Darude ft Aylyn

por **Gauekko** Miér Dic 14, 2016 1:16 pm

Recuerdo del primer mensaje :

La noche cayó sobre Paris como un manto negro. Era luna creciente y principios de mes. Llevaba ya más de 4 días y ya había conseguido memorizar aquella zona céntrica, es por eso que no me importaba que la primera noche que iba a salir fuese por allí y en sábado. Sabía que la gente prefería salir ese día y mientra más gente, más seguridad para alguien inexperto para mi.

Acabé el trozo de pan que había traído de casa de mis tíos sentado en un banco cerca del camino a la entrada del mercado. Vi pasar los carruajes, bien podías ver de quien eran o que nivel económico poseían. A mi me era indiferente, al final ibas sentado y te llevaban donde les pedías. ¿Calor o frío? Me era indiferente.

Me levanté y sacudí mi pantalón, las luces nocturnas echas por antorchas de aceite alumbraban la entrada del mercado que aquella noche, era también nocturno. No se que celebración era pero en cuanto atravesé el umbral supe que era el día acertado para mi primera noche fuera.

La gente reía y sonreía más que por el día, quizás estaban ya borrachos ya que muchos estaban parados frente a puestos de alcohol destilado de forma casera. Muchos otros estaban cenando, pero lo que más me llamo la atención fue lo que había en el fondo, algo que por la mañana, no estaba ahí. O al menos no me había llamado la atención.

Al final del mercado había más ed 6 carros, adornados de forma estrafalaria. De ellos colgaban luces de colores, y telares. Pequeños metales que sonaban al ser acunados por el viento. Eran los Gitanos... Y habían puesto aquello allí, cosas que ellos vendían y de mientras reían y bailaban dando palmas. Me fascinaba ver aquello, como vivían en comuna al igual que nosotros, ¿Diferencia? Ellos eran nómadas.

Caminé entre la gente que se había unido al jolgorio y me quedé observando en un puesto ambulante una piedra que brillaban con fuerza, me recordaba a la luna - ¿cuarzo? - me pregunté a mi mismo en voz alta.

por **Gauekko** Jue Ene 19, 2017 2:00 pm

Cuando sus mejillas se tornaron rojas, las mías hicieron lo mismo, y un calor extraño me envolvió todo el cuerpo. Aparté la mirada y me concentré en mi té. Había tres posos flotando en el agua y aquello me daba asco, pero más asco me daba meter el dedo con la uña negra como la tenía. Así que bebería cada trago sin pensarlo demasiado y buscaría después de cada uno si seguían allí.

Su voz estaba algo más baja que antes, parecía que mis palabras o el querer hurgar en su vida le habían incomodado. ¿Pero que podía hacer? Si quería que sintiese que no era la única que se sentía sola, mi historia era la perfecta para ello - Te lo creas o no.. mi historia es parecida - comencé - Bueno, he de decir que tuve una infancia feliz, porque la ignorancia no siempre hace tonto al ser humano, al lobo, a mi, vaya - carraspee acomodándome en la silla - Mis padres me dijeron que todo el mundo nacía como yo, y a la edad de los 7-10 años comenzabas a experimentar los cambios. Es decir, yo creía que todo el mundo era como yo, Licantropos. Pero no, y cuando la gente supo que ya lo sabía, la lastima que me sentían se volvió burla, y decidí irme del pueblo donde me críe. Y encontrarte, y tarán - le señalé - Aquí estas, y aqui estamos, disfrutando del té - bromeé. Me levanté para traer unas galletas caseras que había hecho la tía - Fliparás con esto, las hace mi tía y joder, es azúcar pura, pero están de muerte - agarré una y se la ofrecí a la boca - muerde, uy perdón - dije apartando una miga de su pelo, que había caido al acercarla a su boca. Entonces al estirarme acabé tirando la taza con mi pecho sobre mis pantalones - ¡AY! MIERDA! - me solté el pantalón y me lo quité, quedándome en ropa interior - me he quemado - le sonreí - pero ya estoy bien - me puse la mano por donde había caído el agua, donde ya no había nada gracias a lo rápido que me curaba - es una ventaja de ser lo que soy, me curo rápido - cogí el pantalón y lo tiré al cesto de la ropa sucia - Siento haberte asustado - me acerqué a ella y la besé en la cabeza.

por **Aylyn Kraemer** Jue Ene 19, 2017 2:26 pm

Escuché su historia y me sentí mal por él. De verdad que el mundo era cruel. No podía apartar la vista de él. No hacia más que moverse, hablar, gesticular. Todo lo contrario a mi. Se acercó hacia mi con unas galletas. Me sorprendió su cercanía, y todo lo que decía. Me resultaba nuevo, pero a la vez me gustaba, me sentía bien con sus palabras. Apenas conocía a ese chico hiperactivo, pero, una vez más, ¿a quien conocía yo?. Me ofreció la galleta y cuando fui a morderla, tiró mi taza, derramándose el contenido por toda su pierna. Dejándome boquiabierta se quito los pantalones y se quedó, delante de mi, en ropa interior. Aparte la vista, avergonzada intentando no mirar demasiado.

Pero entonces él, en su total naturalidad, me hizo mirar su pierna al comentar que se curaba rápido. Me quede sorprendida al ver que era cierto: - No puedes negar que es un superpoder muy genial- Sonreí, algo nerviosa pero intentando darle naturalidad al asunto. Pero en ese momento él se acercó y me dio un beso en la cabeza. Sorprendida por su cercanía, y su cariño, y su naturalidad conmigo, por el hecho de que me dejara entrar en su casa, que no me tratara como a una delincuente, me llenó por dentro de un calorcito que no supe describir ni reconocer. Todo esto era nuevo para mi. Suspiré y sin saber de donde salia ese impulso, estiré los brazos y le abracé por la cintura, levantándome. Era tan bajita que me que mi cabeza le llegaba a la altura del pecho. Olía bien, como la casa, a eucalipto. Sus muestras de preocupación y de cariño durante toda la noche me habían tocado hondo, era la primera persona que en 24 años me trataba así. Sonreí con los ojos cerrados abrazada a el y con la cara apoyada en su pecho, inhalando su aroma, que me encantaba. -Muchas gracias por todo, Gauekko- Susurré con un hilo de voz. Deseando que el nudo que tenia en la garganta pasara. No sabia que me estaba pasando, pero conocer a Gauekko iba a cambiar mi vida, estaba segura.

por **Gauekko** Vie Ene 20, 2017 8:09 am

Sus estrechitos brazos rodearon mi cintura, y se levantó. Esbocé una sonrisa abrazándola con fuerza, pegándola a mi - Muchas gracias a ti, por perdonarme - le susurré besando su cabeza. Me sentía un poco jode-momentos, al estar sin pantalones abrazándola. Además me parecía un poco irrespetuoso, pero todo me había salido de tan adentro que hasta este momento no me había dado cuenta de nada. No iba a hacer comentario alguno, ya que sacar el tema de que estaba en ropa interior sólo jodería todo más y volvería a ponernos nerviosos.

Me separé - Comamos, te serviré más té - Le dije cogiendo el puchero con cuidado y sirviendo de nuevo en su vaso. Después con un trapo, limpié un poco lo mojado del suelo, y tomé asiento - Estábamos en las galletas, mejor que la cojas tu..- le arrimé el tarro - y si te gusta le diré a mi tía que te enseñe, son sencillas y llevan pocos ingredientes - comí una de un bocado, mientras miraba alrededor - Ef tardf.e... perdón - tragué - es tarde ya, prepararé un saco de agua caliente y la cama, para que descanses - asentí con la cabeza - ¿Te gusta el saco de agua caliente para calentar la cama no? - había gente que no le gustaba por la humedad que se creaba.

por **Aylyn Kraemer** Dom Ene 22, 2017 4:42 am

Sentir su fuerte cuerpo pegado al mio me gustó, y más cuando me apretó fuerte, devolviendome el abrazo. Sonreí ante sus palabras cuando me separé de él y me senté en mi silla, le miré como paseaba por la cocina, sirviéndome más infusión que utilicé para a seguir calentándome las manos. Sonreí ante su comentario sobre las galletas, estiré el bracito y cogí una galleta del tarro. Le pegué un pequeño mordisco y, sorprendida, la galleta casi se funde en mi lengua. Estaba buenísima, era casi de lo mejor que había probado; viviendo en la calle tampoco conseguía grandes manjares, así que una simple galleta me aprecio lo mejor del mundo. Abrí los ojos como platos y miré a Gauekko, que me observaba. - Están buenísimas, lo mejor que he probado nunca- Comenté mirando lo que quedaba de galleta en mi mano.

En ese momento me invitó a que su tía me enseñara a hacerlas, pues era fácil El problema era dónde iba a hacerlas. Suspiré y seguí comiendo galleta, cuando comentó que era tarde. Era cierto, entre lo ocurrido en el mercado y el rato que habíamos pasado en el bosquecillo debería de ser muy tarde. Le miré justo cuando dijo lo del saco de agua caliente. ¿qué era eso? ¿Un saco de agua para la cama? Nunca en mi vida había tenido uno de esos, ¿cómo iba a saber yo que eso me gustara? Mi truco para calentar donde durmiera era meter a un gatito que solía estar conmigo por la calle. Nerviosa y avergonzada por tener que exponer una vez más mi realidad, y con la mirada clavada en la mesa, contesté:- No-no lo sé.... nunca lo he usado- Murmuré mirando la cama, que de por sí ya parecía lo más calentito en lo que había hecho noche. Me quedé mirándola, y como no quería molestarle más, susurre´:- Está bien así, estoy segura que es lo más caliente en lo que he dormido...-Intenté bromear, pero la situación era un poco tensa. Me avergonzaba que Gauekko supiera hasta que punto llegaba mi penosa situación. -No quiero molestarte más, Gauekko, ya has hecho más que suficiente-.

por **Gauekko** Jue Feb 02, 2017 5:46 am

Cogí el saco de agua caliente y comencé a llenarlo de rica agua caliente con olor a eucalipto. Me gustaba que si explotaba a menos la casa entera oliese lindo. Sonreí a Aylyn ignorando su horrible situación. Sabía que confesar todo aquello era realmente duro para la gitana. Y si yo no hacía drama, no lo habría. La mostré el saco - Lo metes a los pies de la cama si quieres ahora, mientras te aseas para descansar a gusto y cuando te metas, lo sacas o lo dejas ahí dentro, es una puta pasada - le confesé - yo no lo conocía hasta llegar aquí, mi viejo tenía un diseño especial de chimenea y toda mi casa siempre estaba caliente, o a lo mejo res que yo soy muy caluroso - reí - que seguramente - caminé hasta la cama y metí el saco, para después volver a poner las mantas como debían estar. Salí del cuarto y le miré - Vamos a descansar Aylyn, ya sabes donde estoy, tendrás que moverme si quieres que reaccione - le avisé negando con la cabeza - si solo me llamas, no me despertarás - sonreí deshaciéndome de la ropa y quedando ahora en boxers - quizás si que soy caluroso - caminé hacía donde iba a dormir tras apagar todas las luces menos una, para que no se golpeara con nada si se levantaba al servicio. Me tiré en la cama encima de las mantas mirando al techo. Que noche más extraña.

por **Aylyn Kraemer** Vie Feb 03, 2017 8:21 am

Sentada en mi silla terminé el té que tenia entre mis manos, inundando mi cuerpo de calor y encontrándome mejor que nunca en mi vida, o al menos que pudiera recordar. Le seguí con la mirada y con una sonrisa en los labios, de la que no era consciente, viéndole hacer y deshacer por su casa. Miré la cama y cómo colocaba el saco en ésta. Asentí cuando dijo que era tarde, y mientras me levantaba de mi silla él se despojó de sus pantalones y caminó hasta donde iba a dormir, dejándome sola en la estancia.

Caminé hasta la cama y me senté en ella. Era tan blandita que, sin quererlo, solté un suspiro. No le había agradecido lo suficiente a Gaeukko lo que había hecho por mi. Estaba tan en shock que no le había dado ni las buenas noches cuando se fue. Me levanté y deambulé por ahí, buscando un baño o algo con lo que lavarme un poco, ya que estaba ahí, tenía que aprovechar. Cuando lo encontré me limpié la mugre de la cara y mi cuerpo, era probable que desde verano no estaba tan limpia. Volví a ponerme mi camisa, doblé el resto de la ropa y caminé hasta la cama, dejándola al final de ésta. Me tumbé y me quede mirando el techo, sintiendo el calorcito que emanaba a mis pies.

No aguanté mucho tiempo así. Me encontraba rara, no sabia que hacer y el entorno hacia que me fijara en todo. Empecé a darle vueltas a la cabeza, como nunca, siendo imposible para mi conciliar el sueño. Necesitaba tranquilizarme, y sin pensar mucho en lo que estaba haciendo, cogí la bolsita de agua caliente y apretándola contra mi camisa, me levanté y fui por donde Gauekko se había ido. Llegué hasta la puerta y le vi tumbado sobre la cama con los ojos cerrados.

Caminé hasta la cama con cuidado, no quería despertarle pero me daba miedo dormir sola en aquel lugar. No estaba acostumbrada a tantas comodidades y, todo aquello me perturbaba. Abrí la cama con cuidado y colocando la bolsita de calor en los pies, me metí en la cama y me arrebuje contra su cuerpo. Esperaba que estuviera dormido, no sabia muy bien que explicarle si me preguntaba qué hacia allí.

por **Gauekko** Jue Feb 09, 2017 4:52 am

Estaba tirado, mirando al techo, y sentía que todo era igual. Al menos el techo lo era, la sensación de mis sábanas, o el olor que había en el lugar. Pero todo había cambiado en poco tiempo, toda mi vida que aparentaba ser igual aquí como allí, no lo estaba siento. Y me ponía nervioso, como a todo ser humano, no mantener la situación bajo control. Me pasé mi mano por mi pecho y cerré los ojos, dejándola reposar ahí. Si mi madre y mi padre me viesen se volvían locos. Pensarían que su hijo es un desgraciado. Y lo era, pero por culpa de ellos.

Comenzaba a quedarme dormido, cuando noté algo a mi lado. Pensé primero en el gato que solía colarse al calor de mi cuerpo, pero el olor de Aylyn me embriagó. Me hice el dormido para no preocuparle. Cuando se acomodó, presuricé mi brazo hasta ella, y la pegué a mi pecho. Lo peor de todo no era que me acompañase en mis sueños, si no que había metido la puta bolsa en la cama, e iba a comenzar a sudar cual cerdo. Saqué ambos pies fuera de las sábanas y dejé un bunquer para ella, bajo las sábanas. Mi cuerpo quedó prácticamente fuera, pero hacía el suficientemente calor en casa para estar a gusto.

Pensé que podría dormir, pero no. Aylyn respiraba más fuerte que el gato, pesaba más, daba más calor y olía diferente. No podía concentrarme para dormirme, pese a que me moría de sueño. Abrí un ojo y la observé.

por **Aylyn Kraemer** Jue Feb 09, 2017 6:05 am

Cerré los ojos al recostarme a su lado. Sentí su brazo y cómo éste me movía hasta colocarme pegada a su pecho. Apoyé mi cabeza en él y, agradecida por su falta de palabras solté un leve suspiro. Ya estaba más tranquila, aun que no podía dormirme. Sentí como se movía. Al parecer le había molestado bastante mi presencia en la cama. Aun que no me soltó. Estaba segura que Gauekko no quería molestarme, era tan buena persona....

Me apretuje contra el y, sin quererlo, volví a sonreír de forma inconsciente. Abrí los ojos para mirarle. Aquel chico había hecho mucho por mi en poco tiempo, y lo más raro de todo era que yo se lo había permitido. Nunca me había dejado cuidar, nunca me había considerado merecedora de ello, por lo que rechazaba las ayudas. Solo aceptaba si podía dar algo a cambio, y con Gauekko me daba igual. Aceptaba lo que me ofrecía, quería estar con él. No hacia que me sintiera menos. Hasta entonces quería sobrevivir por mi misma, y tal vez, así, demostrarle a mi madre que valía para algo. Aun sabiendo que ella probablemente jamas me volvería a ver, necesitaba demostrar que podía valer para algo. Pero aquella noche algo había cambiado al conocer a Gauekko, me había enseñado que la gente no era mala por naturaleza, ni buscaba algo a cambio de todo lo que hacia.

Al abrir los ojos me encontré con su mirada. El calorcito de la cama y el de su cuerpo, la comodidad de estar cerca de él y, el descansar en una cama tan blandita y cómoda, podía conmigo. Comenzaba a entrar en una neblina mientras miraba sus ojos marrones, que me atraían. - Buenas noches Gauekko, eres el mejor – Dije en un susurro mientras con mi brazo rodeaba su cintura y me quedaba apoyada contra él. El sueño me venció y pronto empecé a soñar. No era un sueño muy claro, eran imágenes sueltas. Reconocí Gauekko en forma de lobo y después como estaba herido. Me desperté de golpe, respirando con fuerza. No podía ser, aquello no podía ser. Tenia que ser un sueño normal.

por **Gauekko** Lun Feb 13, 2017 4:08 am

Traté de esperar a que se durmiera, pero sentía que su respiración era igual todo el rato, y me estaba volviendo loco. Miré como pude, ya que no quería moverme, hacía la ventana y observe los árboles agitarse a través del cristal. Nada, no había manera. Además comenzaban a picarme diferentes partes del cuerpo y me apetecía muchísimo rascar. La miré de reojo y me encontré con sus ojos mirándome. ¿Le habré molestado? pero no, ella sonrió y me dedico palabras que jamás había escuchado, haciéndome sentir el puto amo. La pegué más a mi y cerré los ojos, contento. Fue entonces cuando por fin noté que su respiración se relajaba aun más... y me iba quedando dormido.

Comenzaba a sentir esa sensación de estar más allí que aquí cuando se despertó de golpe y o con ella - ¿Qué pasa? - le pregunté con voz ronca, carraspee para aclararme la garganta mientras la miraba desconcertado. ¿Le había babeado o algo?. Mojé mis labios y no, allí no había babas... igual le había aplastado o algo.

El viento golpeó la ventana de la habitación y me hizo volver a tensarme. Entonces vi como ya había amanecido y que nuestra tonta noche había pasado - Si ya es de día - susurré más para mi que para ella, exasperado por seguir igual de cansado. Besé su frente mientras me levantaba y la arropaba de nuevo - Quédate aquí mientras preparo algo para meter al buche - porque hambre, yo al menos, siempre tenía.

por **Aylyn Kraemer** Lun Feb 13, 2017 6:57 am

Después de despertarme tan sobresaltada miré a Gauekko. Al parecer le desperté al moverme tan rápido y a juzgar por su cara de cansancio no había dormido mucho. Me sentí culpable en el acto y como no quería preocuparle más, no le respondí. Bastante había hecho ya. Prefería que no supiera nada sobre mis sueños, o seguramente haría como mi madre, echarme por rara. Y en apenas unas horas había cogido cariño a aquel extrovertido chico, más que a ninguna otra persona.

Sin darme tiempo a nada, se levantó y bajó a la cocina a preparar algo de comida. Me quedé unos minutos en la cama, escuchándole trastear. Apenas había dormido, estaba segura, y pese a ello tenia una vitalidad que me asombraba. Cansada de estar mirando al techo e inquieta por el sueño que había tenido sobre Gauekko herido, salí de la cama y baje por las escaleras. El airecillo de la mañana acariciaba mis piernas y la madera fría que rozaba mis pies a cada paso hicieron que, a medio camino, me recorriera un escalofrío poniéndome la piel de gallina. Ese frio añadido a la preocupación que me había traído aquel sueño hicieron que el estomago se me cerrara. Además, no estaba acostumbrada a comer tanto, y la cena y después las galletas habían sido más que suficiente para mi.

Terminé de bajar la escalera y me encontré en la cocina, con Gauekko de espaldas a mi. No sabia si me había oído, pero me acerqué a él por detrás. Estaba tan angustiada por el sueño que había tenido, y deseosa de volver a sentir el calor de su cuerpo, ese calor que jamás había sentido, le abracé por detrás brevemente. - Prométeme que tendrás cuidado, Gauekko - Susurré. No dije más, y en el momento en el que lo dije me arrepentí de ello, pues no quería tener que explicarle nada. Me separé y fui hasta la silla donde me había sentado la noche anterior. -Siento todo lo que te molesto, sobre todo que no hayas podido dormir bien, pero me encontraba rara en la cama.- Murmuré sin mirarle, tirando del dobladillo de la camisa, que me llegaba hasta la parte alta de los muslos.

por **Gauekko** Miér Feb 15, 2017 7:05 am

Baje a la cocina con paso rápido, tratando de que no se hubiese desvelado mucho y pudiera volver a dormir. Todo lo que me estaba pasando era tan nuevo y ocurría tan deprisa, que no era capaz de anticiparme, tratar de ver cual podía ser la salida y sentirme cómodo en las diferentes situaciones. Por unos segundos, tras tener este breve pensamiento, me encontré en mi salsa, preparado unas tortitas y chocolate con leche a la taza. Me gustaba desayunar potente, y tener a Aylyn hoy para poder ofrecerle mi desayuno estrella me ponía feliz. Me gustaba dar cosas tan banales como un desayuno que a mi me volvía loco.

Coloqué el cazo y las onzas de chocolate con un culito de leche a calentar cuando noté ruidos arriba. Iba a levantarse, no había manera de que descansara o bajase la guardia. ¿Pero quien podía culparla? Si su vida era así, y era a lo que estaba acostumbrada?. Esbocé una sonrisa acelerando mis actos. Cuando noté que ya estaba, fui a apagar el fuego para atenderla, pero sus manos rodearon mi pecho, abrazándome desde la espalda. Me quedé estático, con la mano agarrando el mazo del puchero. Observé hacía mi pecho desnudo y vi sus pequeñas y delicadas manos agarrándome, sentí un escalofrío y cerré los ojos, disfrutando del gesto. Desde que me había encontrado con Salamandra me sentía muy idiota con este tipo de gestos que hasta hace unos meses no hubiesen derivado a que algo despertase entre mis piernas.

Gauekko es un puto abrazo.

Soltó una frase que resonó en mi cabeza como si el aleteo de un pájaro tratase, no fui consciente de lo que había dicho hasta que se separó y sentó, comenzando a charlar sobre otra cosa. Mojé mis labios secos y carraspeé - ¿Porqué dices que tenga cuidado? - le pregunté sirviendo el chocolate en dos tazas y cogiendo la masa de las tortitas para comenzar a hacer un par para cada uno - no te preocupes, es normal, yo también me sentía raro - le confesé comenzado a cocinar las tortitas.

por **Aylyn Kraemer** Jue Feb 16, 2017 11:02 am

Sentada en la silla le vi hacer y deshacer, estaba tan preocupada por el sueño que no era capaz de decir mucho más. - Solo prométeme que vas a tener cuidado cuando.... eres … lobo- Dije. Aun me resultaba raro verbalizar todo aquello que, parte de mi mente, ya sabia. Gauekko había venido a confirmar lo que ya sospechaba. Crucé las piernas, sentándome a lo indio sobre la silla, inquieta. Si tenia el estomago cerrado con los nervios y la cantidad de comida que había comido la noche anterior, con el olorcito que desprendía todo lo que Gauekko hacia se me había abierto de nuevo.

Le miré, observándole hacer, en su mundo y feliz. A pesar de que mi advertencia le había puesto algo nervioso, no le había preocupado en exceso. Me gustaba. Sonreí cuando el dijo que también se sentía raro. Vaya dos eramos. - Pero me ha gustado. Creo que es la noche que mejor he dormido en mi vida...- Comenté distraída, aun vagando en aquel sueño que esperaba no fuera profético.

No me gustaba estar sentada y mirando, respiré un par de veces profundamente y me levanté, colocándome a su lado y viendo lo que hacia. Hacia tanto calorcito en aquella cocina que aun con la escasez de ropa que ambos llevábamos no hacia frío. Miré el cazo y las tortitas que estaban en proceso de hacerse. No tenia ni idea de lo que era ese mejunje oscuro, parecido al barro, pero olía muy bien. - ¿Qué estas haciendo? Déjame ayudarte en algo- Dije mirándole, por primera vez desde el sueño, a aquellos ojos marrones que desprendían tanta tranquilidad y alegría cuando me miraban, y no pena o asco, o indiferencia.

por **Gauekko** Vie Feb 24, 2017 1:51 am

Continué cocinando asintiendo con la cabeza - No te preocupes por nada, Aylyn - susurré sin mirarla, para que no se me cayese ni un trozo de cascara a la mezcla - Estaré bien - añadí. Batí los huevos leche harina y mantequilla con sumo cuidado para evitar grumos indeseables, y cuando la sarten hubo estado lo bastante caliente fui vertiendo la masa en ella a pocos.

Se colocó a mi lado y esbocé una sonrisa mirándola - Te gustarán las tortitas, no te preocupes ya esta - emplaté todo y se lo ofrecí para llevarlo a la mesa. Donde fui yo también. Me senté a su lado y comencé a comer sin pensármelo dos veces - ¡Que aproveche! - medio grité con la boca llena. Era una pena que ya fuese de día y lunes - Tengo que irme a llevar cosas a mis tíos, pero si quieres puedes quedare lo que desees en casa - comí otra tortita casi entera. Cuando acabé me levanté y limpie la boca, dejé todo en la pila y besé su cabeza - Ha sido un placer, vuelve cuando quieras, Aylyn, me vendrá bien la compañía - le confesé - Bueno - me estiré - voy a vestirme y a ¡trabajar! - me subí a mi cuarto. Por haber desayunado charlando llegaba tarde y temía que mis tíos creyesen que me había pasado algo. Elegí lo más básico para salir, ya que iba a convertirme en licantropo para llegar más rápido y saber cómo llegaba allí.

Mis tíos sabrían que Aylyn había estado en casa aun que embadurnara toda la casa con caca de vacuno. Por eso ni me molesté en disimular nada, si aparecían al mediodía mientras yo seguía talando maderos, verían todo. Pero me daba igual, que aprendiesen a que su sobrino tenía amigos.

por **Aylyn Kraemer** Lun Mar 06, 2017 6:41 am

Todo paso tan deprisa que no fui ni capaz de procesarlo hasta que le vi saliendo por la puerta y yo me quedé sentada en la silla donde me había dejado. De pronto estábamos desayunando aquellas cosas redondas que había hecho Gauekko, comiendo tranquilamente. Bueno, yo comía y el engullía Y seguido él estaba marchándose por la puerta dejándome sola en una casa que no era la mía Entendía que tenia que hacer sus cosas, pero me sentí mal estando en esa casa sin él conmigo. No me dio tiempo a decir nada, ni hacer nada. Simplemente me quedé ahí sentada viendo como se iba. Pasaron unos segundos hasta que reaccioné y decidí comerme lo que él había preparado, después de todo no iba a desaprovechar la oportunidad de desayunar bien.

Cuando terminé decidí hacer algo, así que recogí todo lo que habíamos manchado la noche anterior y esta mañana haciendo el desayuno y comiéndolo Intente dejarlo donde creía que iba todo, limpié las tazas de anoche y las de hoy, fregué los platos, cazuelas y demás cosas que había usado Gauekko para hacer el desayuno. Cuando creí que todo estaba más o menos listo subí a la habitación donde él y yo habíamos dormido e hice la cama. Después volví a la que era la habitación de mi amigo y me senté en la cama, mirando la ropa que estaba a los pies de ésta. Solté un suspiro. Sabia que Gauekko iba a suponer un cambio en mi vida, era la primera persona que me veía a mi y no a la andrajosa muchacha que necesitaba ayuda. Sin embargo, su huida de casa me había descolocado, sabia que tendría que trabajar, pero me sentí fuera de lugar en cuanto él se fue. Me sentí un poco idiota, dejándome llevar por la amabilidad de un desconocido y por haberme metido en su cama, por suerte no hizo nada inapropiado. Sentí algo raro, me había parecido sincero y amable, sin embargo algo me había hecho daño. Sin pensármelo más y evitando que aquel dolor entrara más dentro de mi, me repuse, vestí con rapidez y salí de allí, volviendo a mi vida.

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