caso de volver a sacar su arma, yo sería más rápida.
Mis ojos me delataron cuando su mano se posó sobre mi cintura para acercarme a él, notando como mi espada rozaba su cuello y su mirada se clavaba en la mía.- -Juguemos a que te perdono la vida si decides marcharte sin presentar batalla.- susurré mirando sus labios que parecían esbozar una sonrisa. Algo estaba tramando, y dudaba que fuese jugar a las tabas conmigo. No era lógico que primero me disparase y minutos después me susurrase amablemente; no era tan tonta como para dejarme embaucar.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 25/09/2016
Localización : Paris
Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
El viento sopló y el rostro de ella quedó levemente alumbrado por la luna por unos segundos. Varek sabía que la luna estaba casi en su plenitud y que aquello proporcionaría a la muchacha que su ego se elevase, el único punto a favor para Varek era que le permitía ver mejo en al oscuridad gracias a el reflejo de luz.
El caso era ¿Porqué aquella actitud? Y es que el cazador se había percatado de que algo no iba bien desde el primer instante. En un principió pensó que podía ser cosa de la mujer, pero al verla en acción defensiva supo que no era ella, quizás ¿Un hechicero? El ambiente había cambiado y el aire era cálido, parecía una noche de verano. Seguramente ellos no eran las victimas de aquella ilusión, pero si las estaban sufriendo. Ella estaba tan a la defensiva que no se había percatado aun, pero Varek comenzaba a tener calor bajo su chaqueta.
Con su atenta mirada posada en los claros ojos de Ayshane, la pegó más a él para susurrarla al oído - Un hechicero - si no querían ser victimas del juego de un tercero, lo mejor sería que ambos se marcharan de allí y viendo la respuesta de ella, no colaboraría en acabar con el mago si no se sentía amenazada. Cosa probable a largo plazo. Llevaba habiendo una amenaza desde haría 7 noches, un poderoso mago controlaba a los seres para que se destruyeran entre ellos jugando con las ilusiones. Saliendo siempre victorioso y airoso. Varek no era inmune a ese tipo de magias y no estaba dispuesto a padecer frente a alguien que no quería acabar con él.
Separó a la muchacha con delicadeza y echó a caminar - Sígueme, si quieres jugar - susurró con un tono jocoso, caminando por el manto de hojas secas que cubría el suelo.
El caso era ¿Porqué aquella actitud? Y es que el cazador se había percatado de que algo no iba bien desde el primer instante. En un principió pensó que podía ser cosa de la mujer, pero al verla en acción defensiva supo que no era ella, quizás ¿Un hechicero? El ambiente había cambiado y el aire era cálido, parecía una noche de verano. Seguramente ellos no eran las victimas de aquella ilusión, pero si las estaban sufriendo. Ella estaba tan a la defensiva que no se había percatado aun, pero Varek comenzaba a tener calor bajo su chaqueta.
Con su atenta mirada posada en los claros ojos de Ayshane, la pegó más a él para susurrarla al oído - Un hechicero - si no querían ser victimas del juego de un tercero, lo mejor sería que ambos se marcharan de allí y viendo la respuesta de ella, no colaboraría en acabar con el mago si no se sentía amenazada. Cosa probable a largo plazo. Llevaba habiendo una amenaza desde haría 7 noches, un poderoso mago controlaba a los seres para que se destruyeran entre ellos jugando con las ilusiones. Saliendo siempre victorioso y airoso. Varek no era inmune a ese tipo de magias y no estaba dispuesto a padecer frente a alguien que no quería acabar con él.
Separó a la muchacha con delicadeza y echó a caminar - Sígueme, si quieres jugar - susurró con un tono jocoso, caminando por el manto de hojas secas que cubría el suelo.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
El cazador parecía distraído por alguna cosa que no era mi amenaza, y eso era algo que me contrariaba sobre manera. ¿Acaso no se daba cuenta de que le estaba perdonando la vida si renunciaba a cazarme? Su mirada bailada con disimulo a nuestro alrededor, como si esperase la presencia de alguien. Durante unos segundos sopesé la opción de que no estuviese solo, al fin y al cabo era un hecho muy común que los cazadores saliesen en grupo en batidas de caza para disminuir los riesgos de luchar contra sobrenaturales, pero si ese fuese el caso, podría sentir sus auras.
Dediqué una rápida mirada a la luna casi llena que aumentaba mis sentidos tanto como los turbaba. Sentía las sensaciones a flor de piel, la rabia, la inquietud, todo se magnificaba con su cercanía, incluso una extraña tensión que no lograba catalogar se hacía presente en mi ser.
Me sobresalté cuando el cazador se aproximó demasiado a mí mientras yo mantenía mis espadas en la misma posición, demostrando de nuevo que era incapaz de hacerle daño si no me lo hacía él antes. Sus palabras acariciaron mi oído, y con la cercanía pude sentir su particular olor cuando nuestros cuerpos se juntaron. - ¿Un hechicero? No puede ser, no siento su aura.- susurré desconcertada buscando su mirada, antes de que me separase con cuidado. ¿Dónde estaba esa parte del cazador en la que quería pegarme un tiro?
Enfundé mis espadas dentro de sus vainas, colocándomelas mediante un cinturón sujetas a la espalda. Dejé la capa abierta para tener acceso a estas en caso de ser necesario, y eché a andar detrás del cazador sin estar muy convencida de que aquello no fuese más que una emboscada y que me estuviese llevando a una trampa de la que no podría salir con vida. Lo extraño era que después de haber mencionado al hechicero, era cierto que podía sentir algo raro en el ambiente.- ¿Y a qué queréis jugar ahora? – contesté en tono alegre al ponerme a su lado, para después colocar mi mano sobre su hombro y auparme para llegar hasta su oído, donde susurré.- Siento una fuerza extraña que nos envuelve, pero no puedo localizar al hechicero.
Me separé de nuevo buscando su mirada. Esperaba que este gesto de intentar cooperar con él lo viese como un intento de enterrar el hacha de guerra entre nosotros, al menos esa noche en la que ambos habíamos tenido la oportunidad de matar al otro y no lo habíamos hecho.
Dediqué una rápida mirada a la luna casi llena que aumentaba mis sentidos tanto como los turbaba. Sentía las sensaciones a flor de piel, la rabia, la inquietud, todo se magnificaba con su cercanía, incluso una extraña tensión que no lograba catalogar se hacía presente en mi ser.
Me sobresalté cuando el cazador se aproximó demasiado a mí mientras yo mantenía mis espadas en la misma posición, demostrando de nuevo que era incapaz de hacerle daño si no me lo hacía él antes. Sus palabras acariciaron mi oído, y con la cercanía pude sentir su particular olor cuando nuestros cuerpos se juntaron. - ¿Un hechicero? No puede ser, no siento su aura.- susurré desconcertada buscando su mirada, antes de que me separase con cuidado. ¿Dónde estaba esa parte del cazador en la que quería pegarme un tiro?
Enfundé mis espadas dentro de sus vainas, colocándomelas mediante un cinturón sujetas a la espalda. Dejé la capa abierta para tener acceso a estas en caso de ser necesario, y eché a andar detrás del cazador sin estar muy convencida de que aquello no fuese más que una emboscada y que me estuviese llevando a una trampa de la que no podría salir con vida. Lo extraño era que después de haber mencionado al hechicero, era cierto que podía sentir algo raro en el ambiente.- ¿Y a qué queréis jugar ahora? – contesté en tono alegre al ponerme a su lado, para después colocar mi mano sobre su hombro y auparme para llegar hasta su oído, donde susurré.- Siento una fuerza extraña que nos envuelve, pero no puedo localizar al hechicero.
Me separé de nuevo buscando su mirada. Esperaba que este gesto de intentar cooperar con él lo viese como un intento de enterrar el hacha de guerra entre nosotros, al menos esa noche en la que ambos habíamos tenido la oportunidad de matar al otro y no lo habíamos hecho.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
El aire estaba menos codicioso en aquella zona, pero aun así, se sentía diferente. La loba lo confirmó una vez explicado el motivo de alejarse. Si prestaba más atención a su entorno y no sólo al cazador, podía notar como no estaban solos y quien les podría estar prestando atención tenía mucho poder. Aun que Varek sabía que cabía la posibilidad de que el blanco no fuesen ellos, simplemente estuvieran sufriendo los daños colaterales.
Guardó sus espaldas pero las dejó a mano, con la capa apartada. A Varek le hacía gracia que en un principio le hubiese intentado convencer de que era una damisela indefensa - No somos nosotros su objetivo - le explica Varek sin mucho énfasis. Ella le buscó y el cazador se giró sacando su revolver de su capuchón - ¿Qué? - dice casi con un carcajada - No has dejado de ser lo que eres en 10 metros - le explica y sin más preámbulos dispara su arma tratando de atravesarle el brazo derecho que seguramente es el que vaya a por el arma para defenderse.
Podrían pensar que Varek ha fallado, y le ha disparado sin pensárselo demasiado, pero lo que busca esa noche no es acabar con la loba, quiere entrenarse, ponerse en forma y sin importarte las consecuencias, que pueden ser la muerte, espera que le de un fuerte y duro combate para poder recuperar lo que ha perdido en las 4 noches anteriores, en las cuales apenas encontró un vampiro. Es más, ronda la posibilidad de querer crear un vinculo de odio entre ellos y así poder cruzarsela de nuevo, su conejo de indias.
Guardó sus espaldas pero las dejó a mano, con la capa apartada. A Varek le hacía gracia que en un principio le hubiese intentado convencer de que era una damisela indefensa - No somos nosotros su objetivo - le explica Varek sin mucho énfasis. Ella le buscó y el cazador se giró sacando su revolver de su capuchón - ¿Qué? - dice casi con un carcajada - No has dejado de ser lo que eres en 10 metros - le explica y sin más preámbulos dispara su arma tratando de atravesarle el brazo derecho que seguramente es el que vaya a por el arma para defenderse.
Podrían pensar que Varek ha fallado, y le ha disparado sin pensárselo demasiado, pero lo que busca esa noche no es acabar con la loba, quiere entrenarse, ponerse en forma y sin importarte las consecuencias, que pueden ser la muerte, espera que le de un fuerte y duro combate para poder recuperar lo que ha perdido en las 4 noches anteriores, en las cuales apenas encontró un vampiro. Es más, ronda la posibilidad de querer crear un vinculo de odio entre ellos y así poder cruzarsela de nuevo, su conejo de indias.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
Su mirada condescendiente hacia mi persona y una extraña carcajada proveniente de su garganta me dejaron confundida durante unos segundos. Mi acercamiento no había sido de ningún modo un acto de camaradería, sino una forma de poder disimular ante unos posibles ojos ajenos que nos habíamos percatado de su presencia.
Con un rápido movimiento ante el que no pude reaccionar a tiempo, el cazador sacó de nuevo su revolver de la funda, disparando ésta a bocajarro contra mi brazo. Un gruñido por el dolor causado emergió de mi garganta con rabia; con la misma rabia que tornaron mis ojos ámbar durante un momento confesando finalmente mi naturaleza ante el cazador. Apreté los dientes con fuerza, mitigando las ganas de propinarle un buen mordisco a ese hombre cuya conducta parecía una veleta. Debería haberle cortado el cuello cuando minutos antes se había aproximado a mí junto al río.
-Por la misma razón que sigo siendo la misma, debería tratar de no agotar mi paciencia, cazador.- siseé manteniendo la mirada durante un breve periodo de tiempo, para después preocuparme de la herida que aunque no había sido importante, bien podría traerme problemas al empuñar la espada. Afortunadamente sabía blandir mi arma con ambos brazos, además que para tumbar a aquel cazador me serían más que suficientes mis manos.
Con la mano izquierda presioné la herida, esperando que la rápida sanación consiguiese parar la hemorragia en poco tiempo. Había sido un tiro limpio, un roce que volvía a recordarme porqué no podía fiarme de él. El motivo del porque había errado su disparo lo desconocía, pero no parecía una persona muy estable como para confiar en que en su tercer intento no tratase de terminar con mi vida.
Sentí como nos alejábamos de la zona donde la atmósfera había cambiado a causa del hechicero y me paré en seco.- Aunque nosotros no seamos su objetivo, puede haber otro humano en peligro. Ese poder que sentíamos metros atrás no está movido por un hechicero blanco, sino por algo mucho más peligroso.- expliqué esperando que decidiese acompañarme en dirección contraria en busca de esa fuente de poder. Separé la mano izquierda de la herida, comprobando que había dejado de sangrar, al menos de momento, y desenvainé una de las bastardas. -¿No quería jugar? Pues le propongo el interesante objetivo de dar caza a ese hechicero y liberar al inocente que esté sufriendo bajo su poder.- Me alejé unos pasos antes de volver a darme la vuelta para comprobar si me seguía. Había planteado un nuevo e interesante juego, pero ¿a qué estábamos jugando nosotros?
Con un rápido movimiento ante el que no pude reaccionar a tiempo, el cazador sacó de nuevo su revolver de la funda, disparando ésta a bocajarro contra mi brazo. Un gruñido por el dolor causado emergió de mi garganta con rabia; con la misma rabia que tornaron mis ojos ámbar durante un momento confesando finalmente mi naturaleza ante el cazador. Apreté los dientes con fuerza, mitigando las ganas de propinarle un buen mordisco a ese hombre cuya conducta parecía una veleta. Debería haberle cortado el cuello cuando minutos antes se había aproximado a mí junto al río.
-Por la misma razón que sigo siendo la misma, debería tratar de no agotar mi paciencia, cazador.- siseé manteniendo la mirada durante un breve periodo de tiempo, para después preocuparme de la herida que aunque no había sido importante, bien podría traerme problemas al empuñar la espada. Afortunadamente sabía blandir mi arma con ambos brazos, además que para tumbar a aquel cazador me serían más que suficientes mis manos.
Con la mano izquierda presioné la herida, esperando que la rápida sanación consiguiese parar la hemorragia en poco tiempo. Había sido un tiro limpio, un roce que volvía a recordarme porqué no podía fiarme de él. El motivo del porque había errado su disparo lo desconocía, pero no parecía una persona muy estable como para confiar en que en su tercer intento no tratase de terminar con mi vida.
Sentí como nos alejábamos de la zona donde la atmósfera había cambiado a causa del hechicero y me paré en seco.- Aunque nosotros no seamos su objetivo, puede haber otro humano en peligro. Ese poder que sentíamos metros atrás no está movido por un hechicero blanco, sino por algo mucho más peligroso.- expliqué esperando que decidiese acompañarme en dirección contraria en busca de esa fuente de poder. Separé la mano izquierda de la herida, comprobando que había dejado de sangrar, al menos de momento, y desenvainé una de las bastardas. -¿No quería jugar? Pues le propongo el interesante objetivo de dar caza a ese hechicero y liberar al inocente que esté sufriendo bajo su poder.- Me alejé unos pasos antes de volver a darme la vuelta para comprobar si me seguía. Había planteado un nuevo e interesante juego, pero ¿a qué estábamos jugando nosotros?
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
El disparo resuena con fuerza, obligando a una bandada de pájaros salir volando pese a las horas nocturnas en las que aun se encontraban. Pese a que el hechicero no está muy lejos, y los pájaros han provocado con su aleteo un sonido fuerte. El eco del tiro resuena durante unos segundo en la lejanía. Avisando a todo el que está cerca...que allí no deberían acercarse si no quieren ser participes de algo que no les concierne. Varek clava su mirada en la mujer, que agarra su brazo y espera paciente a que sane. El disparo ha sido limpio y e inocuo. Sólo quiere sacar el carácter de ella, prepararla para que le de un poco de sarmiento. Pero el cazador nunca ha sido de palabras, los actos han reinado en sus decisiones y espera que ella haya interpretado con certeza esta acción.
Varek suspira escuchando a Ayshane hablar y niega con su cabeza lentamente - ¿Quien te crees que soy? - pregunta divertido. ¿Realmente cree que le importa la vida de alguien que no conoce? Independientemente de que sera humano?. El cazador no entendía a que venía ese intento de cooperación cuando le había dejado dos veces claro que la quería a ella.
En un abrir y cerrar de ojos, de nuevo tenía el brazo sanado. Desenvainó sus espaldas y se dispuso a atacar. Varek guardó su revolver, lo que buscaba era un cuerpo a cuerpo. Y desenvainando ahora la daga que llevaba en su bota, esperó que la mujer se avanzase sobre su cuerpo para darse un buen revolcón.
Varek suspira escuchando a Ayshane hablar y niega con su cabeza lentamente - ¿Quien te crees que soy? - pregunta divertido. ¿Realmente cree que le importa la vida de alguien que no conoce? Independientemente de que sera humano?. El cazador no entendía a que venía ese intento de cooperación cuando le había dejado dos veces claro que la quería a ella.
En un abrir y cerrar de ojos, de nuevo tenía el brazo sanado. Desenvainó sus espaldas y se dispuso a atacar. Varek guardó su revolver, lo que buscaba era un cuerpo a cuerpo. Y desenvainando ahora la daga que llevaba en su bota, esperó que la mujer se avanzase sobre su cuerpo para darse un buen revolcón.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
El gesto de negación del cazador sumado a su pregunta cargada de dobles sentidos me confundió durante unos segundos. No sabía a ciencia cierta a qué se refería con ella, porque era más que obvio que a esas altura sabía a lo que se dedicaba. Fue su gesto de permanecer impasible ante mi explicación de ir a liberar a la pobre víctima de manos de ese poderoso hechicero del que todavía podíamos percibir su poder y no continuar mis pasos cuando me puse en marcha, cuando supe que no estaba en su pensamiento acudir en auxilio de nadie.
-¿Cómo es posible que un hombre como vos, que os dedicáis a librar a los humanos de los posibles peligros que los acechan, evadáis el deber de salvar a la presa de ese hechicero?- lo miré fijamente, retándolo con mis palabras a disparar por tercera vez contra mí, con esa pistola que permanecía en su mano cargada y lista para ser utilizada de nuevo.- Queréis matarme solo por mi naturaleza, sin conocer nada de mí. No mato inocentes, los protejo de los vampiros o de otros peligros a los que se exponen, como hoy.- desvié la cabeza hacia el lugar de donde provenía esa magia más que detectable. No estaba lejos de nuestra posición; unos minutos más andando en esa dirección y podríamos dar con ellos sin problemas.
El cazador enfundó su arma de nuevo ante mi confundida mirada que no entendía nada de lo que hacía, aunque seguía sin tener la intención de seguirme en la misión que le había propuesto. En su lugar, extrajo de su bota una pequeña daga, desencadenando una sonrisa ladina en su rostro. Miré la cimitarra que llevaba en la mano izquierda y volví a mirarlo a él. Mi exposición del arma no había sido una amenaza hacia su persona, sino la preparación para enfrentarme al mago.- ¿Qué es lo que quiere?¿Matarme? No se lo permitiré y seréis vos quien saldrá herido. Podemos salvar a ese humano juntos y después tener un enfrentamiento entre nosotros si es lo que desea. No lo mataré, pero tampoco saldrá ileso de nuestro encuentro. ¿Qué me decís?.- No podía perder el tiempo, mis preguntas era concisas y claras. Solo necesitaba que de una vez por todas me confiase que quería de mí, para poder acudir en ayuda del pobre desgraciado que estuviese bajo las manos del hechicero.
-¿Cómo es posible que un hombre como vos, que os dedicáis a librar a los humanos de los posibles peligros que los acechan, evadáis el deber de salvar a la presa de ese hechicero?- lo miré fijamente, retándolo con mis palabras a disparar por tercera vez contra mí, con esa pistola que permanecía en su mano cargada y lista para ser utilizada de nuevo.- Queréis matarme solo por mi naturaleza, sin conocer nada de mí. No mato inocentes, los protejo de los vampiros o de otros peligros a los que se exponen, como hoy.- desvié la cabeza hacia el lugar de donde provenía esa magia más que detectable. No estaba lejos de nuestra posición; unos minutos más andando en esa dirección y podríamos dar con ellos sin problemas.
El cazador enfundó su arma de nuevo ante mi confundida mirada que no entendía nada de lo que hacía, aunque seguía sin tener la intención de seguirme en la misión que le había propuesto. En su lugar, extrajo de su bota una pequeña daga, desencadenando una sonrisa ladina en su rostro. Miré la cimitarra que llevaba en la mano izquierda y volví a mirarlo a él. Mi exposición del arma no había sido una amenaza hacia su persona, sino la preparación para enfrentarme al mago.- ¿Qué es lo que quiere?¿Matarme? No se lo permitiré y seréis vos quien saldrá herido. Podemos salvar a ese humano juntos y después tener un enfrentamiento entre nosotros si es lo que desea. No lo mataré, pero tampoco saldrá ileso de nuestro encuentro. ¿Qué me decís?.- No podía perder el tiempo, mis preguntas era concisas y claras. Solo necesitaba que de una vez por todas me confiase que quería de mí, para poder acudir en ayuda del pobre desgraciado que estuviese bajo las manos del hechicero.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
La loba era insistente, insistentemente aburrida tratando de recomer algo que no existía en el interior del cazador. Sólo salvaría a un humano en esta vida, y sería a su hermano. El resto había suficientes como para no darse cuenta de que uno de ellos había fallecido ¿Qué más le daba? No rendía cuentas a nadie, y esa era la meta de conseguir ser feliz en soledad. Ser totalmente independiente.
La cabeza de Varek se balanceó suavementeme en negación a sus palabras. Estaba muy equivocada si pensaba que todos los cazadores tenían como fin librar a los humanos de las bestias. Para él un cazador mataba seres sobrenaturales, el motivo que le volcaba a hacerlo podía ser diverso - ¿Los proteges de ti? - le preguntó en un tono jocoso, alzando una ceja. El auto convencimiento comenzaba a agotarlo y a hacerle perder la paciencia.
Con la pose preparada y el cuchillo en su puño cerrado, Varek se lanza hacía la Loba agotado de que vuelva a pedirle una vez más salvar al humano. Quizás el humano debía ser quien ahora mismo estuviese pensando en salvarla a ella. Caso que difícilmente ocurriría. En sus casi 17 años de cazador jamás había visto a un cazador cazar cazadores.
Su cuerpo se movió con rápidez hasta el de ella tratando de rasgar las cuerdas que llevaba en su espalda para sin vainas donde guardarlas, después la desarmaría y la knockear. Al fin de cuentas la quería usar como un entrenamiento y utilizando esas pautas se sentiría lo suficientemente incomoda para tener que seguir luchando contra él -¿Quien te salva a ti ahora, eh? - mascullo con la sonrisa en sus labios en un tono divertido.
La cabeza de Varek se balanceó suavementeme en negación a sus palabras. Estaba muy equivocada si pensaba que todos los cazadores tenían como fin librar a los humanos de las bestias. Para él un cazador mataba seres sobrenaturales, el motivo que le volcaba a hacerlo podía ser diverso - ¿Los proteges de ti? - le preguntó en un tono jocoso, alzando una ceja. El auto convencimiento comenzaba a agotarlo y a hacerle perder la paciencia.
Con la pose preparada y el cuchillo en su puño cerrado, Varek se lanza hacía la Loba agotado de que vuelva a pedirle una vez más salvar al humano. Quizás el humano debía ser quien ahora mismo estuviese pensando en salvarla a ella. Caso que difícilmente ocurriría. En sus casi 17 años de cazador jamás había visto a un cazador cazar cazadores.
Su cuerpo se movió con rápidez hasta el de ella tratando de rasgar las cuerdas que llevaba en su espalda para sin vainas donde guardarlas, después la desarmaría y la knockear. Al fin de cuentas la quería usar como un entrenamiento y utilizando esas pautas se sentiría lo suficientemente incomoda para tener que seguir luchando contra él -¿Quien te salva a ti ahora, eh? - mascullo con la sonrisa en sus labios en un tono divertido.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
Decir que este cazador era terco como una mula era quedarse corto, pues parecía no servirle mi extensa y racional explicación de como salvar a la víctima de ese hechicero, y luego continuar una confrontación entre nosotros que parecía impaciente en comenzar. ¿Es que acaso no veía que si nos enfrentábamos saldría malherido? No era una loba cualquiera que se rinde ante las amenazas de un cazador, había sido entrenada para luchar, para hacer frente a cualquiera que supusiese un riesgo para mi manada o para mí misma. Solo tendría una posibilidad de sobrevivir, y esto únicamente sucedería si yo se la concedía, pues yendo solo, la balanza no estaba equilibrada a su favor.
-No asesino humanos a sangre fría, solo si me siento amenazada o atacan a los míos.- contesté tensando mi cuerpo para esperar el ataque de ese hombre que no parecía atender a razones. Si en esta ocasión no entendía la indirecta de que todavía estaba a tiempo de retirarse y marcharse como si nada hubiese pasado, no me molestaría en volver a explicárselo.
Resoplé hastiada cuando el cazador acortó con un rápido movimiento la distancia que nos separaba, cuchillo en mano, con la intención de atacarme con éste. Ladeé mi cuerpo cuando se aproximó lo suficiente a mí como para poder alcanzarme, efectuando un ágil giro sobre mis talones para que pasase de largo y poder enfrentarlo de nuevo cara a cara. El filo de su cuchillo pasó rozando mi espalda, en un intento de herirme que un principio pensé que había sido errado, hasta que vi caer al suelo la vaina que portaba una de mis cimitarras.
Sonreí divertida al darme cuenta de lo que intentaba, quería desarmarme primero, aunque para ello tendría que quitarme la espada que tenía en la mano, y buscar el resto de armas blancas que tenía escondidas por el cuerpo.
- No necesito a nadie que me salve de vos, creo que seré capaz de explicarle con detenimiento el por qué no debe atacar a una dama que le ha advertido varias veces que no le gustaría hacerle daño.- miré la cimitarra envainada en el suelo, apartándola con un pie para que no quedase al alcance de ninguno. ¿Quería guerra? Pues yo se la iba a dar. Con un poco de suerte terminaría pronto con él y podría ir en busca del hechicero.- Si desarmarme es lo que desea, ¿por qué no nos evitamos perder el tiempo y luchamos ambos sin armas?
El cuchillo no me preocupaba en demasía, era el arma de fuego lo que me escamaba. Si aceptaba el nuevo plan de lucha, saldría ganando sin problemas en un cuerpo a cuerpo, teniendo en cuenta además, que no solo las cimitarras eran las únicas armas que portaban conmigo.
-No asesino humanos a sangre fría, solo si me siento amenazada o atacan a los míos.- contesté tensando mi cuerpo para esperar el ataque de ese hombre que no parecía atender a razones. Si en esta ocasión no entendía la indirecta de que todavía estaba a tiempo de retirarse y marcharse como si nada hubiese pasado, no me molestaría en volver a explicárselo.
Resoplé hastiada cuando el cazador acortó con un rápido movimiento la distancia que nos separaba, cuchillo en mano, con la intención de atacarme con éste. Ladeé mi cuerpo cuando se aproximó lo suficiente a mí como para poder alcanzarme, efectuando un ágil giro sobre mis talones para que pasase de largo y poder enfrentarlo de nuevo cara a cara. El filo de su cuchillo pasó rozando mi espalda, en un intento de herirme que un principio pensé que había sido errado, hasta que vi caer al suelo la vaina que portaba una de mis cimitarras.
Sonreí divertida al darme cuenta de lo que intentaba, quería desarmarme primero, aunque para ello tendría que quitarme la espada que tenía en la mano, y buscar el resto de armas blancas que tenía escondidas por el cuerpo.
- No necesito a nadie que me salve de vos, creo que seré capaz de explicarle con detenimiento el por qué no debe atacar a una dama que le ha advertido varias veces que no le gustaría hacerle daño.- miré la cimitarra envainada en el suelo, apartándola con un pie para que no quedase al alcance de ninguno. ¿Quería guerra? Pues yo se la iba a dar. Con un poco de suerte terminaría pronto con él y podría ir en busca del hechicero.- Si desarmarme es lo que desea, ¿por qué no nos evitamos perder el tiempo y luchamos ambos sin armas?
El cuchillo no me preocupaba en demasía, era el arma de fuego lo que me escamaba. Si aceptaba el nuevo plan de lucha, saldría ganando sin problemas en un cuerpo a cuerpo, teniendo en cuenta además, que no solo las cimitarras eran las únicas armas que portaban conmigo.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
La licantropa comenzaba a cansarse de la actitud pasiva y tranquila del Cazador. Su cabezonería y su negativa podían sacar de las casillas hata al mismísimo Jean Lachance, y eso que era el que más paciencia había tenido con él desde que ambos tenían uso de razón Varek negó con la cabeza - Deja de llamarte mujer, o dama, no eres más que un perro con habilidades - su voz sonaba altiva y fuerte, irónico. No soportaba aquella actitud.
La brisa golpeó entonces fuertemente a ambos, que aturdidos por el cambio del ambiente, quedaron aturdidos por el deslumbramiento de la belleza de lo que les rodeaba. El entorno se había vuelto de tonos violetas y turquesas. Realzando cada detalle brillante, y convirtiendo el cielo en un mar con pequeñas vías lácteas, que se movían para deleite de ambos - Mierda - masculló el cazador, pese a seguir ensimismado en aquel paraje inhóspito.
Bajó sus hombros, descansado su cuerpo y alzó al rato el brazo hacía ella, en señal de Stop - Para, nunca menosprecies el poder de un hechicero - susurró, caminando hasta ella. Se agachó y agarró la vaina que había soltado de su espalda, se la tendió - Busca a tu humano, sálvalo. No quiero involucrarme en esto - guardó su revolver y echó a andar dando la espalda a la loba. No iba a jugar en terreno desconocido, con quizás, una tercera persona guionizando la función donde había sido introducido sin invitación.
La brisa golpeó entonces fuertemente a ambos, que aturdidos por el cambio del ambiente, quedaron aturdidos por el deslumbramiento de la belleza de lo que les rodeaba. El entorno se había vuelto de tonos violetas y turquesas. Realzando cada detalle brillante, y convirtiendo el cielo en un mar con pequeñas vías lácteas, que se movían para deleite de ambos - Mierda - masculló el cazador, pese a seguir ensimismado en aquel paraje inhóspito.
Bajó sus hombros, descansado su cuerpo y alzó al rato el brazo hacía ella, en señal de Stop - Para, nunca menosprecies el poder de un hechicero - susurró, caminando hasta ella. Se agachó y agarró la vaina que había soltado de su espalda, se la tendió - Busca a tu humano, sálvalo. No quiero involucrarme en esto - guardó su revolver y echó a andar dando la espalda a la loba. No iba a jugar en terreno desconocido, con quizás, una tercera persona guionizando la función donde había sido introducido sin invitación.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Con lo grande que es el bosque [Privado]
Una sonrisa ladina se dibujó en mis labios cuando escuché ese insulto tan poco original con el que el 99.9% de los cazadores intentaban ofendernos al llamarnos perros, sacos de pulgas y un sin fin de tonterías más que poco o nada provocaban en mí más que cierta diversión al comprobar como año tras año no destinaban parte de su tiempo a ampliar vocabulario.
Iba a responderle tranquilamente con algún comentario irónico que diese paso a ese enfrentamiento que había estado buscando desde que nos habíamos encontrado minutos antes junto al arroyo, cuando la hostilidad del ambiente cambió considerablemente, embotando mis sentidos de forma abrumadora. Sacudí la cabeza varias veces para sacar esa extraña sensación de mi mente, intentando fijar mis sentidos en el lugar de procedencia de ese poder que sin duda alguna estaba más cerca de lo que imaginábamos.
Me sorprendió que el cazador decidiese concluir allí mismo nuestro encuentro, siendo él mismo quien se agachase para devolverme la vaina que poco antes había desarmado con habilidad. No comprendía porque no deseaba ayudar a su congénere, pero cada uno teníamos nuestros propios valores y yo no era quien para juzgar los de nadie; aunque hubiese agradecido su ayuda en una lucha de la que no sabía si saldría bien parada
-Gracias y tenga cuidado. Dudo mucho que el próximo lobo que se encuentre tenga la misma paciencia que he tenido yo.- cogí la vaina de mi espada, atándola con rápidez al cinturón; ya tendría tiempo de volver a sujetarla a mi espalda cuando ese humano estuviese a salvo.- Espero volver a verle pronto y que tenga lugar ese encuentro que tanto anhelaba- apunté como despedida, observando como el cazador se iba en dirección contraria a esa fuente de poder que sería mi próximo destino.
Iba a responderle tranquilamente con algún comentario irónico que diese paso a ese enfrentamiento que había estado buscando desde que nos habíamos encontrado minutos antes junto al arroyo, cuando la hostilidad del ambiente cambió considerablemente, embotando mis sentidos de forma abrumadora. Sacudí la cabeza varias veces para sacar esa extraña sensación de mi mente, intentando fijar mis sentidos en el lugar de procedencia de ese poder que sin duda alguna estaba más cerca de lo que imaginábamos.
Me sorprendió que el cazador decidiese concluir allí mismo nuestro encuentro, siendo él mismo quien se agachase para devolverme la vaina que poco antes había desarmado con habilidad. No comprendía porque no deseaba ayudar a su congénere, pero cada uno teníamos nuestros propios valores y yo no era quien para juzgar los de nadie; aunque hubiese agradecido su ayuda en una lucha de la que no sabía si saldría bien parada
-Gracias y tenga cuidado. Dudo mucho que el próximo lobo que se encuentre tenga la misma paciencia que he tenido yo.- cogí la vaina de mi espada, atándola con rápidez al cinturón; ya tendría tiempo de volver a sujetarla a mi espalda cuando ese humano estuviese a salvo.- Espero volver a verle pronto y que tenga lugar ese encuentro que tanto anhelaba- apunté como despedida, observando como el cazador se iba en dirección contraria a esa fuente de poder que sería mi próximo destino.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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