Una flor y un capullo. ~ Privado.

por **Kylan Nielsen** Dom Mayo 21, 2017 12:02 pm

Acababa de cenar en la mansión de los Vander Fraye, junto con el señor de la casa. Era un hombre joven o al menos parecía joven, pese a que tenía arrugas en el rostro y sus ojos se veían cansados de tanto trabajar. Mantener un imperio como el que tenía, debía de resultar un arduo trabajo. Era también alguien muy agradable y simpático, nada que ver a esos empresarios que estaban todo el rato serios y sin siquiera sonreír, tratando a sus empleados como auténtica basura. Este siempre elegía a un empleado para que cenase con él cuando sus hijas no estaban en casa. Hoy, me había tocado a mí y estuvimos toda la cena hablando del jardín de la entrada. Le gustaba como estaba quedando, pero quería una especie de flores que eran difíciles de criar y sobre todo de conseguir. Me dijo que fuera esta noche al jardín botánico, que mañana me daría fiesta para reponerme de la caminata de la noche y de las posibles aventuras que pudiera correr. Acepté el trato. Él me dijo el nombre de la flor, una Hoya Wax.

Con el nombre de la flor en la cabeza, salí de la mansión cuando la luna estaba en lo más alto del cielo, iluminando las calles, llegando a todos los rincones donde las pequeñas velas de las farolas no llegaban. El jardín botánico se encontraba lejos, podría haber ido en carro, pero prefería andar y así suplir la falta de ejercicio que no había hecho estos días. Por el camino me encontré a gente de diversas índoles, familias con niños dormidos en brazos, gente paseando a sus mascotas, parejas fogosas... Chasqueé la lengua y aparté la mirada de estos últimos, no quería parecer un pervertido.

Tras unos cuantos pasos, llegué a le entrada principal del jardín. La verja de la entrada estaba cerrada, pero eso no suponía un problema para mí. Me subí a ella y pasé por encima, deseando que no hubiese vigilantes o policias cercanos. No era ningún ladrón, pero así me sentía... Tenía que encontrar la flor cuanto antes y poder marcharme, estar en esta situación me ponía algo nervioso, sobre todo si me encontraba a alguien.