Un dulce baile donde la pieza es dolorosa || Jaelyn

por **Françis S. Lombard** Miér Abr 12, 2017 7:45 pm

Previamente...

Aburrido y más que nada era cansado de las noches tediosas de la complacencia y el placer, el de aquellos momentos donde el dinero cae por una sola petición “compláceme” uno se olvida de quien es para volverse aquello que tanto desean hombres o mujeres pero al final termina cansando y justo así estaba mirando la aun no comenzada obra pues faltaba mucho para que se llene el teatro.

El hombre se fue y puede descansar cerrando los ojos había silencio al principio pero poco a poco se fue aplacando con el sonido de las voces de los que también habían acudido al teatro, eso me llena por unos momentos mientras cierro los ojos abandonándome al placer de la soledad una tan cara como bien merecida aunque se acorta enseguida cuando el sonido de una pequeña y suave voz se hace presente. La pude ver así como oír sus peticiones y solo sonreí por ello ¿acaso ella estaba loca para hablar así con un hombre en tal lugar? Por primera vez en la noche tuve ganas de bromear a costa de alguien aunque me gane unos cuantos golpes.

Inclino mi cuerpo hacia ella y la invito a tomar asiento junto a mí, el placo sería para los dos y nadie más nos interrumpiría hasta que la obra se terminara, mi mano la bajé hasta colocarla sobre su rodilla aun sobre el vestido y le sonrió a mi compañera desconocida -No tengo problema con ello, madame, pero tendrá que pasar esta noche como mi amante para que nadie pueda reclamarla, luego me pagará quizás con su cuerpo y sudor - doble sentido en las palabras y la sonrisa que destilo a la mujer a la para que mi mano sube hasta la altura de su muslo interno apretándolo un poco -Protección por diversión, un trato muy justo digo yo - acerco más mi rostro al de ella esperando y observando su reacción, porque quería algo fuera de división de los burdeles y los habituales clientes.

por **Jaelyn Sheridan** Sáb Mayo 13, 2017 1:09 pm

Vestido:

Inclina su cuerpo hacia mi y me invita a tomar ha ciento lo que hago sonriendo como si fuera su invitada, puede que dijeran que era su prima o su hermana, los cuchicheos siempre podías ser elevados como las llamas en una fogata en invierno o acallados como cuando viertes un cubo de agua fría en esta misma.

Su mano bajo hasta mi rodilla, bien, amito que no iba vestida con esos súper elegantísimos vestidos que me obligaban a ponerme y era obligaban porque yo prefería mis vestidos cómodos y sin tanto arreglo, en ocasiones me costaba moverme por todo lo que me ponían encima. Sonreí ante la osadía y sus palabras me hicieron arquear mi ceja derecha divertida –Creo que usted se está sobre limitando monsieur, pedí auxilio y usted me pide un pago de cuerpo y sudor. Se ve que pertenece a esos hombres que creen que pueden venir a tomar todo aquello que deseen –mi asentó era espantoso, detestaba hablar francés. Le mire tranquila regalándole una débil sonrisa tomando su mano y apartándola de donde la había posado. No me inmute en el momento en que se acerco a mi, demasiado cerca como para sonrojar a cualquier dama. Acomodándome en el asiento del palco mire hacia el escenario quitándome el brazalete de diamantes y lo arroje al hombre sin mirarle escuchando como pegaba seguramente en su pecho. Era un obsequio que me habían hecho desde España, un obsequio que me había desagradado de sobremanera pero me habían impedido regresarlo –Soy Jaelyn… Dejémoslo solo en Jaelyn ¿Y tú eres? –pregunte tuteándolo tomando los gemelos acercándolos mis ojos para mirar mejor el escenario por un momento antes de girarme a el y ofrecerle mi mano para que la estrechara. Yo no era para nada una de esas doncellas en apuros y bien lo decía Uilleam, yo era un hombre atrapado en el cuerpo de una dama frágil y con muy poca educación a pesar de que solia comportarme como debía cuando era estrictamente necesario.

Mi risueña risa se escapo –No necesito protección, solo un escondite y si lo que desea es diversión, créame, soy como un payaso de circo, solo que sin maquillaje, un corsé bien apretado y mucho, mucho dinero y con un ausente contante de los modales de dama casadera que debo hacer relucir –ofrecí los gemelos al hombre preguntándome si se escandalizaría o se reiría aunque apostaba a lo segundo.

Un dulce baile donde la pieza es dolorosa || Jaelyn

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