Crazy family arrangements (Mia)

Recuerdo del primer mensaje :

Crazy family arrangements

No podía creer lo que estaba leyendo. Había recibido una carta con el sello oficial de los Kaarkarogf de parte de su madre ese día por la mañana. Le había sorprendido encontrar una carta tan rápido, pues hacía menos de una semana que se había hospedado en el Hotel des Arenes, pero por lo visto su madre no perdía el tiempo, mientras leía el ceño se le iba frunciendo y si hubiese estado frente a ella, se habría quejado frente a su insistencia en conseguirle una esposa.

¡No había tenido tiempo ni siquiera de conocer los alrededores del hotel y su madre ya le había enviado información exacta de una tal Mia, única mujer entre 7 hermanos de la familia Belanger al parecer una familia prominente Inglesa y que vivían en Paris. Su madre le había escrito detalles de la vida privada de esa familia, sobre como el padre había heredado unas fábricas textiles en Inglaterra y como la familia había acaudalado una gran fortuna.

Casper sabía que su madre deseaba que consiguiera una prometida ¿Qué madre no deseaba eso para su único hijo varón?, pero aún así la carta le había escandalizado. La urgencia con la que su madre deseaba que consiguiera una prometida era exagerada. Y Casper había deseado no creer que su familia estuviera pasando por ese tipo de apuros económicos como para quererlo casar cuanto antes.

Con un largo suspiro y muy en contra de su voluntad, había salido esa tarde a buscar la dirección de la susodicha. Iba vestido con un elegante traje azul oscuro que le daba cierto aire de príncipe encantado, con alto sombrero de copa encintado y una corbata que casi no había podido anudar por si mismo en la mañana. ¡Ah como extrañaba a los esclavos y los sirvientes de su castillo que le vestían todos los días sin falta por las mañanas!

El carruaje no tardó en llevarlo hasta una área donde se podían ver enormes mansiones de todo tipo, probablemente el barrio más rico de todo París. No se sentía nervioso, no era la primera vez que conocería a una chica con otras intenciones en mente, de hecho comenzaba a sentirse deseoso de conocerla conforme el carruaje llegaba a su destino. En su mente ya comenzaba a imaginarse como sería su cabello y si tendría buenas curvas bajo su vestido...

El cochero le indicó que habían llegado y Casper se bajó del carruaje insofacto, la entrada de la mansión era enorme, había un gran jardín antes de la puerta principal y con expresión altiva y pretenciosa el muchacho se pavoneó por el sendero hasta la puerta ante las miradas discretas de los sirvientes.

- Anuncie que Casper Kaarkarogf, ha llegado y busca una audiencia con la señorita Mia Belanger - Le indicó a uno de los mayordomos que esperaban en la puerta. No estaba seguro si su madre habría contactado a la familia Belanger con anticipación sobre su visita, por lo que no sabía si la chica le esperaba o no. De cualquier forma, estaba preparado para la situación.

¿Aventurero?

Le sorprendió que dijera eso, era la primera vez que una dama lo llamaba aveturero, le habían dicho 'apuesto' 'caballeroso' 'Varonil' y un sin fin de cosas por el estilo, pero no aventurero. Quizás era porque esa palabra la asociaba con piratas o con gitanos, con gente que se embarcaba en viajes y dejaba atrás todo para arriezgarse a descubrir nuevos mundos, por eso le sorprendió que ella pensara que él podría ser alguien así.

- Quizás cuando era más pequeño tenía ese tipo de mentalidad - Respondió pensativo, esa visita a la familia Belanger estaba resultando ser bastante diferente de lo que esperaba, creyó que su conversación con Mia sería más superficial, pero entre más hablaban más reflexionaba sobre su vida y sobre si mismo.

- Creo que nuestras madres congeniarían bastante bien - Comentó al escuchar a Mia hablar de los prejuicios que su madre tenía con respecto a los gitanos - No se si eso sea bueno... - Agregó con una media sonrisa, entonces Mia había dicho que ya encontraría la forma de ir al circo - Pues, si no le molesta, yo quisiera ir también, quizás si su madre sabe que va conmigo, le permitiría ir al circo - Casper comprendía que la madre la sobreprotegiera, al fin y al cabo Mia tenía un montón de hermanos hombres y era la única niña de la familia.

- Mmm Estocolmo - Murmuró, no le molestó la forma en como ella le tomó del brazo, en cierta forma lo sintió como algo de hermanos o amigos, Mia parecía demasiado inocente como para tener nada más que eso en mente, por eso no le dio vueltas al asunto ni lo interpretó de otra manera - Es increíblemente frío, los inviernos son durísimos y hay mucha gente que muerte de frío cada año - Comenzó a decir - En Suecia hay muchos castillos que antes eran feudos independientes y tenían familias de campesinos viviendo a las afueras del castillo, casi como pequeños reinos, pero hoy en día todos rinden cuentas al rey de Suecia, así que esas familias que viven en esos castillos ya no tiene soberanía sobre esas tierras como antes, mi familia es un ejemplo, mi padre cuenta, que hace más de 300 años nuestros ancestros gobernaban esa tierra de manera independiente - Le explicó mientras continuaban el trayecto - Así que no vivo propiamente en Estocolmo, pero se puede llegar a la ciudad a caballo en pocas horas, la ciudad por supuesto es más pequeña que París y mucho menos... como decirlo... ¿modernizada? me parece que en Estocolmo la gente conserva las tradiciones más fielmente y todavía tienen un estilo igual al de los antepasados -

De repente se detuvo cuando se encontró de frente con una pared de plantas bien podadas del laberinto. Un callejón sin salida.

- ¡Ups! por lo que veo, era mejor irnos por la izquierda - Comentó girándose para regresar.

Imaginarme gente pereciendo por culpa del frío no fue precisamente una imagen muy agradable en mi mente, trate de borrar esa escena de mi cabeza mientras miraba como entramos a un callejón... justamente como me sentía en este momento en un callejón sin salida. Quizás no había otra manera que describiera mejor cómo me sentía, miré a Casper con una sincera sonrisa mientras negaba con la cabeza y tenía un poco. Dimos vuelta y caminamos otra vez incorporandonos de nuevo al camino correcto. Era todo más liguero si le pensaba como un hermano y no como un prospecto a los planes de matrimonio que tenía mi madre para mí.

-Concuerdo con usted, nuestras madres harían buenas migas- rodee los ojos , hasta un escalofrío me dió de pensar en ello , no quería ni siquiera recrear tal escena con ellas en una habitación.-Bueno quizás sea mejor decirle que iremos a la Plaza , no creo que sea conveniente mencionar el circo. No lo consentiría de ningún modo...- dije soltando una traviesa risita y es que no me imaginaba al perfecto caballero escabullendose como yo lo hacía en cada oportunidad. Ya me había sacado de mi error al llamarle aventurero.

-Usted no es muy espontáneo verdad? -solte al aire, y es que por lo poco que he charlado con él podría decir que era el señor propiedad , tal cual el estereotipo marcado por nuestra sociedad y no estaba mal. Pero yo era por mucho lo contrario era como tener en un cuadro lo que se debe de hacer y lo que no obviamente yo estaba en el comportamiento que no se debía tener.
-Quizas no sea muy conveniente nuestra convivencia, le metería en problemas más de una vez- reí negando con la cabeza, era sincera pues muy probablemente el viera con malos ojos mi proceder tan liberal por decirlo así. No quería ni imaginar su cara si me viera vestida como hombre , aunque en el fondo me divertía la posibilidad

Le gustó la idea de ir al circo con la fachada de que era la plaza, aunque a lo mejor, la madre intentaría mandar a un guardaespaldas o a la nana con ellos por protección de Mia y terminarían metiéndose en un problema si se daban cuenta que en realidad habían ido al circo y no a la plaza. Pero le gustaba la idea, un poco de aventura en su vida no vendría mal, además sentía que valía la pena el pequeño riezgo, si se iban a divertir con la experiencia.

- Me gusta la idea, podemos decir que vamos a la plaza, quizás si tenemos suerte nos dejen ir solos, quiero decir, sin ningún sirviente que la cuide ¿Quizás su madre termine por confiar en mi? - Se encogió de hombros, no pensaba hacerle nada malo a Mía, por ese lado la madre podía estar tranquila, pues no la veía de manera sexual y no pensaba pasarse de listo una vez estuviesen solos.

- ¿Porqué lo dice?... ¿Le parezco alguien aburrido? - Le preguntó arqueando las cejas sorprendido cuando ella le dijo que no era muy espontáneo - Sea honesta conmigo al respecto - Continuó deteniéndose unos momentos - ¿Quizás estaba esperando a otro tipo de hombre como futuro prometido? - Había cierta arrogancia en la última pregunta, Casper no era muy humilde ni modesto en ese sentido, se consideraba un hombre atractivo y su posición familiar le hacía sentirse con la confianza para conquistar cualquier tipo de mujer. Le era inevitable sentirse a la defensiva.

Se quedó mirándola intrigado ¿Qué tipo de problemas hablaba ella?, Mia parecía estar bromeando, pero Casper tenía la impresión de que había mucho más que le estaba ocultando.

No sabía si Mia estaba siendo sarcástica al decirle que él era el sueño de cualquier mujer Parisina, la verdad es que él, se consideraba un excelente partido en ese aspecto, no encontraba ninguna razón por la cual una mujer pudiera rechazar alguno de sus avances. Mia reía con mucha naturalidad y su risa no sonaba como la de las señoritas pretenciosas con las que solía tratar en Estocolmo, quizás era la edad de ella, con sólo 17 años a lo mejor Mia aún o había perdido esa inocencia.

Se volvió a llevar las manos a la cara como si pudiera alizar las arrugas de las que ella hablaba, lo volvía a coger desprevenido con el tema.

- Es usted muy graciosa Mademoiselle Belanger - Comentó fingiendo un rostro molesto - Pero si viera a mi padre, sabrá que cuando yo llegue a los 50, seré igualmente un caballero muy apuesto... inclusive con arrugas - y apresuró a agregar - Por supuesto que soy un hombre de confiar, se perfectamente como tratar a una dama, sin importar la edad -

En ese momento uno de los sirvientes, un hombre alto que había visto previamente en uno de los jardines (probablemente un jardinero) se acercó a ellos y haciendo una venia respetuosa a ambos les comunicó que la madre de Mia, deseaba que volvieran al salón principal de la casa.

- Tal parece que tu madre no aprueba que estemos solos demasiado tiempo - Exclamó una vez el hombre había terminado de dar el mensaje - Es comprensible -

Regresaron caminando por el jardín hacia la mansión, no tuvieron tiempo de terminar de recorrerlo todo o de perderse, como parecía ser la intención de Mia, ella comentó que las arrugas podían ser un atractivo de la madurez, no se había puesto a pensar en ello, pero dicho de esa forma tenía mucho sentido.

- Quizás me vuelva aún más apuesto cuando adquiera la edad de mi padre - comentó con voz ligera, no dándole mucha importancia al asunto - Por supuesto, esa es la forma en como me han criado, la caballerosidad ante todo - Le indicó, quizás era algo de lo cual debía sentirse orgulloso, de todas las damas que había conquistado en el pasado, ninguna había sido a la fuerza, conocía otros hombres que no tenían prejuicios a la hora de invadir el espacio personal de una dama con tal de ganarse su corazón.

- ¿Crée que me haya aprobado? - Preguntó con genuina curiosidad, no se notaba tan lleno de si mismo ni pretencioso en ese momento, más bien se podía apreciar el rastro de la duda e inseguridad en sus orbes claras - Quizás ella no desea que pasemos demasiado tiempo juntos todavía y le parezca imprudente... - Comentó con expresión pensativa - ¿Quizás tiene otros pretendientes en mente? - Agregó, era como si estuviese hablando para si mismo - Quiero decir... no creo ser el único, teniendo en cuenta el historial de su familia y no se me ofenda Mademoiselle, esto no tiene que ver con su personalidad o con su encantadora apariencia - Le aclaró volviendo su vista hacía ella - Sino al hecho de que es la única hija de la familia Belanger que goza de buenas conexiones en la industria, me cuesta creer que un monsieur extranjero como yo, sea el único en la lista de su madre -

Se detuvo unos segundos a medio camino entre el jardín y la entrada de la mansión, la nana y otros sirvientes se encontraban esperando en el arco, probablemente para conducirlos de nuevo al vestíbulo.

- ¿Han venido otros antes que yo? - Preguntó con expresión intrigada.

(( Of rol: perdona la tardanza, he cogido un trabajo de verano y ando más lento que de costumbre ))

Escuchó a Mia sobre como otros hombres ya habían pasado por su misma situación, se imaginó a los caballeros jugando el juego de la diplomacia y los buenos modales en frente de la madre, se los imaginó actuando acorde a la etiqueta, riendo sólo en los momentos oportunos con tal de agradar a Madame Belanger, de imaginó toda la escena de manera lívida pues era tal cual lo que él acababa de hacer en el estudio momentos atrás.

De repente se le revolvió el estómago.

No era como si no estuviera preparado para ello, tenía 26 años, sabía que debía conseguir una esposa basada en los requerimientos de sus padres, sabía que tenía que ganarse el corazón de la madre de la muchacha antes que el de la muchacha, sabía que todo era un acto y que los verdaderos sentimientos se escondían bajo la superficie.

Aún así sintió repulsión al imaginar a todos esos caballeros (¡inclusive a uno con la edad del padre de Mia!) cortejándo a una niña tan inocente y joven como Mia, sólo por el título de la familia. Sintió aversión ante la idea de que alguno de esos hombres pudiera tomar la flor de la inocencia de Mia en la noche de bodas para convertirla en una mujer.

- Suena espantoso - Comentó, pero era evidente en su rostro que se encontraba afectado por lo que ella acababa de decir. Nunca pensó que lo afectaría personalmente, pero luego de conocer a Mia, era imposible no empatizar con la situación y pensar que su hermana menor estaría en la misma situación que Mia hacía que sus sentimientos al respecto se volvieran más fuerte. Amaba a su hermana con todo su ser, (quizás de manera muy protectora) y odiaba la idea de que se casara con un desconocido.

- ¿Qué piensan tus hermanos al respecto? - Preguntó, ya estaban a punto de entrar a la mansión así que se detuvo, sabía que no podrían continuar hablando una vez dentro porqué esa conversación no podía ser escuchada por ningún sirviente y mucho menos por la madre - ¿Qué piensan ellos de los pretendientes que han venido? ¿Están de acuerdo? - Meneó la cabeza, su expresión lucía consternada.

-Por supuesto que suena espantoso, debió ver al hombre...gracias a dios mi padre intervino en los planes de mi madre.-cosa que no solía hacer muy a menudo pues mi madre controlaba todo en nuestras vidas o al menos conmigo lo intentaba en cada oportunidad. Suspire tratando de sacar aquellos desagradables pensamientos de mi cabeza,mire los ojos de Casper y pude notar su agobio quizás por que yo le recordaba a su hermana y ella no tardaría encontrarse en las mismas situaciones que yo pase.

-Mis hermanos?, por supuesto que muchas veces no congenian con las decisiones de mi madre respecto a mi futuro; pero es muy difícil refutarle. Es muy frustrante en ocasiones.me detuve a la par de el, su mirada era tan expresiva que podia casi palpar su consternación, en un gesto amable di pequeñas palmaditas a su brazo.-La verdad, me alegra que no seas un señor de edad avanzada...-rei un poco para después entrelazar mi brazo al suyo para entrar a la casa.-En cuanto a mis hermanos, pronto les conocerá estoy segura. Podrá constar de mano propia como actúan respecto al tema.Me fue inevitable reir, si mi madre encontraba en Casper un buen partido seria muy divertido verle socializar con mis hermanos pues la mayoría eran poseedores de un ego tan grande como el del hombre que tenia a lado. Sin tomar en cuenta los celosos que podían llegar a ser.

Continue nuestro andar hasta encontrarnos con la figura de mi madre bajando las escaleras, nos detuvimos vi que su mirada se clavo en nuestros brazos que se entrelazaban y su creciente sonrisa por ello rodee los ojos pues a ella nada se le escapaba. Deshice aquel contacto para que Casper hiciera uso de su galanteria y ayudara a mi madre a terminar de bajar los escalones.

-Madre...-dije a manera de saludo mientras hacia una leve inclinación.

-Veo con satisfacción que congeniaron, que le pareció el jardín, Monsieur kaarkarogf-

Era mi imaginación o esa pregunta tenia más de un significado? Preferi hacerme la desentendida y fingir alisar mi vestido.

Era sorprendente como Mia lograba mantener una actitud tranquila y madura en aquella situación, Casper recordaba como era cuando tenía 17 años y su nivel de madurez no se asemejaba para nada al de Mia, ella parecía estar mucho más preparada para todo ello que él y le extrañó sentir que no estaba en control de la situación. Una sensación que nunca antes había afrontado. Siempre había estado jugando entre las faldas de las mujeres pero nunca se había comprometido con ninguna, nunca había hecho falsas promesas de amor eterno ni nada por el estilo, imaginarse que podría terminar casado con Mia resultaba aterrador y contradictorio al mismo tiempo, ya que nunca pensó que le asustaría aquella situación.

Asintió con la cabeza nada más cuando Mia le dijo que pronto conocería a los hermanos en persona y se daría cuenta por si mismo ¿Qué le estaba pasando? ¡Se había quedado sin habla! No entendía porqué se sentía tan agobiado si cuando había llegado a la mansión por primera vez tenía todo bajo control. No le gustaba sentirse así de vulnerable y cuando la madre de Mia le había preguntado por el jardín, tardó más de lo necesario en responder.

- Estupendo... estupendo - Carraspeó sintiéndo como si las paredes a su alrededor se estuvieran cerrando ¿Era acaso su imaginación? - Lo siento... de repente no me siento muy bien Madame Belanger... - Murmuró llevándose una mano a la frente, sudaba, sin ser consciente Casper estaba teniendo un ataque de pánico - Creo que es el calor que me ha afectado... - Continuó intentando sobreponerse a la sensación - Ya sabe... mi país, es muy frío durante casi todas las estaciones del año... -

El deseo de salir corriendo de ahí era tan fuerte, que tenía la impresión de que en cualquier momento sus piernas se moverían por si solas haciéndolo quedar en ridículo.

- Lamento la situación... pero me gustaría volver al hotel - Inquirió tímidamente.

Momento ¿Tímidamente? ¿Casper Kaarkarogf mostrando timidez? ¿Acaso lo había se había vuelto loco?.

Sin querer se me escapo una risa la cual oculte con mi mano disimulando que tosía, y es que no lo pude evitar Casper actuaba como si los nervios se lo estuvieran comiendo. Parecía que se iba a desmayar estaba tan pálido que despertó un poco de preocupación en mi . Como se notaba que nunca había pasado por esto, mi madre me dedico una mirada severa por mi impertinencia y entonces supe que estaba en problemas. Vi como el hombre llevaba una mano a su frente echando la culpa al calor, mire de reojo a mi nana la cual en un abrir y cerrar de ojos había traído un vaso con agua que de inmediato fue a parar a manos de Casper.

- Pierda cuidado Monsieur, tardara en acostumbrarse al clima tan cálido que ofrece París, aunque si se siente muy indispuesto puedo mandar a destinarle una habitación hasta que recupere la salud y hablar al medico de la familia-

Mire a mi madre con reproche que no veía que el lo que quería era salir corriendo...al igual que yo en tantas ocasiones- No se preocupe, Monsieur...entendemos que tenga que partir y no es ninguna ofensa que decline el ofrecimiento de mi madre...permitame acompañarle a la salida y esperar su carruaje. Con su permiso Madre...- espere lo indicado para aue ambos se dedicaran una educada despedida para después sin dar oportunidad a nada mas  entregando el vaso de agua a mi nana acompañe a un demacrado hombre a la salida, sabia que me esperaba una fiera haya adentro pero ya estaba acostumbrada.

-Vaya... Me recuerda a mi en mi presentación a sociedad el año pasado...-dije con un tinte de broma mientras pedía a un empleado traer el carruaje para Casper.-Espero que si en un futuro coincidimos sea sin tanta presión, amigos monsieur Kaarkarogf ?-no tenia otras intenciones, sabia que si de esto resultaba un matrimonio no lo vería mas haya de un amigo y era mejor llevarme bien con el.

Todo pasó borrosamente ante él y sin ser muy consciente de todo, se encontró caminando hacía la entrada de la mansión con Mia quien había pedido un carruaje y le decía que esperaba coincidir con él en un futuro sin tanta presión. Casper se tomó unos minutos más para intentar recuperar su compostura, le avergonzaba estar mostrando esa falta de dominio sobre si mismo, especialmente frente a una niña de 17 años, que además podía terminar siendo su prometida.

- Es usted muy perceptiva, más de lo que parece - Comentó al fin, la brisa primaveral de alguna forma le ayudó a aclarar su mente - Se dio cuenta de que en realmente quería irme de aquí ¿Verdad? - Meneó la cabeza lentamente con una medio sonrisa - Lamento mostrarle este lado de mi mismo que ni siquiera yo sabía que tenía -

Se sentía tan avergonzado por lo que acababa de ocurrir que de poder se habría tirado al primer carruaje que pasara por ahí. Sabía que mentir y pretender que realmente estaba enfermo por el calor no funcionaría con Mia, quien se había dado cuenta de su nerviosismo aún cuando su madre no había notado nada.

- Es verdad... yo también espero que podamos vernos bajo otras circunstancias menos estresantes - Asintió, aún sentía la necesidad de salir de la mansión y regresar al hotel cuanto antes, pero no quería ser grosero con Mia y mostrarse aún más desesperado de lo que estaba.

El carruaje no tardó mucho en llegar, seguramente tenían a los caballos en el establo de la mansión para alimentarlos mientras esperaban a que la visita terminara, antes de subirse al carruaje, el joven se giró hacía Mia y con una pronunciada venia respetuosa se despidió.

- Un placer, mademoiselle - Murmuró con una sonrisa honesta.