Crazy family arrangements (Mia)

Crazy family arrangements

No podía creer lo que estaba leyendo. Había recibido una carta con el sello oficial de los Kaarkarogf de parte de su madre ese día por la mañana. Le había sorprendido encontrar una carta tan rápido, pues hacía menos de una semana que se había hospedado en el Hotel des Arenes, pero por lo visto su madre no perdía el tiempo, mientras leía el ceño se le iba frunciendo y si hubiese estado frente a ella, se habría quejado frente a su insistencia en conseguirle una esposa.

¡No había tenido tiempo ni siquiera de conocer los alrededores del hotel y su madre ya le había enviado información exacta de una tal Mia, única mujer entre 7 hermanos de la familia Belanger al parecer una familia prominente Inglesa y que vivían en Paris. Su madre le había escrito detalles de la vida privada de esa familia, sobre como el padre había heredado unas fábricas textiles en Inglaterra y como la familia había acaudalado una gran fortuna.

Casper sabía que su madre deseaba que consiguiera una prometida ¿Qué madre no deseaba eso para su único hijo varón?, pero aún así la carta le había escandalizado. La urgencia con la que su madre deseaba que consiguiera una prometida era exagerada. Y Casper había deseado no creer que su familia estuviera pasando por ese tipo de apuros económicos como para quererlo casar cuanto antes.

Con un largo suspiro y muy en contra de su voluntad, había salido esa tarde a buscar la dirección de la susodicha. Iba vestido con un elegante traje azul oscuro que le daba cierto aire de príncipe encantado, con alto sombrero de copa encintado y una corbata que casi no había podido anudar por si mismo en la mañana. ¡Ah como extrañaba a los esclavos y los sirvientes de su castillo que le vestían todos los días sin falta por las mañanas!

El carruaje no tardó en llevarlo hasta una área donde se podían ver enormes mansiones de todo tipo, probablemente el barrio más rico de todo París. No se sentía nervioso, no era la primera vez que conocería a una chica con otras intenciones en mente, de hecho comenzaba a sentirse deseoso de conocerla conforme el carruaje llegaba a su destino. En su mente ya comenzaba a imaginarse como sería su cabello y si tendría buenas curvas bajo su vestido...

El cochero le indicó que habían llegado y Casper se bajó del carruaje insofacto, la entrada de la mansión era enorme, había un gran jardín antes de la puerta principal y con expresión altiva y pretenciosa el muchacho se pavoneó por el sendero hasta la puerta ante las miradas discretas de los sirvientes.

- Anuncie que Casper Kaarkarogf, ha llegado y busca una audiencia con la señorita Mia Belanger - Le indicó a uno de los mayordomos que esperaban en la puerta. No estaba seguro si su madre habría contactado a la familia Belanger con anticipación sobre su visita, por lo que no sabía si la chica le esperaba o no. De cualquier forma, estaba preparado para la situación.

Mientras desayunábamos mi madre actuaba de forma muy extraña a todos nos asombro cuando me llamo corazón mío, por poco y escupía el trozo de pan que había llevado a mi boca. Mis hermanos estaban igual de extrañados que yo por que era obvio que la autora de mis días tramaba algo y no pintaba nada bueno toda aquella amabilidad hacia mi.

Después del desayuno mi Nana Amelia interrumpió mi lectura excusándose que mi madre deseaba que me probará un obsequio, alce una ceja dejando el libro en mi mesita de noche... de que iba todo aquello.

-Nana , sabes que trae entre manos mi madre? -dije mientras sacaba de la caja un vestido del gusto de mi madre tan...femenino , no es que no me gustará pero yo prefería lo practico y ligero, que me permitiera moverme libremente.

-Mi niña, solo sé que quiere verla antes del té con el vestido puesto , quizás vengan sus primos de visita ya ve que su madre le encanta presumirla con vuestra tía Antonella-

Entrecerre los ojos si ese fuera el caso me extraña que Eliza mi prima no me hubiese avisado por medio de la última carta que recibi su visita con mi tía y su hermano, quizás gusto por darme la sorpresa. De mala gana me puse aquel vestido con la ayuda de Amelia la cual me vistió y peino de manera diestra , me mire en el espejo del tocador y note que el color del vestido realzaba el de mis ojos.

Spoiler:

-Se ve preciosa, le realza muy bien la figura-

Le sonreí por el gentil comentario, eso era lo que me preocupaba tanta atención por parte de mi madre. Suspiré profundo y mientras caminaba por los pasillo para bajar al salón de estar pude divisar la figura de un hombre subir las escaleras del jardín principal. No me costó mucho atar cabos , baje corriendo con una creciente molestia incluso ignore a Roney uno de mis hermanos, iba hecha una furia.

-Dígame que ese hombre viene por mi padre y no por alguno de sus planes madre...entre abruptamente en el salón y ahí la mire sentada tomando tranquilamente el té, sin un rastro de emoción en el rostro.

-Serenate querida que manera es esa de importunar a tu madre, el caballero es hijo de una conocida , no tiene mucho que llegó a París así que me pareció pertinente mostrar cortesía  cosa que tú aún pareces no entender-

Iba a responderle pero me trague mis palabras pues mi Nana entro a la habitación después de un golpeteo informando que el joven al cual mi madre esperaba ya había llegado , la señora de la casa se levantó dejando la taza de té en la mesita , le dió la indicación de pasar al joven al recibidor , Amelia asintió y desapareció de la habitación.

-Bien...no hagamos esperar al invitado-

Sin decir más mi madre abandonó el cuarto y no me quedo más remedio que seguirle y ahí estaba el susodicho invitado de pie esperando.

-Monsieur Kaarkarogf , es un placer tenerle aquí vuestra madre a contado maravillas de usted-

Ahí por dios mi madre tenía contacto con la del invitado , pero que les sucedía a las madres de esta época , era evidente mi molestia pues lo más seguro es que ya plantearán una futura boda a nuestras espaldas , mi madre tomo mi mano y me obligó a salir detrás de ella con gesto sutil.

-Permitame presentarle a la luz de esta casa , mi bella hija Mía-

Vaya actriz que resultaba mi madre, no me quedo más remedio que sonreír y saludar con una inclinación. Mi madre se sentó yo le imite mientras finguia arduo interés en los ventanales. Supuse que mi madre le invito a sentarse pues ví que el tomó asiento en el sofá de enfrente tapándome la vista de la ventana, le mire entrecerrando los ojos lo había hecho adrede?, No, no creo...

-No preguntare por su madre pues acabo de recibir una carta  suya y al parecer esta muy complacida por concretar esta audiencia , al igual que yo- rodee los ojos y clave mi vista en el piano no participaría en el juego de mi madre así que planeaba no prestarle absoluta atención al casanova que tenía enfrente.

-Planea estar un período prolongado en París  Monsieur Kaarkarogf?-

Preste atención a la futura respuesta , pues quizás con un poco de suerte no le volvería a ver, no es que tuviera algo en su contra , no lo conocía como para que me generará algun sentimiento ,el problema era las intenciones que tenía mi madre para el caballero que por obvias razones me incluían en ellas. Uno de los mayordomos se acerco ofreciendo las bebidas y mi Nana Amelia venía detrás con una bandeja de refrigerios.

No se sentía nervioso, no era la primera vez que entraba a una mansión de ese tipo, la opulencia y los lujos eran parte de su vida, por lo que nada le intimidaba, de hecho tenía una actitud altiva y una forma de mirar a la gente a su alrededor (especialmente a los sirvientes) que dejaba claro que debían servirle. Tampoco se sentía nervioso por conocer a Mia, no era la primera ni la única mujer que su madre había intentado conseguir como su esposa. Le hicieron pasar al gran salón y la madre presentó a su hija como la luz de la familia.

-Un placer, Mademoiselle – Respondió inmediatamente haciendo una pronunciada reverencia como era esperado de un caballero de la época. Y luego se sentó como le habían indicado, mientras la madre hablaba, Casper observaba de reojo a Mia, iba vestida con un color que pocas veces veía en jovencitas, casi siempre preferían el rosa o el amarillo, o en general colores más vivos, pero el vestido que ella traía era de un color más opaco, sin embargo eso hacía que sus ojos y cabello rubio resaltaran más. Una movida ingeniosa, pensó, así el vestido no hace competencia con la belleza innata de la muchacha.

-Por supuesto que lo está – Respondió con cierto aire petulante - Mi madre es muy asertiva a la hora de entablar relaciones con otras familias, así como lo es mi padre en los negocios – Los sirvientes trajeron una taza y sirvieron té, dejando también tradicionales bizcochos – No tengo fecha en específico para volver a mi país aún – Respondió a la pregunta – Todo depende de los negocios de mi padre, ya sabe, París es una excelente ciudad para todo tipo de menesteres -

Podía notar la molestia en la cara de Mia, la frialdad con la que le miraba, en cierto modo le causaba gracia y le hacía desear poder confrontarla, un extraño deseo que surgía dentro de él cuando una chica se mostraba 'difícil', sin embargo dada la situación, no podía determinar si Mia simplemente estaba reacia a la situación porque su madre lo había arreglado todo, o si era porque no encontrara a Casper atractivo como hombre.

Pero por supuesto que tiene que ser por la madre, ¿Quien no le consideraría atractivo? Cualquier mujer con un poco de cerebro sabía que el era un excelente partido, no sólo venía de cuna noble si no que gozaba con un rostro refinado masculino.

- Mi padre está planeando abrir unos negocios en el Puerto de París – Continuó con la misma expresión altiva – Así que como hijo primogénito, por supuesto debo estar a cargo del asunto – Se llevó la taza de té a los labios bebiendo un sorbo - Mi padre me ha comentado de los negocios textiles que cuenta su familia y se muestra interesado quizás con exportar algunos materiales -

-Por supuesto, en cuanto tenga tiempo libre – Respondió. Casper no tenía otras actividades, de hecho la única razón por la que sus padres le habían enviado a Paris era para buscar una prometida, así de desesperadas eran las cosas. Casper sabía como funcionaba ese mundo, si su padre quería abrir un negocio en París, que su hijo estuviese casado con una mujer de una posición alta le facilitia las cosas y sellar un negocio con un matrimonio era la mejor manera de mantener a dos familias atadas eternamente.

Notó cuando la madre le pidió a Mia que le mostrara los jardines, era obvio que ella quería que ambos estuvieran a solas (aunque probablemente los estuviera espiando desde alguna ventana o a través de los servidores) para que se conocieran mejor, estaba claro que a la madre le había gustado lo que prometía la familia Kaarkarogf.

-Oh... pero no se preocupe, no me encuentro causado y me parece una encantadora idea – Respondió dedicándole una sonrisa rompecorazones a a la madre, pues sabía que si quería ganarse a la hija, lo primero sería ganarse a la madre. Finalmente sería ella quien tomaría la decisión – Además desde mi carruaje pude ver un poco y los jardines se ven exquisitos – Aduló una vez más – Hay muchos tipos de flores que no crecen en Suecia por el clima, así que me encantaría verlas de cerca... y que mejor manera de ver flores, que en compañía de otra delicada flor? -


Ser 'encantador' debía ser oficialmente su apellido, pues era consciente del poder de sus palabras, su padre le había enseñado bien desde pequeño, saber tratar bien a una mujer era una de las principales lecciones que había aprendido en su vida y que le había permitido obtener siempre lo que quería.

Rápidamente y sin darle tregua a nada Mia le había sacado del salón y conducido al jardín principal, debía de reconocer que el agarre de la chica era bastante fuerte, algo que francamente no esperaba. Una vez estuvieron solos, la chica dejó atrás toda su compostura y estalló en palabras sobre lo que opinaba de todo ese asunto. Casper sonrió, no de manera burlona o altanera, si no más bien de forma aliviada, era una sonrisa sincera, quizás la primera sonrisa sincera desde que había puesto un pie sobre esa casa.

-Valla y yo que creía que iba que tener que seguir con el acto por más tiempo – Comentó y se recostó un poco sobre el – Agradezco su honestidad y franqueza - Continuó, su voz seguía siendo educada aunque ya no era tan arrogante – La verdad es que no sabía hasta cuando iba a tener que seguir con el juego – Se volvió hacía ella sin dejar de sonreír – Por supuesto que todo es una fachada... ¿Acaso no has nacido en la aristocracia como para saber que este es el tipo de actitud que se espera del hijo de un Lord como yo? - Se atrevió a hacer la puya con una mirada pícara – Mademoiselle... no estoy buscando una delicada flor en usted, apenas si la conozco y por lo que veo esas manos aparentemente delicadas cargan una inesperada fuerza -

Dejó escapar una risita y relajó un poco los hombros para quedar en una postura menos acartonada, obviamente frente a la madre debía cuidar todos los detalles de sus comportamiento para seguir la etiqueta, desde la manera en como tomaba la taza de té, hasta la forma de cruzar las piernas. Frente a Mia ya no sentía la necesidad de fingir, al fin y al cabo quien decidiría si ese el matrimonio arreglado se llevaba a cabo eran los padres.

- Si le soy honesto... cuando mi madre me mandó la carta y leí que usted sólo tenía 17 años... - Meneó con la cabeza –Le llevo casi 10 años de edad ¿En qué estaba pensando mi madre? ¡Si eres menor que mi hermana! No puedo más que verle como una niña-

Mi mirada molesta cambio a una muy asombrada , no esperaba que él fuera sincero de hecho creía que seguiría con su juego de príncipe encantador...fui muy testaruda me di cuenta ya que había reaccionado pero era demaciado orgullosa para externarle.Me encontré devolviendo aquella sonrisa pues me había hecho gracia su comentario.

-Las apariencias engañan Monsieur...-dije en respuesta volviendo mi vista al jardín mientras negaba con la cabeza, el ambiente se notaba menos tenso una vez que calme mis animos pues era evidente que había explotado con aquel hombre apenas conocido.-Lamento si mi franqueza resulta áspera, pero no soporto los teatros a diferencia de esta familia, me encontrara muy distinta...ya que no navegó con ninguna máscara y por ende siempre espero la sinceridad-el tenía sus motivos para actuar así ante mi madre, yo sabía lo que era vivir en esta sociedad tan mezquina no podía simplemente echarle toda culpa.

Quizás eso terminaba por molestarme mas, que no podía enojarme con el por hacer lo que sin temor a equivocarme sus padres deseaban. Sólo éramos títeres de intereses mayores, pestañee varias veces y no oculte mi asombro ya que no había reparado en la edad de Casper hasta que la menciono poco me faltó para abrir la boca expresando mi contrariedad.

-Mi hermano mayor tiene esa edad...-susurré clavando mi vista en los arbustos, que estaba pensando mi madre que fuera simplemente la muñeca de porcelana de aquel hombre.-Y yo le veo como un hombre muy muy adulto ; pues sus arrugas en el entrecejo lo delatan Monsieur le calculaba más edad , que alivio- no pude evitar reír ante mi broma, era evidente que él estaba complacido con su físico, pude notar que mi Nana ya estaba con nosotros quedándose a distancia prudente. Camine hacia las escaleras con paso calmado para entrar al jardín del que tanto presumía mi madre. Me detuve a la mitad y espere a que Casper me siguiera.

-Tan mala es la situación en su familia para pretender atarlo a una chiquilla hiperactiva y muy voluble? Por que no nos engañemos si ellos lo encuentran conveniente querrán comprometernos por más que yo muestre mi descontento-quizás parecía una niña pero no lo era del todo, tenía tanto por vivir antes de terminar atada a alguien que no amaba, eso me frustraba... el saber que mi madre haría lo imposible por convencer a mi padre de acceder.

-Por que es muy claro que no estamos aquí por gusto, y no crea que eso me ofende ,pienso que exponiendo su franqueza estamos del mismo bando-si el bando de los manipulados vaya par.

Baje las escaleras con cuidado para no tropezar, solía ser bastante torpe con los vestidos pues siempre salía con saldo en contra.

Mia le aclaró que no usaba máscaras y Casper entendió inmediatamente a que se refería, le agradó poder hablar con ella de una manera más honesta, pues originalmente había creído que tendría que mantener su fachada aún delante de ella. Mia podía tener sólo 17 años, pero tenía la madures suficiente para manejar el asunto, quizás la estaba sobrestimando un poco. Entonces ella hizo el comentario sobre sus arrugas y Casper inmediatamente se llevó la mano enguantada para tocarse la frente con expresión ofendida.

-¿Cómo se atreve a burlase de mi joven perfil? - Exclamó entre broma e indignación, siguiéndola hasta el jardín, ya se sentía mucho más relajado que cuando había entrado a al salón principal y había tomado el té con la señora de la casa. De hecho casi que sintió que hablaba con su hermana quien solía decir cosas similares, actuando de manera caprichosa y malcriada para que él la mimara y le diera todo lo que pidiera.

-Me temo que no tiene nada que ver con usted, si quiera – Suspiró una vez dentro del jardín – Lo cual es irónico, teniendo en cuenta de que estamos hablando de contraer matrimonio – Le explicó con un ademán de la mano, su voz seguía teniendo ese tono elegante y educado, cuidando muy bien las palabras en Francés que decía, a pesar de que se podía apreciar un fuerte acento al pronunciar las r – Estoy seguro que mi madre no está preocupada en lo más mínimo por su edad o su personalidad, lo único realmente importante para ella es el prestigio de la familia Belanger – Meneó la cabeza – El matrimonio es la unión entre dos familias, es como un negocio, así que cosas superfluas como la personalidad o la atracción física no son importantes -

Lo último que dijo le hizo pensar un poco más sobre la situación, de repente sintió algo de pena por Mia teniendo que cazarse con cualquier hombre, si no era Casper, tarde o temprano habría otro pretendiente y ¿Quien sabe? A lo mejor y le doblaría en edad, a los hombres mayores les encantaban las vírgenes después de todo.

- ¿Está usted interesada en otro hombre? Si me permite la indiscreción de preguntar – Inquirió.

La verdad es que no sabía si iba a resultar un compromiso, estaba claro que ambas madres estaban deseosas de que eso pasara. Casper se quedó en silencio mirando el jardín, no estaba mirando algún punto en particular, toda su vida había sido preparado para ese momento, siempre le habían dicho que se casaría con una mujer de alta alcurnia y que eventualmente tendría su propia familia, así que no estaba sorprendido con el asunto, pero llegado el momento, no se sentía preparado para afrontar la realidad y no estaba seguro de lo que sentía frente a la idea de pasar el resto de su vida con Mia.

-Si por mi madre fuera, ya estaría cazado desde los 20 y ya tendría mi primer hijo – Respondió con tono abatido – Ya habla de nietos aún cuando ni siquiera me he comprometido, he podido escapar al compromiso todo este tiempo, siempre con la excusa de que no he encontrado a una señorita a mi altura, pero esta vez no creo que pueda sacar la misma excusa pues... está claro que mi mamá ha investigado a la familia Belanger y obviamente usted está más que a la altura de las espectativas -


Era mejor decir las cosas como eran, directamente y sin tapujos, como Mia había dicho, estaban en el mismo bando en esa situación y era mejor que dejaran las cosas claras desde el comienzo. Le escuchó decir que no estaba interesada en nadie y le pareció bastante normal, después de todo ella aún estaba joven y no creía que le permitieran salir a conocer hombres ¿Cómo podría entonces conocer a alguien interesante si mantenía custodiada por sirvientes en la mansión?

-No le voy a negar que he estado con mujeres en el pasado – Respondió y la arrogancia y el orgullo volvieron a surgir al decir aquello, porque como todo hombre, se sentía orgulloso de sus conquistas – Sin embargo si de amor estamos hablando... me temo que el único amor que he visto, es el que muestran en las obras de teatro -

De repente un torbellino blanco llegó corriendo y latiendo al lugar, Casper observó como Mia interactuaba con el animal, sonrió al ver como el perro adoraba su compañía y no supo que decir al comentario, no era adecuado para una señorita hablar de esa forma en frente de un hombre, pero no dijo nada pues sabía que Mia se molestaría si le insinuaba que su actitud no era la esperada de una dama.

- Nunca había visto este tipo de perro ¿Qué raza es? - Le preguntó agachándose para intentar tocarle el lomo – En mi castillo tenemos Perros Siberianos ¿Los conoce? Lucen muy parecidos a los lobos, sólo que un poco más pequeños y son excelentes compañeros de caza – Le explicó.

No se atrevía ni a pronunciar el nombre de la raza del perro, le pareció un nombre bastante complicado y exótico, se notaba que el animal debía costar mucho y para ser sincero no comprendía porqué la gente en París gustaba de tener animales costosos que no podían ser usados para desempeñar una labor. En su país, los perros cazaban o pastoreaban las ovejas o el ganado, ese era el oficio y por eso eran animales musculosos y  no simplemente 'bonitos'.

-Me pregunto si su Nana dirá esas cosas por experiencia – Comentó cuando ella dijo que el amor llegaba de manera inesperada, él llevaba bastante tiempo conquistando mujeres, pero ese amor del que tanto la gente hablaba, nunca había llegado a su vida, por lo que creía que se trataba más de una historia inventada para hacer suspirar a las señoritas.

Escuchó a Mia y le sorprendió descubrir sus anhelos de conocer el mundo y otros idiomas, por supuesto que sería un gran escándalo si ella intentase llevar ese tipo de vida, una buena mujer sabía cual era su lugar en la familia y debía prepararse para ser una buena esposa y darle al varón, hijos saludables. El papel de explorador y conquistador era exclusivo de los hombres.

¿Que idiomas quisiera aprender? - Le preguntó con curiosidad, no quería juzgarle por tener esas ideas tan fuera de lugar para una dama de su posición y sentía genuina curiosidad. - Yo a duras penas aprendí el Francés – Le confesó – La verdad es que no es fácil, es muy diferente al Sueco y fue un dolor de cabeza tener que leer libros y escribir ensayos para poder aprenderlo -

Luego de que se llevaran al perro, decidió sentarse a un lado de ella, desde el lugar en donde estaba alcanzó a divisar a la madre de Mia asomada en el balcón de una de las habitaciones de la mansión, los estaba vigilando desde la legaría como una águila atenta.

- Sólo tengo una hermana menor – Le respondió – Soy el único varón de la familia, por lo que se puede imaginar la obsesión de mi madre porque me case pronto y tenga hijos – repondió - Mi hermana está soltera, pero como ya tiene 20 años, seguramente que mi madre ya tiene pensados varios candidatos para ella -

Le sorprendió bastante escucharla decir que quería aprender Griego, para ser honestos, Casper no estaba seguro de poder ubicar a Grecia en el mapa, Mia parecía una mujer interesada en la educación y el conocimiento, mientras Casper era del tipo hedonista que prefiere la experiencia y el placer del mundo a los libros. Aquello le hizo pensar en que Mia, debería de casarse con un hombre ue valorara ese tipo de cosas, alguien con quien pudiese hablar de libros, alguien que la llevara a visitar museos y cosas por el estilo.

Una vez más la realidad se encargaba de demostrarle que un matrimonio arreglado era una mala idea. ¿Pero que podía hacer él? No podía ir en contra de las desiciones de su padre, así es como era la vida y tenía que aceptarla. Le escuchó decir que era afortunada de crecer entre varones, se imaginaba lo mimada y consentida que debía ser en ese aspecto, pero al msmo tiempo, Mia no parecía el tipo de niña caprichosa de familia rica.

-La verdad es que usted no parece una niña mimada o caprichosa... - Comentó aún sentado donde estaba – Para haber crecido entre tantos hermanos mayores, estoy seguro de que la han consentido y mimado al extremo... aún así, usted no me inspira ese tipo de persona – La observó tocando el agua cristalina y vio como el reflejo de ella se deformaba con las ondas que había creado sus dedos.


- No lo se... todo dependerá de como avancen las... negociaciones entre nuestros padres – Comentó, de repente se sentía un poco frustrado al respecto – Vine sólo, no conozco a nadie más y me estoy quedando en el hotel, ya te imaginarás lo mucho que me aburro todos los días – Confesó con un largo suspiro – Pero creo que a mi hermana le encantaría conocer París, me ha dicho que le llama la atención la ópera... en Estocolmo no tenemos Ópera, después de todo París es la cuna de las artes escénicas - Se quedó otro momento callado - ¿Te gusta la ópera? La verdad es que nunca he asistido una función del teatro -

-A mi hermana le encantaría ir al teatro usted – Comentó con la mirada perdida en algún punto de la fuente – Siempre ha querido salir de Estocolmo y conocer la vida glamurosa de ciudades como Londres o París – Su hermana a pesar de pertenecer a la clase alta de Suecia, no había experimentado ese estilo de vida pomposo del que gozaba la aristocracia Parisina, la cultura de ambos países era muy diferente y se podría decir que la gente de clase alta en Suecia tenían un estilo de vida más medieval.

-Suena interesante, definitivamente quisiera asistir, eso si, con una compañía experta que pueda explicarme muchas cosas, porqué estoy seguro que me perderé de muchos detalles si voy yo sólo – Respondió, entonces pareció caer en cuenta de lo que acababa de decir ¿Significaba que aquello sería como una primera cita? Estaba seguro que sus padres y los de Mia verían aquello como una cita si los dos iban juntos a la ópera. Entonces Mia le invitó a entrar en el laberinto, notó su mirada picarona y su expresión, tal vez ¿juguetona?, no sabía muy bien, apenas la conocía desde hacía unas horas.

- Le acompañaré a donde quiera Mademoiselle Belanger – Bromeó con la voz más falsa y petulante que pudo poner – Y no se preocupe, si algún monstruo o enemigo ha de aparecer en los confines de este peligroso laberinto, su caballero Casper estará a su lado para defenderla – Agregó con un gesto de manos exagerado. Si la madre de Mia aún estaba espiándolos desde alguna ventana, podría fácilmente interpretar su gesto como una proposición romántica o algo por el estilo.

Rio ante el último comentario, no como burla, sino porque realmente creyó que se trataba de una broma, Mia podía no ser exáctamente una delicada flor, pero dudaba muchísimo que pudiera manejar un arma o defenderse en un combate cuerpo a cuerpo. Era una niña criada en una enorme mansión, la imaginaba más como un pajarito muy colorido encerrado en una jaula de oro.

-Derecha – Exclamó sin pensar, sabía que Mia estaba bromeando con los monstruos y con que podía ser difícil, Casper nunca había estado en un laberinto de ese tipo, pero estaba completamente confiado en que no representaría ningún problema encontrar la salida, empezaron a caminar por donde él había escogido, las paredes eran casi medio metro más altas que Casper, por lo que era imposible saber si había tomado el camino correcto y era fácil perder el sentido de la orientación.

-Mmm... no mucho la verdad – La pregunta lo tomó desprevenido, definitivamente no podía decirle que visitaba Cabarets y Burdeles, y aunque todos los hombres en algún punto de sus vidas pasaban la noche con alguna cortesana, no era algo que se le podía decir a una dama, menos a una de la edad de Mia quien probablemente ni un primer beso habría dado. Se encontró realmente sin saber que decir pues no tenía ningún hobby relevante, no le gustaba leer, era pésimo escribiendo y no sabía tocar ningún instrumento – Me temo que debe pensar que soy una persona aburrida – Agregó un tanto avergonzado – En el castillo donde crecí, pasé toda mi juventud aprendiendo de mi padre – Comenzó a decir – Aprendiendo a cazar, a manejar la espada en combate, a negociar tierras... pero realmente no puedo considerar nada de eso como pasatiempos... más bien son obligaciones -


Se quedó pensativo unos momentos, una brisa suve se sentía por entre las parédes y se sentía regrescante y agradable sobre su cara. ¿Qué era lo que realmente le gustaba hacer? ¿Qué le gustaría aprender?.

- Nunca lo he visitado... pero he escuchado hablar del circo, me gustaría ir a una función del circo, en Estocolmo no tenemos población Gitana, así que me da bastante curiosidad conocer el circo gitano – Dijo al fin - ¿Ha visitado el circo de París? - Le preguntó, quizás Mia había tenido la oportunidad.