AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Whisky negro [privado]
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Whisky negro [privado]
“La libertad la alcanza quien es valiente para abrir su jaula de oro con uñas y dientes, dejar encerrada quien fuiste”
Ya no espero nada de nadie. Me he cansado de estar asomada a la ventana, ver personas libres caminar sin preocupaciones ni obligaciones. No soy débil, nunca lo fui hasta que conocí a mi talón de Aquiles. Él cambió mi vida para siempre, no sé si para bien o mal, solo sé que ya no confío en nadie, ni en mi propia sombra. Mis pasos me han llevado hasta aquí, hacia el camino a ninguna parte pero con un fin: encontrarle.
Mi único amigo, el que me arrebataron cuando apenas fui una niña...seguía perdido en ninguna parte. Ya no me quedaba nada. Mi apellido se quedó encerrado en mi jaula de oro, si daba mi nombre, solo utilizaría el segundo “Lynn” . Abbey Appleby había muerto en aquella habitación, ya no era esa señorita descarada que jugaba con los demás a su antojo y terminaba consiguiendo lo que quería.
Maduré aquella noche, en la que aquel joven que venía del futuro, me dio rienda suelta a imaginar que podía conocer otros mundos diferentes. Sabía y conocía de la existencia de sobrenaturales pero ni por asomo imaginé... saltos en el tiempo. Podría conocer una época en donde mi forma de pensar no era tan errónea como siempre se empeñaban en que entrase en razón. Y es que por más que lo intentaron, siempre fui yo misma y aún, nadie me había comprendido... o eso quería pensar.
Bajé la mirada hasta mi reloj de bolsillo, se lo robé a padre. Me pertenecía, era de mi abuelo el que me apodó “torbellino”. No esperaba a nadie, solo tomaba un whisky. Mi atuendo ya no llamaba la atención, los lujos para mí ya no existían. Vestía con ropa de cuero oscura, no era femenina, ni siquiera llevaba uno de esos corsés endemoniados. Era libre.
Una conversación me llevó a sonreír, podías escuchar de todo si ponías un poco la oreja. Mucho sexo en lugares apartados y oscuros, tratos con el mismo demonios... hasta que una voz me hizo reír por lo bajo. Si salía bien podían llevarse mucho pero si algo se torcía... el plan no tendría sentido. No dije nada hasta apurar mi vaso de whisky, hasta mi voz sonaba más grave pero igual de decidida... aún había candidez en mi alma, eso quería creer.
-Bravo, qué interesante ¿por qué no os dejais de chorradas y me invitais a un buen trago? Necesito acción y creo que me la puede dar... ¿o me equivoco? -sonreí segura de mí misma ¿quién querría a una cazadora novata? Era la única manera de emprender mi viaje a lo desconocido, arriesgarme... pues quien no arriesga no ganaba nunca.
Ya no espero nada de nadie. Me he cansado de estar asomada a la ventana, ver personas libres caminar sin preocupaciones ni obligaciones. No soy débil, nunca lo fui hasta que conocí a mi talón de Aquiles. Él cambió mi vida para siempre, no sé si para bien o mal, solo sé que ya no confío en nadie, ni en mi propia sombra. Mis pasos me han llevado hasta aquí, hacia el camino a ninguna parte pero con un fin: encontrarle.
Mi único amigo, el que me arrebataron cuando apenas fui una niña...seguía perdido en ninguna parte. Ya no me quedaba nada. Mi apellido se quedó encerrado en mi jaula de oro, si daba mi nombre, solo utilizaría el segundo “Lynn” . Abbey Appleby había muerto en aquella habitación, ya no era esa señorita descarada que jugaba con los demás a su antojo y terminaba consiguiendo lo que quería.
Maduré aquella noche, en la que aquel joven que venía del futuro, me dio rienda suelta a imaginar que podía conocer otros mundos diferentes. Sabía y conocía de la existencia de sobrenaturales pero ni por asomo imaginé... saltos en el tiempo. Podría conocer una época en donde mi forma de pensar no era tan errónea como siempre se empeñaban en que entrase en razón. Y es que por más que lo intentaron, siempre fui yo misma y aún, nadie me había comprendido... o eso quería pensar.
Bajé la mirada hasta mi reloj de bolsillo, se lo robé a padre. Me pertenecía, era de mi abuelo el que me apodó “torbellino”. No esperaba a nadie, solo tomaba un whisky. Mi atuendo ya no llamaba la atención, los lujos para mí ya no existían. Vestía con ropa de cuero oscura, no era femenina, ni siquiera llevaba uno de esos corsés endemoniados. Era libre.
Una conversación me llevó a sonreír, podías escuchar de todo si ponías un poco la oreja. Mucho sexo en lugares apartados y oscuros, tratos con el mismo demonios... hasta que una voz me hizo reír por lo bajo. Si salía bien podían llevarse mucho pero si algo se torcía... el plan no tendría sentido. No dije nada hasta apurar mi vaso de whisky, hasta mi voz sonaba más grave pero igual de decidida... aún había candidez en mi alma, eso quería creer.
-Bravo, qué interesante ¿por qué no os dejais de chorradas y me invitais a un buen trago? Necesito acción y creo que me la puede dar... ¿o me equivoco? -sonreí segura de mí misma ¿quién querría a una cazadora novata? Era la única manera de emprender mi viaje a lo desconocido, arriesgarme... pues quien no arriesga no ganaba nunca.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/03/2011
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Re: Whisky negro [privado]
Llevábamos toda una semana acechando aquel suburbio de mala muerte, ademas de tener claro que la presencia de seres sobrenaturales era un hecho palpable, teníamos igual de claro que la caja que se recaudaría en ese antro tenia que ser considerablemente elevada. Lo suficiente como para mantenernos una buena temporada.
No es que la decoración del Cabaret l enfern fuera de mi agrado ,se me antojaba de echo un tanto rococo, sin duda podía bien imitar ese infierno del que hablaban los libros de la santa inquisición, mas yo confiaba mas en Dante.
El umbral de la puerta era una boca diabólica, bajo esta, un tipo disfrazado con tridente nos abría las puertas, el precio de la entrada era 1,25 francos, claro que ahí había que sumar el suplemento de la primera copa y teniendo en cuenta que siempre se llenaba hasta arriba,no era necesario hacer las cuentas para saber que aquello era un trabajo tan rentable como peligroso.
Ladeé la sonrisa ante el comentario de mi hermano, sin duda tenia razón, allí dentro podíamos sentirnos como en casa, pues nuestra vida había sido un infierno movernos entre las llamas se nos antojaba ya un echo.
Había que reconocer que la fachada tenia su encantó, los cuerpos mutilados colgaban de las paredes repletas de grietas como si lava de volcán emergiera de ellas.
Llevé el vaso de whisky a mis labios mientras mi hermano me dama el sermón, decía que tendríamos que ir con cuidado, era peligroso, no un juego pues en su interior habría muchos sobrenaturales y controlarlos seria bastante complicado.
-Samael, ya hemos repasado el atraco mil veces, desconecta un poco y bebamos un rato..disfrutemos por una noche de una buena borrachera.
Samael con una cerveza en su mano negaba sin prestarme mucha atención, su mirada seguía fija en la presa como la del mayor depredador.
Él era mi hermano mayor, bueno, algo así pues mi historia era complicada de entender y mas aun de ser contada.
El caso es que Samael no sabia divertirse, era metódico hasta decir basta, quizás por eso la voz de la rubia que nos pedía que la invitáramos a una copa no lo inmutó.
Por suerte para la dama yo si tenia ganas de juerga..así que alcé mi vaso irguiéndome al camarero para que sirviera otra igual a la rubita que ahora se unía a nuestra mesa.
-Buenas noches preciosa, ese es mi hermano Samael -dije con una ladeada sonrisa a lo que esté respondió alzando su jarra de cerveza aun con los ojos puestos en el cristal, ni una mirada le había dirigido a la rubia y no sabia lo que se perdía.
Por el contrario yo la repasé de arriba a bajo, por su vestuario, era cazadora como nosotros, la verdad es que no me hubiera importado convertirme en su presa.
-Yo soy Raziel ¿y vos sois?
No es que la decoración del Cabaret l enfern fuera de mi agrado ,se me antojaba de echo un tanto rococo, sin duda podía bien imitar ese infierno del que hablaban los libros de la santa inquisición, mas yo confiaba mas en Dante.
El umbral de la puerta era una boca diabólica, bajo esta, un tipo disfrazado con tridente nos abría las puertas, el precio de la entrada era 1,25 francos, claro que ahí había que sumar el suplemento de la primera copa y teniendo en cuenta que siempre se llenaba hasta arriba,no era necesario hacer las cuentas para saber que aquello era un trabajo tan rentable como peligroso.
Ladeé la sonrisa ante el comentario de mi hermano, sin duda tenia razón, allí dentro podíamos sentirnos como en casa, pues nuestra vida había sido un infierno movernos entre las llamas se nos antojaba ya un echo.
Había que reconocer que la fachada tenia su encantó, los cuerpos mutilados colgaban de las paredes repletas de grietas como si lava de volcán emergiera de ellas.
Llevé el vaso de whisky a mis labios mientras mi hermano me dama el sermón, decía que tendríamos que ir con cuidado, era peligroso, no un juego pues en su interior habría muchos sobrenaturales y controlarlos seria bastante complicado.
-Samael, ya hemos repasado el atraco mil veces, desconecta un poco y bebamos un rato..disfrutemos por una noche de una buena borrachera.
Samael con una cerveza en su mano negaba sin prestarme mucha atención, su mirada seguía fija en la presa como la del mayor depredador.
Él era mi hermano mayor, bueno, algo así pues mi historia era complicada de entender y mas aun de ser contada.
El caso es que Samael no sabia divertirse, era metódico hasta decir basta, quizás por eso la voz de la rubia que nos pedía que la invitáramos a una copa no lo inmutó.
Por suerte para la dama yo si tenia ganas de juerga..así que alcé mi vaso irguiéndome al camarero para que sirviera otra igual a la rubita que ahora se unía a nuestra mesa.
-Buenas noches preciosa, ese es mi hermano Samael -dije con una ladeada sonrisa a lo que esté respondió alzando su jarra de cerveza aun con los ojos puestos en el cristal, ni una mirada le había dirigido a la rubia y no sabia lo que se perdía.
Por el contrario yo la repasé de arriba a bajo, por su vestuario, era cazadora como nosotros, la verdad es que no me hubiera importado convertirme en su presa.
-Yo soy Raziel ¿y vos sois?
Raziel- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/07/2017
Re: Whisky negro [privado]
El momento perfecto es aquel en el que pensarlo, queda a un segundo plano.
Desde que entré en la Orden, mi vida había dado un giro. Dejé de ser esa jovencita aparentemente inocente para convertirme en una mujer, madurar como necesitaba. Mi cabeza siempre estuvo llena de futuros planes que en esta época no era lo normal. Mi clase social siempre me tuvo etiquetada a “esposa florero” como lo fueron mis hermanas y pretendían que tomase el mismo camino ¿yo? Era libre, sin ataduras ¿para qué necesitaba un esposo si podía tomar yo misma las riendas de mi vida?
Encontré mi sitio, mi comienzo... en donde me enseñarían a luchar contra mis demonios. El pasado quedó en aquella residencia , la nueva Abbey...ahora llamada Lynn, se ganaba el respeto de todos aquellos que un día se rieron entre dientes con un “es una niña mimada”. Me etiquetaron con “es el demonio personificado” cuando simplemente quise ser... justo lo que era ahora, libre. Al menos así me sentía.
Llegó a mis oídos que mi padre, David Appleby... me buscaba desde que amanecía hasta que anochecía pero aún no dio sus frutos. No abandoné Paris, no iba a encontrarme tan fácilmente pues iba con pasos de adelantamiento. Satisfecha con quien me estaba convirtiendo, dejé caer mi cuerpo en el taburete... debía no sumergirme en el alcohol y saber medir la cantidad , mañana tenía entrenamiento. Di un pequeño trago cuando la voz masculina se dirigió a mí con un “`preciosa” que me hizo sonreír de medio lado.
La palabra mágica de los hombres para conseguir su objetivo, mi cuerpo se giró, me había cruzado de piernas y mis orbes azul como el cielo se clavaron en el desconocido. Hacía mucho que no hablaba con nadie que no fuese de la Orden y se me hacía raro.
-Bonito nombre. Ya que me habeis invitado... qué menos que deciros mi nombre -sonreí una milésima de segundo, el vaso tapó mis labios rojos como la sangre -Lynn, rubito -dediqué reverencias a ambos y volví a mi vaso, dando la conversación por terminada pero eso que pretendían hacer me llamó la atención. -Deberías no hablar tan alto sobre... -me incliné hacia él para que solo ellos me oyesen -Un atraco...¿sois ambos principiantes? Más que nada a nadie se le ocurriría ni por asomo, gritar a los cuatro vientos lo que pretendeis hacer dentro de unas horas -enarque una ceja , aficionados... -¿Por qué? ¿Necesitais el dinero? O simplemente... porque es divertido, si es eso me apunto -tan impulsiva como siempre.
Desde que entré en la Orden, mi vida había dado un giro. Dejé de ser esa jovencita aparentemente inocente para convertirme en una mujer, madurar como necesitaba. Mi cabeza siempre estuvo llena de futuros planes que en esta época no era lo normal. Mi clase social siempre me tuvo etiquetada a “esposa florero” como lo fueron mis hermanas y pretendían que tomase el mismo camino ¿yo? Era libre, sin ataduras ¿para qué necesitaba un esposo si podía tomar yo misma las riendas de mi vida?
Encontré mi sitio, mi comienzo... en donde me enseñarían a luchar contra mis demonios. El pasado quedó en aquella residencia , la nueva Abbey...ahora llamada Lynn, se ganaba el respeto de todos aquellos que un día se rieron entre dientes con un “es una niña mimada”. Me etiquetaron con “es el demonio personificado” cuando simplemente quise ser... justo lo que era ahora, libre. Al menos así me sentía.
Llegó a mis oídos que mi padre, David Appleby... me buscaba desde que amanecía hasta que anochecía pero aún no dio sus frutos. No abandoné Paris, no iba a encontrarme tan fácilmente pues iba con pasos de adelantamiento. Satisfecha con quien me estaba convirtiendo, dejé caer mi cuerpo en el taburete... debía no sumergirme en el alcohol y saber medir la cantidad , mañana tenía entrenamiento. Di un pequeño trago cuando la voz masculina se dirigió a mí con un “`preciosa” que me hizo sonreír de medio lado.
La palabra mágica de los hombres para conseguir su objetivo, mi cuerpo se giró, me había cruzado de piernas y mis orbes azul como el cielo se clavaron en el desconocido. Hacía mucho que no hablaba con nadie que no fuese de la Orden y se me hacía raro.
-Bonito nombre. Ya que me habeis invitado... qué menos que deciros mi nombre -sonreí una milésima de segundo, el vaso tapó mis labios rojos como la sangre -Lynn, rubito -dediqué reverencias a ambos y volví a mi vaso, dando la conversación por terminada pero eso que pretendían hacer me llamó la atención. -Deberías no hablar tan alto sobre... -me incliné hacia él para que solo ellos me oyesen -Un atraco...¿sois ambos principiantes? Más que nada a nadie se le ocurriría ni por asomo, gritar a los cuatro vientos lo que pretendeis hacer dentro de unas horas -enarque una ceja , aficionados... -¿Por qué? ¿Necesitais el dinero? O simplemente... porque es divertido, si es eso me apunto -tan impulsiva como siempre.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
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Re: Whisky negro [privado]
Ladeé la sonrisa al escuchar lo de rubito, ahora ya no podía quejarse si la llamaba preciosa.
Ademas llamar a las mujeres por un cariñoso apodo siempre funcionaba, si las llamaba por el nombre cabía la posibilidad de cometer algún error de esos que pueden arruinarte una noche de placer.
Sin embargo ¿a que mujer le disgusta que la llamen preciosa?
La rubia me dijo que se llamaba Lynn, no conocía mas Lynn así que iba a ser una bonita muesca que añadir a mi espada.
El carca de mi hermano no despegaba los ojos del cabaret, negaba escuchándonos hablar, claro que cuando la chavalita dijo que se apuntaba a dar el golpe, salto enervado de la mesa alzando un dedo para dirigirlo hacia mi persona de forma inquisidora.
-Deshazte de ella -rugió sin hacer gala a esa clama que solía ostentar. Su advertencia quedaba clara a decir verdad y sin despedirse de la joven se largó.
Negué con cierta diversión volviendo a centrarme en la rubia, moví la silla guiñándole un ojo para que tomara asiento a mi lado.
-¿Una copa cazadora? -pregunté sin dejar de repasar su cuerpo con mi mirada -disculpa a mi hermano, es un tanto -hice un silencio para encontrar la respuesta adecuada -sieso. No se le da bien las relaciones personales, menos mal que estoy yo para no dejar a una belleza como tu desatendida.
Alcé la mano pidiendo al posadero sendos vasos de whisky negro.
Mis ojos se centraron en la boca roja como el fuego de la tal Lynn
-¿y que has salido a cazar preciosa? -pregunté sin dejar de mirar su boca -Porque con esa boca no existirá hombre que se te resista.
Yo no era precisamente un hombre que se andará con medias tintas, me gustaba jugar, apostar y ganar y ahora mismo había repartido las cartas...era cuestión de tiempo el sacar los ases que llevaba en la manga.
Di un trago de las copas recién servidas eso si, mis ojos seguían mirándola por encima del vidrio como si solo ella existiera.
-Sobre mi trabajo, lo siento, no mezclo el placer con los negocios, por no añadir que si te permitiera embarcarte en nuestro “trabajo” mi hermano me castraría y valoro bastante lo que tengo entre las piernas...ya sabes.
Ademas llamar a las mujeres por un cariñoso apodo siempre funcionaba, si las llamaba por el nombre cabía la posibilidad de cometer algún error de esos que pueden arruinarte una noche de placer.
Sin embargo ¿a que mujer le disgusta que la llamen preciosa?
La rubia me dijo que se llamaba Lynn, no conocía mas Lynn así que iba a ser una bonita muesca que añadir a mi espada.
El carca de mi hermano no despegaba los ojos del cabaret, negaba escuchándonos hablar, claro que cuando la chavalita dijo que se apuntaba a dar el golpe, salto enervado de la mesa alzando un dedo para dirigirlo hacia mi persona de forma inquisidora.
-Deshazte de ella -rugió sin hacer gala a esa clama que solía ostentar. Su advertencia quedaba clara a decir verdad y sin despedirse de la joven se largó.
Negué con cierta diversión volviendo a centrarme en la rubia, moví la silla guiñándole un ojo para que tomara asiento a mi lado.
-¿Una copa cazadora? -pregunté sin dejar de repasar su cuerpo con mi mirada -disculpa a mi hermano, es un tanto -hice un silencio para encontrar la respuesta adecuada -sieso. No se le da bien las relaciones personales, menos mal que estoy yo para no dejar a una belleza como tu desatendida.
Alcé la mano pidiendo al posadero sendos vasos de whisky negro.
Mis ojos se centraron en la boca roja como el fuego de la tal Lynn
-¿y que has salido a cazar preciosa? -pregunté sin dejar de mirar su boca -Porque con esa boca no existirá hombre que se te resista.
Yo no era precisamente un hombre que se andará con medias tintas, me gustaba jugar, apostar y ganar y ahora mismo había repartido las cartas...era cuestión de tiempo el sacar los ases que llevaba en la manga.
Di un trago de las copas recién servidas eso si, mis ojos seguían mirándola por encima del vidrio como si solo ella existiera.
-Sobre mi trabajo, lo siento, no mezclo el placer con los negocios, por no añadir que si te permitiera embarcarte en nuestro “trabajo” mi hermano me castraría y valoro bastante lo que tengo entre las piernas...ya sabes.
Raziel- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 80
Fecha de inscripción : 17/07/2017
Re: Whisky negro [privado]
Aquel joven no sabía en donde acababa de meterse. Si pensaba que con un par de palabras cariñosas caería entre sus brazos lo tenía muy difícil. Aún así le seguí el juego para ver lo que ocurría al final, aunque...no me equivocaría seguro. Sonreí frente a mi copa, ahora vacía...cuando oí “deshazte de ella”, el otro no parecía estar interesado en tener ayuda y peor... que una mujer terminase obteniendo parte del botín.
Era cazadora y no ladrona pero por una vez quería saber de lo que sería capaz. Notaba la forma en la que me miraba, como un trozo de carne que llevarse a la boca, no se diferenciaba de los demás. Seguramente su encantadora sonrisa y elegir las palabras perfectas para que cayesen a sus pies...le habría servido con otras pero conmigo se había equivocado, yo no era cualquier jovencita desesperada que con solo un par de sonrisas coquetas, palabras bonitas y promesas que luego no cumplían...me ganaban.
-Y tú no eres ningún sieso ¿no? Claro. Que suerte tengo, me ha tocado la lotería esta noche -sonreí encantadora, mirándole fijamente a los ojos, no despegué mis ojos azules de los ajenos ni un segundo. Pestañeé coqueta, bajando un instante la mirada, mostrando la más bonitas de mi sonrisas. ¿Cómo alguien que parecía un ángel podía ser una cazadora de demonios, de seres que no eran de este mundo -¿De verdad quieres saber qué quiero cazar esta noche? Puedo...darte una pista -me relamí, inclinándome hacia él, sin apartar mis orbes azules de él y... en cuanto lo tuve cerca, dejé el vaso entre ambos de muy malas formas...lo rompí sin querer pero es que ese hombre me estaba rebosando la paciencia, y yo...no tenía de eso.
-Esa mierda te funciona con todas y crees que voy a ser tan necia de rendirme ante ti..por llamarme preciosa...y hacer alago a mis labios -contuve la risa pero al final fue imposible, me eché a reír de lo más divertida, alejándome de él y volver la mirada hacia el frente...ese hombre no sabía a quién tenía al lado.-Yo no mezclo nada con el trabajo y el placer está en el último lugar. Puedes probar suerte en el burdel o con alguna cabaretera que te abra las piernas... -dejé el dinero en la barra, pagué la ronda de los tres, odiaba que me tratasen como una maldita flor delicada que era incapaz de valerse por sí misma.
Ya no tenía nada que hacer allí.
Era cazadora y no ladrona pero por una vez quería saber de lo que sería capaz. Notaba la forma en la que me miraba, como un trozo de carne que llevarse a la boca, no se diferenciaba de los demás. Seguramente su encantadora sonrisa y elegir las palabras perfectas para que cayesen a sus pies...le habría servido con otras pero conmigo se había equivocado, yo no era cualquier jovencita desesperada que con solo un par de sonrisas coquetas, palabras bonitas y promesas que luego no cumplían...me ganaban.
-Y tú no eres ningún sieso ¿no? Claro. Que suerte tengo, me ha tocado la lotería esta noche -sonreí encantadora, mirándole fijamente a los ojos, no despegué mis ojos azules de los ajenos ni un segundo. Pestañeé coqueta, bajando un instante la mirada, mostrando la más bonitas de mi sonrisas. ¿Cómo alguien que parecía un ángel podía ser una cazadora de demonios, de seres que no eran de este mundo -¿De verdad quieres saber qué quiero cazar esta noche? Puedo...darte una pista -me relamí, inclinándome hacia él, sin apartar mis orbes azules de él y... en cuanto lo tuve cerca, dejé el vaso entre ambos de muy malas formas...lo rompí sin querer pero es que ese hombre me estaba rebosando la paciencia, y yo...no tenía de eso.
-Esa mierda te funciona con todas y crees que voy a ser tan necia de rendirme ante ti..por llamarme preciosa...y hacer alago a mis labios -contuve la risa pero al final fue imposible, me eché a reír de lo más divertida, alejándome de él y volver la mirada hacia el frente...ese hombre no sabía a quién tenía al lado.-Yo no mezclo nada con el trabajo y el placer está en el último lugar. Puedes probar suerte en el burdel o con alguna cabaretera que te abra las piernas... -dejé el dinero en la barra, pagué la ronda de los tres, odiaba que me tratasen como una maldita flor delicada que era incapaz de valerse por sí misma.
Ya no tenía nada que hacer allí.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
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Re: Whisky negro [privado]
La miré atónito, no se exactamente como habíamos pasado del “me invitas a una copa” a “¿eso te funciona con todas?”
-Con todas las que no están locas -apunté apartando los cristales que habían saltado hasta donde yo estaba.
Claro que la rubia loca se levantó ofendida como si esperara de mi un anillo de compromiso y no pasar una noche divertida.
Negué viéndola acercarse a la barra para pagar la cuenta si pensaba que iba a ir tras ella como un perrito faldero suplicando que volviera la tenia clara.
Esa desquiciada iba a los bares en busca de un idiota la que montarle una que no se merecía.
-Loca -mascullé entre dientes cuando pasó por mi lado para largarse, peor al escucharlo se detuvo lo que me hizo ladear la sonrisa con altivez encogiéndome de hombros.
Me miro con mucho odio, como si yo pagara los platos rotos de otros que como yo solo habían buscado pasar con ella un rato.
-Te aconsejo princesa que si lo que buscas es un marido no lo hagas en estos antros, todos te saldremos rana...creo que hay alguna fiesta en el Palacio Royal, mira a ver si cazas algo princesa.
Me reí contra el vidrio dando un buen trago para después rellenarlo nuevamente bajo su atenta mirada.
-No acostumbro a llevar anillos de compromiso en el bolsillo preciosa, pero ya lo se para la próxima.
No podía dejar de reírme, es que así, enfadada estaba hasta guapa.
-Claro que quizás en una primera cita y sin conocer a la dama de nada me tacha de loco.
Vi como llevaba la mano hacia las armas, mi mirada se centro en sus azules mientras negaba con mi dedo.
-Te aconsejo princesa que no hagas eso
-Con todas las que no están locas -apunté apartando los cristales que habían saltado hasta donde yo estaba.
Claro que la rubia loca se levantó ofendida como si esperara de mi un anillo de compromiso y no pasar una noche divertida.
Negué viéndola acercarse a la barra para pagar la cuenta si pensaba que iba a ir tras ella como un perrito faldero suplicando que volviera la tenia clara.
Esa desquiciada iba a los bares en busca de un idiota la que montarle una que no se merecía.
-Loca -mascullé entre dientes cuando pasó por mi lado para largarse, peor al escucharlo se detuvo lo que me hizo ladear la sonrisa con altivez encogiéndome de hombros.
Me miro con mucho odio, como si yo pagara los platos rotos de otros que como yo solo habían buscado pasar con ella un rato.
-Te aconsejo princesa que si lo que buscas es un marido no lo hagas en estos antros, todos te saldremos rana...creo que hay alguna fiesta en el Palacio Royal, mira a ver si cazas algo princesa.
Me reí contra el vidrio dando un buen trago para después rellenarlo nuevamente bajo su atenta mirada.
-No acostumbro a llevar anillos de compromiso en el bolsillo preciosa, pero ya lo se para la próxima.
No podía dejar de reírme, es que así, enfadada estaba hasta guapa.
-Claro que quizás en una primera cita y sin conocer a la dama de nada me tacha de loco.
Vi como llevaba la mano hacia las armas, mi mirada se centro en sus azules mientras negaba con mi dedo.
-Te aconsejo princesa que no hagas eso
Raziel- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 80
Fecha de inscripción : 17/07/2017
Re: Whisky negro [privado]
Se había equivocado de chica, no estábamos en el burdel y allí solo busqué llevarme un trago a los labios, no lidiar con un machito que se creía que con un par de sonrisas y piropos, me iba a meter en su cama. Podía ¿por qué no? Pero los hombres para mí eran escoria, los odiaba más que a los seres sobrenaturales y encima, si aparte de ser sobrenatural era un hombre...mi odio crecía más y más por segundos.
No era la primera vez que me llamaban loca, su orgullo herido quedó tocado cuando le rechacé pero ¿y qué? Se podía buscar a otra que lo aguantase su sarta de chorradas. Si me detuve , era para decirle un par de cosas a ese infeliz. Un ladrón de poca monda que se dedicaba a gritar a los cuatro vientos el plan de esa noche...había que ser estúpido.
-¿Un marido?¿Para qué quiero un marido? Puedo tener lo que quiera de un hombre sin casarme con él...pero hoy no es la noche, no me apetece liarme contigo -lo miré desafiante, mis mejillas se tiñeron de un sonrojado muy diferente al de un rubor por vergüenza, destilaba enfado...no rabia, ya supe cómo canalizarla -¡Deja de llamarme estupideces! De todos los hombres, tú serías el último con el que me casaría, eso tenlo por seguro. No eres de esos que pones el huevo en un solo corral , a saber cuantos has puesto y has creado falsas ilusiones ¿eres de esos? De regar la oreja, ocurre y te largas -
Me separé un par de pasos para marcharme, no debió ir por ese camino. Si pretendía conquistarme lo tenía difícil, aún más que antes de convertirme en lo que era ahora. Exterminar seres que acababan con vidas inocentes se había convertido en mi único objetivo, y otros motivos que ahora no venían al caso.
-¿Y qué me aconsejas? Emborracharme, te acerques...-di un par de pasos hacia él, sin apartar su mirada de la mía. Apoyé ambas manos en la barra , acorralándolo y pasear mis orbes azules por su rostro, como si no hubiese nada más en esa estancia -Y te pida que ...-mis labios peligrosos, se acercaron a su oído , si él jugaba yo también -Me hagas tuya...¿quieres eso?-reí suave y antes de apartarme, dejé que mis labios acariciaran su mentón, lo que no era ni un beso -Demasiado para ti, cazador -me aparté como si quemase, hábil cogi su copa y me la bebí de golpe.
No era la primera vez que me llamaban loca, su orgullo herido quedó tocado cuando le rechacé pero ¿y qué? Se podía buscar a otra que lo aguantase su sarta de chorradas. Si me detuve , era para decirle un par de cosas a ese infeliz. Un ladrón de poca monda que se dedicaba a gritar a los cuatro vientos el plan de esa noche...había que ser estúpido.
-¿Un marido?¿Para qué quiero un marido? Puedo tener lo que quiera de un hombre sin casarme con él...pero hoy no es la noche, no me apetece liarme contigo -lo miré desafiante, mis mejillas se tiñeron de un sonrojado muy diferente al de un rubor por vergüenza, destilaba enfado...no rabia, ya supe cómo canalizarla -¡Deja de llamarme estupideces! De todos los hombres, tú serías el último con el que me casaría, eso tenlo por seguro. No eres de esos que pones el huevo en un solo corral , a saber cuantos has puesto y has creado falsas ilusiones ¿eres de esos? De regar la oreja, ocurre y te largas -
Me separé un par de pasos para marcharme, no debió ir por ese camino. Si pretendía conquistarme lo tenía difícil, aún más que antes de convertirme en lo que era ahora. Exterminar seres que acababan con vidas inocentes se había convertido en mi único objetivo, y otros motivos que ahora no venían al caso.
-¿Y qué me aconsejas? Emborracharme, te acerques...-di un par de pasos hacia él, sin apartar su mirada de la mía. Apoyé ambas manos en la barra , acorralándolo y pasear mis orbes azules por su rostro, como si no hubiese nada más en esa estancia -Y te pida que ...-mis labios peligrosos, se acercaron a su oído , si él jugaba yo también -Me hagas tuya...¿quieres eso?-reí suave y antes de apartarme, dejé que mis labios acariciaran su mentón, lo que no era ni un beso -Demasiado para ti, cazador -me aparté como si quemase, hábil cogi su copa y me la bebí de golpe.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
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Re: Whisky negro [privado]
La escuché con una media sonrisa torcida mientras daba tragos lentos al vaso de bourbon haciendo que los peces chocaran entre si.
Incrédulo escuché todas y cada una de las palabras de esa desconocida que descargaba sobre mi como una tormenta litros y litros de resentimiento.
Negué sin perder la sonrisa cuando dijo que yo seria el ultimo hombre con el que se casaría que había existido en la faz de la tierra.
Le hubiera respondido con un mordaz comentario, uno que me dejo a huevo, peor preferí guardar silencio para que terminara de desahogarse.
Era fácil juzgar a alguien que no conocía de nada, no era de los que ponían el huevo en un solo corral, pero ¿conocía las razones? No, ¿para que preguntar? Mejor decir de mi todo lo que se le antojara y largarse triunfal con la cabeza alta y vitoreada pro todo el local.
Si eso le hacia sentirse mejor, adelante, no pensaba joderle la noche y su lección de vida a un cabrón sin escrúpulos.
Quizás si se hubiera molestado en conocerme sabría que era un hombre errante, incapaz de permanecer demasiado en el mismo lugar y no porque huyera de una relación seria, si no porque huía de la inquisición que quería mi cabeza en una bandeja de plata.
Claro que me gustaría tener una mujer que calentara mi lecho cada noche, que me amara y con la que tener familia pero ¿que podía ofrecerle? Una vida corriendo de lado a lado.
También podía hacer lo que hacia Samael, una muerte en vida...él no se relacionaba con nadie, se sumía a trabajar, planear el siguiente golpe y el lugar donde nos largaríamos después.
No había mujeres, ni risas, ni nada que pudiera hacerlo sentir vivo ¿podían culparme a mi de al menos intentar sentir algo?
-¿has terminado? Le dije cuando acercó sus labios a los míos con total indiferencia.
¿Follarmela? La verdad, ahora mismo no tenia ningunas ganas de eso con ella. Si creía que era un mono con la mano en los huevos todo el día se equivocaba también conmigo.
Dejé caer unos francos sobre la barra cuando la dama apuró mi copa y metiendo las manos en los bolsillos salí de aquel lugar de mala muerte rumbo a casa.
Samael de seguro ya habría llegado ...
Incrédulo escuché todas y cada una de las palabras de esa desconocida que descargaba sobre mi como una tormenta litros y litros de resentimiento.
Negué sin perder la sonrisa cuando dijo que yo seria el ultimo hombre con el que se casaría que había existido en la faz de la tierra.
Le hubiera respondido con un mordaz comentario, uno que me dejo a huevo, peor preferí guardar silencio para que terminara de desahogarse.
Era fácil juzgar a alguien que no conocía de nada, no era de los que ponían el huevo en un solo corral, pero ¿conocía las razones? No, ¿para que preguntar? Mejor decir de mi todo lo que se le antojara y largarse triunfal con la cabeza alta y vitoreada pro todo el local.
Si eso le hacia sentirse mejor, adelante, no pensaba joderle la noche y su lección de vida a un cabrón sin escrúpulos.
Quizás si se hubiera molestado en conocerme sabría que era un hombre errante, incapaz de permanecer demasiado en el mismo lugar y no porque huyera de una relación seria, si no porque huía de la inquisición que quería mi cabeza en una bandeja de plata.
Claro que me gustaría tener una mujer que calentara mi lecho cada noche, que me amara y con la que tener familia pero ¿que podía ofrecerle? Una vida corriendo de lado a lado.
También podía hacer lo que hacia Samael, una muerte en vida...él no se relacionaba con nadie, se sumía a trabajar, planear el siguiente golpe y el lugar donde nos largaríamos después.
No había mujeres, ni risas, ni nada que pudiera hacerlo sentir vivo ¿podían culparme a mi de al menos intentar sentir algo?
-¿has terminado? Le dije cuando acercó sus labios a los míos con total indiferencia.
¿Follarmela? La verdad, ahora mismo no tenia ningunas ganas de eso con ella. Si creía que era un mono con la mano en los huevos todo el día se equivocaba también conmigo.
Dejé caer unos francos sobre la barra cuando la dama apuró mi copa y metiendo las manos en los bolsillos salí de aquel lugar de mala muerte rumbo a casa.
Samael de seguro ya habría llegado ...
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Re: Whisky negro [privado]
Todo había cambiado.
Yo lo hice.
Ya casi no recuerdo mis amaneceres en la residencia Appleby, poco a poco, mi antigua vida se iba borrando de mi cabeza. Cerré los ojos un instante para tomar aire y soltarlo. Acaba de volver a comportarme como una lunática pero ya no sabía cómo relacionarme con nadie que no fuese de mi Orden. Desconfiaba, era un hecho pero con todo lo ocurrido a mis espaldas ¿cómo no hacerlo? Me sentía fuerte y capaz de cualquier cosa por primera vez.
Resoplé, mi mirada azul como el mismo hielo seguía en el vaso que había robado de alguna forma. No me percaté de que aquel hombre que le acompañaba también se marchó, esa era yo. Abbey Lynn Appleby volvía a resurgir de sus cenizas y ahora, más fuerte que nunca. Cierto que aquel hombre no lo conocí, lo juzgué por lo que acababa de ofrecerme... insinuante, provocando algo que dudaba mucho pudiese conseguir.
Coloqué bien mi sombrero de ala ancha y me dirigí hacia la salida, necesitaba algo mucho más fuerte que eso para dormirme esa noche. Para mi sorpresa, él seguía allí, observando la nada...seguramente intentando asimilar mi comportamiento. Entorné los ojos, seguramente le había chafado la fiesta pero ¿no era mejor dejar las cosas claras?
Me acerqué a él y le di una palmada en la espalda para llamar su atención, no detuve mis pasos y sí que me giré hacia él mientras caminaba hacia atrás, a otro lugar donde me sirviera algo en condiciones. Le hice un gesto con la cabeza, no tenía otro modo de.....¿disculparme? No era esa la palabra pero tampoco podía ladrar a todo aquel que se me acercase por el simple hecho de entablar conversación.
-Me largo a por algo más fuerte, así que o puedes acompañarme o seguir llamándome loca y perder el tiempo. Cada minuto de la vida es muy valiosa -mis ojos brillaban por esa frase...-No deberías irte a la cama temprano, tendrás que tomarte un vaso de leche con unas galletas y con el alcohol ...no van bien, te lo digo con experiencia. Te invito, a una y si no pues yo me la beberé. Tu amigo te ha abandonado... resultabas demasiado pedante hasta para él -sonreí maliciosa, no podía evitarlo...mis pasos volvieron a reanudarse...buscando una taberna que pudiese complacerme esa noche.
Me adentré en una bien escondida, estaba en medio de un callejón y seguramente dentro no habría un buen ambiente, me adentré dentro y me senté en la barra, pidiendo dos whiskys dobles...esperaba que eso me despertase, me hiciera sentir algo pues ya nada ni nadie lo conseguía. Si él no venía, yo me lo bebería, era mi forma de...no ser tremendamente tajante, soberbia...pues solo salí a beber.
Yo lo hice.
Ya casi no recuerdo mis amaneceres en la residencia Appleby, poco a poco, mi antigua vida se iba borrando de mi cabeza. Cerré los ojos un instante para tomar aire y soltarlo. Acaba de volver a comportarme como una lunática pero ya no sabía cómo relacionarme con nadie que no fuese de mi Orden. Desconfiaba, era un hecho pero con todo lo ocurrido a mis espaldas ¿cómo no hacerlo? Me sentía fuerte y capaz de cualquier cosa por primera vez.
Resoplé, mi mirada azul como el mismo hielo seguía en el vaso que había robado de alguna forma. No me percaté de que aquel hombre que le acompañaba también se marchó, esa era yo. Abbey Lynn Appleby volvía a resurgir de sus cenizas y ahora, más fuerte que nunca. Cierto que aquel hombre no lo conocí, lo juzgué por lo que acababa de ofrecerme... insinuante, provocando algo que dudaba mucho pudiese conseguir.
Coloqué bien mi sombrero de ala ancha y me dirigí hacia la salida, necesitaba algo mucho más fuerte que eso para dormirme esa noche. Para mi sorpresa, él seguía allí, observando la nada...seguramente intentando asimilar mi comportamiento. Entorné los ojos, seguramente le había chafado la fiesta pero ¿no era mejor dejar las cosas claras?
Me acerqué a él y le di una palmada en la espalda para llamar su atención, no detuve mis pasos y sí que me giré hacia él mientras caminaba hacia atrás, a otro lugar donde me sirviera algo en condiciones. Le hice un gesto con la cabeza, no tenía otro modo de.....¿disculparme? No era esa la palabra pero tampoco podía ladrar a todo aquel que se me acercase por el simple hecho de entablar conversación.
-Me largo a por algo más fuerte, así que o puedes acompañarme o seguir llamándome loca y perder el tiempo. Cada minuto de la vida es muy valiosa -mis ojos brillaban por esa frase...-No deberías irte a la cama temprano, tendrás que tomarte un vaso de leche con unas galletas y con el alcohol ...no van bien, te lo digo con experiencia. Te invito, a una y si no pues yo me la beberé. Tu amigo te ha abandonado... resultabas demasiado pedante hasta para él -sonreí maliciosa, no podía evitarlo...mis pasos volvieron a reanudarse...buscando una taberna que pudiese complacerme esa noche.
Me adentré en una bien escondida, estaba en medio de un callejón y seguramente dentro no habría un buen ambiente, me adentré dentro y me senté en la barra, pidiendo dos whiskys dobles...esperaba que eso me despertase, me hiciera sentir algo pues ya nada ni nadie lo conseguía. Si él no venía, yo me lo bebería, era mi forma de...no ser tremendamente tajante, soberbia...pues solo salí a beber.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
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Re: Whisky negro [privado]
Escuché su voz a mis espaldas, rodé los ojos esperando que volviera a soltarme su discurso de lo digna que era ella y lo cabrón que era yo, mas esta vez solo me invitó a beber.
Estuve tentado de mandarla a la mierda sin billete de vuelta, peor la verdad, quería ver hasta donde era capaz de llegar la locura de esa mujer, así que la seguí por las callejuelas con una mueca divertida hasta llegar a una taberna algo mas escondida y con gente un tanto mas...sombría.
Tomé asiento a su lado en la barra y tomé ese whisky doble que me había pedido para mi y que de no acudir estaba dispuesta a beberselo ella.
-no te emborraches, no quiero tener que buscar donde llevarte a pasar la noche, conociéndote me acusaras de ser un violador nada mas despiertes.
Un trago para apagar la mala hostia que llevaba encima por su culpa y una sonrisa ladeada mirandola en silencio por unos momento.
-Mi amigo es mi hermano y si, posiblemente no me soporta, pero es lo que tiene la sangre... obra milagros -apunté guiñándole un ojo.
Si ella supiera lo difícil que había sido nuestra vida no la juzgaría con tanta facilidad, no pedía benevolencia, tampoco es que me importara en demasía que opinara de uno y otro, de momento mi idea solo era pasar un rato con una bella señorita, eso si, sin tocarle un pelo, no quería que me acusara de violación de sus derechos humanos.
Di otro trago de la copa riendo contra el vidrio.
-¿y bien señorita? ademas de un pastor que proclama la verdad ¿a que dedicáis vuestro tiempo libre?
La cara de la joven me hizo reír.
-Y eso que aun no estoy borracho, luego puedo ser mucho mas difícil de soportar, créeme -apunté dando un nuevo trago.
Me alcé de la silla caminando hacia la diana y cogiendo los tres dardos que había clavados en ella busque a la cazadora con la mirada.
-¿y si nos jugamos algo a los dardos? Sin sermones por favor, si no estas de acuerdo con los juegos de azar solo dímelo -apunté con cierta ironía.
Miré a la señorita llamándola con el dedo para que se acercara con actitud chulesca.
-Me traes una birra -le pedí guiñándole un ojo -tu necesitaras dos para empujar el mal trago de la perdida.
Estuve tentado de mandarla a la mierda sin billete de vuelta, peor la verdad, quería ver hasta donde era capaz de llegar la locura de esa mujer, así que la seguí por las callejuelas con una mueca divertida hasta llegar a una taberna algo mas escondida y con gente un tanto mas...sombría.
Tomé asiento a su lado en la barra y tomé ese whisky doble que me había pedido para mi y que de no acudir estaba dispuesta a beberselo ella.
-no te emborraches, no quiero tener que buscar donde llevarte a pasar la noche, conociéndote me acusaras de ser un violador nada mas despiertes.
Un trago para apagar la mala hostia que llevaba encima por su culpa y una sonrisa ladeada mirandola en silencio por unos momento.
-Mi amigo es mi hermano y si, posiblemente no me soporta, pero es lo que tiene la sangre... obra milagros -apunté guiñándole un ojo.
Si ella supiera lo difícil que había sido nuestra vida no la juzgaría con tanta facilidad, no pedía benevolencia, tampoco es que me importara en demasía que opinara de uno y otro, de momento mi idea solo era pasar un rato con una bella señorita, eso si, sin tocarle un pelo, no quería que me acusara de violación de sus derechos humanos.
Di otro trago de la copa riendo contra el vidrio.
-¿y bien señorita? ademas de un pastor que proclama la verdad ¿a que dedicáis vuestro tiempo libre?
La cara de la joven me hizo reír.
-Y eso que aun no estoy borracho, luego puedo ser mucho mas difícil de soportar, créeme -apunté dando un nuevo trago.
Me alcé de la silla caminando hacia la diana y cogiendo los tres dardos que había clavados en ella busque a la cazadora con la mirada.
-¿y si nos jugamos algo a los dardos? Sin sermones por favor, si no estas de acuerdo con los juegos de azar solo dímelo -apunté con cierta ironía.
Miré a la señorita llamándola con el dedo para que se acercara con actitud chulesca.
-Me traes una birra -le pedí guiñándole un ojo -tu necesitaras dos para empujar el mal trago de la perdida.
Raziel- Vampiro Clase Media
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Re: Whisky negro [privado]
No pude evitar que una media sonrisa apareciese en mis labios, sí..lo acusaría de lo peor y todo por salirme con la mía. Apenas nos habíamos conocido y ya predecía lo que sería capaz de decir o querer conseguir, me pareció extraño pero tampoco le di muchas vueltas. Enarqué una ceja, no iba a emborracharme...lo tenía completamente prohibido, la Orden era la Orden y por una noche de alcohol no iba a fastidiarla.
-No estoy de acuerdo, tengo muchas hermanas y no han obrado milagros conmigo. Supongo...que es porque soy más insoportable que tú, cazador -sonreí de forma leve, el ambiente se había calmado, me sentía más relajada y no tan a la defensiva. Hubo resentimiento en mi voz al nombrar a mis hermanos, no debí hablar de mi familia...ahora, la única en quien confiaba...eran mis hermanos de la Orden. No había más familia que esa.
-A cazar mequetrefes, a crucificar el mal que ensombrece esta ciudad -confianza y determinación en mi voz, fiereza en mi mirada. Mis ojos azules se abrieron, mirándole fijamente a los ojos, nunca había hablado tan claro en mi vida. -A lo mejor quien sabe, tú eres el insoportable y yo... la más graciosa de los dos -sonreí frente a la copa, la bebería despacio...ya bebí suficiente y un juramento, era un juramento.
Pestañeé ¿acababa de mandarme a por una birra como si fuese su criada? Me acerqué a él y le di una colleja, negando con la cabeza, ese iba a ser el premio, quien ganase iría a por la copa del otro. Sonreí de medio lado, tomando uno de los dardos con dos de mis dedos... la puntería era uno de mis puntos a favor, cerré un ojo...centré el campo de tiro y lancé el dardo, dando en diana. Probé con otro e hice lo mismo pero... antes de lanzarlo, lo miré y tiré sin mirar a la diana, justo en el blanco. Sonreí y le di un par de golpes en el hombro, a lanzar no me ganaba nadie.
-Podemos ...apostar un cuerpo contra cuerpo pero seguramente pierdas también ¿qué podrías darme? yo...una noche de libertad. La pedí hace mucho, ahora...soy yo quien la ofrece. Lo tomas o lo dejas
-No estoy de acuerdo, tengo muchas hermanas y no han obrado milagros conmigo. Supongo...que es porque soy más insoportable que tú, cazador -sonreí de forma leve, el ambiente se había calmado, me sentía más relajada y no tan a la defensiva. Hubo resentimiento en mi voz al nombrar a mis hermanos, no debí hablar de mi familia...ahora, la única en quien confiaba...eran mis hermanos de la Orden. No había más familia que esa.
-A cazar mequetrefes, a crucificar el mal que ensombrece esta ciudad -confianza y determinación en mi voz, fiereza en mi mirada. Mis ojos azules se abrieron, mirándole fijamente a los ojos, nunca había hablado tan claro en mi vida. -A lo mejor quien sabe, tú eres el insoportable y yo... la más graciosa de los dos -sonreí frente a la copa, la bebería despacio...ya bebí suficiente y un juramento, era un juramento.
Pestañeé ¿acababa de mandarme a por una birra como si fuese su criada? Me acerqué a él y le di una colleja, negando con la cabeza, ese iba a ser el premio, quien ganase iría a por la copa del otro. Sonreí de medio lado, tomando uno de los dardos con dos de mis dedos... la puntería era uno de mis puntos a favor, cerré un ojo...centré el campo de tiro y lancé el dardo, dando en diana. Probé con otro e hice lo mismo pero... antes de lanzarlo, lo miré y tiré sin mirar a la diana, justo en el blanco. Sonreí y le di un par de golpes en el hombro, a lanzar no me ganaba nadie.
-Podemos ...apostar un cuerpo contra cuerpo pero seguramente pierdas también ¿qué podrías darme? yo...una noche de libertad. La pedí hace mucho, ahora...soy yo quien la ofrece. Lo tomas o lo dejas
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
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Re: Whisky negro [privado]
Enarque una ceja cuando me dio una colleja por haberle pedido una cerveza, bufé negando mientras me iba a la barra a por un par de botellines.
Esa mujer era un sargento, como si fuera una feminista amargada parecía tomarse todo de un modo distinto al correcto, le había pedido una birra porque ella estaba en la barra y yo en la diana...yo se la hubiera traído sin discutir, ni problema alguno, a veces me daba la sensación que tanto ensalzar su feminidad implicaba que a lo largo de su vida había sido sometida por el hombre.
-Toma señorita -le dije tendiéndole la suya.
Apoyé mi culo en una de las mesas dando un profundo trago de la boquilla, estaba fría, entraba bien, y desde allí la perspectiva era muy buena, la chica era preciosa aunque algo difícil de soportar..no se podía tener todo en esta vida.
Ladeé la sonrisa cuando la vi lanzar los dardos creyéndose la dueña del mundo y de la puntería.
-Aun no he tirado ¿por que cantas victoria? -pregunté ladeando la sonrisa.
Desde donde estaba y sin ponerme en pie, lancé los dardos rápidos, uno tras otro clavandolos en el mismo centro que lo había hecho ella.
-A mi tampoco se me da mal esto de la puntería.
Era un maldito experimento creado para acoger un ángel en mi interior, nada que tuviera que ver con las armas se me daba mal, aguantaba mas que un humano normal en resistencia, era mas fuerte, mas diestro...
-Pero acepto esa noche de libertad, ya que odias que mande, voy a dejarte hacerlo a ti, como si hubieras ganados señorita Abbey ¿donde vamos? -pregunté ladeando la sonrisa con picardia
Ella me miraba fijamente como si no entendiera el porque lo hacia, la verdad no tenia respuesta, pero me apetecía una noche distinta, de borrachera en la que al parecer no iba a sacar nada de ella.
-¿Pillamos una botella? ¿o también tienes problemas con que me emborrache y lo hagas tu conmigo?
Esa mujer era un sargento, como si fuera una feminista amargada parecía tomarse todo de un modo distinto al correcto, le había pedido una birra porque ella estaba en la barra y yo en la diana...yo se la hubiera traído sin discutir, ni problema alguno, a veces me daba la sensación que tanto ensalzar su feminidad implicaba que a lo largo de su vida había sido sometida por el hombre.
-Toma señorita -le dije tendiéndole la suya.
Apoyé mi culo en una de las mesas dando un profundo trago de la boquilla, estaba fría, entraba bien, y desde allí la perspectiva era muy buena, la chica era preciosa aunque algo difícil de soportar..no se podía tener todo en esta vida.
Ladeé la sonrisa cuando la vi lanzar los dardos creyéndose la dueña del mundo y de la puntería.
-Aun no he tirado ¿por que cantas victoria? -pregunté ladeando la sonrisa.
Desde donde estaba y sin ponerme en pie, lancé los dardos rápidos, uno tras otro clavandolos en el mismo centro que lo había hecho ella.
-A mi tampoco se me da mal esto de la puntería.
Era un maldito experimento creado para acoger un ángel en mi interior, nada que tuviera que ver con las armas se me daba mal, aguantaba mas que un humano normal en resistencia, era mas fuerte, mas diestro...
-Pero acepto esa noche de libertad, ya que odias que mande, voy a dejarte hacerlo a ti, como si hubieras ganados señorita Abbey ¿donde vamos? -pregunté ladeando la sonrisa con picardia
Ella me miraba fijamente como si no entendiera el porque lo hacia, la verdad no tenia respuesta, pero me apetecía una noche distinta, de borrachera en la que al parecer no iba a sacar nada de ella.
-¿Pillamos una botella? ¿o también tienes problemas con que me emborrache y lo hagas tu conmigo?
Raziel- Vampiro Clase Media
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Re: Whisky negro [privado]
No debería beber más de lo que ya lo hice, apenas un par de copas más y me terminaría afectando. Tomé la cerveza, dándole un generoso trago. A veces, sin darme cuenta...esos modales que me inculcaron siendo una mocosa seguían intactos, elegantes y calculados...me hacían parecer menos ruda pero no así menos peligrosa. Sonreí contra el cristal, observándole en silencio, el juego había cambiado... ahora era el quien se lo jugaba todo.
-Quizás porque esté acostumbrada a perder y ahora... no lo crea así.-no me refería al juego en absoluto y ambos pudimos saberlo cuando le miré a los ojos. Un empate, era justo, ninguno habíamos fallado. Silbé por lo bajo, atrás quedaron los buenos modales y la elegancia, una risa se me escapó de los labios que callé al apretarlos. No solía expresar nada en público, jugueteé con mi pelo, enredándolo entre los dedos... me sentí por un instante vulnerable por el simple hecho de reírme.
-No he ganado. En tablas... así que te enseño un poco de libertad y... te soporto otro poco más -un desafío diferente, mis ojos azules sonrieron por primera vez en la noche. Le di un largo trago a la cerveza, la apuré y dejé las monedas encima de la barra, suficiente para pagar las de ambos. Comencé a caminar, volviendo a guiar sus pasos. No estaba acostumbrada a ir acompañada, desde que murió el señor Milles... ese vacío se había quedado vacío. Pensé en él durante unos segundos, en los que aminoré el paso y chasqueé la lengua... no fue un accidente pero eso era algo que ya no tenía solución.
-Pilla la botella pero...no podré beber más, ya alcancé mi cupo, no tengo problemas..mientras no te tenga que llevar a cuestas borracho... -le lancé una mirada de reojo seguida de una sonrisa. -No te llevaré a ningún lugar que seguramente ya conozcas así que... es cuestión de sentirte libre y en paz. Vamos -reanudé el paso, sin querer una breve sonrisa permanecía en mis labios. Bajo mi sombrero de ala ancha, bajé la mirada cuando pasamos por al lado de un grupo de personas, un gesto claro que no era cualquier cazadora...no podían reconocerme.
Entre el grupo de personas, por su atuendo y perfume caro, reconocí una voz que no olvidaría jamás. Voz femenina, me detuve en seco y en un acto reflejo, le tomé de la mano, tirando de él para cruzar la calle. Siseé, esperaba que me siguiese la corriente. Bajo mi sombrero, alcé la mirada... mi hermana Brittany del brazo de su esposo...caminaban conversando tras salir de algún concierto a los que iban. Podía haber abandonado Paris pero... allí seguía el misterio que tanto ansiaba conocer...dónde se encontraba...”él”. Mi gesto se endureció y mis ojos se entristecieron por un segundo, ella fue una de las que hicieron mi vida un completo infierno.
Pasaron por nuestro lado y...apreté más su mano, en señal de apoyo silencioso. No esperaba nada, tampoco le pedí...solo esperé que me siguiese para abandonar aquel lugar en donde no debía estar...me cegué por un momento sin pensar.
-Creo que será en otra ocasión, llévame a otro sitio... en donde el lujo carezca de sentido. Te toca en esta noche de libertad... piensa rápido, o corramos...cuando nuestros pasos nos detengan...quizás sea ese nuestro sitio.
-Quizás porque esté acostumbrada a perder y ahora... no lo crea así.-no me refería al juego en absoluto y ambos pudimos saberlo cuando le miré a los ojos. Un empate, era justo, ninguno habíamos fallado. Silbé por lo bajo, atrás quedaron los buenos modales y la elegancia, una risa se me escapó de los labios que callé al apretarlos. No solía expresar nada en público, jugueteé con mi pelo, enredándolo entre los dedos... me sentí por un instante vulnerable por el simple hecho de reírme.
-No he ganado. En tablas... así que te enseño un poco de libertad y... te soporto otro poco más -un desafío diferente, mis ojos azules sonrieron por primera vez en la noche. Le di un largo trago a la cerveza, la apuré y dejé las monedas encima de la barra, suficiente para pagar las de ambos. Comencé a caminar, volviendo a guiar sus pasos. No estaba acostumbrada a ir acompañada, desde que murió el señor Milles... ese vacío se había quedado vacío. Pensé en él durante unos segundos, en los que aminoré el paso y chasqueé la lengua... no fue un accidente pero eso era algo que ya no tenía solución.
-Pilla la botella pero...no podré beber más, ya alcancé mi cupo, no tengo problemas..mientras no te tenga que llevar a cuestas borracho... -le lancé una mirada de reojo seguida de una sonrisa. -No te llevaré a ningún lugar que seguramente ya conozcas así que... es cuestión de sentirte libre y en paz. Vamos -reanudé el paso, sin querer una breve sonrisa permanecía en mis labios. Bajo mi sombrero de ala ancha, bajé la mirada cuando pasamos por al lado de un grupo de personas, un gesto claro que no era cualquier cazadora...no podían reconocerme.
Entre el grupo de personas, por su atuendo y perfume caro, reconocí una voz que no olvidaría jamás. Voz femenina, me detuve en seco y en un acto reflejo, le tomé de la mano, tirando de él para cruzar la calle. Siseé, esperaba que me siguiese la corriente. Bajo mi sombrero, alcé la mirada... mi hermana Brittany del brazo de su esposo...caminaban conversando tras salir de algún concierto a los que iban. Podía haber abandonado Paris pero... allí seguía el misterio que tanto ansiaba conocer...dónde se encontraba...”él”. Mi gesto se endureció y mis ojos se entristecieron por un segundo, ella fue una de las que hicieron mi vida un completo infierno.
Pasaron por nuestro lado y...apreté más su mano, en señal de apoyo silencioso. No esperaba nada, tampoco le pedí...solo esperé que me siguiese para abandonar aquel lugar en donde no debía estar...me cegué por un momento sin pensar.
-Creo que será en otra ocasión, llévame a otro sitio... en donde el lujo carezca de sentido. Te toca en esta noche de libertad... piensa rápido, o corramos...cuando nuestros pasos nos detengan...quizás sea ese nuestro sitio.
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Re: Whisky negro [privado]
Me eche a reír cuando dijo que podía pedir la botella pero que ella no podía beber mas.
-¿que eres de alguna secta que reduce a un par de copas la ingesta de alcohol? -pregunte incapaz de dejar de reírme mientras pillaba una botella de bourbon y la pagaba -es extraño que me hables de libertad pero no tengas la libertad de emborracharte una noche con un extraño ¿o es que tienes miedo de lo que pueda pasar si lo haces?
Di un trago de la botella escuchándola, llevarme borracho, bueno, no era la primera vez que Samael me encontraba en alguna taberna incapaz de volver a casa, así que, si, cabía esa posibilidad.
-Pues es posible, pero como la noche es de libertad, veremos que me depara el destino, aunque peso un poco como para que me tengas que arrastrar ¿no crees señorita?
No se porque pero hablando fuera su gesto cambio, al parecer conocía a la mujer esa que hablaba y que sin duda también reparó en su presencia, no se bien que líos se llevaban esas mujeres, tampoco iba a preguntar, solo se que cogí su mano y acepté la sugerencia de guiar mis pasos no sabia bien donde, pues la verdad es que no me importaba, hoy no tenia destino, la brújula decidiría donde me detendría, así que cerré los ojos y seguí caminando escuchando la risa de la joven que arrastraba conmigo.
Me detuve frente a un lugar un tanto lúgubre de cristales opacos, el humo negro de su interior oscurecía mas el ambiente, un fumadero de Opio.
-No puedes emborracharte ¿que me dices del opio? -pregunté con cierta diversión -me has dicho que allí donde mis pies me lleven, pues bien a mi me han traído hasta aquí, si el lugar no te sirve -hice una pausa dando un trago -prueba tu fortuna y guíame hasta otro sitio -rápido, decide, que si pensamos ya no sera donde el destino nos lleve.
-¿que eres de alguna secta que reduce a un par de copas la ingesta de alcohol? -pregunte incapaz de dejar de reírme mientras pillaba una botella de bourbon y la pagaba -es extraño que me hables de libertad pero no tengas la libertad de emborracharte una noche con un extraño ¿o es que tienes miedo de lo que pueda pasar si lo haces?
Di un trago de la botella escuchándola, llevarme borracho, bueno, no era la primera vez que Samael me encontraba en alguna taberna incapaz de volver a casa, así que, si, cabía esa posibilidad.
-Pues es posible, pero como la noche es de libertad, veremos que me depara el destino, aunque peso un poco como para que me tengas que arrastrar ¿no crees señorita?
No se porque pero hablando fuera su gesto cambio, al parecer conocía a la mujer esa que hablaba y que sin duda también reparó en su presencia, no se bien que líos se llevaban esas mujeres, tampoco iba a preguntar, solo se que cogí su mano y acepté la sugerencia de guiar mis pasos no sabia bien donde, pues la verdad es que no me importaba, hoy no tenia destino, la brújula decidiría donde me detendría, así que cerré los ojos y seguí caminando escuchando la risa de la joven que arrastraba conmigo.
Me detuve frente a un lugar un tanto lúgubre de cristales opacos, el humo negro de su interior oscurecía mas el ambiente, un fumadero de Opio.
-No puedes emborracharte ¿que me dices del opio? -pregunté con cierta diversión -me has dicho que allí donde mis pies me lleven, pues bien a mi me han traído hasta aquí, si el lugar no te sirve -hice una pausa dando un trago -prueba tu fortuna y guíame hasta otro sitio -rápido, decide, que si pensamos ya no sera donde el destino nos lleve.
Raziel- Vampiro Clase Media
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Re: Whisky negro [privado]
La palabra “opio”me traía tan buenos recuerdos de aquella noche en la que me dejé llevar sin contemplaciones. Fue totalmente diferente a todas las fiestas a las que había asistido, la complicidad con Emhyr no menguó y al final, ambos sucumbimos a avivar aquella llama que prendimos juntos cuando nos conocimos en Londres.
Desde su transformación y nueva vida, no volví a saber de él pero estaba segura que estaría visitando mundo, era un alma inquieta ...ambos lo éramos. Sonreí de lo más divertida por el recuerdo, esa noche fui realmente libre pero al alba, volví mis pasos a aquel lugar en el que envejecía por segundos.
Y ante mí, rememoré una vez más aquella noche en la que el opio me hizo olvidar , tanto... que hice y deshice todo a mi antojo, como siempre quise. Podía volver a sentir eso, la droga me daría ese respiro de aire fresco que realmente necesitaba después de meses duros de entrenamiento. No debía perder los papeles, era un juramento y yo siempre cumplía mi palabra. Asentí , haciéndole un gesto con la mano para que entrara, mis ojos se perdieron en el lugar... observando lo primero todas las salidas posibles...para mí era lo más importante.
-No permitiré perder el norte. Hice un juramento. -me senté en uno de los sofás, dejando caer mi cuerpo pero no pude evitar el apoyar los codos, sujetándome el mentón con mis puños cerrados. Estaba allí para evadirme de la realidad, no olvidar quién era y cual era mi misión. Un hombre vestido de negro, intercambió unas palabras con ambos, dejándonos dicha esencia entre medias de ambos. Enarqué una ceja para que él empezase primero...
-La última vez que fumé opio, me bañé en una fuente vestida y terminé haciendo el amor en la caseta donde guarda el jardinero sus herramientas -no me creería, así que sonreí encogiéndome de hombros, me daba igual si me juzgaba o no...-¿Por qué no te has largado con tu hermano? Soy un lastre, una compañía irritante ...pero una mujer, una que no lo pone fácil y tampoco pretendo que te enamores de mi persona. Será lo mismo por mi parte. Somos cazadores, fumaremos opio y nos haremos compañía mientras... eso es todo -mi tono fue suave, solo quería un simple momento de tranquilidad... nada más.
Desde su transformación y nueva vida, no volví a saber de él pero estaba segura que estaría visitando mundo, era un alma inquieta ...ambos lo éramos. Sonreí de lo más divertida por el recuerdo, esa noche fui realmente libre pero al alba, volví mis pasos a aquel lugar en el que envejecía por segundos.
Y ante mí, rememoré una vez más aquella noche en la que el opio me hizo olvidar , tanto... que hice y deshice todo a mi antojo, como siempre quise. Podía volver a sentir eso, la droga me daría ese respiro de aire fresco que realmente necesitaba después de meses duros de entrenamiento. No debía perder los papeles, era un juramento y yo siempre cumplía mi palabra. Asentí , haciéndole un gesto con la mano para que entrara, mis ojos se perdieron en el lugar... observando lo primero todas las salidas posibles...para mí era lo más importante.
-No permitiré perder el norte. Hice un juramento. -me senté en uno de los sofás, dejando caer mi cuerpo pero no pude evitar el apoyar los codos, sujetándome el mentón con mis puños cerrados. Estaba allí para evadirme de la realidad, no olvidar quién era y cual era mi misión. Un hombre vestido de negro, intercambió unas palabras con ambos, dejándonos dicha esencia entre medias de ambos. Enarqué una ceja para que él empezase primero...
-La última vez que fumé opio, me bañé en una fuente vestida y terminé haciendo el amor en la caseta donde guarda el jardinero sus herramientas -no me creería, así que sonreí encogiéndome de hombros, me daba igual si me juzgaba o no...-¿Por qué no te has largado con tu hermano? Soy un lastre, una compañía irritante ...pero una mujer, una que no lo pone fácil y tampoco pretendo que te enamores de mi persona. Será lo mismo por mi parte. Somos cazadores, fumaremos opio y nos haremos compañía mientras... eso es todo -mi tono fue suave, solo quería un simple momento de tranquilidad... nada más.
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Re: Whisky negro [privado]
Enarqué una ceja cuando dijo que no pensaba perder el norte, la verdad es que esa mujer no dejaba de contradecirse y eso me demostraba una cosa, que ya lo había perdido.
Decía querer ser libre pero estaba atada a unas normas bastante rígidas.
-Sin duda encajarías bien con Samael -bromeé -sois igual de cuadriculados, aunque él, no es bipolar.
Preparé la sustancia en la pipa y tras prenderla di un par de caladas rápidas para que tomara fuerza.
Dejé escapar el aire lentamente por mi nariz y por mis labios cerrando los ojos un instante al sentir como una placentera sensación me invadía.
Abrí los ojos cuando empezó a contarme las batallitas que tuvo con otro hombre fumando opio.
No hice comentario alguno, aunque la verdad ni la veía de esas que hacían ese tipo de cosas en una fuente, ni pensaba que fuera acertado hablarme de otro hombre.
Volví a dar una calada mirándola, ahora me preguntaba ¿por que no me había largado con Raziel?
-Pues porque has salido para invitarme a beber algo mas fuerte a otro lugar, por eso hemos acabado aquí -le dije mostrandole la pipa -fumando opio ¿recuerdas? Ademas mi hermano es un coñazo, de seguro estará frente a la chimenea con una copa de bourbon en la mano analizando los pormenores que podemos encontrarnos en nuestro trabajo.
Me divierto mas con una loca controladora...la verdad.
“Soy un lastre, una compañía irritante ...pero una mujer, una que no lo pone fácil y tampoco pretendo que te enamores de mi persona. Será lo mismo por mi parte. Somos cazadores, fumaremos opio y nos haremos compañía mientras... eso es todo “
Definitivamente esa mujer era muy parecida a mi hermano, no paraba de predecir que pasaría, lo que íbamos a hacer y como se tenia que hacer.
Resoplé y me deje vencer sobre uno de los puf del local.
-ya estamos con el amor...dios ¿no dejas nunca de pensar y simplemente te dejas llevar? No se lo que va a pasar, tampoco quiero saberlo, quizás acabemos follando aquí mismo y no nos veamos mas, como matando a medio local porque se desate aquí una guerra campal -bromeé divertido -pero...de momento centrémonos en fumar.
Eres una cazadora, pero parece que acabas de empezar ¿cierto? Cuéntame tu historia porque todos los que nos dedicamos a esto la tenemos -apunté dando una nueva calada antes de pasarle la pipa.
Decía querer ser libre pero estaba atada a unas normas bastante rígidas.
-Sin duda encajarías bien con Samael -bromeé -sois igual de cuadriculados, aunque él, no es bipolar.
Preparé la sustancia en la pipa y tras prenderla di un par de caladas rápidas para que tomara fuerza.
Dejé escapar el aire lentamente por mi nariz y por mis labios cerrando los ojos un instante al sentir como una placentera sensación me invadía.
Abrí los ojos cuando empezó a contarme las batallitas que tuvo con otro hombre fumando opio.
No hice comentario alguno, aunque la verdad ni la veía de esas que hacían ese tipo de cosas en una fuente, ni pensaba que fuera acertado hablarme de otro hombre.
Volví a dar una calada mirándola, ahora me preguntaba ¿por que no me había largado con Raziel?
-Pues porque has salido para invitarme a beber algo mas fuerte a otro lugar, por eso hemos acabado aquí -le dije mostrandole la pipa -fumando opio ¿recuerdas? Ademas mi hermano es un coñazo, de seguro estará frente a la chimenea con una copa de bourbon en la mano analizando los pormenores que podemos encontrarnos en nuestro trabajo.
Me divierto mas con una loca controladora...la verdad.
“Soy un lastre, una compañía irritante ...pero una mujer, una que no lo pone fácil y tampoco pretendo que te enamores de mi persona. Será lo mismo por mi parte. Somos cazadores, fumaremos opio y nos haremos compañía mientras... eso es todo “
Definitivamente esa mujer era muy parecida a mi hermano, no paraba de predecir que pasaría, lo que íbamos a hacer y como se tenia que hacer.
Resoplé y me deje vencer sobre uno de los puf del local.
-ya estamos con el amor...dios ¿no dejas nunca de pensar y simplemente te dejas llevar? No se lo que va a pasar, tampoco quiero saberlo, quizás acabemos follando aquí mismo y no nos veamos mas, como matando a medio local porque se desate aquí una guerra campal -bromeé divertido -pero...de momento centrémonos en fumar.
Eres una cazadora, pero parece que acabas de empezar ¿cierto? Cuéntame tu historia porque todos los que nos dedicamos a esto la tenemos -apunté dando una nueva calada antes de pasarle la pipa.
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Re: Whisky negro [privado]
Insistía en que encajaría mejor con su hermano....pero la verdad, ni quería eso ni encajar con nadie...solo vivir mi vida como si fuese el último segundo. El plan que relataba de su hermano me pareció simplemente perfecto ¿qué mejor que un buen bourbon frente a la chimenea? Me mantuve en silencio...hasta fijarme en la pipa, deseaba perderme por unos instantes...evadirme de la realidad.
Sonreí ampliamente de manera fingida y le arrebaté la pipa, loca controladora...estaba claro que no me conocía. Mi escudo en alza no dejaba ver más allá, era complicado estar conmigo y más entenderme. Bajé un instante la mirada, necesitaba pensar en silencio durante unos segundos...antes de dar la calada, no era la primera vez...así que esperé a que se me subiera lo justo para no cometer una locura y decir más de lo que debería...aunque todo podía suceder.
-Antes...era como tú. No pensaba, vivía al límite y no me arrepentía de nada. Esa chica...ya no existe -dejé escapar un suspiro, una nueva calada y se la pasé...de momento estaba bien -Alguien que lo tiene prácticamente todo... pero nada al mismo tiempo. Era una marioneta entre los dedos de mi padre y mis hermanas -hice una pausa y me incliné hacia adelante como si en aquel lugar encontrase a alguien de mi antigua vida -Dinero, vestidos bonitos, fiestas hasta altas horas de la madrugada, manjares exquisitos de comida y bebida...una vida que sin duda cualquiera querría pero no era mi caso. Me encontraba mejor bebiendo whisky en una taberna mugrienta y bailar descalza con desconocidos de todas las clases...sin que me juzgaran, donde era yo misma y fue entonces...cuando conocí a alguien -no perdí la breve sonrisa, era pasado...poco a poco dejó de dolor -No era humano, me enteré buscándole que pertenecía a un grupo de cambiantes que viajaba...y no se despidió aunque no fue ese mi motivo, es otro...busco a alguien y espero encontrarlo. No puedo alejarme de París porque...sé que está aquí, como la Orden de cazadores..y ésta, es mi familia. Ahora estoy bien , tengo mi vida independiente...conocidos y amigos que nunca tuve y lo mejor. Mi familia. No necesito un hombre al que esperar en la cama, ni ser su incubadora...ni fingir mi carácter rebelde y libre...tener que ser esa señorita que por mucho que intentaron fue imposible...ahora soy Lynn -
le hice un gesto con la cabeza para que él me contase algo de él, no iba a preguntarle...comprendí que era mejor cuando la persona te quiere contar y no forzar nada.
-Me escapé, soy una fugitiva que busca a la única persona que creyó en ella..esa es mi historia.
Sonreí ampliamente de manera fingida y le arrebaté la pipa, loca controladora...estaba claro que no me conocía. Mi escudo en alza no dejaba ver más allá, era complicado estar conmigo y más entenderme. Bajé un instante la mirada, necesitaba pensar en silencio durante unos segundos...antes de dar la calada, no era la primera vez...así que esperé a que se me subiera lo justo para no cometer una locura y decir más de lo que debería...aunque todo podía suceder.
-Antes...era como tú. No pensaba, vivía al límite y no me arrepentía de nada. Esa chica...ya no existe -dejé escapar un suspiro, una nueva calada y se la pasé...de momento estaba bien -Alguien que lo tiene prácticamente todo... pero nada al mismo tiempo. Era una marioneta entre los dedos de mi padre y mis hermanas -hice una pausa y me incliné hacia adelante como si en aquel lugar encontrase a alguien de mi antigua vida -Dinero, vestidos bonitos, fiestas hasta altas horas de la madrugada, manjares exquisitos de comida y bebida...una vida que sin duda cualquiera querría pero no era mi caso. Me encontraba mejor bebiendo whisky en una taberna mugrienta y bailar descalza con desconocidos de todas las clases...sin que me juzgaran, donde era yo misma y fue entonces...cuando conocí a alguien -no perdí la breve sonrisa, era pasado...poco a poco dejó de dolor -No era humano, me enteré buscándole que pertenecía a un grupo de cambiantes que viajaba...y no se despidió aunque no fue ese mi motivo, es otro...busco a alguien y espero encontrarlo. No puedo alejarme de París porque...sé que está aquí, como la Orden de cazadores..y ésta, es mi familia. Ahora estoy bien , tengo mi vida independiente...conocidos y amigos que nunca tuve y lo mejor. Mi familia. No necesito un hombre al que esperar en la cama, ni ser su incubadora...ni fingir mi carácter rebelde y libre...tener que ser esa señorita que por mucho que intentaron fue imposible...ahora soy Lynn -
le hice un gesto con la cabeza para que él me contase algo de él, no iba a preguntarle...comprendí que era mejor cuando la persona te quiere contar y no forzar nada.
-Me escapé, soy una fugitiva que busca a la única persona que creyó en ella..esa es mi historia.
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Re: Whisky negro [privado]
Tomé la manguera de la pipa mientras esta me contaba como era antes de su al parecer nueva vida.
Según ella eramos parecidos, algo que dudaba muchísimo, mi vida no había sido ni de lejos fácil, ni llena de lujos, ni de irresponsabilidades.
Claro que eso no se lo había contado y entendía que a simple vista pareciera un capullo con ganas de meterla con la primera mujer que encontraba a tiro, en eso quizás no se equivocaba del todo.
Di un sorbo del vaso de whisky pasandole la manguera para que fumara aquel opio que se subía bastante rápido a la cabeza.
-vamos que ahora estas en una secta bromeé echándome a reír sin mas volviendo a llevar le cristal a mis labios -bueno, podría ser algo peor -bromeé guiñándole un ojo.
No entendía mucho eso que decía de que se había escapado de una vida donde era un títere, al menos tenia una familia que se preocupaba por ella, no apreciaba aquello que yo deseaba y nunca conocí.
No supe lo que era el calor de una madre y lo mas cercano que tenia a una figura paterna era mi hermano con el que apenas me llevaba unos años.
No iba a quejarme, mi vida era como era y mi nacimiento fue tempestuoso, ni siquiera tenia en realidad nombre, pues el numero de mi cuello era el modo en el que se dirigían a mi, el tatuaje de mi brazo era el nombre del ángel al que le pertenecía mi cuerpo.
Me habló también del tipo ese por el que era tan rehacía a dejarse llevar, por lo visto la habían jodido pero bien.
-Bueno, no todos los que se llevan un desengaño en el amor se meten a curas, si no los monasterios estarían petados ¿no crees? Asúmelo, crece y superalo...todos tenemos que superar cosas en nuestras vidas.
Tomé de nuevo la manguera dándole una calada.
-Yo vivo solo con mi hermano, la verdad es que nos quedamos solos siendo unos niños, así que el carca de mi hermano es lo mas parecido a un padre que tengo.
Has elegido al irresponsable de los dos para pasar el rato -dije con una sonrisa dejando escapar el aire por mis labios y mi nariz.
-Tambien con el divertido -apunté lanzandole un mordisco al aire -deja de pensar tanto lo que esta bien y mal, es una noche, prometo llevarte a un hostal si al final de ella no puedes ni andar.
Según ella eramos parecidos, algo que dudaba muchísimo, mi vida no había sido ni de lejos fácil, ni llena de lujos, ni de irresponsabilidades.
Claro que eso no se lo había contado y entendía que a simple vista pareciera un capullo con ganas de meterla con la primera mujer que encontraba a tiro, en eso quizás no se equivocaba del todo.
Di un sorbo del vaso de whisky pasandole la manguera para que fumara aquel opio que se subía bastante rápido a la cabeza.
-vamos que ahora estas en una secta bromeé echándome a reír sin mas volviendo a llevar le cristal a mis labios -bueno, podría ser algo peor -bromeé guiñándole un ojo.
No entendía mucho eso que decía de que se había escapado de una vida donde era un títere, al menos tenia una familia que se preocupaba por ella, no apreciaba aquello que yo deseaba y nunca conocí.
No supe lo que era el calor de una madre y lo mas cercano que tenia a una figura paterna era mi hermano con el que apenas me llevaba unos años.
No iba a quejarme, mi vida era como era y mi nacimiento fue tempestuoso, ni siquiera tenia en realidad nombre, pues el numero de mi cuello era el modo en el que se dirigían a mi, el tatuaje de mi brazo era el nombre del ángel al que le pertenecía mi cuerpo.
Me habló también del tipo ese por el que era tan rehacía a dejarse llevar, por lo visto la habían jodido pero bien.
-Bueno, no todos los que se llevan un desengaño en el amor se meten a curas, si no los monasterios estarían petados ¿no crees? Asúmelo, crece y superalo...todos tenemos que superar cosas en nuestras vidas.
Tomé de nuevo la manguera dándole una calada.
-Yo vivo solo con mi hermano, la verdad es que nos quedamos solos siendo unos niños, así que el carca de mi hermano es lo mas parecido a un padre que tengo.
Has elegido al irresponsable de los dos para pasar el rato -dije con una sonrisa dejando escapar el aire por mis labios y mi nariz.
-Tambien con el divertido -apunté lanzandole un mordisco al aire -deja de pensar tanto lo que esta bien y mal, es una noche, prometo llevarte a un hostal si al final de ella no puedes ni andar.
Raziel- Vampiro Clase Media
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Re: Whisky negro [privado]
Mis palabras intentaron ser todo lo resumidas posibles, no me gustaba hablar de mí misma. No lo entendería, menos lo comprendería y tampoco esperaba tal cosa. Hablar de mi vida nunca lo había hecho, para él solo era una joven de clase alta más que buscaba peligro fuera. No lo culpaba, lo entendía...yo tampoco lo conocía, ni lo que tenía a sus espaldas. No juzgaba a nadie, no conocía sus historias y la verdad, me apenaba pensar que mi corazón se hubiese vuelto de hielo, inmune a sentir nada.
Los seres sobrenaturales tenían la clave de donde estaba esa persona importante , podía ser uno de ellos. Mi búsqueda tendría sus fruto, solo... había que ir despacio y sin prisa. ¿Cómo no querer encontrar a la única persona que solo creyó en mi? Suspiré con eso de secta, lo miré fijamente, mis dedos se enredaron en el cabello...enredandolos y peinar mi cabello, despacio.
-¿Me estás dando consejos con lo que debo o no hacer? Tendrás que crecer tú antes para que dejes de ser tan impertinente -giré el rostro, odiaba que me tachasen como una niña...ya no lo era. Poco a poco, iba siendo más fuerte y el pasado...iba quedando justo en eso, atrás...en donde debe estar. -Ahórratelos. Ya no vivo en el pasado, me dijiste que hablase de mí misma y eso he hecho -me acomodé en el sillón, mirando hacia el techo...esperando que aquella velada tuviese algo de sentido. No me soportaba ni a mí misma... él pronto se largaría, causaba ese efecto...había olvidado quién fui, mi esencia y eso era lo más triste de todo.
-A veces, es mejor tener a alguien que te quiera y proteja que no un arsenal de familia a tu alrededor que solo quiere amoldarte a su imagen y semejanza. Al menos tienes a tu hermano -por la expresión de mi mirada, no...yo ya no tenía a nadie, estaba sola y mejor...ellos no me comprendían y viceversa -Sé que piensas que no tengo ni idea de la vida, que te he juzgado y esto último es cierto... pero no me culpes por no confiar en nadie. Tampoco voy a convencerte de nada, nadie me conoce realmente...ni siquiera yo misma. Me gustaba más beber en las tabernas de clase baja que en fiestas de alta sociedad...era más divertido...no tenías que ponerte esos zapatos tan incómodos. La gente es diferente...siempre estuve más cómoda con la vida a pie...mi condena se volvía cuando tenía que volver...a mi jaula de oro ¿qué sentirías si tuvieses todo pero fueses encerrada como un pájaro? Sin libertad. Algo que siempre has tenido -me sentía relajada pero seguía en tensión, la confianza no se olvidaba con un par de caladas al opio.
Los seres sobrenaturales tenían la clave de donde estaba esa persona importante , podía ser uno de ellos. Mi búsqueda tendría sus fruto, solo... había que ir despacio y sin prisa. ¿Cómo no querer encontrar a la única persona que solo creyó en mi? Suspiré con eso de secta, lo miré fijamente, mis dedos se enredaron en el cabello...enredandolos y peinar mi cabello, despacio.
-¿Me estás dando consejos con lo que debo o no hacer? Tendrás que crecer tú antes para que dejes de ser tan impertinente -giré el rostro, odiaba que me tachasen como una niña...ya no lo era. Poco a poco, iba siendo más fuerte y el pasado...iba quedando justo en eso, atrás...en donde debe estar. -Ahórratelos. Ya no vivo en el pasado, me dijiste que hablase de mí misma y eso he hecho -me acomodé en el sillón, mirando hacia el techo...esperando que aquella velada tuviese algo de sentido. No me soportaba ni a mí misma... él pronto se largaría, causaba ese efecto...había olvidado quién fui, mi esencia y eso era lo más triste de todo.
-A veces, es mejor tener a alguien que te quiera y proteja que no un arsenal de familia a tu alrededor que solo quiere amoldarte a su imagen y semejanza. Al menos tienes a tu hermano -por la expresión de mi mirada, no...yo ya no tenía a nadie, estaba sola y mejor...ellos no me comprendían y viceversa -Sé que piensas que no tengo ni idea de la vida, que te he juzgado y esto último es cierto... pero no me culpes por no confiar en nadie. Tampoco voy a convencerte de nada, nadie me conoce realmente...ni siquiera yo misma. Me gustaba más beber en las tabernas de clase baja que en fiestas de alta sociedad...era más divertido...no tenías que ponerte esos zapatos tan incómodos. La gente es diferente...siempre estuve más cómoda con la vida a pie...mi condena se volvía cuando tenía que volver...a mi jaula de oro ¿qué sentirías si tuvieses todo pero fueses encerrada como un pájaro? Sin libertad. Algo que siempre has tenido -me sentía relajada pero seguía en tensión, la confianza no se olvidaba con un par de caladas al opio.
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Re: Whisky negro [privado]
Enarqué una ceja la rubia al ataque de nuevo, iba a hacerme una lista de todos los calificativos calificativos que me dedicaba, ahora era un crio, uno que no debía dar consejos sin madurar antes, definitivamente podía irse con Samael, mira que esos dos se llevarían bien.
Di un trago a mi copa y me recosté en el sofá, no iba ebrio todavía, ni siquiera colocado ,pero ciertamente el techo y sus filigranas era lo mas interesante de la conversación que acontecía.
-Bla, bla, bla -dije sin mas -no dejas de meterte conmigo, que tal si te limitas a beber y fumar y no se...te callas.
Vale, quizás no estaba siendo caballeroso, pero lo había intentado, ser medianamente correcto y ella no dejaba de atacarme ¿que cojones le había hecho.
Escuché sin ganas lo siguiente que me contó, no sentí lastima pero ciertamente entendí lo que sentía al no tener libertad, tampoco yo era del todo libre a decir verdad.
-Nunca he bailado en una fiesta de la clase alta, supongo que mi sitio esta entre las ratas -apunté ladeando la sonrisa aun tumbado mirando los decorados dorados.
Cerré los ojos dejando escapar el aire de mis labios muy despacio.
-¿que sobrenatural usas? -pregunté sin mas.
Estaba claro que cualquier tema que implicara un acercamiento entre ambos a un nivel que no fuera profesional era una utopía, se lo tomaba todo mal, como si fuera un pecado capital poder tontear ocn una mujer bonita.
-Mi hermano y yo nos dedicamos a la caza, a veces por dinero, otras porque salen a nuestro encuentro, digamos que tenemos un don para atraer problemas y si no me crees mírame aquí, con la única mujer de la taberna que me ha insultado sin parar desde que la conocí cuando de ser otra ya estaría entre sus piernas.
Negué con una sonrisa divertida.
-Mira que soy desgraciado -bromeé abriendo mis ojos para girar el rostro y centrarme en los suyos.
Vi que iba a hablar pero la interrumpí negando.
-Intenta de de las tres palabras que digas dos no sean un insulto hacia mi persona, si lo consigues te doy un beso -bromeé riéndome de nuevo.
Di un trago a mi copa y me recosté en el sofá, no iba ebrio todavía, ni siquiera colocado ,pero ciertamente el techo y sus filigranas era lo mas interesante de la conversación que acontecía.
-Bla, bla, bla -dije sin mas -no dejas de meterte conmigo, que tal si te limitas a beber y fumar y no se...te callas.
Vale, quizás no estaba siendo caballeroso, pero lo había intentado, ser medianamente correcto y ella no dejaba de atacarme ¿que cojones le había hecho.
Escuché sin ganas lo siguiente que me contó, no sentí lastima pero ciertamente entendí lo que sentía al no tener libertad, tampoco yo era del todo libre a decir verdad.
-Nunca he bailado en una fiesta de la clase alta, supongo que mi sitio esta entre las ratas -apunté ladeando la sonrisa aun tumbado mirando los decorados dorados.
Cerré los ojos dejando escapar el aire de mis labios muy despacio.
-¿que sobrenatural usas? -pregunté sin mas.
Estaba claro que cualquier tema que implicara un acercamiento entre ambos a un nivel que no fuera profesional era una utopía, se lo tomaba todo mal, como si fuera un pecado capital poder tontear ocn una mujer bonita.
-Mi hermano y yo nos dedicamos a la caza, a veces por dinero, otras porque salen a nuestro encuentro, digamos que tenemos un don para atraer problemas y si no me crees mírame aquí, con la única mujer de la taberna que me ha insultado sin parar desde que la conocí cuando de ser otra ya estaría entre sus piernas.
Negué con una sonrisa divertida.
-Mira que soy desgraciado -bromeé abriendo mis ojos para girar el rostro y centrarme en los suyos.
Vi que iba a hablar pero la interrumpí negando.
-Intenta de de las tres palabras que digas dos no sean un insulto hacia mi persona, si lo consigues te doy un beso -bromeé riéndome de nuevo.
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