Más allá de todo [libre]

Sólo podía oír el trote de mi caballo  sobre la tierra humedecida, el frío azotaba feroz mi cuerpo y mi cabello había cedido ante la inclemencia del tiempo. No podía pensar en nada o más bien no quería hacerlo ,el sólo sentir la lluvia caer en mi rostro era suficiente para apaciguar mi alma la cual clamaba por libertad, me sentía como una mercancía un objeto a entregar al mejor postor. No era justo , mi madre estaba empecinada a que ya iba siendo hora de que empezara a socializar más con los caballeros acaudalados de la ciudad para ir forjando mi futuro, se había vuelto demente o era que a toda costa se quería deshacer de mi. Mi padre abogo a mi favor refutando que era muy joven aún y el no pretendía entregarme a cualquier caballero por más títulos que este tuviera, sabía que mi madre insistirá hasta que se haga su voluntad.

Por primera vez experimentaba este extraño sentimiento ,quemaba en el pecho y se esparcía como llamarada al resto de mis extremidades ;que era aquello?.

Mis manos estaban apretadas a las riendas de "bronco" tanto que comenzaba a doler y al parecer le transmitía mi sentir a mi fiel corcel  pues este galopaba como alma que lleva el diablo; estaba tan asqueada del ambiente toxico que mi madre generaba.

Recuerdo haber salido de aquel lugar que llamaba hogar a toda prisa aún cuando dos de mis hermanos que se encontraban en los jardines intentaron detenerme fui hábil safandome de su agarre.

Sabía que saldrían tras de mi pero no me importó estaba tan...Furiosa? ; Si lo estaba , pues habían estado hablando de mi futuro como si yo no les estuviera escuchando como si fuera un mueble bonito y lujoso en esa sala de estar. Y pude entender que el sentimiento instalado en mi pecho era rabia e impotencia. Perdí la noción de tiempo solo sabía que era tarde y no faltaba mucho para que la noche terminara por caer.

Le di una palmada a mi caballo, y este bajo su ritmo ,mire con atención alrededor y estábamos a unos cuantos metros de la laguna la lluvia caía sin fuerza estaba a punto de ceder. Cuando finalmente Bronco se detuvo yo baje con cuidado , mi capa estaba húmeda pero por fortuna mis ropas no, así que era poco probable que enfermase.

Era muy bello ver la lluvia sobre aquel lugar el aroma a tierra mojada llenaba mis pulmones era muy agradable casi sin pestañear observé aquel espectáculo olvidando me de los problemas que tendría al volver
-No te parece hermoso?...
le susurré al caballo como si el pudiera contestarme mientras miraba más allá de la laguna.

El sol acababa de perderse en el horizonte y los ojos de Soren se habían abierto de par en par despertando de su estado inconsciente en el que se sometía durante el día. Estaba durmiendo bajo la vieja raida cama de esa cabaña abandonada, no confíaba que el viejo techo pudiesen contener la lluvia o la nieve y que algún rallo de sol se pudiera entrometer en la habitación poniéndole en peligro. Solía levantar se 'temprano' para lo que un Vampiro pudiese significar, pero esta vez no había sido por la costumbre sino por la sed que le había obligado a abrir los ojos aún cuando el sol se perdía en el horizonte.

¿Cuanto tiempo llevaba sin beber? ¿Un mes quizás? No llevaba la cuenta, pero en ese momento sólo podía pensar en lo sediento que estaba y en lo mucho que necesitaba la deliciosa ambrosía agridulce que era la sangre. Odiaba desearla de esa manera, odiaba no poder controlar ese aspecto de su vida y odiaba más que todo, saber que sin importar todo el tiempo que esperase, la sed siempre iba a volver, amenazando con que su monstruo interior pudiese escapar.

Salió de la cabaña una vez vestido con su abrigo y bufánda de lana, estaba terminando de llover y los olores a hierva fresca del bosque lo recibieron mientras corría por entre los pastisales a gran velocidad. Se sentía débil, pero al mismo tiempo la urgencia de beber le estaba dando la energía para corrrer. Pronto el inconfundible aroma de la carne humana llegó a su nariz y lo hizo detenerse en seco. Giró su rostro en la dirección en la que creyó que venía el olor y comenzó a caminar con cautela, acercándose hacía la laguna.

Divisó la silueta de alguien al lado de un caballo, estaba de espaldas así que no estaba seguro de si se trataba de un hombre o una mujer, pero le pareció que por su estatura sería una dama. ¿Porqué demonios una mujer tenía que aparecerse sola en el bosque justo cuando tenía tanta sed? Se preguntó así mismo, maldiciendo su mala suerte.

¿Mala suerte? Mala quizás para ti Soren.

La voz del monstruo resonó en su cabeza y Soren intentó acallár aquellos pensamientos invasivos. Descuidadamente pisó una rama en el suelo que se quebró con notorio 'Crack' haciendo que su presencia fuera evidente en el lugar.

- Ejem... - Carraspeó cuando fue obvio que la mujer había notado que estaba trás de ella - ¿Se encuentra perdida Mademoiselle? - Preguntó colocándo su expresión más inocente.

Cuando la mujer se quitó la capucha y pudo ver su rostro, Soren descubrió que se trataba de una dama muy joven, no tendría más de 20 años, su cabello rubio le recordaba de alguna forma el sol que hacía casi 300 años no veía, aún bajo la luz de la luna, podía ver unas facciones angelicales que iban perfectamente con su cabellera. Casi como una princesa, si, la imaginó como una princesa perdida en el bosque, cabalgando su caballo con gracia. Sabía que no era una princesa, pues un miembro de la realeza no estaría descuidadamente bajo la lluvia en la laguna sin un séquito de guardas reales, pero la mujer definitivamente parecía provenir de clase noble, especialmente por lo bien cuidada que tenía la piel y lo que alcanzaba ver de sus finas ropas bajo la capa.

Asintió con la cabeza cuando ella le preguntó si estaba bien y odió que se presentara, ahora que le había dicho su nombre, no podría beber de ella. ¿Cómo iba a verla como a una presa si comenzaba a conocerla como persona? No podía, simplemente estaba fuera de su código moral y nada ni nadie (ni siquiera el monstruo) podría romperlo.

-Me llamo Soren Kaarkarogf, un placer Mademoiselle – Tuvo que presentarse y hacer una inclinación, recordó en ese momento que no traía puesto el sombrero pues realmente no pensaba encontrarse a nadie ni tener una conversación formal en le bosque, su vestimenta tampoco era para nada elegante, más bien parecía un vegestorio salido de una tienda de antiguedades.

El caballo por supuesto desconfiaba de él. Soren era un depredador y el caballo lo sabía, podía sentir olas de miedo viniendo desde el animal, podía notar su pelaje ligéramente herizado y sus ojos aterrados mientras se removía nervioso. Pero el caballo podía estar tranquilo, no iba a morderlo, teniendo al lado a tan jugosa sangre humana...

No no no ¿En que estaba pensando?.

- Vivo cerca, en una cabaña y... - Comenzó a decir intentando alejar esos pensamientos de su cabeza – Pensaba recoger cetas para... ¡la cena! - Se le ocurrió, tenía que sonar 'humano', para que ella no desconfiara de él. - Estaba pensando preparar una sopa y cerca a la laguna crecen cetas y... - De repente cayó en cuenta de que el invierno apenas se había ido un par de semanas y la primavera aún no llegaba con todas sus fuerzas – Quizás tenga suerte y encuentre alguno... ¿Y usted, que la trae por aquí tan lejos de la ciudad? -

Aquella intensa mirada me hizo saber que aquel hombre estudiaba mis facciones, no me incómodo pues estaba acostumbrada al estricto escrutineo de la sociedad que solo prestaba atención a como vestía como peinaba que joyas usaba, mi manera de andar,  en fin la lista podría seguír y volverse interminable.

Junte una de mis mejillas ruborizadas a un costado de bronco tratando de calmar con mi tacto su nerviosismo , actuaba de manera muy rara diría que estaba a la defensiva .


-El placer es mutuo caballero  Kaarkarogf- sonreí mirandole amable mientras saludaba de igual forma , me permití dejar mis ojos en el por un momento para detallar su rostro que no me parecía familiar, tampoco parecía peligroso pero no por ello me debía confiar cierto?. Le escuché atenta  pues de pronto comenzó a explicarse el porque estaba aquí, lucia un tanto ansioso como si estuviera en un debate mental , sonreí cuando menciono lo de las cetas, debía tener poco aquí.

Y
- Lamento decirle que no es probable encontrar cetas debido a la temporada, pero como usted menciona tal vez corra con suerte-alze el rostro al cielo la llovizna había terminado por ceder  y solo quedaba el fresco aroma.-Para ser franca no fui muy conciente del rumbo que tomaba, solo buscaba un poco de tranquilidad- conteste a su pregunta de manera sintetizada pues decirle mis problemas a alguien apenas conocido no era muy prudente. Me abrace por debajo de la capa ya que una corriente de aire me atravesó el cuerpo, apesar de eso me encantaba este clima , lástima que la primavera ya estaba a la vuelta de la esquina.

Volví mi vista al joven que tenía frente , era bien parecido, pero un aire un tanto misterioso le envolvia-Debe ser muy grato vivir cerca de este lugar, lejos de la gente...No es así Monsieur Kaarkarogf?- pregunté viéndole fijo con una sonrisa relajada tratando de olvidar un poco del drama familiar que se me avecinaba por haberme ido de esa manera; que de ser sincera no quería regresar , no por el momento.

Haberle dicho lo de las setas fue una gran estupidez, el clima aún era frío y las setas tardarían un par de semanas más en crecer, pero no se le había ocurrido otra cosa para justificar su presencia y temía parecer sospechoso. Cuando estaba sediento se ponía más nervioso que de costumbre y cada gesto o palabra que decía le hacía pensar que otras personas iban a descubrir su verdadera identidad. Quizás era la ansiedad por beber la que estaba tomando el control sobre su ser o la inseguridad que caracterizaba su personalidad.

-Mmm... pocas personas vienen por aquí en busca de tranquilidad – Comentó llevándose las manos a los bolsillos – La gente prefiere... las iglesias, son lugares para encontrar la paz interior ¿No? - Se encogió de hombros, se quedó un momento pensando en lo que le había preguntado, pues estaba completamente en lo cierto cuando decía que era grato vivir alejado de las personas.

- Es verdad – Comentó sin sonreír, intentaba no parecer tenso o nervioso – Vivir lejos de la gente trae sus ventajas... uno aprende a apreciar otras cosas – Le explicó – Por ejemplo, los diferentes sonidos que hacen las lechuzas... ¿Sa..sabía que hay un montón de especies distintas? - Se apresuró a preguntar – Todas con tamaños y colores diferentes... también puedo disfrutar de la sinfonía que hacen los bichos en verano – Desvió la mirada y esos pensamientos que le transportaban a recuerdos gratos le hicieron olvidar por unos momentos la sed – Pero... usted luce como una dama de la alta sociedad, supongo que la mayoría del tiempo está rodeada de gente... ¿Alguna vez ha escuchado una sinfonía de bichos? -

La verdad sentía un poco de envidia debía ser muy bello vivir aquí ; alejado de la sociedad clasista estoy segura que era de ensueño . Si... sentía envidia de aquel hombre frente a mi sin duda daría todo por una vida a mi elección sin tanto lujo solo lo indispensable , poder simplemente disfrutar sin poses pero eso era demaciado para mi solo podía limitarme a ver cómo mi madre decidía "lo mejor" para mi o lo que no lo ers. No fui conciente de cómo había apretado mis puños hasta que el ardor en mi mano llamo mi atención , hize una pequeña mueca de dolor mientras estiraba mis manos, agradeci tener la capa pues me cubría , no quería que mi acompañante pensara que era una joven desequilibrada.

-Amm me temo que no soy la clase de persona que busca refugio o tranquilidad en la iglesia...-no pude evitar reír un poco ya que imaginé la cara de mi madre si me hubiese escuchado decir aquello. -No eh tenido el privilegio de oirles solo les conozco por libros, me encantaría tener oportunidad de escucharles.me referí a las lechuzas, por lo general no salía de casa a menos que me escapara por las noches pero sería una locura embarcarme en una búsqueda yo sola apesar de ir vestida como hombre. Tenía que se discreta que no?.

-Solo eh oído el canto de los pájaros que llegan al jardín de mi casa... tiene buen ojo caballero y a pesar de estar rodeada de gente en su mayoría solo se acercan y son gentiles por interés-suspiré encogiendo los hombros desde uso de razón todo lo que implicaba con nuestra posición social me desagradaba.

-Cree que pueda haber lechuzas en este lugar- Pregunté con gesto infantil y un tanto emocionada al menos había logrado aquella curiosidad sacarme del mar de pensamientos.

Notó que Mia tenía muy buenos modales, su forma de hablar reflejaba que era una niña educada, probablemente por institutrices privadas, debía saber de protocolo y etiqueta, cosas que Soren nunca había aprendido bien, le recordó cientos de años atrás, el tipo de vida que llevaba en el castillo cuando estaba vivo. Ahora su posición era completamente distinta y vivía en una cabaña abandonada con unas cuantas pertenencias.

-Si... comprendo lo que dice, yo también he tenido el infortunio de conocer ese tipo de gente – Comentó, aunque no lo pareciera, él había sido aristócrata alguna vez y había experimentado ese tipo de hipocresía. Por eso no le gustaba relacionarse con gente de la burguesía, aún cuando muchos Vampiros pertenecían a la clase alta, Soren prefería pasar desapercibido.

-Me parece que... entre menos pertenencias tengo... más libre me siento – Reflexionó, quizás no fuera apropiado entrar en confianzas con una extraña, pero la conversación le estaba ayudando a distraerse del deseo de beber. La pregunta le hizo volver la vista a ella con interés y se acomodó las gafas que le habían resbalado por la nariz.

- Si claro que las hay, pero seguro que están calladas intentando pasar desapercibidas, pueden inclusive estar observándonos en este momento sin que nos demos cuenta, las lechuzas y buos son las especies de pájaros que más silenciosamente pueden volar, son difíciles de detecta... pero con paciencia y dedicación es posible observarlas en estos bosques – Le explicó y luego agregó – No... soy un experto en biodiversidad Francesa ni nada por el estilo – Carraspeó – Pero me gusta dibujarlas... así que me he pasado bastante tiempo observándolas en su estado natural -

Soren no solía asociarse con gente de clase alta pues generalmente le juzgaban por su ropa y por su estilo de vida, después de vivir tantos años y haber experimentado tantas cosas, no tenía paciencia para soportar gente que cuestionara sus decisiones, sin embargo esa niña resultaba agradable, no era pretenciosa y parecía una persona sencilla.

De repente se sintió muy culpable de haber querido morderla en primer lugar, sabía que su sed no discriminaría género o situación, llegando a estar desesperado, pero no podía evitar sentirse mal por querer hincar sus colmillos en la tierna carne de su cuello. Intentaba alejar los pensamientos sobre la alimentación y remplazarlos con la charla común para evitar un accidente. Ella era demasiado inocente y joven. Tenía que controlarse.

Abrió los ojos de par en par cuando la chica calló, la chica rió con una risa cantarina y despreocupada que resultaba refrescante como la misma lluvia de primavera que acababa de amainar.

-¿Se encuentra bien? - Le preguntó acercándose y ofreciéndole la mano para que se pusiera de pie, no llevaba guantes, por lo que odio tener que tocar la piel de ella directamente. No ayudaba a alejar los pensamientos sobre la alimentación, ni a que su deseo de morderla se calmara.

-Imagino que se meterá en problemas si vuelve con la ropa toda mojada y sucia – Comentó alejándose de nuevo – Usted parece... muy joven – Agregó y lo dudó unos segundos antes de continuar - ¿Esta segura que puede estar sola por aquí sin algún acompañante? -

Esperaba no ofenderla con su comentario, pero realmente parecía más una niña que una mujer.

Aún riendo tome la mano que me ofreció gentilmente para poder levantarme, si a este tipo de cosas me refería cuando dije que era fácil de distraer. Ya de pie me quite la capa para poder sacudirla , por suerte mi vestido no estába tan sucio solo un poco húmedo.-Gracias por la gentil ayuda...Probablemente ya lo este pues salí sin permiso algunosonreí mientras encogía los hombros , mi contestación fue sincera y de lo más relajada apesar del infierno que se a de haber desatado ante mi inusual y dramática salida.

-Si lo soy, pero le aseguro que no debe dejarse engañar por las apariencias, soy capaz de defenderme o por lo menos dar batalla-
dije con voz dulce mientras dejaba mi capa sucia en la silla de montar , la verdad si me sentía orgullosa de saber defenderme. Al ser la menor de 6 hermanos varones ellos se encargaron de no ponerme como la damisela indefensa y se los agradecería por siempre pues nunca se negaron a instruirme apesar de ser mujer.

-No voy sola;  joven Kaarkarogf le presento a mi fiel amigo...Bronco- reí un poco pues mi caballo relincho como un aviso o más bien advertencia a nuestro recién conocido para que no se acercara, yo solo negué con la cabeza

-No dude que este caballo me defendería y yo a él - le di unas palmadas y volví mi vista al joven , viéndolo bien a detalle no debía pasar de los 24 y apesar de sus ropas su rostro era muy fino lo que me causo controversia no sabría que posición tendría y la verdad no me importaba nunca pregunto sobre los títulos o la posición social y esta vez no sería diferente. Eso para mí no era importante.

- Acaso debo temer por su compañía?- Pregunté directa y sin titubeos aún con mis ojos puestos en el.

Dudaba que sus conocimientos en defensa personal, incluyeran luchar contra criaturas sobre naturales, ella lucía demasiado inocente, sin embargo era cierto que las apariencias engañaban y muchos cazadores e inquisidores se escondían detrás de una apariencia angelical para así poder engañar a sus víctimas. La idea de que Mia fuera un miembro de la inquisición haciéndose pasar por una simple niña rica, se le cruzó por la mente.

-No dudo que una mujer pueda defenderse en una pelea y es grato encontrar mujeres que no esperan ser defendidas todo el tiempo... pero en realidad me refería... - Se detuvo unos momentos, no podía decirle realmente a que se refería – a animales salvajes – Agregó pensándolo mejor – No dudo que Bronco sea leal, pero en un ataque de lobos, por ejemplo, el caballo no tendría ni la más mínima oportunidad – Le explicó, era cierto que habían lobos en ese bosque, aunque habían pasado ya años desde la última vez que una manada había atacado a alguna persona.

La pregunta lo tomó desprevenido y sus ojos se abrieron de par en par con un gesto de sorpresa. Soren no era muy buen ocultando sus pensamientos, la gente solía decir que era como un libro abierto y era obvio que la pregunta lo había puesto nervioso.

-¿Yo? no... que va... soy un simple profesor de arte... algo ermitaño, podrían decir algunos... - Comentó intentando sonreír, pero no le salió muy bien, justo en ese momento, se escucharon pasos, el caballo volvió a relinchar y 3 hombres salieron por entre la oscuridad de los arbustos, eran altos y fornidos, aunque el del medio tenía un poco de panza. Traían sombreros y ropas que dejaban entrever que provenían de una clase baja.

- ¿Pero que tenemos aquí? - Dijo el hombre más alto, observaba a Mia de arriba a abajo reparando en su vestido ahora revelado sin la capa - ¿Qué hace una muchachita tan distinguida en un lugar tan alejado como este? - Su voz sonaba condescendiente y Soren pudo sentir que representaban una amenaza.

Había estado enfocado en su conversación con Mia, intentando que ella no notara nada extraño en él, que había ignorado los nuevos olores y los ruidos de los pasos de los hombres sobre las hojas húmedas.

- ¡Jefe! Ese corcel podría valer una fortuna, es todo un semental – Exclamó uno de los hombres que traía el cabello agarrado en una coleta y lucía como un gitano.

Reí un poco al ver su reacción , parecía entre nervioso y pensativo, no creía que le causará conflicto que supiera defenderme debía ser algo más pero que era lo que lo ponía asi?-Bueno en casos de lobos creo que no tengo ninguna experiencia ni con otros animales me temo, siempre puedo correr , al menos no seré cena facil-sonreí mientras encogía los hombros , este hombre era muy similar a mi su rostro era como un libro abierto pude ver cada sentimiento reflejado en sus ojos era un hecho que estaba nervioso quizás por que tenía que nos saliera un animal salvaje , que dudaba mucho no había oído rumores de ataques perpetrados por lobos.

-No creo que sea simple ser profesor de arte, no si usted tiene aprendices cómo mi persona.Y no lo decía por insolente , pero puede que yo acabase con su paciencia debido a que eso no es lo mío ni tratando podía plasmar algo decente en un lienzo. Iba a comentarle que donde daba clases cuando unos hombres interrumpieron oí aquella pregunta que soltó al aire aquel extraño mientras su mirada me recorría sin pudor alguno, un escalofrío recorrió mi cuerpo aquello fue demaciado descarado e impertinente, Bronco relincho externando su desagrado, mi ojos chispearon con evidente indignación

-Me temo que no ahí nada aquí que su educación merezca-Dije aquello de forma tan firme y propia que sonaba como un dulce insulto. Era evidente que esos tres eran vividores , voltee a ver aquel sujeto que hablaba de mi caballo, tome las riendas de bronco este estaba impaciente-Lamento la decepción pero no está en venta y no tengo intenciones de darlo a caridad-fui áspera ante mi comentario, y aunque mi rostro no lo reflejará si estaba preocupada por qué eramos dos contra tres o cuatro por que uno tenía una evidente figura redonda que ni en sueños podría un mano a mano con eso... tenía mis limites.Les invito a que nos permitan continuar a mi y a mi...primo con nuestro recorrido, no queremos problemas-dije aún con mirada hostil ya que podía sentir como se acercaba uno de ellos a mis espaldas, bien si el diálogo no funcionaba no quedaba de otra.

-Pero cuanta finura... esta me la quedo para quitarle lo alzada-

Sentí sus manos sucias y frías sobre mi rostro , no lo soporte tome aquella mano y flexione sus dedos hacia los lados provocándole un dolor evidente que me ayudó safarme de su alcance , pero pronto me sentí prisionera en los brazos del hombre que tenía tras de mi. No grite ni dije nada, solo estaba esperando a que se descuidara.

-Maldita zorra...-

Aquel hombre al que le había lastimado se acercaba a mi furioso. Mire hacia donde estaba el joven Soren y frente a él estaba el hombre corpulento que al parecer lo estaba retando. Mi vestido era un verdadero problema no me podia mover fácilmente, con toda la fuerza que pude golpee con mi codo el rostro de mi opresor y le di un pisotón , por inercia me solto mientras maldecia.

Estaba claro que los hombres querían robar el caballo y quizás las joyas y los francos que Mia debía de tener guardados, ella lucía como una mujer muy distinguida de la alta sociedad y ante los ojos de los bandidos encontrársela sola en la laguna debía ser una oportunidad de oro que no podían desperdiciar. Por otro lado, Soren lucía como un desnutrido pordiosero al lado de ella, sería fácil para ellos asimilar que el Vampiro era un mendigo o un sirviente de la señorita. Además su contextura delgada no iba a representar ningún problema, ellos eran mayoría y además tenían experiencia en peleas callejeras.

Soren vio como se acercaban a Mia y se encontró sorprendido frente a la fiereza de la niña, les había hablado de manera firme y decidida, en una situación en la que cualquier otra mujer simplemente habría gritado y pedido misericordia. Los hombres obviamente creían que sería fácil subyugarla, pero ella estaba mostrando tener ciertos conocimientos en combate tal y como le había dicho previamente. El tercer hombre que se había acercado a Soren le estaba mirando amenazadoramente, no sonreía como los otros y traía una tupida barba negra.

-No se atreva a hacer algún movimiento estúpido si no quiere que la niña pague las consecuencias – Le advirtió el hombre que había sacado un largo cuchillo de su cinturón, el vampiro analizó las posibilidades que tenía para defenderse sin que fuera evidente que se trataba de un ser sobrenatural. Quizás podía distraer al hombre del cuchillo con un truco mental, pero llevaba semanas sin beber y estaba demasiado débil para que sus poderes funcionaran a la perfección, la única solución era pelear físicamente.

Mientras tanto el hombre al que Mia había golpeado pareció perder la paciencia y sin titubear sacó una pistola del bolsillo.

-Basta de juegos lindura – Exclamó y el segundo hombre inmediatamente aprovechó el momento para agarrar a Mia por la espalda sosteniendo sus brazos fuertemente – Nos llevaremos el caballo y todo lo que traigas de valor, te guste o no -

Soren se lanzó contra el hombre corpulento con la intención de quitarle el cuchillo, el hombre quien no esperaba que el delgado jovencito de gafas pudiera tener la fuerza (y las agallas) para atacarlo perdió el equilibrio con el impacto y calló hacía atrás soltando el cuchillo que fue a dar un par de metros en la tierra húmeda. El Vampiro golpeó al hombre con un puño directo en la quijada con la intención de dejarlo inconsciente, pero no tenía la fuerza suficiente para ello, por lo que sólo logro reventarle la nariz y hacer que el bandido se enojara más.

-¡Hijo de puta! - Le gritó el hombre en el suelo y entonces fue cuando el estrepitoso sonido del arma retumbó en el bosque, haciendo que varios pájaros emprendieran vuelo.

La bala había dado directo en el hombro del Vampiro tumbándolo hacía atrás con la fuerza del impacto.

¿Cuantas veces había terminado con un balazo desde que había llegado a París? No sabía como, pero siempre terminaba metiéndose en problemas sin proponérselo y aún cuando ya lo había experimentado en otras ocasiones, el dolor que causaba la bala al entrar en la carne era exorbitante. No importaba si hubiera bebido o no, el dolor era igual y aunque los Vampiros tenían la habilidad de curarse más rápido que los mortales, el dolor seguía siendo el mismo. Un agonizante escozor en la piel que se extendía por todo el cuerpo.

-Maldita sea – Murmuró aún en el suelo, sobreponiéndose a la sensación inicial, no estaba asustado, de hecho, la sensación que lo envolvía en ese momento era ira pura, había estado tratando de calmar al monstruo interior desde que se había encontrado con Mia porque no quería atacarla, pero esos hombres habían logrado destruir la poca paz interior que había logrado mantener en las últimas horas. Su mente sólo podía formular un pensamiento y era 'matar'. Quería desgarrar el cuello de quien le había disparado , quería hundir sus uñas en la piel hasta que la sangre brotara y romper la tráquea para beber de su sangre hasta embriagarse.

Entonces la voz de la chica lo sacó de sus pensamientos, abrió los ojos y se sentó con expresión perpleja, de algún modo, ella había logrado quitarles el arma y le pedía que se subiera al caballo para escapar de allí.

El hombre a quien Soren le había reventado la boca se puso de pie y comenzó a acercarse por un lado, mientras tanto el que parecía ser el jefe intentaba acercarse por el otro, era obvio que no pensaban dejar escapar el botín tan fácilmente, además seguro que el orgullo masculino no les permitiría dormir si dejaban que una mujer se les escapara de esa forma, podía ver en los ojos de ellos que las acciones de Mia los habían encabronado lo suficiente como para arriesgar otro disparo de parte de ella.

-Hazte a un lado – Exclamó Soren poniéndose de pie, su brazo derecho inmovilizado por el dolor, el hombre no alcanzó a parpadear antes de que el Vampiro se lanzara sobre él y le tumbara al suelo, ya no le importaba nada más que beber, el poco auto control que había logrado mantener momentos antes desapareció cuando tuvo al hombre bajo su cuerpo y sus colmillos se enterraron en el cuello del hombre, trapazando la carne como si fuera mantequilla.

El hombre corpulento corrió a socorrer al jefe, pero en cuanto vio que Soren estaba mordiéndole el cuello retrocedió con los ojos abiertos como platos.

-¡Es un demonio de la noche! - Grito y de inmediato comenzó a correr hacía los bosques dejando a su compañero abandonado. El tercer hombre no tardó en seguirlo emprendiendo la huida.

Soren se perdió en la sensación placentera que la sangre le otorgaba, su monstruo interior por fin había tomado control sobre la situación y ahora se saciaba con el elíxir de la vida. El hombre convulsionó suavemente antes de quedar inconsciente en el suelo. No se detuvo antes de matarlo como solía hacer con sus otras victimas, realmente deseaba sentir el placer de tomar esa vida y absorber su esencia completamente hasta el final.

No supo cuanto tiempo pasó, pero cuando finalmente levantó el rostro, una sonrisa sanguinolenta adornaba su rostro pálido. Entonces fue consciente de que, Mia lo habia observado todo.

Le mire extrañada cuando el joven herido se levantó sus ojos chispearon de auténtica furia contenida,solo me limité a obedecer y por inercia yo también me levanté y me hize hacia atrás en silencio aún con aquella pistola entre mis manos. El tiempo se había agotado pues ya habían recobrado la conciencia levanté el arma tratando de apuntar un blanco pero no sabía a quien; si hubiera pestañeado me abría perdido todo pues aquel delgado joven aún con la herida en su hombro se lanzó sobre el asaltante que los lideraba , lo tenía en el suelo y lo estaba mordiendo? Abrí y cerró los ojos creyendo que me jugaban una broma pero no era así pues el en verdad estaba mordiendo a ese hombre...parecia succionar su sangre...el...

-Un demonio de la noche-

Aquel grito aterrado me saco de mi shock pues me había quedado observando la tétrica escena sin chistar -Demo..-Quise repetir lo que el hombre huyendo había dicho pero me encontré sin voz , aquello que salió de mi boca apenas fue un susurro interrumpido, podía sentir la presión en mi garganta era como una pesadilla en la que el pánico te aprisiona y por más que quieras gritar o correr no puedes. Apenas fui conciente de mi posición estaba sentada sobre mis piernas mientras todas las emociones saturaban mi pecho y me hacían temblar, miedo, histeria,cansancio, confusión,dolor pues mis manos y la rodilla con la que golpee el mentón del hombre con coleta empezaba a doler.

-No...-susurré como si con ello todo parara y volviera al punto donde llegue a este lugar y observaba la lluvia.

Lo más lógico es que hubiera salido corriendo como los dos hombre que minutos atrás se perdieron en el bosque, pero por más que deseara mis piernas no me respondían y entonces ví los ojos del que se hacía llamar Soren, me hizo temblar que era ese hombre? No no podía ser un humano aquello, su boca estaba manchada de sangre como un plus a la sonrisa macabra que pintaba sus labios. Acaso ese había sido su plan desde un principio matarme? Por eso actuaba de esa manera tan extraña , me había engañado desde el primer intercambio de palabras. Levanté el arma y le apunte ,mis manos temblaban tanto que no podía controlarlo-No...Te...-

Una vez más no pude decir nada mi voz sonaba temblorosa y cortada, negué con la cabeza pues mi visión se tornaba nublada y distorcionada. El arma callo de mis manos pues no la pude sostener más siendo aquel sonido hueco lo último que escuchará pues todo se volvió oscuro.

Aún en el trance que le provocaba el placer de beber, Soren recordó a la chica que momentos antes había estado con él. La observó levantar el arma y apuntarle, no le sorprendió su reacción, cualquiera actuaría así si veía a un demonio como él matando a un ser humano, inclusive si ese humano era una escoria como el bandido. Ni sintió miedo de que una nueva bala se incrustara en otra parte de su cuerpo, estar en constante peligro era parte de su vida y había estado en peores situaciones que esa. Sin embargo, lo que sintió fue remordimiento. No por la vida que acababa de tomar, pues al fin y al cabo, era parte su naturaleza matar y aunque intentaba no matar a sus victimas dejándolas inconscientes, no sentía compasión por un hombre que había intentado aprovecharse de una mujer indefensa, sintió remordimiento porqué Mia le hubiese visto perder el control.

Mia cayó desmayada cuando todo el asunto fue demasiado para ella y Soren supo que, el mal estaba hecho.

Se acercó al cuerpo de Mia y dejó escapar un suspiro, su hombro aún dolía, pero lo ignoró, lo más importante en ese momento era, ¿Qué iba a hacer con ella? No tenía idea de donde vivía y no podía ir a la policía con una dama claramente de clase alta inconsciente en brazos sin que nadie sospechara de él. Le acusarían de haber intentado robarla y no creerían su historia.

-Mierda – Murmuró, al menos el monstruo había vuelto a dormir y podía pensar con más claridad ahora que estaba satisfecho. Se giró hacía el caballo, que de inmediato relinchó alarmado e intentó huir, pero Soren le tomó de las riendas antes de que eso pasara – Tendrás que acostumbrarte amigo, aunque se que no te gusto – Le dijo al caballo y sin soltar la rienda, tomó el cuerpo desmadejado de Mia y la cargó entre sus brazos.

Regreso a su cabaña tirando del caballo y una vez allí, lo amarró a un árbol al lado de la entrada. Su cabaña no era para nada grande y sólo tenía una habitación, la sala y una pequeña cocina, la persona que había vivido allí antes, seguramente era soltera. Depositó el cuerpo de Mia sobre el sofá y se apresuró a encender la chimenea para que Mia no fuera a coger un resfriado y mientras esperaba a que ella despertara, se sentó en el suelo de madera, se quitó el suéter de lana para revisar la herida. El casquete seguía dentro de la carne y debía sacarlo para que esta pudiera reconstruirse apropiadamente.

Cuando Mia despertó, Soren se había quitado el suéter y la camisa y examinaba la herida en el hombro, la sangre había manchado ambas prendas y el vampiro miraba con desidia el desastre pensando que debía lavarlas rigurosamente pues no tenía dinero de sobra para comprar más ropa. De haber sido humano sus preocupaciones habrían sido que la herida no se le infectara y que la perdida de sangre no le hiciera caer desmayado, pero como Vampiro su única preocupación era poder sacar la mancha de sangre de su suéter favorito.

-Realmente soy... Soren – Le respondió a la pregunta dejando escapar un largo suspiro, no era la primera humana a quien revelaba su identidad, pero nunca dejaba de ser incómodo y complicado – No te mentí cuando te dije mi nombre – Le aclaró, ahora la siguiente pregunta le hizo guardar silencio por unos momentos antes de decir – Por ahora nada... más tarde, cuando logre sacar el casquete de mi hombro y ponga a remojar en agua con jabón el suéter y la camisa, pensaba poner el caldero con agua a hervir y quizás preparar una sopa de verduras – Meneó la cabeza con una media sonrisa que apenas si dejaba ver una parte de sus colmillos – De hecho eso es algo que me tiene pensativo, no tengo los ingredientes para cocinar una sopa de verduras... como podrás adivinar... no me alimento de ese tipo de comida – Concluyó.

Volvió su vista a su hombro, si no sacaba el casquete pronto, su curación acelerada haría que la piel se cerrara y la bala quedara atrapada dentro de la piel, lo cual era una muy mala idea.

-Pensé en hacer café con leche – Continuó como si hablar de lo que iba a prepararle a su invitada fuera normal en ese contexto – Pero sólo tengo café... ni siquiera tengo azúcar o galletas – Volvió a suspirar torciendo la boca en un puchero – Disculpa un momento – Agregó antes de meter sus delgados dedos en la herida entrecerrando los ojos con una expresión compungida de dolor, sentía un escozor insoportable conforme sus dedos se habrían paso en la carne húmeda y encontraba la estructura de metal.


Siseó como un gato cuando por fin tuvo la bala entre los dedos y la sacó de la piel con un movimiento rápido. De sus labios soltó una obscenidad en Sueco (su idioma nativo) como si las palabras pudiesen aminorar el dolor. Finalmente cuando la bala estuvo afuera relajó los hombros y se quedó unos segundos con los ojos cerrados con expresión abatida.