Dark Fate /Logan- Privado/

por **Edeline Swan** Sáb Ago 26, 2017 2:58 am

¿A qué le temes? Marchito tus pétalos, vivó tu tallo de sangre. Mi doncella pronto despertarás…

—Corre, corre no te detengas, no mires hacia atrás. Sigue—Los murmullos de la joven se escuchaban agotados— Están cerca...más rápido...

La joven corría lo más rápido que podía con sus pies descalzos, su respiración se volvió agitada, su brazo estaba sangrando tras una mordida causada gravemente de un lobo blanquecino, tenía rasguños por todo su cuerpo marcados por grandes manchas de sangre que rodeaban ahora su rasgado vestido; las pisadas de la manada de los lobos se acercaban cada vez más y más. En su actual estado se encontraba indefensa para una pelea. Sus ojos grisáceos se nublaban haciendo difícil la visibilidad, mareos se hacían presentes con más frecuencia.

—No...No ahora...—dijo agotada de sufrir aquel dolor que conquistaba su cuerpo, pero no quería rendirse así solamente, iba dar su última lucha aunque muera—de nuevo—en el intento.

Los senderos parecían no tener fin, la luz de luna escasamente los iluminaba, la noche reinaba casi por completo, el sonido del viento hacía compás con el cantó de los búhos. Sin tener un lugar en donde esconderse se adentró más hacia el bosque perdiéndose en su total profundidad, era un lugar poco utilizado por los aldeanos, no había nadie cerca para que la ayudase. Buscando rápidamente con la mirada algo con que defenderse arrancó—con las pocas fuerzas que le quedaban—una rama puntiaguda de dura madera. Se apegó a un cerdo esperando justo el momento perfecto que llegasen los lobos para atacarlos, calmando su respiración.

No debía tener miedo…

Nada.

Cual fue el motivo que la atacasen los lobos, no lo sabía, tan sólo llegó a ese lugar por un sueño que tuvo ya hace unos días pasados, donde ella se encontraba hablando con un señor de cierta edad de cabellos apenas canos, que le hablaba como si ya la hubiera conocido antes, pero no tenía ningún recuerdo de él.

—Veo que estas bien Azura... Vuelve a vivir mi amada… ¿Azura?, pero ese no es mi nombre, que es todo esto. —pensó mientras paseaba por las afueras de la aldea.

Las pisadas de los lobos que cada vez se acercaban más hacia Edeline cesaron. Al percibir que no había señal de ellos se alarmó más, podía ser una trampa una emboscada, para que bajará la guardia o simplemente se habían ido, lo cual no podría ser. Fue entonces cuando divisó que no estaba sola alguien más se encontraba allí merodeando el lugar, un hombre joven de aspecto atractivo. Iba a hablar con él cuando varios lobos se posicionaron detrás de su espalda.

— ¡Cuidado! —gritó corriendo hacia él, empujando a el primer lobo que se encontraba. Con agilidad empuño la rama como una espada con una sola mano los lobos gruñeron con mayor fiereza — ¿Qué es lo que quieren?—preguntó preparándose para atacar.

Fuertes rayos se hicieron presente ante lo acontecido iluminando más el bosque, los estruendos interrumpían el cantó de los búhos. Los afilados dientes de los lobos se notaban fácilmente siendo tan temerosos y sanguinarios con el simple hecho de verlos.

por **Logan Tisdale** Lun Ago 28, 2017 10:21 am

Y es que cuando uno sacude el cajón de los recuerdos,
son los recuerdos los que terminan sacudiéndolo a uno...

A veces me gustaba pasear por las afueras de la ciudad donde tenía la mansión, lejos de los ruidos de las calles concurridas de parís donde la tranquilidad reinaba y donde nadie podía molestarme. No era muy dado a socializar con la gente, se podría decir que era más bien dado a esquivar normalmente a la gente y solo solía tratar con los clientes que tenía mientras la búsqueda de aquel libro que me tenía de cabeza continuaba, había salido para buscar algunas cosas que necesitaba y que el mismo bosque que tenía cerca de la mansión donde vivía podía encontrarlas, eso me ahorraba tener que ir a la ciudad para buscar los ingredientes y no me hacía tener que perder el tiempo en eso, mientras podía estar dedicándolo a encontrar el libro pero incluso así este suponía un reto de lo más difícil, y yo no me daba nunca por vencido. Hacía unas noches que todo estaba absolutamente tranquilo y que nada pasaba, había tenido un encuentro con otro hechicero del cual había salido ganando pero el coste de la magia había sido grande, así que había estado descansando aquellos días atendiendo solo a los clientes que venían en busca de peticiones con las que pudiera ayudarlos.

Normalmente no solía ayudar a la gente pero me gustaba que a cambio me dieran objetos raros que no todo el mundo tenía, el dinero era algo que a mí no me importaba por la condición de conde que ostentaba, así que el dinero no era lo que pedía a cambio de la ayuda, sin embargo favores que cobrarme más adelante –y que me los cobraba, claro está- u objetos raro y únicos era lo que solía aceptar como moneda de cambio por mi ayuda. Lo que hacía no era demasiado complicado, mayormente eran familias atormentadas por la pérdida de algún familiar y querían poder despedirse apropiadamente, o bien alguna maldición para otra persona... personalmente la magia blanca aunque la había estudiado no era lo que más practicaba, sino que era más un nigromante que ejercía la magia negra y que disfrutaba mientras lo hacía, no iba a mentir en ello. Lancé un suspiro y miré el cielo estrellado con aquella pequeña cesta donde guardar los ingredientes, llevaba una pequeña hoz con la que cortar los tallos y seguí mi camino por aquel lugar. Como mago notar las auras de los demás seres que había en la tierra era algo bastante fácil, el color de esta decía mucho más de lo que se podía pensar en un principio y no tardé en darme cuenta de que habían varios seres de esos alrededor: un par de licántropos y un vampiro. Sonreí de lado; la diversión estaba garantizada.

Si había algo que odiaran más los vampiros eran los lobos y viceversa, un odio ancestral arraigado por los siglos que jamás parecía tener fin. Oí un “cuidado” antes de que un cuerpo duro impactara contra mí y me apartara del camino, gruñí por el golpe recibido y sentí la piel fría de uno de los seres de la noche, concretamente, una vampira que se había abalanzado para que un lobo no llegara a acercarse. Gruñí apartándola de mi lado y casi me eché a reír cuando al ponerme en pie la vi coger una rama bastante gruesa de un árbol como si fuera una espada, ¿esa vampira estaba loca? ¿Una rama, en serio? Casi me eché a reír pero sí que no pude evitar una pequeña carcajada mientras ella peguntaba a los lobos qué querían de ella... vaya vaya, una vampira que en vez de utilizar sus garras y sus colmillos afilados utilizaba un inútil trozo de rama que un licántropo podía romper fácilmente. Los lobos gruñeron como previa amenaza, casi como si se burlaran de la rama que llevaba la vampira y no los culpaba por ello, al final me vi en medio de todo aquello pero no me apetecía estar en mitad de una batalla así que tras formular unas palabras y hacer un pequeño corte en mi dedo para que la sangre fluyera conjuré dos bolas de fuego que comenzaron a crecer en mis manos y que cada vez eran más grandes y más rojas, como las llamas del mismo infierno. Las lancé contra los lobos haciendo que su pelaje se quemara y pronto estos se largaron asustados, eran simplemente dos licántropos más pero si hubiera sido un alfa la vampira seguramente estaría muerta.

-De nada, por cierto –comenté con ironía y sarcasmo en mi voz mientras recogía la cesta del suelo y las hierbas que había ido encontrando- ¿una rama como arma, en serio? Tienes que estar de broma –la miré cuando tuve todo recogido- ¿sabes que la habrían partido fácilmente con sus colmillos y que te habrían destrozado? Eres una vampira, ¿te olvidaste de tus garras y tus propios colmillos? –Quizás fui más duro de lo normal, pero en mí no estaba ni residía la amabilidad y quizás así la próxima vez se pensara qué coger contra un enemigo como aquel.

por **Edeline Swan** Vie Sep 08, 2017 5:53 pm

Cuanto más tiempo te persigo, más convicción siento...Obtendré todo de ti, hasta al amanecer.
¿Soportar el dolor y el placer es un pecado?...
El bien o el mal son una excusa, la sangre en la luz de luna se refleja en tus ojos.

Escuchó claramente las palabras agresivas del hechicero. Tenía razón debía de usar los atributos que poseía como vampiresa, lo hizo y resultó casi fatal. Esos no eran lobos normales—ningún ataque que Edeline proporciono los lesiono al contrario pareciese que fueron sus propios ataques los que la lesionaron— se percibía que seguían las órdenes de alguien o algo.

Con vista borrosa la duquesa observó fijamente el fuego que utilizó el hechicero para alejar a los lobos. Recuerdos sumamente extraños salieron de nuevo esta vez, se habían hecho presentes desde hace más de dos meses atrás, al principio solo era oscuridad con sonidos de gritos, eran pocos frecuentes pero como fueron pasando las semanas su frecuencia aumentaba hasta volverlos insoportables, su imagen del recuerdo no cambiaba pero los sonidos se convirtieron en voces escasas de una mujer y un hombre similares a un canto.

Su mente empezó a derrumbarse al ver al fuego. Su cuerpo estaba inmóvil, su mirada estaba totalmente perdida, de su ojo izquierdo brotó un río de lágrimas. “—Luchen sin parar hasta el final. Protejan a la Princesa— La orden provino de un hombre que cubría uno de sus ojos con un parche. Por todos que miraras la aldea estaba rodeada de llamas intensas escarlata,..” llevó sus manos a su cabeza, cerró sus ojos con fuerza. Era un nuevo recuerdo que brotó con el fuego. Un recuerdo que envió su esencia a la tristeza. Terribles mareos se hicieron presentes era solo cuestión de tiempo que cayera al suelo para un despertar débil.

—Lo sé. Era inútil tener una rama como un arma pero era mi último recurso—abrió levemente sus ojos—No me olvide de mis habilidades, pero no tuvo ningún efecto con aquellos lobos—dijo tosiendo gravemente—Desconozco tu nombre como tus motivos para ayudarme—hizo una pausa—Gracias—buscó en los ojos del hechicero, alguna respuesta que jamás se presentó—No hay duda que eres un hechicero.

Las nubes se movían con la corriente fría del viento llevando a cubrir la luna nueva; el anochecer estaba en su punto máximo. Las hojas de los pinos y cerdos hacían al compás del viento un eco de sonidos, levantando también estas.

—Soy...E-edeline—le costaba trabajo mantener una respiración ya muerta—Necesito...tu ayuda...—poco a poco baja el tono de su voz—Te...recom-pesaré—sus palabras desaparecieron en el viento. Al final su cuerpo se desvaneció pero no los recuerdos.

"—¡Oh, al fin has llegado! te he estado esperando... ¿Qué sucede?—el lago estaba en serenidad, la voz del mismo hombre fue la que habló esta vez de vestimenta negra que hacía juego con su cabello azabache—No...no puede ser..." Un nuevo recuerdo fluía en la mente de Edeline

Un cuervo emprendió su vuelo con discreción, siendo testigo oculto de lo sucedido.

—Esta vez no habrá error. Las tormentas se aproximan...

por **Logan Tisdale** Mar Sep 19, 2017 9:16 am

"Cuando un recuerdo se nos va,
el alma nos abandona"

No entendía a aquella vampira que tenía frente a mí y en la que me estaba fijando ahora que los lobos se habían ido, huyendo despavoridos del fuego que había creado con mi magia y que había lanzado contra ellos. Los lobos eran los enemigos naturales de los vampiros, so odio era acérrimo y muy antiguo, casi tanto como el mismo mundo... sin embargo ella tenía sus colmillos y sus garras, su agilidad y velocidad que no podían compararse con un licántropo y a pesar de eso... había cogido una simple rama para protegerse de los colmillos y las garras, unos que partirían la rama como si fuera una mera hoja de árbol. No supe por qué no me reí en aquel momento ante lo absurdo que había hecho la vampira, parecía haberse olvidado por un instante de sus atributos y habilidades y pareciera una simple humana atemorizada, quizás es que era una vampira joven pero incluso así eso no explicaba que hubiera presentado batalla contra esos lobos, si no hubiera aparecido sin duda alguna ahora mismos estaría siendo descuartizada sin piedad. Había visto, solo una vez, un enfrentamiento entre un lobo y un vampiro y no me quedé lo suficiente como para ver en qué acababa el combate, pero fue brutal por ambas partes, ese odio antiguo recorría cada parte de su sistema, fluyendo por sus venas haciendo que los golpes fueron mucho más devastadores.

Se quedó para observando el fuego que se desvanecía de mis manos indicando que el hechizo acababa y enarqué una ceja, parecía perdida en sus recuerdos y le concedí un par de segundos antes de hacerle la pregunta más obvia de todas esperando a que me contestara por qué no había utilizado lo que su raza le proporcionaba contra los lobos, lo cierto es que poco me importaba lo que pudiera haberle pasado y, francamente, quien hubiera ganado de los dos bandos no era algo que fuera de mi incumbencia pero cuando me había visto metido por el medio sin quererlo había puesto a salvo mi vida, nada más. La vampira llevó sus manos a la cabeza y cerró los ojos como si recordara algo o como si le doliera en exceso, tras eso afirmó que tenía razón y que había sido inútil esconderse tras la rama pero que había sido su último recurso, ¿de qué hablaba? Siguió diciendo que no le hacía nada con sus colmillos y enarqué una ceja por ello... no entendía lo que me estaba diciendo, era imposible que un vampiro no pudiera hacer daño a un licántropo, no tenía sentido alguno. Si fuera una humana podría entenderlo, pero sus garras eran duras y afiliadas al igual que sus colmillos... me pregunté, entonces, si habría alguna magia tras aquellos lobos para que ella no los hubiera podido herir, pero no había visto restos de magia sobre ellos. Agradeció mi ayuda y simplemente asentí levemente con la cabeza, yo no era dado a ayudar a nadie, era algo que no iba conmigo.

-Me llamo Logan Tisdale –la educación por delante como bien me habían educado mis padres, tras eso la joven afirmó lo que ya era obvio, que era un hechicero, y que no sabía por qué la había ayudado a lo que enarqué una ceja- me he visto envuelto en mitad de algo que no quería y he protegido mi vida, nada más –le dejé claro que no había sido por ella, sino que más bien había puesto mi vida a salvo de aquellos lobos, había sido una mera casualidad y una coincidencia. Se presentó como Edeline e hice un leve gesto de inclinación con mi cabeza, como mi madre bien me había enseñado desde que era pequeño, y fijé mis ojos en los suyos. Parecía joven, menos de la veintena pero a saber cuántos años tendría siendo vampira, no había forma de saberlo con exactitud. Parecía que le faltara la respiración aunque ya sabía que los vampiros no necesitaban de este para sobrevivir, aunque muchos seguían respirando como si fuera de lo más normal para no llamar demasiado la atención, su voz sonaba entrecortada, llevó su mano a su pecho y la miré de forma fija- ¿estás bien? –Pregunté porque no veía herida alguna en el exterior, su cuerpo ni su vestido estaba manchado de sangre y no sabía qué le pasaba- ¿ayudarte? –decía que me recompensaría pero yo, en mis “trabajos” no recibía dinero porque no era algo que necesitara, dinero tenía de sobra básicamente. Fue entonces que su cuerpo se desplomó perdiendo la consciencia, como acto reflejo mis manos fueron hacia su cuerpo sujetándola para que no se estrellara contra el suelo aunque no le hiciera ningún daño la caída, la dejé reposando contra las hojas que habían en el camino y la miré evaluando qué podría ser, no entendía nada- Edeline –la llamé esperando que reaccionara pero no lo hacía- joder –dije por verme, por segunda vez, envuelto en algo que no tenía nada que ver. Dejé la cesta donde cogía lo necesario que había ido a buscar y puse mis manos sobre mi cuerpo para murmurar unas palabras y conjurar un pequeño hechizo, siendo vampira no había forma de saber qué podría pasarle, estaba muerta así que no entendía demasiado de vampiros... no al menos de forma experta. Un halo azul escuro envolvió el cuerpo de la vampira como si estuviera intentando sanarla pero no tenía herida alguna, aunque sus energías parecían haber mermado de forma drástica y quizás fuera eso, dejé una de mis manos en su pecho y apreté un poco dándole energías para que despertara, no pasaron hasta un par de minutos que despertó del todo, sus ojos oscuros buscaron los míos y la observé- no sé qué te pasa ni por qué querrías tampoco mi ayuda, o para qué –dije para que explicara un poco lo que quería de mí.

por **Edeline Swan** Vie Sep 22, 2017 3:24 am

Esta noche se perfora despertando desde lo más profundo las pesadillas…

A la media noche las campanadas de la muerte resuenan…

Un deseo teñido de rojo…

Caminando sobre un sendero de ladrillos lleno de rosales, una magnifica torre estaba al final de éste, de muros intraspasables entre su única ventana la misma mujer estaba entre aquella prisión quien miraba a la nada sobre las rejas de la ventana sosteniendo en sus brazos a un bebé protegido entre toallas claras…—Azura…—murmuró un hombre diferente de cabello cano observándola, sus palabras no fueron escuchadas por Edeline que presencia la escena, sólo el viento, sin embargo sabía que era ella, formuló unas palabras provenientes de sus labios que nunca se escucharon.

De repente un fuerte malestar contrajo su mente, todo empezó a verse borroso entre una neblina oscura que cubrió el lugar. Una extraña calidez de energía hizo que despertará de aquel sueño de recuerdos. Con pesadez abrió sus ojos, desorientada por lo que había pasado encontró aquellos ojos marrones claros que la observaban fijamente.

—¡Eh!—musitó al oír la explicación que Logan le había proporcionado—Recuerdos…necesito tu ayuda para conocer algo que nunca viví pero está en mi mente como si lo fuera—dijo despacio recuperando las fuerzas—son tan fuertes que no me dejan en paz en ningún momento, y cada día empeoran más y más.

Sostuvo la mano que estaba en su pecho, como reflejo de un temor que no quisiera ser conocedora, suficiente tenía con vivir en la arrogante aristocracia que conllevaba en su sangre. Podría tener diecisiete años pero durante los cinco años como inmortal había visto lo suficiente para dar juego al destino que ella quería poseer siendo libre de sus pensares como su padre Sylvain le enseño más que nada, tal como Dorian o más bien Máscara le instruyó a luchar incluso con las armas de cualquier tipo, ambos querían evitar la fatídica tragedia que pesaría en sus hombros el resto de su inmortalidad. Una batalla comenzaría dentro de ella, emprendiendo el fuego atroz de ser quien ella era o ser tan sólo un títere más como lo fueron su madre y padre que desconocían todo aquello antes de que naciera.

—Te recompensaré con lo que quieras si me ayudas, sólo pídelo—recogió la canasta que estaba a un lado levantándose a la vez— Aunque tu intención no era ayudarme sino ponerte a salvo ante esta situación, estoy agradecida y en deuda contigo.

Volteó a mirar al pino donde había estado posado un cuervo de alas negras que al final de estas se hacían algo moradas, algo extraño, por un momento vaciló en comentarlo pero prefirió guardárselo para sí, podría ser que no era nada en especial. Tuvo que ser mi imaginación... pensó.

― ¿Me ayudarás Logan?—preguntó―te gustaría seguir nuestra conversación en un lugar más acogedor al parecer pronto lloverá―dijo amablemente Edeline al ver las grandes nubes grisácea que se aproximaba. Añadió por último ―además utilizaras estos ingredientes si no me equivoco para un trabajo.

La tensión en sus hombros se relajó por brevedad pero que mejor para poner en orden todos los recuerdos con el fin de facilitar una mejor explicación a Logan y así él entendería mejor la situación por la que pasaba.

Ambos se adentrarían aún mundo de secretos más perversos de grandes confusiones.

—Entre mentiras y verdades ¿En quién puedes confiar?—una sonrisa satisfactoria dibujo los labios de “esa persona” mostrando un porte de extrema elegancia, mirándolos a lo lejos.

por **Logan Tisdale** Sáb Oct 07, 2017 10:37 am

"El recuerdo es el único paraíso,
del cual no podemos ser expulsados"

No entendía nada de esa vampira por mucho que trataba de hacerlo, seguía sin saber por qué había querido defenderse de unos lobos con un tronco de madera que sus colmillos y sus garras bien podrían haber partido en pedazos cuando ella tenía su rapidez, su agilidad, sus colmillos y sus garras... debía de ser rematadamente estúpida para no defenderse con lo que ella tenía. Claro que eso a mí no es que me importase en absoluto, solamente había protegido mi vida al haberme encontrado en una situación que no quería y que no me gustaba, nada más. Había sido una casualidad que pasara por allí y al final había acabado ayudándola, aún esperaba que me respondiera cuando se desmayó entre mis brazos, era difícil saber si seguía con vida porque su corazón no tenía latido alguno y tampoco necesitaba respirar, necesité de la magia para saberlo y cuando comprobé que estaba bien. Dejé la cesta donde cogía lo necesario que había ido a buscar y puse mis manos sobre mi cuerpo para murmurar unas palabras y conjurar un pequeño hechizo, siendo vampira no había forma de saber qué podría pasarle, estaba muerta así que no entendía demasiado de vampiros... no al menos de forma experta. Un halo azul escuro envolvió el cuerpo de la vampira como si estuviera intentando sanarla pero no tenía herida alguna, aunque sus energías parecían haber mermado de forma drástica y quizás fuera eso, dejé una de mis manos en su pecho y apreté un poco dándole energías para que despertara, no pasaron hasta un par de minutos que despertó del todo, sus ojos oscuros buscaron los míos y esperé a que reaccionara, lo hizo y me pidió ayuda aunque no sabía en qué quería que la ayudara ni por qué. Hasta que finalmente habló: recuerdos.

Los recuerdos podían ser un asunto espinoso a veces, decía que no recordaba exactamente algo pero sí que lo “revivía” y al parecer con mayor intensidad cada vez, enarqué una ceja por eso. Su mano apresó la mía y pude notar el miedo que sacudió su cuerpo, su aura me decía que lo sentía y la forma en la que apresó mi mano y sentí esa frialdad tan propia de los vampiros me lo confirmó. Lo cierto es que los recuerdos era algo difícil de tratar para un hechicero pero no imposible, porque era hurgar de alguna forma en la memoria de la persona, conocer sus secretos más profundos y oscuros hasta dar con lo que se estaba buscando. Ella pedía por mi ayuda y sin contestarle todavía la ayudé a levantarse para verla mejor, era joven, muy joven, quizás no hubiera llegado a la veintena de edad. Parecía frágil pero esa era otra de las características de los vampiros, parecer que eran frágiles para que sus presas cayeran en la trampa, eran mucho más de lo que aparentaban. Sin embargo ella, por alguna extraña razón, parecía estar... rota, quebrada, como si le faltara algo... quizás fueran esos recuerdos de los que hablaba. Decía que si la ayudaba me pagaría pero lo cierto es que yo no cobraba dinero, sino objetos, objetos extraños y difíciles de conseguir o que bien tenían un gran valor sentimental para la persona que requería de mis servicios, el dinero con el cargo que ostentaba en la realeza no era problema alguno.

-Lo cierto es que no suelo pedir dinero para mis trabajos, Edeline, sino que más bien pido objetos extraños y exóticos, diferentes, difíciles de conseguir o que tienen un gran valor para la persona que requiere de mis servicios, el dinero no es algo que pida por ello –le dije para que supiera lo que le pediría en caso de aceptar- no os conozco de nada y sí, es cierto que me he visto envuelto en algo que no quería y os he ayudado porque se había puesto en riesgo mi vida, pero por lo que me pedís... eso no será gratis –había algo extraño y llamativo en aquella joven, algo que se podía ver en su aura pero que no lograba identificar pero que sí había visto alguna vez- deberíamos de seguir la conversación en otro lugar, mi mansión está cerca y no es la lluvia precisamente lo que me preocupa –la miré- aunque sé defenderme de una manada de licántropos algo me dice que no sobrevivirías a un ataque como ese –sonreí de lado y luego miré lo que llevaba en la cesta-- es parte de lo que necesito para mi trabajo, sí –aclaré porque no escondía nada, no debía de por qué hacerlo- Seguidme Edeline, eso que me habéis dicho sobre los recuerdos –dije mientras comenzaba a andar- supongo que querrás que te ayude con ello pero me gustaría deciros antes de nada que es lo más difícil con lo que un hechicero puede trabajar, los recuerdos a veces son vagos e inconexos aunque quedan grabados y guardados en nuestra memoria por mucho que creamos que no están ahí, sin embargo, lo que tú me dices... es como una experiencia pasada, y eso es algo mucho más difícil de conseguir –seguimos andando por el camino que nos llevaría hasta la mansión, había empezado a caer una ligera llovizna pero que apenas mojaba y en parte no venía mal en aquel ambiente y en ese momento- pero que sea más difícil no significa que sea imposible. Contadme de qué se trata y os diré si os puedo ayudar o no.

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