Darude ft Aylyn

por **Gauekko** Miér Dic 14, 2016 1:16 pm

La noche cayó sobre Paris como un manto negro. Era luna creciente y principios de mes. Llevaba ya más de 4 días y ya había conseguido memorizar aquella zona céntrica, es por eso que no me importaba que la primera noche que iba a salir fuese por allí y en sábado. Sabía que la gente prefería salir ese día y mientra más gente, más seguridad para alguien inexperto para mi.

Acabé el trozo de pan que había traído de casa de mis tíos sentado en un banco cerca del camino a la entrada del mercado. Vi pasar los carruajes, bien podías ver de quien eran o que nivel económico poseían. A mi me era indiferente, al final ibas sentado y te llevaban donde les pedías. ¿Calor o frío? Me era indiferente.

Me levanté y sacudí mi pantalón, las luces nocturnas echas por antorchas de aceite alumbraban la entrada del mercado que aquella noche, era también nocturno. No se que celebración era pero en cuanto atravesé el umbral supe que era el día acertado para mi primera noche fuera.

La gente reía y sonreía más que por el día, quizás estaban ya borrachos ya que muchos estaban parados frente a puestos de alcohol destilado de forma casera. Muchos otros estaban cenando, pero lo que más me llamo la atención fue lo que había en el fondo, algo que por la mañana, no estaba ahí. O al menos no me había llamado la atención.

Al final del mercado había más ed 6 carros, adornados de forma estrafalaria. De ellos colgaban luces de colores, y telares. Pequeños metales que sonaban al ser acunados por el viento. Eran los Gitanos... Y habían puesto aquello allí, cosas que ellos vendían y de mientras reían y bailaban dando palmas. Me fascinaba ver aquello, como vivían en comuna al igual que nosotros, ¿Diferencia? Ellos eran nómadas.

Caminé entre la gente que se había unido al jolgorio y me quedé observando en un puesto ambulante una piedra que brillaban con fuerza, me recordaba a la luna - ¿cuarzo? - me pregunté a mi mismo en voz alta.

por **Aylyn Kraemer** Miér Dic 14, 2016 3:31 pm

Llevaba unos cuantos días sin pasarme por el centro de la ciudad. Me gustaba moverme, no quedarme en el mismo sitio mucho tiempo, precisamente para no llamar demasiado la atención. Sin embargo, hacia dos días escuché a un chico decirle a otro que iba a haber un mercado en unos pocos días en el centro. Decidí que era hora de conseguir algunas cosas para hacer trueque cuando me vendría bien. Siempre llevaba conmigo una bolsita con cosas algo valiosas para poder trucarlas por comida, ropa, o abrigo.

Llegué allí y comencé a observar desde una esquina un poco mas alta y alejada, colocando en mi mente donde estaba cada puestito y como era cada dueño, para saber por cuales podría pasar después. Me llamó la atención unas cuantas luces al final del mercado, -Gitanos - Pensé. No me gustaban... nunca había tratado con ellos directamente, pero por ser como ellos mi madre no me quería. nunca me habían reclamado, nunca me habían buscado, para ellos, no existía, así que les guardaba algo de resquemor.

En fin, una vez tenia el mapa en mi mente, me adentre entre la gente y avance sigilosamente, como siempre hacía, sin que nadie me viera y hacia los puestitos que tenia en mente. Finalmente llegué a uno que vendía unas cuantas piedras. Había poca gente por ahí, por lo que el tendero estaba más pendiente de los gitanos dando palmas que otra cosa. Aproveche la oportunidad y mientras un chico miraba embobado una piedrecilla blanca cogí unos cuantos puñados de alguna que otra piedra, y me las metí en mi bolsita. El chico era grande, así que mientras estuviera a lo suyo el me protegería de las miradas. Me quedé mirándole un momento, no me sonaba de nada,y normalmente tenia bastante fichada a la gente. Supuse que seria nuevo y recé a nadie en particular de que no fuera un compinche del tendero.

por **Gauekko** Jue Dic 15, 2016 5:48 am

La música no cesaba y impedía que la gente mantuviese conversaciones en un tono normal. El ruido era enorme y las palmas de la gente me aturullaban los sentidos. Cogí el cuarzo entre mis dedos y miré al vendedor, que embobado aplaudía como un mono de feria con la mirada fija en la danza de la cíngara. Miré hacía ella en busca de algo que me atrajese de aquel baile. Pero lo único que me llevó la atención era como conseguía que el sonido de los metales del final de sus pañuelos alrededor de su cuerpo sonase al ritmo de la música. Sus pies descalzos parecían estar dibujando algo en el suelo, y podía ser así… al fin y al cabo ¿No sabían hacer magia? A lo mejor estaba maldiciendo a todo el que la mirara… Quién sabe.

Dejé el cuarzo caer de entre mis dedos cuando me percaté de que no estaba solo frente al puestito. Era una chica pequeña, delgada y vestida de una forma extraña. Quizás para pasar desapercibida. Enarqué una ceja al verla coger de un puñado dios sabe que piedra, porque seguro que ni ella lo sabía. Entonces me miró y yo la miré, y me encogí de hombros, y ambos miramos al vendedor que aplaudía con la mirada obsesiva fijada en la cíngara, y cogí el cuarzo sin miramientos…. Y me agarré a su hombro para salir ambos caminando con tranquilidad de aquel bullicio.

Una vez más apartados la solté y miré mi mano. Había apretado el cuarzo con tanta fuerza que se había marcado en la palma de mi mano. Suspiré guardándola en mi bolsillo, dejándola caer en su interior - ¿Eres pobre? – le pregunté dejándome caer en el suelo, mirándola de arriba abajo – Puedes dormir conmigo hoy, mis tíos no están, estarás caliente y te daré de cenar y desayunar – le ofrecí – Me llamo Gauekko.. – estreché la mano hacía ella desde el suelo. No me importaba ayudarla, es más, siempre me había gustado conocer gente nueva.

por **Aylyn Kraemer** Lun Dic 19, 2016 10:12 am

El chico que estaba a mi lado se fijó en lo que estaba haciendo. -Maldita sea...- Pensé. Observé que él también cogía algo y se lo guardaba para, seguido, agarrarme y guiarme entre la gente. Conmocionada, sin entender que hacia ese tarado, fui incapaz de soltarme. Hasta que llegamos a un sitio apartado y se sentó en el suelo, a la vez que yo movía el hombro para que me soltara. Estoy segura de que ni se entero de mi gesto, ya que seguidamente empezó a hablar.

No entendía nada de lo que estaba pasando. Este tarado me estaba invitando su casa, a comer y no sé que más. Era incapaz de contestar. Me quedé mirando su mano, flipando como alguien no solo había reparado en mi, sino que me invitara a entrar a su casa y me diera de su comida. Realmente no sabia que decir... Fijé mi mirada en su mano, en sus largos dedos y balbuceé – S-si - dije con voz temblorosa a lo de que era pobre. No sabia muy bien como contestar a lo de ir a su casa. Era un desconocido... podría hacer conmigo lo que quisiera.

De golpe reaccioné y me estiré todo lo que podía, me aclaré la garganta y le mire a los ojos – No te necesito- No había necesitado a nadie nunca, además, de que me serviría ir a su casa? La noche de hoy la tenia cubierta, ya había hablado con el señor de la posada y me dejaba un banco a cambio de limpiar los platos del desayuno. Me encogí de hombros – Tengo la noche cubierta – Me giré y observe justo a nuestro lado un puestito en el que vendían una especie de panes rellenos... estiré la mano y sin disimulo cogí dos. El vendedor ni se dio cuenta, las cosas echas sin disimulo a veces resultaban las mejores, solo tenias que saber en qué comento. Volví cerca del chico y alce un poco los dos panes: - También la comida. - Me encogí de hombros. -. Aylyn – dije mientras masticaba el trozo de pan que acababa de morder.

por **Gauekko** Mar Dic 20, 2016 4:22 am

No podía evitar mirarla de arriba a abajo. Era diferente a todas las personas que me había cruzado, independientemente de su estado económico. La chica era mágica, y sus ojos delataban que era capaz de sobrevivir gracias al amor propio que poseía. A pesar de eso el nerviosismo le invadió ante mi pregunta, y no era para menos. ¿Cómo me había atrevido a llamarla pobre sin ningún miramiento? De donde me había caído y con que me había golpeado de pequeño para ser tan idiota? - Siento haberte llamado Pobre, no era mi intención, bueno, lo estaba pensando pero no quería insinuar que necesitarás ayuda, ya veo que eres muy buena con eso de llevarte prestadas las cosas - dije señalando con mi cabeza los dos bollos que acababa de coger. La habilidad y el misterio que le envolvían me obligaba a casi no pestañear. Se había deslizado colina abajo, paseado por el mercado y llevado dos bollos que ahora comía sin vergüenza alguna frente a mi - Bueno, entonces, me dejarás que te haga compañía un rato al menos? Habrá fuegos artificiales - le adelanté. Lo había leído en un viejo cartel en la entrada del mercado, y a un que me asustaban un poco creo que podía mantener el semblante valiente frente a ella si permanecíamos bastante alejados de los dichosos coloridos ruidos.

Me incorporé acomodando mi ropa y caminé hasta ella - Creo que salen desde allí - señalé hasta encima de un tejado cuadrado - ¿Los has visto alguna vez? Yo sólo una. Pero en mi pueblo no hacían mucha gracia y se suspendieron - me encogí de hombros - Venga, siéntate conmigo, no seas tímida - me senté de nuevo y tiré suavemente de ella invitándola. Algo tímida era o quizás era yo demasiado directo, que si que lo era, pero bueno. Que me moría pro conocer a Aylyn.

por **Aylyn Kraemer** Mar Dic 20, 2016 4:03 pm

Este chico no paraba de hablar. No me daba ni tiempo a responderle!!! Antes de que fuera capaz de decirle nada ya me estaba estirando de la manga y haciendo que me sentara en el suelo. Me acomodé. -Tampoco son para tanto- Suspiré cuando comentó lo de los fuegos artificiales. La verdad era que no tenían nada de especial, sobre todo, si como yo, habías visto unos cuantos viviendo en la ciudad.

A su lado, me fije en cómo era. Tenía el pelo casi tan largo como yo, y a la luz de las lamparas, parecía bastante más claro que mi negro azabache, herencia gitana, supongo. Llevaba el pelo trenzado y peinado, en comparación con el mio. Me agarre un mechón de pelo que caía sobre mi hombro y lo enrolle con mi dedo sobre la punta, al soltarlo, se quedo medio rizado debido al enredo que llevaba. Suspiré. Por estas cosas no me gustaba relacionarme con la gente. Era lo más bajo que había, lo peor de la sociedad, siempre me comparaba con quien se molestaba a cruzar una palabra conmigo, y la que perdía la partida era yo, siempre.

Me separe un poco de él, algo incomoda. Al hacerlo perdí su calor corporal, que he de decir que era bastante alto, y a juzgar por su vestimenta aquel chico no tenia frio. Me arrebuje todo lo que pude en mi trozo de tela raída, que me servia de manta. Aun así una corriente de aire recorrió la calle y no pude evitar que los dientes me castañetearan. El chico me miró, sorprendido por el ruido, así que para evitar preguntas puse mi mano sobre mi boca, en un intento de parar mi mandíbula y dejar de hacer ruido.

por **Gauekko** Miér Dic 21, 2016 5:43 am

Estiré mis largas piernas a su lado y vi como ella se alejaba un poco de mi. No me importó demasiado, comprendía que a la gente no le gustaba estar pegado a otra, además igual olía mal. Trataba de asearme cada mañana, pero no siempre tenía ganas para hacerlo profundamente. Bajé mi cabeza disimuladamente hasta mi sobaco, pero olía bien. Fue entonces cuando vi que su mandíbula hacía un ruido raro ¿Crack? No, debía de ser frío. Además, alguien pobre no podía ser drogadicta. O si, si revendía lo que robaba. ¿Era drogadicta? No, tenía tientes y el tabique nasal bien....

Me mordí la lengua - ¿Tienes frío? Perdona - dije rodeando su hombro con mi brazo, pegándola a mi - Soy un desconsiderado olvidándome que tendrías frío aquí - susurré, sonriendole, apartando el mechón con el que acababa de jugar ella - Tengo una idea, porque no bajamos al mercado a llenar la barriga y ver los fuegos entre el calor de la gente, los dos pasaremos más desapercibidos que separados - dije levantándome y alzándola conmigo - Podemos beber cerveza ¿La has probado alguna vez?- mis ojos brillaban emocionados ante la idea de que pro fin fuese a probar eso que todos bebían y te hacía ver cosas extrañas, y removía cosas en tu interior.

Lo bueno de bajar al mercado y cuidarla como a una princesa... de mercado, era que desde allí los fuegos no resonarían tanto y no me asustarían tanto. No quería que pensara que era un acojonado, pero las cosas que sonaban más fuertes de lo normal me volvían loco y quería alejarme de ellas. Una vez me rompieron el cristal de la habitación con una piedra y estuve acojonado durante semanas.

por **Aylyn Kraemer** Lun Dic 26, 2016 2:55 pm

Me sorprendí cuando me paso su brazo por el hombro y me tocó la mano para soltar el mechón de pelo que tenia enrollado en el dedo. No entendía el motivo por el que aquel chico se tomaba tantas libertades conmigo. Estaba segura de que mi olor no era el mejor, mi aspecto tampoco y, sinceramente, empecé a sospechar de sus motivos para estar cerca de mi. Tal vez quería aprovecharse de mi, no era el primero ni seria el ultimo, más de un hombre (y alguna mujer) de bien me habían ofrecido una cama caliente en más de una ocasión. Sin embargo siempre rechazaba la oferta, tal vez por miedo; una vez escuché a una muchacha, en este mismo mercado, como le contaba a otra la vez que un chico la había llevado a la cama por primera vez, y parecía doloroso.

Estaba sumida en mis pensamientos, cuando sentí como me levantaba y decía algo de ir a por cerveza. ¿que si la había probado? -El invierno es muy duro, muchacho- Pensé para mi, obviamente sin decírselo a él. Estaba prácticamente en shock por la cercanía del chaval que apenas fui consciente de que me guiaba entre la gente, a un con su brazo en mis hombros. La gente no reparaba en nosotros, solo eramos una pareja más entre toda esa gente. Gauekko encontró una mesa y me hizo sentarme a su lado. Reconocía el sitio, más de una vez había estado limpiando mesas por algo de comida. El dueño también me conocía, y en cuanto me vio se acercó:- No tengo trabajo para ti hoy Aylyn, ,lo siento- Dijo con sinceridad. -No pasa nada, Señor Gabriel, hoy no lo necesito- Sonreí. Me lo creí, era de los que mejor me había tratado. Traté de olvidar que Gauekko estaba presente, pensado a saber que sobre mi pobre situación. Traté con fuerza de olvidarme de él, no entendía porqué narices me importaba tanto ese chico, tal vez porque había cruzado más palabras conmigo que cualquiera, a pesar de que su verborrea que me ponía muy nerviosa. Gabriel miro a Gauekko y sonrió, de una forma que dio a entender muchas cosas.

Suspiré, me daba rabia que creyeran de mi cosas que no eran, pero excusarme hubiera provocado que creyeran más la situación que se imaginaban, eso de “excusatio non petita, acusatio manifesta”. Gabriel se fue y me senté cerca de Gauekko, no me atrevía a mirarle, me imaginaba desaprovacion en su cara, claramente por creerse lo que todos se creían, por la mirada de Gabriel. Suspiré y fijé mi mirada en la madera rallada de la mesa.

por **Gauekko** Mar Dic 27, 2016 3:17 pm

Atravesamos el mercado de noche hasta una zona de cerveceras donde un chico nos dio a probar unas pipas con caramelo por encima. Aylyn se asusto y me asustó a mi, pero finalmente me dejó aceptar las pipas. Elegimos una mesa bastante apartada y ya rodeada de gente para pasar más desapercibidos. Cogí asiento y ella decidió sentarse a mi lado. Volví a a sonreirla con dulzura, no me salía hacerlo de otra manera - ¿Qué, te apetece? - pregunté cuando justo nos interrumpió el camarero - Hoy está conmigo, señor, y queremos Cerveza y pan con longaniza, por favor - pero el señor sonrió de una manera muy extraña para mi y que sentó mal a Aylyn, mi corazón no comprendió porque una sonrisa podía dañar a la muchacha. Traté de hacer trabajar a mi cabeza lo más rápido posible, y en el mismo momento en el que el camarero volvió, me hace sobre la mesa, apoyando mis manos en ella - Escúcheme, si vuelve a insinuar algo semejante sobre mi pareja, romperé esos pocos dientes que le quedan y sólo podrá alimentarse del regurgito que su esposa la verterá en su boca - dije la humorado. El camarero quedó bastante shockueado. Quizás iba a increparme algo pero en ese mismo instante que dejaba las cosas sobre la mesa comenzó a una pelea detrás nuestro, entre dos hombres barrigones borrachos, y tuvo que ir a lidiar con ella. Me sentí aliviado. Pues mis dotes de pelea eran más defensivos que atacantes. Y me veía echo una bola en el suelo mientras me golpeaba.

Serví de la copa de madera ha nuestros vasos de madera cerveza y agarré su rostro con la mano libre - Alza tu mentón, tus ojos deben brillar con la luz de los farolillos, y después con la delos fuegos artificiales - golpeé mi vaso con el suyo y di mi primer trago.

Llevaba esperando años a probar aquello y ni por el forro me esperaba aquel sabor amargo y desagradable. Quitaba la sed, sí, pero no dejaba de ser algo que se veía necesitado de acompañarlo de queso o de la longaniza que había pedido - No esta muy bueno - le confesé - Vaya decepción - dije dejando el vaso - Lo beberemos ya que lo hemos pedido, ya lo siento, y come, no pienso zamparme todo eso solo y que luego me hundo en el río cuando voy a cazar peces - dije acercándole el plato de longaniza.

por **Aylyn Kraemer** Miér Dic 28, 2016 4:18 pm

Estaba tan en shock por la reacción de Gauekko que tardé en darme cuenta de que tenia su mano en mi barbilla. No supe que había dicho, el choque de su vaso de madera con el mio me saco de mi ensimismamiento. Saqué la mano de mi regazo y cogí el vaso, dándole un largo trago a aquella cerveza, que en aquel local era bastante buena. Dejé el vaso medio vacío cerca del suyo, sin darme cuenta. A Gauekko no le gustó, le pasó lo que a mi cuando la probé por primera vez, era joven, pero recordaba que le escupí la bebida al anciano señor que regentaba una taberna al final de aquella calle, que hacia años había cerrado por la muerte repentina del señor. Sonreí al recordarle, siempre me había tratado con cariño, nunca que regalaba nada y siempre me protegía de los viejos borrachos. Había sido lo más parecido a un familiar que había tenido en mi vida.

Al oír a Gauekko mi sonrisa se intensificó un poco:- Tampoco es para tanto, te acostumbras al de un par de vasos, créeme.- Dije mientras le rellenaba el vaso con la jarra de madera, creo que era la frase más larga que le había dirigido a él en toda la noche. El olor de la longaniza caliente hizo que el estomago me rugiera sonoramente, pase mi brazo izquierdo por el estomago, en un vano intento por que Gauekko no hubiera oído el ruido, no hizo ningún comentario, por lo que tras rellenar sendos vasos di larga cuenta a de la longaniza. Pobre, ¿creía que comería poco?

Comí con lentitud, porque ya me había dolido el estomago tras un gran atracón, pero sin pausa. De forma que la longaniza fue menguando poco a poco, mientras daba tragos a la cerveza. Empecé a pensar en la amabilidad de Gauekko, que comenzaba a darme mala espina. Si la calle me había enseñado algo era que la gente no se acercaba sin querer nada a cambio. Me propuse emborracharle, pues así podría sacarle información sobre sus intenciones, y si su intención era aprovecharse de mi, no estaría muy lucido para hacerlo.

Alcé la mirada y le acerqué el vaso, toda amabilidad: -Bebe, te aseguro que el sabor mejora. - Una corriente de aire me rozó la espalda: -Además tiene pinta de que hará frio esta noche....- Suspiré. Esperaba no pasarme la hora de entrada al hostal que tenia apalabrado. No me apetecía nada dormir en la calle aquella noche... estaría plagada de borrachos con las manos largas. Bebí otro trago, la cerveza apenas me afectaba ya, tras tantos años bebiéndola todas las noches. Lo que si esperaba era que le afectara a él. Le miré, esperando ver algún efecto del alcohol en los ojos.

por **Gauekko** Vie Dic 30, 2016 1:49 am

La chica estaba asustada y cortada. Tenía sentimientos encontrados al respecto. No entendía porque estaba asustada, sin embargo, me gustaba que estuviera vergonzosa. Me hacía sentir bien conmigo mismo. Quizás le parecía atractivo, o guapo. Nunca me había parado a pensar que pensaría al gente de mi. Ni si quiera yo mismo me había preocupado jamás por agradar o por gustar a nadie. Sabía que el amor llegaba, lo había visto a mi alrededor. Pero a veces, ese amor llegaba a la edad de los 80, y otras, en el lecho de muerte.

Comenzó a comer, y dejé que lo hiciera, disimulando y cogiendo un cacho de vez en cuando, para que pudiera comer todo lo que le apeteciese. Presté atención al entorno, para darla intimidad. Suspiré mirando al cielo, a la espera de que se iluminasen por los fuegos, pero su voz me trajo de nuevo a la tierra - Yo nunca tengo frío - le confesé. Pocas veces en la vida había tenido frío. Alguna vez había tenido algún escalofrío. Pero eso era gracioso. El pelo se te erizaba y era una sensación efímera.

A los 10 minutos, había trincado lo suficientemente exagerado para tener el puntillo y que mi cuerpo no hubiese consumido el alcohol en sangre antes de que se notase algo. Me incorporé - Me estoy meando, ahora vengo, espérame aquí - susurré. Agarrando la mesa al sentir que la cabeza se me iba levemente hacía la derecha. Me agaché y besé su cabeza antes de salir camino al descampado.

Apoyé mi mano en el árbol y comencé a mear valiéndome de la otra para agarrarla. Cuando la guardé y me giré vi como salía disparado hacía el cielo un cohete y en acto reflejo me agaché tapándome la cabeza - No, joder - susurré. Pero detrás de ese vino otro. Mis piernas comenzaron a temblar. Por miedo de que esos cohetes cayesen sobre aylyn, que estaba sola. En acto reflejo me convertí el lobo y bajé al mercado.

Caminé con tranquilidad hasta casi llegar a Aylyn cuando un hombre gritó " Hay un lobo husmeando en la comida del suelo". ¿Qué yo estaba qué?. No estaba husmeando estaba buscando a Aylyn. Pero de poco me valió mi pensamiento, en el mismo momento en el que agarré la capa de aylyn para tirar de ella, mirándole a los ojos para que me siguiese y salvarla. Un hombre me dio con uno de esos palos con fuego en su extremo sobre le lomo derecho. Un quejido salió de mi garganta, mientras echaba a correr, sin soltar la capa de Aylyn.

Llegamos a una zona boscosa y la solté. Me quedé sentando y la miré desde el suelo. Sin recordar que seguía siendo un lobo. A veces me pasaba.

por **Aylyn Kraemer** Vie Dic 30, 2016 7:21 am

Cuando Gauekko se levantó a mear noté como se tambaleaba un poco, sonreí para mis adentros, triunfal. Cuando besó mi cabeza, supe que sus intenciones iban por donde yo había sospechado desde un principio. En lo que él meaba, me acabé la longaniza y parte de la cerveza que quedaba aun en la jarra. Empezaron los fuegos y me acordé del muchacho con el que estaba, dijo que quería verlos y si no volvía pronto, se los perdería. Pero bueno, y a mi que me importa? -Pensé al ser consciente de lo que estaba pensando y mientras me giraba para ver donde estaba.

Lo que pasó a continuación fue rápido, demasiado. Tanto que no me di cuenta de lo que pasaba. De pronto había un enorme lobo cerca de mi, alguien le dio en el hocico y el lobo se quejó. No me gustaba que maltrataran a los animales, muchas veces ellos eran mi única compañía. Me levanté para que dejaran de golpearle, y el lobo mordió un trozo de la tela que colgaba de mi ropa, y comenzó a tirar con fuerza, arrastrándome quien sabe donde. A mitad del camino me torcí el tobillo y grite, pero el lobo enorme parecía ignorar mis quejidos. No entendía que le pasaba a aquel animal. Finalmente paró fuera de la ciudad, en una especie de zona con arboles y por fin me soltó. Me arrastré hasta un árbol y me senté para observar mi pie. Estaba un poco hinchado por la zona del tobillo. Suspiré. El lobo se me quedó mirando, y aun que me recordaba a alguien, no sabia muy bien a quien.

Rompí un trozo de la manga de la camisa que llevaba y me a enredé en el tobillo, con intención de sujetármelo un poco. Suspiré de nuevo al ver que la bota vieja, que había visto mejores días, no me entraba. Genial, ahora tendría que caminar todo el camino hasta donde haría noche. De pronto me di cuenta de que era muy entrada la noche, y que probablemente tendría que dormir en la calle. -Estupendo Aylyn, lo mejor que puedes hacer, distraerte y quedarte sin cama para hoy...-Dije mientras buscaba cerca de mi algunas hojas secas para ponerlas debajo de mi y que la humedad de la tierra no me calara los huesos. Alcé la vista y vi al lobo, que seguía mirándome. Estaba muy enfadada, por su culpa ahora tendría que dormir en la calle.- Que quieres? Que te pasa!- Le grité pagando con él la desgracia de aquella noche. No entendía que le pasaba al lobo, no parecía querer atacarme, pero tampoco hacia mucho más que mirarme.- Maldito lobo, vete!!- Le grité. Me ponía nerviosa.

por **Gauekko** Miér Ene 04, 2017 9:35 am

Los fuegos artificiales se veían a la perfección desde la colina la colina a que había traído a Aylyn, pero en el mismo momento en el que la solté, el último zambombazo se escuchó en lo alto del cielo, dando fin al ruido. Al final ni cena tranquila, ni fuegos artificiales. No había salido nada bien, de ahora en adelante intentaría no hacer ningún plan más.

Parado en lo alto, frente a Aylyn me di cuenta de que le había hecho daño. Me quedé sentado mirándola mientras ella trataba de caminar hasta debajo de un árbol. Se arrancó un trozo de tela y la anudó en su tobillo, haciendo que se sujetara mejor. Pero cuando trató de colocarse de nuevo la bota, estas no entraba. El corazón se me hizo añicos viéndola tan triste, pero más me hizo tener ganas de llorar escuchar que por mi culpa hoy pasaría la noche en la intemperie. No podía permitir eso. Me incorporé cuando noté que me llamaba para maldecirme y pedirme que me fuera. Bajé mis orejas asustado y metí el rabo entre mis piernas. Di un giro completo sobre mi mismo y decidí que lo mejor era hacerla caso y no marearla más. Si no quería que estuviese con ella, ¿Porqué iba a insistir?. Bajé colina abajo hasta donde había dejado mis ropas y agarré el saco de francos. Subí de nuevo colina arriba con ello en la boca y lo dejé a unos metros de ella, en el suelo. Lo arrime un poco con la punta de mi hocico. Pero por miedo a represalias no me acerqué más. Volví a bajar mis orejas y marché corriendo de allí. Para desaparecer en al espesura de la negra noche.

por **Aylyn Kraemer** Lun Ene 09, 2017 1:26 pm

El lobo se fue, pero al de poco volvió dejó una bolsa que parecia que contenia monedas y volvió a irse. Esa actitud me dio que pensar. Aquel lobo no era normal, entendia la situacion y queria solucionarla. Me quedé helada cuando comprendí que pasaba. Sabia que en la ciudad habia personas, seres, que no eran simples humanos. No tenia la capacidad ni la informacion suficiente para saber como eran y porque eran así. Aquella era una oportunidad perfecta y mi lado curioso se despertó.

Probé suerte y grité al lobo -Espera! -Me acerqué hasta donde comenzaba a descender el sendero y vi la silueta a lo lejos. Esperaba realmente que se parara, quería conocerlo. Me la jugaba, lo sabia, pero lo desconocido me podia y asi era como me habia conocido la ciudad mejor que la palma de mi mano, explorando y metiendome por cualquier sitio, preguntando, y sobre todo observando. Me quedé mirando al lobo, que alzó la vista - Lobo! Espera!! Sé lo que eres....-Dije, intentando que me comprendiera y mirandole, mientras me apoyaba en el arbol de habia cerca de mi. El camino hasta el borde del sendero habia cogeado, realmente la tenia liada en el pie. Solo esperaba que no fuera muy grabe, no me parecia buena idea quedarme tullida toda mi vida, eso no me ayudaria a pasar desapercibida

por **Gauekko** Sáb Ene 14, 2017 4:47 pm

Me había mentalizado de mi cagada cuando la escuché llamarme. Mi corazón se paró unos segundos, y volví a escuchar su voz. Me giré y la vi caminar renqueante, a lo fraga, hasta mi. Sentí verdadera lastima al ver lo que había provocado por mi impulsividad. No quería herirla, quería que tuviese una noche inolvidable, y lo había conseguido, no iba a olvidar la noche en la que un gilipollas en forma de lobo la torció el tobillo y la asusto, delante de cientos de personas.

Esperé unos segundos, mirándola, al fin me di cuenta de lo que realmente pasaba. Ella no había caído en que era un licantropo hasta ahora. Si quizás lo hubiese sabido, me hubiese entendido cuando dije que me daban miedo los fuegos, y al volver en forma de lobo hubiese corrido conmigo, no dejándose arrastrar.

Cuando hubo pasado esos segundos, miré alrededor y como no había nadie adopté de nuevo mi forma humana - Aylyn - susurré, negando con mi cabeza, acomodando mi ropa - Lo siento, siento todo lo que he provocado con mi temeridad, soy un idiota asustadizo - susurré acercándome a ella - Déjame que vea eso..- le pedí, arrodillándome en el suelo - sientante, veré que puedo traerte para mejorar el caminar, e iremos a dormir a cada de mis tíos - le miré a los ojos con una sonrisa - no te preocupes, no dormiremos en la misma habitación, y cuando despiertes no hace falta que te despidas par a marcharte. Puedes irte cuando quieras - añadí. Al final me había venido la mar de bien que mis tios hubiesen decidido reposar en casa del molino, dejándome la otra para mi.

por **Aylyn Kraemer** Sáb Ene 14, 2017 5:14 pm

Me senté en el suelo como pude y le dejé que mirara mi pie, sin poder contestarle, cuando me ofreció su casa me pareció demasiado. No por que me sintiera asustada, sino por que me parecía demasiado Gauekko....no es necesario-dije mirándole y de pronto sintiéndome nerviosa. Dormir bajo techo? en una cama? una cama de verdad?- Pensé, aun que egoistamente, era una situación que no podía negarme a mi misma. Con el frio la espalda comenzaba a dolerme y dormir una noche en una cama me haría bien. Suspiré mirándole. Era todo bondad y no me cuadraba con el gran lobo que había visto. Estaba completamente desconcertada con aquel chico, yo no me comportaba así. Suspiré. -Está bien, pero tengo que hacer algo a cambio....-Dije mientras le miraba.

Me quité el trozo de tela y estiré el pie hacia él- Tienes que contarme que eres- Dije mirándole. La curiosidad me pudo, necesitaba saber la clase de seres que andaba por las calles. - Por mi seguridad, ya sabes....- Me intente justificar por mi más que probable inoportuna pregunta. Una no va por ahí preguntándole a la gente que es, y menos a alguien que es capaz de transformarse en lobo y tener unos dientes capaces de arrancar extremidades. En ese momento me di cuenta de lo que estaba haciendo, y un escalofrío de miedo me recorrió, mezclado con el frío que sentía. De verdad que era una noche invernal aquella. Le miré, con algo de miedo pero con mucho de curiosidad en mis ojos, esperando a que me diera una respuesta. A estas alturas de la noche esperaba que Gauekko fuera consciente de que no era una gran conversadora.

por **Gauekko** Sáb Ene 14, 2017 5:46 pm

Agarré su tobillo con delicadeza y lo moví suavemente de un lado a otro - te pondrás bien, si no lo fuerzas - recalqué. Era una mala pisada, y el tobillo le había quedado resentido, y al parar ahora, se le había enfriado. Si lo dejaba en reposo un par de días o cojeaba, conseguiría que se le pusiera rápidamente bien.

Comencé a masajear su tobillo tratando que el calor de mis manos le hiciera bien, para que pudiera ir poco a poco hasta donde quería llevarla - Soy un Licantropo - dije con una sonrisa divertida y amable en mi cara - me transformo cuando quiero, y en luna llena tengo episodios que no recuerdo, entonces es cuando debes tener más cuidado, porque no se que pasa - le confesé. No me gustaba admitir que se me iba la pinza en luna llena, pero era verdad. Y debía decírselo. Quizás yo no era al único que le pasaba.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Aylyn haciendo que su cuerpo se tensase - Te estás congelando.. - rodeé su espalda con mi brazo y abandonado su tobillo la alcé por sus rodillas - Vamos a casa - eché a caminar.

Llegamos a casa y abrí la puerta, la chapa de la cocina seguía encendida, pero no alumbraba lo suficiente. La casa estaba caliente y olía a eucalipto. Dejé a Aylyn en un butacón y encendí las lamparas de aceite - Te haré unas hierbas hervidas para entrar en calor, creo que se llama Jengibre - cogí un puchero lo llené de agua y eché las hierbas - Se templa el cuerpo, créeme, a mi no me gusta el sabor, pero es milagroso - la miré mientras preparaba los vasos - Dormirás ahí, es mi cama, no te preocupes yo arriba - arriba había una habitación únicamente, la de mis tíos. Así si ella dormía en la mía, podía irse sin molestar, que seguro que se sentía más cómoda sin tener que despertarme para decirme que se iba ya.

por **Aylyn Kraemer** Dom Ene 15, 2017 4:45 am

Asentí cuando me contó lo que era, me deje llevar por él, no muy acostumbrada a tanta cercanía pero agradeciendo el calorcito que su cuerpo desprendía y que me venia muy bien. Me recosté sobre su pecho, sin darme cuenta, y me deje llevar hasta la casa de sus tíos. Cuando llegamos y entramos, un calorcito me golpeo la cara, y el olor a eucalipto me llenó las fosas nasales.

Me senté en una senté en el butacón aquel, que era la cosa más blandita que mi pequeño culo había sentido. Era algo nuevo para mi, e instintivamente cerré los ojos y me recosté ahí. Cuando me ofreció una bebida caliente abrí los ojos y le miré, me ofrecía todo sin nada a cambio y eso para mi era nuevo. Asentí a lo de las hierbas: - Gracias Miré la cama que me ofrecía. Parecía cómoda, con sus mantitas. Le miré: - Necesito que me dejes hacer algo a cambio Gauekko, no puedo aceptar todo esto así sin más...- Murmuré levantándome y acercándome a donde estaba él, con intención de ayudarle al menos a servir las bebidas. No me gustaba pedir, no me gustaba no dar nada cuando me ofrecen de todo. Le mire.

Me quedé a la pata coja, me dolía el pie bastante, pero sabia que el calor y la noche de reposo me harían bien y que a la mañana siguiente estaría mejor. No pensaba irme al día siguiente, me quedaría y le haría el desayuno, o recogería la casa, o cortaría la hierba del pequeño jardín si era necesario. Seguramente me despertaría antes que él, vivir en la ciudad es lo que tiene, te despiertas cuando todo el mundo empieza a moverse.

por **Gauekko** Mar Ene 17, 2017 1:19 pm

Mientras calentaba el puchero me rasqué el culo por encima del pantalón. Me había quedado algo frío con tanta tontería de llegar a casa de mis tíos con ella en brazos. Busqué dos tazas y cuando me giré me sorprendió encontrármela al lado mío. Parpadeé un par de veces con las dos tazas - Estás coja - le recordé. Comprendía su necesidad de sentirse útil. Le pasé las dos tazas y la guié de nuevo hasta la silla - Soy yo el que te está devolviendo el perdón, Aylyn, si estás coja es por mi culpa, por haberte asustado y tirado de ti de esa manera - susurré, apagando el fuego. Caminé hasta la mesa con el caldero agarrándolo con un trapo y nos serví el té de jengibre. Dejé el cazo en el fregadero y me senté frente a ella.

Agarré la taza con ambas manos y me quedé callado unos segundos, alzando la mirada después con una sonrisa - Eres muy bonita - chasqueé la lengua - me refiero a que, bueno, eres muy diferente a todo lo que conozco de mujeres, chic.... chicas, esto. Bueno - me rasqué la cabeza - Cu-cuéntame algo tu - no sabía porque había comenzado esa conversación ni a que venía y mucho menos sabía salir airoso de ella. Parecía que mi relación con Aylyn venía a tropezones, si no era ella, era yo, pero sobre todo yo. CAGANDOLA una y otra vez.

por **Aylyn Kraemer** Jue Ene 19, 2017 4:15 am

Me senté en la silla a la que me llevó. Vale, no le ayudaría hoy, pero mañana le haría el desayuno, o algo. Era así. No me gustaba sentir que debía algo a alguien cuando me daban por su propia cuenta. Distinguía muy bien cuando alguien me daba por su voluntad, que cuando lo cogía yo porque moría de hambre. Suspiré y acepté la taza que me daba con una sonrisa. Creo que era el día que mas sonreía de toda mi vida. Agarré la taza limpia con las dos manos y cerré los ojos, disfrutando del calorcito que ésta desprendía, sintiendo como poco a poco calaba en mi y me devolvía un poco a la vida. Odiaba el invierno en París, era bonito, sí, como nunca, pero el frío era, para alguien como yo que no tenia donde refugiarse ni con qué abrigarse, demasiado.

Gauekko empezó a hablar y abrí los ojos. Sonreí y me puse como un tomate ante sus palabras, él se puso nervioso y me puse nerviosa yo. Trague saliva: -Gr-gracias Gauekko, tu también...- Le dije desviando la mirada y no mirándole. El también es bonito? Pero que me pasa?!- Pensé. Me moría de la vergüenza, nunca nadie me había mirado así, ni me había dicho algo bonito. Era lo más bonito que me habían dicho nunca. Que le contara yo algo? El que? Si no tenia mucho que contar... vivía en la maldita calle, no tenia amigos ni familia y me mantenía a mi misma viva como podía. Suspiré:- No tengo mucho que contar... todo lo que soy es lo que ves, una niña a la que nadie quiere e intenta sobrevivir día a día no muriendo de hambre ni de frio ni de ataques...- Suspire. ¿de dónde había salido todo ese dramatismo? Yo no era así, mi vida no se la contaba a cualquiera. Aun que claro, nadie hasta ahora había mostrado el más mínimo interés por mi. Le miré:- Ha estas alturas ya te habrás dado cuenta de que no soy una gran conservadora... - Dije en un susurro. Pegué un trago a la infusión de jengibre, dios, estaba buena. Ese regustito picante y calentito. Solté un gemido y le mire:-Es lo mejor que he probado nunca....-Susurré- Mejor que la cerveza sin duda, bromeé sonriendole.

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Darude ft Aylyn

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