Beautiful creatures (Privado)

por **Antoinette Bellerose** Miér Mar 29, 2017 9:16 pm

La heredera recorría las calles parisinas con la tranquilidad de quien en su condición ya ha cenado y no tiene que cazar a nadie. Disfrutaba la frescura de la brisa gélida acariciándole el rostro, y el espectáculo que los copos de nieve hacían en su suave descenso hasta el suelo. Todo aquello lo apreciaba , porque sus sentidos vampíricos le permitían distinguirlo todo a niveles extremos, inhumanos.

No había una razón particular para su paseo nocturno en la ciudad. Se había hecho un nombre con su oficio, y había quien le reconocía y saludaba a medida que avanzaba. No había solicitado la compañía de sus doncellas, ya que aquel paseo había sido improvisado. Sin embargo, y a pesar de la hora, la calle se encontraba lo suficientemente concurrida como para que no resultase inapropiado ante los ojos del resto que una señorita de su nivel estuviera transitando, sola. Claro que en realidad, para ella no representaba peligro alguno. Peligro sí, pero para el infeliz que intentase dañarla, ya que se encontraría con el mismísimo demonio.

Un irresistible aroma se apoderó de sus sentidos, guiándola hasta lo que parecía ser el exterior de una perfumería. Pequeños frascos de todos los colores y formas se encontraban expuestos de forma cuidadosa en un escaparate, y encontrando que no tenía nada mejor en lo que ocupar su tiempo, Bellerose ingresó al establecimiento con la entera disposición de llevarse no solo uno, sino varios frasquitos de exquisitos aromas. Sin embargo, al empezar con el cuidadoso escrutinio de los frascos, sus sentidos le alertaron de una presencia curiosa. Dirigió entonces sus orbes claras a lo que parecía ser una dama como cualquier otra, comprando alguna esencia... Antoinette se dirigió hacia ella con cuidado, tratando de no sobresaltarle, y se situó justo a su lado, fingiendo interés en la botella que la dama tenía entre sus manos.

—¿Acaso es aquella la nueva creación del célebre perfumista? —A pesar de que su sedosa voz tenía tintes de despreocupación, sabía que no se había equivocado. Ahora sólo quedaba aguardar por la reacción de la hechicera.

por **Themis** Lun Abr 17, 2017 5:44 pm

Hora: 19:00 — Noche de nieblas frías
Lugar: Calles de Paris — Perfumería

Vientos del norte y del oeste
venga a mi llamado pronto,
sigan mi canto ahora y siempre
tomen mi mano y lleven mi voz.

—¿Cuándo fue la última vez que saliste de esta casa, Themis?—

El graznido del cuervo con sus ojos que tratan de desgarrar mi alma, si la tuviera y como no la tengo sé que es imposible, suspiro fuertemente mirando por entre la ventana como juegan los niños en la calle así como otros que pasean.

—La casa se ve como abandonada ¿verdad? Deberé darle un mejor acabado, pero es mucho trabajo para una persona quizás tenga que usar la ayuda de algunas jugosas aves o las de unas gentiles nigromantes, quien sabe—

El ave voló lejos de mi ventana dejándome suspirar todo lo que quisiera, pero en algo tenía razón hace años que no salgo y es que allá afuera no hay nada de interés, siempre están los mismos entes de siempre vagando de esquina en esquina con las aburridas vidas casi vacías y esas figuras de sus almas que son lo más espeluznante pero ellos muestran otra cosa, como si pudieran engañar a mis ojos y arte. Realmente no hay mucho que llame la atención en las mañanas, solo aburridos humanos en su aburrido juego de vida que cantan feliz saltando como mariposas vomitadas.

El rugido de mi estómago es quien me alerta de la hora de comer, pero no tengo muchos enceres no he podido volver a vender una de esas pinturas tan aburridas de paisajes, todos esperan las otras y no puedo mostrarlas. No hay más remedio habrá que ir a la tienda por algo de pan y leche con eso será suficiente para calmarme hasta mañana luego veré que hacer, quizás pueda comerme a más niños, a lo mejor hago lo que los hermanos Grimm habían escrito.

Camino por la calle arrastrando el vestido rosa pastel que uso con ese ridículo sombre que recoge todo el cabello, que manera de hacer que se trinque el cabello de esa manera. Camino por las oscuras calles hasta que el aroma de algo me detiene completamente olvidando a lo que iba.

—Que delicia, es la fragancia de aquel viejo judío que introdujo aquellas flores. Oh es la antigua forma de hacer perfumes huele tan imponente como suave y a la vez con una fuerza única—

Me acerco a la perfumería encantada con ese aroma, es único y cuesta una fortuna por lo que la chica me puede informar, ella se ríe al verme, se lo que piensa que no soy una ricachona y estoy muy tentada a jugar con ella pero una voz me frena, no volteo solo mantengo aquella botellita tan pequeña en manos observando el color casi celeste del perfume.

—Este es un verdadero perfume, hecho como al inicio con la resina y las esencias de flores lo que mantiene más fuerte ese aroma pero hay la suavidad con los aceites perfectos para atraer el alma, lástima que no lo tengan para todo el mundo y solo para un elite de esta sociedad, igual uno puede conseguir esto de otras formas, aunque aconsejaría otras fragancias que aquí no las encuentran ya que no son tan caras para ellos—

La expendedora me mira con reprobación ante mis palabras porque le estaba echando una posible venta al suelo. Giro y veo a la mujer cuyos colores a su alrededor oscilan entre un sutil rosa pero a tonos rojos y algo de naranja y azul, oh y hay un gris también, ese gris del centro se que es el del alma y ella no la tiene del todo.

—Interesante al parecer no todo termina siendo aburrido al parecer hay otras cosas o personas que pueden ser interesantes. Buenas noches señora…rita…niña—

Recuerdo sonreír con educación y una suave reverencia

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