Pesadillas de invierno [privado]

por **Michelle Délvheen** Dom Mayo 27, 2012 9:55 am

El cruel invierno había congelado las flores y teñido de marfil toda superfície expuesta a él. Los copos de nieve seguían cayendo pausadamente sobre mis hombros, haciéndome estremecer levemente y arrancarme un castañeo de dientes que resonó en aquella oscura y pétrea cueva en la que los bandidos me mantenían secuestrada, atada de pies y manos, con una mordaza que casi asfixiaba mi lento respirar. Uno de mis cautivos se alzó y tras una mirada furtiva, me avisó de que iría en busca de leña para prender una hoguera y mantenernos en caliente, intentando sobrevivir a aquél temporal que nos azotaba desde la lejanía de la civilización parisina, encontrándonos en los altos montes de los Pirineos.

Pronto me vi sola, recostando la cabeza contra la roca para buscar la escasa claridad que aun restaba en el cielo y que se filtraba por aquella pequeña rendija situada sobre mí y por la que la nieve se posaba sobre mi piel para recordarme mediante el dolor de su frialdad, que pese a todo, seguía viva.

por **Darcy Haward** Dom Mayo 27, 2012 10:32 am

Ese día mis pies habían decidido llevarme fuera del centro de la ciudad, por los límites, donde todo se cubría por árboles y pequeñas montañas de piedras, no sabía porque había terminado allí pero era un lugar que nunca me había interesado en recorrer con detalle, los árboles tan juntos no permitían tener una vista a la ciudad. Era a mi criterio un perfecto lugar para ocultarse, para escapar. Me encontraba escalando algunas piedras que formaban una entretenida empinada, la piedra era resbaladiza pero le encantaba el peligro y no sería él mismo si no se arriesgaba. Luego de subir unas cuantas rocas llegué a un descanso sonde me senté a apreciar el paisaje, un hermoso lago se podía avistar a lo lejos aunque se encontraba algo seco. Luego de descansar unos minutos me puse de pie y exploré aquellas rocas cuando un murmullo me puso alerta, se oían unas voces demasiado cerca como para provenir de otro sitió. Sin duda alguna provenían de algún sitio entre las rocas. Seguí su inmensidad hasta encontrarme con un hueco, una especie de cueva, me detuve a escuchar detenidamente.

Así estuve unos largos minutos, quizás una media hora y logré rescatar algunos datos, a su entender tenían allí a alguien privándola de la libertad, secuestrada. al oír que alguien saldría a juntar leña y en un momento de valentía me oculté detrás de unas plantas y esperé a que saliera para hacer una emboscada, como era de esperarse en un corto tiempo vio salir a un hombre joven, maso menos de su edad, completamente rapado y con varios tatuajes, no inspiraba ser una persona de bien y cuando tuve al posibilidad me abalancé sobre él y se dio una lucha silenciosa en la que por pura suerte logré apoderarme de una roca pesada y la impacté sobre su cabeza. Logré desmayarlo sin creer que sería posible sin magia. Me apresuré e ingresé a la cueva, de espaldas había otro tipo, me acerqué sigilosamente y al no tener una piedra como en el caso anterior opté por usar un poco de "ayuda". Mire hacia arriba las rocas se veían bastante inestables así con un simple pensamiento aquellas rocas cayeron directamente sobre la cabeza del otro hombre golpeándolo con fuerza, este cayó inerte al suelo húmedo. Una vez me aseguré que no despertaría me dediqué a estudiar el entorno, contra una esquina oscura alcancé a divisar una silueta, corrí hacia allí y me arrodille buscando su rostro, era una joven.-Estas bien?-Le pregunto buscando los nudos de la soga que la ataba para liberarla.

por **Michelle Délvheen** Dom Mayo 27, 2012 10:41 am

Tenía sed, mucha sed. La garganta me ardía y la saliva la arañaba a su paso, lejos de saciarme me malhería más todavía. Mi boca se convirtió en un páramo desierto en el que ninguna flor podría crecer. Mis párpados, pesados ahora como si Orfeo me abrazase con su manto de eterno sueño, empezaron a caer lentamente pese a que batallase contra ellos, intentando mantenerme despierta y atenta a todo cuanto aconteciera a mi alrededor.

De pronto, unos pasos ansiosos cesaron ante mí y me obligué a abrir mis ojos, frunciendo el ceño al no reconocer la figura que se acuclillaba ante mí para desatarme y devolverme la libertad perdida desde hacía varios días.

- A… agua… -le pedí, sin más fuerzas para responder a sus preguntas, pues mi cuerpo resentido a penas le quedaban energías para mantenerme con vida.

No sabía quién era él, ni siquiera lo que quería de mí o por qué se había arriesgado salvándome de las garras de aquellos traficantes de esclavos. Sólo deseaba salir de allí, volver a sentir el sol sobre mis pómulos, la brisa jugar con mi cabello carmesí y la fresca agua deslizarse por mi garganta. ¿Me ayudaría aquél caballero que se mantenía oculto tras las sombras de la cueva?

por Contenido patrocinado

Pesadillas de invierno [privado]

Pesadillas de invierno [privado]

Re: Pesadillas de invierno [privado]

Re: Pesadillas de invierno [privado]

Re: Pesadillas de invierno [privado]