Lucha y gana (Priv) (Esthia) +18

por **Amadeus Oberlin** Jue Mayo 25, 2017 3:00 pm

Amadeus iba a ir a una pelea, una pelea de las que lucha la gente por dinero, se hacen apuestas, bebes alcohol y podrías llegar a tomar drogas, aunque ese estilo no era el que le iba a Amadeus, el nunca había hecho algo que hiciera peligrar tanto su posición social. Pero había sido invitado por alguien, un comerciante que podría ayudar al negoció, y pese a no gustarle pelearse, le podría gustar ver a hombres sin camiseta luchando, eso podría ser excitante incluso.

Amadeus llegó con las ropas más comunes que encontró en su armario, no quería llamar la atención, aunque aún así las ropas eran de calidad y se podría notar que era al menos un clase media casi alta.

Pico a la puerta y una ama de llaves joven, de cabello negro y ojos verdes le abrió la puerta y le llevo hasta un sótano, allí había poco jaleo, la gente parecía ser algo más respetuosa de lo normal, aunque aún así había murmullos y ánimos. Después de un rato sentado y aburrido la ama de llaves amablemente llevo a Amadeus una copa de bourbon, la cual se bebió rápidamente y sin enterarse. En ese sótano hacia calor y aunque no fuera lo más conveniente cogió un cigarrillo y empezó a fumar mientras observaba pelear a los hombres.

Más tarde el joven barón salió un rato fuera, le había entrado un poco de mareos por estar dentro con esa calor, al salir sintió algo de frío y se cayó de rodillas al suelo, cerró los ojos y inhalo aire, después se volvió a poner de pie tambaleándose y a duras penas como si estuviera borracho y entro dentro de nuevo, allí vio a alguien unos diez años más mayor que él, era bastante apuesto así que no dudo en saludarle amigablemente.

— ¡Hola!— Dijo fingiendo encontrarse bien.— ¡Luchas muy bien!— Dijo con una sonrisa y después se sentó penosamente en un sofá que había.

por **Esthia Vikorida** Jue Mayo 25, 2017 3:18 pm

Había vuelto a la arena una noche más. Llevaba tres o cuatro noches sin aparecer por allí. Primero porque estaba cansado. Segundo porque todavía tenía dinero de las últimas veces. Tercero... Porque... bueno, porque después del enfrentamiento en el orfanato, necesitaban distancia. Después de todo, él era el lobo nuevo en la ciudad y aquel era el territorio de Uryan. Por mucho que hubiera decenas de combatientes, el invicto era él. Uryan. The Fear.
El único que, hasta la fecha, había conseguido dejarle inconsciente. Y prefería evitar cruzarse con él en la arena, porque sabía que acabaría jodido. Muy jodido. Pero sí podía acudir a las peleas menores, que era donde se encontraba esa noche. En uno de los sótanos pequeños, con menos gente, donde todo era mucho más discreto. Donde no se celebraban los combates gordos, que movían muchos cientos de francos.
Luchó un par de veces y ganó. Nada nuevo bajo el sol. Aunque quien sí era nuevo era el muchacho que se acercó a hablar con él. No conocía a todo el mundo que frecuentaba las peleas, por supuesto. Pero siempre había rastros de olores, caras que sonaban, voces... Y a ese jovencito era la primera vez que lo veía.
Le sonrió. Sinceramente, amplia y completamente, porque Esthia sólo sabía sonreír así, con el alma, dejando a la vista sus dientes fuertes y regulares, bien alineados, y provocando que sus expresivos ojos azules se cerraran un poco.
-Gracias. ¿No te animas a probar? Libera tensiones.
Estaba sudando y ni se había molestado en ponerse de nuevo la camisa o los zapatos. Bastante que se había quedado los pantalones. Llevaba la prenda arrugada en la mano. La usó para limpiarse una gota de sudor del cuello.

por **Amadeus Oberlin** Jue Mayo 25, 2017 3:40 pm

Amadeus se río, ¿Luchar él? Por favor, un cachorro podría tumbarle de un ladrido, era demasiado débil, no sabía luchar, y sin bastón poco podía hacer a parte de pegar empujones y débiles golpes que apenas hacía algún daño a sus adversarios.

—¿Acaso no has visto mi aspecto?— Dijo el joven apenado, no le gustaba reconocer eso, y se hubiera mostrado más estirado, pero no quería ser malo con el hombre.—Soy... Amadeus... Oberlin... Barón de Inglaterra— Dijo con miedo, mucha gente se asustaba, le robaba o le trataba diferente al decir su título nobiliario.—Pero no me trates de forma distinta por ello...— Dijo mientras pasaba su mano por su frente, notó como estaba algo caliente, ¿Sería fiebre?.—¿Quieres salir fuera hasta el próximo combate?— Dijo poniéndose de pie.

Amadeus tenía las mejillas rojas, aunque sabía disimularlo, no quería llamar la atención por una fiebre, eso lo podría dejar como aun más debilucho de lo que ya parecía. Amadeus se movió tambaleante y se incorporó como pudo, después se apoyó contra la pared y miró al hombre.

—No estoy borracho, solo me he tomado una copa de bourbon.— dijo débilmente.— ¿Vamos a esperar media hora fuera y al entrar vemos el siguiente combate? Se han dado un descanso y te vendría bien recuperarte, podría invitarte a cenar a un restaurante o si lo prefieres a una copa para que tengas energía para el próximo combate.— Amadeus sonrió amable y no dijo nada hasta unos minutos después.—El carruaje está aparcado fuera...— Dijo antes de apoyarse en la pared con una sonrisa forzada.

por **Esthia Vikorida** Jue Mayo 25, 2017 5:16 pm

-No pretendía -respondió, encogiéndose de hombros cuando le pidió que no lo tratara de forma diferente por ser de la nobleza. Y realmente no pensaba hacerlo, en las peleas no había clases, no había estamentos, no había más que lo que llevabas contigo-. Esthia. Esthia Vikórida. No tengo un título nobiliario con el que adornarlo, pero tampoco suena tan mal así, ¿no?
Le observó un momento, no parecía encontrarse precisamente bien. Pero tampoco era lo peor que había visto en aquellos lugares. Eran antros de perdición, según decía la inquisición -aunque había visto a algún inquisidor apostar, pero claro, eso quedaba en el secreto de confesión-, donde no faltaban los licores, el tabaco, algo de opio y prostitutas. Sólo una copa. Claro que sí, guapi. Sería una sola, pero le había sentado como si llevara dos botellas. Le acompañó al exterior, no sin antes ponerse la camisa y los zapatos, que una cosa era moverse por la arena y otra salir a la calle, donde había que mantener las apariencias de que allí no pasaba nada.
-Yo estoy bien. He librado batallas peores. -Y no se refería únicamente a los combates en la arena-. Además, ya he combatido hoy dos veces, no creo que lo haga más. Ya he conseguido suficiente dinero para tirar tres o cuatro días.
Porque los pobres vivían así, al día, estirando los francos que ganaban para pagar una habitación en una pensión en la zona baja de París y sobreviviendo como podían. Al menos Esthia ya se había hecho amigo de Amy, la hija del dueño de una casa de comidas, y podía comer allí todos los días a buen precio. Aparte, les echaba una mano cuando lo necesitaban. Supervivencia, le dicen. Si no, siempre le quedaba cazar en el bosque.
-No deberías invitar tan alegremente a cualquiera, muchacho. Y menos en las peleas clandestinas. Entiendo que alguien de tu nivel no lo sepa, pero aquí no se junta precisamente la flor y nata de la ciudad. Has tenido suerte de dar conmigo, que soy un encanto de persona y no voy a hacerte nada. Pero no todo el mundo es tan adorable como yo.

por **Amadeus Oberlin** Vie Mayo 26, 2017 8:22 am

Amadeus soltó una carcajada, después volvió a sentir dolor de cabeza y paró en seco llevándose la mano a la frente.

—Pareces buena persona, además has admitido serlo, no creo que...— Amadeus paró en seco y señalo a la puerta.—Acepta la invitación, puede que te pueda ofrecer un trabajillo...— Dijo sonriendo mientras iba hacía la puerta.—Mi carruaje estará fuera, esperando durante cinco minutos, si aceptas te invitaré a cenar y te daré una oferta de trabajo... Bien pagada... Y sin compromiso de aceptar si no quieres...— Amadeus le soltó una risita ambiciosa y se volvió a poner la mano en la cabeza.

Amadeus salió a paso lento por la puerta, se subió al carruaje esperando los cinco minutos a ver si aceptaba Esthia, si aceptaba le propondría un trabajo de luchador, o sea le llevaría a los mejores combates y si ganaba le podría dar una paga bastante aceptable. El padre de Amadeus le había enseñado a ganar dinero honradamente, pero si podía pagar a alguien para luchar, apostar por él y pagarle algo de dinero también sería "honradamente" ¿No? Estaba pagando a alguien por hacer un trabajo el cual podría beneficiarlos a los dos.

Amadeus tenía pensado en llevar a Esthia a un restaurante de clase media no muy lejos, a unos diez minutos de allí. Amadeus cerro los ojos un instante, para descansar un poco la cabeza. Después sacó un pañuelo y se limpió un poco la cara, ese día se encontraba algo mal, bueno... Bastante mal, pero no iba desperdiciar ese día hacer un negoció, además de que debía parecer estar como una rosa y no parecer una flor seca y deprimente, tal vez con un tragó de jarabe se le pasaba, y menos mal que llevaba en el bolsillo una botellita de metal con jarabe que decían que iba bien para la jaqueca. Amadeus dio un buen tragó y lo guardo al escuchar un ruido, ¿Qué sería?

por **Esthia Vikorida** Sáb Mayo 27, 2017 8:38 am

La puerta del carruaje se abrió para dejar a la vista al sonriente griego. Ni siquiera había apurado los cinco minutos. Se había limitado a coger su chaqueta, meterse la camisa por dentro del pantalón y ponerse un aspecto algo más decente. Un hombre en su condición nunca rechazaba escuchar una oferta de trabajo, viniera de quien viniera. No le molestaba trabajar en el campo, en una fábrica, en un almacén o donde fuera. Cualquier cosa que supusiera unos ingresos estables y las opciones de tener una vida más o menos razonable.
Subió y se sentó frente a Amadeus, pasandose la mano por el pelo, peinándose un poco con las manos.
-¿Y bien? Soy todo oídos.
La invitación a comida le era realmente indiferente. Si no podía pagarse un plato en alguna posada, siempre podía ir a que Amy le fiase, o le invitase, o cazar algo. Su vida era sencilla, sus aspiraciones sencillas.
-Oigamos esa oferta.
Se frotó las manos y las dejó sobre sus rodillas, como quien espera que algo fuera de lo común ocurra. Esthia siempre se tomaba así la vida, como venía, al momento, con la emoción de un niño que descubre algo por primera vez, aunque estuviese harto de repetir ese instante.

por **Amadeus Oberlin** Sáb Mayo 27, 2017 9:26 am

Amadeus sonrió, Esthia quería saber de que se trataba el trabajo, y eso era importante. Amadeus puso la mejor cara que pudo y cerro un poco los ojos, después sonrió y miro por la ventana.

—Quiero que luches y ganes, lucha y gana y te daré un generoso sueldo, un sueldo que podría ayudarte mucho... Pero quiero hacer una prueba... Hay un vampiro pesado que se pasea por mi mansión... Acaba con él...— Dijo como si nada, pero después recordó que Esthia sería un humano ¿No?—Quiero decir... Parece un vampiro o sea...— Amadeus se sonrojo, después salió del carruaje corriendo nada más parar este.

Amadeus entro antes que Esthia y pidió mesa para dos, también pidió un buen bourbon mientras comían. Amadeus fue hasta la mesa y hecho bourbon a las copas, después cogió la suya y le dio un sorbo.

—Pide lo que quieras, pero después iremos a hacer la fuerza de tu valía contra ese... "hombre"— Soltó eso último con miedo, si en el restaurante le escuchaban decir vampiro le mirarían como si fuera un loco. Amadeus dio otro sorbo a su copa y pidió su comida, una sopa y de segundo un entrecot, pese a no ser sus comidas favoritas había poca cosa más que eso, no era un restaurante con cosas muy variadas.

—Te aconsejo la sopa, aunque el entrecot deja que desear...— Dijo con una sonrisa y estampando su copa de bourbon contra su boca para beber el líquido después de haber dicho eso. Parecía que Amadeus se estaba recuperando un poco, pues el dolor de cabeza se le estaba pasando, aunque sentía algún que otro dolor de vez en cuando.

por **Esthia Vikorida** Sáb Mayo 27, 2017 2:43 pm

-Luchar... eso se me da bien, aunque... No te ofendas, es una buena oferta, pero ya peleo, ya gano lo que se deriva de una pelea. ¿Me pagarías más que eso? Porque entonces dudo que a ti te saliera rentable, por mucho que me favorecieran las apuestas. Me he mantenido invicto desde mi llegada a París, hasta que me crucé con ése al que llaman The Fear. Es una mole. No hay quien pueda con él y decirte lo contrario sería generarte expectativas demasiado altas.
Entrecerró los ojos ante la mención del vampiro. Eso le generaba algo de desconfianza, porque se suponía que los humanos no debían saber que las criaturas como él existían. Si sabía que era un licántropo... tal vez le estuviera conduciendo hacia una trampa. Pero si se negaba, se estaría descubriendo a sí mismo, ¿no? Además, le atraía mucho la idea de medirse con un vampiro. Contra Assur no habían salido del todo mal parados. Y aunque entonces no había estado solo, tenía sus recursos.
Probó el vino. Era más de cerveza, pero tampoco le hacía ascos al zumo de las uvas fermentado. Pidió carne. Poco hecha. Porque adoraba el gusto de la sangre. La propia y la ajena, pero claro, eso no era algo que pudiera reconocer mientras disfrutaban de una agradable comida en un restaurante que en otras condiciones él no podría pagar.
-Y ese hombre al que quieres que saque de tu mansión... ¿qué puedes decirme de él? Uno debe saber todo lo que pueda del contrincante.

por **Amadeus Oberlin** Miér Mayo 31, 2017 9:29 am

Amadeus asintió. Le pagaría bastante dinero. Entonces soltó una risita y contestó a la pregunta:

—Te pagaré bastante y puede que hasta llegue a dejarte dormir en mi mansión...— Amadeus vio como le traían los platos a los dos y empezó a comer con unos modales excelentes.

Amadeus no sabia que contarle del vampiro, era un vampiro joven por lo que parecía, de aspecto hermoso como todos los vampiros... ¿Pero acababa de decir vampiro? Era cierto que lo tomaba enserio, tal vez fuera alguna criatura sobrenatural o solo quería mantenerle contento pues le iba a pagar un buen sueldo.

—Es un vampiro... Joven... Se alimenta de gente joven y yo tengo diecinueve años... Así que tengo algo de miedo... También sé que se ha acostado con la mitad de mi servicio, aunque estos dicen que fueron controlados mentalmente por el vampiro...— Dijo Amadeus sin mencionar que algunas veces el vampiro había intentado cortejarle.

Amadeus acabó el primer plato sin darse cuenta y bebió un poco de su copa, después trajeron el segundo plato y corto el filete con delicadeza y refinadamente. Se llevo un trozo a la boca y bebió de su copa.

—Habla de tu vida privada Esthia, quiero saber a quien contrato... — Dijo Amadeus con una sonrisa en la cara.—No es que sospeche de ti ni nada por el estilo.— Amadeus se llevó otro trozo de carne a la boca. Trajeron una cesta con pan y Amadeus cogió un panecillo y lo mojo en mantequilla.

por **Esthia Vikorida** Miér Mayo 31, 2017 10:48 am

Seguramente no podría pagarse una mansión, eso lo tenía claro. Mucho tendría que cambiar su suerte. Pero, hasta el momento, Esthia había vivido con dignidad. Bien era cierto que no le importaba tener que dormir al raso. Ser mitad animal tenía sus ventajas. Sin embargo, no se ofendió por el comentario de Amadeus sobre dejarle dormir en su mansión, como si fuera un acto de caridad. Esthia no se ofendía fácilmente, era demasiado feliz para ello.
Disfrutó de la comida y la conversación, era hombre de apreciar los pequeños placeres. Tal vez porque no tenía dinero para los grandes. O porque tampoco le importaba. Era un lobo y su mayor ambición era aullarle a la luna.
-Así que un vampiro... Entonces no será tan joven -se echó a reír-. Seguramente tenga ya unos cuantos siglos. Ummm. Y le gustan los jovencitos. Tsk. Tendré que tener cuidado entonces.
Claro, porque él era un quinceño, sí. Pero comparado con un vampiro que habría visto ya cientos de años... él era un bebé. Uno con barba.
-Pero no te preocupes, que, como todos los vampiros, se pondrá nervioso cuando salga el sol.
Conocía a tres o cuatro vampiros. A dos de ellos muy íntimamente. Demasiado. Pero eso era una información que iba a reservarse para él. Había cosas que era mejor mantener en secreto. Nunca se sabía qué oídos podían estar escuchando.
-¿Vas a enseñarme tu mansión para tener conocimiento del terreno o paso directamente al plan B?

por **Amadeus Oberlin** Vie Jun 02, 2017 9:14 am

Amadeus asintió. Después acabo su comida y se levantó, y después sonrío maliciosamente.

—Venga, vamos... Te enseñaré la mansión, nos queda una hora hasta que aparezca el vampiro...— Miro a Esthia con determinación.

Amadeus fue hasta la barra y pago la comida, después dejo una buena propina y se puso sus guantes color blanco que le daban glamour de la clase alta, salió fuera esperando a que Esthia le siguiera y se acercó al conductor.

—A la mansión... Pero espera que venga mi amigo— Después de decir eso se subió al carruaje y se quedó sentado esperando.

Amadeus se quedó parado, vio como el vampiro que le acosaba entraba en el carruaje y le atacaba mordiéndole el cuello, pegó un gritó y cogió su bastón, después aporreo varias veces al vampiro, aunque no le soltaba. El cuello le dolía y la sangre le caía del cuello y manchaba el asiento, seguramente había matado al conductor antes de venir a por él, pero no se daría cuenta pues le habría partido el cuello sin que se enterara. El vampiro continuo bebiendo y Amadeus soltó el bastón, a no ser que Esthia apareciera y se lo sacase de encima ese podría ser su final.

por **Esthia Vikorida** Vie Jun 02, 2017 2:02 pm

Esthia se retrasó un momento, sólo un momento. Pero fue más que suficiente para que el vampiro tuviera una oportunidad de atacar al muchacho. Cuando consiguió alcanzar el carruaje, ya le había hincado el diente. Agarró a la criatura del cogote y tiró con fuerza para apartarla de Amadeus. Lo sacó del carruaje y lo arrinconó contra la acera. Cayó sobre él a horcajadas, golpeando con ambos puños su cabeza, haciendo que rebotara contra los adoquines.
Las garras del vampiro arañaron sus brazos, dejando la camisa hecha jirones, pero al lobo no pareció importarle demasiado. Sus ojos, azules como el mar profundo, brillaron con diversión. Y sonrió.
El cainita se defendió y las heridas que consiguió encajarle al licántropo no fueron pequeñas. Sin embrago, el lobo blanco tenía suerte y, en ese caso, la ventaja. Dejó brotar sus garras un fugaz momento, lo justo para sesgar el cuello del vampiro y hacerle estallar en miles de millones de pavesas.

Se quedó así, arrodillado en el suelo, con las piernas separadas, con el hueco que antes había ocupado el cuerpo del vampiro entre ellas. Cayendo sobre sus talones, respirando a grandes bocanadas que hacían que su pecho subiera y bajara visiblemente. Reía. Como si no estuviera herido y cansado. Como si aquella pelea fuera parte de un juego. Levantó los ojos hacia la luna, sin dejar de sonreír, y giró el cuerpo para mirar a Amadeus.
Se levantó y se acercó al carruaje.
-¿Estás bien? Oh, vaya. Deberíamos darnos prisa en llegar a tu casa. Tienes que limpiarte eso. Espero que no te haya mordido demasiado profundo o vas a estar sin poder con tu alma unos cuantos días.

por **Amadeus Oberlin** Sáb Jun 03, 2017 7:07 am

Amadeus estaba tumbado boca arriba con la mano en el cuello, mientras escuchaba el ajetreo se incorporo y miró a Esthia acabar con el vampiro, mientras este reía Amadeus ponía cara de terror puro y cuando le pregunto si estaba bien asintió.

— Estoy bien, estoy vivo y no ha llegado muy profundo, vayamos a mi casa... te dejaré algo de ropa y te daré dinero por la ayuda... y eso— Dijo cerrando los ojos.— ¿Me ayudas a llegar hasta la parte delantera para conducir el carruaje?— Dijo débilmente y con voz ronca, habían matado a su cochero y tendría que llegar a casa lo antes posible y que su ama de llaves le curará, pues era hechicera.

Amadeus sentía terror, ¿esa mordedura le transformaría en vampiro? no lo sabía y tenía miedo.

—¿Esthia, me convertiré en vampiro?— Dijo con pavor.—¿Y como sabes cosas del mundo de las sombras?— Preguntó Amadeus con tono débil y sin vida, sentía escozor y dolor en el cuello, aunque no sangraba, ya no sangraba y tenía algo de pavor.

Amadeus se tenía cierto miedo a los vampiros ahora que uno casi había acabado con su vida, pero no debería tenerles tanto miedo ¿no? Aunque ¿por qué un vampiro se intereso en atacarle a él? ¿Quería probar la sangre azul con su propio gusto? ¿Quedría haberlo convertido en su esclavo de sangre?

por **Esthia Vikorida** Sáb Jun 03, 2017 9:16 am

-No vas a convertirte en nada, no te preocupes. Para eso hay que hacer un ritual un poco más específico que sólo morderte. Tendrás una bonita cicatriz con la que presumir delante de las mujeres. Algunas lo consideran atrayente. Supongo que será la idea del peligro que no tienen en sus vidas aburridas de salón de té.

Le ayudó a llegar hasta el pescante y se acomodó a un lado del asiento, dejando caer al cochero muerto sobre el techo del carruaje. Tomó las riendas y las agitó para golpear la grupa del caballo y que comenzase a trotar por las calles. El traqueteo sobre los adoquines les acompañó en un tenso silencio los primeros metros.

-Vas a tener que guiarme, porque no conozco el camino a tu mansión. No suelo frecuentar las reuniones sociales. Ya sabes, no me gusta mezclarme con la plebe -bromeó. Porque nada podía apagar su buen humor, ni siquiera el ataque de un vampiro-. Apriétate la herida.

¿Que cómo sabía él sobre ese tipo de criaturas? ¡¡Porque era una de ellas!! Claro, que eso no iba a decirlo tan alegremente. Que allí había cazadores, Inquisición y a saber qué otras organizaciones buscando matarles única y exclusivamente porque no entendían lo que eran y tenían miedo de lo que podían llegar a ser.

-Sé lo que son los vampiros... porque... bueno, los pobres vemos muchas cosas y no todas son agradables.

por **Amadeus Oberlin** Sáb Jun 03, 2017 10:26 am

Amadeus indicaba a Esthia hasta la mansión, después de un rato de camino ya casi estarían.

—¿Mujeres? Si... claro... mujeres...— Cerro un momento los ojos y apretó la herida.— Vale...

Amadeus estuvo meditando un rato sobre la situación, ¿El vampiro podría tener compinches dentro de la mansión? Rara vez imagina a su servició traicionándole pero... ¿Podría eso ser posible? Un escalofrió le recorrió todo el cuerpo.

—Esthia... ¿Por qué no te quedas está noche?— Dijo con seguridad.—Podrías proteger la casa por si hay más de ellos...— Amadeus sonrió al ver por fin la mansión y la señalo.—Esa es...— Dijo con confianza.

Cuando entro en la casa el carruaje Amadeus su ama de llaves salió disparada hacía ellos. La ama de llaves de Amadeus podía ver el futuro y seguramente una de sus visiones la abría alertado. La ama de llaves le dio una especie de poción analgésica y se la bebió en unos sorbos, había poca cantidad y era un líquido verdoso pantano. Un mayordomo vino y guardo el carruaje mientras Amadeus se tambaleaba, la ama de llaves sonrió y dijo:

—¿Queréis una copa los dos?— dijo la ama de llaves cruzándose de brazos.

Amadeus asintió y sonrió, la poción le estaba haciendo algo de efecto poco a poco. Amadeus se sentó en la mesa exterior con Esthia y la ama de llaves le siguió.

— Escoge lo que quieras beber, Esthia y ella lo traerá.— Dijo Amadeus apoyando las manos en la mesa y mirando el cielo.—Hace una noche maravillosa...

por **Esthia Vikorida** Sáb Jun 03, 2017 11:34 am

El lobo blanco miró al muchacho y asintió. Estaba asustado, era normal. Se quedaría esa noche, tampoco le importaba mucho. Total, era eso o la pensión.
-Me quedaré.

Dejo que el ama de llaves le atendiera. LA mujer parecía saber lo que hacía. No dudaba de que había visto su aura y sabía lo que él era. Las brujas hacían ese tipo de cosas.
Siguió a Amadeus hasta el exterior y se sentó a la mesa.

-Una cerveza, por favor -pidió. Cuando la mujer se hubo marchado, añadió-: Podría haber sido una noche fatal. Pero ha acabado bien. Y nos hemos divertido. Tienes una casa muy bonita. Y enorme. Lo que no me gusta mucho son las cortinas que has puesto en el salón. Que seguramente sea algo de gusto refinado que yo no entiendo. Pero me parecen horribles.

No lo decía para ofenderle, simplemente era un detalle que no le había gustado. Pensó por un momento en una casa así de grande, en Lesbos, llena de cachorros. Echaba de menos a su familia. Ojalá pronto recibiera noticias de ellos.

por **Amadeus Oberlin** Sáb Jun 24, 2017 5:18 am

Amadeus sonrió y pidió la mismo que Esthia, aunque el gusto de su casa no le gustará le parecía un halago que le gustará lo demás, aún así debía admitir que le encantaba tener un amigo/socio de una clase social inferior, podría aprender de él.

—Es algo de la clase alta, tienes razón son horribles... pero debo aparentar.— Dijo con tristeza.—Es una mierda, lo sé.— Amadeus vio como la ama de llaves traía las cervezas, Amadeus cogió su vaso y le dio un buen sorbo.

Amadeus le pidió a la ama de llaves que les dejara solos y entonces Amadeus sonrió a Esthia, no sabía que hacer, ¿Debía hablarle sobre él? A Amadeus se le ocurrió otra idea.

—Me gustaría saber más de ti...— Amadeus hizo una pausa.—O sea me gusta saber de mis socios.— Amadeus recordó que un antiguo socio casi le tima por no conocerle lo suficiente.—¿Has viajado mucho?— Amadeus sonrió.—¿Quieres ver las habitaciones?— Amadeus se acercó a Esthia y le puso la mano en el hombro.—Podrías elegir una cama para dormir está noche.— Amadeus le pegó un sorbo tan grande a su vaso que se lo acabo, después se levantó y le hizo un gesto para que le siguiera Esthia.

Después fue hasta la cocina, allí su cocinera estaba limpiando unos platos, está no les vio pues era sorda y no les había escuchado entrar. Amadeus le pedía la comida por escrito. Más tarde fueron a la habitación que la ama de llaves le había preparado a Esthia.

por **Esthia Vikorida** Mar Jun 27, 2017 6:56 am

-Tienes una casa enorme para ti solo. Demasiadas habitaciones vacías.
Recordó la casa de sus padres, en Grecia, donde había siempre un montón de gente llenando todas las estancias. Era una casa grande, para una familia grande. Sus padres, él y sus cinco hermanos, luego sus cuñados y sobrinos. Siempre había ruidos, siempre había alegría.

-¿De mí? No hay mucho que saber, en realidad. Lo que ves es lo que hay. No tengo una mansión, no tengo una gran fortuna, sólo soy un hombre.
La parte de que era un lobo la mantuvo en secreto, como siempre. Igual que otros secretos. Quedarse a dormir allí no le pareció mala idea. Una noche no le hacía mal a nadie y en la pensión no le iban a echar de menos. Esas camas parecían tan grandes, tan cómodas, tan mullidas... de ésas que parecen abrazarte mientras duermes.
-Si me quedo, podré protegerte de otro vampiro. Te lo incluyo en el precio.
Le guiñó un ojo. Después de todo, había sido él quien había planteado aquella visita como parte de un negocio.
-Deberías ir a dormir, ha sido un día duro. Necesitas descansar. Yo estaré por aquí, por si viene otro chupasangres.

por **Amadeus Oberlin** Dom Jul 16, 2017 3:35 pm

Amadeus se sentía agradecido, pero no quería que se pasará la noche en vela, debería estar cansado. Amadeus se acercó a Esthia y le toco el hombro.

—Creo que estaremos bien, además deberías tomar al menos un baño caliente y dormir un poco, pegaré un grito si hace falta para que venga a socorrerme.— Amadeus sonrió y bajo las escaleras de su mansión hasta llegar a la habitación de su mayordomo y su ama de llaves.—Atender al señor Esthia y hacer todo lo que pida, también traerle ropas limpias... aunque no sé si le vendrá mi talla así que dale algunas ropas.— Dijo Amadeus a su mayordomo mientras su ama de llaves iba a preparar el baño.

Amadeus se giró antes de volverse a su habitación y le pidió a otra de sus amas de llaves que le subiera un pijama a su habitación después subió las escaleras y volvió con Esthia.

—Espera aquí, debo darte algo.— Amadeus entro a su habitación y encendió unas velas para iluminar la habitación, después abrió su armario y sacó un saquito rellena de francos hasta casi reventar, con eso tendría el pago por adelantado.—Por favor entra Esthia, debo darte algo...— Dijo Amadeus guardando el saquito en su bolsillo y viendo entrar a su ama de llaves que dejo el pijama de Amadeus y asintió.

Amadeus se acercó a Esthia y le dio el saquito, si habían más ataques le pagaría por la mañana, pero aún así se sentía protegido y también pensaba que no vendría nadie a atacar, puede se equivocará, pero el pensaba que no.

—Tu baño debe estar casi listo y yo debo ponerme mis ropas de dormir... podrías estar dentro de la habitación si lo deseas o fuera, o dormir, ya te he dicho que me daría igual, así que haz lo que quieras.— Amadeus sonrió y se giró, pero no sin antes volverse y decirle algo a Esthia.—Puedes pedirles cualquier cosa a los sirvientes, ellos harán lo que quieras, lo tienen ordenado y bueno... ¿Qué te apetecería desayunar?— Dijo Amadeus con una sonrisa en el rostro, una sonrisa llena de gratitud por haberle salvado la vida.—Puedes pedírselo a los sirvientes, y los desayunos se sirven de nueve a diez, pero si te levantas antes puedes hacer que me despierten.— Amadeus entro en su habitación y dejo la puerta abierta, por si Esthia quería venir después de su baño o prefería quedarse fuera vigilando, o tal vez para que Amadeus también viera si venía alguien.

Amadeus se quitó toda la ropa y se puso el pijama, después fue a apagar casi todas las velas menos las de su mesita de noche, iba a leer un rato un libro de amor, pero sería bastante aburrido, a Amadeus le gustaría un libro de un romance de personas del mismo sexo, desgraciadamente eso nunca pasaría, cosa que le entristecía mucho pues se sentía mal.

por **Esthia Vikorida** Miér Jul 19, 2017 3:12 pm

El licántropo cogió la bolsa de monedas. Lo del precio lo había dicho en broma, pero realmente alguien como él, que vivía al día, podía sacar muy buen partido de ese dinero. Y Amadeus tenía dinero de sobra. Para el joven noble, ese dinero eran simples migajas. Para Esthia... muchos golpes ahorrados en la arena. Una titánica diferencia.
-Gracias. Eres muy generoso. Haré buen uso de él.
En concreto, tendría que pagar la pensión en la que se hospedaba y algunas comidas que debía en la taberna. Además, podría comprar algunas mudas de ropa, porque su diario consistía en lo puesto y lo quitado, un lavado de tanto en tanto y vuelta a empezar.
-No es necesario que te tomes tantas molestias, de verdad. Ya me has invitado a cenar, me invitas a dormir esta noche y me das una pequeña fortuna -porque para alguien de su posición, aquello era una pequeña fortuna-. No obstante, creo que sí aceptaré ese baño. Te dejo para que descanses, ha sido un día duro para ti. -Le puso la mano en el hombro y apretó suavemente-. Si necesitas cualquier cosa, llámame. Después de todo, estoy aquí para protegerte esta noche en contra de lo que sea. Desde el peor de los vampiros hasta la más inocente de las cucarachitas.

Riéndose de su propio chiste, se alejó hacia la habitación que habían preparado para él, donde una bañera con agua caliente le esperaba. Oh, que placer un baño. Despidió a los criados, no necesitaba que se quedaran allí a atenderle, prefería estar a solas.
Se quitó la ropa y la dejó en la silla, cerca de la cama. Se había salpicado un poco de sangre al luchar contra el vampiro, pero ahora que tenía dinero, podría comprar unas nuevas. Se quitó los zapatos, los calcetines y los pantalones, dejándolo todo colocado en la silla para poder volver a ponérselo después. Los pobres ya consideraban un privilegio bañarse durante horas, no disponía de más prendas que aquellas.

Completamente desnudo, sin sentir pudor alguno, se paseó un poco, curioseando la habitación. La desnudez le recordaba al bosque, a la manada, a correr sin preocuparse de más, a su familia, a Lesbos. Un tiempo demasiado lejano. Un lobo solitario, cuando tenía el espíritu de un alfa, necesitaba cuidar de una manada, ansiaba buscarla. Cuando su corazón era beta, como el de Esthia, necesitaba la compañía, las risas, la diversión, el ser el apoyo de un líder. Sólo los omegas, incapaces de convivir con el resto de la manada y que acababan siendo apartados, solían mantenerse más tiempo solos. Sin embargo, alfa, beta y omega no eran compartimentos estancos, dependían de la vida, del ánimo, del carácter de cada uno. Esthia sabía que ahora necesitaba ese tiempo lejos de su familia, ser el omega... pero también empezaba a sentir la necesidad de un compañero, de alguien a quien seguir, a quien proteger, junto a quien luchar.

Se dirigió a la bañera y se metió en el interior. Apoyó la cabeza en el borde y cerró los ojos. Su imaginación voló hacia una imagen más placentera, pero fue un instante. Un recuerdo.

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