AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Flores de alquiler. {priv. Reydek}
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Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Brianna había ido al mercado, como solía hacer tres veces por semana, los días que no iba Loui. Su señora le encargaba a él las compras pesadas y a Brianna las más livianas. Ese día tenía el encargo de preparar una merienda con cierta clase, ya que iba a tener una visita que así lo requería, así que la muchacha iba de puesto en puesto llenando la cesta con hojas de té, especias, panecillos de leche y algunas cosas más, ingredientes un poco más sofisticados que la habitual compra de carne, verduras y quesos.
Lo cierto es que estaba muy a gusto trabajando en aquella casa, la trataban con respeto y la señorita Aletheia había acogido a Elaine en sus clases. Se sorprendió mucho de que la señora enseñase a leer, escribir y hacer cuentas a algunos niños, normalmente había servido a señoritas "florero" cuyo mayor interés era el vestido o la joya que iban a ponerse. La niña ya sabía leer y escribir y estaba muy bien educada, pero estar con otros niños y hacer algo fuera de casa, le hacía mucho bien a su frágil salud. Quizás no cobraba tanto como en la mansión de los Castelgandolfo, pero había ganado en otro tipo de tranquilidad, y el hecho de no tener que esconder que tenía una hija había sido una liberación total.
A pesar de que era una casa de clase media, Brianna se calzaba el uniforme y se peinaba el cabello con un moño estirado para atrás. El atuendo consistía en un vestido sencillo de paño oscuro, abotonado en los puños y la pechera, con un delantal blanco. Muy atrás habían quedado los días en los que ella vestía sedas coloridas y portaba joyas enredadas en su cuello. Ese tiempo no volvería, estaba asumido, y cuanto menos desease y se apegase a los bienes materiales, mejor. Por haber nacido en una familia de la nobleza, estaba generalmente mejor educada que las señoritas a las que servía, y había aprendido que su discreción era su mejor arma para no sucumbir en ese ambiente.
Cuidaba con mimo de todos los detalles de su señora, desde el vestido hasta el peinado, y lo cierto es que Aletheia era muy buena señora, siempre le daba las gracias o le pedía las cosas con educación. Era tan diferente a Elisabetta, su última señora...que a veces no podía creer la suerte que había tenido. La chiquilla de los Castelgandolfo la había torturado de mil maneras, y ahora se sentía mucho más valorada y respetada; esto hacía que Brianna tuviera mejor cara, menos estrés, e incluso sonriese más a menudo. También Elaine estaba más contenta y sus toses crónicas se habían espaciado un poco. Las crisis respiratorias le daban fuertes y siempre tenían que andar peleando con ellas, pero en esos meses había mejorado y eso ya era razón para la esperanza.
Andaba distraída pensando en si debería complementar los sandwiches con mermelada de arándanos o de moras, contando lo que llevaba en la cesta cuando se chocó de frente contra una mole. La cesta se tambaleó, como ella.
— ¡Uy! lo siento! discúlpeme!... estaba despistada...¿le he hecho daño?
Si, claro que sí. Mucho daño. Con una cesta. A una mole como Reydek. Cuando levantó los ojos del suelo observó al dueño de aquella inmensa sombra, y supuso que no, que no le habría hecho daño, pero no costaba nada ser cortés.
Lo cierto es que estaba muy a gusto trabajando en aquella casa, la trataban con respeto y la señorita Aletheia había acogido a Elaine en sus clases. Se sorprendió mucho de que la señora enseñase a leer, escribir y hacer cuentas a algunos niños, normalmente había servido a señoritas "florero" cuyo mayor interés era el vestido o la joya que iban a ponerse. La niña ya sabía leer y escribir y estaba muy bien educada, pero estar con otros niños y hacer algo fuera de casa, le hacía mucho bien a su frágil salud. Quizás no cobraba tanto como en la mansión de los Castelgandolfo, pero había ganado en otro tipo de tranquilidad, y el hecho de no tener que esconder que tenía una hija había sido una liberación total.
A pesar de que era una casa de clase media, Brianna se calzaba el uniforme y se peinaba el cabello con un moño estirado para atrás. El atuendo consistía en un vestido sencillo de paño oscuro, abotonado en los puños y la pechera, con un delantal blanco. Muy atrás habían quedado los días en los que ella vestía sedas coloridas y portaba joyas enredadas en su cuello. Ese tiempo no volvería, estaba asumido, y cuanto menos desease y se apegase a los bienes materiales, mejor. Por haber nacido en una familia de la nobleza, estaba generalmente mejor educada que las señoritas a las que servía, y había aprendido que su discreción era su mejor arma para no sucumbir en ese ambiente.
Cuidaba con mimo de todos los detalles de su señora, desde el vestido hasta el peinado, y lo cierto es que Aletheia era muy buena señora, siempre le daba las gracias o le pedía las cosas con educación. Era tan diferente a Elisabetta, su última señora...que a veces no podía creer la suerte que había tenido. La chiquilla de los Castelgandolfo la había torturado de mil maneras, y ahora se sentía mucho más valorada y respetada; esto hacía que Brianna tuviera mejor cara, menos estrés, e incluso sonriese más a menudo. También Elaine estaba más contenta y sus toses crónicas se habían espaciado un poco. Las crisis respiratorias le daban fuertes y siempre tenían que andar peleando con ellas, pero en esos meses había mejorado y eso ya era razón para la esperanza.
Andaba distraída pensando en si debería complementar los sandwiches con mermelada de arándanos o de moras, contando lo que llevaba en la cesta cuando se chocó de frente contra una mole. La cesta se tambaleó, como ella.
— ¡Uy! lo siento! discúlpeme!... estaba despistada...¿le he hecho daño?
Si, claro que sí. Mucho daño. Con una cesta. A una mole como Reydek. Cuando levantó los ojos del suelo observó al dueño de aquella inmensa sombra, y supuso que no, que no le habría hecho daño, pero no costaba nada ser cortés.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Apoyó su mano sobre su hombro y lo acarició de forma despreocupada durante unos segundos. Aun tenía aquella molestia por la bala de plata que le había atravesado días atrás. El vendaje le cubría parte del dorso para poder asegurar que no volvía a sangrarle la herida. No soportaba lo mucho que tardaban en sanar todas las magulladuras provocadas con plata. Cada vez que la herida hacía un esfuerzo superior al normal, le ardía como si de nuevo la bala estuviese allí.
El sol pegaba con fuerza, y la desgana de Reydek era mayor. Vestido con un pantalón tejano y una camiseta blanca caminaba observando cada puesto, picoteando de vez en cuando de alguno de los puesto. Cogió una fresa y se la metió en al boca, se giró sobre si mismo para ir hacía otro lado cuando alguien le golpeó en el pecho, provocando que la herida se volviese a abrir y una mueca de dolor se reflejase en su rostro - Estoy bien - musitó con una voz ronca llevando su mano a el hombro.
Una mancha roja comenzó a aparecer en la gasa blanca que cubría el pecho de Reydek, pero él parecía preocupado por otra cosa, con la vista clavada en Brianne frunció el ceño unos segundo para después sacudir la cabeza y apartar su cabello de sus ojos - ¿Quien eres? - la preguntó bajando su mano del hombro. El dolor había menguado.
El sol pegaba con fuerza, y la desgana de Reydek era mayor. Vestido con un pantalón tejano y una camiseta blanca caminaba observando cada puesto, picoteando de vez en cuando de alguno de los puesto. Cogió una fresa y se la metió en al boca, se giró sobre si mismo para ir hacía otro lado cuando alguien le golpeó en el pecho, provocando que la herida se volviese a abrir y una mueca de dolor se reflejase en su rostro - Estoy bien - musitó con una voz ronca llevando su mano a el hombro.
Una mancha roja comenzó a aparecer en la gasa blanca que cubría el pecho de Reydek, pero él parecía preocupado por otra cosa, con la vista clavada en Brianne frunció el ceño unos segundo para después sacudir la cabeza y apartar su cabello de sus ojos - ¿Quien eres? - la preguntó bajando su mano del hombro. El dolor había menguado.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Al ver la mancha roja se llevó una mano a la boca ahogando una exclamación y alargó la otra como para intentar parar esa hemorragia, pero se dio cuenta que así no lo iba a conseguir, así que soltó la cesta y sacó un pañuelo limpio y planchado del bolsillo acercándolo al hombro de Reydek.
— ¡Dios mio! está sangrando... lo siento!! seguramente se abrió su herida por mi culpa...— la mujer se horrorizó al ver aquello y luego se percató por las pintas de Reydek que podría ser un presidiario, un delincuente, un buscavidas o vaya a saber usted. Pero el mercado estaba lleno de gente, seguramente no se atrevería a...Uf. Tragó saliva.
La mirada interrogativa del hombre seguida de su pregunta, la dejó algo descolocada. ¿Que quién era? ¿Le sonaba de algo? ¿La conocía? ¿Le recordaba a alguien? Dudó unos instantes antes de contestar. Sus ojos eran castaños con hebras verdosas, y tenía cierto aire resignado. Como un italiano casanova le dijo una vez: parecía la chica más triste de la ciudad. Aunque ahora ya no, desde que trabajaba para Aletheia estaba más relajada.
— soy.... Brianna. Trabajo en casa de la señorita Brutus. Si quiere acompañarme, le curaré mejor allí, aquí no tengo nada...
— ¡Dios mio! está sangrando... lo siento!! seguramente se abrió su herida por mi culpa...— la mujer se horrorizó al ver aquello y luego se percató por las pintas de Reydek que podría ser un presidiario, un delincuente, un buscavidas o vaya a saber usted. Pero el mercado estaba lleno de gente, seguramente no se atrevería a...Uf. Tragó saliva.
La mirada interrogativa del hombre seguida de su pregunta, la dejó algo descolocada. ¿Que quién era? ¿Le sonaba de algo? ¿La conocía? ¿Le recordaba a alguien? Dudó unos instantes antes de contestar. Sus ojos eran castaños con hebras verdosas, y tenía cierto aire resignado. Como un italiano casanova le dijo una vez: parecía la chica más triste de la ciudad. Aunque ahora ya no, desde que trabajaba para Aletheia estaba más relajada.
— soy.... Brianna. Trabajo en casa de la señorita Brutus. Si quiere acompañarme, le curaré mejor allí, aquí no tengo nada...
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
La mirada de Reydek sigue la de Brianna hasta su hombro y chasquea la lengua negando con molestia. No le gusta nada manchar la ropa, porque la sangre había que frotarla, y él odiaba frotar. Seguramente era otra camiseta que acabaría en la basura. Pero entonces ella ofrece algo que era todo lo que llamó la curiosidad del Licántropo. Acompañarla a casa de una familia llamada Brutus.
Alzando ambas cejas y llevando de nuevo su mano a su hombro Rey asiente con la cabeza y esboza una sonrisa - Estaría encantado de recibir tal cordial gesto por tu parte - aun que de poco servía lo que intentase, ya que las heridas provocadas por balas de plata necesitaban de tiempo y no de curas mundanas. Pero eso ya era un problema que resolvería después, cuando la mujer tratase de cerrar la herida y la piel tomase su papel protagonista.
A medida que caminaban, con cuidado de no golpear hombro de nuevo, o abrirse la herida del muslo de piernas, su atención recaía constantemente en el olor que la mujer desprendía. Era una mezcla de frutas y incienso, pero ella no era hechicera, al menos no olía a eso con la suficiente fuerza. Y al final de aquel aroma almizcle estaba Leif. Sea de donde viniese aquella mujer, Leif había estado involucrado.
Reydek era una persona muy vaga y pasota, pero la curiosidad en las mañanas en las que se encontraba activo eran quien le habían definido como persona. Llevaban unos minutos andando cuando se disponían a salir del mercado y Rey se dio cuenta de que no veía a la muchacha - ¿Brianna? - musitó más para él que para ella. Entonces la vio prácticamente pegada a él - Perdón - y soltó una gran carcajada - Eres tan bajita que no te veía - volvió a reir con fuerza - Sigamos sigamos - apoyó su mano en el hombro de ella.
Alzando ambas cejas y llevando de nuevo su mano a su hombro Rey asiente con la cabeza y esboza una sonrisa - Estaría encantado de recibir tal cordial gesto por tu parte - aun que de poco servía lo que intentase, ya que las heridas provocadas por balas de plata necesitaban de tiempo y no de curas mundanas. Pero eso ya era un problema que resolvería después, cuando la mujer tratase de cerrar la herida y la piel tomase su papel protagonista.
A medida que caminaban, con cuidado de no golpear hombro de nuevo, o abrirse la herida del muslo de piernas, su atención recaía constantemente en el olor que la mujer desprendía. Era una mezcla de frutas y incienso, pero ella no era hechicera, al menos no olía a eso con la suficiente fuerza. Y al final de aquel aroma almizcle estaba Leif. Sea de donde viniese aquella mujer, Leif había estado involucrado.
Reydek era una persona muy vaga y pasota, pero la curiosidad en las mañanas en las que se encontraba activo eran quien le habían definido como persona. Llevaban unos minutos andando cuando se disponían a salir del mercado y Rey se dio cuenta de que no veía a la muchacha - ¿Brianna? - musitó más para él que para ella. Entonces la vio prácticamente pegada a él - Perdón - y soltó una gran carcajada - Eres tan bajita que no te veía - volvió a reir con fuerza - Sigamos sigamos - apoyó su mano en el hombro de ella.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Mientras caminaba iba pensando que no debería haber hecho eso, lo de invitar a un desconocido a la casa donde trabajaba porque a saber qué podía suceder. No era su casa y no tenía derecho a meter a nadie allí dentro. De nuevo los terrores de que la echaran y verse en la calle de nuevo con Elaine, afloraron poniéndola nerviosa. Iba a decirle algo pero de pronto se detuvo y chocó contra ella.
— ¿qué...? ah.. ehm.. si, claro... es fácil perderme de vista entre... hm.. tanta gente.— mentira, era sólo una frase educada para salir del paso y no decirle que era un inepto por no mirar donde pisaba.— discúlpeme señor...— dejó la frase en interrogación en el aire para que le dijera su nombre.— me gustaría pedirle que... bueno, verá...no es mi casa, es de la señora y... no puedo perder ese trabajo por nada del mundo, así que le suplico que me deje curarle y se marche sin armar follón... que no es que vaya usted a armarlo pero...— Pero tiene pinta de delicuente peligroso. Ea. Pero eso no se lo puede decir.
Brianna se dio cuenta de que estaba juzgando a alguien por su apariencia, y luego quizás el hombre fuera lo más tranquilo del mundo. Eso estaba mal, así que se se puso roja y se giró mirando hacia delante para no chocarse con nada, apresurando el paso y mordiendose el labio inferior. ¿A santo de qué invitaba a un hombre herido a su casa? ¡Herido! que nadie que no se metiera en lios se hería asi. No, no, no. Igual era leñador, o trabajaba en el puerto y se había hecho daño...¡Ay! demasiada intriga y demasiado peligroso lo que acababa de hacer. ¿Y si una vez dentro de la casa las mataba y robaba las joyas de la señora? ¿ Y si hacía algo peor? joder!! en qué lio se habia metido.
— ¿qué...? ah.. ehm.. si, claro... es fácil perderme de vista entre... hm.. tanta gente.— mentira, era sólo una frase educada para salir del paso y no decirle que era un inepto por no mirar donde pisaba.— discúlpeme señor...— dejó la frase en interrogación en el aire para que le dijera su nombre.— me gustaría pedirle que... bueno, verá...no es mi casa, es de la señora y... no puedo perder ese trabajo por nada del mundo, así que le suplico que me deje curarle y se marche sin armar follón... que no es que vaya usted a armarlo pero...— Pero tiene pinta de delicuente peligroso. Ea. Pero eso no se lo puede decir.
Brianna se dio cuenta de que estaba juzgando a alguien por su apariencia, y luego quizás el hombre fuera lo más tranquilo del mundo. Eso estaba mal, así que se se puso roja y se giró mirando hacia delante para no chocarse con nada, apresurando el paso y mordiendose el labio inferior. ¿A santo de qué invitaba a un hombre herido a su casa? ¡Herido! que nadie que no se metiera en lios se hería asi. No, no, no. Igual era leñador, o trabajaba en el puerto y se había hecho daño...¡Ay! demasiada intriga y demasiado peligroso lo que acababa de hacer. ¿Y si una vez dentro de la casa las mataba y robaba las joyas de la señora? ¿ Y si hacía algo peor? joder!! en qué lio se habia metido.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Alzó la vista frunciendo el ceño mientras se dejaba llevar por el dulce movimiento que llevaba Brianna. Apoyando su mano en el hombro no necesitaba más para poder avanzar entre la multitud. Llevaba un buen rato notando un aroma extraño, no conseguía identificar de donde venía, pues el tumulto de gente se movía y provocaba que la esencia se desviase y mezclase con otras. Un suspiro con negación de cabeza salió de forma inconsciente del muchacho.. ¿Para que iba a buscar de donde provenía? No iba a meterse en problemas, no ahora que podía arrastrar a una manada entera.
Su mirada se clavó en la de Brianna que sin pudor alguno confesó lo arrepentida que estaba de haberlo invitado. Aun así aceptó su error casi suplicando que este marchase una vez curada la herida. Reydek adoptó un semblante serio, para intimidarla, por dentro no podía dejar de reírse. Ella se sonrojó y volvió a retomar el paso con rápidez para llegar cuanto antes a casa y librarse de aquel muerto.
Reydek apartó la mano son suavidad del hombro de ella para acerca sus labios a su oído - Me portaré bien - le susurró con voz ronca, colocando de nuevo su mano para dejarse guiar. En realidad no podía prometerla nada, si le provocaba alguien en aquella casa, respondería. Al rato parece ser que llegaron a la mansión de su señora. El muchacho esperó a que ella le diese paso para entrar siguiendo sus pasos.
Su mirada se clavó en la de Brianna que sin pudor alguno confesó lo arrepentida que estaba de haberlo invitado. Aun así aceptó su error casi suplicando que este marchase una vez curada la herida. Reydek adoptó un semblante serio, para intimidarla, por dentro no podía dejar de reírse. Ella se sonrojó y volvió a retomar el paso con rápidez para llegar cuanto antes a casa y librarse de aquel muerto.
Reydek apartó la mano son suavidad del hombro de ella para acerca sus labios a su oído - Me portaré bien - le susurró con voz ronca, colocando de nuevo su mano para dejarse guiar. En realidad no podía prometerla nada, si le provocaba alguien en aquella casa, respondería. Al rato parece ser que llegaron a la mansión de su señora. El muchacho esperó a que ella le diese paso para entrar siguiendo sus pasos.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
La mano en el hombro la sobresaltó, pero luego accedió a servirle de apoyo, a fin de cuentas estaba herido y por su culpa se habían reabierto las heridas sangrantes. Pero cuando le susurró en el oído que se portaría bien, la hizo estremecer. No estaba ahbituada al contacto físico, a decir verdad, solía mantener mucho las distancias con la gente. Primero porque cuando era noble, eso era una costumbre de "buen gusto", el no entablar confianzas rápidamente ni ser excesivamente accesible, y menos con quien no fuera de su condición. Ahora que la tortilla había dado la vuelta y estaba en lo más bajo del escalafón social, era justo por lo contrario: no tocaba a nadie sin pedir permiso, siempre con guantes y siempre por alguna razón de trabajo. El contacto físico podía ofender o disgustar. No iba harapienta, pero no se bañaba a diario porque no se lo podían permitir, y cuando lo hacía no era con jabones especiados o florales que valían medio riñón.
La casa estaba cerca así que no dijo nada más hasta que llegaron. Introdujo la llave en la puerta lateral que daba a las cocinas y entró seguida de Reydek. Apartó una silla de la pequeña mesa en la que comían ella y Loui y le indicó que se sentara allí.
— le lavaré la herida y se la curaré...— Se puso a calentar agua en el fogón y empezó a buscar unos paños limpios en los cajones pero no daba con ellos, empezaba a ponerse nerviosa. La puerta que separaba la cocina del pasillo se abrió suavamente y una niña apareció en el quicio de la puerta con los paños en la manos, perfectamente doblados. Olía a hierbas, a ungüento alcanforado para poder respirar.
— si buscas esto, los estaba doblando...— dejó los paños sobre la bancada y se giró sobre los talones mirando a Reydek fijamente, poniendo las manos a la espalda.— Me llamo Elaine, y tienes sangre en la camisa, pero no te preocupes, no te morirás porque es poca. Si fueras un pájaros...si, pero con tu tamaño no pasará.— Brianna enarcó una ceja, sin saber qué decir.
— Elaine no molestes al señor ¿Ya has acabado el libro?
— lo acabé antes, pero no lo estoy molestando, si no, ya habría gruñido o puesto cara de fastidio.— Los niños eran terriblemente sinceros e inoportunos.
— lo siento!! ay, Elaine no me pongas en un compromiso!! lo siento de verdad, disculpe sus modales, ya sabe... los niños...
La casa estaba cerca así que no dijo nada más hasta que llegaron. Introdujo la llave en la puerta lateral que daba a las cocinas y entró seguida de Reydek. Apartó una silla de la pequeña mesa en la que comían ella y Loui y le indicó que se sentara allí.
— le lavaré la herida y se la curaré...— Se puso a calentar agua en el fogón y empezó a buscar unos paños limpios en los cajones pero no daba con ellos, empezaba a ponerse nerviosa. La puerta que separaba la cocina del pasillo se abrió suavamente y una niña apareció en el quicio de la puerta con los paños en la manos, perfectamente doblados. Olía a hierbas, a ungüento alcanforado para poder respirar.
— si buscas esto, los estaba doblando...— dejó los paños sobre la bancada y se giró sobre los talones mirando a Reydek fijamente, poniendo las manos a la espalda.— Me llamo Elaine, y tienes sangre en la camisa, pero no te preocupes, no te morirás porque es poca. Si fueras un pájaros...si, pero con tu tamaño no pasará.— Brianna enarcó una ceja, sin saber qué decir.
— Elaine no molestes al señor ¿Ya has acabado el libro?
— lo acabé antes, pero no lo estoy molestando, si no, ya habría gruñido o puesto cara de fastidio.— Los niños eran terriblemente sinceros e inoportunos.
— lo siento!! ay, Elaine no me pongas en un compromiso!! lo siento de verdad, disculpe sus modales, ya sabe... los niños...
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Entraron en la zona de las cocinas. El techo era bajo y de él colgaban todo tipo de utensilios para cocinar. En medio de esta había un par de barras con fogones y pilas, también llenos de hoyas y platos. Reydek observó durante unos segundos una de las barras, que tenía un montón de frutas frescas. Agarró una manzana con disimulo mientras seguía a Brianna que con nerviosismo se paró para girarse a el licantropo - Vale - se sentó en una de las sillas de madera cuando la mujer se puso a preparar las cosas. Mordió la manzana observando de nuevo la cocina.
Tardó segundos en comenzar a pensar en que coño hacía allí, con que vaga escusa se había dejado arrastrar por la muchacha que olía levemente a Leif. El olor en la casa se perdía, y era de esperar. Dudaba que si leif visitaba aquel lugar fuese para mantenerse en la cocina.
Recostado en la silla comiendo la manzana vio como la puerta del fondo se abría. No vio entrar a nadie en un principio, hasta que su mirada bajó lo suficiente hasta tarde con los ojos claros de una niña. Las cejas de Reydek se alzaron cuando vio como se dirigía a Brianna, para después dirigirse a él - Buenas - dejó la manzana sobre la mesa y pasó la mano por su pantalón para librarse de cualquier resto. Tragó la manzana que le quedaba y colocó la palma de su mano abierta frente a la muchacha, a esperas de que apoyase su pequeña mano sobre ella y poder saludarla con el respeto que era debido - Soy Reydek Paine, gracias por tranquilizarme, es un alivio saber que no moriré entre fogones - se recostó un poco hacía ella - Elaine - le susurró - ¿Creéis que estoy aquí para que me cocinen? - simuló mirar de reojo a la nerviosa Brianna. El muchacho supuso que aquella muchachita debía de ser la hermana de la sirvienta. Y que el buen amo de la casa, les había dado cobijo a ambas.
Tardó segundos en comenzar a pensar en que coño hacía allí, con que vaga escusa se había dejado arrastrar por la muchacha que olía levemente a Leif. El olor en la casa se perdía, y era de esperar. Dudaba que si leif visitaba aquel lugar fuese para mantenerse en la cocina.
Recostado en la silla comiendo la manzana vio como la puerta del fondo se abría. No vio entrar a nadie en un principio, hasta que su mirada bajó lo suficiente hasta tarde con los ojos claros de una niña. Las cejas de Reydek se alzaron cuando vio como se dirigía a Brianna, para después dirigirse a él - Buenas - dejó la manzana sobre la mesa y pasó la mano por su pantalón para librarse de cualquier resto. Tragó la manzana que le quedaba y colocó la palma de su mano abierta frente a la muchacha, a esperas de que apoyase su pequeña mano sobre ella y poder saludarla con el respeto que era debido - Soy Reydek Paine, gracias por tranquilizarme, es un alivio saber que no moriré entre fogones - se recostó un poco hacía ella - Elaine - le susurró - ¿Creéis que estoy aquí para que me cocinen? - simuló mirar de reojo a la nerviosa Brianna. El muchacho supuso que aquella muchachita debía de ser la hermana de la sirvienta. Y que el buen amo de la casa, les había dado cobijo a ambas.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
La niña miró al hombre primero con curiosidad, y luego con cierta fascinación.
— No, porque seguro que ese pelo tan pelirrojo dejaría la sopa del color del tomate... y no me gusta el tomate. Además no creo que las personas se puedan comer, si no... las venderían en la carnicería.
Lógica infantil demoledoramente aplastante. Brianna remojó los paños, y como Elaine no se decidía a obedecer y marcharse, decidió contar con su ayuda.
— ¿Me ayudas con la camisa? sujetala asi...— Le indicó a la niña como sujetarla para que no se mojara ni se manchase y empezó a limpiar la sangre del cuerpo de él. Elaine no se impresionaba porque estaba acostumbrada a toser sangre de vez en cuando y a todo tipo de curas, desde sangrías a ungüentos, jarabes, pastillas e infusiones...todo lo que los médicos le habían aplicado.
Cuando el hombre dijo su nombre se detuvo un momento. ¿lo habría escuchado bien? no era cotilla ni solía meterse en los asuntos de los demás, pero necesitaba saber a quién había metido en aquella cocina.
— ¿Reydek Paine? ¿es usted familia del capitán Paine?
Brianna sabía quien era Leif y le daba un poco de reparo tratarlo, era brusco y a veces desconsiderado, nada que ver con la señorita Aletheia, pero ella no era quien para opinar al respecto, bastaba con saber que la señora lo quería y que el bebé que llevaba era suyo. Al parecer habían vuelto de un viaje por Africa justo cuando la contrató a ella, y a veces captaba retazos de las conversaciones, pero ella no le preguntaba a la señora a no ser que la viera triste o que ella misma tuviera ganas de hablar. Brianna era discreta y no quería meterse en líos, sólo quería conservar el trabajo y sacar adelante a su hija, no tenía más objetivo que ese. Lo cierto es que en esa casa se encontraba a gusto, no estaba tan en tensión como con los marqueses, la señora la trataba bien y además incluso ayudaba a Elaine con sus lecciones. La niña ya sabía leer pero si aprendía historia o matemáticas, tanto mejor.
— No, porque seguro que ese pelo tan pelirrojo dejaría la sopa del color del tomate... y no me gusta el tomate. Además no creo que las personas se puedan comer, si no... las venderían en la carnicería.
Lógica infantil demoledoramente aplastante. Brianna remojó los paños, y como Elaine no se decidía a obedecer y marcharse, decidió contar con su ayuda.
— ¿Me ayudas con la camisa? sujetala asi...— Le indicó a la niña como sujetarla para que no se mojara ni se manchase y empezó a limpiar la sangre del cuerpo de él. Elaine no se impresionaba porque estaba acostumbrada a toser sangre de vez en cuando y a todo tipo de curas, desde sangrías a ungüentos, jarabes, pastillas e infusiones...todo lo que los médicos le habían aplicado.
Cuando el hombre dijo su nombre se detuvo un momento. ¿lo habría escuchado bien? no era cotilla ni solía meterse en los asuntos de los demás, pero necesitaba saber a quién había metido en aquella cocina.
— ¿Reydek Paine? ¿es usted familia del capitán Paine?
Brianna sabía quien era Leif y le daba un poco de reparo tratarlo, era brusco y a veces desconsiderado, nada que ver con la señorita Aletheia, pero ella no era quien para opinar al respecto, bastaba con saber que la señora lo quería y que el bebé que llevaba era suyo. Al parecer habían vuelto de un viaje por Africa justo cuando la contrató a ella, y a veces captaba retazos de las conversaciones, pero ella no le preguntaba a la señora a no ser que la viera triste o que ella misma tuviera ganas de hablar. Brianna era discreta y no quería meterse en líos, sólo quería conservar el trabajo y sacar adelante a su hija, no tenía más objetivo que ese. Lo cierto es que en esa casa se encontraba a gusto, no estaba tan en tensión como con los marqueses, la señora la trataba bien y además incluso ayudaba a Elaine con sus lecciones. La niña ya sabía leer pero si aprendía historia o matemáticas, tanto mejor.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Reydek se recostó en la silla, apoyando sus codos en sus rodillas para estar más cerca de la pequeña muchacha que chismorreaba frente a él, sin ningún tipo de vergüenza o pudor - Tienes toda la razón - susurró el licantropo pasándose la mano por el pelo. Era la primera vez que el rechazaban de una forma tan sutil. No le gustaba su pelo, por el color a tomate, y el tomate no le agradaba. Esbozó una amplia sonrisa tirando su espalda suavemente hacía atrás para no hacerse daño.
Brianna se acercó a ellos ya con los paños mojados. La niña seguía allí parada como si nada le ni nadie pudiera moverla, así que le pidió colaboración a la que ella accedió con la misma semblante que había mantenido en todo momento. Levantaron la camiseta de Reydek y Elaine levantó su mano par agárrala. Reydek se vio un poco apurado al ver como debía de mantenerse la pequeña para llegar a mantener la camiseta levantada, y en un impulso, sin pensarlo demasiado agarro la cintura de ella para subirla sobre sus piernas, de rodillas - Gracias por tu ayuda, Elaine - le dedicó acompaño con un gesto de molestia por las curas.
Su mirada buscó la de Brianna alzando una ceja, tratando de ahogar una gran carcajada por lo de "capitán". Aquello le otorgaba un temor que por ahora Reydek no tenía hacía su padre. No lo veía tan salvaje como algunos le pintaban, despiadado o despechado. Desde que se habían encontrado Leif no le había negado nada, le había acogido, curado y hasta dado un lugar en el que caerse muerto. No veía lo que veían los demás en Leif, y tampoco sentía esa necesidad. Prefería seguir así, guardar el respeto que se merecía no por temor. Un hijo jamás debería tener respeto a su padre y que este hubiese sido creado por el miedo a defraudarle o salir herido. Reydek era una persona cabezota con un mal arranque. Si alguien le veía ciego, el se ponía igual de ciego. La confianza jamás debía tener como cimiento el miedo - Sí, soy su primogénito - la sonrisa triunfal seguía dibujada en su rostro, pues lo que en un principio le había traído aquí había florecido de la forma más natural posible - ¿Qué conexión tiene mi padre con esta casa? - le preguntó sin temor alguno, agarrando a la pequeña Elaine para que no se cayese de sus piernas.
Brianna se acercó a ellos ya con los paños mojados. La niña seguía allí parada como si nada le ni nadie pudiera moverla, así que le pidió colaboración a la que ella accedió con la misma semblante que había mantenido en todo momento. Levantaron la camiseta de Reydek y Elaine levantó su mano par agárrala. Reydek se vio un poco apurado al ver como debía de mantenerse la pequeña para llegar a mantener la camiseta levantada, y en un impulso, sin pensarlo demasiado agarro la cintura de ella para subirla sobre sus piernas, de rodillas - Gracias por tu ayuda, Elaine - le dedicó acompaño con un gesto de molestia por las curas.
Su mirada buscó la de Brianna alzando una ceja, tratando de ahogar una gran carcajada por lo de "capitán". Aquello le otorgaba un temor que por ahora Reydek no tenía hacía su padre. No lo veía tan salvaje como algunos le pintaban, despiadado o despechado. Desde que se habían encontrado Leif no le había negado nada, le había acogido, curado y hasta dado un lugar en el que caerse muerto. No veía lo que veían los demás en Leif, y tampoco sentía esa necesidad. Prefería seguir así, guardar el respeto que se merecía no por temor. Un hijo jamás debería tener respeto a su padre y que este hubiese sido creado por el miedo a defraudarle o salir herido. Reydek era una persona cabezota con un mal arranque. Si alguien le veía ciego, el se ponía igual de ciego. La confianza jamás debía tener como cimiento el miedo - Sí, soy su primogénito - la sonrisa triunfal seguía dibujada en su rostro, pues lo que en un principio le había traído aquí había florecido de la forma más natural posible - ¿Qué conexión tiene mi padre con esta casa? - le preguntó sin temor alguno, agarrando a la pequeña Elaine para que no se cayese de sus piernas.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
La niña estaba encantada de "ayudar" y de que la subieran al regazo, pocas veces tenía la oportunidad de interactuar con nadie que no fuera Brianna y ahora la señora de la casa, Loui y Adele. Aprovechó que estaba más alta para observar los tatuajes que ascendían por los brazos de Reydek.
— Pareces un cuadro.
— ... Elaine...
La niña bufó y le puso cara a Reydek de "me tengo que callar porque me riñe". Mientras limpiaba la sangre lo escuchó decir que era su primogénito y que cuál era la relación de su padre con esa casa. ¡Ay!... No le correspondía a ella decirle "es la casa de la novia de tu padre", porque eso eran asuntos familiares en los que ella no quería entrar, así que optó por salir por la tangente.
— Es un conocido de mi señora.— Porque "conocido" no delataba en qué grado de podían conocer, y ella no se saldría de ese guión, que la discreción del servicio debía ser su estandarte o la echarían a la calle por lianta y chismosa.
Una vez limpia la herida extendió un poco de ungüento cicatrizante que tenían siempre enun tarro para cualquier emergencia doméstica, y lo vendó apretando un poco para evitar el sangrado de nuevo.
— Pues... parece que esto ya está. Le reitero mis disculpas y ahora debo volver al trabajo. Elaine, despídete del señor, anda.
La niña la miró con cara de resignación porque en realidad le apetecía hacer amigos y si ese pelirrojo era hijo de Paine, ¿por qué no se podía quedar?.
— Adiós Reydek Paine. ¿Vendrás otro día a ver a tu padre? viene a menudo.
Brianna hizo un facepalm. Los niños eran increiblemente inoportunos.
— Pareces un cuadro.
— ... Elaine...
La niña bufó y le puso cara a Reydek de "me tengo que callar porque me riñe". Mientras limpiaba la sangre lo escuchó decir que era su primogénito y que cuál era la relación de su padre con esa casa. ¡Ay!... No le correspondía a ella decirle "es la casa de la novia de tu padre", porque eso eran asuntos familiares en los que ella no quería entrar, así que optó por salir por la tangente.
— Es un conocido de mi señora.— Porque "conocido" no delataba en qué grado de podían conocer, y ella no se saldría de ese guión, que la discreción del servicio debía ser su estandarte o la echarían a la calle por lianta y chismosa.
Una vez limpia la herida extendió un poco de ungüento cicatrizante que tenían siempre enun tarro para cualquier emergencia doméstica, y lo vendó apretando un poco para evitar el sangrado de nuevo.
— Pues... parece que esto ya está. Le reitero mis disculpas y ahora debo volver al trabajo. Elaine, despídete del señor, anda.
La niña la miró con cara de resignación porque en realidad le apetecía hacer amigos y si ese pelirrojo era hijo de Paine, ¿por qué no se podía quedar?.
— Adiós Reydek Paine. ¿Vendrás otro día a ver a tu padre? viene a menudo.
Brianna hizo un facepalm. Los niños eran increiblemente inoportunos.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
La delicadeza con la que Brianna limpiaba las heridas y las trataba era sorprendente. Apenas notaba que estaba allí hasta que daba un trazo largo con el paño. La compañía de Elaine además, era bastante reconfortante. Mantener una conversación con ella, ayudaba la suficiente para apartar la mente de las curas - ¿Uno bonito, o feo? - preguntó mirando sus brazos. Nunca se había parado a pensar lo que los demás pensaban de sus tatuajes. A él le gustaban y desde que se los había hecho nunca había reparado mucho más en ellos. Eran parte de él.
Reydek escuchó con atención al explicación del por que aquel olor en la casas. Pero parecía que Brianna no quería entrometerse demasiado, y la respuesta que le dio le dejó exactamente igual. El licántropo no iba a hurgar en donde alguien evitaba meterse, esbozó una leve sonrisa y continuó observando a Elaine mientras le agarraba. Era muy difícil de creer que Leif fuese un conocido de aquella mujer y el lugar oliese así. Y lo poco que conocía a su padre, no parecía ser un hombre de "conocidos".
Las manos de Rey alzaron el cuerpo menudo de Elaine hasta colocarla de nuevo en el suelo - Muchas gracias, Brianna - expresó mientras colocaba bien su camiseta. Fue entonces cuando iba a recuperar su manzana en la balda cuando Elaine hizo detonar la bomba. La sonrisa que el muchacho llevaba ocultando desde la palabra conocido afloró en su rostro. No quería meter en problemas a alguien que le había tratado con tanta delicadeza y menos a aquella pequeña. Apoyó su mano en su mejilla para acariciarla mientras que se agachaba un poco para hablarle a su altura - Lo sé, Elaine - apartó la mano para agarrar la manzana y darle un mordisco - Nos veremos - caminó hasta la puerta por la que Brianna le había traído.
Su padre era astuto. Aquella casa olía a hechicería.
Reydek escuchó con atención al explicación del por que aquel olor en la casas. Pero parecía que Brianna no quería entrometerse demasiado, y la respuesta que le dio le dejó exactamente igual. El licántropo no iba a hurgar en donde alguien evitaba meterse, esbozó una leve sonrisa y continuó observando a Elaine mientras le agarraba. Era muy difícil de creer que Leif fuese un conocido de aquella mujer y el lugar oliese así. Y lo poco que conocía a su padre, no parecía ser un hombre de "conocidos".
Las manos de Rey alzaron el cuerpo menudo de Elaine hasta colocarla de nuevo en el suelo - Muchas gracias, Brianna - expresó mientras colocaba bien su camiseta. Fue entonces cuando iba a recuperar su manzana en la balda cuando Elaine hizo detonar la bomba. La sonrisa que el muchacho llevaba ocultando desde la palabra conocido afloró en su rostro. No quería meter en problemas a alguien que le había tratado con tanta delicadeza y menos a aquella pequeña. Apoyó su mano en su mejilla para acariciarla mientras que se agachaba un poco para hablarle a su altura - Lo sé, Elaine - apartó la mano para agarrar la manzana y darle un mordisco - Nos veremos - caminó hasta la puerta por la que Brianna le había traído.
Su padre era astuto. Aquella casa olía a hechicería.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Unas semanas después...
——————— ~oOo~———————
La primavera llegaba a las calles de París y tras unos días de barro de deshielo, empezaban a brotar tímidamente las hojas verdes y las flores al calor de un templado sol que todavía se asomaba furtivo.
Las tareas se multiplicaban en la casona de la señorita, había que sacar todas las mantas, edredones y textiles gruesos a lavar y ventilar antes de guardarlos, hacer el cambio de armarios, limpiar a fondo los rincones que ahora iban a estar al descubierto. Brianna se pasaba el día lavando y planchando ropa de cama, mantelerías, cortinas etc. El jardín trasero estaba atestado de ropa colgada en los hilos de tender, pero por otro lado, estar al aire libre, al sol, la cargaba de buen humor. Estaba contenta en esa casa donde trataban a Elaine como una más de la familia, de hecho la niña se había pasado la mañana entera al sol dibujando, leyendo y haciendo cuentas mientras ella se encargaba de todo ese montón de prendas. Eso siempre mejoraba levemente su salud. El invierno en París era demasiado húmedo y frío para sus delicados pulmones.
La vio inclinada sobre sus tareas canturreando alguna cancioncilla y sonrió. Es niña era la luz de su vida, y daba gracias de que en esas semanas hubiera cambiado su vida a mejor. Se habían mudado a la casa de la señorita por el momento, ya que la necesitaban a jornada completa, y al principio estaba algo reticente porque no quería molestar, pero ciertamente era mucho más cómodo para ellas y la casa era mucho mejor lugar para Elaine, que el cuartucho que habían compartido en los suburbios. De todas formas, su objetivo era mudarse algun día de nuevo, no quería abusar de la generosidad de Aletheia, y sabiendo que en breve la señora tendría su propia familia y más gente pululando por allí, no necesitaban dos ocupas más. Ahorraba todo lo que podía para futuros días en los que la suerte no estuviera de su parte, o simplemente para gozar de un poco de independencia cuando no la necesitaran tanto, porque lo mejor era que las familias tuvieran su propia intimidad y aunque el servicio pudiera llegar a ser considerado como tal, cada cual debía saber dónde estaba su sitio.
Las sábanas ondeaban en los hilos de tender, sacudidos por la suave brisa de abril, mientras Brianna colocaba otra tanda de manteles y servilletas en ellos.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Llevaba varios meses viviendo con los Paine, casi tenían acabadas las cabañas y la relación entre ellos había mejorado notablemente. Sobre todo entre los dos hermanos. Elora sin embargo se dejaba ver menos, y todo iba mucho más lento, al fin y al cabo, nadie sabía como tratarla porque no sabíamos por donde iba a tirar. La invitación de la boda les había desconcertado por partes iguales, y el nerviosismo por que todo fuese bien ese día y que la muchacha no acabase sentenciando a los dos nuevos hermanos era patente cada vez que Leif sacaba el tema.
Reydek se quitó la camiseta y la colgó de una rama, se quitó el sudor con el brazos y volvió a clavar varias maderas, para asegurar la sujeción. Hoy Kethyr había salido a cazar y el sólo se había encargado de arreglar los imperfectos de hacía dos noches. Es lo que tenía la primavera, traían tormentas que arrasaban con todo. Sin embargo hoy el sol brillaba con tanta fuerza que era fácilmente confundible con un día de verano.
Alzó la vista al cielo dejando caer el martillo para calcular la hora que era. Le daba tiempo a entrenar un poco. Bebió del gran cubo de agua y se limpio después el rostro, mojando su pelo. Saldría a correr unos cuantos kilómetros en forma humana.
Llevaba varías horas corriendo, sumergido en sus pensamientos cuando reconoció la zona en la que estaba. Olía además a colada, seguramente Aletheia había puesto a Brianna a mudar la casa por el buen tiempo que hacía. Caminó con cuidado entre las malezas pues no quería aparecer con el torso totalmente arañado por las espinas de los rosales. Se paró observando las grandes filas de sábanas y edredones que colgaban de finas cuerdas, a un lado, entre ellas, estaba Elaine, que concentradas parecía recitar poemas. Sin pensárselo demasiado, caminó con tranquilidad hasta ella - Buenos días Elaine - la saludó, sentándose a su lado, sobre la hierba - ¿Qué haces? - preguntó curioso, mientras se tumba completamente boca arriba, disfrutando del sol en su cuerpo desnudo, y de la brisa fresca con olor a limpio.
Reydek se quitó la camiseta y la colgó de una rama, se quitó el sudor con el brazos y volvió a clavar varias maderas, para asegurar la sujeción. Hoy Kethyr había salido a cazar y el sólo se había encargado de arreglar los imperfectos de hacía dos noches. Es lo que tenía la primavera, traían tormentas que arrasaban con todo. Sin embargo hoy el sol brillaba con tanta fuerza que era fácilmente confundible con un día de verano.
Alzó la vista al cielo dejando caer el martillo para calcular la hora que era. Le daba tiempo a entrenar un poco. Bebió del gran cubo de agua y se limpio después el rostro, mojando su pelo. Saldría a correr unos cuantos kilómetros en forma humana.
Llevaba varías horas corriendo, sumergido en sus pensamientos cuando reconoció la zona en la que estaba. Olía además a colada, seguramente Aletheia había puesto a Brianna a mudar la casa por el buen tiempo que hacía. Caminó con cuidado entre las malezas pues no quería aparecer con el torso totalmente arañado por las espinas de los rosales. Se paró observando las grandes filas de sábanas y edredones que colgaban de finas cuerdas, a un lado, entre ellas, estaba Elaine, que concentradas parecía recitar poemas. Sin pensárselo demasiado, caminó con tranquilidad hasta ella - Buenos días Elaine - la saludó, sentándose a su lado, sobre la hierba - ¿Qué haces? - preguntó curioso, mientras se tumba completamente boca arriba, disfrutando del sol en su cuerpo desnudo, y de la brisa fresca con olor a limpio.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
La niña lo miró curiosa, nunca había visto tantos tatuajes en una misma persona y le fascinaban sus formas intrincadas y como alguien las había podido dibujar en una piel de tal forma que no se borrasen.
— tomar el sol como los lagartos, porque el doctor dice que es bueno para mis pulmones. Los lagartos también tienen pulmones pero no es por eso, es porque necesitan arrimarse a algo calentito para alcanzar la temperatura correcta porque son de sangre fría.— le señaló uno de sus tatuajes en los que había algo similar a una dragón o quizás fuera una serpiente o una anguila...a saber.— tendrás que tomar el sol para calentarlo, o se morirá..— lo dijo con un tono de completa seguridad en lo que estaba diciendo, porque era absolutamente lógico su razonamiento. La niña llevaba un vestido sencillo pero mucho mejor que el que le había visto con anterioridad. La señorita Aletheia era muy generosa con Elaine y si bien Brianna no quería aceptar regalos para ella porque para eso era muy discreta, con la niña era distinto.
— ¿sabes qué?...— la niña se levantó dejando el libro sobre la mesita de madera, sus ojos verdes relucían de emoción por lo que iba a decirle.— ¡¡He encontrado un lugar secreto!! ¿quieres verlo?..— El fascinante lugar se encontraba tras rodear el cobertizo y cruzar el muro. Los primeros propietarios de la finca habían dividido la gran parcela en dos terrenos haciendo otra casa, una para cada uno de sus dos hijos, y entre medias había quedado un recoveco donde alguna vez hubo un estanque de carpas con un templete en el medio. Hoy estaba abandonado y no pertenecía a ninguna de las propiedades en realidad. Las hiedras recubrían el tejado del templete y el agua estaba verde y cubierta de algas y nenúfares. Elaine tiró de Reydek hacia allí, porque no solía tener la oportunidad de jugar y hacer amigos, siempre estaba entre mayores y de alguna manera el aura del lobo que ella no veía, la intuía como la de un ser primario, como los niños, sin dobleces ni artificios.
Brianna había ido a por otro cesto de ropa mojada y escurrida y estab lista para tenderla en los hilos, pero cuando no vio a la niña se preocupó y dejó el canasto en el suelo.
— ...¿Elaine?...¿dónde te has metido?...— la niña no estaba a la vista y el libro estaba sobre la mesa. ¿Habría ido al aseo? el nerviosismo la invadió por un instante, se agobiaba cuando no sabía dónde estaba o con quién, porque era una niña muy buena pero al fin y al cabo, una niña y necesitaba curiosear y jugar.— ¡¡Elaine!! Elaine!! dónde estas!!!??
— tomar el sol como los lagartos, porque el doctor dice que es bueno para mis pulmones. Los lagartos también tienen pulmones pero no es por eso, es porque necesitan arrimarse a algo calentito para alcanzar la temperatura correcta porque son de sangre fría.— le señaló uno de sus tatuajes en los que había algo similar a una dragón o quizás fuera una serpiente o una anguila...a saber.— tendrás que tomar el sol para calentarlo, o se morirá..— lo dijo con un tono de completa seguridad en lo que estaba diciendo, porque era absolutamente lógico su razonamiento. La niña llevaba un vestido sencillo pero mucho mejor que el que le había visto con anterioridad. La señorita Aletheia era muy generosa con Elaine y si bien Brianna no quería aceptar regalos para ella porque para eso era muy discreta, con la niña era distinto.
— ¿sabes qué?...— la niña se levantó dejando el libro sobre la mesita de madera, sus ojos verdes relucían de emoción por lo que iba a decirle.— ¡¡He encontrado un lugar secreto!! ¿quieres verlo?..— El fascinante lugar se encontraba tras rodear el cobertizo y cruzar el muro. Los primeros propietarios de la finca habían dividido la gran parcela en dos terrenos haciendo otra casa, una para cada uno de sus dos hijos, y entre medias había quedado un recoveco donde alguna vez hubo un estanque de carpas con un templete en el medio. Hoy estaba abandonado y no pertenecía a ninguna de las propiedades en realidad. Las hiedras recubrían el tejado del templete y el agua estaba verde y cubierta de algas y nenúfares. Elaine tiró de Reydek hacia allí, porque no solía tener la oportunidad de jugar y hacer amigos, siempre estaba entre mayores y de alguna manera el aura del lobo que ella no veía, la intuía como la de un ser primario, como los niños, sin dobleces ni artificios.
Brianna había ido a por otro cesto de ropa mojada y escurrida y estab lista para tenderla en los hilos, pero cuando no vio a la niña se preocupó y dejó el canasto en el suelo.
— ...¿Elaine?...¿dónde te has metido?...— la niña no estaba a la vista y el libro estaba sobre la mesa. ¿Habría ido al aseo? el nerviosismo la invadió por un instante, se agobiaba cuando no sabía dónde estaba o con quién, porque era una niña muy buena pero al fin y al cabo, una niña y necesitaba curiosear y jugar.— ¡¡Elaine!! Elaine!! dónde estas!!!??
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Los rayos del sol le obligan a mirarla con un ojo cerrado, para no quedarse ciego. La sonrisa no puede borrarse de su rostro, y es que tiene la sensación de que siempre que está en compañía de la niña, puede ser él, y además le gusta como es. Elaine irradia tanta inocencia, que cualquier gesto o cara será aceptada. Y aquello le dejaba en un buen lugar, sin prejuicios a los que tener que atenerse.
Reydek se busca el lagarto y lo mira - Se llama Spike - le explica. Aun que realmente nunca había reparado a ponerle nombre a el lagarto, era un recuerdo de su infancia y los momentos que pasaba intentando capturarlos junto a su grupo de amigos, cuando no había nada más importante que los lagartos. Pero ahora que Elaine lo mencionaba una nostalgia cariñosa se apoderó de él, y no le importó tener que apodar, al fin y al cabo cuando le ponías un nombre a algo comenzabas a cogerle más cariño. Observó a la pequeña cuando dijo lo de los pulmones y trató de agudizar sus oídos para escuchar su respiración, pero fue imposible, el corazón le latía con demasiada fuerza por la adrenalina -¿Un que? - preguntó tratando de seguirla con la mirada. La niña tiro de su mano obligando a levantarle y con pasos torpes fueron hasta el lugar que quería mostrarle.
Parecía un jardín al estilo japones, de los caros. Pero estaba totalmente echado a perder. Ni si quiera tenía forma, y el agua parecía esconder misterios bajo aquel manto verde apestoso - Joder - mascullo cogiendo un palo para ver si había vida ahí debajo - Yo te lo arreglaré y traeremos peces y tortugas - le prometió dejando el palo en el suelo. Entonces escuchó la voz de Brianna - Tu madre te está buscando, vamos - la agarró y la subió sobre sus hombros para ir más rápido - ¡Esta aquí! - trató de llamar la atención para que dejase de gritar. Sabía que le caería a él la culpa, como siempre.
Reydek se busca el lagarto y lo mira - Se llama Spike - le explica. Aun que realmente nunca había reparado a ponerle nombre a el lagarto, era un recuerdo de su infancia y los momentos que pasaba intentando capturarlos junto a su grupo de amigos, cuando no había nada más importante que los lagartos. Pero ahora que Elaine lo mencionaba una nostalgia cariñosa se apoderó de él, y no le importó tener que apodar, al fin y al cabo cuando le ponías un nombre a algo comenzabas a cogerle más cariño. Observó a la pequeña cuando dijo lo de los pulmones y trató de agudizar sus oídos para escuchar su respiración, pero fue imposible, el corazón le latía con demasiada fuerza por la adrenalina -¿Un que? - preguntó tratando de seguirla con la mirada. La niña tiro de su mano obligando a levantarle y con pasos torpes fueron hasta el lugar que quería mostrarle.
Parecía un jardín al estilo japones, de los caros. Pero estaba totalmente echado a perder. Ni si quiera tenía forma, y el agua parecía esconder misterios bajo aquel manto verde apestoso - Joder - mascullo cogiendo un palo para ver si había vida ahí debajo - Yo te lo arreglaré y traeremos peces y tortugas - le prometió dejando el palo en el suelo. Entonces escuchó la voz de Brianna - Tu madre te está buscando, vamos - la agarró y la subió sobre sus hombros para ir más rápido - ¡Esta aquí! - trató de llamar la atención para que dejase de gritar. Sabía que le caería a él la culpa, como siempre.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Brianna llegó corriendo, agitada, descompuesta. Había descubierto que el mundo era un lugar horrible donde los más bajos instintos de la gente afloraban con demasiada asiduidad. Había vivido en la miseria, entre vulgares ladrones, prostitutas y gente la peor calaña, y sobreprotegía a la niña porque si le pasase algo ella se moriría.
Cuando llegó le puso las manos en la mejillas comprobando que estaba bien, que no había sufrido ningún daño y respiró más tranquila.
— que susto me has dado!!! no vuelvas a desaparecer así sin decirme dónde vas!! tenía el corazón en un puño...¿y si te hubieras caido al agua? te podrías ahogar o yo que sé...
Miró a Reydek y resopló. Vale, no le había pasado nada, pero se suponía que él era un adulto, que podría ponerse en el lugar de la madre.
— Gracias por acompañarla pero... la próxima vez tenga en cuenta la angustia que me genera perderla de vista.— eso era un "mejor que no haya próxima vez, pero si la hay, ponte en mis zapatos".
Observó el lugar, no había estado nunca allí y era como un lugar encantado, un remanso de paz y privacidad, lejos del mundanal ruido, de la gente y de los problemas. Lo cierto es que le resultaba hasta agradable. Ahora que no tenían ningun tipo de intimidad, ya que en aquella casa convivían muchas personas, ese lugar podría servirle de escape cuando necesitase un rato a solas. No le gustaba preocupar a la niña, así que cuando se sentía flaquear, daba un paseo para no mostrarse débil delante de ella.
Cuando llegó le puso las manos en la mejillas comprobando que estaba bien, que no había sufrido ningún daño y respiró más tranquila.
— que susto me has dado!!! no vuelvas a desaparecer así sin decirme dónde vas!! tenía el corazón en un puño...¿y si te hubieras caido al agua? te podrías ahogar o yo que sé...
Miró a Reydek y resopló. Vale, no le había pasado nada, pero se suponía que él era un adulto, que podría ponerse en el lugar de la madre.
— Gracias por acompañarla pero... la próxima vez tenga en cuenta la angustia que me genera perderla de vista.— eso era un "mejor que no haya próxima vez, pero si la hay, ponte en mis zapatos".
Observó el lugar, no había estado nunca allí y era como un lugar encantado, un remanso de paz y privacidad, lejos del mundanal ruido, de la gente y de los problemas. Lo cierto es que le resultaba hasta agradable. Ahora que no tenían ningun tipo de intimidad, ya que en aquella casa convivían muchas personas, ese lugar podría servirle de escape cuando necesitase un rato a solas. No le gustaba preocupar a la niña, así que cuando se sentía flaquear, daba un paseo para no mostrarse débil delante de ella.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
El sol le cegó unos segundos al girarse para volver a los terrenos más cercanos de la casa del rollete de su viejo. Esperó unos segundos hasta que sus ojos se hicieron a aquella claridad para pasar el muro con cuidado y encontrarse de bruces con brianna, que no le hacía falta decir nada para demostrar lo decepcionada y cabreada que estaba. Reydek se agachó para que la mujer llegase al rostro de su hija, y con cuidado poco después volvió a incorporarse con ella encima, sin bajarla. Estaría más segura unos segundos sobre sus hombros. Realmente la niña sólo había sido un poco niña, y de vez en cuando eso no estaba mal. Reydek lo había sido durante mucho tiempo seguido y no se consideraba tan mala persona - tiene razón - se limitó a decir, realmente podía haber dado un toquecito y ambos hubiesen salido ganando, ambos no, los tres.
La mirada de Reydek, siguió la de Brianna sobre el muro, observando el jardín abandonado - Voy a recuperarlo para... vosotras - se apresuró a decir - Voy a recuperarlo para vosotras, y construiré una pequeña casa de madera para que Elaine pueda jugar cuando llueva, sin necesidad de mojar su rostro aterciopelado - adornó las palabras soltando una carcajada poco después, que trató de disimular pero no pudo. Él no sabía hablar refinado, y cuando lo intentaba siempre acaba partiéndose el ojete de lo ridículo que sonaba.
Pasó de nuevo con una habilidad pasmosa el muro, con Elaine sobre sus hombros desnudos y una vez en aquel lugar, la bajó a su lado, ayudó a Brianna a cruzar ofrenciendole su mano - Es más, puedo comenzar hoy mismo - se pasó la mano por la cabeza, apartando el pelo de su rostro, analizando el lugar, para ver por donde podía empezar. Sabía que lo primero que necesitaba Elaine era ver vida en aquel estanque, que perfectamente podía ser el pantano de Dagobah.
La mirada de Reydek, siguió la de Brianna sobre el muro, observando el jardín abandonado - Voy a recuperarlo para... vosotras - se apresuró a decir - Voy a recuperarlo para vosotras, y construiré una pequeña casa de madera para que Elaine pueda jugar cuando llueva, sin necesidad de mojar su rostro aterciopelado - adornó las palabras soltando una carcajada poco después, que trató de disimular pero no pudo. Él no sabía hablar refinado, y cuando lo intentaba siempre acaba partiéndose el ojete de lo ridículo que sonaba.
Pasó de nuevo con una habilidad pasmosa el muro, con Elaine sobre sus hombros desnudos y una vez en aquel lugar, la bajó a su lado, ayudó a Brianna a cruzar ofrenciendole su mano - Es más, puedo comenzar hoy mismo - se pasó la mano por la cabeza, apartando el pelo de su rostro, analizando el lugar, para ver por donde podía empezar. Sabía que lo primero que necesitaba Elaine era ver vida en aquel estanque, que perfectamente podía ser el pantano de Dagobah.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
No estaba decepcionada, sólo asustada. Toda su vida giraba entorno a esa pequeña de grandes ojos verdes, y el sólo pensar en perderla la sumía en la más profunda agitación. Los inviernos eran muy duros, estaba harta de escuchar a los médicos decirle "despídase por si acaso", como para perderla por una imprudencia. Pero la cara de la niña lo decía todo, estaba feliz de salir a jugar y de ir a hombros de un grandullón, algo que su madre no podía hacer. Sabía que Elaine echaba de menos una figura paterna, pero ella no se podía permitir ese lujo, así que bastante tenía con ejercer de padre, madre y pagar las cuentas.
Se pellizcó el puente de la nariz resoplando y tranquilizándose al escuchar esas palabras por parte del vástago Paine.
— se lo agradezco, seguro que quedará bonito, el lugar lo es. Pero tan sólo entienda que casi me da algo al no verla, el día que tenga hijos lo comprenderá.— o no. Pero bueno, es lo que solía decirse. Cuando Reydek trató de adornar su discurso con palabras y florituras, Brianna puso los ojos en blanco y Elaine estalló en carcajadas. Al final de cuento resultaba que el hombre con pinta de delincuente tenía sentido del humor.— Señor Paine, debería usted dedicarse a la poesía, es todo un trovador. Tengo mucho trabajo todavía. Elaine ¿quieres quedarte con el señor Paine? pero prométeme que tendrás cuidado, te alejarás del agua y le dirás en todo momento donde vas ¿de acuerdo?
La niña asintió y le dio un beso a su madre, la cual le dedicó una mirada a Reydek cargada de significado en plan "por favor, no la pierdas de vista que si le pasa algo me muero". Brianna regresó a terminar de tender la ropa de cama y seguir con sus tareas. Elaine se quedó encima de Reydek y con las manitas le acarició el pelo revolviendolo un poco.
— no está enfadada, sólo preocupada. La única vez que no la he visto asi fue en Venecia, cuando Éferon le regalaba flores. Pero se fue, y ya no volverá porque la señorita Elisabetta se encargó de eso. Hay mujeres malas, pero mi madre no lo es.
Gran resumen de la vida de Brianna en estos meses atrás. Un galán que le regaló flores, ilusiones y algun beso, hasta que el poder y el dinero dijeron la última palabra. Sabía que Brianna jamás contaría esas cosas a nadie, guardaba demasiado en su interior y la niña sabía que eso no era bueno, que los secretos se pudren y empozoñan el alma.
Se pellizcó el puente de la nariz resoplando y tranquilizándose al escuchar esas palabras por parte del vástago Paine.
— se lo agradezco, seguro que quedará bonito, el lugar lo es. Pero tan sólo entienda que casi me da algo al no verla, el día que tenga hijos lo comprenderá.— o no. Pero bueno, es lo que solía decirse. Cuando Reydek trató de adornar su discurso con palabras y florituras, Brianna puso los ojos en blanco y Elaine estalló en carcajadas. Al final de cuento resultaba que el hombre con pinta de delincuente tenía sentido del humor.— Señor Paine, debería usted dedicarse a la poesía, es todo un trovador. Tengo mucho trabajo todavía. Elaine ¿quieres quedarte con el señor Paine? pero prométeme que tendrás cuidado, te alejarás del agua y le dirás en todo momento donde vas ¿de acuerdo?
La niña asintió y le dio un beso a su madre, la cual le dedicó una mirada a Reydek cargada de significado en plan "por favor, no la pierdas de vista que si le pasa algo me muero". Brianna regresó a terminar de tender la ropa de cama y seguir con sus tareas. Elaine se quedó encima de Reydek y con las manitas le acarició el pelo revolviendolo un poco.
— no está enfadada, sólo preocupada. La única vez que no la he visto asi fue en Venecia, cuando Éferon le regalaba flores. Pero se fue, y ya no volverá porque la señorita Elisabetta se encargó de eso. Hay mujeres malas, pero mi madre no lo es.
Gran resumen de la vida de Brianna en estos meses atrás. Un galán que le regaló flores, ilusiones y algun beso, hasta que el poder y el dinero dijeron la última palabra. Sabía que Brianna jamás contaría esas cosas a nadie, guardaba demasiado en su interior y la niña sabía que eso no era bueno, que los secretos se pudren y empozoñan el alma.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Localización : al lado del hombre al que ama
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Re: Flores de alquiler. {priv. Reydek}
Reydek se agachó para colocar bien la ropa de Elaine, que al haberla bajado de sus hombros agarrándola con firmeza la había dejado hecha un harapo. Aguantó el chaparrón de Brianna desde ahí, observando como la niña sonreía con dulzura para quitarle hierro al asunto. Cuando se incorporó mantuvo la cabeza algo baja para luego esbozar una sonrisa - De ahora en adelante nos portaremos mejor, comprendo tu preocupación, no volverá a suceder - le confió mientras apoyaba su mano en el hombro de ella en señal de confianza y apoyo. No quería excederse tocándola, y tampoco sabía tratar del todo bien a las mujeres, era bastante novato en todo ello.
Brianna les dejó y Reydek subió de nuevo al chiquilla sobre sus hombros, echando a caminar hacía el pequeño estanque que quería arreglar - No te he entendido Elaine - le dijo sin preocuparse demasiado por indagar en lo que no debía. Pero es que no se había parado a pensar en la confesión, si no en que realmente no entendía de que coño estaba hablando.
Se pararon frente a un árbol y Reydek alzó la mano agarrando una rama - Agarra aquí, la necesitamos para limpiar el estanque - le explico, comenzando a cortarla con cuidado con un cuchillo que siempre llevaba consigo.
Brianna les dejó y Reydek subió de nuevo al chiquilla sobre sus hombros, echando a caminar hacía el pequeño estanque que quería arreglar - No te he entendido Elaine - le dijo sin preocuparse demasiado por indagar en lo que no debía. Pero es que no se había parado a pensar en la confesión, si no en que realmente no entendía de que coño estaba hablando.
Se pararon frente a un árbol y Reydek alzó la mano agarrando una rama - Agarra aquí, la necesitamos para limpiar el estanque - le explico, comenzando a cortarla con cuidado con un cuchillo que siempre llevaba consigo.
Reydek Paine- Licántropo Clase Media
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Fecha de inscripción : 23/01/2017
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