AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Vientos de invierno (privado)
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Vientos de invierno (privado)
A orillas del rio Murec esta situada Alba Iulia. La capital del distrito de Alba en Transilvania.
Mi séquito cabalgaba atrás mientras yo acortaba la distancia hacia la ciudad amurallada sobre mi negro corcel.
Doce kilómetros de murallas de piedra y ladrillo, con inmensas puertas barrocas y siete torres en los ángulos de la planta en forma de estrella.
Custodiado por parte del ejercito, el carruaje con Brianna, Mildred y los niños era vigilado de forma atenta por Ariyne que sin perder atención a la multitud que a los lados vitoreaban a su futuro rey daba ordenes a la manada para que ningún peligro los acechara.
Mi reina montada sobre un corcel blanco cabalgaba regia a mi lado, con su capa grana cayendo sobre el corcel y ese porte que la convertía en una mujer fuerte, bella e imponente.
Con un vestido blanco en señal de la pureza que de seguro que no ostentaba me miraba con sus esmeraldas dedicándome una complaciente sonrisa ladeada.
Saldríamos de allí convertidos en rey y reina.
El paseo por la ciudadela era inolvidable, el séquito se dirigía implacable hacia la catedral de San Miguel, iglesia católica, de estilo gótico, construida en el siglo XII Deslumbran su torre, la puerta renacentista, obra de artistas alemanes, así como el coro gótico.
La catedral la elegí porque era una edificación medieval, no tan ostentosa como muchas otras. Quería dar ante nuestras gentes cierto aire de sobriedad.
Fui el ultimo en entrar, el silencio reinaba en el lugar, todos se alzaron mientras mis pasos sonaban huecos por el largo pasillo que me separaba del altar y del atril donde mi reina me esperaba arrodillada frente al sacerdote que crucifijo en mano esperaba mi llegada.
La capa grana se arrastraba por el empedrado de la catedral, no pude evitar detener un instante mi mirada en Brianna.
No hice gesto ninguno, era consciente del dolor que para ella suponía este instante.
Lobbo jugaba divertido con el colgante que pendía de su cuello mientras su risa infantil era lo único que acompañaba mis pasos.
Acorté la distancia hasta el atril que había junto al de mi esposa y allí clavé mis rodillas frente al obispo que custodiaba las coronas.
Mi séquito cabalgaba atrás mientras yo acortaba la distancia hacia la ciudad amurallada sobre mi negro corcel.
Doce kilómetros de murallas de piedra y ladrillo, con inmensas puertas barrocas y siete torres en los ángulos de la planta en forma de estrella.
Custodiado por parte del ejercito, el carruaje con Brianna, Mildred y los niños era vigilado de forma atenta por Ariyne que sin perder atención a la multitud que a los lados vitoreaban a su futuro rey daba ordenes a la manada para que ningún peligro los acechara.
Mi reina montada sobre un corcel blanco cabalgaba regia a mi lado, con su capa grana cayendo sobre el corcel y ese porte que la convertía en una mujer fuerte, bella e imponente.
Con un vestido blanco en señal de la pureza que de seguro que no ostentaba me miraba con sus esmeraldas dedicándome una complaciente sonrisa ladeada.
Saldríamos de allí convertidos en rey y reina.
El paseo por la ciudadela era inolvidable, el séquito se dirigía implacable hacia la catedral de San Miguel, iglesia católica, de estilo gótico, construida en el siglo XII Deslumbran su torre, la puerta renacentista, obra de artistas alemanes, así como el coro gótico.
La catedral la elegí porque era una edificación medieval, no tan ostentosa como muchas otras. Quería dar ante nuestras gentes cierto aire de sobriedad.
Fui el ultimo en entrar, el silencio reinaba en el lugar, todos se alzaron mientras mis pasos sonaban huecos por el largo pasillo que me separaba del altar y del atril donde mi reina me esperaba arrodillada frente al sacerdote que crucifijo en mano esperaba mi llegada.
La capa grana se arrastraba por el empedrado de la catedral, no pude evitar detener un instante mi mirada en Brianna.
No hice gesto ninguno, era consciente del dolor que para ella suponía este instante.
Lobbo jugaba divertido con el colgante que pendía de su cuello mientras su risa infantil era lo único que acompañaba mis pasos.
Acorté la distancia hasta el atril que había junto al de mi esposa y allí clavé mis rodillas frente al obispo que custodiaba las coronas.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 06/06/2016
Edad : 288
Localización : Bajo las estrellas
Re: Vientos de invierno (privado)
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Atrapada. Así me sentía en ese preciso instante, desde que Damon me dio a leer la carta que truncó nuestro compromiso, era una sensación aplastante que no había hecho sino crecer en mi pecho desde entonces. Ahora que lo veía entrar en la catedral, regio su porte, serio su gesto, anhelantes sus ojos, comprendí que no era mío, que no lo sería nunca. Se debía a su pueblo, a sus obligaciones, a su sangre y a su manada. Era por todo aquello por lo que estábamos allí, no por mí ni por él, sino por las responsabilidades que recaían sobre sus hombros.
Sujetaba a Lobbo entre mis brazos, contra mi costado, y el niño jugaba con el pequeño colgante que reposaba contra mi pecho. Vi sus ojos mirarme. Estaba atrapada en aquellos ojos castaños con tintes ambarinos. Mi vida no me pertenecía desde el momento en que se cruzó en mi camino, desde el día que mi corazón se conectó al suyo. Me repetía a diario que lo superaríamos, que llegaría el día que sería nuestro momento, que el mundo nos regalaría el espacio y el destino el tiempo para ser lo que queríamos ser, lo que necesitábamos ser, porque yo ya no sabía ser sin él. Él me encontró cuando estaba perdida... yo le encontré cuando él había tirado la toalla. El sueño se desvanecía cuando a su lado unos felinos ojos verdes lo miraban y después se posaban en la corona que portaría desde ese día hasta su muerte reivindicando su trono y su propiedad sobre él.
Subí la mano para sujetar a Lobbo y el anillo de rubí rodeado de diamantes brilló en mi dedo justo en el momento en el que él me miró. No había vuelto a sacarlo de caja, le dije que lo guardaría como la promesa que era, que lo custodiaría hasta que pudiera lucirlo con orgullo, pero ese día necesitaba recordarme que le dije que sí, que quería pasar el resto de mi vida a su lado cuando me lo regaló junto con su petición de matrimonio. ¿Sería eso posible? tendría que serlo. Me negaba a renunciar a él, ni ahora, ni nunca. Apreté los labios impercetiblemente, era el momento de apretar los dientes y luchar contra todos aquellos sentimientos. Había pasado de ser la mujer más dichosa en la faz de la tierra al recibir aquel anillo, para ver cómo mi amado se casaba con otra, para pasar a ser una sombra, un oscuro secreto que nunca debería haber existido. Pero era demasiado tarde para recular, estaba atrapada en ese amor y no tenía ni el coraje ni la fuerza ni las ganas para alejarlo de mi.
Me obligué a seguir la ceremonia, a fijar mis ojos en aquella pantomima que unía a dos personas que no se querían hasta que la muerte los separase, sólo por cuestiones políticas, y sentía cómo a mí me arrancaban el alma con cada palabra pronunciada por los contrayentes.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 10/04/2016
Localización : al lado del hombre al que ama
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Re: Vientos de invierno (privado)
Erlend Cannif
Paris,1800
Erlend:
No podía irme,no así,min dyrebare Viking (mi valioso vikingo),no después de tanto tiempo transcurrido y después de las formas en las que ocurrió todo,debo confesar que he estado tentada a ir allí donde sé que vives,para hacer las cosas bien,pero también diré que el dolor y el daño era tal,que podrían haber salido de mi boca muchas palabras que ni siquiera sentía,llevándonos con tu reacción a es bucle de reproches por el daño que mi padre nos hizo con el fin de separarnos.Mas el destino,si se le puede llamar así,y no por obra de nadie,lo ha conseguido.
Confieso también que a pesar de no acercarme mucho mas allá de tu morada,allí donde construyes tu felicidad,te he visto por aquellos lugares que frecuentas para alimentarte o simplemente para despejar la mente e incluso en alguna ocasión me han dicho que os han visto con vuestra esposa,que se os ve felices y que por ello me alegro.Luego sé que desaparecisteis por largo tiempo más y hasta ahí sé…
Me hubiese gustado volver a verte antes de marcharme y abrazarte por última vez -aunque ya no seamos..-,pero el viaje se ha adelantado y debo partir a Rumania en unas horas para acompañar a parte de una manada de la que ahora formo parte como su beta,emprendo esta nueva aventura con el fin de encontrar un lugar en el que encajar,en encontrar una porción de felicidad.No sé que me deparará el destino,pero si por alguna razón muero,quisiera haceros saber que,siempre os querre,que velaré por ti allí donde este.Por el alma que conservas,por ese hombre que una vez ame….Hasta Siempre...
No podía irme,no así,min dyrebare Viking (mi valioso vikingo),no después de tanto tiempo transcurrido y después de las formas en las que ocurrió todo,debo confesar que he estado tentada a ir allí donde sé que vives,para hacer las cosas bien,pero también diré que el dolor y el daño era tal,que podrían haber salido de mi boca muchas palabras que ni siquiera sentía,llevándonos con tu reacción a es bucle de reproches por el daño que mi padre nos hizo con el fin de separarnos.Mas el destino,si se le puede llamar así,y no por obra de nadie,lo ha conseguido.
Confieso también que a pesar de no acercarme mucho mas allá de tu morada,allí donde construyes tu felicidad,te he visto por aquellos lugares que frecuentas para alimentarte o simplemente para despejar la mente e incluso en alguna ocasión me han dicho que os han visto con vuestra esposa,que se os ve felices y que por ello me alegro.Luego sé que desaparecisteis por largo tiempo más y hasta ahí sé…
Me hubiese gustado volver a verte antes de marcharme y abrazarte por última vez -aunque ya no seamos..-,pero el viaje se ha adelantado y debo partir a Rumania en unas horas para acompañar a parte de una manada de la que ahora formo parte como su beta,emprendo esta nueva aventura con el fin de encontrar un lugar en el que encajar,en encontrar una porción de felicidad.No sé que me deparará el destino,pero si por alguna razón muero,quisiera haceros saber que,siempre os querre,que velaré por ti allí donde este.Por el alma que conservas,por ese hombre que una vez ame….Hasta Siempre...
Ariyne
hecho por tiika © savage-themes
Me despedí por partida doble.Paris y ese otro hombre que decía ser un monstruo y que una vez ame.No podía irme sin hacer esa parte,por mi bien mayormente y por otra parte para hacer saber allí donde me marchaba,por si en algún momento me ocurría algo,Danna supiera donde estaba.Si todo salía bien,no habría necesidad pero en este caso donde estoy a cargo de una manada,todo podía ocurrir.Envié a Escocia la carta en mi nombre hacia mi hermana y esta otra, yo misma,en un lugar que sé que iría Erlend,apenas le ví pasar,creo que captó mi aroma,pero cuando él fuese,yo ya me habría ido.
Dejé todo atrás y salí del interior del bosque lo más rápido que pude.Al día siguiente tenía que tener todo listo para el viaje.Días anteriores acompañé al servicio para recoger mis pertenencias,y si, no me fiaba de lo que pudieran coger allí y no solo aquello que pedía.Ellos esperaron fuera y una a una,fueron saliendo el par de maletas con mi ropa,otras las dejé,por si acaso,por si alguna vez volvía.Cerré bien la casa y guarde bien la llave,allí donde solo sabemos Danna y yo su ubicación.
•••
Vientos de cambio en un País del que no conozco su lengua por ahora,teniendo como apoyo y en la que deposito mi confianza,a aquellos que he entrenado bien,aplicando técnicas que me había enseñado el mismo hombre que cabalga delante de mi,justo por frente al carruaje que cobijaba a su sobrino,a Brianna y a su hija recién convertida,a quien ayude de la misma forma que me enseñó mi ambicioso padre Aarón,con el tiempo mejoraría,tal y como hacemos todos,en este tiempo de guerra entre razas,siempre listos para defender lo que es nuestro.
Todos en fila,en hileras de cuatro,sin dejar ni un flaco a la vista del ataque de quien no estuviera de acuerdo en la unión u simplemente aquellos que quieran armar bullicio ante un evento tan importante,donde se juegan el cuello.Mirada hacia atrás,asegurándome que todo iba bien,manada y alrededores.
El gentío vitoreaba y aplaudía con fervor a quien se coronaria oficialmente como Rey de estas tierra con alguien que antes no habría visto y que sin embargo se veían forzados a ello por el bien común.Demasiado rápido estaba ocurriendo todo y yo,viendo como ocurría,oficialmente no podía hacer nada,salvo ver como iban al interior de aquella iglesia de arcos góticos que llaman mi atención al igual que la construcción de la misma,aunque no tarde en volver la vista a Damon.Manos que apretaba las riendas del caballo con fuerza,ese maldito hombre me gustaba y sin embargo,hacer un movimiento sería como ofender a mi alfa-¿he dicho mi alfa?-,debo estar perdiendo el norte o cruzando deber con placer que una vez su cuerpo brindó,pensé.
Ordené a la manada que se quedara fuera y que no permitiera el paso a quien no estuviese invitado,la ceremonia estaba por empezar y yo tenía que ser parte de los testigos de lo que allí ocurría,estos cerraron filas tras de mi una vez pasé al interior,quedando entre las primeras filas,atenta a cualquier movimiento,atenta para proteger a Damon.Al igual que parte de la manada que se colocaron de pie,al principio de los asientos ocupados por los invitados para evitar acercamientos no requeridos.
•••
Se iniciaron unos cánticos en honor a los futuros reyes,no fue largo,pues poco después vinieron las primeras palabras del religioso que los uniría en matrimonio,hasta el fin de sus días.Un sermón que superó lo anterior,hasta por fin llegar a la parte donde ambos se entregarían el anillo el uno al otro en señal de matrimonio, uno concertado.En ese instante apreté el colgante que recibí en mi dieciocho cumpleaños a ojo mortal,¿así hubiera sido,si yo hubiera aceptado a quien no amaba de verdad?.No,me seguiré negando,lucharé por aquello que siento,sea por este hombre ya coronado (después de los anillos) o por aquello que sea motivo de mi atención,protección y por que no,amor…
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Vientos de invierno (privado)
La invitación había llegado junto al arribo de mi joven y muy hermosa prometida y el molesto de su hermano. En definitiva traía cara de que le habían pateado los huevos muy recientemente. Aun estaba en completo desacuerdo con las actividades que ella desempeñaba para la inquisición y la iglesia, pero eso cambiaria en cuanto el anillo de matrimonio estuviera en su dedos y le pusiera un maldito grillete al tobillo dejándola en casa como era debido.
Györgyike, era mia, puede que estuviera a punto de casarse con ese pero ello no cambiaba las cosas. Verla vestida de blanco fue algo épico. El rey llevaba tan solo unos días y ya la tenia mas controlada que sus propios conjuros en otros. Aunque le veía mucho mas tranquila que de costumbre, ello era de preocupar.
Tome la mano de Georgiana depositando un beso en el dorso de esta en un acto cariñoso. El nerviosismo era tan claro que casi podía saborearlo, sentirlo, degustarlo. ¿Estaría pensando en nuestro próximo enlace matrimonial?
–¿Acaso piensan en nosotros Georgiana?–
La mire de forma intensa clavándome en aquellos ojos color cielo
–Todo lo de nuestra boda será a tu gusto, seré exquisitamente condescendiente mi amor. Un deseo tuyo será una orden para mi–
Esas dos mujeres me tenían enloquecido. Mientras Georgiana era la más clara y exquisita representación de la mujer adecuada de la época para cualquier familia respetable, por supuesto haciendo a un lado esa barbarie que desempeñaba en la inquisición, Györgyike era la mujer mas hermosa, fuerte y poderosa, apasionada y endiabladamente peligrosa que jamás había conocido. Ambas eran dos hermosas joyas, el mejor de los premios.
Última edición por Robert Brătianu Roşu el Vie Ago 25, 2017 5:31 pm, editado 1 vez
Robert Brătianu Roşu- Realeza Rumana
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Fecha de inscripción : 03/08/2017
Localización : Entre las piernas de la Reina de Rumanía
Re: Vientos de invierno (privado)
Georgiana miraba por la ventana del carruaje admirando el paisaje intentando obtener de alguna parte la paz que el vampiro se había llevado; y no solo era por lo que había sucedido en Rusia, al llegar a su hogar en Francia se había enterado con que estaba comprometida y en menos de dos meses estaría desposada con el Duque Robert Brătianu Roşu, un hombre rumano que su madre había sacado de sabrá dios donde. Se removía en su asiento, aun se encontraba tensa e incómoda. Era verdad que por muchos años había deseado contraer nupcias pero su vida ya no era la de antes y elo matrimonio era algo de lo que ya no estaba segura, todo gracias a los cambios drásticamente surgidos al conocer a Ignatius. Este se había metido de lleno en su vida, había quebrado muchos aspectos de ella, sus pensamientos, sus creencias, sus deseos incluso su fe e incluso había profanado su cuerpo de distintas formas.
Su prometido había enviado por ellos, había pagado todos los gastos del viaje para asistir junto a Xavier a la boda de Györgyike. Una mujer noble de Rumania con la que sus padres y Xavier tenían contacto desde hacía años, que ella personalmente desconocía. Sus pensamientos estaba muy lejos de aquella capilla en la que seria testigo del enlace de ambos reyes, estaba mas específicamente en aquel reino nevado, en aquellos ojos azules como el mar en una tormenta y en aquellos colmillos afilados enterrándose en su cuerpo junto a otras partes anatómicas del cuerpo masculino.
Georgiana le ofreció la mas cálida y tímida sonrisa que pudo malograr con aquellos pensamientos contradictorios que la atormentaban –Le agradezco todo lo que hace por complacerme pero en verdad le suplico que mantengas un poco de decoro. No suelo ser afectiva y me incomodan de sobremanera las muestras de cariño publicas duque– con toda la delicadeza y amabilidad que le podía ser concedida junto a la natural elegancia retiro el brazo del duque que rodeaba la cintura de ella. Este sin importa lo anterior tomo la mano de ella besando el dorso de la mano femenina –Si– mintió ella de una forma tan natural que ella misma se asusto por un momento –Pensaba en el día de nuestra boda. Me preguntaba si será en Francia o aquí, en Rumania.– no solo se había atrevido a mentirle sobre lo que ralamente pensaba, había echado mas leña al fuego. ¿Eran efectos de la sangre de Ignatius que aun se encontraban en ella?
Georgiana D'Aramitz- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 05/11/2016
Re: Vientos de invierno (privado)
Las campanas repicaban mientras esperábamos la llegada de los reyes. Mi rostro lleno de alegría cambio bruscamente a uno completamente de desagrado, fue notorio al verles llegar y la presencia de Gerhard a mi lado no me tranquilizaba en lo mas minimo por primera ves. Ya era suficiente con el par de hermanos D'Aramitz presentes colmándome lo que admiraba: ¿Por qué demonios mi amada reina cabalgaba? ¿Dónde estaba el carruaje que tan entusiasmada había elegido días antes? ¿Y como era que el futuro rey se atrevía a entrar al ultimo sin siquiera ofrecerle a su futura esposa y reina el lugar que le correspondía? Se notaba a leguas que aquel no era de este reino, pues ni siquiera se había tomado la molestia y educación de tomar en cuenta los deseos de mi señora y mucho menos las costumbres del país que regiría. Seguramente el había elegido el vestido ¿Blanco? Mi señor Lucifer maldito, a donde habíamos ido a parar con el extranjero.
El pequeño Lobbo al que cuidaba y ofrecía protección junto al cuervo es cargado por una de las amantes del rey, parecía muy entretenido y se le veía ralamente contento –Al menos hay alguien que esta disfrutando esta farsa– murmuro al viento.
Me parecía incluso incorrecto el que el rey ofreciera en bandeja de plata a sus enemigos a un pequeño tan hermoso y con un futuro en los hombros tan pesado, si él rey no lograba ofrecer un primogénito de inmediato o siguiera entender el nuevo cargo que ostentaba y ofrecer un heredero a la corona Rumana, ambos peligraban o en la mejor de las situaciones, seguramente el reino se quedaría en manos del pequeño. La insensatez caía en los límites de la ignorancia. En cuento el extranjero había puesto un pie en el castillo entre sus hombres ya hablaban de tracción a la reina. Seguro que mas de una quería su cabeza muy al estilo de Enrique VIII.
Mire nuevamente a Robert. Ese bastardo malparido estaba coqueteando deliberadamente, mire como pasaba la mano por la fina cintura de la mayor D'Aramitz a lo que esta con gesto cerio retiraba la mano de él –Asqueroso protituto– me daban ganas de hacer que se le callera la… el carraspeo de Gerhard mi obligo a prestar atención a lo que debía.
Frote uno de los anillos que llevaba en la mano derecha, comenzando a recitar el conjuro de protección para Györgyike, no permitiría que nada le sucediera absolutamente nada.
El pequeño Lobbo al que cuidaba y ofrecía protección junto al cuervo es cargado por una de las amantes del rey, parecía muy entretenido y se le veía ralamente contento –Al menos hay alguien que esta disfrutando esta farsa– murmuro al viento.
Me parecía incluso incorrecto el que el rey ofreciera en bandeja de plata a sus enemigos a un pequeño tan hermoso y con un futuro en los hombros tan pesado, si él rey no lograba ofrecer un primogénito de inmediato o siguiera entender el nuevo cargo que ostentaba y ofrecer un heredero a la corona Rumana, ambos peligraban o en la mejor de las situaciones, seguramente el reino se quedaría en manos del pequeño. La insensatez caía en los límites de la ignorancia. En cuento el extranjero había puesto un pie en el castillo entre sus hombres ya hablaban de tracción a la reina. Seguro que mas de una quería su cabeza muy al estilo de Enrique VIII.
Mire nuevamente a Robert. Ese bastardo malparido estaba coqueteando deliberadamente, mire como pasaba la mano por la fina cintura de la mayor D'Aramitz a lo que esta con gesto cerio retiraba la mano de él –Asqueroso protituto– me daban ganas de hacer que se le callera la… el carraspeo de Gerhard mi obligo a prestar atención a lo que debía.
Frote uno de los anillos que llevaba en la mano derecha, comenzando a recitar el conjuro de protección para Györgyike, no permitiría que nada le sucediera absolutamente nada.
Mary Sibley- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 17/07/2017
Localización : Rumania
Re: Vientos de invierno (privado)
La reina ha extendido la participación a su boda, más la presencia de sus lacayos tiene otro objetivo, proporcionar a su majestad protección de los ojos de la envidia y la maldad que pueda rondar a su alrededor; como si ella no fuera esa maldad una tan bella como para matar y regodearse con los otros demonios. Todos estaban invitados puestos en posiciones estratégicas, quien controla el jardín y los animales más venenosos se ha mantenido rezagada desde la parte externa cuidando a su majestad dejando a la doncella que es la mano derecha de la reina y al cuervo infernal como sus ojos y oídos.
A aquel cuervo que se pasea por todo el lugar viendo cada detalle de la seguridad de su majestad le ha importado poco las decisiones de sus majestades, se mantiene junto a la bruja que ha lanzado quejas, carraspeó llevándose la mano a la boca en un preparado gesto de regaño
—Mary, a nosotros no nos compete eso, si Nuestra reina le ha permitido al extranjero ¿Qué podemos hacer? no podemos matarlo ni reclamar nada, tendrás que hablar con ella en privado para dejar tus protestas, pero ten cuidado hay oídos y ojos sobre nosotros que están mal entendiendo, si algo les pasara tendría que actuar y mandar a arrancar los ojos y lenguas de aquellos que osen a hablar mal ustedes, además ten cuidado de cómo te expreses al hablar de aquel infeliz humano no es el lugar ni momento de armar algún alboroto piensa en la reputación de la reina, Mary—
Acarició el rostro de la bruja, el cuervo se mantuvo junto a ella sonriente inclinándose hacia la bruja con una reverencia muy servicial. Los invitados llegaron y ahí venían los futuros reyes a contraer matrimonio y luego la ceremonia de su coronación, todo en un mismo lugar. Negó con la cabeza ante ello, él había aconsejado a la Reina no hacer las dos ceremonias juntas pero al parecer ella no escuchó y sabía la razón al verla sonreír de aquella manera
—Mary, ¿la Reina te ha dicho algo? Su sonrisa y tranquilidad no augura nada bueno, más que nada al ver a los invitados de esta farsa, digo, de esta boda. Temo preguntar qué es lo planea su majestad para estas celebraciones inútiles con tanta gente innecesaria—
Llevó la mirada a la familia de inquisidores, al otro del que había escuchado dentro de la habitación de la Reina antes de viajar para conocer a su futuro esposo y luego paso la vista a los invitados del rey observando en las dos mujeres y el resto de lobos que tenían un ambiente hostil para ellos y para la misma Reina, él sonrió a uno de los hombres que se encrespó, podía el cuervo sentir la hostilidad hacia la reina y él se deleitaba con ello, porque eso solo manchaba más el alma de la reina un alma que ellos jamás podrían probar y entender, solo aquellos cercanos podrían entender la magnitud de lo que esa mujer representaba. Se relamió los labios de solo pensar el festín que tendrá al final
—Mary, es mejor tener los ojos bien abiertos, tu tambien lo sientes verdad toda esa hostilidad hacia la Reina, creo que no solo el pequeño niño deberá tener protección porque no lo dejas a mi cuidado y tú vas con su majestad, a los niños les atrae los animales y nade mejor que este servidor para cuidarlo de las garras de la envidia y manipulación —
Sonríe entre el susurro al ver llegar a cada uno de los invitados de su majestad, sobre todo a sus enemigos.
La farsa estaba tomando un buen color. Era la mejor diversión para aquel demonio.
A aquel cuervo que se pasea por todo el lugar viendo cada detalle de la seguridad de su majestad le ha importado poco las decisiones de sus majestades, se mantiene junto a la bruja que ha lanzado quejas, carraspeó llevándose la mano a la boca en un preparado gesto de regaño
—Mary, a nosotros no nos compete eso, si Nuestra reina le ha permitido al extranjero ¿Qué podemos hacer? no podemos matarlo ni reclamar nada, tendrás que hablar con ella en privado para dejar tus protestas, pero ten cuidado hay oídos y ojos sobre nosotros que están mal entendiendo, si algo les pasara tendría que actuar y mandar a arrancar los ojos y lenguas de aquellos que osen a hablar mal ustedes, además ten cuidado de cómo te expreses al hablar de aquel infeliz humano no es el lugar ni momento de armar algún alboroto piensa en la reputación de la reina, Mary—
Acarició el rostro de la bruja, el cuervo se mantuvo junto a ella sonriente inclinándose hacia la bruja con una reverencia muy servicial. Los invitados llegaron y ahí venían los futuros reyes a contraer matrimonio y luego la ceremonia de su coronación, todo en un mismo lugar. Negó con la cabeza ante ello, él había aconsejado a la Reina no hacer las dos ceremonias juntas pero al parecer ella no escuchó y sabía la razón al verla sonreír de aquella manera
—Mary, ¿la Reina te ha dicho algo? Su sonrisa y tranquilidad no augura nada bueno, más que nada al ver a los invitados de esta farsa, digo, de esta boda. Temo preguntar qué es lo planea su majestad para estas celebraciones inútiles con tanta gente innecesaria—
Llevó la mirada a la familia de inquisidores, al otro del que había escuchado dentro de la habitación de la Reina antes de viajar para conocer a su futuro esposo y luego paso la vista a los invitados del rey observando en las dos mujeres y el resto de lobos que tenían un ambiente hostil para ellos y para la misma Reina, él sonrió a uno de los hombres que se encrespó, podía el cuervo sentir la hostilidad hacia la reina y él se deleitaba con ello, porque eso solo manchaba más el alma de la reina un alma que ellos jamás podrían probar y entender, solo aquellos cercanos podrían entender la magnitud de lo que esa mujer representaba. Se relamió los labios de solo pensar el festín que tendrá al final
—Mary, es mejor tener los ojos bien abiertos, tu tambien lo sientes verdad toda esa hostilidad hacia la Reina, creo que no solo el pequeño niño deberá tener protección porque no lo dejas a mi cuidado y tú vas con su majestad, a los niños les atrae los animales y nade mejor que este servidor para cuidarlo de las garras de la envidia y manipulación —
Sonríe entre el susurro al ver llegar a cada uno de los invitados de su majestad, sobre todo a sus enemigos.
La farsa estaba tomando un buen color. Era la mejor diversión para aquel demonio.
Gerhard Michaelis- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 11/03/2017
Re: Vientos de invierno (privado)
el rey cambio todo a ultimo momento solo sonrei a sus peticiones mi sonrisa decia todo lo que pensaba el rey al ser de tierras extrañas no tenia conocimiento del protocolo para la boda pero segui con su idea de montar sobre caballos para ir a la iglesia asi como el vestido era lo unico que el rey podria decidir
la capa que use fue aquella que uso mi madre para casarse luego de esa boda seria incinerada para siempre como era tradicion en mi familia mire al rey seguir adelante pero tambien a su manada que en sus ojos veian desagrado por mi persona aun cuando no me conocen pero solo pude sonreir sonreir hasta llegar a soltar una risilla por su tonta demostración de mal dirigido odio. llegamos a la iglesia decordad tal como le gustaba al rey pero para mi era absurda tanta decoracion con apenas unas rosas asules y otras blancas bastaban suspire rodando los ojos en reproche y mire a Mary junto a Gerhard
Mis invitados habían asistido puntuales pero uno de ellos no me gusto para nada el ver como el duque al que había dado el nombramiento para tener a mi lado coqueteaba con aquella maldita mujer con quien era mi enemigo sonreí viendo a los dos cruzando directo por el gran pasaje de alfombra roja que cruzaba por las bancas de la iglesia hasta al atrio donde nos esperaba su eminencia para nombrar a los nuevos reyes y futuros esposos
trague el momento sonriendo a mis invitados cada uno de ellos estaban en su puesto mirando con desagrado mi coronacion y matrimonio verlos refunfuñar me hizo feliz un poco solo ver el con ella me daño el matrimonio.
molesta me incline junto a quien sería mi compañero de corona mire a Mary regañandola con la mirada y a Gerhard igual, Ivy estaba atrás observando todo dejando crecer nuestras pequeñas aliadas para controlar todo el luga por que ahi estaba mi hermana podia sentirla observandonos de lejos y con gerhard dentro habia que ser cuidadosa.
el obispo comenzo la misa dando la bienvenida a todos que tomaron sus asientos cerre mis ojos contando a cada uno de mis invitados y dos de ellos faltaban seguno llegaran para el banquete. gire un poco la cabeza viendolo como tomaba la mano de ella como la mirada y mas me enfurecia eso que mire a mary para que hiciera algo y dejasen esos numeritos de enamorados regrese la vista sin reparar en el rey igual ambos teniamos un convenio
oi cada palabras del sacerdote usando mi magia molestando a dos de mis invitados, un inquisidor y un humano como parte de mi venganza, al humano le tendría algo mejor a la noche solo tendria que esperar y con mi mirada le hice saber a él que no le dejaria pasar su atrevimiento en mi boda
la capa que use fue aquella que uso mi madre para casarse luego de esa boda seria incinerada para siempre como era tradicion en mi familia mire al rey seguir adelante pero tambien a su manada que en sus ojos veian desagrado por mi persona aun cuando no me conocen pero solo pude sonreir sonreir hasta llegar a soltar una risilla por su tonta demostración de mal dirigido odio. llegamos a la iglesia decordad tal como le gustaba al rey pero para mi era absurda tanta decoracion con apenas unas rosas asules y otras blancas bastaban suspire rodando los ojos en reproche y mire a Mary junto a Gerhard
Mis invitados habían asistido puntuales pero uno de ellos no me gusto para nada el ver como el duque al que había dado el nombramiento para tener a mi lado coqueteaba con aquella maldita mujer con quien era mi enemigo sonreí viendo a los dos cruzando directo por el gran pasaje de alfombra roja que cruzaba por las bancas de la iglesia hasta al atrio donde nos esperaba su eminencia para nombrar a los nuevos reyes y futuros esposos
trague el momento sonriendo a mis invitados cada uno de ellos estaban en su puesto mirando con desagrado mi coronacion y matrimonio verlos refunfuñar me hizo feliz un poco solo ver el con ella me daño el matrimonio.
molesta me incline junto a quien sería mi compañero de corona mire a Mary regañandola con la mirada y a Gerhard igual, Ivy estaba atrás observando todo dejando crecer nuestras pequeñas aliadas para controlar todo el luga por que ahi estaba mi hermana podia sentirla observandonos de lejos y con gerhard dentro habia que ser cuidadosa.
el obispo comenzo la misa dando la bienvenida a todos que tomaron sus asientos cerre mis ojos contando a cada uno de mis invitados y dos de ellos faltaban seguno llegaran para el banquete. gire un poco la cabeza viendolo como tomaba la mano de ella como la mirada y mas me enfurecia eso que mire a mary para que hiciera algo y dejasen esos numeritos de enamorados regrese la vista sin reparar en el rey igual ambos teniamos un convenio
oi cada palabras del sacerdote usando mi magia molestando a dos de mis invitados, un inquisidor y un humano como parte de mi venganza, al humano le tendría algo mejor a la noche solo tendria que esperar y con mi mirada le hice saber a él que no le dejaria pasar su atrevimiento en mi boda
Györgyike- Hechicero/Realeza
- Mensajes : 37
Fecha de inscripción : 22/03/2017
Re: Vientos de invierno (privado)
Miro a mi reina, ella está como siempre, tan impecable y hermosa como las rosas rojas del jardín, ella llama la atención por donde pasa con sus ojos, su perfume, su voz pero nadie conoce mejor a la reina como sus doncellas, nosotras y aquel cuervo.
Miro a Mary, ella no se ve muy contenta y se la razón. En silencio miro como Gerhard el cuervo trata de calmarla pero es inútil ella suelta su lengua. Un hechizo necesito. Tras de mi oigo a lobos murmurar sobre la reina y su aura ellos no entienden realmente sus colores y el aroma que desprende la reina pero son solo perros rabiosos que no pueden ver el arcoíris frente a sus ojos.
Paso junto ellos y murmuro unas palabras celtas antiguas, las plantas a sus pies crecen atándolos –tengan cuidado hasta las plantas pueden alimentarse de su odio– susurro y continuo mi camino por el lugar donde han escogido para la unión más elaborada de todas. Jamás estuve de acuerdo de que lo hicieran ahí en un lugar de piedra y muerte con mi reina había hablado de que lo celebrara en el jardín, adornado por las plantas, la luz de la luna, rodeada y acompañada de los elementos de la naturaleza, pero aquel rey había cambiado todo yo no tengo nada que opinar sobre ello pero limite la recepción al jardín eso no deje que el rey lo decidiera después de todo también debía considerar los gustos de su esposa y aunque la reina no le importaba esos detalles para nosotros si eran importante. No se estaba casando cualquier mujer de barrio bajo recogida ella era la representación de nosotros.
Me uno a la conversación de Mary y el cuervo farsante, por las espaldas de ellos aparezco asustándolos –dejen de hablar de personas sin sentido que no ve lo que ocurre alrededor de nuestra reina acaso no sienten el poder de aquella mujer además de la envidia y celos que corren por este lugar, mis plantas están hasta marchitas de las miradas de odio de muchos de aquí– señalo a algunos de aquellos lobos que nos miran con desprecio y deseo de sacarnos a patadas de ahí –esta gente es más barbárica que pensante ve a saber la razón de su odio pero creo que es por causa del rey, a mala hora nuestra señora se une a semejante hombre– suspiro decepcionada de dicha boda.
Miro a Mary, ella no se ve muy contenta y se la razón. En silencio miro como Gerhard el cuervo trata de calmarla pero es inútil ella suelta su lengua. Un hechizo necesito. Tras de mi oigo a lobos murmurar sobre la reina y su aura ellos no entienden realmente sus colores y el aroma que desprende la reina pero son solo perros rabiosos que no pueden ver el arcoíris frente a sus ojos.
Paso junto ellos y murmuro unas palabras celtas antiguas, las plantas a sus pies crecen atándolos –tengan cuidado hasta las plantas pueden alimentarse de su odio– susurro y continuo mi camino por el lugar donde han escogido para la unión más elaborada de todas. Jamás estuve de acuerdo de que lo hicieran ahí en un lugar de piedra y muerte con mi reina había hablado de que lo celebrara en el jardín, adornado por las plantas, la luz de la luna, rodeada y acompañada de los elementos de la naturaleza, pero aquel rey había cambiado todo yo no tengo nada que opinar sobre ello pero limite la recepción al jardín eso no deje que el rey lo decidiera después de todo también debía considerar los gustos de su esposa y aunque la reina no le importaba esos detalles para nosotros si eran importante. No se estaba casando cualquier mujer de barrio bajo recogida ella era la representación de nosotros.
Me uno a la conversación de Mary y el cuervo farsante, por las espaldas de ellos aparezco asustándolos –dejen de hablar de personas sin sentido que no ve lo que ocurre alrededor de nuestra reina acaso no sienten el poder de aquella mujer además de la envidia y celos que corren por este lugar, mis plantas están hasta marchitas de las miradas de odio de muchos de aquí– señalo a algunos de aquellos lobos que nos miran con desprecio y deseo de sacarnos a patadas de ahí –esta gente es más barbárica que pensante ve a saber la razón de su odio pero creo que es por causa del rey, a mala hora nuestra señora se une a semejante hombre– suspiro decepcionada de dicha boda.
Ivy1- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 24/05/2017
Re: Vientos de invierno (privado)
La reina parecía distante, esta boda lejos de causarnos alegría era mas bien como cuando vas directo al matadero.
Ni ella me quería a su lado, ni yo a ella al mio, esto solo era un tramite mas por el que ambos teníamos que pasar.
Los invitados se agolpaban en los bancos seguramente todos ensimismados en sus propios pensamientos, no eramos, ni seriamos el ultimo matrimonio que se casaba meramente por interés.
El obispo empezó a oficiar este enlace que terminaría en coronación, su mano se deslizaba tibia sobre la mía, ambos arrodillados en el atril escuchando las palabras de ese que hoy nos declararía marido y mujer.
Después vendrían los presentes que se nos ofrecerían mientras ocupábamos el trono, sus grandes parrafadas deseándonos prosperidad.
Por ultimo el banquete que estaba mas que dispuesto en el salón principal y nuestro final en el lecho, un tramité como todo lo demás.
La ceremonia resultó larga, tediosa y fría, allí no existía un ápice de sentimientos entre los contrayentes, mas lo que si había era muchas auras sobrenaturales en las bancadas, por mi parte en su mayoría lobos, mi manada atentos a cualquier cosa que pudiera quebrarse en este enlace que despertaba muchas suspicacias.
Por su parte hechiceros y cambiantes, supongo que asegurándose como en mi caso de que las cosas fueran como lo acordamos
No tenia intención alguna de atentar contra mi reina, la protegería, eso era un hecho, yo era hombre de palabra y con “el si quiero” había unido mi vida a la ajena de una u otra manera.
Fui claro cuando hablamos, mi corazón estaba ocupado, también el suyo posiblemente por varios y eso era algo que mientras se llevara con discreción me era completamente indiferente.
Acabada la ceremonia con las coronas sobre nuestras cabezas pasamos al salón de los tronos, ayudé a mi señora a sentarse con caballerosidad y después tomé asiento dispuesto a recibir los presentes de mi reino.
Ni ella me quería a su lado, ni yo a ella al mio, esto solo era un tramite mas por el que ambos teníamos que pasar.
Los invitados se agolpaban en los bancos seguramente todos ensimismados en sus propios pensamientos, no eramos, ni seriamos el ultimo matrimonio que se casaba meramente por interés.
El obispo empezó a oficiar este enlace que terminaría en coronación, su mano se deslizaba tibia sobre la mía, ambos arrodillados en el atril escuchando las palabras de ese que hoy nos declararía marido y mujer.
Después vendrían los presentes que se nos ofrecerían mientras ocupábamos el trono, sus grandes parrafadas deseándonos prosperidad.
Por ultimo el banquete que estaba mas que dispuesto en el salón principal y nuestro final en el lecho, un tramité como todo lo demás.
La ceremonia resultó larga, tediosa y fría, allí no existía un ápice de sentimientos entre los contrayentes, mas lo que si había era muchas auras sobrenaturales en las bancadas, por mi parte en su mayoría lobos, mi manada atentos a cualquier cosa que pudiera quebrarse en este enlace que despertaba muchas suspicacias.
Por su parte hechiceros y cambiantes, supongo que asegurándose como en mi caso de que las cosas fueran como lo acordamos
No tenia intención alguna de atentar contra mi reina, la protegería, eso era un hecho, yo era hombre de palabra y con “el si quiero” había unido mi vida a la ajena de una u otra manera.
Fui claro cuando hablamos, mi corazón estaba ocupado, también el suyo posiblemente por varios y eso era algo que mientras se llevara con discreción me era completamente indiferente.
Acabada la ceremonia con las coronas sobre nuestras cabezas pasamos al salón de los tronos, ayudé a mi señora a sentarse con caballerosidad y después tomé asiento dispuesto a recibir los presentes de mi reino.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 293
Fecha de inscripción : 06/06/2016
Edad : 288
Localización : Bajo las estrellas
Re: Vientos de invierno (privado)
Mil dudas las asaltaban conforme avanzaba la ceremonia y acababan los cánticos y el festejo. "¿En serio Brianna?¿dos veces con la misma piedra?". Había tropezado de nuevo, cayendo a un abismo de incalculables consecuencias por amar a un hombre que aunque la correspondía, no podía darle el lugar que ambos querían. De nuevo el mismo error, el padre su hija eligió conservar sus títulos y la apartó de su vida, y al parecer estaba cometiendo el mismo fallo de nuevo.
Pero ¿y qué podía hacer? miraba a Damon y veía en él al hombre con el que quería compartir su vida, con el que se plantearía formar su propia familia, incluso se había planteado abrazar la mordida que la transformaría en licántropo. Pero luego a su lado estaba la reina, porque Damon no era sólo un hombre, era también un rey, y todas sus esperanzas se desvanecían. Aquello se le antojaba una cárcel en la que estaba atrapada sin poder salir.
La recepción se trasladó a los jardines y los invitados se disgregaron cada cual a buscar al corro con el que quisiera charlar o reir o compartir chismes. Se dedicó a pasear por allí con Lobbo y Elaine, estar con los niños siempre la distraía un poco de sus preocupaciones, ellos jugaban felices, ajenos al dolor de los mayores. El pequeño se durmió entre sus brazos, así que decidió sentarse en un banco de piedra junto a una de las fuentes y dejarlo dormir, tanto ajetreo lo había dejado fundido. Elaine se sentó a su lado y empezó a tejer una pequeña diadema de flores. No era un día feliz para su madre, podía notarlo, y podía comprender más o menos lo que estaba pasando. Era una niña madura para su edad y no deseaba añadir más dolor a su madre, que siempre se había sacrificado por ella.
Pero ¿y qué podía hacer? miraba a Damon y veía en él al hombre con el que quería compartir su vida, con el que se plantearía formar su propia familia, incluso se había planteado abrazar la mordida que la transformaría en licántropo. Pero luego a su lado estaba la reina, porque Damon no era sólo un hombre, era también un rey, y todas sus esperanzas se desvanecían. Aquello se le antojaba una cárcel en la que estaba atrapada sin poder salir.
La recepción se trasladó a los jardines y los invitados se disgregaron cada cual a buscar al corro con el que quisiera charlar o reir o compartir chismes. Se dedicó a pasear por allí con Lobbo y Elaine, estar con los niños siempre la distraía un poco de sus preocupaciones, ellos jugaban felices, ajenos al dolor de los mayores. El pequeño se durmió entre sus brazos, así que decidió sentarse en un banco de piedra junto a una de las fuentes y dejarlo dormir, tanto ajetreo lo había dejado fundido. Elaine se sentó a su lado y empezó a tejer una pequeña diadema de flores. No era un día feliz para su madre, podía notarlo, y podía comprender más o menos lo que estaba pasando. Era una niña madura para su edad y no deseaba añadir más dolor a su madre, que siempre se había sacrificado por ella.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 10/04/2016
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Re: Vientos de invierno (privado)
Ya estaba hecho,ante mi el Rey y la Reina consorte de Rumanía,nadie se opuso,al parecer no existían pecados que confesar u tal vez si,pero todas las partes se callaron como putas,para que no se tomaran represalias con aquél o aquellos que osaran manchar el nombre de los reyes.Decapitación por parte de Francia y Escocia,este último lo haría después de castigarlos a latigazos que levantaran su piel.Sin importar la delicadeza de su rango,aunque bien se sabe que hasta el propio obispo tendría algo que esconder.Pero por el bien común y el de mi rey,de mi parte,no hablé tampoco,mi condición como beta era salvaguardar la estructura de la manada,incluyendo a mi alfa.
Tras el si pactado y los presentes dados para intentar ganar trato de favor por sus tierras u sus problemas,los invitados salen detrás de nuestra manada,que aun conserva la formación,simulando un muro inquebrantable para que no fueran tocados los ya,marido y mujer,esta última no me daba buena sensación,a pesar de mi contacto con una de ellas (hechiceras),aquella vez que inició el desastre.Tal vez fuera una excepción y la juzgase antes de tiempo,pero ante este lugar extranjero en el que me encuentro,solo podía fiarme de mi manada y de mi rey,incluso de Brianna,tal vez.
Por lo pronto di órdenes claras al grupo,para que no se escapase detalle de lo que ocurría allí hasta el último momento donde tenían que despedir y retirarse para “sellar” su matrimonio en el lecho,como todo personaje real para iniciar aquello para concebir al heredero u herederos que asegurarían que ellos y no otros tomasen su corona una vez desapareciera el monarca de alguna forma trágica,aunque bien se,que no hay rival para alguien como él,al menos no para Damon,a quien veía con buen e inteligente alfa,que sabría defenderse,tanto solo como por el apoyo de todos nosotros.
•••
Uno de los miembros de la manada se acercó a mi,estaba justo a mi diestra,mientras caminaba para colocarme en mi posición;vigilando el gran salón.La razón por la que lo hacía;esas miradas que echaba a Damon alguna que otra vez,mientras danzaba con su esposa y así inaugurar el baile de celebración,donde no muchos parecían estar de acuerdo,aunque creo que aun pronto para sacarlo a la luz y muchos esperarían el momento adecuado para poner obstáculos.Este se acercó a mi oído de una forma donde no me sentía molesta,aludiendo que por como le miaraba,no me gustaba lo que ocurría delante de mis narices,no dije absolutamente nada al respecto,a él y a nadie le incumbe lo que pueda pensar o no y le ordené con firmeza que volviera a su sitio.
•••
La situación me llevaba a otro momento,al castillo Diancetch,tal vez no al lugar de la coronación,pero si en aquél instante que entre a formar parte de la familia,por ese padre mujeriego que escapo con mi madre,dejándola prendada hasta el punto donde esta buscó hechizos para su regreso.A aquella época donde entre siendo humana y acabe transformada en licántropo tras discutir por mi supuesta rebeldía,pero ¿Qué esperaba de una niña de ocho años?,no siempre debían ser modales,más si la educación no corría su cargo antes de llegar allí.
La imagen no duró mucho,pues tras sonar la nota mas alta para cambiar de melodía en el salón me hizo volver a la realidad.Todos bailaban y a juzgar por el movimiento,no quedaba nada para iniciar el banquete presidido por los protagonistas del evento.Al acabar,todos los invitados se pusieron en fila a los lados,dejando paso a los reyes.
Observé a la pareja,manteniéndome firme,sin ningún gesto que no delatara lo que hubo–Majestades–,media mueca bajo es cabeza agachada a modo de reverencia,mirando de reojo a quien es mi alfa,–…mi rey–,gesticulé sin pronunciar,pero podía leerse perfectamente en mis labios.
Tras de ellos,fuimos ambos que lo escoltaríamos a los lados de la gran mesa.Sin probar bocado aun,hasta que se acbara todo este paripé de reyes y reinas.Vista al frente,mano derecha apoyada en el mango de mi espada.Pronto vendrá el brindis,para agradecer la asistencia,que en parte podrían ser tan reales como falsas,solo aquél que lo pronunciara sabría el como y forma lo hacen.
Observé a los guardias que custodiaban el portón del salón y cada uno de los miembros de la manada allí presente.Todo estaba yendo bien aparentemente y esperaba que así fuera hasta el final,si no respondería,por mi rey,por todos aquellos que ahoran parte de mi gente.
Tras el si pactado y los presentes dados para intentar ganar trato de favor por sus tierras u sus problemas,los invitados salen detrás de nuestra manada,que aun conserva la formación,simulando un muro inquebrantable para que no fueran tocados los ya,marido y mujer,esta última no me daba buena sensación,a pesar de mi contacto con una de ellas (hechiceras),aquella vez que inició el desastre.Tal vez fuera una excepción y la juzgase antes de tiempo,pero ante este lugar extranjero en el que me encuentro,solo podía fiarme de mi manada y de mi rey,incluso de Brianna,tal vez.
Por lo pronto di órdenes claras al grupo,para que no se escapase detalle de lo que ocurría allí hasta el último momento donde tenían que despedir y retirarse para “sellar” su matrimonio en el lecho,como todo personaje real para iniciar aquello para concebir al heredero u herederos que asegurarían que ellos y no otros tomasen su corona una vez desapareciera el monarca de alguna forma trágica,aunque bien se,que no hay rival para alguien como él,al menos no para Damon,a quien veía con buen e inteligente alfa,que sabría defenderse,tanto solo como por el apoyo de todos nosotros.
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Uno de los miembros de la manada se acercó a mi,estaba justo a mi diestra,mientras caminaba para colocarme en mi posición;vigilando el gran salón.La razón por la que lo hacía;esas miradas que echaba a Damon alguna que otra vez,mientras danzaba con su esposa y así inaugurar el baile de celebración,donde no muchos parecían estar de acuerdo,aunque creo que aun pronto para sacarlo a la luz y muchos esperarían el momento adecuado para poner obstáculos.Este se acercó a mi oído de una forma donde no me sentía molesta,aludiendo que por como le miaraba,no me gustaba lo que ocurría delante de mis narices,no dije absolutamente nada al respecto,a él y a nadie le incumbe lo que pueda pensar o no y le ordené con firmeza que volviera a su sitio.
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La situación me llevaba a otro momento,al castillo Diancetch,tal vez no al lugar de la coronación,pero si en aquél instante que entre a formar parte de la familia,por ese padre mujeriego que escapo con mi madre,dejándola prendada hasta el punto donde esta buscó hechizos para su regreso.A aquella época donde entre siendo humana y acabe transformada en licántropo tras discutir por mi supuesta rebeldía,pero ¿Qué esperaba de una niña de ocho años?,no siempre debían ser modales,más si la educación no corría su cargo antes de llegar allí.
La imagen no duró mucho,pues tras sonar la nota mas alta para cambiar de melodía en el salón me hizo volver a la realidad.Todos bailaban y a juzgar por el movimiento,no quedaba nada para iniciar el banquete presidido por los protagonistas del evento.Al acabar,todos los invitados se pusieron en fila a los lados,dejando paso a los reyes.
Observé a la pareja,manteniéndome firme,sin ningún gesto que no delatara lo que hubo–Majestades–,media mueca bajo es cabeza agachada a modo de reverencia,mirando de reojo a quien es mi alfa,–…mi rey–,gesticulé sin pronunciar,pero podía leerse perfectamente en mis labios.
Tras de ellos,fuimos ambos que lo escoltaríamos a los lados de la gran mesa.Sin probar bocado aun,hasta que se acbara todo este paripé de reyes y reinas.Vista al frente,mano derecha apoyada en el mango de mi espada.Pronto vendrá el brindis,para agradecer la asistencia,que en parte podrían ser tan reales como falsas,solo aquél que lo pronunciara sabría el como y forma lo hacen.
Observé a los guardias que custodiaban el portón del salón y cada uno de los miembros de la manada allí presente.Todo estaba yendo bien aparentemente y esperaba que así fuera hasta el final,si no respondería,por mi rey,por todos aquellos que ahoran parte de mi gente.
- NOTA:
- Pd:Por lo pronto queda protegido el evento.Si la manada se mueve,Ariyne se mueve por ordenes que de y den los reyes,quizás mas reacia en un principio si la orden viene por boca de la reina consorte.Pero solo duraría una semanas,está en tierras extranjeras y desconfiada de todos,menos de los ya mencionados.
Este post quedará por dos turnos,que creo que pasarán desde este post que subo.Para cubrir de alguna forma el tiempo de ausencia.
Ariyne- Licántropo Clase Alta
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Re: Vientos de invierno (privado)
Todo se movía rápidamente, incluso sentía un poco de lastima por Damon, aun no terminaba de deducir si estaba loco, realmente la quería o tenía la gran fortuna de no conocer a la reina acabada de coronar, si la opción había sido esta última, que dios se apiadara de su paciencia por tener que soportarla. Si claro, era hermosa, una mujer poderosa no solo por su magia también por su estatus social y por supuesto su fama no era tan buena. Su mal carácter era legendario dentro y fuera de Rumania. En alguna lejana época la había amada, amado como un loco, amado tanto que hice cosas imperdonables, pero eso había quedado en el pasado… claro eso no evitaba que la pasáramos bien de ves en cuando.
Mi hermosa acompañante parloteaba algo regresándome al presente. Realmente el ambiente era tenso, frio, realmente incomodo, parecía que los invitados del rey estaban a punto de gruñirles a las de Györgyike, y todas sus brujas los despellejaran y estuvieran a punto de crear un genocidio.
–Gracias por la pieza, mi hermosa dama–
Exclame besando el dorso de la mano de la joven invitada de parte del rey, ella sonrió contenta y acompañándola la regrese a su mesa.
–¿Deseas bailar o seguiras ahí ?–
Georgiana me miro como si acabara de cacharla siéndome infiel. Sus mejillas se pusieron rojas y en un momento de exasperación la tome del codo y casi arrastrándole me dirigí a donde los reyes. Donde una mujer de largos cabellos obscuros acababa de ofrecer sus respetos.
–Majestades– ofrecimos ambos una reverencia – Robert Brătianu Roşu mi rey, marqués de Hartington, heredero al ducado de Brasov. Me permito ofrecerle mi total apoyo y lealtad mi señor.–
Ofrecí con toda sinceridad mi lealtad y mis hombres al rey aunque estaba seguro que eso me lo recriminaría la bruja que tenía por reina un cualquier momento.
–La señorita Georgiana D'Aramitz, mi prometida, espero nos honrren con su presencia en nuestra inminente boda–
Robert Brătianu Roşu- Realeza Rumana
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Fecha de inscripción : 03/08/2017
Localización : Entre las piernas de la Reina de Rumanía
Re: Vientos de invierno (privado)
Georgiana se sentía extraña, como si en cualquier momento Ig se presentara, sus pensamientos se encontraban caóticos aun, por alguna extraña razón le pasaba cada ves que el vampiro estaba cerca de ella pero estaba segura que el no podía estar en aquel lugar. Su sed comenzaba a ser insoportable cuando los ojos de su prometido la atravesaban cruelmente y sin esperarlo dos segundos después se encontraba frente a los reyes. Ella sin dudar alguna era una mujer hermosa e imponerte aunque al mirar al rey se quedó por un momento si aliento. El nuevo Rey desprendía una extraña aura, la sangre del vampiro que aun se encontraba en su cuerpo le permitía persivir aquello. Al escuchar como Robert invitaba descaradamente al los reyes a su boda y expresaba alianza por primera ves se pregunto ella en que lugar quedaría cuando se convirtiera en la esposa del Marques. –Seria un gran honor majestades que nos honraran con sus presencias– sonrió la joven inquisidora.
Alguna vez había visto el mundo con solamente dos tonalidades, después de que la obligara a beber aquel mandito vampiro había comenzado a ver matices grisáceos y ahora por primera ves veía colores resplandecientes por toda la sala en la que se ofrecía el festín.
Después de ello ambos se habían retirado, de la presencia de los reyes. Robert había invitado a bailar a una mujer a la que había presentado anterior mente como la señora Sibley.
Xavier solo había presenciado la ceremonia religiosa y fácilmente se había retirado a la mansión de Robert. Mientras que ella continuaba ahí aparentando. Se sintió sofocada, tanto que el aire no le entraba a los pulmones y opto por salir corriendo a los jardines.
Algunos minutos después de perder sus pasos entre los jardines admiro a una mujer que se encontraba con dos pequeños, uno a brazos y una pequeña, la joven no se veía bien, empezaba a odiar aquella nueva percepción, su único consuelo era q en pocas semanas desaparecería.
–¿Se encuentra bien?– pregunto acercándose haciendo una reverrencia –Lady Georgiana D'Aramitz– se presento acercándose ofreciendo el dedo índice al pequeño que lo tomo con fuerza –No pretendo ofender pero no parece ser el evento esperado del año– agrego sonriendo con un poco de tristeza. Acababa de comprender que aunque estuviera a nada de casarse lo mas probable es que no tuviera hijos.
Alguna vez había visto el mundo con solamente dos tonalidades, después de que la obligara a beber aquel mandito vampiro había comenzado a ver matices grisáceos y ahora por primera ves veía colores resplandecientes por toda la sala en la que se ofrecía el festín.
Después de ello ambos se habían retirado, de la presencia de los reyes. Robert había invitado a bailar a una mujer a la que había presentado anterior mente como la señora Sibley.
Xavier solo había presenciado la ceremonia religiosa y fácilmente se había retirado a la mansión de Robert. Mientras que ella continuaba ahí aparentando. Se sintió sofocada, tanto que el aire no le entraba a los pulmones y opto por salir corriendo a los jardines.
Algunos minutos después de perder sus pasos entre los jardines admiro a una mujer que se encontraba con dos pequeños, uno a brazos y una pequeña, la joven no se veía bien, empezaba a odiar aquella nueva percepción, su único consuelo era q en pocas semanas desaparecería.
–¿Se encuentra bien?– pregunto acercándose haciendo una reverrencia –Lady Georgiana D'Aramitz– se presento acercándose ofreciendo el dedo índice al pequeño que lo tomo con fuerza –No pretendo ofender pero no parece ser el evento esperado del año– agrego sonriendo con un poco de tristeza. Acababa de comprender que aunque estuviera a nada de casarse lo mas probable es que no tuviera hijos.
Georgiana D'Aramitz- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/11/2016
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