Devil angel ||Privado

por **Santhiago Morel** Lun Jul 10, 2017 8:56 pm

La mansión Morel en esta noche se encontraba sumida en la completa oscuridad, no había luz que mostrara el camino y aun más parecía abandonada con la niebla que se cernía en toda la propiedad con aquel bosque oscuro y el canto de los animales que recitaban en palabras poco entendibles “aléjate, aléjate” pero nadie puede escucharlos y aun así en aquella mansión donde parece no haber vida alguna se espera por dentro a una persona. El hombre está sentado en el gran salón observando el fuego crepitar ¿Dónde han ido el resto de miembros? Cada uno se encuentra realizando una tarea lo suficiente complicada como necesaria para sus planes.

Contempló el fuego con una ligera sonrisa de autosuficiencia recubierta por la malicia y psicopatía de quien tiene el poder en su mano hasta que el sonido de los caballos al relinchar a su puerta llegaron a su oído; su empleado de confianza se acercó al señor de la oscuridad pero este le detuvo enviándolo a salir de la mansión por la puerta de atrás con el resto de empleados con una sola orden que no se podía desobedecer –La casa debe estar completamente sola– con temor tuvieron los sirvientes que obedecer siguiendo las órdenes de su señor hasta que invitado llegara.

Escuchó el sonido de un corazón latiendo de manera calmada, no había aceleración ni emoción deleitándolo completamente al sentir como la persona se acercaba a tocar la puerta, misma que se abrió invitando a cruzar de su luz directo a la oscuridad. Al ingresar a su hogar las velas se encendieron todas al mismo tiempo mostrando un corazón algo asustado. Aquella persona podía ocultar en su rostro alguna lo que sentía pero no en su corazón. Apareció por la parte de atrás, por la espalda de aquella persona con un susurro que alertó más el corazón frágil de un ser –Buenas noches, es un placer tenerle por aquí en mi mansión dispuesto a hacer negocios con usted ahora, me pregunto ¿Qué obliga a un ave como usted a descender al infierno?– susurró cuando las velas se derritieron por completo dejando la entrada sumida en oscuridad de nuevo.

Solo sus ojos se destellaban entre la niebla y el mal.