Nuestras conquistas | | Elián Alexius

por **Vyka Douglas** Sáb Ago 05, 2017 7:40 pm

Nuestras conquistas

"Nunca te fies, ni por la más dulce y menos ruda apariencia."

Hoy no irás sola, Cinco.

Seguían repiqueteando las palabras en su mente, con los ojos grandes y avellanas ojos destacar a través de los agujeros del ave que hoy sería la baronesa. Observaba desde las alturas de un reseco árbol ya muerto, las construcciones que entre en los pantanos y la neblina se erigían como sombras. No podía negarlo, era un paisaje de muerte y si bien no la llenaba como otros, sobretodo los de su hogar, le servía para inyectarle adrenalina para lo que vendría. Para lo que suponía. ¿Quién lo sabría?

Supongo que tendrás que contener tus ansias. Por fin. La había mirado el mortal insípido con exuberante papada a través de las marquesinas de sus lentes dorados envuelto en su hábito que lucía incomodo, una risilla general de los presentes antecedida de un silencio incomodo se escuchó y los ojos de la vampiresa también sonrieron sin quitarle los ojos al clérigo, pero por otra razón. Por largos instantes Vyka sintió la violenta necesidad de que le explicaran que significa el por fin.

¿Quién se creía ese hombre de olor a ungüento de menta y a dulce de anís, para mandarle como si fuera mejor que ella? ¿Acaso tenía cara de llevarse bien con los impertinentes?¿Acaso no sabía que podía partirle a la mitad con solo desearlo?¿acaso sabía que ella no había pedido ser lo que era? Bueno, un poco. Tan solo un poco, pero no de esa manera.

Aún más grave, ¿acaso no sabía que no sentía vergüenza en ser eso que ellos llamaban bestia?

Luego de 10 minutos cumplidos desde su llegada a la cita pactada a los pies del prehistórico abedul, Vyka tocó tierra y pensó que en realidad jamás se había quejado de ser quién era ahora, lo único que le limitaba era el hecho de depender en cuanto a su libertad de una institución como la Inquisición, la realidad era que le ponía a prueba los cojones que no tenía - pero que imaginaba-, deberle obediencia a alguien que no fuera su reina y sus tradiciones.

Miraba el camino que les aguardaba. ¿Cómo demonios habían dejado escapar a la bestia 60? Franceses y sus excusas elegantes, fue un inconveniente de tipo logístico y deseamos como siempre disfrutar de tus demostraciones del poder de los sobrenaturales cuando sales de tu isla - cosa que la escocesa ya sabía les erizaba la piel, los dejaba sin sueños y atormentaba, los hacía sentir débiles y desnudos - habían afirmado al darle la misión.

Su espalda se veía desierta, seguía sintiendo como el olor a sangre le impregnaba la nariz. Sí, ferroso, fresco, dulce olor a sangre que ella detectaba con horrorosa facilidad aún viniendo de la distancia.
La boca se le hizo agua.

¿Cuánto tardaría en llegar? No tuvo que esperar demasiado, desde dos estaba lo olfateó gustosa de un olor diferente y tan agradable como para hacerle olvidar que se le estaba despertando el hambre. Llevaba unos cómodos pantalones de cuero vino tinto con un elegante estampado de rosas color plata, una camisa de un blanco impoluto de encaje, pegada a su torso y de cuello justo a la piel que terminaba en dos coquetos broches de plata, un regalo de su madre y los cabellos sueltos que ondeaban acariciando su máscara.

Se sintió agradecida la hija de clanes de guerreros con piernas descubiertas bajo faldas de cuadros y líneas de colores, de llevar el rostro cubierto con aquella elaborada máscara, le daba más misticismo que no necesitaba y agregaba diversión al asunto de las primeras impresiones...y de las segundas, de las terceras...

Anonimato, te besaría la mujer de labios carmesí si tuvieras labios, cuerpo o rostro. Quizás tienes muchos.

Un nuevo grito masculino desgarró los alrededores, era el cuarto desde la llegada de la Douglas.

por **Elián Alexius** Lun Ago 07, 2017 7:22 am

Trabajar para la inquisición nunca supuso un problema para el vampiro, cuando un sujeto debía ser eliminado solo tenía que pedir un poco de información y plantarse en el lugar donde podría encontrarlo para darle fin. Por norma general era un trabajo que solía hacer en solitario, por comodidad y rapidez, aunque no era la primera vez que le decían que trabajaría con un compañero. Los motivos podían ser muy distintos, desde que creyesen que el sujeto era extremadamente peligroso hasta que no se fiasen de alguno de los dos que iban a realizar el trabajo. Aquel día el clérigo de turno se lo comunicó sin tapujos, directamente, "Vas a tener una compañera en esta misión, colaborad juntos para cazar a ese maldito malnacido". No pareció dar mucha opción a réplica y prefirió dejarlo estar por no iniciar un debate.

Tampoco le dio muchas pistas de quien era, más allá del género de su compañero no sabía nada más, y esto porque dijo "compañera" que de no ser así iría completamente a ciegas. Recordaba alguna misión donde colaboró con alguna compañera de la inquisición, incluso alguna donde colaboró con un compañero, esta más nítida pues se trató de un licántropo, el trabajo no salió del todo bien. Sus ansias le pudieron y se transformó, convirtiéndose más en un problema que en una ayuda para el vampiro, ese día decidió que no colaboraría con más licántropos si no los conocía un poco, para evitar más desastres, porque la forma de trabajar de cada uno era bien distinta.

Se preparó para la misión, buscó su uniforme de inquisidor y se vistió delante del espejo de su casa, procuró que este pareciese impoluto, sin una arruga o algún detalle fuera de lugar, le gustaba ir bien arreglado a cualquier sitio, incluso a cazar sobrenaturales. Buscó entre su arsenal de armas, delineando con los dedos distintos filos, entre hachas, espadas, dagas y lanzas, para acabar escogiendo dos espadas cortas, de buen tamaño y manejo, colocándose estas a la espalda bajo la gabardina de su uniforme. Eran más que suficientes para enfrentarse a ese ser, además el vampiro prefería armas punzantes o cortantes que fuese capaz de mantener cubiertas al ojo humano y sobrenatural, porque el ser de menor tamaño no las hacía menos eficaces que una espada normal, por ejemplo.

Tras estar listo salió al lugar del encuentro, a las afueras de la ciudad, intentando darse la mayor prisa posible, porque la caza la marcaba la salida del sol, tenía esa noche para atraparlo, sin excusas, no se trataba de un trabajo que pudiera completar en varios días, fueron claros con él, muerto esa noche. Le hacía gracia que la iglesia se pusiese nerviosa, pero si es lo que querían lo tendrían, eran dos después de todo, dos contra una criatura que ya debería saber que pasarse en París no llevaba a nada bueno. El aroma de la sangre humana inundó sus fosas nasales nada más estar cerca del lugar de la reunión, la sangre corría cerca, estaba haciendo de las suyas.

Cuando vio el árbol reseco pudo distinguir una silueta junto a este, la de su compañera, se apresuró un poco más y se plantó delante de ella, reconociéndola de alguna otra misión. -Parece que nuestro sujeto ha empezado la fiesta ya... ¿Sabemos cuantas víctimas y más o menos por donde se mueve?- Quiso saber, además del tipo de sobrenatural que era, que hubiese matado no indicaba mucho más.

por **Vyka Douglas** Lun Ago 07, 2017 7:47 pm

Nuestras conquistas

"Van 4."

Tan cierto como ver su sombra en el horizonte, supo que sería una buena velada. Ya había trabajado con él en el pasado y le alegraba volver a verlo, que estuviera bien. Como vampiresa le aterrorizaba saber el bienestar de los vampiros que conocía y a los que les guardaba gratos recuerdos.

Recordaba que era Elián. Y tenía una reputación como soldado cierta y divertida en la orden, Vyka prefería otros tipos de armas como las que como inmortal tenía, pero encontraba fascinante el uso de otro tipos.

Como la que a veces llevaba, un espadón largo, ancho y pesado de sus antepasados Se la colocaba al cinto. Hoy estaba con lo que tenía y sabía del cuerpo a cuerpo, excepto una dagas que le gustaba usar atras en el pantalón.

Vería otras armas como las que veía que traía el condenado.

Condenados...Así, les llamaban y a la escocesa nada le parecía menos cierto. Condenado era aquel que no podía hacer nada, ella podía y mucho. Tal vez era porque servir a la iglesia era una condena. ¿Entonces por qué no se iba? ¿Podría dejarse en un aún no se le antojaba aburrido? A Vyka le parecía que sí y disfrutaría de los días de misiones lo que quisiera, si tan solo no tuviera familia y un pueblo que proteger diría que no cuando se le antojara.

Frente a ella el soldado con sus bonitos ojos verde mar y cabellos castaños, con un asentimiento de cabeza lo saludo. Y sus labios se curvaron en una sonrisa que dejó ver sus colmillos. Una fiesta de sangre, gritos de triunfo y de agonía, sed de libertad y árboles arañados. También comenzaría sin demora con la información recopilada.

- Bestia 60. Un hospitalario nosferatu llamado Sunny.- era la norma protocolaria y se escuchaba formal y profesional hacerlo. - Hace 25 minutos nos llegó información de dos heridos provenientes de aquí. Y a parte del escape de Sunny anoche y esto...pues...- se encogió de hombros. - Nos han dado la razón de 30 habitantes en la zona.- lo cual le daba el banquete perfecto a nuestro amigo.

- Descartamos dos casas y sus habitantes. Y hace 10 minutos en el lado este y sur, la más cercano a donde estamos, fue allí cuando comenzaron los gritos. - le explicó señalando primero el este y luego el lugar a 27 metros donde yacía el primer cadáver.

-Las mata, come algunos pedazos pero deja casi enteras a sus víctimas. - un bibliotecario anotaría esos datos, ella lo había hecho en una pequeña libreta. Dar información era indispensable y ella sentía como triunfo entregar aquellos datos, a parte de lo importante, seguía con vida si sabía más. - Acabó de escucharse el cuarto y sus pasos me llevan a la zona central de la aldea. - si así podía llamársele a un lugar tan austero. - Así que tendremos que atravesar tres edificios a través de las ciénagas para llegar a él.- le dije.

-Dejé a un niño cerca del arroyo, ha sido el único que ha sobrevivido.- no entendía porqué lo había dejado con vida, pero le había parecido desprotegido y vulnerable. -¿Qué deseas hacer, Elián?- le consultó, él era como soldado y con su experiencia el más logístico y estratega de ambos, mordió su labio inferior mirando en la distancia la senda que daba a parajes mucho más pantanosos, por fortuna ya tenía un camino, pero no era tan incógnito el tránsito.

-Y hay neblina. - cortó su mirada a la ruta y lo observó. - Así comenzará nuestra fiesta.- le sonrió atenta a sus órdenes e indicaciones.

por **Elián Alexius** Vie Ago 18, 2017 5:40 pm

El vampiro admiró los colmillos de su acompañante cuando esta le regaló una sonrisa, muchos veían aquello como un síntoma de amenaza, largos y afilados como era, pero para el condenado estos poseían cierto encanto, un rasgo bello en los de su propia raza. No tardó en hablar y escuchar quien era el responsable de tener que estar allí trabajando esa noche, los nosferatu eran seres a tener en cuenta, con habilidades superiores a los vampiros y la capacidad de esconderse en los lugares más recónditos de una ciudad. Eran un enemigo a tener en cuenta y que no se tomaba a la ligera, además de que eran pocos a los que había enfrentado en su larga vida, no pecaría de novato y seguiría ciertas reglas.

El vampiro miró en la dirección en que señaló Vyka, asintiendo, pues al parecer el objetivo ya se estaba movilizando para alimentarse. No lo comprendía, ellos siempre preferían mantenerse en la oscuridad por su aspecto tan desagradable, los que estaban con la iglesia rara vez lo hacían por obligación, así que estaba preocupado. Podía haberse desatado, tener sed y empezar con una carnicería que se extendiese por toda la zona, sesgando la vida de los inocentes humanos que allí residían.

Suspiró, rascándose la nuca como acto reflejo de la humanidad que solía fingir en París y se agachó, más bien acuclilló para acariciar la tierra, intentando oler la sangre con ayuda del viento. El aroma venía de los lejos, sin perder detalle de su compañera y si es cierto que llevaba cuatro y que arrancaba pedazos pero no los terminaba de vaciar... nada le encajaba. -Bien... no tiene ningún sentido, está cazando pero no parece para alimentarse, más bien es como si quisiera divertirse o estuviera provocando, jugando hasta que llegásemos- Suspiró de nuevo y se levantó, mirándola, consciente de que seguramente tuviese más que decir.

Se cruzó de brazos y asintió, al menos un niño se había salvado ya de la masacre, si se ponían en marcha puede que otros tantos, dependiendo de la eficacia y donde combatieran. El vampiro quería hacer muchas cosas, no obstante precipitarse solo contribuiría a que se pusiese más nervioso, lo obligarían a actuar de forma más cruel. -Podemos aprovechar la neblina... sabemos donde está, lo más razonable sería atacar desde dos flancos, a cada lado de la edificación donde se encuentra. Así podríamos comprobar el perímetro mientras nos movemos y poner a salvo a más supervivientes. Una vez lleguemos deberíamos asegurarnos de que lo tenemos, uno entrar por la puerta o ventana del piso bajo y el otro desde el piso de arriba en caso de que la casa tenga dos plantas.- Sacó sus dos espadas cortas, con intención de moverse. -¿Vamos? lo tenemos todo a favor ahora- Sonrió y echó a correr, tras guiñarle un ojo.

por **Vyka Douglas** Mar Ago 22, 2017 10:43 am

Nuestras conquistas

"Los silencios de Vyka."

El trabajo con el vampiro de apariencia joven y analítica, era sencillo. Él escuchaba, le gustaba eso y decidía con facilidad buscando opciones que la escocesa hallaba aunque divertidas, seguras. Cuando Elián habló, ella hizo lo mismo, aunque igual guardó silencio luego de. -Me pido la planta alta.- le dijo sin necesidad de usar las palabras y sonrió con ojos en el paisaje que pronto sería pisado por sus pies, de nuevo. Los pisos superiores eran sus favoritos, habían tantas cosas, al igual las cocinas. Era divertido ver cómo vivían otros, humanos o no y sus recuerdos. Al fin y al cabo todos los tenían.

El sonido de una espada blandiéndose era sublime a sus ojos y oídos. Como siempre lo haría disfrutó del sencillo y agresivo acto y notó la luz de la luna golpeando de lleno y con fuerza el metal...plata, valiosa y dolorosa plata, bella plata hija de lunas. Y cuando se dio el partir, fue la gloria, la piel se le erizó y la vampiresa dejó que el avanzara adelante, notando como le guiñaba el ojo, sonrió aceptando la invitación. Así que todo a favor...miró al cielo oscuro, suspiró y se impulsó en una gran salto en horizontal, sin rozar la tierra. Todo a favor...Ojalá así fuera.

-Vamos.- Vyka plantó con levedad su pie derecho en la tierra, a varios metros de donde había arrancado, volvió a impulsarse como antes y comenzó a avanzar con rapidez y cuidado a través de la neblina y los pantanos a la par que su compañero en el flanco izquierdo, pero algo no le cuadraba del todo. Lo sentía en ese agujero vacío en el pecho, ese que antes tenía un corazón, ese del que recordaba incertidumbres, amor y sus dolores. ¿Estaba bien decir que sentía una corazonada?

Pero sabía que no era la única que se sentía así, sabía que lo mismo pasaba con Elián.
Él tenía ese pensamiento, había sondeado en su mente segundos antes de partir y en con sus dos pies volvió a impulsarse, decidiendo tomar la delantera. El trabajo de ella era encontrar a la bestia de nuevo y aunque la tenía en su radar, notaba que avanzaba como ellos pero en dirección extraña.
Al principio pareció sin rumbo, luego la inquisidora supo que iba hacia el pequeño.

Se detuvo y miró a su compañero que ya pisaba su sombra. - Va en dirección al niño.- dijo. Volvió a olfatear el aire y a cerrar sus ojos. Todo lo veía como una maqueta a pequeña escala en su cabeza. Con figurillas reales, junto a paisajes y casas. Vyka trazaba una ruta de imágenes de los lugares en que trabajaba antes de comenzar las misiones y se situaba, dejándose llevar a los terrenos que deseaba, más bien a quién deseaba. Si tocaba a su presa podía mucho más.

- Quizás su enojo se deba a que lo toque para poder rastrearlo mejor.- miró a Elián de reojo, buscando algún enojo o su reacción, pero fue algo momentáneo y no dejó que el silencio se alargara más. -También leí su mente. Y supe que está enojado. Demasiado.- se encogió de hombros levantando sus brazos para colocarlos tras su cuello como si fueran alas, siguiendo a Sunny mientras se devolvía al objetivo que se habían trazado.

- Piensa...- sonrió ladina. - Sabe que se lo hicieron humanos y que deben pagarlo y cómo piensas tiene un apetito voraz... - además de que sabe quiénes le seguimos. Quiso decirlo, pero se quedó en silencio queriendo llegar a donde los llevaría todo. Era de temer que la paz de un lugar como aquel se hubiera mantenido desde hace minutos sin un grito o quejido distantes.

- Lo sé, puedes enojarte. Pero está volviendo a la casa.- dijo sabiendo que al fin y al cabo el nosferatu también sabía que vendrían por él. No sería una sorpresa y él no estaba enojado con ella. Quizás ni siquiera la había sentido...cuán grande falacia era creerlo.

por **Elián Alexius** Jue Sep 21, 2017 4:53 pm

No puso objeción a que ella cubriese la planta alta, la acción iba a ser la misma, era un enemigo lo bastante fuerte para que se luciesen los dos vampiros, además quedaba el tema de la cortesía, Elián era un caballero y si la dama, que era de la realeza, deseaba escoger, no lo impediría. Tampoco es que tuviese preferencias con el ataque, así que tras posicionarse y haber salido corriendo con la afirmación de su compañera, se fue impulsando por el terreno para acortar distancias con el objetivo, mas no iba bien, algo fallaba, intuía que estaba siendo sumamente sencillo y el ver a su compañera vacilar un poco se lo terminó de confirmar. Esta se adelantó y el vampiro aminoró un poco, entendiendo que las cosas iban mal, le faltaban datos y el trabajo de Vyka era recolectar esta para poder trazar el plan a seguir.

Cuando habló, el vampiro apretó tan fuerte el puño y las uñas que dejo la marca de las mismas en la piel, sangrando, acabando de despertar ese ser toda su ira. Las heridas se estaban curando ya, siendo leves, pero en sus ojos se podía apreciar la determinación a acabar con ese ser y lo frustrante que era todo, tenía que ayudar al pequeño si había alguna posibilidad, dejarlo morir era como revivir sus demonios más recientes. -Es inaceptable... no podemos tolerarlo...- gruñó casi, frenando en seco, descargando un golpe contra un árbol cercano, en el que dejó una marca profunda.

Siguió a esta cuando cambió el rumbo pero ya no había vuelta a atrás -Me da igual... si le toca un pelo a ese niño su muerte no será tan rápida... si derrama esa sangre inocente, la suya correrá por el agua del pantano, tiñendo este.- No entendía que ella se lo tomase tan bien, casi sonriendo, era un mal presagio, era una pérdida inaceptable cuando se suponía que estaba a salvo. -Ya basta... suficiente, si quería que me lo tomase de forma personal lo ha logrado, esta noche no tengo paciencia para este nivel de derramamiento de sangre.- Saltó un par de obstáculos y mira a su compañera.

Sacó sus armas también, procurando que nada más verlo las sintiese en su deformada piel. -Dime si puedo salvar al chico, prefiero desviarme y dejarte a ti el primer enfrentamiento... es importante.- Acabó por decir, viendo la casa a varios metros por delante de donde estaban, al menos las luces de la misma o la falta de ellas.

por **Vyka Douglas** Dom Sep 24, 2017 11:08 pm

Nuestras conquistas

"Dos caminos. Un destino."

Su mirada no se movió del rostro del vampiro que era mucho mayor que ella a pesar de esas facciones de joven refinado y terso, de ese semblante constante de intelectual y pensador, lo era y por mucho, pero la escocesa también temía sus enojos e iras, ¿pero a qué ira no se habría de temer? Quizás no había alguna peor que la del calmado y hombre de pensamiento...limites lejanos que se alcanzan y se rompen, esperaba Vyka no haber sido la que cruzara aquella línea invisible con sus silencios e información dada en la marcha tardía.

El olor llegó a su nariz luego del sonido de la carne abriéndose, bajó la mirada al tiempo en que la primera gota caía al suelo, rebotando espesa, seguida de otras para ser absorbidas por la hierba y la tierra húmeda del terreno. Volvió a su rostro, pero no quedó allí, sondeó en sus pensamientos y tal cómo pensó, lo que más le preocupaba era el bienestar del niño, como extrañamente le sucedía a ella, como le había pasado al verlo. Una inevitable empatía por el pequeño entre el barro y el llanto.

Vyka no esperaba otra cosa de su compañero, parecía que las 5593 primaveras que había vivido, lo que habían hecho era devolverle la cuota de humanismo de la que nadie debía quizás carecer y que sentía ella, poco a poco perdía con el pasar de los días. Siendo lo que eran, la cantidad de humanismo llegaría en una cuota muy pequeña para quien siempre sería un monstruo, pero valdría lingotes de oro.

¿Era bueno para el monstruo recordar, sentir y ver cada mañana su pasada y fachada esencia? ¿Y cómo se sentían los errores y las culpas al cumplir casi 6000 años con el regreso de humanidad?

El impacto en la madera fue seco, cruel y demostró aún más la desazón del soldado inquisidor, pero Vyka no se inmutó en lo más mínimo. O por lo menos no por fuera. - ¿Acaso hay alguna diferencia con todos los muertos que lleva, Elian?- lo miró, luego a su alrededor. - No creo que esté bien separarnos...algo no me huele bien.- removió la tierra con uno de sus pies. No era que dudara de las capacidades del vampiro, mucho menos de las suyas, era solo...solo...solo que no lo sabía y eso no le estaba dejando estar del todo tranquila en la misión, a pesar de su sonrisa.

- De nada sirve tomárselo personal con una bestia que ni siquiera debe saber nuestros nombres. -colocó una mano sobre su hombro como apoyo, dando un paso al frente. - Sunny estará al irme a punto de hacer escena ante tus ojos, justo por...- buscó el lugar, siendo ella su propia brújula, - por allí.- le indicó una ruta que dedujo podía ser acertada, por el camino que la bestia había tomado según lo que le decía su percepción de can.

- Si así estarás más tranquilo veré al niño, a fin de cuentas sé dónde está e iré directamente a él para volver juntos y contigo lo antes posible.- podía contar con ello. - Todo sigue en silencio.- observó la casa, su mapa mental decía que allí estaría en nada. Una sola ventana encendida daba el toque que le faltaba a tan macabra escena y situación tensionante. - ¿Y las demás víctimas?- ¿por qué las dejó? se preguntó otra vez, pero en su cabeza.

¿Habría sido por aburrimiento? Demasiado obvio...pero lógico...Ahggggggg... esta vez fue ella quien apretó los puños.

- ¿Puedes esperar por mi 5 minutos?- le indagó sin despegar sus ojos de la casa y su fachada, siendo un equipo debía velar por el bienestar de ambos y un nosferatu...solo diría que no era para tomarlo a la ligera. - Pero si te gana la espera y si no sientes que es seguro, quémalo. Nadie echara en falta alguna de estas casas, Abuelo...- dijo burlona, escondiendo su real preocupación como siempre y le miró de reojo antes de comenzar a moverse como nunca a través de la arboleda más cercana, para ir a parar a la siguiente construcción más cercana.

A los Douglas nada los intimidaba y así había sido por siglos desde su nacimiento como clan, sabía que a Elián le sucedía igual, no era un cobarde. El real meollo del asunto y que por completo se desconocía de la ecuación, es que ambos vampiros y condenados buscaban un mismo destino, a través de dos caminos distintos.
¿Existiría alguna convergencia que los volviera a unir como maestro y búho?

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